DOS AÑOS ATRÁS
"El actor Choi Seung Hyun sufrió un accidente automovilístico. Su auto dio tres vueltas de campanas en el aire y se impactó fuertemente contra la pista. Él se encuentra estable, sin embargo, su novio no tuvo la misma suerte"
Los periódicos coreanos recorrían cada rincón del país con esa lamentable noticia enviada desde Australia. Un anciano canoso y elegante, lanzó ese periódico sobre el pecho de su empleado. Retuvo sus lágrimas con frustración. Empuñando su mano y mordiendo con fuerza sus labios.
“Un Kwon, no llora NUNCA delante de la plebe”.
Era uno de sus lemas.
Así como veían era el patriarca del Imperio Kwon, se llamaba Imperio porque era la empresa de diamantes más poderosa de todo el continente asiático. No había nadie que llegara a sus talones. Ellos todo lo tenían en abundancia, menos la unión. Desde que su nieto mayor varón había adoptado ese gusto rústico, toda su familia estaba yendo a pique.
Su adorado Kwon Ji Hye, quien era su divinidad de Dios por ello, el nombre. Se había enamorado de un actor, “UN MUGROSO ARTISTA QUE ASPIRA SER ALGUIEN CUANDO NACIÓ EN LA NADA”. Así era como lo denominaba.
Ese actor de quinta quien tenía una madre alcohólica rodeado de pobreza. Era quien su nieto había escogido. Y era el mismo que por medio del periódico sabía que mató a su nieto. Él había apartado a su niño de ojos violeta de su protección.
— ¿Cómo le digo a mi hija? — el anciano susurró apoyando el peso de su cuerpo en un pie — ¿Cómo le digo que su otro hijo ya no está con nosotros? — cerró los ojos — ¡LÁRGATE! — el empleado hizo una reverencia y lo dejo solo — ¡Te voy a hundir! ¡Voy hacer que te arrepientas de acercarte a mi nieto!
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… * CINCO AÑOS ATRÁS * …
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Era una exhibición de arte abstracto. En esa enorme mansión estaban sujetos los cuadros que tanto amaba observar.
Seung Hyun caminó lentamente con las manos apoyadas en su espalda, por cada habitación maravillándose con las pinturas que le recreaban la mente y agrandaba su creatividad. Unas simples “rayas” les servía de inspiración para sus dramas y películas. En algunos pasos que daba, se encontraba con fans, su carrera de actor le había llevado a conseguir muchos seguidores fieles como también detractores. Tenía la costumbre de sonreírles y tomarse fotos con ellos. Cuando terminó con sus fans, se encontró con la enorme sonrisa de su medio hermano mayor. Kim Woo Bin, él debía de llevar el apellido Kim como su padre, pero desde que lo abandonó, engañó y convirtió a su madre en una ebria, solo usaba el apellido materno.
— ¿Viniste? — Woo abrazó a su hermano menor. Seung bajo los brazos dejándose abrazar.
— Tenía libre y que mejor que distraerme con lo que amo. El arte — Woo se desprendió de él y le dio un beso en la mejilla.
— Te ves cansado pero guapo. — alagó a su hermano.
— Gracias. Te veo feliz. Estará aquí esa persona misteriosa que te gusta
— Sí cuando llegué te lo presentaré. — sonrió grandemente.
— Procura no ser tan meloso
— ¿No has traído a nadie?
— Nací solo. ¿a quién debería traer?
— Vi en el bloque de espectáculo que estabas con una actriz. Shin Min Ah se llamaba, la vieron salir de tu departamento ¿Qué hacía ella? Picaron
— Hyung, no comiences. — dijo frunciendo levemente su ceño — Eso fue hace mucho tiempo. Te enteras todo muy tarde. Estaba con ella. Ahora solo somos buenos amigos.
— ¿A cuántas debes tener detrás de ti?
— A nadie que me interese. — Seung siguió caminado. Woo le siguió. — Me gusta este — Seung se detuvo delante de un cuadro enorme de un cuerpo humando pintado por bloques.
— A Ji también — Woo susurró. — Después de la exhibición hay una fiesta ¿quisieras venir?
— No me gustan las fiestas.
— Lo sé. Pero tienes que distraerte.
— Mi distracción son mis sillas ¿las ha visto?
— Ya pareces Gepetto. — Woo rió — Tienes que dejar la madera y salir con personas que puedas entablar una conversación
— Solo estaré unos minutos.
— Te quiero — Woo abrazó a su hermano.
La exhibición había terminado, los asistentes más allegados al artista fueron a un palacio para celebrar por el gran éxito de la exposición.
Seung entró y fue recibido con aplausos. Privilegios de ser famoso. Uno de los asistentes, lo quedó mirando con atención y no puedo evitar sonreír coqueto. Saludó a todos con una gran sonrisa y la arrogancia que le caracterizaba.
