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De niños del futuro y adolescentes del pasado por Irie Ryuen

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Notas del capitulo:

Hola a todos!!! :D

Lamento mucho la demora en actualizar, pero veamosle el lado bueno :)

Ya llego Santa y trae consigo la actualización de mi historia

FELIZ NAVIDAD A TODOS!!!!

Disfrutenlo

De niños del futuro y adolescentes del pasado

II

IRIE RYUEN

 

Al bajar a la sala, no tenía ni dos segundos de haber dejado de tocar las escaleras cuando mi papá se puso frente a mí y me dijo lo siguiente:

 

-No puedes estar aquí.

-¡¿Qué?!

-Daniel dice que primero él debe de hablar con nosotros.

 

Mire con enojo hacia la sala y comedor, donde ya estaba mi hermano sentado en la mesa, mientras que mi mamá iba a hacer lo mismo con Daniel tomado de su mano, él me miró y sonrió alegremente, como si me dijera que no iba a pasar nada. Volví a mirar a mi papá con enojo.

 

-¿En serio? ¿No puedo pasar?

-Ve a tu cuarto-suspiro-esto puede tomar tiempo.

 

Cerró la puerta, entendí que de verdad no podía entrar y camine derrotada a mi cuarto.

 

Tuve que esperar al menos dos horas, lo primero que hice al llegar fue tratar de dormir un poco, sabía que eso podía tardar bastante y que quizás mi mejor forma de matar el tiempo era dormir, pero no fue así, no pude dormir nada. No dejaba de pensar en las múltiples cosas de las que podían estar hablando. No escuche gritar o alzar la voz a ninguno de  ellos, asumí que estaban tranquilos y escuchando a Daniel, para este tiempo ya deberían de estar sólo haciendo preguntas. Todo esto me llevo a cuestionarme si realmente aquel niño tenía razón, si pertenecía a mi familia, sí… quizás un poco loco el asunto, pero en serio el que lleven todo este tiempo hablando lo puede confirmar, si no le hubieran creído al niño ellos habrían venido por mí y habríamos ido todos a reportar lo sucedido a la policía, lo cual sin duda me consumiría toda la tarde.

 

Resignada a no poder dormir, me levante y me fui a bañar. Pude salir, secarme y arreglarme tranquilamente y aun nadie iba por mí, mire mi celular y tenía casi 20 mensajes en whatsapp, todos de mis amigos, algunos preguntando por las tareas de la semana y otros invitándome a salir en la noche al cine o a beber. Finalmente, los de Valeria, primero dándome los buenos días, preguntándome qué iba a hacer y después, bastante desesperada por encontrarme. A estas alturas no sabía que responderle, pero no podía limitarme a dejarla en visto o me iba a matar, odia que le hagan eso. “Estoy bien, te llamo luego. No creo poder verte este fin de semana” escribí, me cerciore de que lo recibiera (ya saben, las dos palomitas negras) y deje el celular en la mesa de noche, tome el peine y me alacié el cabello. Escuche que vibró mi celular indicando un nuevo mensaje, seguro de Valeria, no me sentí con las ganas de verlo y lo apague. Deje el celular en la mesa de noche de nuevo y la contemple mejor, todo seguía igual que anoche: mi planta de hierbabuena y la nota amarilla en sus lugares, pero había un nuevo elemento, una nota azul del mismo tamaño y estilo de letra que la amarilla, pero en esta la tinta no era de una pluma cualquiera, sino de una fuente, se notaban pequeñas gotas al final de cada letra y los adornos en ellas, aun no estaba seca o no lo parecía. Los adornos en las letras “a” seguían siendo los mismos, dos puntos arriba y otros dos abajo. La nota decía la siguiente: “Te lo dije, los sueños han traído a Dubhe y Merak a casa, a donde deben de estar ahora”. Lo distinto con respecto a la otra nota era que esta al menos no estaba llena de tanto misterio y que era más informal, además de que la letra estaba más descuidada, como si se hubiera hecho a prisa pero sin duda las notas habían sido escritas por la misma persona, los adornos, inclinación y longitud de las palabras eran las mismas, tenían el mismo aroma del perfume.

