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De niños del futuro y adolescentes del pasado por Irie Ryuen

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Notas del capitulo:

Hola a todos!!! Lamento la terrible tardanza :(

Tuve muchísimas prácticas de campo, estoy en final de semestre... ustedes entenderán XD

Los dejo con el nuevo capítulo de mi historia, narrada por BEATRIZ

El video para esta historia tendrá los fanarts dibujados por E. Larios :3 muchas gracias!!!!!
 Capítulo especialmente dedicado para ti

 

Espero ustedes también se animen y me manden FAN ARTS :D SON GRATIS hahahahaha

De niños del futuro y adolescentes del pasado

XI

IRIE RYUEN

 

Ya me acostumbré a pasar por todas estas calles de regreso a “casa”, admito que extraño la mía, mi cuarto sobre todo… pero llegar a un lugar donde me esperan se siente bastante bien. Coincido con Isabel que sus vecinos son raros y metiches, si me encuentran en la calle no paran de preguntar por mis hijos que ellos piensan que son mis hermanos pequeños, pero he llegado a saludarlos de vez en cuando al regresar, en especial a una señora que vive a dos casas de la de Isabel, muy alta y rubia, que al parecer fue su profesora cuando ella y su hermano iban en el kínder, recuerda con mucho cariño a ambos hermanos y dice que le hubiera gustado darle clases a Merak y Dubhe, que hablando de clases… ellos siguen sin poder están inscritos en ninguna escuela y eso me frustra mucho, tener que llevarlos a la universidad es un verdadero problema. Sin contar que el viernes pasado tuve que lidiar con Valeria, en realidad no la considero como un rival fuerte por el corazón de Isabel o siquiera digna de ella, pero por no puedo hacer mucho, cada vez que intento acercarme a mi futura esposa, ella se aleja más de mí y ahora que Valeria lo sabe todo, pensé que la terminaría o algo, pero resulto todo lo contrario e incluso Isabel propone que ella y los niños pasen más tiempo juntos, ¿se ha vuelto loca? ¡eso jamás! Y sí, Valeria le dijo a Isabel que le había marcado, ella se enojó, pero no tanto como yo esperaba, básicamente me dijo que no lo volviera a hacer y ya, he notado que ya no discute tanto conmigo, pero eso no significa que su enojo se haya pasado, aún sigue furiosa por todo lo que nos ha estado pasando y aunque yo también me siento bastante mal, eso no significa que la situación me disguste, quiero decir… ¡Son niños bellísimos y amables! Y que incluso los vaya a criar con Isabel, el perfecto ejemplo de modales e inteligencia que conozco, es perfecto.

 

Aunque aún no quiere aceptar ella salidas a casa de mis padres ni a ningún evento familiar, y la entiendo… yo tampoco quiero algo de eso todavía, no sé qué podría pasar con los niños ahora aquí, pero bueno… algún día puede que me acompañe a visitar a mis papás junto con los niños, lo bueno de ir a mi casa es que puedo dejar nuestra ropa sucia allá y llevarme limpia de nuevo, además de dejar que los niños jueguen un rato en los amplios patios de mi casa, lo malo es que como casi mis papás no están, sólo somos nosotros tres, nos hace falta Isabel, sus comentarios e historias graciosas, los niños la admiran mucho, más Merak. Él nos quiere mucho a las dos, pero adora irse con Isabel de la mano, a donde sea que vayan no quiere separarse de ella, me dice que es porque le asusta volver a separarse de ella, jamás había estado lejos de nosotras antes, además de que pienso que Merak la ve más a ella como una figura paternal que a mí, no me molesta que eso suceda. Cuando era niña, mis papás me dejaban con la niñera y salían mucho de viaje o a trabajar, quería mucho estar con ellos siempre, pero con el tiempo entendí que eso no se podía, así que ver que mis hijos estaban teniendo lo que yo siempre deseé me hacía muy feliz.

 

Y este lugar no se parece en nada a mi verdadera casa, las fachadas son muy diferentes y hasta las calles aquí se ven un poco descuidadas, pero hay muchos vecinos con sus macetas y flores colgando de sus hogares, lo que le da un poco más de vida al lugar. Además, justo frente a la casa de Isabel hay un enorme árbol, donde los pájaros van de vez en vez y cantan muy bonito, hasta donde sé mi favorito me explicó Isabel que se llama tordo de ojos rojos, tiene un canto muy peculiar, hasta lo descargué de internet y lo puse como mi tono de mensajes. Los vecinos son amables y no estoy muy acostumbrada a dar los buenos días o los saludos, donde vivo apenas y las casas están cerca entre ellas y los vecinos son muy elitistas, claro que yo también lo soy.

