Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Tú eres mi destino por dorito_lee

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Nuevo One Shot 2min, espero lo disfruten <3 

Notas del capitulo:

¡Hola! Adivinen quién está de vuelta. Uh, espero lo disfruten ^^

Minho caminaba hacia la parada de autobús a paso lento, estaba demasiado cansado, los lunes si de por si eran los más cansados, para él lo era aún más por el trabajo que tenía, lo dejaba matado. Iban a dar las 7 de la noche y el solo quería llegar a casa para tirarse a su cama, escuchar un poco de música y dormir plácidamente como un bebé. Al llegar observó los buses pasar, ninguno era el que lo llevaba a casa, suspiró y se sentó en las bancas del paradero, al menos debía estar sentado un momento ya que sabía que subiendo estaría parado. Maldita hora punta que hacía que el bus vaya repleto. Esperó al menos unos 15 min hasta que divisó el que lo llevaba a casa, se puso de pie y sintió como muchas personas se amontonaban para poder subir también. Diablos, seguro sería una guerra para conseguir asiento. Subió siendo empujado por algunas personas y se fue hasta la parte del fondo, siempre pensó que los del fondo bajarían antes así podría conseguir un asiento y dormir una siesta hasta llegar a casa, era su plan de toda la semana. Se cogió de una de las barandas y vio como las calles pasaban ante sus ojos, bostezó un poco y giró su rostro para ver los asientos traseros, el bus había parado y gran cantidad de gente había bajado, esperó ver uno libre para él, pero lo que halló fue algo que captó su atención de inmediato. No habían asientos libres, pero si un lindo chico, en la parte que daba hacia la ventaba de los asientos traseros, este miraba las calles igual de distraído que él. Minho sonrió, no era la primera vez que lo veía, a decir verdad lo había visto un par de veces y en el mismo asiento, creo que era el favorito de aquel chico. Siempre esperó que la persona que estaba sentada al lado de aquel joven baje para él poder sentarse a su lado, pero si no ocurría eso, alguien más le ganaba y se sentaba en ese asiento que era más anhelado por él que los otros, quería sentarse, si, pero si podría en ese sería más que perfecto. El chico de largos cabellos suspiró y cerró sus ojos antes de apoyarse en la ventana. Se notaba cansado, Minho lo comprendió, él estaba igual de exhausto. Pasaron unos minutos y el lindo jovencito no abría sus ojos, su respiración era calmada y continua, se había quedado dormido.

 

 

 

—Disculpe

 

—No se preocupe

 

 

 

Lo habían empujado de casualidad haciendo que salga del trance en el que estaba al ver a ese chico dormir plácidamente, algunos quizá hubieran sentido envidia de que pueda hacerlo, pero Minho solo sonrió feliz, si él no podía dormir al menos estaba contento con que el lindo extraño de la ventana lo haga.

 

Pasó alrededor de una hora y se encontraba bajando del  bus yendo camino a su casa, el castaño de largo cabellos se había quedado, aún dormido, dentro del bus. Se preguntaba por qué su recorrido era tan largo, incluso pensó que era una especie de fantasma, rio por su loca idea y caminó directo a su casa, no quedaba muy lejos de la parada.

 

—————————————————————————————————————

 

Había pasado una semana desde ese lunes y  Minho estaba más que feliz, no importaba si salía a penas caminando del trabajo, desde ese día para adelante había visto al chico lindo de cabello largo y sedoso, de lunes a viernes, la excepción había sido el sábado y domingo, pero ya era lunes nuevamente y algo en su corazón le decía que lo volvería a ver. Aún no sabía por qué era que quería verlo, era un poco confuso pero no le daba importancia y solo se dejaba llevar por la emoción que le provocaba el saber que lo vería y que tendría una posibilidad de sentarse a su lado, hablarle y preguntarle aquello que siempre había rondado en su mente. ¿Por qué el recorrido que tomaba era tan largo? Vale, la pregunta era tonta pero admitía que no era solo eso, quería entablar una conversación, hacerle muchas preguntas.