 

-Al menos en esta nota puedo decir un poco más-suspire y toque mi nariz con la nota varias veces-mmmmmmm ¿Dubhe y Merak?... Dubhe y Merak… sé que he oído esas palabras antes.

 

Rápido encendí mi computadora y busque las palabras en el buscador de Google Chrome y el primer resultado me indico todo, se trataban de nombres de las estrellas principales de la constelación de la Osa Mayor y eran precisamente las dos estrellas con las cuales se puede encontrar la Estrella Polar, que como sabrán indica el Norte verdadero de la Tierra.

 

-Bien…-me recargue en mi silla acolchonada y cruce los brazos detrás de mi cabeza-¡¿Y esto qué significa?!-grite aterrorizada y levantando los brazos hacia el cielo y las piernas hacia el frente-rayos-me recargue sobre mis nudillos y puse mis brazos sobre el escritorio. Apague la computadora.

 

Comencé a pensar que las dos notas tenían relación con Daniel y la única pista era que ambos habían aparecido al mismo tiempo, pero fuera de eso no podía asegurar nada. Sin duda estaba deseosa de ahorcar a la persona de las notas, estaba acabando con la cordura y paciencia que me quedaba. De pronto se abrió la puerta y mi hermano entró, sacándome de mis pensamientos.

 

-Ya puedes bajar-lucía serio, se mordió los labios y miraba al piso, como si no estuviera seguro de decir algo más-creo que… deberías de bajar a Cal-miró hacia mi repisa, donde estaba mi juguete más antiguo de la infancia, una camioneta pickup  plateada de la marca Tonka, al que nombre Cal.

 

Mire hacia la repisa sin saber qué decir, sólo me levante, tome al pequeño coche entre mis manos y lo admire una vez más antes de bajar a la sala, no podía creer que habían pasado casi dos horas desde que me dijeron que no podía estar presente en la plática. Antes de salir del cuarto, mi hermano me dio unas palmaditas en la espalda y me sonrió.

 

-¿Debo de estar preocupada?-sonreí con nerviosismo.

-No-me abrazó mientras caminábamos-ese Daniel es un buen niño-sonrió alegremente-y dudo mucho que eso lo haya heredado de ti.

 

Lo mire preocupada, al decir eso él estaba afirmando que Daniel realmente era de la familia y mi hijo, algo bastante traumático.

 

-¿Le creíste?-le pregunte casi atónita.

-Tú camina, luego preguntas-me empujo en broma hacia adelante.

 

Al llegar a la sala, vi que Daniel estaba dibujando en la mesa de centro, sentado en la alfombra, al verme me sonrió y saludo alegremente con su mano moviéndola de un lado a otro, le correspondí aunque no muy segura de lo que hacía, entonces mire a mis padres, ambos estaban serios, mi papá estaba recargado sobre sus manos con los codos sobre la mesa, mamá tomaba lo que pensé que era café, por el aroma lo reconocí, y mi hermano que se sentaba de nuevo con ellos en la mesa.

 

-Siéntate-mamá trato de sonreírme aunque también se le notaba que no sabía por dónde empezar para hablar.

-¿Trajiste el carro de juguete?

 

Sin decir una palabra, saque lo que me pidió mi papá, lo mostré y deje en la mesa. Todos nos quedamos en silencio de nuevo, el único sonido era el que hacía Daniel con los crayones mientras dibujaba en la sala, pronto escuche la lluvia caer suavemente, mire hacia el jardín y note que estaba nublado afuera, la lluvia no tenía indicios de parar pronto. Volví a mirar a mi familia pero ellos no me miraban a mí, sino entre ellos, como decidiéndose con la mirada quién iba a hablar primero.

 

-No hablen todos a la vez-dije haciéndoles burla, pero ni siquiera me oyeron.

 

Mamá volteo a verme, estaba jugando nerviosa con sus dedos, las pocas veces en las que abría la boca era para mojarse los labios, los otros dos estaban recargados en la mesa, pensando. Suspire con pesadez y bostece.

