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De niños del futuro y adolescentes del pasado por Irie Ryuen

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Notas del capitulo:

Aquí está la tercera entrega de mi historia!!!!

Espero la disfruten mucho!!!!

Ya no creo actualizar en este 2015 así que FELIZ AÑO NUEVO A TODOS!!!

2015 fue un gran año pero 2016 será mejor ;) un abrazo gigante de mi parte!!!!

 

III

IRIE RYUEN

 

Todo el día había sido el más extraño de mi vida hasta ahora, lo que pensaba que iba a ser una tranquila tarde se volvió de fuertes impresiones y spoilers de mi vida futura, más malos que buenos. No sabía qué hacer, pensaba en todo y a la vez en nada, estaba como en el limbo, quieta, atónita y por primera vez en mi vida, insegura. Mis papás me pidieron que socializara un poco con Daniel, quizás de que yo estaba… pues rara, no me negué a su petición y me senté en la sala con él, viendo cómo dibujaba mientras él se subía sobre mis piernas, los dos estábamos en el suelo, él concentrado en sus dibujos y yo, ida. Había veces en las que llamaba mi atención, agitando sus dibujos frente a mí, yo los miraba pero no decía mucho, seguía pensando en todo lo ocurrido y pronto se suscitó una terrible lucha en mi cabeza por comprender las cosas.

 

Lo primero a resolver… ¡¿Qué va a pasar ahora?! Daniel dijo que no sabía por cuánto tiempo iba a estar él aquí y con su llegada, todos en la familia íbamos a reajustar nuestros horarios para cuidarlo y atenderlo, por supuesto que entiendo mis responsabilidades como su… madre, pero yo en la vida había pensado que me pasaría esto tan pronto, ninguna de mis amigas es mamá y no tengo conocidos que sean padres tampoco, mis únicos modelos a seguir son mis propios padres, mis abuelos y mis tíos y tías, mi infancia fue bastante buena y disfrute mucho de cada día, por lo que en ese sentido puedo al menos hacer lo mismo que hicieron conmigo, me asombra que Daniel sea un chico tan tranquilo dentro de su misma actitud infantil. Es bastante platicador y activo, sonríe mucho y su trato es muy tierno a la vez de divertido, alza la voz pero es normal a su edad, se dio a querer muy fácil por mi familia y su apariencia física es muy llamativa, en especial por su cabello, los pelirrojos que conozco suelen ser de cabello rizado, él no, su cabello es quebrado y sus ojos, bastante hipnóticos, color lila. Por más que intento, no logro ubicar entre mis amistades a una chica así, menos apellidada Nirmala, pero siento que la odio profundamente, es mi constante recordatorio de que Valeria… no se va a casar conmigo. ¿Qué pudo haber pasado o pasará para que no me case con Valeria? Me asusta el sólo pensar en todas las opciones posibles.

 

-Toma Daniel-dijo mi mamá trayendo helado-este es para ti y este para ti, Isabel.

-Gracias-dijimos los dos.

 

No podía verlos, pero sentía la mirada de mi familia sobre nosotros. No habían dejado de hablar a mis espaldas, lo más seguro es que estaban haciendo planes de cómo iba a ser nuestra vida ahora, había tanto por analizar, trataba de mantenerme calmada, siempre he admirado a los guerreros y astronautas, en general el entrenamiento militar, mantener la cordura aún en situaciones de emergencia y ser extremadamente responsable y consciente de mis acciones siempre ha sido mi máximo a alcanzar y quizás eso estoy haciendo inconscientemente ahora, lo que me alegra… prefiero esto a la histeria total, hace ya horas que deseche la idea de la policía y otras más, Daniel se quedará en esta casa.

 

