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De niños del futuro y adolescentes del pasado por Irie Ryuen

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Notas del capitulo:

Hola a todos!!! :3

Lamento la demora u.u tuve final de semestre entonces había que entregar todos los trabajos finales :/ luego metí mi servicio social entonces tengo que ir a la Universidad todos los días y demás 

A parte, prometí en mi página de facebook que iba a actualizar... ayer ¬¬ hahahahaha en fin, ya está aquí la nueva actualización y con una sorpresa hehehehehe leanlo para averiguar :) 

NO OLVIDEN MANDARME FAN ARTS SI TIENEN 

De niños del futuro y adolescentes del pasado

XII

IRIE RYUEN

 

-Creo que por allá hay un espacio libre-señalé a un lugar en el estacionamiento-esto está muy lleno, te dije que viniéramos temprano, Isabel.

-No es mi culpa que esto esté así, es fin de semana, en quincena y esta plaza comercial tiene también una tienda comercial, obviamente iba a estar así-Isabel aparcó justo donde le dije, después de haber estado buscando lugar de estacionamiento por 20 minutos.

-Viéndolo así… tienes razón-me desabroche el cinturón-que bueno que dejamos a los niños con tus papás, ya se habrían hartado-me espere a que ella se acercará a abrirme la puerta, como siempre veía que hacía ella con todas las mujeres, pero como siempre… desde que estamos viviendo juntas, ella no ha hecho ni una sola vez eso conmigo, ¡Ni por error!

-Vamos, o tardaremos más en salir de aquí.

 

En cuanto baje del auto, ella le puso seguro y nos fuimos caminando por el amplio estacionamiento, aun había muchas personas buscando lugar y nosotras a penas y habíamos alcanzado uno y eso porque estaba algo lejos de la entrada más cercana a la plaza comercial. Isabel y yo no tenemos mucha paciencia hablando de grandes multitudes de personas, nos ponen de malas, pero eso no es tan evidente en ella, siempre trata de mantener la compostura, ser amable y sonreír (o al menos no mentarle la madre a alguien), pero yo siempre digo lo que pienso y quizás eso me traiga problemas en un futuro, en fin… equis, nada importante.

 

Caminamos por varias hileras de autos, bajo las luces que colgaban del techo, había vigas que estaban muy cerca de nuestras cabezas e Isabel trataba de alcanzarlas con su mano, pero sin éxito, no era tan alta como para lograrlo. Estaba ella ocupada tratando de tocar las vigas, que no se fijó cuando un señor que venía con su carrito de compras, casi choca con ella, yo la jale hacia mí y evite que la lastimará, al parecer el señor venía distraído en su celular y por eso no nos vio.

 

-Discúlpame, amiga. No te vi-dijo él, siguiendo su camino.

-Descuida-dijo ella tratando de sonar y verse tranquila, pero si uno viera mejor sus ojos, notaría que estaba furiosa. Con ganas de asesinar al tipo, pero o sea… ella también tuvo la culpa por no fijarse. Me miro-gracias, evitaste que me golpearán.

-No hay problema-le sonreí y de nuevo seguimos caminando por el estacionamiento.

 

Llegamos hasta la entrada más cercana y caminamos sobre las escaleras automáticas, en cuanto tuvimos una mejor vista de la planta baja, ambas mirábamos con horror la cantidad de personas ahí presentes, era como si estuvieran regalando cosas las tiendas, o algo parecido. Las personas caminaban de un lado a otro muy aprisa, incluso había padres que mejor llevaban a sus hijos cargándolos en sus brazos para evitar que golpearan a los niños. Ambas nos quedamos en el pasillo central, en un local de café y dulces, que estaba frente a las escaleras por donde habíamos subido. Era la primera vez que estaba en ese centro comercial, era el más cercano a la casa de Isabel. Yo sabía que el sitio este tenía tiendas de muchos tipos, ropa, calzado, electrónica, cines, tiendas de muebles, supermercados, tiendas importantes como Sears, Liverpool, hasta un Recorcholis y muchos restaurantes, pero nunca la imaginé tan grande, hasta ahora sólo conocía las que estaban por mi casa y esas en sí mismas ya eran grandes, pero no creí que existieran otras casi iguales.

 

-¿Por dónde queda la tienda a la que iremos a comprar la cama?-le pregunte con interés, rezando porque no estuviera muy lejos de nosotras.

-En el tercer piso, lado derecho hasta el fondo-esa mujer cuando da direcciones parece un GPS, todo muy ordenado… que miedo y genial a la vez.

-Y estamos en la planta baja… me imagino que en el centro de la plaza.

-Así es-me sonrió resignada. Tenemos que caminar mucho más para llegar a D´Europe, la tienda de muebles

-Pues ni modo, a caminar.

 

Salimos de nuestro pequeño refugio y caminamos entre las personas, pero era tal la cantidad de gente ahí, que caminar no era tan sencillo, tardábamos mucho. Entonces ella me jalo de la mano hacia las entradas de las otras tiendas y caminamos por ahí. Ella me llevaba de la mano para evitar perderme, entonces se detuvo de repente y saco su celular de su bolsa. Había recibido un mensaje de whatsapp, ya a estas alturas yo ya reconocía el sonido personalizado de sus mensajes, era Valeria.

 

-Dame unos minutos-asentí resignada, la verdad es que el tema de Valeria siempre provoca peleas entre nosotras y ahora que Valeria sabe todo, pues ella sigue hablando con Isabel todos los días. Tratando de convencerla de que me deje y ellas cuiden de los niños, ya Isabel me había comentado de absurdo plan anoche. ¡No ha pasado ni una semana desde que ella se enteró de que Isabel y yo tenemos hijos, y ahora me los quiere quitar! Zorra…

 

Me recargue en la pared, igual sacando mi celular y revisando mis propias notificaciones, nada nuevo en twitter, Snapchat o Facebook, pero en whatsapp yo ya tenía varis mensajes de mis amigos y uno de mi papá deseándome los buenos días y que saludará a sus nietos. Mi mejor amiga me decía que ya teníamos que reunirnos pronto y que de preferencia llevará a los niños, ella sólo los conocía por foto, le respondí que quizás en unos días. Pero de todos los mensajes que tenía, a la gran mayoría los deje en visto, nada nuevo que pudieran comentarme; excepto a uno, a mi compañero de la carrera, Luis.