 

-Daniel sí es tu hijo-dijo finalmente mi papá. Hasta me interrumpió el bostezo.

-¿Qué estás diciendo?-lo mire escéptica-eso es imposible, no se parece en nada a mí, además de ser su madre, eso habría sido desde hace muchos años, ustedes saben que eso es falso.

-Pero lo eres.-mi hermano se incorporo y coloco sus manos abiertas sobre la mesa-Hablamos con él durante un largo tiempo, pensábamos que en algún momento su historia iba a dejar de tener sentido pero por más que intentamos confundirlo y de hacerle demasiadas preguntas, su historia jamás cambio y la manera en que lo explico todo… tenía lógica.

 

Mire al pequeño con curiosidad, yo seguía sin creer en nada de lo que estaba ocurriendo, no sabía que lo que iba a pasar a continuación cambiaría mi vida para siempre.

 

-Incluso nos probó que decía la verdad.

-¿Cómo?

-Bueno, él trae consigo algunos objetos personales que lo indican...-mi hermano parecía dudar de sus palabras. Se rasco la cabeza.

-Daniel viene de 20 años en el futuro-dijo mi mamá mirándome seriamente.

-¡¿20?!-grite asombrada-¡Wow! ¡Esta vez sí se volaron la barda!-me empecé a reír a carcajadas-¡Que buena broma!-mire a mi papá-Ok, igual y me porte mal hace algunos días o hice algo que no les agrado, pues me disculpo-le di unas palmaditas en la espalda-¡Pero esa no es razón para que se inventen jaladas como esta!

-Es que no es ninguna broma-volvió a decir mi mamá-él es de verdad tu hijo, de esta familia.

-Ay, ajá-me levante-Saben qué, esto ya me tiene harta. Me llevo al niño a la delegación a entregarlo a la policía, si quieren puedo ayudar a buscar a su familia, pero de la nuestra no es.

-No directamente-dijo mi papá.

-¿Cómo?

-Él sólo tiene nuestros apellidos, es hijo biológico de tu esposa.

 

La palabra esposa resonó con tremendo poder en mi cabeza, por la mirada de mis papás era evidente que ellos no podían asimilar nada todavía bien, yo menos. La situación se estaba agravando, pasamos de algo tan sencillo como llevar al pequeño con la policía, a creerle y dejar que me llamará “mamá” y no sólo eso, era admitir que estaba casada y demás, y que para colmo por lo que veo, no era con Valeria, ¡No puede ser que yo misma esté creyendo en esta estupidez! Me mordí el labio con fuerza, aguantando las ganas de decir alguna grosería.

 

-Bueno, tu esposa del futuro-corrigió mi papá viendo mi coraje, pero eso hizo peor mi humor.

-De ahí su apariencia física-dijo mi mamá-por lo tanto, de nosotros no heredo nada. Pero es uno de nosotros.

 

Mire de nuevo a Daniel, quién a pesar de estar jugando en la sala se notaba que estaba pendiente de nuestra conversación, un chico listo sin duda. Suspire y me volví hacía mi familia. De la impaciencia yo estaba moviendo con desesperación mis dedos sobre la mesa.

 

-¿Y bien?-me  encogí de hombros, frustrada-¿Me van a decir qué fue lo que les dijo?

-Yo lo haré-mi mamá se incorporo mientras los otros dos me miraban con atención.

-Te escucho-dije con cierto tono de ironía. No es mi intención faltar el respeto a mi mamá, es sólo que todo esto me resulta tan absurdo.

-Desde que tú y tu hermano eran bebés, a ustedes siempre les dábamos regalos parecidos, como juguetes, peluches y hasta la ropa informal. Una Navidad, les dimos unos carros de juguete, tú recibiste el que acabas de dejar en la mesa-señalo a Cal-mientras que tu hermano recibió un helicóptero de la misma marca.

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Me senté correctamente y tome a Cal en mis manos, lo mire con atención y presione el botón de su cabeza.

 

-Súper Cal, ese soy yo-dijo el carrito de juguete. Aún puedo recordar todas sus frases pregrabadas. Sabía que este juguete significaba mucho para mí y que su nombre fue mi primera palabra, pero aun había algo que no comprendía.