 

Suspiré y me di cuenta de que ya había llegado al enorme zaguán negro y de paredes amarillas de más de cuatro metros de alto, la casa de Isabel. Era raro aun saber que llegaba todos los días a una casa que no me pertenecía, con diferentes personas a mis padres pero que se preocupaban mucho más por mí que los verdaderos, a comparación de mi mamá y papá que me mandaban mensajes y dinero, o llamaban de vez en vez, los papás de Isabel siempre se preocupaban de que hubiera comido bien, que no me faltara nada en su hogar, que los niños estuvieran sanos, etc. Sentía envidia de Isabel por eso, pero al ver a los niños, me daba cuenta que esa era la misma clase de vida que les iba a dar a ellos, dos madres que se preocupan y los cuidan mucho, que los aman y hasta les leen cuentos para dormir, lo que hubiera dado porque me hubieran leído a mí. Recuerdo a mi papá que me ponía en sus hombros y jugábamos en mi cama a las luchas o escondidas, o a mi mamá jugando conmigo en la sala y en los jardines, pero no más.

 

Abrí la puerta y vi a la mamá de Isabel, Miriam, estaba sentada sobre sus rodillas en el jardín, tenía girasoles a su lado, me acerqué a saludar. Supuse que estaba plantando girasoles en su jardín, desde hace tiempo que incluso los niños la ayudan, le queda precioso, por cierto, tiene un pequeño huerto de donde a veces saca verduras para repartirlas entre sus vecinos, el resto se las queda para nuestra comida.

 

-Hola, ¿qué estás haciendo?-le dije a Miriam en cuanto me acerqué a ella.

-Hola Beatriz, bienvenida a casa. Estoy quitando las malas hierbas del jardín.

- ¿Y los girasoles? -señale los que estaban a su lado

-Ah, esos, es que les cayo plaga y no quiero que se pase a las otras plantas, pienso que es mejor quitarlas que tratarlas, no le digas a Isabel, porque me mata, prefiere cuidarlas antes que arrancarlas-ella río. Obviamente entendía yo a Isabel, no es correcto hacerle eso a las plantas, pero ni modo, hay cosas que no se pueden ya cambiar.

-¿O sea, no vas a plantar ninguno nuevo entonces?

-No, ¿qué te dio esa idea?

 

Volví a mirar los girasoles y era cierto que tenían plaga y no tenía ninguna planta para trasplantar a su jardín, e incluso la mala hierba estaba a su otro costado. Desde que llegué a vivir a esta casa, me di cuenta que todos son muy perceptivos aquí, se creen Sherlock Holmes o algo así, no se les puede engañar con nada y anticipan todo, la que mejor lo hace es Isabel, decidí que si quería impresionarla, debía de esforzarme por ser igual de perceptiva e ir más allá de la obviedad, pero creo que me va a costar más trabajo de lo que esperaba.

 

-Nada, olvídalo.

-¿Qué tal la escuela?

-Tranquila, no dejaron mucha tarea.

-Que bien, hablando de eso… ¿trajiste la tarea de Isabel?

-Sí, todos preguntaron por ella y los niños, que por qué no habían ido.

-Que bueno que se preocupen por ellos-la señora me sonrió-pues si quieres verlos, están en el taller de Isabel, los tres.

-Iré con ellos, gracias Miriam.

-Descuida, por cierto, hay ensalada de pepino con zanahorias en la cocina, por si quieren.

-Gracias-me fui alejando lentamente hasta el garaje.

 

Isabel no fue a clases hoy, cuando me desperté y la moví para que igual despertara, me dijo que no iba a ir a clases y que ni intentará despertarla, que le había avisado ya a su mamá y que tenía permiso de faltar, que me fuera con su hermano Héctor y los niños se quedarían con ella, dado que aún no tenían escuela o algún lugar donde quedarse. Fue un poco incómodo ir con Héctor solamente, lo intimido mucho y todo el tiempo se la paso en silencio, hubo veces en las que me intentó hacer la plática, pero yo estaba tan molesta de que tenía que irme sin los niños e Isabel, que mejor le di por su parte y no le contestaba. Al final de las clases le mandé mensaje de que si nos íbamos a regresar juntos, pero me dijo que no, que se iba a ir con su novia pero que podía darme un ride hasta alguna estación del metro, acepte pero era un poco incómodo ver cómo ellos estaban en su nube de amor, que mejor me puse los audífonos y seguí así hasta que me dejaron en el metro. Isabel va a escucharme, ¿cómo se atreve a dejarme ir sola? Tampoco es algo raro, sigue siendo bastante hostil conmigo, más desde anoche que me puse al tú por tú con Katia y Valeria, aunque sí le di las gracias a Katia por haber traído a mis hijos a casa, pero con Valeria… es simplemente insoportable. Ella le había avisado a Isabel de lo ocurrido prácticamente desde que habíamos colgado, Isabel me la hiso de tos pero ya es normal que se la pase enfadada conmigo, sólo rodé los ojos y le hice saber que Valeria no me cae bien y que tampoco pensaba rendirme por ella, se enfadó más y me dijo que dejará de meterla en problemas.

