Akashi Seijuro un joven de 18 años de cabello peli rojo, con piel clara y ojos rojos, además de un físico envidiable forjado por los años de práctica con espadas y con cualquier otro tipo de armamento, era el príncipe primogénito y heredero del reino de Rakuzan, por tal razón debía convertirse en un rey ejemplar.
Eso era lo que pensaba su padre el rey Masaomi Akashi, un rey que era amado por su pueblo por velar por ellos, este era alto de piel ligeramente más bronceada que la de su hijo y de cabellos negros con reflejos rojos, con ojos de un rojo profundo, quien con tal ideología crio a su hijo de manera que se volviera perfecto, haciendo con esto que el joven príncipe desarrollara una personalidad fría, cruel y hasta psicópata.
No fue sino hasta que la amable reina Shiori Akashi logro meter en razón al rey que este se dio cuenta de la manera en que su hijo se había desviado del camino que esperaba de él. Con gran arrepentimiento el rey decidió que lo mejor sería alejar a su hijo de los problemas y de las exigencias de la corte para que tuviera un poco de paz y de tranquilidad, y con la esperanza de que el amor a la gente del pueblo floreciera en su hijo decidió enviarlo a una de las casas de campo de la familia real, la cual se encontraba cerca de un pequeño pero importante pueblo el cual era llamado Seirin.
Unas semanas después de que el príncipe se instalara en la casa de campo real pasaba por ahí una joven y bella chica, la cual al no contar con un hospedaje para su visita en el pueblo de Seirin decidió quedarse en la casa de campo real, ya que los reyes permitían a los viajeros que se hospedaran en esta para que descansaran de su viaje.
Con una sonrisa toco la campana frente a la gran puerta esperando para ser atendida, mientras tanto adentro se encontraban el príncipe y sus más leales súbditos, que en realidad eran sus amigos desde pequeños, quienes le vieron crecer y también como este cambiaba poco a poco hasta volverse el que era pero no le abandonaron pues sentían un enorme respeto hacia su persona.
El príncipe bajaba las escaleras principales con la intención de dirigirse al comedor para tomar la comida de ese día pero su camino se vio replanteado cuando oyó el sonido de la puerta y con la iniciativa de estar tan cerca sin dudar ni un poco se dirigió al gran portón.
Al abrirlo pudo notar que el responsable del sonido anteriormente escuchado era una chica joven de piel clara, cabello largo hasta su cadera de un peculiar color rosa, y con una impresionante delantera. Los amigos del príncipe que tenían su misma edad se acercaron a la puerta cuando escucharon el sonido curiosos por saber de quien se trataba, entonces pudieron ver a la peli rosa que solamente les sonrió y les dijo que deseaba hospedarse, creyendo que con lo amable que solía ser el rey la tratarían de manera cordial, pero eso no fue así.
-Esta es mi casa -, dijo el peli rojo mirando de manera despectiva y arrogante a la mujer delante de él, - no quiero cerca a ningún plebeyo y mucho menos a una cualquiera como tú, así que largo. –, termino de decir el de ojos rojos mientras observaba como la mueca sonriente de la chica desaparecía para volverse un de enojo puro.
Al estar completamente molesta y dejándose llevar por el enojo de lo dicho fue que no pudo detenerse cuando proclamó.
-Por ser un humano arrogante y grosero este hechizo a ti condeno, de tu mansión no podrás salir a tus sirvientes deberás acudir, para buscar a un ser bueno que tu corazón ablande y el hechizo rompa, con un beso de amor sincero. -, termino de decir la chica antes de desaparecer entre una nube de humo color rosa dejando a un estupefacto peli rojo que después de uno segundos salió de ese estado para olvidar lo recién sucedido.
Estaba olvidando sin complicaciones lo recién sucedido mientras cerraba nuevamente las grandes puertas, hasta que escucho un grito poco masculino de su amigo Kise Ryota, el cual era un chico alto de tez clara con ojos y cabello de un hermoso dorado y con un aro de plata en su oreja izquierda, el pertenecía a la clase noble y por ser un buen amigo del príncipe desde niño al igual que todos este le siguió hasta ahí, además él era un doncel.
-Kyaaa -, se escuchó un grito con la voz chillona de Kise -¡¿Qué es esto?! Me estoy derritiendo no~~ - se podía observar como el cuerpo del peli rubio se encogía poco a poco hasta ser solamente un candelero con tres velas, de las cuales dos de ellas la hacían de “manos”.
-¡¿Pero qué?! ¿Qué sucede nanodayo? – esta vez era Midorima Shintaro un chico alto de piel clara, con unos anteojos rectangulares de marco negro, sus ojos al igual que su cabello eran de un color verde, el además de un buen amigo del peli rojo era su médico personal y uno de los más capacitados del reino. Este empezó a encogerse hasta terminar siendo un reloj tic-tac.
