Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

De niños del futuro y adolescentes del pasado por Irie Ryuen

[Reviews - 115]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola a todos!!! :D perdón por la larga espera :(

tuve muchos problemas durante el mes pasado (todos de salud familiar y propia) y no pude actualizar, sin embargo aquí ya está el nuevo capítulo :D que lo disfruten!!!

Y adivinen cuántas palabras tiene? :) más de 10,000 lo que equivale a más de dos capítulos XD es el más largo que he escrito hasta ahora, para compensar esa enorme falta que les hice :)

De niños del futuro y adolescentes del pasado

XIII

IRIE RYUEN

 

Cuando desperté, los niños estaban uso sobre el otro, Merak tenía incluso sus brazos sobre la cara de su hermano, entonces entendí que fue mejor haber comprado la cama queen size que una matrimonial, al menos así no los tendría encima de mí al dormir, pero en cuanto voltee, Beatriz dormía plácidamente recargada sobre mi espalda con su cara hundida en mi cabello. Traté de moverme pero me di cuenta de Dubhe y Beatriz me sujetaban de mi ropa, entonces ella se despertó y me miro a los ojos, para después volverse a recargar en mí.

 

-Ey, hay que ir a la escuela-le dije moviéndola un poco-levántate.

-No quiero ir-me dijo aun con la voz queda, se notaba que estaba cansada.

-Pues si no quieres ir, no tienes por qué hacerlo-trate de soltarme un poco-pero yo tengo que pararme, le haré el desayuno a los niños.

-Pero… ese me toca a mí-dijo ella bostezando.

-Yo lo haré, ustedes suban a la cama.

 

Por fin me soltó y cargue primero a Dubhe para ponerlo en la cama y luego a Merak, ambos niños apenas se dieron cuenta que estaban de nuevo en la cama y los tape, entonces me voltee a ver a Beatriz, ella seguía en el suelo envuelta con las cobijas, trate de quitárselas pero ella forcejeaba para evitar eso.

 

-Súbete al menos a la cama con los niños.

-Cárgame-me pidió con voz tierna.

-No puedo, no soy tan fuerte como para cargarte-pareció no hacerme caso, me puse a su lado y con una mano la levanté hacía mí, para ayudarle a caminar hasta la cama, parece ser que ella tampoco es tan mañanera como yo pensaba.

-Gracias-me dijo una vez que la puse en la cama-¿qué hora es?

-Casi las 5 am, los despertaré en cuanto acabe de preparar el desayuno. ¿Vas a ir a la escuela o no? Para saber si mejor se los dejo preparado y yo me voy con mi hermano.

-No quiero ir-ella se volteó hacia los niños y los abrazó a ambos-hoy no… no tengo algo importante que entregar… creo-ella comenzaba a quedarse dormida.

-Está bien-coloqué mi mano sobre su cabeza y los miré a dormir a los tres unos segundos-mis pelirrojos-dije sonriendo y me mentí a mi baño para asearme.

 

A esta hora ya la mayoría iba a comenzar a levantarse, mi hermano en media hora y mis papás creo que en 15 minutos aproximadamente. Como el acuerdo siempre fue que nosotras nos íbamos a encargar del desayuno de los niños y los de nosotras, pues en realidad no me tenía que preocupar por preparar los de mis papás y mi hermano, pero no estaba demás dejarles preparado el jugo o algún licuado como siempre lo hacía Beatriz cuando ella cocinaba, desde que los tres están en nuestra casa, me ha tocado preparar el desayuno como dos veces… esta sería la tercera vez.

 

Llegué a la cocina y comencé a preparar lo que íbamos a comer, como seguramente Beatriz se iba a quedar en casa, entonces me tocaba preparar sus licuados y dejar fruta por lo menos, ya Beatriz se encargaría de preparar el desayuno fuerte como a las 9 am cuando los tres se levanten, me asegure de checar en el refrigerador de que hubiera comida para preparar quesadillas o huevos revueltos, elegí para mí unas quesadillas de queso con salsa verde y les hice un coctel de fruta a todos, con papaya, melón, unas fresas que encontré y queso cottage. Dejé los de mis papás, mi hermano y el mío en la barra de la cocina, mientras que los de Beatriz y los niños los metí al refrigerador.

 

-Provecho-me dijo mi hermano que recién iba bajando, él primero se había bañado.

-Gracias, les deje fruta en la cocina.

-Va, la tomaré, gracias.

 

Él preparó su propio desayuno y se sentó frente a mí. Ya estaba listo para irse, sólo tenía que desayunar y listo, lo que me sorprendió porque él siempre se va con nosotros a la universidad y algunas veces se le hace muy tarde.

 

-Qué raro verte parado a esta hora y ya listo-le sonreí.

-Lo sé, pero mi novia dice que va a pasar por mí para irnos juntos, ¿no quieres que les demos ride?

-Quizás sólo a mí, Beatriz se va a quedar con los niños.

-¿Y eso? ¿La señorita perfecta eligió quedarse?

-Creo que se cansó mucho de ayer.

-¿Gastar dinero la agota?

-Hahahaha déjala-me reí-a decir verdad ella se ha estado portando bastante bien.

-Sí, eso he visto y tolera muy bien tu humor del demonio, no cualquiera hace eso.

-Cállate.

-¿Entonces vas a querer el ride?

-Me serviría, gracias.

-Pues apresúrate porque ella llegará en una media hora.

-De acuerdo-me levante de la mesa, ya había terminado de desayunar-deja termino todo lo que me falta y listo-él levantó su tasa de café en señal de aprobación.

 

Fui a la cocina para lavar mis trastes y todos los utensilios que había usado para preparar el desayuno, cuando escuché a Beatriz gritando por mí desde mi cuarto. Como desde la cocina se puede ver directo hacia la sala, mi hermano y yo nos quedamos viendo un poco desconcertados y luego los dos salimos corriendo hacia las escaleras, pero Héctor decidió quedarse abajo mientras yo subía al cuarto, ya arriba vi a mis papás que salían del suyo aun con pijama puesta, me miraron confundidos pero les dije que todo estaba bien, Beatriz ciertamente gritaba por mí aunque no era de terror o algo parecido, aunque era alarmante.

 

Llegué hasta mi cuarto pero en ese momento la puerta se abrió o chocó contra mi cara, caí al suelo de bruces y puse mis manos en mi rostro, sobando mi nariz que era la que más me dolía. Entonces Beatriz salió de mi cuarto y me vio tirada en el suelo, se puso de cuclillas frente a mí y me quito las manos de la cara, para después sobarme, pidiéndome perdón una y otra vez. 

 

-¿Está todo bien?-preguntó mi papá en cuanto se nos acercaron.

-Sí, eh… todo está bien, sólo quiero hablar con Isabel urgentemente.

-Ok… pero tengan más cuidado-dijo mi mamá ayudándome a parar-¿te encuentras bien, hija?

-Sí, ah… sólo fue el golpe…-dije tratando de recuperarme del golpe-creo que ya estoy bien… No se preocupen, bajen a desayunar, les deje fruta en la cocina.

-¿Y por qué gritabas, Beatriz?

-Quiero hablar con Isabel, es todo-dijo ella más seria y como si estuviera corriendo a mis papás-es un poco urgente…

 

Mis papás se quedaron unos momentos más, esperando a que yo reaccionara bien, el golpe me había dolido mucho, en cuanto vieron que ya estaba bien, ellos se regresaron a su cuarto, en las escaleras vi a mi hermano asomado que igual bajaba a la sala. Beatriz llamó de nuevo mi atención y me indico que la siguiera. Ya adentro estaban los niños jugando en la cama, un poco curiosos por todo el ruido de antes, pero tranquilos. Beatriz me revisó de nuevo la frente y nariz, quizás se me formaría un chichón más tarde por el portazo.

 

-¿Qué querías mostrarme?-dije dejándome revisar.