 

Llegue a la puerta del taller de Isabel, desde que estoy aquí es la primera vez que entró a este lugar, Isabel me lo tenía prohibido, es digamos el único lugar que ella tiene para hacer lo que desee, aunque desde que llegaron los niños hace ya varias semanas que no ha entrado aquí. Al entrar vi que todo el interior era cemento en el suelo y madera en las paredes, dos de ellas tenían grandes ventanales blancos y las otras dos paredes tenían herramientas de trabajo colgadas y utensilios de papelería, grandes cajoneras estaban frente a las cuatro paredes y sólo dos puertas, una donde yo había entrado desde el jardín y la otra que conectaba al garaje, Sobre todas las cajoneras había distintas herramientas, desde taladros hasta lo que identifique como una sierra de madera, si todo esto era de Isabel, era sin duda una gran sorpresa, ¿de dónde sacaba el dinero para todo esto? Había también escobas, trapeadores y artículos de limpieza recargados en una de las esquinas, una aspiradora en otra y varios cables de distintos gruesos y colores en otra esquina.

 

-¿Ya has admirado todo lo que tenías que ver?-escuche la voz amable de Isabel, ella y los niños estaban justo en la mesa central del garaje, una mesa de cemento y cubierta con mosaicos de distintos tonos de café. Lámparas blancas colgantes estaban justo sobre los cabezas, junto con las tuberías de gas y agua, como las de los laboratorios de la universidad, además había varios enchufes en los costados de la mesa.

 

Ella vestía una camisa a cuadros, arremangada hasta arriba de los codos y una coleta de caballo le sostenía el cabello, además de que traía lentes de seguridad, algo muy geek creo… y hasta sexy, esa mujer siempre sabe cómo enamorarme con su presencia. Los niños estaban iguales vestidos con camisas y pantalones de mezclilla, y sus lentes de protección les quedaban algo grandes, pero Isabel había solucionado ese problema, poniéndoles cintas a los lentes para sujetarlos bien a los niños.

 

-No pensé que esto fuera tan grande, ¿Cuánto mide tu taller?-entre admirando todo el lugar.

-Casi tres metros de alto y 8 metros por 5 metros.

-Sí que es grande-me coloque a lado de ella. Los niños estaban sentados en la mesa de cuclillas frente a Isabel.

-Sí, pero no es mío del todo. Muchas de estas cosas eran de otros familiares que no tenían donde meterlas o de mis padres, pero al final me las dejaron.

-Eso era del abuelo Omar-dijo Merak señalando a una sierra para madera.

-¿El abuelo Omar?-pregunté curiosa.

-El papá de mi papá-Isabel me sonrió-pero hace mucho que ya no ve bien, la abuela le prohibió seguir haciendo uso de sus herramientas.

-Oh, ya veo.

-Y esos taladros del tío Héctor-Dubhe me señalo a unos taladros que estaban en la pared.

-¿Héctor usa taladros?

-Ya no, solía ayudarme o hacer trabajos de carpintería, pero al final no era lo suyo y me los dejo, yo soy la que los ocupa ahora.

-¿Y qué tienes aquí en la mesa?

-Por allá, están algunos niveladores, juegos de geometría, plumas, lápices, hojas de papel, creo que una calculadora, un reproductor de música conectado a unas bocinas, etcétera todo bien guardado en los cajones como podrás ver-aunque la mesa fuese de cemento, en los espacios libres había cajas de plástico o puertas de madera-en general procuro no dejar nada en la mesa, puede llegar a ser peligroso. También tengo mi caja de herramientas y varias cintas de asilar en el otro cajón, vasos de precipitados y algunos instrumentos de química, una pequeña balanza.

-¿Y de dónde has sacado eso?

-Bueno… como te dije algunos me los regalaron, pero trabajé por la mayoría a cambio de que me los dieran, los de química por ejemplo los pedí en el laboratorio multifuncional que hay en nuestra facultad, me ofrecí a limpiar y hacer un nuevo inventario, a cambio de que me dieran instrumentos de los que pudieran desistir y que estuvieran en buen estado.

-¿Incluso sustancias químicas?

-Yo me dedicó más a hacer trabajos con electricidad, rara vez hago carpintería y mucho menos de química, pero suelen ser muy útiles las sustancias como la acetona o el alcohol, tengo otras pero esas tengo prohibido usarlas si no está alguien cerca.

-¿En serio? ¿Eso no es un poco exagerado?

-No, si no has quemado sin querer algo antes.