-¿Qué tiene que ver él-moví el carro en mis manos-con todo esto?

-Bueno…-mi mamá se agacho y de su lado tomo una mochila, la misma que traía Daniel y saco de ella un objeto-él tiene el mismo juguete.

 

Ambos objetos eran el mismo, la misma marca, colores, tipo de auto, todo. Los mire con cara de enojo y desesperación, ¿en serio por un juguete iban a creerle? ¡Debían de estar dementes! ¡Esos juguetes se producen en masa, de de haber miles como Cal! Aun en estos tiempos deben de existir varios.

 

-A ver-sonreí de mala manera-¿Crees que por que él tenga un juguete parecido al mío… sean el mismo? ¡No sean tontos!

-Es que en serio es el mismo-dijo mi hermano acercándose-no es que sean sólo de la misma marca y tipo de auto, es que es el mismo juguete-me arrebato a Cal de las manos y se lo dio a mi mamá.

-Mira-ella habló-para evitar que entre tu hermano y tú se pelearan por los juguetes del otro tuvimos que marcarlos, les pusimos sus nombres y algunas marcas dentro del juguete, para que en caso de que ocurrieran problemas, nosotros pudiéramos resolverlo rápidamente.

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-¿Y cómo comprobaron todo eso? ¡Si el verdadero lo tenía yo en mi cuarto cuando ustedes hablaban con Daniel-con mis violentos movimientos estaba enfatizando mi coraje. En más de una ocasión volteaba a mirar a Daniel, quien estaba un poco nervioso por oír a los adultos levantando la voz, específicamente a mí.

-Por qué fue Daniel quién nos contó lo importante que es ese juguete, su historia, donde estaba marcado con tu nombre y los rasguños en la carrocería. Pensábamos que en un descuido, él había logrado hacerse con el juguete en tu cuarto, pero en este juguete-movió el juguete de Daniel en sus manos, enfatizando sus palabras-se nota mucho el paso del tiempo. Está viejo, un poco descolorido y su sonido ya no es tan perfecto, pero es el mismo auto. Queríamos que bajaras el tuyo sólo para corroborar.

 

Entonces de golpe me pasaron los dos objetos y yo misma los comparé, en el juguete “viejo” se notaban más abolladuras entre otras cosas, pero las que compartía con mi juguete eran las mismas, además las marcas con mi nombre estaban en el mismo lugar y con la misma letra, la de mi mamá. Los mire de reojo, era una prueba muy fuerte pero seguía sin creerles, a esto lo llame “una coincidencia única en el mundo” pero sólo eso, una coincidencia.

 

-¿Y sólo por esto le creyeron?-dije molesta.

-No, sólo fue la prueba número uno-mi papá se acomodo en la silla.

-Le creímos con la prueba número dos-mi hermano con los dedos indicaba dicho número.

-Yo la diré-mi papá sonrió y le dijo algo a mi mamá al oído, ella asintió y se quito su anillo de bodas, intuyo que se lo pidió-Cuando tu mamá y yo nos casamos, nuestros anillos de boda fueron personalizados, con la fecha de nuestra boda 21/10/1985 y una frase, en el anillo de tu mamá está escrito “mi único amor” y en el mío “el único en mi vida”. Bueno, Daniel traía consigo un collar de plata con el anillo de tu mamá en él-me paso ambos anillos para comprobar que eran los mismos-y nos conto la historia de cada uno, hasta una que pensé que nadie sabía, aparentemente mi yo del futuro le encargó a Daniel que me lo dijera…

 

Levante una ceja y mire a mi papá con escepticismo, aunque era cierto que los anillos eran los mismos, tenía curiosidad por escuchar dicha historia. Mi mamá cerro fuertemente los puños, estaba enojándose, qué raro.