 

Él me había enviado varios mensajes anoche, entre ellos varias imágenes con frases bonitas e invitándome a una fiesta que iba a organizar su hermano la siguiente semana. “Te extraño”, me ponía una y otra vez, claro que a él yo lo veía a diario en clases, pero ah… él y yo, no somos precisamente amigos. Digamos que somos amigos con derechos o “cogíamigos” para que me entiendan mejor, pero parece que en el transcurso de esa relación, él se enamoró de mí y ahora no me lo puedo quitar de encima, él sabía que yo nunca fui enserio con ninguno de mis anteriores novios, que sólo me interesaba divertirme un rato con ellos y no sentirme sola. Pero nada más, a ninguno lo quise en serio y mucho menos amarlos, y Luis al inicio sólo quería acostarse conmigo y yo… bueno, no tenía nada mejor que hacer, pero se enamoró de mí. Y ahora que ve a Isabel, en serio la odia, no hay día en que no la vea con ansias de matarla e Isabel ignora porqué, realmente no quiero que se entere y que crea que soy una fácil.

 

Va! Yo voy a tu fiesta!! Fue lo que le escribí después de leer todos sus mensajes.

 

Guarde el celular en mi bolsa y miré a Isabel, ella seguía en su conversación de whats con Valeria, me dijo que le diera otro par de minutos, que estaba arreglando unas cosas. Rode los ojos y me fije en todas las personas que pasaban frente a nosotras, pero sonó mi celular.

 

Qué bien!! Hace mucho que no te veo en ninguna fiesta :C vamos a bailar juntos toda la noche

 

Luis siempre me ha respondido a todos mis mensajes con apenas minutos de diferencia, sea como sea, él siempre me responde a mí primero. Ese hombre siempre ha sido muy buscado por las mujeres y hasta por los hombres para ser pareja, y claro… es blanco y rubio, ojos azules, alto y delgado, con barba, sinceramente pienso que es muy guapo, además de que tiene un complejo de superioridad muy parecido al mío. Siempre nos creemos los mejores en todo, aunque con Isabel ya aprendí un poco de humildad.

 

-Quisieras :) voy a llevar a Isabel

-¬¬ neta?!! No la lleves, la odio

-equis, la voy a llevar

-como quieras ¬¬

-No seas nena, ya supéralo

-Wey, ella nunca te hace caso

-Luis, neta… no quiero discutir contigo :/

-Bueno, ya… perdón

-:)

-<3

-No empieces XD

-En serio te quiero <3

 

Luis es un buen chico, una vez que se le llega a conocer bien, o sea… con eso de que cree el rey del mundo, es un poco difícil tratarlo, recuerdo que nos hicimos amigos cuando nos encontramos en un concierto y nos reconocimos como compañeros de la misma carrera, desde entonces hablábamos a diario y me comentaba de la clase de vida que él tenía, igual con lujos y muchas ventajas, como la mía. Después fue cuestión de tiempo antes de volvernos cogíamigos.

 

-Termine-me dijo Isabel guardando su celular en su bolsa.

-Va, déjame despedirme.

-¿Con quién hablas?

-Con Luis, de la carrera.

-Ah… ¿el que me mira feo?-ella se rio.

-Él, precisamente.

-Ninguno de tus amigos me mira bien, aunque a decir verdad, nunca ven con agrado a nadie, ustedes y su afán de creerse mucho.

-Ninguno te ve feo, o sea… quizás un poco-pensé mejor en mis amigos de la carrera. La verdad es que muchos le tienen coraje a Isabel por ser siempre tan perfecta en las materias y no tomarlos a ellos en serio nunca. Isabel jamás se ha sentido intimidada por ninguno.

-No importa, ¿vamos?

-Sí-guarde mi celular, no sin antes avisarle a Luis que le respondería más tarde.

 

De nuevo Isabel me llevo de la mano entre las personas, aunque ya me había dicho que no me hiciera ilusiones, que lo hacía para no perderme de vista. Igual eso me hacía muy feliz, ir con ella de la mano. Aproveche el momento para decirle lo de la fiesta.

 

-Oye…-dijimos las dos al mismo tiempo.

-Dime tú primero-me dijo ella en un tono amable.

-Luis me dijo que va a tener una fiesta la próxima semana, le dije que iría y te iba a llevar conmigo.

-¿Quieres que vaya a la fiesta contigo?

-Claro, duh.

-Bueno, supongo que puedo ir. Tenemos rato sin ir a una fiesta desde que llegaron los niños.

-¡Qué bien! ¡Tenía ganas de salir contigo!-le sonreí y le apreté un poco la mano, a ella no pareció molestarle nada de eso-ahora te toca hablar.

-Valeria quiere que los niños, ella y yo salgamos un día de estos… quería preguntarte si estarías de acuerdo con eso.

-¡¿Neta me estás preguntando eso?!-la mire furiosa.

-Bueno, realmente no creo que sea mala idea.

-Eh… la esposa soy yo… ¿eso te suena familiar?

-Quieras o no, ella sigue siendo mi novia. No la voy a dejar así como así, yo la amo.