-¿Qué cosa?

-Hay mezclas que pueden iniciar incendios, una vez experimente con una aquí dentro y queme parte de la madera que tenía en ese momento sobre la mesa, apague el fuego pero igual se enojaron mis papás.

-Tienes hobbies muy inusuales-mire de nuevo todo el taller-en fin, ¿qué estaban haciendo ahorita, niños?-me recargue sobre la mesa.

-Estábamos ayudando a mi mamá a soldar-me dijo muy sonriente Dubhe.

-¿Soldar?-mire con enojo a Isabel-¿En serio?

-Ajá, es muy divertido-dijo Merak, recargado en el hombro de su hermano.

-Ah… Isabel, ven-la tome de la mano y le pedí que me siguiera unos metros lejos de los niños-¿soldar, es neta?

-Cálmate-me dijo colocando sus manos sobre mis brazos-no estaba soldando lo que seguro te imaginas, de esos en los que salen chispas y usan metal. Yo trabajo con la soldadura para pequeños trabajos, usó el cautín, soldadura y cera. Allá está todo lo que estoy ocupando, en su lugar-ella me señalo a su mesa de trabajo.

-¿Cerca de los niños?

-¿Ya te fijaste mejor? Mira dónde están ellos.

 

De nuevo mire hacia allá pero esta vez me fije mejor, los niños estaban justo atrás de una raya roja de cinta de aislar que supe que Isabel les había colocado para que no se pasarán de ahí.

 

-¿Y crees que una jodida línea roja va a evitar que se acerquen a ver cómo trabajas?

-Bueno… hasta ahora no he tenido ningún incidente.

-Son niños Isabel, no los estés exponiendo a cosas peligrosas.

-¿Peligro? ¿Cuál?

-O sea, hasta yo sé que el cautín está muy caliente, no quiero que ellos se quemen. O que por ejemplo, estás usando metal, pinzas, ¿y si se cortan?

-Beatriz…

-¿Qué pasaría si te enfocas demasiado en tu trabajo y los descuidas a ellos?

-Beatriz-me sostuvo de nuevo fuertemente de los brazos-tranquila, jamás dejaría que les pasará algo y no son esa clase de niños estúpidos que se llevan algo a la boca o nariz o simplemente se lastiman. Los educamos bien.

 

Me calme por un momento, pero el miedo de que algo les pasará seguía sin irse, de sólo ver todas las herramientas que estaban en ese taller más me daban ganas de sacarlos de ahí, aunque fue un alivio ver que todas estaban desconectadas y con sus cables bien amarrados, las que se veían filosas estaban fuera de su alcance y otras como los cuchillos estaban hasta con plásticos protectores en las hojas.  

 

-Enséñame tus manos-le dije.

-¿Qué?

-Que me enseñes tus manos-no espere más y tome su mano derecha entre las mías.

-¿Pero qué haces?

-Silencio-le dije, admirando mejor sus manos.

 

Eran ya ásperas al tacto, sin duda por el trabajo que ella estaba realizando durante todo el día, además de que se veían resecas, pero admire mejor sus cicatrices, muy pocas pero aun visibles. Sabía que ella era una mujer del tipo rudo, pero no tenía idea de que pudiera hacer esto. La admiraba mucho y eso me hacía quererla aún más, pero eso también me indicaba que realizaba trabajos un poco agresivos y siendo ella pues ya adulto joven… o sean, rezaba en serio porque pudiera ser capaz de cuidar a niños, a sus propios hijos. Cuando me di cuenta ya le estaba acariciando la mano, ella la aparto con cuidado, me miro y luego regreso a la mesa, donde los niños ya la esperaban ansiosos por seguirla observando. Entendí que quizás haberla tratado así, había sido rudo y decidí hacer lo que nunca había hecho en mucho tiempo, disculparme en serio.

 

-Isabel-dije jugando un poco con mis manos mientras me acercaba a ella.

-Dime-dijo ella en un tono de voz un tanto seco.

-Lo siento, no quería ofenderte cuando tome tu mano.

 

Ella desvió la mirada hacia mí y me miró boquiabierta, como si tampoco creyera que yo me hubiese disculpado. Dejo el cautín a un lado y bajo a los niños de la mesa, les ordeno que se fueran a jugar al patio. Cuando escuchamos que ellos habían cerrado la puerta, Isabel se recargó sobre su mesa, mirándome pacientemente mientras cruzaba los brazos.

 

-Es la primera vez que te escucho decir eso de forma sincera.

-Lo sé, no me lo recuerdes-comenzaba a apenarme de que ella viera mi lado compasivo más de lo usual.

-Gracias-la mire, ella estaba sonriendo-¿Por qué lo hiciste?