 

-El día de nuestra boda…-mi papá pareció dudar en hablar-perdí los anillos, no los encontraba por ninguna parte, hasta que aparecieron en distintos lugares, el mío en mi cajón de playeras dentro de su estuche y el de tu mamá en el bolsillo de mi smoking. Estaba muy aliviado de encontrarlos y no dejaba de admirarlos, me di cuenta de que el de tu mamá estaba un poco sucio y se me ocurrió lavarlo en el baño, cuando lo moje… se me resbalo y casi se fue por el caño.

 

Mire a mi papá muy sorprendida, estaba a punto de morirme de la risa, mi hermano no sabía qué decir y mi mamá cambiaba de colores, estaba encolerizada.

 

-¡Casi pierdes mi anillo el día de nuestra boda!

-¡Te dije que no era buena idea que yo los cuidará! ¡No quisiste escucharme! Pero bueno, logre salvarlo, lo limpie y como si nada, esa historia no la sabía nadie, jamás la conté. Daniel dijo que yo se la tuve que contar para que le creyéramos en esta época, entre más detalles y pruebas tuviera de nosotros, podíamos confiar en él.

-¿Y todo eso les llevó tantas horas? ¡Me quede encerrada en mi cuarto por casi tres putas horas!

-Lo sentimos, pero no sabíamos cómo decírtelo todo… además nos llevo tiempo hacernos a la idea de lo que pasaba y también nos costó trabajo creerle a Daniel. Lo interrogamos varias veces y tratamos de desacreditar sus palabras, pero fue imposible. Sabiendo eso y que los anillos son los mismos, pues a mí ya no me quedo duda, realmente es de la familia.

-Es tu hijo-dijo mi hermano cruzado de brazos.

 

Con susto mire a Daniel, que ahora estaba a un lado de mí y me miraba con atención. Yo no soy nada estúpida, sólo desconfiada, pero con tantas pruebas frente a mí, ni yo podía negar que realmente esto estaba pasando y que aquel morrito era mi… ¿Hijo? Era mucho por procesar, ¿Cómo había pasado eso? ¿Quién era él? ¿Cómo llegó hasta esta época? ¿Qué tiene que hacer aquí? ¿Cómo puede ser mi hijo si no se me parece en nada? ¿Por qué vino ahora? ¿Qué tengo qué hacer yo? ¿Qué pasará con la Universidad? ¿Mi novia? ¿Mi familia y amigos? ¿Dónde se va a quedar? ¿Por cuánto tiempo va a estar aquí? ¿Y mi vida social? La cabeza me daba vueltas y me dolía, me sentía mareada. Cerré los ojos con fuerza y me cubrí la cabeza en un intento por calmarme, no funcionó. Mi corazón latía rápido, mis manos y frente comenzaban a sudar, mi vista se nubló y me costaba trabajo respirar, sentía cómo temblaban mis manos.

 

-Todo va a salir bien-Daniel puso su manita sobre mis piernas mientras se recargaba en mí y buscaba un espacio entre mis brazos para meterse en ellos.

-Ah… qué…-entonces caí desmayada en el suelo.

 

Al levantarme me di cuenta de que estaba en la sala de mi casa, mi presión arterial bajó, lo que ocasionó el desmayo. Mi vista seguía un poco borrosa pero lo atribuí a que apenas estaba despertando, sin embargo opte por quedarme acostada en el sillón. Mire a los lados y ahí estaba mi mamá mirándome con cariño y sosteniendo mi mano.

 

-¿Cómo te sientes?-sonreí ligeramente con aire orgulloso.

-Cómo si la cigüeña me hubiera arroyado y encima, se burló de mí-me reí de mi propia broma.

-Bueno, al menos sigues siendo la misma. ¿Puedes levantarte?

-No creo, déjame aquí unos minutos-cerré los ojos-¿Dónde está Daniel?

-Aquí, mi mamá señaló al otro sillón-no se fue de tu lado desde que te desmayaste. De hecho se asustó mucho, no pensamos que lo ibas a tomar tan mal-acarició mi cabello.

-Ya estoy bien, tranquila-acaricie su mano con mis dedos-¿Y papá y Héctor?

-Hablando afuera, estamos viendo qué vamos a hacer ahora-me acaricie la sien.