 

Quizás Isabel nunca se dé cuenta de esto, pero cada vez que ella dice que ama a Valeria, siento como mi corazón se rompe, de verdad que no la quiero cerca de Valeria en ningún momento, ver a la persona que amo irse con algo más ya es muy malo, como para verla ahora irse con mis hijos también, eso jamás. Pero debo de ser inteligente, no me conviene tener a Isabel como enemiga, y si juego bien mis cartas… dejarla ir con Valeria no es tan mala idea si considero que ella puede sentirse excluida con los niños cerca, quizás ella quiera llevarse bien con mis hijos, pero debe de entender que la esposa voy a ser yo, podría unirme a esa salida que Isabel está planeando o simplemente estar al pendiente de mi familia, haciéndoles llamadas o algo, para marcar mi territorio frente a Valeria, si ya lo hice una vez y me funcionó, hacerlo más veces no debería de ser tan difícil.

 

Me enfurece que Isabel quiera ir con Valeria y mis hijos, a pasar rato como si fueran familia o algo, entiendo que ella sea la novia pero… ¡agh! Si no hago bien las cosas, jamás podría ganar su corazón. Además, yo no sé nada de Isabel todavía, apenas y sé que Valeria es su mejor amiga, sé otros pequeños detalles de ella, pero no sé a qué le tiene miedo, a quienes admira, porqué se comporta como lo hace, quién le enseño a ser tan educada y refinada, si tiene un mejor amigo, cuál es su recuerdo más feliz, nada… ¡No sé nada de ella! ¡Y Valeria sí! E Isabel está tan enamorada de ella, que no quiere tener nada que ver con nadie más, ni siquiera cuando Katia intento recuperar su corazón después de que ellas cortaran…

 

-Si te dejo ir… ¿podría ir yo también?

-¿Eh?

-Vamos, con los niños ahí no me puedes decir que eso va a ser una cita

-Pero yo quiero estar con Valeria y los niños, quiero que ella los conozca mejor.

-Isabel… en serio…-la tome de la mano con ternura-razona un poco mejor las cosas, entiendo que la ames y todo… pero no te vas a casar con ella. ¿Para qué luchar contra el destino?

-Es que… yo no me veo casándome contigo-me soltó de la mano-mucho menos enamorándome de ti.

 

Ambas nos quedamos viendo varios minutos, en sus ojos estaba claro que hablaba en serio y que sólo podía ver a Valeria en su futuro, aun cuando los niños eran la prueba de lo contrario. Pero en mis ojos, si no lloré en ese momento fue por pura suerte y orgullo de que ella no lo notará, sus palabras de verdad me habían herido y más aún porque ella había sido sincera conmigo, por primera vez estaba entendiendo su punto de vista, me ponía en su lugar… si alguien más me dijera que me voy a casar con él o ella, y no con Isabel… los golpearía hasta morir o algo, para mí sólo existía Isabel pero para ella sólo Valeria. Estaba furiosa y triste, pero una parte de mí estaba comprendiendo las cosas, esto de juntarme más con Isabel y su familia, estaba haciendo estragos mi pensamiento individualista y egoísta que mi familia siempre me enseño (sí, no se sorprendan… jamás había entendido la empatía hasta ahora).

 

-Déjanos ir, por favor-ella me dijo en voz queda.

-Te respondo luego-le dije y eché a andar por la plaza, tratando de que ella no me viera llorar, pero lo malo es que al ser yo de piel blanca, era muy fácil saber cuándo estaba al punto del llanto, por mi cara y orejas encolerizadas.

 

Isabel camino a mi lado, sin importarle si la empujaba la gente o no, me miraba de reojo preocupada, creo que ella estaba entendiendo la fuerza de sus palabras sobre mí.

Caminamos codo a codo por la plaza, la gente me miraba hasta preocupada, creo que mi cara era muy evidente, tanto que hasta Isabel me dio un pañuelo para sonarme y limpiarme la cara.

 

-No quiero nada tuyo ahorita-le dije furiosa. Ella entendió y guardo el pañuelo en su bolsa, sin decir una palabra.

 

Seguimos caminando hasta llegar al tercer piso, pero antes de entrar a la tienda le pedí a Isabel que nos detuviéramos en una de las bancas y me dejará calmarme. Saqué un pañuelo de mi bolsa y me comencé a limpiar la cara, gracias a Dios que mi maquillaje no se cae con el agua. En ningún momento permití que Isabel me viera.

 

-Beatriz… Lamento haberte dicho eso.

-¿Qué cosa?

-Todo… no tome en cuenta tus sentimientos y te hice llorar, perdón.

-…-la mire pero no dije nada, quería que ella me viera y dijera todo eso en mi cara, a los ojos.

 -No volveré a tocar el tema de nuevo, retiro lo que dije incluso, no saldré con ella y los niños.

-Te dije que lo iba a pensar, ¿no?

-Pero no quiero que me digas que sí sólo para hacerme sentir bien o mal… los niños y… yo… somos tu familia también, fue muy egoísta y horrible lo que hice.

 

Me sentí muy impresionada por todo lo que Isabel me estaba diciendo, quizás ella estaba entrando en razón y se estaba arrepintiendo, lo cual era muy raro en ella… o sea, nunca se había arrepentido de nada antes. De cualquier forma, yo iba a mantener mi palabra de darle mi respuesta luego, pues como dije… si juego bien mis cartas, pueda salir bien parada de esto aun dándole mi permiso a Isabel de salir con Valeria y los niños.

 

-Te perdono-ella me sonrió.

 

Nos dimos unos minutos más antes de entrar a la tienda, y en todo ese momento, aunque Isabel estuvo recibiendo mensajes y seguro todos eran de Valeria, ella no revisó su celular en ningún segundo, se quedó sentada a mi lado hasta que me calme y nos levantamos. Le pregunte si mi rostro se veía lloroso o algo y me dijo que no, de cualquier forma me mire en un pequeño espejo que yo llevaba para verificar.