-Mi padre es médico y me contaba que una forma de saber cómo es que una persona se cuida, es observando su cuerpo, al menos lo que es fácilmente visible.

-Cómo las manos.

-Sí, aprendí que normalmente las personas que tienen las manos como tú, son los que hacen trabajos pesados o hasta arriesgados, sus manos se vuelven ásperas y las cicatrices algo común. O sea, siempre pensé que esas personas no se cuidaban mucho y que una cicatriz era como otra cosa cualquiera de su cuerpo, pensé que si tú tenías eso, pues no podrías cuidar chido de los niños.

-¿Y luego?

-Admire mucho tus manos, aunque sí son un poco ásperas, nada que no pueda arreglarse con crema para las manos, son suaves y cálidas-note que levantaba una ceja y me sonreía de forma complacida.

-Gracias, estás llena de sorpresas.

 

Me contente mucho de que por fin no me estuviera tratando de forma ruda o algo así, que me pudiera ver más de 10 minutos sin querer matarme o algo, aunque aún siento cómo es distante conmigo, lo más raro es que no me ha mentado la madre por lo que pasó anoche con Valeria, siendo que ella está muy bien enterada de eso. Ella estaba caminando hacia la puerta para llamar a los niños de regreso cuando la detuve de la mano de nuevo.

 

-¿No crees que fue suficiente tomar mi mano sólo una vez por hoy?

-Hay algo que quiero preguntarte-le dije ignorando su pregunta. Sentí cómo se relajaba y bajaba las manos a sus costados, pero no me respondió, así que seguí hablando-¿Por qué no estás furiosa conmigo por lo de Valeria?

-Bueno… lo intente, sí es cierto que lo que hiciste fue inmaduro y poco ortodoxo, pero quizás por eso fue que no me enojé tanto, es algo inusual de ver, además… eres una chica de sangre pesada, presumida y hasta grosera a veces, pero con Valeria sólo fuiste ruda, lo que no está padre porque es mi novia y la quiero, pero entiendo tus sentimientos de por qué hiciste eso, sí quiero asesinarte pero no lo haré porque los niños están cerca y nos necesitan a las dos-sentí como sus palabras pegaban duro en mi corazón-pero… hasta ahora has sido más responsable de esta familia loca que yo, cuidas mucho de los niños y a mí me preparas incluso el almuerzo a veces, pensaba que eras una desagradecida o algo, pero sólo eres diferente a cualquier persona que he conocido, no encajas en un estereotipo. Sólo te pido que no sigas molestando a Valeria o tendré que tomar cartas en el asunto, y no te va a gustar el cómo vas a salir de todo esto.

-Wow, definitivamente es la primera vez que me dicen “única” de una forma tan larga y enredada, además de que me amenazan con total sutilidad. Das miedo, ¿sabes?

-Esa es la intención-sonrió de forma orgullosa. Se soltó el cabello de forma tan sensual (ignoro si lo haya hecho apropósito tras verme tan sonrojada) y se soltó las mangas de la camisa, esto es tan injusto, ver a alguien así de linda y no poder tocarla es un crimen-¿Podrías dejar de verme así, por favor? Me sacas un poco de onda-desvié la mirada.

-¿Y por qué no fuiste a la escuela? Todos tus amigos me preguntaron por ti.

-Porque tenía que trabajar en uno de mis proyectos personales.

-¿Y eso significa?...

-Yo fabrico lámparas, a veces el dinero de la beca no me alcanza para las prácticas de campo o salir a fiestas o comprarme cosas, así que decidí vender unas lámparas y se volvieron muy populares, entonces ahora hago una cada vez que puedo, con todo esto de los niños llevo ya varios trabajos atrasados.

-¿Y para qué quieres el dinero?-ella suspiro.

-¿Sabes de dónde viene el dinero para todo lo que ocupamos nosotros? ¿Cómo nuestras comidas, gasolina del auto, materiales de papelería, despensa, productos sanitarios, hasta aportes a la cuenta del gas, agua y luz?

-¡No mames! ¿Me estás diciendo que todo lo has estado pagando tú?-la mire furiosa.

-Sí, pero me quede sin dinero hace unas semanas, creí que podría sobrevivir si hacía algún ahorro en alguna parte, pero tener una familia es algo muy pesado, todos los gastos se van a la comida y desarrollo de los niños, sin contar que aun ni entran a la escuela-ella comenzaba a contar con los dedos todos los gastos que tenía que hacer-si quieren algún dulce, bueno… se los compro y ya, pero es muy difícil cuidar de niños, mis ingresos apenas y me alcanzaban para mí, ahora con todo esto… no me alcanza para mantenerlos.