Lo que me lleva a pensar… ¿Y cómo lo voy a cuidar? Quiero decir, qué tendré que hacer para mantenerlo conmigo, hacerme cargo de él, ajustar todos mis horarios, es seguro que por ahora tendré que llevarlo conmigo a mi facultad, pero… ¿Por cuánto tiempo va a ser así? ¿Qué explicación voy a dar? Ese era otro problema importante, el explicar la presencia de Daniel ante familia y amigos, tarde o temprano se iba a saber la verdad, básicamente por Daniel llamándome todo el tiempo “mami Isa” o “mamá”, alguien iba a preguntar y si yo soy sincera siempre, es porque soy mala inventando cosas, me descubren muy fácil mis intenciones la mayor parte del tiempo, aunque si lo planeo todo muy bien, siempre obtengo lo que quiero ¿pero cómo inventar una mentira tan grande que hasta los más inteligentes la crean? Imposible, llegue a la conclusión de que era mejor decir que Daniel era mi hijo y que las personas se fueran acostumbrando a que tarde o temprano se cayera la mentira y tuviera demasiados problemas encima, pero pensándolo bien lo único que va a pasar es que tendré a los problemas encima más temprano que tarde, tan sólo hacerle saber esto a la familia va a ser un  problema enorme. Aun con el paso de los años, muchos integrantes de mi familia piensan que esto de la “homosexualidad” sólo es pasajero y que sentaré cabeza algún día con un hombre (me da horror hasta de pensarlo), me siguen tratando bien y no me faltan al respeto, pero se rehúsan a pensar que una “familia” puede estar formada por hijos y padres del mismo sexo, sin duda tener a Daniel aquí no va a hacer las cosas fáciles y me sorprende que mi mamá esté tomando la llegada de Daniel para bien, yo la imaginaba más histérica o algo. Tan sólo imaginar el problema que va a ser introducir a Daniel en la familia en general es un reto a la moral y paciencia, si Daniel fuera a quedarse unos días o al menos el tiempo de su estancia estuviera definido, pues ocultarlo o ver la forma de que pase inadvertido no sería problema, pero dado que no sé cuánto tiempo se va a quedar aquí y que es en esta época del año donde más fiestas a nivel nacional hay (maratón Lupe-Reyes), las fiestas de cumpleaños familiares, sin contar la fiesta de aniversario de mis papás, ya está claro que mi familia y Daniel se van a conocer y si hay algo que deben saber los extranjeros sobre las familias mexicanas, es que somos muchos integrantes en cada una, hasta ahora no he conocido una familia que sea pequeña. Puede que mis papás y mi hermano estén tomando a bien lo de Daniel por ahora, pero seguro están que no se la creen, admitámoslo… ¿Qué tan seguido tienes un niño en tu casa que dice ser de tu familia y venir del futuro?

 

Daniel disfruta estar sentado entre mis piernas, constantemente se recarga en mí a lo que respondo con unas ligeras palmaditas sobre su hombro, es tan pequeño y delgado, me llena de curiosidad saber muchas cosas de él. Obviamente que instintos maternales no he desarrollado pero ni de chiste en todo este día, pero sí siento admiración por este pequeño tan valiente al estar frente a adultos que no comprenden nada (y eso me incluye) y que sea tan paciente como para explicarnos lo que está sucediendo. Trate de hacerle la conversación varias veces pero no duraban mucho, básicamente porqué yo no sabía de qué hablar y afortunadamente él entendía bien. Sin embargo, mi mayor preocupación ahora era Valeria… ¡¿Qué carajos voy a hacer con eso?!

 

Suspire largo y tendido y me lleve una mano a la sien. Yo no había vuelto a encender mi celular durante el día y era 100% seguro que Valeria debería de estar preocupada por mí. Pero no sé qué explicación darle ni cómo tenerla al tanto de esto, más si me pide ver a Daniel y claro, que este le diga que no se va a casar conmigo, lo que también la destruiría a ella. Apenas empecé a creer en los finales felices, básicamente porque por fin Valeria me ha hecho caso y tenemos ya rato saliendo, me ama y la amo, no había nada más que yo pudiera pedir en la vida, me imaginaba toda una vida con ella, casarnos, tener hijos, envejecer juntas ¡Pero no! Por lo visto el destino no me quiere dejar tranquila, pudo haberme dado un tiempo más con Valeria, al menos el suficiente como para traer a Daniel después a mi vida, porque aun si amo a Valeria… Daniel y Merak son niños que no tienen culpa alguna de lo que pasa, se dice que los niños son la alegría y felicidad de sus padres, todo esto es tan difícil, supongo hay una forma en la que Daniel y su hermano puedan seguir existiendo sin que yo tenga que romper con Valeria.