 

Tomó asiento en las bancas del paradero y se sorprendió cuando vio llegar un bus rápido y no tan lleno, al menos habrían unas 5 personas paradas, y lo mejor, en el paradero nadie se amontonó para subir, al parecer era el único que tomaría ese bus. Subió con el corazón latiendo muy rápido, pagó y rápidamente fijo su vista en la parte trasera, ahí estaba “Cabellos castañitos” como le había puesto al chico. Caminó hasta el fondo y se quedó esperando que alguien baje, el bus se iba a vaciar más rápido de lo que normalmente lo hace. Pasaron dos paraderos más y cuando Minho giró su rostro para verlo, disimuladamente claro, unas lágrimas bajando por las blancas mejillas del castaño hicieron que su corazón se estrujara. ¿Por qué estaba llorando? Minho no lo entendía, el joven mordía su labio y sorbía su nariz, y aunque trataba de ocultar su rostro con su cabello era muy obvio a la vista de todos. Se mantenía mirando hacia la ventana derramando una lágrima tras otra, el alto veía como es que sacaba pañuelos de su mochila y se limpiaba sus mejillas avergonzado, no queriendo llamar la atención, quizá sabía que algunas personas podían verlo de todas formas. El pelinegro bajo la mirada, sentía un leve impulso de hacer algo pero no sabía qué exactamente y eso lo ponía cada vez más frustrado. Volvió a subir la vista cuando escuchó como alguien bajaba del bus. ¡Era la persona que estaba sentada al lado de cabellos castañitos! No lo dudó y fue a sentarse. Quizá suene descortés y malcriado pero le valió un reverendo pepino si había un invalido, una anciana o una embarazada que necesitaba el asiento. No lo había, pero de ser así igual no le hubiera importado. Prácticamente se abalanzó hasta el lugar y tomó asiento, sintió como el cuerpo a su lado se tensaba un poco y creyó que lo había asustado. Tonto Minho.

 

Pasaron unos cuantos minutos en los que el muchacho sacaba pañuelos y se limpiaba las mejillas y nariz, Minho incluso lo escuchó hipar, lo miraba de reojo y podía ver como aquellas manos temblaban ligeramente. No le gustaba para nada verlo de esa forma. El pequeño de largos cabellos metió nuevamente la mano en su mochila para sacar pañuelos pero no encontró más, lo que le hizo dar una ligero saltito de sorpresa, eso a los ojos de Minho no pasó desapercibido. Tenía miedo pero no lo dudó y de su mochila sacó sus pañuelos para poder ofrecérselo. El más bajo lo miraba con los ojos bien abiertos y pestañeando repetidas veces, Minho solo sonrió, no quería asustarlo más.

 

 

 

—Tómalos, por favor

 

—Gra…gracias

 

—No agradezcas, los necesitas más que yo, pequeño -Lo miró sonrojado, su cara estaba roja por el llanto, pero Minho podía distinguir el sonrojo muy aparte-

 

—Gracias Señor…

 

—Oh… -No pudo evitar soltar una pequeña risa- No soy señor, no estoy viejo y no lo parezco, al menos eso creo

 

 

 

El contrario sonrió, era verdad, no se veía viejo pero no sabía de qué otra forma llamarlo, no sabía nada de él, mucho menos la edad. Minho por su parte también sonrió, aquella sonrisa por parte del más bajo lo dejó atontado, a la vez, se sintió feliz por ser él el causante de su sonrisa, era hermosa, una hermosa sonrisa.

 

 

 

—Mi nombre es Minho, Choi Minho

 

—Taemin… -Susurró- Lee Taemin…

 

 

 

Taemin ni sabía porque le estaba dando su nombre a un completo extraño, pero el alto le inspiraba confianza sin saber cómo.

 

 

 

—Tienes un nombre muy bonito, va de acuerdo a tu rostro, no sé porque fui tonto y en mi imaginación te puse Pedrito

 

—¡¿Qué?!

 

—También tienes cara de Pedrito

 

—Pe…¡¿Qué?!

 

 

 

Minho se soltó a reír, la cara de Taemin fue épica. Alzó una de sus manos y desordenó ligeramente sus cabellos. Taemin por su parte solo se quedó inmóvil y sorprendido, al comprender que se trataba de una broma solo bufó ligero y rio junto a él.

 

 

 

—Solo estaba jugando Taemin

 

—Eres muy amigable y bromista

 

—Quería hacerte reír

 

 

 

Nuevamente un sonrojo invadió las mejillas de aquel lindo joven. Minho sonrió, le gustaba como esas mejillas regordetas que le daba ganas de pellizcar se pintaran de color carmesí. Taemin un poco sorprendido agradeció una vez más y giró la cabeza para volver a mirar hacia la ventana. El alto no quería eso, quería seguir hablando y sobre todo saber la razón de sus lágrimas, no por chismoso, quizá curioso, pero lo principal era para ayudarlo.