-Estaba mandándole un mensaje a Luis, de que no iba a ir a la escuela y que entregará los trabajos en equipo por mí, cuando vi que había un sobre en la mesa de noche, con la misma letra del stalker.

 

Así le habíamos puesto a la persona que nos había estado mandando las notas antes sobre los niños, como no sabíamos de qué otra forma llamarle, pues ese se nos ocurrió. Además, ni siquiera sabemos si sea un hombre o mujer, detesto no poder deducir mucho de la nota, me falta mejorar eso. Entiendo que un sobre o una nota no impliquen que alguien grite o algo, que sea una emergencia, pero en nuestro excepcional caso, lo entiendo, saber de esta persona es aterrador pero a la vez gratificante, porque de cierta forma, nos ayuda diciéndonos qué va a pasar, sus anteriores notas han sido todo lo que ha ocurrido en un código, bastante sencillo una vez que armamos los hechos.

 

-¿Ya lo abriste?

-No, primero quise avisarte.

-La siguiente vez, mejor sin portazo.

-Niños, ¿podrías bajar a la sala, con su tío Héctor y pedirle que les dé un licuado? Nosotras bajaremos más tarde con ustedes-Beatriz les sonrió a los niños y ellos obedecieron.

 

En cuanto estuvimos solas, ella se sentó sobre la cama a mi lado y yo tome el sobre. Era de color amarillo, tamaño oficio que tenía escrita otra nota encima, aunque esta vez no tenía ningún aroma en específico. Trate de identificar de nuevo marcas en él, algo de información que pudiera obtener, pero de nuevo nada, era un sobre común y corriente, la nota era lo relevante. Estaba escrita con la misma elegante letra de siempre, aunque esta vez las letras no estaban adornadas, simplemente era cursiva pero era de la misma persona. Beatriz leyó la nota, decía lo siguiente:

 

No pude evitar notar que necesitaban ayuda con los niños y aunque intentaron hacer algo al respecto, a cualquiera le da miedo ir a la cárcel por corrupción. En fin, en teoría esto no cuenta como algo malo si los niños realmente aun no nacen en nuestra época. Tomen esto como una ayuda, tomen en cuenta que esto cuenta como documentos originales, así que sáquenles copia. Saludos y abrazos. Y felicidades por la cama, ojalá que la puedan estrenar pronto.

 

Ambas nos miramos con curiosidad, al menos era obvio que esta persona nos tenía muy bien vigiladas y que sabía por lo que estábamos pasando, pero en ningún momento mostro tener intenciones maliciosas, viéndolo desde un punto de vista neutral… incluso traer a los niños no sería algo malo, a pesar de los estragos que eso está haciendo con mis nervios. El problema es descubrir qué hacen aquí los niños.

 

-Yo lo abriré-dije y tomé el sobre entre mis manos. Para estos momentos, ya me parecía obvio lo que había ahí.

 

Dentro había varios papeles, todos oficiales de México. Lo primero, dos actas de nacimiento color rosa (las actualizadas) de los niños, con todos sus datos, sus nombres, donde habían nacido (supuestamente), géneros, fecha de nacimiento, etc. Además estaban los datos de nosotras como sus madres, y los de sus abuelos, además de la fecha en la que supuestamente las actas habían sido expedidas. Justo adjunto a estas, había otra nota, “Ninguno de estos datos es real, los niños no nacieron en ese lugar y en esa fecha, así que no se la crean”, ambas nos miramos enojadas, por fin podríamos tener esos datos pero resultó que eran falsos, seguíamos sin saber cuándo nacerían ellos, todo quedaba en manos del destino.

 

Había también sus CURP, con los datos de su fecha de nacimiento (falsas) y nombres; además de sus cartillas de vacunación que también tenían una nota, diciéndonos que esos eran los únicos datos reales, los niños ya estaban vacunados contra todas esas enfermedades, lo que era un alivio porque nosotras no sabíamos qué hacer con respecto a eso. ¡Inclusive pasaportes para ambos niños! No había visto algo así jamás en la vida, tantos documentos oficiales “falsificados” y de tan buena calidad, la nota que acompañaba a estos pasaportes decía que nos los daban por si las dudas… pero que de preferencia no sacáramos jamás a los niños del país, quién sabe si se darían cuenta si esos documentos eran falsos.

 

Beatriz dio un gran suspiro mientras yo me lleve las manos a la cara, ambas estábamos aliviadas, un gran problema se nos quitaba de encima, dado que ni mis padres habían sido capaces de mandar a hacer esos papeles, los niños habían estado yendo con nosotras a la universidad, escuchando nuestras clases y habíamos tenido que explicarles muchos temas algo complicados o simplemente los que no eran para personas de su edad, explicarles cosas como de toxicología, especies invasoras, conflictos socio-ambientales, etc… era un problema… nuestra carrera a pesar de que está enfocada a resolver los grandes problemas ambientales, no se puede hacer eso sin antes conocer el origen de esos problemas, lo que incluye saber todo lo malo y cruel de la humanidad… no entiendo porque un humano aun no entiende que sin la naturaleza, ya no pude sobrevivir pero la naturaleza sin nosotros incluso se encontraría mejor.

 

-Esto es… ah… es…-Beatriz trataba de reaccionar

-Me quedé sin palabras también-dije finalmente, aun con los documentos en la mano.

-¿Sabes lo que esto significa?

-Qué el stalker nos ha estado ayudando desde un inicio-dije más como respuesta que cómo pregunta hacia ella.

-Eso mismo-se levantó de golpe de la cama-¡Estos papeles por ahora nos van a servir para meter a los niños a una escuela! ¡Y no sólo eso! ¡Ponerlos en el seguro médico también! Literalmente esto hace que los niños sean reconocidos ante el país…

-Siempre y cuando no exista algún imbécil que quiera investigarlos-me pase la mano por mi abundante cabello.

-Bueno-volvió a sentarse a mi lado, tomo los papeles y los puso atrás de nosotras-sé que tú… nosotras-me tomó de la mano-sabremos cuidar de nuestra familia.

 

Sin duda aun me costaba trabajo acostumbrarme a sus formas de expresarse tan amables y familiares, a la vez de amorosas; la chica que siempre era ruda y grosera con todos, no lo era conmigo, jamás lo fue directamente y ahora tampoco lo era con los niños, no sabía si sentirme apenada o confundida, jamás alguien había sido así de imposible de entender para mí. Sabía que ella sólo pensaba en nosotros como su familia, éramos la única prueba de que ella era mejor de lo que siempre ella había esperado de sí misma, y el problema era yo, no era como si me estuviera enamorando de ella, ni siquiera era esa la realidad remotamente, más bien… estaba empezando a verla como realmente era, más que ese exterior suyo tan grosero y altanero que siempre dejaba ver a todos, desde que la conocí, jamás espere verla de otra forma, que fuera incluso capaz de mirar a alguien de la misma forma en que ella me veía ahora. Siempre odie equivocarme, por eso me esforzaba por ser de las mejores deduciendo cosas, pero mi mayor reto hasta ahora ha sido ella.

 

-¿Qué sugieres que hagamos?-le pregunte aceptando que me tomará de la mano, dejar que me muestre su cariño de vez en cuando no es tan mala idea, además de que yo no tengo intenciones de llegar a más que eso.

-Podemos empezar inscribiendo a los niños a una escuela, ¿qué dices?-me sonrió tratándose de acercar más a mí, pero yo me hice hacia atrás-llevarlos a la universidad ya los debe de tener un poco… traumados-dijo un poco decepcionada por mi actitud pero al menos aun sonreía porque seguía tomándome de la mano.

-La idea es inscribirlos en la misma escuela donde dan clases mis papás, así al menos estarán más vigilados y ellos podrían ayudarnos a pasar por ellos de vez en cuando.

-Tienes razón, ¿te parece si vamos más tarde a ver esa escuela? No vayas a la escuela hoy, pídele ayuda a Katia para que ella entregue tus tareas o trabajos-ella me miró, sabía que yo no estaba tan de acuerdo con ese plan, eso de faltar a la escuela no era precisamente lo mío a menos que fuese muy necesario-¡Anda! No hay nada importante en sí para hoy, además no te vas a quedar acostada, vas a ir conmigo a inscribir a tus hijos a la escuela.