 

Tome mi celular de mi bolsillo y lo prendí, a los pocos segundos ya tenía varios mensajes en whatsapp de Valeria y SMS en mi bandeja de entrada de ella, sabía que tenía que comunicarle todo esto pero el cómo era el problema, quizás lo mejor era que ella viniera a mi casa ahora y contarle todo, pero no tengo cara para verla ni valor. Me siento confundida e insegura con todo esto, así que sólo atino a decirle por mensaje que la amo y que mejor hablemos mañana o el lunes, pero que hoy no era un buen día, me respondió a los pocos segundos preguntando qué pasaba, si podía hacer algo por mí y que estaba preocupada, pero que la alegraba mucho que yo respondiera, tarde… pero que al menos sabía de mí de esa forma y que por favor le llamará más tarde, le dije que no había problema, que ya me reportaría con ella después y de nuevo el “te amo” acompañado de miles de corazones. “Te estoy preparando tus galletas favoritas, las de chispas de chocolate :3” ¡Sin duda esta mujer es un amor! Con cada acción que hace como esta, me hace amarla más. A su mensaje respondí con emoticones felices y corazones. Daniel insistía en ver mi celular, quería saber qué estaba haciendo pero este no era el momento, más tarde hablaría con él y trataría de llegar a un acuerdo con él sobre lo que iba a suceder con nuestras vidas o al menos, ponerlo al tanto de todo lo que estaba pasando. Entonces se me ocurrió que lo único que podía hacer por ahora para demostrar mi enojo y frustración de lo que estaba pasando, coloque en mi estado de whats un emoticon enojado con un reloj de arena, seguido de una pistola apuntando en dirección a estos últimos. Casi a los pocos segundos recibí un mensaje de mi hermano en whats, “LOL hahahahahaha te la rifaste” entonces lo miré y los dos sonreímos, pero con cierto pesar en los rostros porque la situación  afectaba a toda la familia y por el momento… para mal.

 

-La cena ya está lista-dijo mi papá acercándose a nosotros y ayudándonos a parar-algo sencillo hoy, cereal y fruta.

 

Daniel corrió a la mesa pero espero a que todos nos sentáramos y tomo la silla libre a mi lado, sus pies apenas tocaban el suelo. La cena que normalmente era ajetreada y llena de pláticas, ahora estaba silenciosa, ni había música para hacer el ambiente más ligero, sin embargo eso me permitió ver el comportamiento de Daniel durante una comida. El niño era muy correcto, “por favor” y “gracias” era lo que más decía durante la cena cuando pedía algo, no sorbía nada y su lugar era el más limpio de todos, siempre mostraba una alegre sonrisa que hasta la contagiaba, el peque desbordaba felicidad, lo que tenía por ahora a mis papás encantados. Fue el primero en terminar y tal como lo imaginaba, él mismo llevo sus platos hasta la cocina y los dejo dentro del fregadero, después regreso a la mesa y limpió su lugar, agradeció por la cena y regresó a la mesita de la sala a dibujar, sentándose en el suelo sobre la alfombra. Sonreí orgullosa, era el primer niño que conocía que hacía todo eso durante una comida, pero era natural en la familia, mis papás nos enseñaron a hacer eso a mi hermano y a mí desde niños pequeños, otro rasgo en Daniel que seguramente yo le había enseñado y con suerte, a su hermano también.

 

-Es un niño muy educado-dijo mi hermano mientras pelaba un plátano-ciertamente muy educado.

-Lo es-dijo mi papá viendo a Daniel-creo que eso se lo enseñaste tú, Isabel.

-Nosotros siempre les enseñamos buenos modales a ustedes-dijo mi mamá orgullosa-es bueno saber que al menos Dubhe tiene el mismo comportamiento.

-Cierto-mi hermano chasqueo los dedos-¡Daniel! ¡¿Cómo prefieres que te llamemos?! ¡¿Dubhe o Daniel?!

-Los dos me gustan, tío-dijo con una sonrisa en todo el rostro y volvió a dibujar.

 

Mi mamá miro con cierto enfado a mi hermano.

 

-¿Qué? Es bueno preguntarle por el nombre que prefiere que lo llamen-dijo mi hermano en su defensa.

-Sí, pero no te miro así por eso. Es de mala educación gritar en la mesa y lo sabes, Héctor-después le sonrió.

-Ya, perdón-dijo este devolviéndole la sonrisa y continuando con su cena.

-¿Y ahora qué vamos a hacer?-pregunte, todos me miraron como si hubiera hecho la pregunta del millón de pesos.

-Como no sabemos cuánto tiempo se va a quedar aquí, hay que integrarlo a nuestras actividades, no podemos dejarlo sólo.

-Ok, ¿qué haremos con la familia?