 

 

 

—No sé por qué estés llorando Taemin, pero siempre digo algo y espero que te ayude. Sonríe y tranquilo, solo es un mal día, no una mala vida.

 

 

 

Taemin no se giró a verlo, solo sonrió suavemente y cerró sus ojos, era muy atento de su parte que lo tratara de ayudar, pero él no tenía la más mínima idea.

 

 

 

—Quizá si es una mala vida…

 

 

 

Lo susurró pero Minho logró escucharlo. Se sentía mal al verlo de esa forma, no sabía que más hacer para poder ayudarlo, quería que sonría, y que sus ojitos se achiquen con cada una de ellas.

 

 

 

—Toma

 

—¿Cómo?

 

—Es una paletita de fresa

 

 

 

El castaño volteó y miró la paletita con detenimiento, le encantaban los dulces, luego miró fijamente al mayor por unos segundos y sonrió nuevamente antes de tomarlo.

 

 

 

—No te das por vencido

 

—Dije que quería que sonrieras

 

—Gracias Minho

 

—De nada Taemin, ahora solo disfruta de ese dulce, es muy rico

 

 

 

Pasaron alrededor de unos 30 min y Minho ya veía cerca su paradero. Después de quedarse medio idiota con la mirada que le dio el menor y ofrecerle el dulce no volvieron a hablar. Taemin volvió a mirar la ventana y él también, aunque en ciertos momentos desviaba su vista a ese hermoso rostro. Estaba que maldecía al conductor por no haber ido más lento, lo que era irónico ya que siempre se quejaba de que se demoraba mucho en llegar a casa. Cogió su mochila y volteó a verlo una última vez en ese día.

 

 

 

—Hasta luego Taemin, cuídate, y ya sabes, sonríe, te ves más bonito así

 

 

 

Taemin lo miró confundido y avergonzado. “Más bonito”. Sonrió y se despidió con la mano susurrando un leve “Gracias por todo” antes de ver al chico de grandes ojos bajar por la puerta trasera del bus. Esperaba verlo mañana, así como todos los días, porque sí, él también se había dado cuenta de la coincidencia en el bus y también esperaba con emoción cada día volver a verlo en la noche.

 

Bajó del autobús y caminó temeroso hasta su casa, sabía lo que le esperaba, de hecho unos buenos gritos y si su padre estaba de buen humor no recibiría unas bofetadas. Solo si estaba de buen humor.

 

 

 

—¿Papá…?

 

—Me llamó el señor Park

 

—Pa…papá

 

 

 

Esperaba decírselo más tarde, con más calma, pero esto lo dejó congelado y sin saber qué hacer.

 

 

 

—¡No puedes hacer nada bien maldito mocoso!

 

—N..no, papá déjame explicarlo

 

—No sirves para nada, eres un inútil ¡idiota! Ahora de dónde mierda sacarás para la comida ¿eh?

 

—Conseguiré otro empleo…papá…¡ah!

 

 

 

No pudo seguir hablando por la bofetada que le dio su padre, haciendo que su mejilla se ponga roja de inmediato. Sus lágrimas no se hicieron esperar y tuvo que morderse el labio, ya que sabía que pasaba cada vez que su padre lo golpeaba y él solo atinaba a llorar. Solo hacía que su padre se enfurezca más al “llorar como un nenita”

 

 

 

—Lo…lo siento -Aclaró su garganta para que no se escuche el llanto que amenazaba con salir- Te juro que encontraré otro empleo y con mejor pago, papá…no faltará nada en la casa y…

 

—No puedes hacer nada bien Taemin ¡Nada! Dime ¿quieres terminar como una prostituta? ¡Dime! - Aquel hombre se acercó hasta el menor y lo cogió del cabello, jalándolo con todas sus fuerzas, hasta casi hacerlo tocar el piso. Taemin ya no pudo aguantar más y solo se soltó a sollozar, no quería, más golpes no, por favor- Mocoso, solo eres una puta carga para mí, no puedes ni traer dinero a la casa por ser un maldito inútil en ese empleo de mierda que te conseguí, eres una basura Taemin, un bueno para nada, qué estará diciendo el señor Park, que tengo un hijo imbécil que no sabe hacer nada en la vida más que llorar como una puta nena

 

—Papá…

 