-¿Mantenernos? ¿Mantenerme? ¿Pero eres una idiota o qué te ocurre?-ella me miró atónita, por su mirada creo que es la primera vez que alguien la llama así, a la diosa de la lógica-¡Sí para eso mis papás nos dan dinero todas las semanas! ¿Dónde está ese dinero?

-Le dije a mi mamá que no lo gastará y que lo guardará bien, en caso de que tengamos alguna emergencia. ¡Ni loca llevaré a mis hijos al seguro social!

-¿Entonces hay cerca de qué… 7000, 8000, 9000 pesos guardados?-estaba yo más que furiosa-¡¿Y tú sufriendo por mantenernos?!-ella no supo qué decir-en primer lugar, no necesito de alguien que me mantenga, yo puedo hacerme cargo de todo lo que yo ocupe, eso no significa que a veces no acepte regalos tuyos (“en caso de que me los diera, yo moriría de felicidad”) o que ambas mantengamos a los niños, ¡Yo no seré la esposa mantenida de nadie! ¡¿Te ha quedado claro?!-le apunte directamente a su rostro, ella me miraba cada vez más sorprendida, como si nunca me hubiera imaginado capaz de alzarle la voz- Debes de aprender a recibir ayuda de los demás, no estás sola en nada de esto, esos niños también son mis hijos, deja que me haga cargo igual de algo-yo estaba al punto del infarto del coraje, sin duda es una genio pero cuando le gana la imprudencia, es la peor de todas-Confía más en mí, ¿quieres? Yo también ayudaré a mantener a los niños y a ti, hasta puedo pagarte todas tus comidas, tú y tu familia ya hacen mucho por nosotros recibiéndonos aquí y todo. ¿Y por esto te quedaste en casa y no fuiste a la Universidad?-le señale a la lámpara en la que ella estaba trabajando.

-Sí, me iban a pagar muy bien por todo eso-dijo ella tratando de reponerse a mi regaño.

-¿Me prometes que este lugar se queda todas las noches cerrado? No quiero que los niños se lastimen.

-Si no estoy yo dentro, se queda cerrado hasta con llave.

-¿Y qué construyes?-me recargue en la mesa.

-Antes de continuar, ¿me dejas meter a los niños de nuevo? Seguro ya quieren volver aquí a trabajar conmigo.

-Vas-extendí el brazo hacia la puerta.

 

La observe caminar de nuevo hacia la puerta para llamar a los niños, mientras tanto ella se recogía de nuevo larga y genial cabellera, ya quisiera yo tener un cabello como el suyo, quebrado, oscuro y casi como melena de león. Realmente puedo estar enojada con ella hasta por días, pero en esta ocasión aunque lo que hace es muy imprudente y de por si ya sufre mucho con tenernos aquí (dormir en el suelo ya la debe de tener hasta la madre) es por eso mismo que no puedo enojarme más con ella, terminé perdonándola al instante. Lo que quiere es intentar protegernos a nosotros como su familia, algo que por supuesto ella jamás admitiría en persona pero si aseguro conocerla tan bien como lo hago, sé que en eso está pensando y que además, ya le empiezo a caer mejor, basta con quitar a Valeria de la pintura y listo. Ella abrió la puerta, llamó a los niños y de inmediato estos entraron a trompicones por la puerta.

 

-No corran-les dije, pero me ignoraron completamente, estaban muy emocionados.

-Sólo no se acerquen a los aparatos gigantes-dijo Isabel con una voz más fuerte y segura. Verla tan tranquila y responsable de su familia… ¡Me va a dar algo! ¡Lo sé!

 

Vi como ella se ponía a mi lado y subía a Dubhe de nuevo a la mesa, entonces sentí que Merak me jalaba de la mano, lo mire y el pequeño estiro sus brazos hacia mí para que lo cargará, sin duda el pequeño no era muy comunicativo con palabras, pero con acciones era el más lindo del mundo. Lo tomé entre mis brazos y lo puse contra mi hombro, abrazándolo con cuidado, él se aferró a mi blusa y luego lo puse sobre la mesa, note que Isabel nos había estado viendo en esos momentos y me sonroje, ella lucía muy feliz.

 

-¿Te parece si pongo música?-me dijo volteándose hacia el reproductor de música.

 

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A PARTIR DE ESTE PUNTO les recomiendo escuchar esta canción, es la canciñon que ha puesto Isabel en su reproductor de música

https://www.youtube.com/watch?v=HPRHgx0ZfMg

FAN ARTS proporcionados por E. Larios :3 muchas gracias!!!! Los invito a que hagan también los suyos XD

 

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-Bueno-mire a los niños, ellos estaban sentados ya detrás de la línea roja que Isabel les había marcado y me miraban con una sonrisa genuina, estaban contentos de vernos a las dos en buenos términos, aun debíamos de explicarles qué había pasado anoche.

 

Entonces escuche una guitarra, seguido de una batería, una canción que jamás había escuchado antes.