-Ya pensaremos en algo, pero lo cierto es que se van a enterar tarde o temprano, no es correcto ocultarlo y si mentimos sobre su identidad puede que en algún momento eso nos falle.

-Papá, sabes tan bien como yo que aunque la familia me quiere mucho… no está de acuerdo con el estilo de vida amorosa que elegí, esperaba que por lo menos con el tiempo ellos pudieran aceptarlo bien, pero así de sopetón todo… no sé, es arriesgado.

-Temerario-dijo mi hermano bebiendo un poco de agua. Mi papá suspiró.

-Pero no podemos hacer otra cosa. Tenemos que presentarlo, vamos a ver la forma de introducirlo a la familia sin que ocurran desmayos o emergencias-en ese momento pensé en los corajes que seguro iban a hacer mis abuelos, de los más conservadores en la familia, si de por sí conseguir que me volvieran a hablar después de salir del closet fue difícil… ahora más diciéndoles que tienen un bisnieto y que me voy a casar con una mujer. Esa era una noticia que no esperaba darles sino hasta dentro de varios años.

 

-Bien. ¿Y qué haré con la universidad?-suspire derrotada.

-Ni de chiste la abandonas-mi mamá me dirigió una mirada asesina.

-No es mi intención-dije rodando los ojos-sólo que quiero tener un plan para reacomodar mis horarios… supongo que las niñeras no están contempladas en esto.

 

Mis papás siempre estuvieron en contra de contratar niñeras para mi hermano y yo, ellos se turnaban para cuidarnos desde bebés o bien, nos dejaban con algún familiar disponible, pero niñeras no, de ahí mi comentario.

 

-Pues de momento… Dubhe va a ir contigo a la facultad.

-¡¿Qué?! Pero si la Universidad no es guardería, mamá.

-Lo sé, pero ninguno de nosotros puede faltar a sus actividades por ahora, además sólo será por unos días en lo que consigo que en nuestro colegio lo acepten en el kínder, puede ser más sencillo ahí ya que somos profesores en esa escuela, ya estamos a casi un mes de haber iniciado un nuevo ciclo escolar, por lo que meterlo en otra escuela puede ser  más tardado.

 

Me rasque la cabeza dudando, era cierto que debíamos de poner a Daniel en el sistema educativo de la época, como forma de cuidarlo y tenerlo vigilado, la escuela donde mis dos papás son profesores de secundaria era una opción, podíamos inscribirlo ahí. Pero había un problema… ¡¿Con qué papeles íbamos a registrar a Daniel en la escuela?! Al ser de otra época… él no está registrado en ninguna parte, jamás se me ocurrió pensar en esto.

 

-¿Cómo lo vamos a registrar?

-No sé-dijo mi papá cruzándose los brazos-ya pensaremos en algo, supongo que una opción es ir a la plaza de Santo Domingo-dijo casi inaudiblemente. La sola idea de ir a ese lugar con ese propósito a todos nos tenía inconformes pero era la única opción que se nos veía a la mente para hacer que Daniel pasará por un niño de esta época.

-Yo te puedo acompañar, papá.

-Iremos en unos días.

-¿Qué harás con tus amigos? ¿Les vas a contar?-mi hermano puso los codos sobre la mesa y se recargo en sus dedos.

-Pues… creo que sí, de cualquier forma al mal paso darle prisa, es seguro que no me crean pero si vamos a contar una versión de la historia, más vale que sea la misma para todos.

 

Mi hermano hizo una mueca y rodo los ojos, pero me sonrió dándome la razón.

 

-Además, son mis mejores amigos, estoy segura de que me van a creer… quizás. Al menos en la Universidad la situación no va a pasar desapercibida. Puede que algunos profes se quejen de que lleve un niño a la clase, pero a juzgar por cómo se está portando hasta ahora… los maestros no van a tener ninguna queja contra él. Qué bueno que aún no empiezo a hacer mi tesis o de lo contrario, esto habría sido un problema mayor.

-De acuerdo.

 

De nuevo un silencio largo y esta vez, uno sepulcral. Se sentía la tensión en cada uno de nosotros, era como si todos tuviéramos una nube negra encima y el único sonriente y despreocupado fuera Daniel. Sólo quedaba en general una pregunta inevitable y que deseaba que nadie hiciera.

 

-¿Qué harás con Valeria?-preguntó mi mamá, bebiendo después su café.