-En parte por eso mismo me desmaye-dije dando un suspiro-tengo que escuchar la historia de Daniel. ¿Por cuánto tiempo me fui?-me di cuenta de que Daniel estaba dormido.

-Unas horas-seguía acariciando mi cabello-creo que deberías de descansar primero antes de continuar.

-Sí, pero necesito saber.

 

Daniel se incorporó de golpe y me vio con alegría, para después correr hacia mí y abrazarme.

 

-¡Estás bien!

-Sí-dije correspondiendo si abrazo-perdona por asustarte.

-Estaba muy asustado-unas lágrimas caían por su rostro de infante.

-Tranquilo-le acaricie el cabello-¿Puedes ahora responderme unas preguntas?

-Sí.

 

Entonces mi papá y hermano entraron a la casa, estaban en el jardín charlando.

 

-¡Qué bueno que no te volviste a desmayar!-mi hermano grito triunfal.

-Sí, gracias-levante el pulgar.

-Y lo estas tomando muy bien todo, es un gran avance-me ayudó a incorporarme en el sillón.

-Sí, por ahora aunque igual quede medio pendeja-dije casi inaudiblemente para que sólo él me escuchará-estoy extrañamente muy tranquila.

-Vaya que sí-mi papá se sentó a mi lado, revolviendo mi cabello-tranquila, ya veremos qué hacer-lo mire agradecida.

 

Daniel nos pidió a los cuatro que nos quedáramos sentados mientras él iba a tratar de responder nuestras dudas, siempre y cuando “fueran preguntas que él pudiera responder”.

 

-¿A qué te refieres con eso?

-Hay preguntas a las que no debo de responder-dijo apenado.

-¿Por qué no?

-Porque mis mamis me lo dijeron.

 

El corazón me latió rápidamente, ¿Mamis? ¡yeah! ¡Punto para la comunidad LGBT y para mí!, había logrado mi sueño de casarme con una mujer pero… no era con Valeria, suficiente razón para querer tirarme de un puente.Trate de disimular mis emociones sin mucho éxito, todos se dieron cuenta, en fin, no me importó.

 

-¿Qué estás haciendo aquí? En esta época pues-fue mi primera pregunta.

-No puedo responder eso, está prohibido-dijo mientras jugaba con sus dedos.

-Bueno… ¿Cómo llegaste hasta aquí?-mi hermano se rasco la cabeza.

-No lo sé, recuerdo que estaba dormido en mi cama, entonces soñé algo muy divertido y desperté con mami Isa, en su cama.

-¿Eso es todo?-lo mire impresionada y un tanto decepcionada. Además, el que me dijera “Isa” me gustó, sonaba tierno y a la vez imponente.

-Emmmmm había una voz de una mujer que me decía que tenía que hacer algo, pero ya no me acuerdo que era.

-¿Cómo entraste a mi cuarto?

-Creo que fue por la ventana.

-¿Crees?

-Sí, es que recuerdo que entre como bala de cañón por la ventana y que mi mochila estaba a mi lado. No sabía dónde estaba y te vi en la cama, te quería despertar pero no te movías. Me subí y me puse a dormir contigo.

-¿De cuántos años en el futuro vienes?

-De…. De…-estaba pensando-del 2035.

-¡¿20 años?!-gritamos todos-¡Imposible!

-Sí, de 20 años en el futuro.

-Wow, ¿y cómo es la vida en ese año?

-No puedo responder eso.

-¿Quién te envía?

-Tampoco puedo decirlo.

-¿Por cuánto tiempo te vas a quedar?

-No lo sé, no me dijeron.

 

Cuatro preguntas que no me puede responder, en este punto la que está cada vez más confundida soy yo. Me irritaba no saber muchas cosas. Llegue a pensar que era más sensato preguntar por lo que él sí podía contestarme, o bien, podía engañarlo con un juego de palabras y sacarle la información de esa manera, un poco ruin el plan, pero el niño no comunicaba mucho realmente y yo quería saberlo todo.