-Viéndolo así… No está mal y…-entonces miré hacia la puerta de mi cuarto, donde los niños estaban asomados viéndonos, se les veía muy felices y sonrientes-salgan de ahí, vamos-les sonreí.

 

Ambos fueron a sentarse sobre nuestras piernas, ya habían desayunado con mi hermano y supongo que esperaban arreglarse o algo para salir como en los días anteriores con nosotras a la universidad. Entonces les explicamos la situación.

 

-Niños, ammm esta mañana nosotras recibimos unos papeles que ahora les van a permitir estar en una escuela con niños de su edad-les dijo Beatriz, que tenía a Merak en sus piernas.

-Y hoy su mamá y yo iremos a la escuela en la que nos gustaría que estuvieran, a inscribirlos. ¿Qué piensan?

-A mí me gusta ir con ustedes a su escuela-dijo Dubhe jugando con sus manos y viéndome con ternura.

-Ay, y a nosotras nos justa que nos acompañen-Beatriz tomó su mano-pero la universidad es para personas de nuestra edad, no para niños pequeños.

-Estarán más cómodos jugando con niños de su edad y aprendiendo cosas más de su nivel-les dije.

-Pero ya no las vamos a ver tanto-Merak estaba preocupado.

-Nosotras los llevaremos a la escuela todos los días y haremos lo posible por recogerlos-les dije-no nos vamos a alejar de ustedes.

 

En todo este tiempo nunca había comprendido el miedo que tenían ambos niños de que nosotras los dejásemos solas, hasta que recordé como yo misma tenía miedo cada vez que mamá y papá se iban, pero me aliviaba verlos siempre de regreso, sus palabras me calmaban mucho y ahora, yo estaba haciendo lo mismo con ambos niños, y para mi buena suerte, parecía funcionar.

 

-¿Lo prometes, mami?-Merak me miraba con miedo.

-Nosotras no los dejaremos solas, niños. Jamás-Beatriz les dio un beso a ambos en la frente.

 

Los niños parecieron haberse calmado un poco, entonces nos bastó vestirlos y ahora quedaba decidir qué íbamos a hacer el resto del día. Incluso para mi familia fue una sorpresa y un alivio haber recibido aquellos documentos oficiales, de inmediato mis padres dijeron que era necesario inscribir a los niños a la escuela cuanto antes, que tenía que ser en la que ellos daban clase para mayor conveniencia y que lo hiciéramos desde hoy, pero al ser entre semana, los niños no tenían a nadie que los cuidará, mis padres iban a trabajar, mi hermano a la escuela y nosotras a inscribirlos, no podíamos encargarlos con alguien de mi familia porque por obvias razones, aún no los presentábamos con ellos, así que Beatriz le hablo a sus padres, pero su papá ya estaba trabajando, le había tocado pasar la noche en el hospital y dentro de poco iba a terminar su turno, estaba agotado. Así que Beatriz llamó a su mamá, pero antes de hacerlo, ella ya estaba preocupada.

 

-¿Y si me dice que no?

-¿Por qué te diría tu mamá que no?-le pregunte mientras le ponía a los niños sus chamarras. Yo ya estaba anticipando que la madre nos iba a decir que sí iba a cuidar a los niños.

-Porque…-entonces vio a los niños y mejor se acercó a mí para decírmelo en secreto-Si a mí me llegó a dejar sola cuando era pequeña con la niñera, ¿qué te hace pensar que recibiría a los niños ahora?

-Tú sólo inténtalo.

 

Al final la convencí de que le hablará y afortunadamente su mamá había accedido de cuidar a los niños, de hecho estaba hasta encantada y nos había dicho que éramos muy malas por no haberla considerado antes para cuidar a sus nietos. Beatriz parecía contrariada pero al final le dio gusto saber su mamá iba a cuidar a los niños, quizás era una forma de redimirse… ni idea. Pero yo no tuve que esperar a escuchar esa conversación como para saber que ese sería el resultado, estaba segura que la señora accedería, así que cuando Beatriz obtuvo el “sí”, yo estaba en la camioneta poniendo a los niños en el asiento de atrás y mis papás ya nos estaban esperando, teníamos que irnos cuanto antes para que todos llegáramos a tiempo a donde teníamos que ir. Beatriz sólo cogió sus cosas y nos fuimos todos, mi hermano se quedó a esperar a su novia.

 

Primero dejamos a los niños en casa de Beatriz, era la primera vez que yo estaba ahí, aunque no entre sino que me quede afuera en la camioneta con mis padres, vi que la casa era muy amplia, no era alta (me refiero a que tuviera varios pisos), pero sí era espaciosa, blanca y con un zaguán de madera con hierro, bellamente adornada con leones en el centro y flores en las esquinas, lo poco que pude ver hacia adentro eran dos camionetas, un auto pequeño y un amplio patio. La casa era muy elegante así como las de los vecinos, zona de ricos sin duda. La señora estaba abrazando mucho a Beatriz pero esta sólo pudo abrazarla momentáneamente porque se nos hacía tarde, le entregó las cosas de los niños como juguetes y demás, entonces corrió de nuevo con nosotros. Los niños se despidieron efusivamente con la mano de nosotros y la señora se metió con ellos a la casa. Mis padres alabaron mucho la casa de Beatriz, decían que era muy bella, ella ofreció recibirnos después. Me llamó la atención que teniendo tantos carros en su casa, ella no usará ninguno o que al menos nos ofreciera uno para transportarnos con los niños, eso de verdad que sería un parote, pero Beatriz respondió que era generalmente su papá quien la llevaba a todos lados, o sus amigos, principalmente ese tal Luis.

 

Tenía muchos años que yo no iba a la escuela donde mis padres eran profesores. Era un plantel enorme dado que tenían casi todos los niveles de educación, guardería, preescolar, primaria, secundaria y preparatoria; mis padres daban clases ahora en secundaria y preparatoria. La escuela estaba acomodada como una U si se le veía desde el cielo, con la base de esta letra como el edificio principal donde estaban los grados de secundaria y preparatoria, y por tanto, el más grande de casi 4 pisos. Del lado izquierdo de esta U, estaba la primaria, con apenas 3 pisos de altura, y del lado derecho está el edificio de preescolar y guardería, de dos pisos de altura. En el centro de la U, estaban todas las instalaciones deportivas que era una cancha de futbol, dos de basquetbol, un jardín con juegos infantiles, el área del comedor. También al fondo había una biblioteca, el gimnasio y los auditorios. Esta escuela no recibía muchos cambios, de hecho apenas y era diferente de cuando mi hermano y yo dejamos de estudiar ahí hace algunos años. Por ser hijos de profesores de la escuela, teníamos descuento en nuestras colegiaturas, espero suceda lo mismo con los nietos.

 

Llegamos al plantel a las 7:30 am, pocos minutos antes de que mis padres iniciaran sus clases, así que en cuanto bajaron del auto ellos corrieron al edificio principal. Nos habían indicado donde estaba el edificio de los pequeños, teníamos que salir del estacionamiento de profesores y caminar por la calle hacia la derecha y de nuevo doblar a la derecha, pues de ese lado estaba el edificio. No sería difícil identificarlo, era de color beige adornado con dinosaurios, arcoíris y animales, además de que un abundante arbolado que era tan alto como el mismo edificio, al parecer en esta zona le apostaban a lo verde y jardines con mucho pasto, desde que íbamos caminando por la calle la gran barda de hormigón no dejaba ver hacia adentro, además de que justo en la cima estaba electrificada, seguramente ya los habían intentado robar antes. En cuanto estuvimos en la entrada, vimos que el edificio era pequeño comparado con los jardines, y que al menos los de la entrada, no estaban cercados sino que estaban diseñados para que las personas (asumo que los padres) pudieran sentarse a esperar a sus hijos, o pasar un buen rato, además de que había algunos juegos infantiles, pero seguro detrás del edificio ya se encontraban las instalaciones principales, ya que a pesar de que todo estuviera en el centro de la U, cada edificio tenía sus propios patios y juegos, lo demás sólo se usaba en ocasiones especiales, como eventos deportivos, kermes, los eventos culturales o patrióticos, etc. En la entrada de la calle, había un policía que al principio nos había detenido al vernos tan jóvenes y obviamente sin niños que llevar o algo, pero nos dejó pasar en cuanto le dijimos que veníamos a pedir informes.