 

-¿Y cómo se llama esa rola?-le pregunte a Isabel

-Se llama Save Tonight, de Eagle Eye Cherry.

-¿Quién?-“What tha hell? Nunca había escuchado ese nombre antes, pero canta chido ahora que lo escuchó”

-Es un cantante de rock y pop, lo conocí por uno de mis tíos que escucha canciones muy… emmmm raras de escuchar, supongo que ese es el término correcto. Me gusto cómo cantaba el chico y ahora tengo un disco de él incluso-ella empezó a caminar hacia otra de las grandes cajoneras.

-¡Canta muy bien, mami!-dijo Dubhe moviéndose de un lado a otro, al ritmo de la música

-¿Y con qué canción lo conociste?

-Con una que se llama Falling in love again, es muy buena.

-¿Y me la recomiendas?-aproveche el título muy sugestivo de la canción para nosotras, ella me miró y se quedó sorprendida.

-Ah… yo-comenzó a carraspear-bueno, como canción es muy buena.

-Lo que digas, preciosa-ella me miró y se enojó un poco, entendí que aún era muy pronto para poder tratarla así, esta mujer es muy difícil de entender a veces para mí-¿Y qué buscas?

-Unos lentes de protección para ti, ¡Bingo!-de la enorme cajonera saco unos lentes de plástico gigantes y una liga para el cabello-toma-caminó hacia mí y me entregó esos objetos-nuca he olido un cabello rojo chamuscado por el cautín y no quiero olerlo jamás, así que mejor amárrate el cabello.

-Linda forma de decir que no quieres que me queme o me pase algo-dije rodando los ojos.

-Debes de decir cosas más bonitas, mami Isa-dijo Tomás, ambas lo miramos sorprendidas y yo me reí.

-Tienes razón, Tomy-Isabel puso su mano sobre su cabeza-Lo siento, en verdad no quiero que te lastimes-dijo al final.

-No hay problema-me puse los lentes y me amarré el cabello-¿qué tal me veo?

-¡Muy bonita!-dijeron los dos niños.

-¿En serio?-pregunte aun sabiendo que me veía bonita.

-Claro que sí-esta vez hablo Isabel, y juro por Dios que oculté mi rostro de ella, me sonrojé al instante.

-Gra… gracias-dije tratando de recuperarme-¿Y en qué vamos a trabajar hoy?

-En una lámpara que me atrevería a pensar que es minimalista.

-¿No lo sabes?

-Es que el que me la encargó así la llamo. Me dio un boceto y dijo cómo la quería, mira-saco de su bolsillo una hoja y me la mostró.

 

Era un diseño muy parecido al de un reguilete pero de 4 aspas, con varios pedazos uno sobre el otro, en cada espacio iba a haber una lámpara y cada aspa debía de verse de distintos colores.

 

-Justo ahorita estaba haciendo las conexiones de las luces LED, soldándolas a cables más largos y sus resistencias.

-Se ve padre el boceto, y por lo que veo que llevas, seguro te quedará genial.

-Gracias, pero aún falta hacer los paneles de madera, lijarlos y todo… seguro acabaré en algunos días más, hoy sólo haré todas las conexiones.

-¿Y en qué puedo ayudarte?

-Pues… si quieres puedo enseñarte a soldar.

-No estaría mal-le dije sonriéndole.

-Creí que una chica tan especialita como tú, se negaría rotundamente.

-¡Ey! ¡Yo haría todo lo que la chica que me gusta, hace! ¡Aprendería todo lo que tú haces!

 

Una vez más la vi sorprenderse, aun no logra acostumbrarse a mis declaraciones de amor esporádicas y algo atrabancadas. Pero inmediatamente se repuso y me sonrió, mientras los niños me alzaban sus pulgares en señal de aprobación de lo que le decía a su madre.

 

-Bien, te enseñaré-se colocó detrás de mí-¿Recuerdas que las LED tienen un lado positivo y uno negativo? Lo vimos en la clase de fenómenos electromagnéticos de la Tierra.

-Claro-dije de forma orgullosa-por supuesto que lo recuerdo.

-Pues ahora vas a soldar justo los cables oscuros al lado negativo y los rojos al positivo de estas 3 LED que me quedan de color amarillo, ya les puse sus resistencias. Y la LED ya quedó sujeta a mi sujetador de placas electrónicas, no se moverá, sólo queda que sueldes.

-¿Y cómo haré eso?, no sé soldar

-Dame tu mano-ella se colocó detrás de mí, sentía su respiración en mi oído, odio que sea más alta que yo, ¡y que yo sea mucho más blanca de piel que ella! ¡Se me nota de inmediato cuando me sonrojo! -eso es, ahora con la mano derecha vas a sostener el cautín, con la izquierda la soldadura, la acercas a la patita más larga del LED y le colocas la soldadura, que no sea mucha.