 

Al entrar, ya se veían desde el enorme pasillo todos los modelos de salas y comedores. Esta no era la primera tienda de muebles que visitábamos, en días anteriores ya habíamos ido a Sears y Liverpool a ver las camas y demás, ¡pero eran muy caras! ¡15 000 pesos por un espejo con un pequeño mueble de noche! ¡7000 por una cabecera sin la base de la cama! ¡35 000 pesos por una cómoda para la ropa! ¡Eso incluso para mí ya era caro! Nuestro presupuesto era de 15 000 pesos, para comprar la cabecera, la base de la cama y si se podía, mesas de noche. Ni de chiste comprábamos en esas tiendas, y yo no tenía ganas de ir a comprar a otras tiendas de muebles más baratos, jamás.

 

De hecho jamás hubiéramos venido a esta tienda, de no ser porque Katia le había dicho a Isabel que ella había estado hace unos días en una, acompañando a uno de sus familiares que estaba comprando nuevos muebles para su casa que estaba en remodelación, menciono que los precios eran accesibles y había muebles muy bonitos. Buscamos en línea cuál era la tienda más cercana a la casa de Isabel y afortunadamente era esta, entonces venimos dejando a los niños al cuidado de mis futuros suegros, más tarde tengo que llamarles para ver cómo están.

 

Miramos dentro de la enorme tienda, había muchas personas dentro viendo que muebles iban a comprar, aunque la mayoría estaba justo en la sección de salas y comedores, aprovechamos para ver dichos muebles. Había salas muy grandes y cómodas, unas incluso con sillones que ya incluían dos reclinadores, que belleza, seguro mi papá amaría esas salas. Los comedores no se quedaban tan atrás, había incluso unas mesas para café con ónix y otros minerales, preciosas, que al menos personas de mi carrera estarían encantadas de tener en casa, Isabel estaba fascinada viendo todos esos modelos, eran los muebles soñados, pero no veníamos por ninguno, igual no perdíamos nada con ver. Aproveche para tomarle fotos a los muebles que me gustaban y mandarles las fotos a mis papás, igual y ellos se decidían a comprarlos.

 

Nos quedamos viendo todos esos muebles como por media hora, que hasta nos olvidamos de lo que íbamos a buscar, me senté sobre algunas salas e Isabel aprovechaba para tomarme las fotos que yo le pedía, aunque nunca quiso tomarse una selfie conmigo. Cuando recordamos a qué veníamos, nos fuimos caminando hacia la parte trasera de la tienda, donde una señorita nos había dicho que ahí estaban las camas. Al llegar vimos varios modelos y nosotras, como niñas en navidad, íbamos corriendo a ver cada una, las cabeceras eran en su mayoría de madera barnizada y con bellos acabados, algunas incluso acolchonadas, las bases de las camas eran casi el mismo modelo pero estaban incluidas base y cabecera en el mismo precio, lo cual era bueno.

 

-Ven, recuéstate conmigo en esta-jale a Isabel hacia mí sobre la cama y ambas quedamos hombro con hombro.

-Se siente muy cómoda…

-Se me había olvidado por completo que había que comprar un colchón para la cama-dije llevándome las manos a la cara de desesperación.

-Primero compremos la cama y después nos ocupamos del colchón y de las sábanas.

-Las sábanas también se me olvidaba tomarlas en cuenta.

 

Nos quedamos en silencio un rato, sin importarnos las personas que pasaban a nuestro lado, y era raro… después de todo el tiempo que ya llevábamos dentro de la tienda, no se nos había acercado un asesor de ventas o alguien para atendernos y eso ya era bastante curioso.

 

-¿Sigues enojada conmigo?-me preguntó Isabel.

-Tenías que arruinar el momento-le dije dándole un pequeño codazo-justo cuando ya se me estaba pasando el coraje.

-Perdón.

-No vuelvas a mencionar eso hasta que yo te diga, ¿entendiste?

-Claro-me dijo rodando los ojos pero sonriendo.

 

Me levante y mire a todas las personas a nuestro alrededor, varios estaban siendo atendidos por asesores y había otros más libres vigilando a las personas, pero ninguno de ellos se nos acercaba, ¿qué no veían que también éramos clientes nosotras?

 

-Ninguno de los asesores se nos acerca-dije a Isabel, que seguía recostada.

-Seguro es porque no parecemos que vayamos a comprar algo.

-¿Eso qué significa?

-Míranos bien-dijo ella sentándose a mi lado-nosotras nos vemos jóvenes, no estamos tomadas de la mano y no aparentamos se pareja ni nada, además nos hemos estado tomando fotos en los muebles y tú las has estado enviando a tus papás para convencerlos de que los compren, eso ya dice mucho de que no venimos con intenciones de comprar algo, ¿no lo crees?

-¿Por qué tienes que ser tan observadora y jamás equivocarte?-le pregunte irritada pero sonriéndole al mismo tiempo.

-Pues vamos a hacer que nos atiendan-se paró y me dio la mano para pararme.

-¿Eh? No te entiendo.

 

Isabel rápido me tomo de la mano y comenzamos a andar por la tienda muy pegadas, como si fuéramos pareja, claro que eso me sorprendió y hasta me sonroje demasiado. Entonces nos detuvimos en varios modelos de cama.

 

-Sígueme la corriente-me dijo ella al oído aparentando decirme algo sexy.

 

Se acercó a una de las cabeceras y con la mano que tenía libre, tomo el precio que colgaba de la misma y me lo dijo sonriente.

 

-¿Qué te parece el precio? Yo creo que es el adecuado.

-¿Eh?-no entendía muy bien lo que estaba pasando, entonces me di cuenta de que ya una asesora nos estaba mirando-ah… creo que está bien.

-¿No te convence? Bueno, deberíamos de buscar más modelos-me dijo Isabel, llevándome aun de la mano entre otros modelos de camas.