 

Mire a Beatriz y ella caminaba altiva, dejando que el viento ondeara su cabello, esa bufanda que traía la hacía lucir muy bien, ya estaba llegando esa época del año donde empezaba a hacer frío, pronto sería incluso día de muertos y ella estaba ansiosa de poner la ofrenda con los niños. Caminaba con la frente en alto y siendo admirada por las personas que estaban a nuestro lado, seguramente se sentía orgullosa porque estaba haciendo cosas de adulto y dejaba de comportarse como una chica caprichosa.

 

-¿Qué me miras, Isabel?

-Nada, sólo te veía.

 

Ella estaba más que encantada sabiendo que yo la veía, y admito que se veía preciosa, pero sólo eso. Estaba ocupada viéndola que ella tuvo que detenerme en cuanto llegamos a la entrada principal del edificio. Entramos y afortunadamente ya había personal en las oficinas, nos acercamos a una de las secretarias y le dijimos que queríamos inscribir a dos niños. También se nos quedó viendo raro y no quería creernos, pensó que veníamos a inscribir a niños que eran nuestros hermanos, Beatriz estaba a punto de matar a la señorita tratando de hacer que nos creyera, “Venimos a inscribir a nuestros hijos” trataba de decir ella lo más tranquila posible. De cualquier forma yo ya había entendido que razonar con la señorita era imposible, entonces trate de buscar a alguien más que nos ayudará, cuando una señora me pregunto si de verdad venía a inscribir a mis hijos.

 

-Así es-respondí, mientras sacaba de mis manos de mis bolsillos del pantalón.

-En ese caso, yo puedo ayudarlas con eso-dijo la señora sonriente.

 

Aquella señora sin duda era llamativa, su cabello era totalmente negro y sedoso, con pico de viuda y ondulado, traía puesto un sacó y falda negra, para vestir justamente, además de una blusa blanca abierta hasta por debajo de la clavícula, traía unos tacones negros del 10, además de medias negras, ella era de piel blanca y traía unos lentes oscuros enormes, además de que tenía una pose glamorosa, sin duda ella y Beatriz podrían llevarse de maravilla. En cuanto se quitó los lentes, pude ver sus ojos, eran de color azul marino, color que sin duda no existía eso lo sabía de sobra, hasta los ojos de Beatriz y los niños eran raros de ver, pero ese color de verdad que no existía, seguramente traía lentes de contacto que la hacían verse así, de cualquier forma eso la hacía verse más excéntrica.

 

-Vengan conmigo, yo les ayudaré con los trámites, pero seguro primero desean ver la escuela-nos dijo sonriente, entonces vi a Beatriz que también había quedado maravillada con la señora. Después nos enteramos que ella era la directora del área de preescolar.

 

La directora había sido de lo más amable con nosotras y hasta nos había ofrecido disculpas porque su personal no nos quería creer, aunque tampoco había mucho para creernos dada nuestra apariencia física, sólo los documentos “oficiales” demostraban que Merak y Dubhe eran efectivamente nuestros hijos. Ella nos dio un recorrido por el edificio, donde la primera planta eran las oficinas y todo lo administrativo, algunos salones para las clases de arte y el área de guardería, con cunas para los bebés, también había almacenes tanto en el primer y segundo piso, con colchonetas y materiales que pudiera requerir los niños como crayones, cuadernos, colores y demás, también ahí guardaban cosas para festivales o simplemente mobiliario. Los salones dedicados a preescolar no eran más que seis, dos por cada grado. Nos mostró el salón donde los niños podrían tomar clase, el tercer grado de preescolar, grupo 3B; dentro había muchas mesas para dos niños, pero varias estaban juntas para hacerlas mesas donde se sentaban hasta 6 sin problemas. En el centro de cada una había juguetes y materiales para dibujo, que era la actividad favorita de los niños. Las paredes estaban adornadas como si estuvieran en un acuario, hasta el techo tenía pintado un enorme tiburón martillo, rodeado de otros peces. Por la ventana se podía ver la entrada principal hacia la calle, era para que los niños pudieran ver cuando venían por ellos o se iban sus padres. La directora nos había explicado que cada grupo tenía como máximo 20 alumnos, y que en este apenas llegaban a 15, por lo que este sería el indicado para los niños, su maestra sería una chica recién graduada de la universidad pero con varios años de experiencia como cuidadora de niños y ahora con una formación más académica, sus clases consistían principalmente en actividades físicas y retos mentales adecuados a su edad, entonces imagine a los niños jugando con la torre de hanoi, ese de verdad que sería un reto para cualquier niño pequeño. Pero al aparecer los métodos de esta profesora estaban funcionando, los niños aprendían bastante o eso al menos en boca de la directora, aunque siendo sincera jamás me puse a pensar en el nivel académico de mis hijos, sabía que eran brillantes (lo que cualquier padre opina por lógica de sus hijos) y muy lindos, pero al venir de una época diferente, seguramente el método de enseñanza era otro y quizás muy superior (mis esperanzas porque la humanidad mejore) por lo que las cosas que podrían aprender aquí, no estarían a su nivel, pero estúpidamente jamás repare en eso, así que por ahora los niños se quedarían en este grado. Después Beatriz me hizo la misma confidencia, ella tampoco se había puesto a pensar sobre los conocimientos de los niños y temía que eso les provocara problemas, pero le asegure que los niños estarían bien, lo que pareció calmarla aunque a mí no mucho, también estaba nerviosa, pero seguro que si ellos eran más inteligentes, podrían ser movidos de grado a primaria incluso.

 

Nos mostró todas las instalaciones deportivas, no se crean… apenas y eran canchas de futbol pequeñas y todo era principalmente pasto muy verde (seguramente era regado a diario con mucha agua, lo que por mi formación universitaria y futura ambientalista… me pegaba en el corazón duro, odiaba ver tanto gasto de agua), además de muchos juegos infantiles, como columpios y “sube y baja”. Entonces vino la parte de la plática con la directora, que nos llevó hasta su oficina, ya dentro se escuchó un timbre, ella nos indicó que anunciaba el inició de clases, ya eran las 9 am. Desde que habías ido a recorrer los jardines habíamos visto varios niños que se dirigían a sus salones y la mayoría se le quedaba viendo a Beatriz, se decían entre ellos que ella era muy bonita, o hablaban sobre su cabello rojizo, ninguno hasta donde escuche llegó a comentar sus ojos, pero las maestras sí, se les distinguía de los otros adultos porque usaban un mandil a cuadros con colores azul marino y rojo, todas se acercaban a saludar a la directora aunque también lo hacían para vernos mejor a nosotras, yo realmente no destacaba mucho a lado de Beatriz con esa apariencia física (no mal piensen de mí, por supuesto que me adoro, pero yo no soy físicamente tan llamativa como ella, a pesar de tener el mismo ego pedante que ella), pero sí por mi cabello, los niños decían que parecía una melena de león muy bonita, hasta Merak y Dubhe pensaban lo mismo siempre que me veían peinarme.