-¿Y cómo sabré hacer eso?

-Vale, te entiendo-se puso detrás de mí y me tomó de ambas manos-¿Mejor?

-Ajá-dije manteniendo la calma.

-No tiembles o puede que te quemes con el cautín. Ok, entonces… lo vas a hacer así, pones la soldadura arriba de la patita de la LED-con su mano izquierda sobre la mía, acercamos la soldadura a donde ella me indicaba-eso es, ahora… con la mano derecha-odiaba que hablará tan cerca de mi oreja, ¡Trato de concentrarme, carajo!-pones el cautín sobre la soldadura y lo dejas apenas unos segundos, así-en cuanto el cautín tocó la soldadura, esta se derritió sobre la patita de la LED, dejando una pequeña bola sobre esta.

-¿Eso es todo? Fácil.

-Algo así, ahora queda hacerle lo mismo a la otra patita del LED y luego soldar los cables.

-¿Y crees que puedas seguir ayudándome?

-De acuerdo-se dio cuenta de que yo disfrutaba mucho tenerla tan cerca de mí y hasta se recargó en mi hombro para hacerme sufrir de amor por su presencia, ¡que injusticia!-vamos a hacer lo mismo-en un abrir y cerrar de ojos, ahora la pata negativa de la LED ya estaba con la soldadura, quedaba soldar los cables-con estos, ahora sólo dejas de usar la soldadura por los cables, recuerda… negativo a color negro, positivo al rojo, te ayudaré de nuevo, se hace así…

 

De nuevo me encontraba yo entre sus brazos, con su cabeza recargada en mi hombro y los niños viéndonos con atención. Disfrutaba cada momento con mi familia, era algo… que jamás pensé tener y sinceramente, en la vida me habría imaginado soldando, hasta habría mandado al infierno al primer infeliz que se atreviera a obligarme a soldar, pero con Isabel, es muy difícil resistirme si me va a enseñar de esta forma.

 

-Listo-dijo ella alejando el cautín y poniéndolo en su lugar.

-¿Ya quedó? ¿Funciona?

-Bueno, eso no lo sabremos hasta probarlo. Merak, pásame esas dos pilas, las que parecen pastillas que están a lado de tu mano. Gracias, pequeño.

-¿Eso hará que funcione una LED?-pregunte escéptica.

-Cualquier cosa con 3 bots puede encenderlas, mami-dijo Dubhe orgulloso.

-Dany tiene razón, pero son “volts”, hijo, no “bots”-Isabel jugo con el cabello del pequeño.

-¿En el futuro ustedes ayudan a mami Isabel con sus proyectos?-pregunté curiosa.

-Sólo vemos, tú no nos dejas acercarnos más-dijo Tomás alegremente. Bueno, era un alivio saber que Isabel los tenía bien vigilados hasta en el futuro. Mire a la chica en cuestión, ella se veía orgullosa de los pequeños, supongo que no todos los días dices que tus hijos te “ayudan” con tus proyectos de electricidad y eso.

-Que buenos niños son-dije sonriéndoles a ambos-ya, haz que funcione, Isabel. Quiero saber si lo logre.

-Bueno-dijo ella tomando entre sus dedos las pequeñas pilas de 1.5 volts cada una-Si haces bien las cosas, encontrarás… la luz-entonces la pequeña LED amarilla se iluminó y los niños y yo exclamamos asombrados, Isabel nos vio y se rio, era de esas pocas risas sincerar que he llegado a ver en ella, estaba feliz-después de todo sí sabes soldar-me dijo.

-Me enseñaste bien. Gracias.

-De nada.

 

Los cuatro nos quedamos viendo la luz amarilla, en eso la canción terminó y de nuevo Isabel se acercó al reproductor, dijo que quería repetir la canción, era una de sus favoritas. Mientras ella caminaba hacia allá, se me ocurrió un uso para todo ese dinero que había estado dando mi familia y que se quedaba resguardado por la madre de Isabel, Miriam.

 

-¿Y si… con el dinero que tiene tu mamá… te compró una cama matrimonial?

-¿Disculpa?-ella me miró escéptica.

-Sí… ya sabes, para que no te vuelvas a dormir en el suelo y te quedes con nosotros… en la cama.

 

Ella se cruzó de brazos y puso su mano sobre su mentón, estaba pensativa.

Notas finales:

Y que se queda en final abierto este capítulo hahahahahaha

Qué decidirá Isabel? Aceptará esa cama matrimonial que ofrece Beatriz? :3

Qué les han parecido los fan arts??? SON FANTÁSTICOS!!!!

Espero muchos reviews n.n los quiero!!!! un abrazo


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