 

Nos paramos de nuevo frente a otro modelo de cama cualquiera, y me hablaba de este y su precio, además de que lo tocaba como viéndolo con detalle, además de que me seguía tomando de la mano y con la libre, ocasionalmente tocaba mi hombro, se veía muy seria y segura de sí misma. Entonces entendí si juego, ella estaba actuando y haciendo precisamente lo contrario a las razones que ella me había dicho para que por fin nos atendieran, y estaba funcionando, ya la asesora había llegado hasta nosotras.

 

-Buenas tardes, señoritas. Bienvenidas a la tienda, ¿estaban buscando camas?

-Claro que sí-dijo Isabel, ganándome la palabra. Puso su mano sobre mi brazo y aun me tenía de la sujeta de la mano, parecíamos una pareja de enamorados comprando cosas para su primera casa-Mi esposa y yo estamos buscando desesperadamente una nueva cama.

-Ah, son esposas- Muchas felicidades, ambas son muy bellas.

-Gracias-dijo Isabel con el tono más encantador y lindo que jamás le había oído decir-ella se merece lo mejor-me abrazó con gentileza.

 

En esos momentos me daban ganas de detenerla y preguntarle “¡¿Quién demonios eres y qué has hecho con mi Isabel gruñona?!” sin duda no había conocido este lado suyo, que fuera tan buena actriz, pero este no era el momento para discutir eso.

 

-Hacen una muy bonita pareja. Las había observado desde que entraron a la tienda, estaban viendo los muebles, pero no pensé que quisieran comprar algo, lo siento. Luego sucede que entran sólo a ver, entonces eso nos complica un poco las cosas a los trabajadores-“Isabel tenía razón” pensé.

-Muchas gracias. Verá, estamos buscando una cama matrimonial, o si es posible, una un poco más grande. Ocasionalmente nuestros hijos se duermen con nosotras y nuestra cama ya no da abasto para los cuatro-ella río de forma elegante y presuntuosa.

-Queremos seguir compartiendo cama con ellos, como familia, pero también queremos dormir más cómodas. ¿Me doy a entender?-dije sonriendo de la misma manera que Isabel, ella me miró complacida de que por fin le estuviera siguiendo el juego.

-Por supuesto señorita, bueno… dado que el modelo Queen size es el que le sigue de tamaño a las camas matrimoniales, las llevaré a ver esos modelos. Síganme, por favor-dijo la señorita viéndonos.

-Te lo dije, amor. Aquí podemos encontrar la cama que buscamos-le di un beso en la mejilla a Isabel, sin duda yo me había aprovechado del momento vilmente. Isabel me miro un poco enojada pero al final se río.

 

Seguimos a la señorita por los muebles hasta llegar a otros modelos de camas tamaño queen, sin duda el cuarto de Isabel era muy grande y daba abasto perfectamente para esa cama, quizás tuviéramos que sacar algunas cosas, pero a fin de cuentas no íbamos a tener problema en acomodarla.

 

Ella nos preguntó cuál era nuestro presupuesto y dijimos que 15 mil pesos, claro que esperábamos encontrar algo mucho menor que eso de precio, al menos la base y la cabecera. La asesora se quedó pensativa y después nos guío hacia unos modelos de madera barnizada, le pregunté si tenía alguna cabecera con tapiz o que estuviera acolchonada, pero nos dijo que por ser una cama queen size el precio iba a ser mayor, entonces me rendí pero de cualquier forma, estos modelos de cama eran muy bonitos.

 

Isabel y yo nos paseamos entre los cinco modelos de cama que nos mostró la señorita, el color era muy parecido entre las cabeceras, café oscuro, pero sus diseños eran distintos. Una cabecera parecía tener un marco a lo largo de las orillas, otra estaba hecha como si fuera rompecabezas, con varios cubos de madera que conformaban la cabecera. La otra en el centro tenía un diseño de varios círculos grabados con un pirografo. Y la última, lo más llamativo era la base de la cama, ya que a cabecera era muy parecida al primer modelo, pero de esta la base era curveada a los extremos, estaba diseñada para que justo en la parte del medio estuviera el colchón y a los extremos se vieran están figuras como olas, cabecera y base de la cama estaban del mismo color, café oscuro, madera barnizada.

 

Isabel se veía fascinada por este último modelo y aunque a mí también me gusta mucho, me asustaba saber el precio, seguro era la más cara de todas. Le pedí a la asesora que nos diera los precios de todas, descartando claro sus respectivas mesas de noche y cómodas. Los primeros tres modelos que nos había mostrado apenas costaban 13 mil en promedio, pero la última rozaba los 14 mil, 200 pesos. La chica nos había mencionado que eran todos los modelos que tenía según nuestro presupuesto dado que estaban en oferta. Le pedí que nos diera unos minutos para decidirnos, entonces me senté con Isabel sobre una de las camas, para pensar qué íbamos a hacer ahora.

 

-Bueno, aquí hemos visto los precios que se acercan más a nuestro presupuesto-me dijo Isabel, después de un rato de haber hablado sobre todos los modelos.

-Sí, el problema es que aun con la más barata, apenas nos quedarían dos mil pesos… no nos alcanza para un colchón de ese tamaño, sólo para las sábanas.

-Lo sé, pero… podemos buscar mejor una cama matrimonial.

-Podríamos… pero estaríamos un poco apretados aun los cuatro, una cama de ese tamaño nos da más libertad de movernos, además de que los niños no dejan de moverse por la noche-le dije, recordando como Merak ya había terminado en algunas ocasiones sobre su hermano y en muy pocas, encima de mí.

-Yo opino que compremos uno de estos modelos aquí y las sábanas en otra tienda. El colchón… no tengo mucho dinero ahorrado, apenas unos mil pesos.

-Y yo tengo otros mil quinientos… no nos alcanza para el más barato si quiera-habíamos revisado anteriormente unos colchones en línea y los de ese tamaño, rondaban entre los 3 mil pesos hasta los 9 mil.