 

¡Mierda! Justo la pregunta que no quería escuchar y más traumático, porque fue mi mamá la que preguntó eso, pero era cierto que teníamos que discutir eso, muy a pesar mío. Me incorporé en mi silla y comencé a jugar con mis dedos, pensando en una respuesta para mi mamá, pero estaba en blanco y detesto que me pase eso, no tener una respuesta para algo.

 

-No lo sé-dije agachando la cabeza-por ahora le dije que estoy bien pero que no iba a poder verla en este fin de semana, no la preocupe demasiado así que por ahora todo bien… Pero no sé qué hacer, quiero decir… ¡La amo! Pero esto me está consumiendo-hundí la cabeza entre mis manos, sentí la mano de mi papá sobre mi espalda, tratando de consolarme-Tarde o temprano le voy a tener que decir, el problema es que sé que lo va a tomar muy mal, Daniel… no es nuestro hijo y si eso me puso mal, es seguro que a ella también, no quiero ser separada de ella-comencé a sollozar.

 

Sentía la mirada de todos sobre mí, pero lo último que necesitaba ahora era su lástima, lo que más deseaba era ver a Valeria, si jugaba bien mis cartas podía darse una situación en la que ninguna de las dos saliera más lastimada y pudiéramos convivir los tres bien, pero siendo realistas a Daniel no le iba a gustar convivir con otra mujer que no fueran sus mamás o a Valeria, convivir con niño hijo de su novia con otra mujer, en ambos casos los tres salíamos lastimados. No quería ver a ninguno de los dos triste. Entonces por unos segundos imagine la cara de Valeria diciéndome que todo iba a salir bien, sé que fue eso producto de mi imaginación ya dañada por la presión pero era el mejor escenario que tenía hasta ahora, más si ella era la que me tranquilizaba, deseaba tanto verla, abrazarla y besarla.

 

-Bueno, ya no pienses en eso preciosa-mi papá me jaló a su hombro y me abrazó-ya veremos después eso.

-Gracias, papá-le correspondí su abrazo.

 

El resto de la cena fue tranquilo, mi mamá y hermano limpiaron todo mientras mi papá me sostenía fuertemente, agradecí tener a un papá tan comprensivo como él, ¿pero en qué estaría pensando mi mamá ahora? Para enterarse de que ahora era abuela de un niño con dos mamás, ella estaba muy tranquila y hasta sonriente, aunque estaba claro en su semblante que había algo que no le gustaba, quizás que me hubiera casado con una mujer, o con una mujer que no fuese mi novia por la que desbordo amor, o el simple hecho de que Daniel esté aquí, las posibilidades eran muchas. Pero agradecí al cielo que para ser ella una madre tan conservadora, todo esté saliendo bien… en general.

Todavía quedaban muchas preguntas por hacerle a Dubhe, ver qué tanto sabía de nosotros, no es que aun dudara de la verdad, sin embargo era como dijo mi papá, entre más detalles él supiera de nosotros más creíble iba a ser su historia.

 

-Bueno, Daniel y tú dormirán juntos a partir de ahora-dijo mi papá, llevando a Daniel de la mano hasta mi cuarto, seguidos detrás por mí. Sinceramente ya me esperaba algo así, y si alguno de mis papás no lo sugería, lo iba a hacer yo, no se me hacía correcto dejar a Daniel al cuidado de mis papás incluso durante la noche.

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En cuanto nos desearon las buenas noches y Daniel abrazo a mis papás, dándoles las gracias por creerle, ambos nos quedamos solos y nos miramos fijamente, de nuevo Daniel tenía la misma pijama con la que había llegado y  cargaba su mochila entre sus brazos.

 

-Ve a lavarte los dientes-dije al final mientras le revolvía el cabello y él me sonreía. Dejo su mochila recargada en la pared y se metió corriendo al baño.

 

Mi cuarto aunque es muy espacioso, la cama no lo es, es individual y por ahora perfecta para Daniel y yo, lo bueno es que es un pequeño y no ocupa mucho espacio. Yo realmente planeaba mandar a construir un librero gigante y que justo en el medio hubiera una cama que pudiera guardarse en la pared, dejando espacio libre para mis cosas y mis plantas, pero nunca he ahorrado lo suficiente y ahora parece que ese dinero me caerá de perlas para solventar los gastos que surjan con la llegada de Daniel. Puedo verme muy calmada pero lo cierto es que no sé cuidar niños y no tengo ni idea de qué hacer, qué puede comer, ver, leer, hacer. Puedo empezar recordando cómo me educaron y criaron mis papás, además de pedirles consejos y ayuda, pero supongo que como siempre, todo se aprende bajo la marcha.