 

Dentro de la oficina, la directora nos invitó a sentarnos, mientras ella dejó su saco sobre el perchero. Nos preguntó sobre nuestra opinión de la escuela y si deseábamos que nuestros hijos estuvieran ahí, le dijimos que sí y que de hecho mis padres eran profesores en secundaria y preparatoria, entonces ella nos dijo que eso podía darnos hasta descuento en las colegiaturas e inscripciones. El asunto monetario era de nuevo un problema para mí, con lo de la cama habíamos gastado mucho dinero y nos quedaban 2000 pesos para esto del colegio, más mil que nos habían dado mis papás y otros mil de los papás de Beatriz, yo estaba rezando porque la colegiatura no fuera tan cara, pero desafortunadamente al estar inscribiendo a los niños tres meses después de que hubieran empezado las clases en todo el país, eso nos traía problemas ya que no iba a haber un descuento tan significativo, por ambos niños la inscripción quedaba en 3500 pesos, las colegiaturas serían de casi 2000 por cada uno, entonces comencé a pensar en el horror que era ser padre y no tener nada de dinero, literalmente teníamos que venderle nuestra alma al diablo, ¡Jodida pobreza estudiantil! Hasta Beatriz estaba muy asustada, pensábamos que esto era un robo de dinero (más tarde por mis padres nos enteramos que el precio mensual de la colegiatura es bastante accesible, o barato por decirlo de otra forma y que nos había ido bien dado que ese era el precio ya con el descuento). La directora nos sugirió que alentáramos a los niños a sacar buenas calificaciones ya que eso podía reducir también un poco los gastos de la colegiatura. Además había que pagar otras cosas, como las credenciales (95 pesos cada una) y los uniformes (de casi 600 por cada niño), de pronto la cabeza me dolió todavía más, entonces Beatriz puso su mano sobre la mía y me sonrió.

 

-¿Está todo bien?-nos preguntó la directora

-Sí, es sólo que no estamos tan acostumbradas a pagar tanto dinero-dijo Beatriz un tanto sonriente, aunque se le veía también al punto del infarto.

-Bueno, eso es entendible, son chicas jóvenes-ella puso los codos sobre su escritorio y recargo su barbilla sobre sus manos y sonrió, pude notar un poco de malicia en esa sonrisa, aunque quizás fue mi imaginación-Además llegan en buen momento a nuestra escuela, a pesar de ser ya casi finales de octubre, aún están a tiempo de inscribir a los niños en el ciclo escolar sin que ellos se atrasen o que ya no puedan inscribirse a otro colegio, además que sus abuelos den clases aquí hace que la colegiatura sea mucho menor. Y a todo esto-la directora lucía muy seria y cerró los ojos, Beatriz y yo nos miramos confundidas-¿cómo es que tienen dos hijos a su edad? ¿Cuántos años tienen? Unos… 24 diría yo-dijo todo eso mientras nos señalaba.

 

Beatriz y yo nos miramos asustadas, nunca habíamos ensayado que diríamos en caso de preguntas como esas, decir la verdad no era una opción, no al menos la parte del viaje en el tiempo, pero negar a los niños como hijos biológicos de Beatriz estaba fuera de la discusión, era obvio el parecido entre ellos. Beatriz fue quien hablo primero.

 

-A penas vamos a cumplir 22, bueno… yo dentro de algunos meses-y de nuevo me di cuenta de otra cosa que no sabía de Beatriz, su cumpleaños, como jamás fuimos amigas ni por Facebook, eso me venía valiendo poco. Ella tenía su mano ahora en mi pierna, parecíamos una pareja que se estaba dando apoyo amorosamente.

-Y el mío fue en julio, yo ya tengo 22 años-dije cruzándome de brazos elegantemente.

-Ya veo-la directora seguía en la misma posición, se mordió un poco el labio-¿Y cómo tuvieron a los niños? ¿Los adoptaron?

 

De nuevo hubo silencio, trate en mi mente de articular alguna historia súper loquísima pero creíble a la vez, sin embargo nada venía a mi mente. Beatriz me dio unas

palmaditas en la pierna.

 

-Vera-ella hablo primero-tenemos dos gemelos, Merak y Dubhe, los tuve cuando yo tenía 16 años e iba en segundo de prepa… el chico me dejo en cuanto se enteró que eran gemelos. Más tarde conocí a Isabel, nos enamoramos y me amo tanto-me apretó la pierna con coraje, hasta me dolió-que decidió quedarse conmigo a pesar de saber que yo tenía hijos, ahora incluso figura en el acta de nacimiento de los niños como su otra madre y llevan primero su apellido.

 

Beatriz se había inventado una historia muy buena, sencilla y creíble dado que no era el único caso aislado en México de una adolescente que era abandonada por su pareja, aunque sí de los pocos en los que después se enamoraba de alguien más y de su mismo sexo. Durante todo el rato en que ella estuvo relatando esa historia, se sonrojaba terriblemente, no por la parte de que dijera que me amaba, sino porque le enojaba quedar como una chica que se había quedado embarazada a esa edad e inventarse una historia para ella que no tenía nada que ver con su verdadera personalidad, ella me contaba que siempre había pensado “antes muerta, que haber tenido una vida así” y henos aquí. La directora me miró con curiosidad.

 

-Sí… sí…-estaba luchando contra el dolor que me provocaba Beatriz en mi pierna-quede… cautivada por ella y los niños-la tome de la mano para evitar que siguiera apretándome, ya no aguantaba el dolor, además así aparentábamos más ser una pareja-que decidí quedarme con ellos para siempre, los niños también me ven como su mamá y no hay problema-con la mano que me quedaba libre me sobe la pierna y le dirigí una mirada asesina a Beatriz, aunque a ella no le importó.

-Qué historia tan más linda-dijo al final la directora después de haberse quedado en silencio un rato-ustedes sí que son una familia y entiendo que todo esto es un nuevo mundo para ustedes, criar niños no es una tarea fácil, menos a la edad que tienen ustedes y que están en la universidad… me habían dicho que estudiaban ciencias ambientales, ¿no?-ambas asentimos-¡Pues tanto mejor!, su carrera es muy importante para este futuro tan caótico que nos aguarda a los humanos.

-¿Hay otras familias como nosotras?-Beatriz preguntó de la nada.

-¿A qué te refieres? ¿Parejas adolescentes? No muchos, si ese es el caso… quizás dos o tres parejas como padres de niños de preescolar.

-No, me refiero a parejas del mismo sexo-Beatriz parecía mencionar esas palabras como si fuera un tabú.

-Sí, tenemos otras dos parejas, una de dos hombres tengo entendido que tienen una hija en primaria, la otra pareja tiene un niño en preescolar, justo en el grupo de 3A, de la misma edad que los suyos.

-Sería interesante conocerlos, quizás podrían darnos buenos consejos-esta vez intervine yo.

-Eso es verdad-dijo la directora-¿Y cómo se llaman los niños? Me lo habían mencionado desde que recorrimos la escuela pero no lo recuerdo muy bien-ella sacó un papel y pluma, esperando por nuestra respuesta.

-Dubhe Daniel-dije yo

-Y Tómas Merak-dijo Beatriz

-Amzalag Nirmala-ambas sonreímos confiadas. La directora sonrío mientras anotaba el nombre de los niños, para después mirarnos, guardo el papel en el bolsillo de su camisa y nos siguió hablando del plantel y todos los servicios que ofrecían.

-Y con referente a esta pareja de madres, es muy seguro que se las puedan encontrar en juntas de padres y demás.

-¿Hay juntas?-Beatriz y yo preguntamos al mismo tiempo, aterradas… esto significaba más trabajo para nosotras y ojala que nada monetario o pronto me vería de verdad vendiéndole mi alma al diablo por dinero.

-Pocas veces durante el ciclo escolar, sin contar que también hay una asamblea de padres, comitivas y eso… También la escuela ofrece otras cosas, a las que no están obligadas a participar entre comillas, pero lo más recomendable es que asistan ustedes, como talleres de valores, escuela para padres, actividades artísticas, culturales y deportivas, los festivales, orientación psicopedagógica, entre otras cosas. Tratamos de formar padres responsables y atentos con sus hijos, además les aseguramos que nos haremos cargo y solucionaremos el problema, si sus hijos llegan a sufrir bullying en la escuela, teniendo en cuenta de que ustedes son muy jóvenes y además mujeres, eso podría detonar algo en los niños, es poco probable pero podría pasar.