-Podríamos comprar el modelo de cama más barato y así tenemos dos mil se sobra, mil que se gasten en las sábanas y el cobertor, y los otros mil lo juntamos con los dos mil 500 pesos que ya tenemos entre tú y yo, con eso ya podríamos juntar dinero.

-Pero…

-¿Qué sucede?

-A ti te gustó mucho el modelo de las olas, ¿no?

-Pues sí, pero así podemos juntar para la cama. No te preocupes por eso…

 

Me quede pensativa un rato, tratando de resolver esto. Seguía aun enojada con ella, pero cuando vi su cara cuando observaba ese modelo de la cama, se notaba que le había gustado mucho y después de todo, esa era su casa y su cuarto en donde nos estábamos quedando, que al menos la cama la hubiera elegido ella sería lo más justo… eso quiero creer. Pero elegir ese modelo nos dejaba con 800 pesos de los 15 mil originales, que los usaríamos para las sábanas y el cobertor, y con 2500 pesos que teníamos extra entre las dos. A mí parecer, sólo quedaba una solución.

 

-Bueno, yo quiero que compremos el modelo que a ti te gusto-le dije después de pensarlo bien todo.

-¿Qué?

-Sí, te lo mereces. Es un modelo muy bonito, además.

-Pero no nos va a alcanzar para el resto.

-Lo sé, pero no importa… le llamaré a mi papá y le pediré que nos preste dinero.

-¿Segura?

-Sí, de cualquier forma, él nos da casi 2000 semanales, si le pidió los de esta semana, ya juntamos para lo que nos falta, que es el colchón.

-Gracias, Beatriz-ella se paró y me abrazó.

-¿Tanto así te gusto esa cama?

-La verdad es que es un modelo precioso-me dijo sonriente-Lo vi y me encantó.

-Qué bueno-dije-ahora dale un beso de agradecimiento a tu esposa-sonreí de oreja a oreja. Ella me besó en la mejilla al menos tres veces-¡Pero yo quería en la boca!-dije haciendo puchero.

-No abuses de tu suerte-me dijo riendo y jalando mi nariz sin lastimarme. Bueno, al menos había conseguido tres besos en la mejilla seguidos, ya era suficiente para mí.

 

Pero antes de continuar con los trámites, aun debía de hablar con mi papá, así que le marqué. No me contestaba en su celular, así que le llame a su consultorio, donde me respondió su secretaria, que me dijo que recién estaba terminando una consulta con una paciente, que le llamará en un par de minutos. Entonces regresé con Isabel y ambas fuimos con la señorita a decirle que íbamos a comprar el último modelo que nos había enseñado. Éramos la pareja más joven ahí y las únicas lesbianas, todos se nos quedaban viendo raro, aunque ya me había acostumbrado un poco a esa mirada, pero también oí a otras personas decir que éramos muy bonitas, en especial yo por mi apariencia física. Realizamos todos los trámites y pagamos el modelo de la cama que queríamos, dimos la dirección de la casa de Isabel y nos informaron que la base de la cama y la cabecera llegaría de 3 a 7 días a partir del día de hoy, Isabel tendría que dormir en el piso tres días más.

 

-“Castigo suficiente por lo de hoy”- pensé.

 

Entonces recibí una llamada de mi papá. Le conteste y aproveche para sentarme en una de las salas, me dijo que no había podido ver mis mensajes porque estaba en consulta pero que ya podía atenderme, entonces le dije todo lo que había pasado con respecto a la compra de la cama, más tarde le comentaría el problema con Valeria, hablar con papá siempre me tranquiliza. Le pregunté si nos podía depositar de una vez los dos mil que siempre me daba cada semana y que los usaría para comprar el colchón, me dijo que sí podía depositarme ese dinero pero que prefería vernos personalmente para ver el colchón que íbamos a elegir, le dije que no había problema y que entonces él eligiera la tienda donde nos veríamos para comprar el colchón, cerca de su trabajo hay una tienda que se dedica a la venta de colchones así que ese era nuestro punto de reunión más tarde, le agradecí muchas veces lo que estaba haciendo por nosotras y regrese con Isabel para decirle todo. Ella estaba feliz de que podíamos tener una cama nueva, donde ella ya no volviera a dormir en el suelo, eso también siempre la tenía de mal humor. Estaba de acuerdo en ver a mi papá más tarde.

 

Salimos de la tienda y nos dirigimos a Liverpool y a Homestore para ver las sábanas, pero en la segunda tienda, los precios por las sábanas y el cobertor, excedían ya nuestro nuevo presupuesto, entonces mejor nos rendimos y fuimos a Liverpool. En todo el camino desde que habíamos salido de la tienda de muebles, Isabel me había tomado de la mano, me extrañaba eso.

 

-Ya salimos de la tienda, y aun me tienes de la mano-le dije sonriente.

-Tu mano es suave-apretó un poco más mi mano sin lastimarme, me gusto que hiciera eso-no lo había notado antes-me sonrojé con su comentario y rápido le di un beso en la mejilla.

-Te aprovechas de mi distracción-se río y me sostuvo fuerte de la mano. Igual no era raro ver la a ella ir de la mano con sus otras amigas de la Universidad así que, desde ese punto de vista, a ella no le provocaba problemas ir de la mano conmigo, solo me estaba viendo como a otra amiga.

 

-¿Cómo supiste lo que teníamos que hacer para que nos atendieran?-le pregunte cambiando un poco de tema.

-Bueno, ya antes había ido con Katia a ver una tienda de muebles cuando éramos novias, como nos vieron cariñosas la una con la otra y muy interesadas en los muebles, pensaron que íbamos a comprar algo, pero les dijimos que no era cierto y cuando mire mejor a los demás clientes, los que no estaban siendo atendidos eran aquellos que veían solos y se veían sin interés, o los que veían con algún otro acompañante pero no se hablaban mucho, no sé… como que buscan cierto patrón de comportamiento, por eso hice eso contigo.