 

Me estire y aproveche que se fue, para ponerme la pijama y acomodar la cama. Como si estuviera en un trance, mire mi cama y comencé a pensar que en mucho tiempo… ya no volvería a usarla sólo yo, Daniel sería mi nuevo compañero. Otras personas pudieron haber echado a Daniel de la casa aún si este haya probado decir la verdad, o habrían reaccionado diferente, pero yo siempre me he esforzado por ser una persona responsable y hacer lo correcto, por más que yo entendiera algunos contras que iba a traer esta situación, tener al niño lejos no estaba en mis planes, él confía en mí para tenerlo aquí y siento que debo de cumplir con sus expectativas, no como su mamá, sino porque así siento que es lo correcto.

 

Lo cierto es que sí hay características de mi comportamiento que puedo ver reflejadas en él, es calmado, educado, responsable de sus cosas, inteligente, lo que sin duda me alivia mucho pues he visto muchos niños de su edad que son todo un reto a la paciencia de cualquier persona, pero él no, todo lo tiene en su lugar (que de momento es en su mochila) y no ha hecho ningún tipo de desastre (más que en mi mente) en la casa. Mire de nuevo por la ventana y seguía lloviendo pero ya solo briznaba, además se sentía mucho frío.

 

-Bueno, supongo que puedo acomodar sus cosas en alguno de mis cajones de ropa-dije cerrando bien las ventanas.

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A PARTIR DE ESTE PUNTO, SE RECOMIENDA AL LECTOR SEGUIR ESTE LINK, es una canción :D

https://www.youtube.com/watch?v=1DJnQnhTX_U

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Fui hacia la cómoda y comencé a abrir cada cajón para ver en cual quedaba espacio suficiente, claro que él no traía  mucho pero bueno, era mejor darle de una vez un lugar para él, porque una vez más… es lo correcto. Pase mi cajón a de las playeras  los shorts que estaban en otro cajón de ropa para desocuparlo y lo deje abierto para meter las cosas de su mochila. Ciertamente no traía mucho, al menos dos playeras, unos pantalones, un short, ropa interior como para dos días y una gorra, también tenía un par de chanclas, dos juegos de tenis y algunos pequeños juguetes. Todo a excepción de los últimos objetos, los puse en el cajón en orden y las otras cosas las deje a un costado de mi cama, ya mañana decidiría donde ponerlas. Estaba a punto de meter su mochila al ropero cuando note que aun traía algo dentro de ella, metí la mano y saque un pequeño collar dorado, intuí que se trataba de un relicario porque tenía un sistema de apertura justo en la parte superior, como si se tratase de un reloj al que se le puede acomodar la hora. La cadena de este sujetaba un sobre blanco, el cual voltee y reconocí la letra, era la mía.

 

Mi letra es casi inconfundible, siempre inclinada hacia el frente y en cursiva, con la mayoría de las letras estilizadas y curveadas. Dependiendo de si deseaba que tuviera un efecto emocional mayor, lo que hago es marcar ciertas líneas suaves bajo la letra, palabra o frase que me interesaba. En este caso sólo decía mi nombre “Isabel Amzalag Prado”, era una carta de mí para mí, no supe cómo reaccionar, fruncí el ceño de la frustración. Sabía que esa letra era mía, siempre ha sido inconfundible del resto de cualquier persona. Curiosa me decidí a abrirla pero en ese momento Daniel se abalanzo sobre los objetos y me los quito de la mano en un ágil movimiento de pies.

 

-¡Ey! ¡Eso es mío!-dije demandante

-Pero no puedo dártelo-él no pareció inmutarse ante mis palabras y tono.

-¿Por qué no?

-Porque tú me dijiste que no te lo diría, hasta en mucho tiempo-protegía ambos objetos con su alma.

-Ya entendí-dije cruzándome de brazos. Vaya, sin duda mi yo del futuro es una pesada.

-¿Me perdonas?-el chico se agarro de mi mano.

-No hay problema-dije revolviendo de nuevo su cabello-si después voy a poder verla, bueno.