 

-ok… creo que esto sí me lo puedes resolver-sonreí-¿Por qué dices que eres mi hijo pero no te pareces en nada a nosotros?- Daniel me miro atentamente, a pesar de ser tan pequeño, estaba consciente de lo que pasaba a su alrededor. Mi pregunta era la correcta, pues él me sonrió como pensando “es que es obvio”, chico listo.

-Porque me parezco a mi otra mamá.

-“Qué raro, no recuerdo que en la familia de Valeria hubiera alguien con sus características”-pensé-“con suerte y alguno de sus familiares sí”.

-¿Por qué mejor no te presentas?-mi papá le sonrió.

 

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A PARTIR DE ESTE PUNTO, SE RECOMIENDA AL LECTOR SEGUIR ESTE LINK, es una canción :D

https://www.youtube.com/watch?v=1DJnQnhTX_U

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-Bueno-tomó aire, estaba nervioso-me llamo Daniel Dubhe Amzalag-¡Por favor que diga Martínez! El apellido de Valeria-Nirmala.

-“Mierda”-pensé irritada-¡¿Qué?!-pregunte furiosa, de nuevo lo espante-¿No eres Martínez?

-No, soy Amzalag Nirmala-con trabajos podía pronunciar la “r” de Nirmala e incluso Amzalag en si mismo ya era difícil de pronunciar para un niño de su edad.

-¿Dubhe? ¿Y ese nombre?-mi mamá tenía razón, ¿ese nombre de dónde salió?

-Mi otra mami me lo puso-dijo orgulloso-tengo el nombre de una estrella-y señalo al cielo.

 

Dubhe… ese nombre lo he escuchado antes, ¿pero dónde? No lo recuerdo. Esperen… ese nombre estaba en la nota de la mañana ¡¿Qué significa todo esto?! Todo se está poniendo  muy raro, trato de conectar cables en mi mente, pero es demasiada información. Además, Daniel no tiene el apellido de Valeria, mi único amor, ya valió esto.

 

-Háblanos más de ti, por favor-pidió mi mamá, yo seguía estresándome más.

-Bueno, tengo 6 años, me gustan los dinosaurios y bailar, leo mucho y tengo un hurón que se llama Blanco, porque es albino-se rascaba la cabeza mientras pensaba que más podía decirnos-cuando sea grande, quiero ser bombero. Me gusta estar con mis amigos y mi familia. ¡Oh! Y me gusta mucho dibujar, ¡muchísimo!-vaya, como todo bien niño… habla hasta por los codos, tierno.

-Vaya, pero que niño tan interesante y lindo eres-mi mamá lo tomó de los cachetes. Él se dejo mimar muy bien, aunque sus cachetes estaban muy rojos.

-Entonces…-mi hermano se inclino y puso su mano sobre mi hombro-tu mamá… no se llama Valeria, ¿cierto?-de inmediato alce la cabeza asustada, temía por la respuesta.

-No, no se llama así.

 

Me deprimí de inmediato, sentía como todos mis sueños, aspiraciones, sentimientos y demás, se venían abajo, porque toda la vida que me había imaginado ahora estaba destruida y no me importaba si el niño frente a mí fuera mi hijo, por qué… ¿Cómo podía tener yo una familia si no era con Valeria? Tenía que hacer algo y pronto, devolver al niño como fuera a su época o algo… no estoy pensando con claridad, estoy asustada, enojada, fastidiada y con sueño. La chica que sabía era la única en mi vida, no se iba a casar conmigo, eso para mí ya era motivo de depresión. Cerré los puños con fuerza y me mordí el labio del enojo, estaba tratando de no llorar. ¿Cómo iba a explicarle esto a Valeria?

 

-“Literalmente, todos mis sueños se fueron por la borda”-pensé, rendida ante el destino fatal, pero igual no es tarde para cambiar las cosas, quizás pueda hacer algo. ¡Sí! Seguro de alguna forma estaré siempre con Valeria, tiene que ser ella, con suerte y se cambio de apellido o algo. Sé que estoy delirando y todo, pero vamos… ¿Qué habrías hecho en mi lugar? Y nada de jaladas como “aceptar lo que venga”, porque sabes bien que no es así y lo lamento si asumo tus acciones.