— TOP — Woo lo tomó del brazo y lo jalo hasta su amigo y gran amor de su vida. — Ji.
Los hermanos se acercaron poniéndose delante de un joven. Kwon Ji Hye. Era un joven de la misma edad de Seung, tez blanca y lozana, marcada por tatuajes. En ese traje Chanel se podía observar claramente el tatuaje de números romanos que estaba en su hombro y las alas de un ángel que pintaba la parte de atrás de su cuello, que era tapado levemente por su cabello rojo. Lo que más capturaba la atención era los ojos de este, eran de color violeta. Y no era por lentes de contactos así eran sus ojos. ERA UNA BELLEZA SOBRENATURAL.
— Ji te presento a mi hermano — Ji miro con timidez a Seung y sonrió suave. — Seung es Ji, un amigo.
— Woo Bin hyung — se escuchó al fin la voz de Ji. Era suave. Seung no podía quitarle la mirada de encima — Se parece mucho a ti. Mucho gusto, soy G-God — Seung enarco una ceja, estaba confundido, tenía un nombre realmente extraño. Ji río y estiro su mano — Me llamo Ji Hye Kwon. Pero no me gusta el nombre. Parece de mujer. Así que uso su significado en inglés.
— Soy TOP. — Seung estiró su mano. Cuando tocó la mano de Ji sintió una pequeña corriente eléctrico, acto que no fue ajeno para el pelirrojo — Choi Seung Hyun — levantó la mano de Ji y besó el dorso. — Encantado de conocerte.
Desde la presentación. Seung y Ji comenzaron a estar juntos caminando por casi todas las instalaciones del lugar, preguntándose muchas cosas esenciales para terminar con su curiosidad.
Pasó un mes.
En ese tiempo, ellos se frecuentaban como amigos un tanto cariñosos, pero lo hacían a escondidas porque si la prensa los veía juntos armarían una historia tal vez incómoda para ellos.
— Tienes una mansión muy linda — Seung comentaba. Estaban en los amplios jardines de “Dolce Vita” propiedad de Kwon.
— Fue mi regalo cuando cumplí dieciséis. Me gusta venir aquí cuando estoy estresado.
— ¿No vives aquí? — el pelirrojo negó. Ji abrió la cesta, sacó frutas y una botella del mejor y más caro vino.
— No. Tengo una mansión en cada ciudad de Corea. Mi casa principal está en Seúl.
— Wow. Debe ser bonita la vida de un niño millonario.
— Bonita es muy simple para describirlo.
— ¿Qué palabra debería usar?
— No hay definición para todo lo que me rodea. Ni para mis ojos — Ji rió. Sirvió el vino en dos copas grandes y le entregó una a Seung. Seung lo tomó sin dejar de verlo — Me gusta cómo me miras.
— Eres muy hermoso — Ji rió — ¿No estoy usando una buena definición? ¿Verdad?
— No importa. Me gusta cualquier palabra que tus labios pronuncien.
— ¿Te gustará esto? — Ji ladeo su cara sin entender su pregunta.
— Ah — Ji suspiró cuando sintió los labios de Seung besándolo con delicadeza. Después de compartir roces románticos se separaron y sonrieron. — No lo esperaba — dijo y lamió sus labios.
— Me gustas Ji
— Algo corriente para una propuesta. Pero me gusta como tú. — volvieron a juntar sus cuerpos y se besaron con más pasión. Seung subiéndose encima de Ji quien estaba recostado en la manta tendida del suelo.
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Seung entró a su escondite secreto de Ji, que ya era nada secreto para él. Los cuadros que rodeaba la habitación blanca eran tan hermosos.
— Shh… — Ji quien estaba vestido con un impermeable calló a Seung cuando había abierto su boca para saludarlo. Él estaba tan concentrado pintando un nuevo cuadro que no quería bulla. Seung se acercó y Ji estiró sus labios, Seung los beso delicadamente para luego sentarse a ver como el pelirrojo pintaba, moviéndose de un lado a otro, en algunas ocasiones fruncía el ceño algo descontento, pero luego de segundos pensándolos corregía lo que consideraba su error y se sentía satisfecho. — Hoy cumplimos dos meses de enamorados ¿Te gusta? Lo estoy pintando pensando 1000% en ti.
— Es perfecto. — Seung se acercó y lo abrazó de la cintura. Apoyó su mentón en el hombro del pelirrojo y ambos se quedaron viendo. El cuadro era como el cielo lleno de estrellas pero con diferentes dimensiones.
— ¿Sabes cuantos cuadros he pintado desde que te conozco?
— No tengo idea
— He pintado veinte. Y todos me gustan. El poder del amor es poderoso. — Ji rió y giró y abrazó a Seung con fuerza.
— ¿Por qué no le enseñas al mundo? Si te gustan es porque no tienen nombre.
— No, es solo para nosotros. — se quedaron así por varios minutos hasta que Ji volvió a hablar — Mi abuelo ya sabe de nuestra relación. Uno de los tantos hombres que me siguen a escondida le informó.