 

Aunque lo cierto es que ahora más que nunca necesitaba tener una conversación profunda conmigo misma, era demasiada información para un solo día y necesitaba desesperadamente un abrazo, que me calmaran, lo que fuera, más si se trataba de una versión más adulta (y espero) congruente de mí misma. Trato de mantener la cordura pero si esto sigue va a llegar un momento en el que voy a explotar, mente fría… mente fría.

 

Daniel corrió de nuevo a su mochila y guardo los objetos en ella, me rogo que jamás se me ocurriera sacarlos de ahí y verlos, que no estaba lista para eso, le dije que no habría problema y me fui a la cama con él. Me sorprendía que él fuera también lo suficientemente maduro como para ponerse a mi nivel y con tan sólo mirada, calmarme y hacerme saber que de alguna forma todo iba a salir bien. Entonces cuando recordé que tenía que apagar la luz para dormir, sonó mi celular, estaba recibiendo una llamada pero no era de Valeria o alguno de mis amigos, era de una ex novia y con la única con la que me llevó muy bien (no mal piensen, somos amigas y ya).

 

-Katia, hola, buenas noches-dije saludándola.

-Hola Isabel-me respondió animadamente-¿Qué tal? ¿No te despierto?

-No, de hecho apenas me iba a ir a dormir, ¿en qué puedo ayudarte?

-Tú siempre tan educada, me encantas-sonreí por su comentario. Se escuchaba que ella estaba fuera de su casa, el sonido de la brizna era claro.

-¿Dónde estás? ¿Tienes paraguas o algo?

-Eh… ah, claro… la lluvia. Sí, tengo paraguas, sólo salí a caminar un rato, ya voy a regresar a casa. En fin, te llamaba para preguntarte si vas a ir a mi evento de gimnasia la siguiente semana, recuerda que me presento este jueves.

-Emmmm sé que te había dicho que sí, pero ahora voy a estar algo ocupada y…-mire a Daniel que ya estaba acostado esperándome, mirándome con sus ojos de inocencia infantil-no creo poder ir-dije finalmente.

-Oh vaya, que mal. ¿Y todo está bien?-sonaba realmente preocupada y lo agradecía mucho, fuera de Valeria, ella era de las personas en quien más confiaba, pero decirle todo eso iba a ser igual de increíble para ella. Estaba sola, sin contar a mi familia claro.

-Sí, no pasa nada-dije mintiendo.

-Bueno, ya sabes que puedes llamarme si necesitas algo.

-Lo haré, gracias. Y perdona que no pueda ir a tu evento, es sólo que a partir de ahora voy a estar algo ocupada.

-Vale, lo entiendo. Bueno, hasta el lunes, recuerda llevar la tarea de economía.

-Ya la hice-sonreí con confianza.

-Mira, que cumplida eres. Que sueñes bonito y descansa.

-Gracias, igualmente buenas noches. Te quiero.

-Igual te quiero, bye.

-Bye

 

¿Qué? Realmente sí quiero a Katia, pero como amiga y no más, ya después contaré nuestra historia, por ahora eso no lo amerita. Además prefiero llevarme bien con mis ex a que me odien para siempre.

 

-Ya vamos a dormir, mami-dijo Daniel casi demandante, estaba somnoliento.

-Ya voy-sonreí y fui a taparlo bien antes de volver a apagar la luz. Escuche afuera un resbalón sobre el techo de la casa, aunque asumí que era un gato caminando en el techo empapado y resbaladizo.

-¿Cuento para dormir?

 

Me di cuenta de que no sólo tenía cierto comportamiento parecido al mío sino que la forma de crianza era la misma que yo había recibido, cuentos para dormir y todo eso no faltaban cuando mi hermano y yo éramos niños, y lo cierto es que he conocido a pocas personas a las que sus papás les hacían lo mismo, con suerte y esto del cuento de dormir lo había instaurado yo con mi… futura familia…

 

-Hoy no, chaparro-nos tape bien-tal vez mañana, estoy cansada-dije levantándome de nuevo hacia el apagador.

-Bueno.

 

Él tomo mi mano y antes de que yo pudiera protestar caí rendida sobre mi cama. Lo último que recuerdo haber escuchado fue un trueno que había caído algo cerca de la casa y que se iluminó todo el cuarto de un color violeta.

Notas finales:

¿Y qué les ha parecido?

Ya saben, reviews y todo son bienvenidos n.n igual likes a mi página de IRIE RYUEN en facebook :)


Hasta el 2016 chav@s!!!!! Un abrazo

IRIE RYUEN


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