-¿Y cómo se llama tu otra mamá?-pregunto mi hermano. Yo me esforcé por controlarme y no oír su respuesta, pero mi curiosidad pudo más.

-Pues, también es Nirmala, como yo-todos miramos con mayor curiosidad a Daniel-ya la van a conocer. Porque tengo que encontrarla, debe de estar muy confundida.

-¿Conoces a alguien con ese apellido, Isabel?-mi mama me miró con fastidio, asumí que ahora mi imagen ante ella era de una mujeriega y eso sin duda la tenía así.

-No-respondí con sequedad-jamás había conocido a alguien con ese apellido-y realmente decía la verdad, Nirmala es un apellido que escucho por primera vez, claro… como si Amzalag fuera uno común, sarcasmo.

-¿Dónde está tu mamá? ¿Debemos de llevarte con ella o algo?-mi papá se estaba preocupando.

-No, ella va a aparecer o eso me dijeron-se llevó un dedo a la boca, entonces mi mamá le dio un pequeño manotazo para evitar que hiciera eso, a lo que Daniel se quedo quieto y pidió perdón.

-¿Quién te dijo eso?-pregunte con voz queda.

-Mamá Isabel-todos me miraron fijamente-ella me dijo que fuera fasci… pas… paciente, pero tiene que ser rápido, Merak puede estar asustado.

-¿Merak? ¿Quién es Merak?-mi mamá pregunto con curiosidad.

 

Dubhe y Merak, ahora todo tenía sentido, dos nombres de estrellas pertenecientes a la misma constelación y con una importancia vital en la navegación, otras ciencias y las artes. Sin lugar a duda, Merak era…

 

-Merak es mi hermanito-Daniel rió mucho-mi hermano gemelo.

-¡¿Gemelo?!-no podía creerlo, me levante de golpe.

-Sí. Somos gemelos, yo soy el mayor-dijo muy orgulloso y poniendo las manos sobre sus caderas, algo presumido… creo que eso lo saco de mí, si observo bien puedo ver parte de mi comportamiento reflejado en él.

-Ahora lo entiendo todo-dije segura.

-¿Qué?

-Nada-me lleve la mano a la cara-cosas en las que tengo que pensar.

-¿Y dónde está Merak?-preguntó mi mamá muy preocupada.

-Pues si yo estoy con mami Isa… creo que Merak debería de estar con mi otra mami.

 

Todos nos quedamos callados, había demasiada información qué procesar y aparentemente Merak se la estaba guardando toda, la contaría parte por parte, como esto del gemelo. “Ahora hay otro niño que me necesita” pensé agotada, debo de encontrarlo, quizás él también pueda explicarme muchas cosas y si lo encontramos… puede guiarnos hasta su otra… otra mamá… de sólo pensarlo, hasta me duele la cabeza.

 

-Bueno… ¿Y ahora qué haremos?-preguntó mi hermano extendiendo los brazos.

-No lo sé-dije mirando a Daniel, sabía que él podía al menos decir el siguiente paso.

-Hay que encontrar a mi mamá y a Merak.

-¿Y sabes dónde pueden estar?-preguntó mi papá ya listo para la acción.

-Sí… bueno… creo… me dijeron dónde íbamos a verla.

-¿Cómo? No entiendo.

-Por qué no vamos mejor simplemente a su casa actual, seguro que ahí está.

-¡No! Tiene que ser donde me dijo mami Isa, sino… cosas malas iban a pasar.

-¿Cosas malas? ¿Quién te dijo eso?-lo mire preocupada.

-Tú, fuiste tú, mami Isa.

Notas finales:

¿Y qué les pareció?

¿Qué harían ustedes de estar en el lugar de Isabel? :O yo sí me desmayaba... mínimo XD

¿A qué vienen los niños a esta época? (no vayamos por lo obvio XD esa no es la respuesta)

Pero vamos :) Dubhe es un chico genial n.n

Bueno, ya saben qué hacer... reviews y likes!!! :D

FELIZ NAVIDAD!!!! UN ABRAZO!!!!!!!!!


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