-Pues funciono-le dije mientras entrabamos a Liverpool.

 

No nos costó trabajo encontrar la sección donde tenían las sábanas y cobertores, lo cierto es que el cobertor de plano lo íbamos a tener que comprar en otra oportunidad pues todos eran muy caros, aunque ya habíamos solucionado eso, asumiendo que usaríamos entonces las otras cobijas que Isabel tenía en su cuarto y que dé mientras usaríamos sus cobertores también. Pero las sábanas afortunadamente estaban dentro de nuestro presupuesto, al menos como para comprar dos juegos, fueron dos juegos de sábanas lisas de satín de 300 hilos, color beige un juego y blancas el otro.

 

Volvimos al auto y nos dirigimos hacia la tienda donde íbamos a ver a mi papá, en el camino aproveche para llamar a nuestros niños. Ellos estaban muy emocionados por la nueva cama, ya querían estrenarla pero les dijimos que llegaría en unos días, así que mientras seguiríamos durmiendo como siempre. Se decepcionaron un poco pero se les pasó en cuanto le pregunte cómo había estado su día, los puse en el altavoz para que Isabel también los escuchará.

 

-Vimos unas películas con los abuelitos-dijo Dubhe.

-¿Cuáles vieron, mi pequeño?-pregunte.

-La del señorPeabody y Sherman-dijo Merak muy emocionado-¡La vimos tres veces!

 

Entonces recordé que igual cuando yo era niña, solía ver mis películas favoritas varias veces al día muy  a pesar de mis papás, sentí lástima por mis suegros pero sabía que su amor por los niños era más grande que soportar ver esa película tantas veces, además de que yo ya había pasado por eso junto con Isabel con los niños antes, con la película del Rey León, pero esta que me decían no la conocían.

 

-¿Y de qué trata esa película?-le pregunte.

-De un perro que habla que adopta a un niño humano cuando este era bebé y ahora el perro lo educa en muchas materias, para enseñarle historia ambos viajan por una máquina del tiempo que inventó el perro-dijo Isabel, quien iba atenta a la conversación y al camino al mismo tiempo.

-¡Sí! ¡Del señor Peabody y su hijo Shedman!-Dijo Merak

-Es Sherman, Merak-lo corrigió su hermano.

-Ah, Shedman-Isabel y yo reímos por los intentos de Merak de decir Sherman.

-¿Y ya comieron?-preguntó Isabel.

-Sí, comimos pollo, pepinos y helado-dijo Merak.

-¡De Vainilla!-grito emocionado Dubhe.

-Que rico-dijo Isabel con total sinceridad y muy contenta, hablar con los niños siempre le levantaba el humor.

-¿Y sus abuelos dónde están?

-Están aquí-dijo Dubhe.

-Pásamelos, cariño. Besos, llegamos a casa en unas horas.

 

Isabel y yo hablamos con mis suegros durante algunos minutos, los pusimos al tanto de lo que había pasado con la nueva cama y que ahora íbamos de camino a ver a mi papá para comprar el colchón, los señores se sintieron un poco ofendidos de que no los tuviéramos en cuenta para pedirles ayuda para pagar todo, pero entendieron y aceptaron que mi papá interviniera con el dinero que siempre nos daba. Les dimos las gracias por cuidar a los niños y nosotras seguimos nuestro camino a la tienda. Durante el cual trate de tomar la mano de Isabel que estaba sobre la palanca de velocidades como cualquier pareja enamorada lo hacía en el auto, pero ella no se dejó, volvía a decirme que no abusara de mi suerte.

 

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A PARTIR DE ESTE PUNTO empieza la canción que acompaña a este capítulo J que la disfruten

https://www.youtube.com/watch?v=6qNjUu0BD0c

 

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Al final me dejo poner música durante el resto de trayecto, así que le di reproducción aleatoria a su celular y empezó una canción que jamás había oído en mi vida, como parece que me sucede últimamente con ella.

 

-¿Cómo se llama esa canción?-le pregunte muy interesada-suena tranquila y bonita.

-Se llama The Promise, de Tracy Chapman.

-No lo conozco-dije escuchando la canción.

-No me extraña-ella dio la vuelta para entrar a una de las principales avenidas de la ciudad-es más conocido entre la generación de nuestros padres.

-Tienes gustos muy antiguos en música.

-Bueno, eso es porque no me gusta mucho la actual, tengo mis favoritos pero prefiero a los de antes.

-Igual es una buena canción. La letra es muy bonita.

-Claro que lo es-ella sonrió y le subió un poco más al volumen-I'll find my way back to you
If you'll be waiting
-ella comenzó a cantar en voz baja mientras yo disfrutaba de escucharla.

 

 

 

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El día había sido muy agotador, caminamos mucho y habíamos visto muchas camas, sabanas y hasta colchones, me sentía más agotada que cuando iba a comprar ropa o algo que me gustará. Además, nos tocó hacer la cena para los niños que nos esperaban en la sala dormidos, para variar con la tele encendida y la película de las aventuras de Mr. Peabody y Sherman. Les dimos de cenar y los cuatro subimos a mi cuarto, ya para irnos a dormir, mis papás habían salido un rato a correr en el parque y mi hermano no estaba en casa, sino que se encontraba con su novia. Aproveche para mandarle un mensaje de las buenas noches a Valeria, pero ella respondió si de verdad íbamos a salir ella, los niños y yo pronto, no supe que contestarle y la deje en visto, eso sería mi fin seguramente en cuanto la viera, pero por ahora… entendía que me había portado de forma egoísta con Beatriz y que debía de tomarla en cuenta en una decisión como esta.

 

-¿Y cuándo va a llegar la cama, mami?-me preguntó Merak mientras los dos nos lavábamos los dientes.

-En tres o siete días, hijo-le revolví su cabello rojizo.