— ¿Es bueno o malo?
— Muy malo, Seung. Te ha investigado. Sabe que tu padre te abandonó y que era un hombre casado, sabe que tu madre es una alcohólica. Sabe todo, tus horarios de trabajo, tus conquistas, tu pasado, tu presente hasta tu futuro. — dijo preocupado temblándole la voz.
— No te dije muchas cosas de mí. Lo siento. — Seung lo apartó.
— No me importa saberlas. Yo solo te quiero a ti y a tu amor. Nada más. Todo lo demás es superficial. — se acercó a Seung y lo sujeto con fuerza, rogándole que no se moviera. — A partir de ahora, se complicará nuestra relación, así que debemos estar más unidos.
— ¿Así implique pelear con tu familia?
— Yo siempre los he respetado. Ahora es su turno de mostrarme el mismo respeto.
— Ji ¿si ellos te echan de casa? ¿Qué pasará?
— Viviremos juntos en tu departamento. Me gusta más que tú — Ji bromeó, tenía los ojos brillosos. Seung al notarlo, un nudo se formó en su garganta.
— Está bien. Viviremos hasta que tengamos arruguitas en la cara y nos subamos la escalera al cielo juntos tomados de la mano. — juntaron sus labios besándose cálidamente para deshacerse de ese nudo molestoso que apretaba su garganta.
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CONFERENCIA DE PRENSA
Ji estaba sentado delante de miles de flashes y periodistas chismosa. Había aprovechado que Seung había viajado a Japón para una filmación para hacer pública su relación.
“Omma ¿Por qué lo odias tanto?... Omma ¿Por qué siempre me das esas excusas sin sentido?”
Después de la declaración ante la prensa, la noticia se hizo viral en las redes y no había programa que no hablara de esa peculiar relación. EL CHOQUE DE DOS GRANDES ESTATUS SOCIALES. Así le titulaban.
Seung cuando vio la noticia, regreso de inmediato a Corea. Ya lo conocía, cada vez que Ji actuaba impulsivamente era porque su estado emocional estaba muy sensible. Cuando llegó al estudió de Ji ya estaba oscuro. Las luces estaban apagadas, solo una lamparilla alumbraba el lugar. Se acercó y vio un cuadro pintado de rojo tan rojo como el color de cabello de Ji. Se asustó porque era un cuadro realmente terrorífico y deprimente pero su cuerpo helo cuando vio que ese cuadro estaba pintado con la sangre que caía de las venas de Ji.
— ¿Qué haces mi amor? — Seung susurró y corrió a cubrir las muñecas de Ji. Lo abrazó para tranquilizar la ira del pelirrojo.
— ¡ESTOY PINTANDO! ¡DEJAME PINTAR! — Ji se removía en los brazos de Seung. Pero este lo sostenía con más fuerza y lo besaba para tranquilizarlo.
— Es difícil, pero estamos juntos. Juntos mi amor. Juntos para siempre.
“Cada cosa que su familia hacía en contra de nuestra relación. Ji se cortaba las venas para darme a conocer su sufrimiento, un dolor que a veces ignoraba sin darme cuenta. Él era artista, expresaba sus sentimientos en sus pinturas, lo que más me preocupaba era que él expresaba su sufrimiento pintando con su sangre…”
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… *MOMENTO ACTUAL *…
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PARÍS
Woo Bin entró al departamento de su hermano. Todo estaba a oscuras que aun parecía de noche siendo el mediodía. Solo había una pequeña luz que era las fotos de Ji que se proyectaban en la pared en forma de diapositivas. Caminó hasta la ventana pateando a su paso latas de cervezas. Toda la sala olía a alcohol. Abrió las ventanas y pudo tener una imagen más clara, como lo suponía todo estaba lleno de botellas de cerveza y wisky. Su hermano estaba durmiendo en el suelo, con la ropa desordenada y sucia.
— Seung — Woo se agachó y lo empujó para despertarlo.
— No molestes. Estoy teniendo mi siesta — Seung dijo aun sonaba ebrio.
— ¿Sabes cuánto tiempo te he estado buscando? Debemos regresar a Seúl
— Estoy ocupado. Escribe tu mensaje y más tarde te atiendo
— ¿Realmente te comportaras así? Papá está preocupado
— Ya me fastidiaste la siesta. — Seung se levantó enojado. Dio unos tres pasos y cayó al suelo.
— ¿Cuánto tiempo piensas seguir así?
— Hyung, déjame en paz.
— Ya han pasado dos años, Seung. Es momento de superarlo.
— ¡AAAAAH! — Seung gritó golpeándose el pecho. Woo lo miró en silencio sintiendo pena por su hermano menor — Hyung… como un tonto. Pensé que duraría para siempre. Quiero ver de nuevo a mi Ji. Aunque sea una sola vez. Quiero verlo.