 

De pronto eran tantas cosas en las que pensar sobre los niños que me maree, pensé que la paternidad era algo sencillo pero jamás repare en todos los sacrificios que teníamos que hacer ni las cuentas, claro que por su bienestar pues lo vale, ¡pero que no mamen! O sea, ¿de dónde quieren que saque tanta pinche paciencia y dinero? Esta sociedad está loca, sin duda esto era una nueva etapa en mi vida, la etapa de la adultez donde tenía que hacerme cargo de mí misma y de mi familia, estaba preparada para que sólo fuera yo… pero ahora con Beatriz y los niños, todo se complica. ¡Carajo! Y Beatriz tampoco se alejaba de esa opinión, también estaba furiosa por todos los cambios que teníamos que hacer en nuestras vidas, los niños en sí no eran el problema, ellos eran un amor y nuestros hijos, jamás los consideraríamos un problema o error (al menos ya no después de que nos cayó el veinte de que de verdad eran nuestros), pero soportar una clase de vida familiar para la que todavía deseábamos esperar más años… ¡óigame no! Aun no puedo soportar la idea de asistir a sus festivales y ver a otros niños moverse de forma ridícula bailando algo tonto e infantil sólo para que sus padres digan que se ven bellísimos, yo siempre pensaría lo mismo “Mis hijos son los más bellos de todos estos” y por ellos aguantaría ver tal barbarie de niñerías y bailes tontos, además de aprenderme de nuevo todas esas canciones infantiles.

 

Beatriz y yo al final firmamos todos los papeles para inscribir a los niños, e incluso nos dijeron que no les iban a hacer un examen de conocimientos, sino que desde mañana podían asistir al colegio y que al menos durante esta semana les iban a dejar ir con ropa normal, pero que tendríamos que comprarles los uniformes. Además de que tuvimos que hablar con teléfono con nuestros padres, comentándoles todo, al principio estaban emocionados de que los niños pudieran integrarse a una escuela, pero los precios fue el problema, aunque pensaban que el descuento que ya teníamos era bastante bueno, nosotras no teníamos forma de pagarlo, ni Beatriz con su beca y yo con mis trabajos podíamos hacerlo, además de que mis papás ya tenían demasiados gastos encima y pronto se acercaba su fiesta de aniversario, entonces los papás de Beatriz se ofrecieron a pagar el resto, lo que sin duda representó un gran alivio para nosotras, después de eso yo me la pase agradeciéndoles por teléfono a cada segundo mientras salíamos del colegio, no cabía en mí el alivio que era saber que nos iban a ayudar, creo que hasta llore. La mamá de Beatriz me dijo que no me preocupara por nada, que entendía nuestra situación y el papá de ella me comentó que lo único que él esperaba a cambio era que yo fuera a su casa para comer y cenar de vez en cuando, que le agradaría que por fin yo visitará su casa.

 

-¡Nos van a ayudar!-le dije emocionada cuando guardaba el celular en mi bolsa-¡Esto es fantástico!

 

Corrí a ella a abrazarla y me puse a girar de felicidad con ella, nos detuvimos y la bese en la mejilla varias veces, de pronto volví en mí y me di cuenta de lo que había hecho, aun la estaba abrazando y ella me miraba feliz e impresionada.

 

-Lo siento-dije a punto de soltarla pero ella me sostuvo fuerte de los brazos.

-Un poco más, por favor-me dijo mientras se recargaba debajo de mi cuello, yo sólo me sonroje con tan sólo recordar lo que había pasado en entre ella y yo pero igual la abrace, era una sensación agradable, en esa posición ella se ajustaba perfecto a mi cuerpo (no mal piensen, no lo decía con intenciones sucias).

 

Nos soltamos y caminamos por la salida de la escuela, ella tomándome del brazo, empezaba a hacer un poco de frío y se juntó más a mí. Por fin, con todos los trámites hechos, así como los acuerdos con la directora de que nuestros hijos obtuvieran buenas calificaciones y así quizás el precio sería mucho menor, nos íbamos a ir hacia la Universidad, quizás alcanzaríamos las últimas dos clases, máximo tres.

 

-¿Y qué te pareció la escuela?-le pregunte.

-Pues es muy bonita, grande y parece que aprenderán bien. ¿Estudiaste aquí?

-Sí, al menos desde primaria hasta terminar la secundaria.

-¿Tus papás fueron tus maestros?-me preguntó divertida.

-No, la escuela consideraba que eso podía favorecernos a mi hermano y a mí en sus clases, así que nos pusieron en un grupo al cual mis papás no le daban clases.

-Que injusto.

-Quizás, a decir verdad me siento un poco afortunada de que ellos no nos dieran clases.

-¿Y eso por qué? O sea… a mí me daba hasta gusto cuando mi papá me ayudaba en mis clases de salud.

-Porque ellos aquí tienen una fama de ser profesores exigentes, muy buenos en lo que hacen pero dejan mucho trabajo.

-Te salvaste supongo.

-Eso creo-me reí-¿Y qué piensas de la directora?

-Parece una persona extravagante. ¿Viste sus ojos? ¡Azul oscuro! Seguro se puso pupilentes.

-Parece que sí, pensé lo mismo cuando la vi-mire a Beatriz de reojo, recordando cómo ella había respondido tan hábilmente a las preguntas de la directora, comencé a entender que ella se estaba volviendo mucho más perceptiva e ingeniosa, pronto estaba dejando de ser una impertinente y grosera ante mis ojos, o quizás siempre fue ingeniosa pero hasta ahora yo me estaba dando cuenta, esa forma caprichosa suya de ser seguro le traía muchos beneficios y yo era la única que hasta ahora había podido ver su lado amable y hasta tierno.

-A parte de que quedé ante sus ojos como una adolescente calenturienta que se embarazó a los 16 años, tuvo gemelos y la buena fortuna de encontrar a una chica como tú-Yo rompí a carcajadas

-Suertuda-le dije mientras la despeinaba.

-¡Ey! ¡Deja mi cabello! ¡Sabes que odio que me hagan eso!-me miró desafiante. Yo ya sabía que diría algo como eso. Yo sólo me reí aún más.

-Bueno, ahora sólo tenemos que arreglar cómo vamos a dejar a los niños en la escuela y a recogerlos. Mis papás se ofrecieron a recogerlos, están en la misma escuela después de todo, además de que nosotras salimos hasta tarde.

-Y en la mañana nosotras los vamos a dejar aquí, entran a las 8 am, el problema es que nosotras entramos a la misma hora, pero podemos dejarlos puntualmente media hora antes aquí, ya vimos que hay personal desde temprano y vi a algunas profesoras.

-Durante la semana tenemos que ir a comprar sus libros e uniformes, sin mencionar que hay que hacer los pagos de las colegiaturas e inscripciones.

-Sí, quizás los metamos a alguna clase extracurricular, tienen cursos de danza y deportes. ¡Jamás pensé que tener niños fuera tan complicado!-por fin admitió ella.

-Así es-mire hacia adelante, íbamos por la calle y estaba helando, saque vapor por la boca-tengo frío.

 

Ella me miró con atención y rápido me tomó del brazo, caminamos así por la calle hasta llegar a la avenida principal y pedir un taxi. Ojalá que los papás de Beatriz nos presten algún auto.