-¡Ya vamos a dormir, mami!-Dubhe me llamaba para ir a la cama.

 

Merak y yo terminamos de lavarnos los dientes y la cara, entramos al cuarto y ya sobre la cama estaba Beatriz y Dubhe con su pijama y listos para dormir.

 

-Que buena onda de tu papá por pagar lo que nos faltaba del colchón y aparte darnos los 2000 pesos, así tendremos para pagar las comidas y cosas de la semana-le dije a Beatriz mientras le ayudaba a Merak a taparse con las cobijas de la cama.

-Sí, mi papá se la rifo con eso. Fue un muy lindo detalle de su parte.

-Me dijo que teníamos que ir a tu casa pronto a comer con ellos, que les gustaría ver a los niños.

-Podemos ir en el próximo fin de semana.

-Suena bien.

-¿Vamos a ir a ver a los abuelitos?-me preguntó Merak emocionado.

-Sí, ellos quieren verlos y abrazarlos mucho-Beatriz abrazo a ambos niños-Y dentro de poco vamos a tener una cama más grande para que ustedes y yo, podamos dormir con su mami Isa en la misma cama. ¿Qué les parece?

-¡Genial!-dijeron ambos niños riendo.

-Pues voy a apagar la luz y nos vamos a dormir todos-dije acercándome al apagador, pero escuche que uno de ellos se levantaba de la cama, mire y los dos niños ahora estaba en el suelo, justo en mi cama-¿Y a ustedes que les ocurre?-los mire divertida-¡A dormir!

 

Los tome a los dos entre mis brazos y los cargue como costales (justo como mi papá nos solía cargar a mi hermano y a mí), regresándolos a la cama a lado de Beatriz.

 

-¡Pero queremos dormir contigo!-dijo Merak

-¡Ajá! Te extrañamos-dijo el otro hermano y antes de que yo pudiera protestar, ambos niños estaban de nuevo en mi cama improvisada del suelo, no era la primera vez que se dormían conmigo, pero sí era la primera ocasión en que me avisaban antes de dormir.

-Bueno, ya ni modo, acuéstense y tápense bien-Beatriz nos miraba divertida. Apagué la luz y regresé a mi cama improvisada que Beatriz siempre hacía para mí todas las noches, al menos le ponía empeño al hacerla, trataba de que yo me sintiera cómoda en el suelo.

 

Me acosté de lado hacia los niños con un brazo abrazándolos y el otro, sobre mi cabeza como una almohada, la ventaja es que mi cuarto está alfombrado así que no pasó nada de frío, además de que Beatriz me pone varias cobijas como colchón. Merak estaba entre Dubhe y yo, ambos niños se voltearon hacía mí y podía sentir cómo se relajaban ya para dormir. Les acaricie su cabello y entonces escuche que Beatriz se paraba de la cama.

 

-¿Qué haces?-pregunte en cuanto ella se bajó al suelo también, colocándose  detrás de mí y abrazándome por la espalda.

-Pues me vine a dormir con mi familia, ¿o qué esperabas?

 

Rodee los ojos, sabía que era inútil discutir con esta chica y no quería armar un escándalo ya a altas horas de la noche. Así que deje que hiciera su voluntad, además de que estaba tratando de ser más empática con ella. Aunque no era la primera vez que hacía llorar a una chica, sí era de esas pocas veces en las que me arrepentía de eso. Sentí como se acurrucaba más en mi espalda y los niños se pegaban más hacia mí, sin duda iba a pasar un poco de calor con tantas personas sobre mí. Aunque lo cierto es que disfrutaba esa sensación de tener a personas que me quisieran mucho y que sean mi… familia, no podía esperar a tener ya mi cama tamaño queen, para dormir con ellos. Beatriz había sido una muy buena persona hoy, se lució dejando que compráramos el modelo de cama que me gustaba y arreglar con su papá para pagar el colchón, lo que me recuerda… debo de llamarle mañana al señor Daniel y darle las gracias de nuevo por tan generoso regalo.

 

-I've longed for you-de pronto la escuché a ella cantar en voz queda, justo la canción que habíamos escuchado en el auto horas antes-And I have desired To see your face your smile To be with you wherever you are

-¿Tanto te gustó esa canción?-le pregunte estando yo agotada ya, a punto de quedarme dormida.

-Me gustas tú.

 

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Mire la escena que estaba ante mí: Isabel, Beatriz y sus hijos acostados en el suelo, abrazándose entre ellos, como toda una familia. Me pasé sobre sus cabezas hacia la mesita de noche, qué bueno que dejen siempre la ventana abierta, por ahí puedo entrar sin problemas.

 

-Se ven tan lindos-dije en voz baja para no despertarlos-bueno… espero que esto les siente bien-deje un sobre manila amarillo tamaño oficio sobre la mesita de noche de Isabel-una salida a uno de sus tantos problemas.

 

Anoté una pequeña oración el sobre y rápido salí del cuarto, ellos despertarían pronto si hacía mucho ruido yo. Miré de nuevo la escena y sentí mucha envidia por las chicas. Entonces note que uno de los niños se había parado y me estaba mirando, aunque algo somnoliento, era Merak.

 

-Shhhh-le dije en voz queda mientras me salía por la ventana, él apenas podía verme, quizás y con mucha suerte, él sólo me vería como una figura negra y no mi rostro, como antes había sucedido.

Notas finales:

:O

Ya apareció la persona responsable de los niños!!!! hehehehehe aunque lamento decirlo pero no volverán a saber de él/ella hasta dentro de varios capítulos más hahahahaha soy malvada n.n es sólo q esta última escena es la que va a dar pie al siguiente capítulo n.n

qué habrá dejado esta persona en el sobre? :O miedoooo hehehehehe

Los invitó a pasar a mi página de facebook :D los quierooo, un abrazo n.n

#PrayForOaxaca

#PrayForOrlando

IRIE RYUEN

 


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