-¡¿Qué carajos?! ¿Qué demonios es esto? – ahora era Aomine Daiki un chico de piel morena con ojos y cabello de un color azul metálico, quien al igual que los anteriores se encogió hasta convertirse en una tetera, color azul marino con una línea en los bordes superiores de color rojo, el pertenecía a la clase noble pero se inició como parte de la guardia real a pesar de su corta edad era muy habilidoso y reconocido.
- Esto es extraño – dijo una voz monótona y sin mucha emoción, se trataba de Kuroko Tetsuya un chico de baja estatura con piel clara, ojos y cabello de un color azul celeste, este también se encogió hasta volverse una taza color blanca con una línea celeste en el borde superior de la misma. Él era el mejor amigo del príncipe desde que este no era como ahora, pertenecía a la nobleza y también era un doncel.
- Todos se hicieron chiquititos – dijo de forma cansada un chico alto, el más alto de los presentes con ojos y cabello de un color violeta, su cabello le llegaba hasta los hombros, el pertenecía a la clase alta pero se especializo en gastronomía por lo que era el cocinero personal del príncipe. Este chico contrario a los otros no se encogió pero poco a poco su forma cambio por completo convirtiéndose en un ropero color morado claro. - Are~ y mis dulces – dijo observando sus manos las cuales ahora eran parte de las puertas del ropero, - Devuélvanme mis manos- al comprender que no podría tomar sus dulces nuevamente su aura se mostró oscura aunque con su apariencia lucia muy inofensivo.
- ¿Qué está sucediendo? - demando saber el príncipe que no comprendía lo que estaba sucediendo a su alrededor, los demás le observaron y se sorprendieron al notar algo diferente en él, el primero en hablar fue Kuroko.
- Akashi-kun tus ojos están raros –fue lo único que dijo creando una duda más en el príncipe, quien se acercó al espejo más cercano que había y al observar su rostro se sorprendió ya que sus ojos ciertamente no eran los mismos.
Al parecer el seguía conservando su forma humana pero uno de sus ojos se había vuelto dorado, esto creo más incertidumbre en el príncipe.
-Wuaaa ¿Qué es esto? – el grito de Kise le saco de sus cavilaciones y volteo a verle, ahora hacia abajo, le observo junto a un espejo que se encontraba en el suelo sobre él había una rosa roja y una carta, tomo todos estos objetos y empezó a leer la carta con duda en voz alta.
- Ya que soy una persona amable y considerada - … - te diré que es lo que ha pasado, fuiste muy grosero conmigo y eso no me gusta así que te lance un hechizo el cual se refleja en tus ojos, este consiste en que no podrás salir de los límites de tu mansión hasta que el hechizo desaparezca. Eso sucederá solo cuando recibas un beso de amor sincero de la persona a quien ames, no puedes obligarla a besarte ella debe hacerlo por sí misma. Tus sirvientes se han convertido en objetos vivientes pero pueden volver a su forma por la noche, ellos deberán ayudarte si quieren regresar a la normalidad de nuevo. – eso era todo lo que decía la carta, o eso creyó el joven príncipe hasta que observo el otro lado del papel.
- Posdata: Sobre el espejo y la Rosa, pues que te digo. El espejo puede mostrarte lo que le pidas del mundo exterior, por ejemplo si pides que te muestre al rey y la reina podrás observarlos y oír que dicen, lo mismo con los lugares o pueblos específicos. De preferencia coloca la rosa en un lugar seguro ya que esta representa tu tiempo límite, si no rompes la maldición antes de que el ultimo pétalo caiga entonces este hechizo no se romperá y tu junto a tus sirvientes se quedaran así para siempre. Bye, bye -.
Ahora sí, termino de leer la carta el príncipe Akashi aun sin dar crédito a lo que acababa de suceder pero con el paso de unas semanas se resignó a entender que lo que pasaba era real y que no tenía más opción que cumplir con todo para romper el hechizo.
Al mismo tiempo el rey y la reina recién se habían enterado de lo sucedido a su hijo por lo que cada cierto tiempo mandaban señoritas o jóvenes donceles, quienes sabían que lo eran, para que conquistaran al peli rojo príncipe.
Pero todos sus intentos parecían ser inútiles ya que el príncipe nunca mostro interés en los candidatos y de esta forma pasaron dos años, el príncipe se volvió aún más frio y tosco, incluso con aquellos que aún se consideraban sus amigos, se distancio de todos y perdió la motivación en volver algún día a la normalidad.
En ese periodo de dos años la rosa había perdido dos terceras partes de sus pétalos, lo que significaba que aún quedaba un año para que el hechizo se rompiera o en caso contrario él y sus amigos quedaran así para siempre, aunque el príncipe había perdido toda esperanza.