 

*********************************************************************

A PARTIR DE ESTE PUNTO empieza la canción que acompaña a este capítulo :) que la disfruten

https://www.youtube.com/watch?v=-ncIVUXZla8

 

*********************************************************************

 

Al día siguiente los niños estaban tan emocionados por ir a la escuela, que fueron los que nos despertaron, a las 5:30 am ellos estaban ya parados. Yo me traté de esconder entre mis sábanas para seguir dormida un rato más, pero fueron las palmadas sobre mi espalda que me dio Beatriz, que al final me tuve que parar. Ella le ordeno a los niños ir a bañarse mientras ella y yo nos íbamos a preparar el desayuno, como nos bañamos en la noche no teníamos que volver a hacer eso en la mañana. Rápido nos vestimos y empezamos el día, afortunadamente por la tarde de ayer el señor Daniel nos vino a dejar uno de sus autos (no se emocionen, no era de último modelo ni camioneta. Aprovecho para aclarar que mi familia no es rica, sólo tuvimos suerte al tener ahora una casa enorme), así que mi hermano ya podía irse a la Universidad con su novia o a la hora que él quisiera y mis padres ya no se preocuparían más por que nosotras no pongamos atención en las clases. Todavía le llame al señor Daniel para agradecerle una vez más, aunque el auto ahora tenía que quedarse en la calle, el patio delantero no era muy grande y el espacio que quedaba aunque era perfecto para este auto, ahí estaba en jardín de mi mamá que se negó a entregarlo. Salimos de la casa y subimos los niños a los asientos de atrás.

 

-¡Ey! ¿Qué crees que haces?-me preguntó Beatriz en cuanto me acerque a la puerta del conductor.

-Voy a conducir-dije despreocupada.

-Oh, eso no-ella se abrió paso hasta la puerta, la abrió y se volteó a verme-es el auto de mis padres, ergo… yo conduzco, querida.

 

Me sonrió de forma coqueta y se subió al auto. Yo me tuve que ir del lado del copiloto a regañadientes, no sé… pero llevar a mi familia en el auto me hace sentir imponente.

 

-Aunque tengas excelentes gustos en música-me dijo ella mientras sacaba su reproductor de música de su bolsa y lo conectaba al auto-me toca poner la mía-le dio reproducir y comenzó a sonar la de “Waiting for love” de Avicii. Los niños parecían conocer la canción, sonreían de par en par y se movía de un lado al otro al ritmo de la canción.

-¿Qué haces?-le pregunte cuando de nuevo ella buscaba algo en su bolsa, ya faltaba media hora para las 7:30 am, si no nos íbamos pronto, nos iba a tocar tráfico seguro.

-Me estoy poniendo el labial, no seas apresurada-ella rodo los ojos y sacó un lápiz labial rojo-sabor sandía, ¿quieres probar?-me sonrió de forma picara y los niños se rieron de mi expresión de sorpresa-que nena eres-y ella comenzó a cantar.

 

El camino fue bastante rápido, de pura suerte no había tráfico, hasta llegar a la escuela, que justo del lado de preescolar ya había varios padres llevando a sus hijos, no había lugar para estacionarnos cerca de la entrada, así que a la segunda vez que le dimos vuelta a todo el plantel (la U completa), nos rendimos y mejor Beatriz estaciono el auto en una de las esquinas de la calle y desde ahí nos fuimos a la escuela de los chicos. Al bajar los niños, ellos nos tomaron de la mano.

 

En el camino vi a los demás padres con sus hijos, los señores y señoras iban trajeados, con ropa deportiva o simplemente cómoda para realizar sus actividades diarias, algunos iban tan apresurados que llevaban a sus hijos cargando y caminaban a paso veloz. Algunos padres se reunían a platicar entre ellos y dejaban que sus hijos jugaran cerca, había al menos ya 50 personas en total en la calle. Al pasar nosotras, se nos quedaban viendo, quizás por la apariencia física de Beatriz y los niños o por el simple hecho de nuestra edad o porque los niños no llevaban uniformes, escuche perfectamente cómo cuchicheaban sobre nosotros entre las señoras, siempre odie los chismes y ahora yo era parte de uno, que vergüenza, sentía mi ego herido. Suspire y decidí ignorarlas.

 

Merak me detuvo y me pidió que lo cargará, se veía un poco nervioso y se sujetó fuerte de mi cuello que le tuve que pedir que me soltará porque me estaba lastimando. Beatriz y Dubhe caminaban cómodos de la mano, el niño diciéndonos lo mucho que había esperado entrar a la escuela. Desde que iniciamos el viaje, nosotras les habíamos dicho que si tenían algún problema de cualquier clase, se lo dijeran a sus maestras y después a nosotras o a sus abuelos, que no solucionaran las cosas por cuenta propia (a golpes) porque podría salirles mal (aunque muy a pesar mío, así me criaron mis papás, a no dejarme ofender), que si los criticaban por tener dos mamás, debían de ignorar a esos niños, ellos no tenían una mala familia de la cual avergonzarse. Les dimos infinidad de consejos y reglas, incluso aun ahora en el camino Beatriz seguía dándoles varias.

 

-Vean que clases hay extra y nos dicen si quieren estar en alguna, oí que la clase de danza regional es muy buena-dijo ella tratando de convencer a los niños.

-¡Uh! ¡No! ¡Eso es para niñas!-dijeron ambos niños, negándose a la idea de bailar, yo simplemente me reí mucho por el comentario tan directo de ellos.

-No tiene nada de malo la danza-dijo Beatriz tratando de poner el orden-es para niñas y niños también.

-Eso es cierto-dije después de reírme y acomodar mejor a Merak en mis brazos-podrían hacer más amigos incluso-aunque los niños seguían sin estar convencidos.

-Bueno, danza no… ¿Qué tal algún deporte? Al rato yo veré que cursos hay y se los digo en casa, ¿les parece?-Beatriz estaba deseosa por poner a los niños en alguna de esas clases, eso aparte de que los hacía estar concentrados en otras cosas, también le daba tiempo a mis papás para pasar por ellos y que no se aburrieran.

-Bueno-dijo Dubhe mientras Merak sólo asentía, aunque este último no estaba de tan buen humor, hemos aprendido Beatriz y yo que él no es precisamente del estilo deportista.

 

Llegamos a la entrada de la escuela y ahí estaba el policía de ayer, que nos sonrió y nos dijo que ya podían acceder los niños a la escuela, que dentro de poco iniciarían las clases. Deje a Merak en el suelo y lo lleve de la mano, en el camino había más papás ya dentro en el jardín, que de nuevo voltearon a vernos y Beatriz hacia alarde de su bella figura, caminaba como una reina. Los niños como nunca antes habían estado ahí, se maravillaban por todo lo que veían, señalaban todo el mobiliario y juegos.

 

-¡Quiero ir a la resbaladilla de dinosaurio! ¿Puedo, mami?-Merak me veía suplicante.

-Ya es hora de ir a clases, hijo. Más tarde quizás-le respondí, él no pareció complacido con mi respuesta.

-Mami Beatriz, ¿puedo ir a la resbaladilla?-mire impactada a Merak, quien normalmente es el que me hace caso sin mayor problema, hasta Beatriz estaba sorprendida.

-Tu mami Isa ya te dijo que no-ella respondió-pero si ambos se portan bien, en la tarde los podemos llevar al parque.

-¿De verdad, mami?-esta vez fue Daniel quien hablo.

-Promesa de meñique-le dije a mi hijo, por fortuna ambos niños conocen ese gesto de promesa.

-¡Yei!-ambos saltaban de alegría.

 

De nuevo miré a mi alrededor y vi a los padres que cuchicheaban sobre nosotras. “Los niños les dicen mami, que raro” escuche decir a un señor a los otros papás que estaban cruzados de brazos y mirándonos de arriba abajo, algunos con de forma lujuriosa y otros enojados, “seguro son una de esas parejas raras, ya sabes, como las de las otras señoras Paty y Margarita” le respondió una señora, con una mirada de reproche y desagrado, “pero esta escuela quiere ser incluyente con esa clase de personas, eso no me parece tan mala idea, aunque aún no acepto que mi hija se junte con el hijo de Patricia y Margarita”. Pocas veces me llegue a sentir avergonzada de mis preferencias sexuales y desafortunadamente, esta fue una de esas veces, en serio deseaba tanto matarlos, acabar con toda la gente estúpida del mundo que se cerraba a aceptar que una mujer estuviera con otra por el simple hecho de que se aman, ¡malditos ignorantes!

 

-“Paty y Margarita”-pensé-“seguramente son la otra pareja de lesbianas, me falta conocer entonces a la de los gay, aunque creo que eso es más improbable”.

 

Mire a mi familia y vi que los niños se refugiaban con Beatriz y a la vez Merak me sujetaba fuerte de la mano, no era por miedo a la escuela, este no era su primer día de clases en la vida, de eso estoy segura. Su miedo era más bien por las miradas que recibíamos y los comentarios que hasta ahora ellos también escuchaban.

 

-¿Qué es una lesbiana?-escuche a un niño de al menos unos 4 años preguntar a su mamá, la cual nos miró apenada sin saber qué responder ante mi mirada asesina y la de Beatriz.

-Mami-Daniel me jaló de la ropa-¿por qué a la gente no les gusta que ustedes estén juntas?-Beatriz y yo nos miramos, ambas nos pusimos en cuclillas frente a ellos.

-Bueno, porque la gente es muy tonta y a veces dice las cosas más terribles aun si no quieren ofendernos-dijo ella.

-Seguro en la época de la que vienen eso ya no pasa, lo veo en sus rostros-les sonreí-pero en esta aun las cosas son muy difíciles para personas como nosotras.

-Pero tú y mami Beatriz se quieren, ¿Por qué les dicen cosas tan feas?-Merak estaba al punto del llanto. De nuevo ambas nos miramos.

-“Querer no sería precisamente la palabra que usaría para decir lo que siento por ella”-pensé.

-Hay personas que no entienden que el amor no conoce límites-respondió ella, tomándome de la mano-pero tranquilos, que eso no les afecte.

-Recuerden que nos tienen a nosotras y a sus abuelos-les sonreí-y todos nosotros los queremos mucho a ustedes, eso debería de bastarles por ahora-ambos niños asintieron y se limpiaron la cara con su ropa.

-¿Pero por qué hacen eso?-ahora fue Dubhe quien preguntó.

-Dios alguna vez dijo que teníamos que amar al prójimo, pero algún tonto malinterpreto eso y dijo que los homosexuales debían de ser odiados-les sonreí y trate de explicar mejor, ya que al principio ellos no me entendieron con mi respuesta-Ahora, vayan a clases, que ya casi empiezan-me levante y después Beatriz hizo lo mismo.

 

Los niños nos abrazaron e instintivamente, ambas los cargamos para abrazarlos mucho, sabíamos que esta época podía ser conflictiva, yo ya me había enfrentado antes a comentarios agresivos a la comunidad LGBT pero lo soportaba bien, me importaban poco sus opiniones, pero ahora ver que la crítica es contra la figura familiar, es mucho peor, eso de verdad que me deprime y a mi corta edad no sé aun cómo cuidar de una familia y hacerme cargo, además de protegerlos y actuar responsablemente, me siento bastante impotente. Los dejamos en el suelo y los llevamos de la mano hasta la entrada del edificio, donde una profesora iba recibiendo a los niños y saludaba a los papás, a su lado estaba la directora, que nos miró a través de sus lentes oscuros y nos sonrió para después desaparecer entre los adultos que estaban ahí.

 

Despedirnos de ellos no fue tan difícil, ellos ya estaban algo calmados cuando entraron al edificio y simplemente nos dijeron adiós con la manita, aunque casi Beatriz y yo rompemos en llanto al verlos en su primer día de clases, nos entró lo sentimental. Ambas sacamos nuestros celulares y les tomamos muchas fotos hasta en el camino hacia acá, después se las mostraríamos a nuestra familia. Al final esta despedida nos dolió más a nosotras que a los niños, aunque era obvio que los veríamos en la tarde.

 

Al voltear y caminar de regreso al auto, teníamos la mirada inquisitiva de los otros padres sobre nosotras, varios estaban a punto de acercársenos cuando Beatriz me tomó del brazo y dignamente comenzó a caminar conmigo, ella los barría con la mirada y yo con un elegante movimiento de la cabeza, “Imbéciles” era lo que yo pensaba cuando pasaba frente a ellos, en cuanto vieron que ella me tocó muchos pusieron cara de desagrado. Tratamos de caminar lo más tranquilas posibles y abrirnos camino hasta el auto, como ya era casi el inicio de clases, había muchos papás que llegaban corriendo con sus hijos, varios nos empujaron.

 

Por fin, al llegar al auto, ambas respiramos tranquilas y hasta Beatriz se recargó sobre el volante, entonces yo miré por la ventana y vi a dos señoras por el espejo retrovisor, la más alta y de cabello castaño llevaba a un niño entre sus brazos, mientras que la otra de cabello oscuro la seguía por la calle, ambas caminaban apresuradamente y parecía que la de adelante regañaba a la otra, cuando pasaron a lado del auto escuché que se les había hecho tarde y que era culpa de la segunda. Quizás eran las llamadas Patricia y Margarita, sería muy útil poder hablar con ellas y que nos dieran consejos.

 

-Gracias a Dios que esto acabo-dijo Beatriz sacándome de mis pensamientos, ella se incorporó y encendió el auto-me gusta ser el centro de atención, pero no por pendejadas como esas, siendo blanco de personas hipócritas.

-Vamos a tener que acostumbrarnos.

-Tú supongo que has pasado por eso muchas más veces que yo.

-Sí, pero es la primera vez que me pasa con mi familia, no me gusta que los insulten-ella me miró sorprendida y un poco sonrojada.

-Bueno, yo… pienso lo mismo, pero siento que si nos defendiera yo… seguramente terminaría en la cárcel por homicidio o algo, de verdad que tengo que aprender a soportarlo y mostrarles que somos mejor de lo que ellos piensan. Tengo un humor de la mierda.

-Ya verás que sí lo lograras-le sonreí-¿sabes? Si no hubiera sido por tu actitud tan digna de hace rato, yo no hubiera sido capaz de mantenerme en pie o cuerda ante las miradas delos papás cuando dejamos a los niños.

-Gracias, de hecho fue lo único que se me ocurrió para sacarnos de ahí.

-Te has vuelto mucho más cuerda y perceptiva, eso me gusta-le dije sinceramente.

 

Ambas nos miramos durante algunos segundos, hasta que nos dimos cuenta de la hora, faltaba menos de 20 minutos para que empezaran nuestras clases y aun estábamos algo lejos de la Universidad. Aproveche y le mande un mensaje a Katia para que me apartará un lugar en el salón, Beatriz hizo lo mismo con su amigo Luis, ambas vamos en distintas clases las primeras dos horas del día.  

Notas finales:

Cómo se notan los gustos tan diversos de ambas chicas XD

Cuál es su favorita?

DEJEN REVIEWS!!! INTERESADOS EN HACER ALGUN FANART, FAVOR DE CONTACTARME :)

Avisos:

1) estoy planeando hacer un capítulo que sea completamente con un video... a partir de dibujos XD pero no todos serán míos aunque el argumento sí :) para más info, a mi inbox de IRIE RYUEN en FACEBOOK.

2) Recuerden que uno de los géneros de esta historia es la fantasía, así que el modo en que los niños llegaron a nuestra época va a ser así, sin embargo... son interesantes todas las teorías que me han llegado a mi perfil de facebook sobre los viajes en el tiempo XD que bueno que haya tantos interesados en el tema :D

3) Los lugares que visitan mis personajes aunque no existen como tal (si se dan cuenta, no menciono nombres de lugares ni nada), están basados en lugares reales, por ejemplo: la escuela en la que están los niños es una similar a la que yo iba cuando era niña y a la de mi prepa. También el centro comercial del capítulo pasado sí existe XD tuve que recorrer varios centros comerciales de la ciudad y crear uno propio para estos fines :) hay varios con tiendas de muebles XD

Creo que es todo... XD satisfech@s con el capítulo tan largo? Qué tal la rolita? más contemporanea a nosotros, no? hahahahaha

IRIE RYUEN


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).