—¡Cállate! ¿Y así vienes a pedirme entrar a una universidad pública? ¿Dime tienes mierda en el cerebro? Tú estás aquí para trabajar, para mantenerme, si la puta de tu madre se largó pues ahora tu encargarás de esta casa, olvida esa universidad -Agitó su cabello con fuerza haciéndolo llorar más fuerte- ¡Olvida todo! No puedes con ese trabajo y vas a poder en la universidad ¡Por favor! Eres tan incrédulo –Comentó agresivamente irónico- entiéndelo Taemin eres una basura de ser humano que nunca triunfará en la vida por ser un idiota, por ser un inútil bueno para nada

 

 

 

Fue lo último que escuchó antes de sentir los golpes en todo su cuerpo, más bofetadas, puñetes en su estómago, más jalones de cabello, patadas al momento que cayó al piso e insultos.

 

 

 

—¡Y deja de llorar que me aturdes! ¡Cállate Taemin! Mañana mismo consigues un empleo, o me conocerás de verdad, sabes que no me importa que te vayas a vender como prostituta con tal que traigas dinero a la casa

 

 

 

Vio a su padre salir de casa, seguro iría a tomar y a acostarse con una mujerzuela, así se gastaba el dinero que traía a casa, maldito alcohólico. Pensaba en irse de esa casa,  escaparse y ser libre, pero no podía, tenía miedo, su padre era capaz de encontrarlo así se esconda en la Antártida, además tenía razón, era un inútil, un bueno para nada que no sabía de la vida, no podía simplemente volverse independiente, porque ni siquiera tenía estudios con lo cual conseguir un buen empleo y poder mantenerse.

 

Su llanto era desgarrador, seguía tirado en el suelo adolorido tanto física como sentimentalmente. Porqué su madre tuvo que irse, porqué los abandonó, al menos lo hubiera llevado a él, por qué no lo hizo. No quería decirlo, pero así como pasaba siempre que su padre lo golpeaba se atormentaba con las mismas ideas. Porque nadie lo quería, ni su madre, ni su padre, ni el gato de la esquina, nadie, estaba solo en ese mundo. Se puso de pie como pudo y caminó hasta su pequeña habitación, se aplicó una pomada que ya tenía preparada por si pasaban situaciones como la anterior y se tomó una pastilla para el dolor. Se recostó en su cama y sacó de su bolsillo la paleta que le regaló el chico alto del bus. El lindo chico alto del bus. Lo miró detenidamente y se echó a llorar nuevamente. Preferiría vivir mil veces con ese chico que era prácticamente un desconocido a vivir con su padre, porque el pelinegro le había demostrado tener tan buen corazón con un pequeño acto. Pero claro, eso solo quedaría en su imaginación, porque la realidad era así de cruel, así de ácida y dolía como mierda cuando chocaba contra ella así como si le estuvieran clavando un puñal en su corazón.

 

 

 

——————————————————————————————————————

 

Minho subió entusiasmado al bus con la esperanza de verlo y hacer conversación así esté parado, quería hablar con él, saber si se encontraba mejor.

 

Ahí estaba.

 

Sentado en el mismo lugar de siempre, quiso darse el lujo de emocionarse más porque no había nadie a su lado, día milagroso pensó, pero algo le decía que no todo estaba bien. Taemin estaba con anteojos negros y se podía sentir hasta el otro lado de la ciudad el aura apagada y deprimente a su alrededor. Caminó rápido y se sentó a su lado, le sonrió pero el castaño lo ignoró como si nada, como si no hubieran hablado el día anterior.

 

 

 

—Taemin

 

—….

 

—Taemin, soy yo, Minho ¿Recuerdas? El que te dio la paletita ayer

 

—….

 

—¿Taemin estás bien?

 

 

 

Le tocó el brazo y sintió el cuerpo ajeno estremecerse con fuerza; sin embargo, lo que le sorprendió y asustó más fue la forma en la que Taemin se quejó.

 

 

 

—Lo…lo siento ¿Pasó algo? ¿Por qué te duele?

 

—No es nada…solo… solo me caí… - Lo sabía, era un asco mintiendo, hasta en eso no servía-

 

—Mírame

 

—Disculpa, quiero descansar, agradecería si me dejaras en paz

 

—Taemin

 

 

 

Minho no aguantó más y le quitó las gafas de un solo tirón, encontrándose con un gritito de pavor de Taemin y un gran moretón cerca de su ojo.

 

 

 

—¿Quién te hizo eso?

 

—Minho…

 

—Ven aquí…

 

 

 

Tomó su mano y la jaló para ponerse de pie, ganando más quejidos de dolor, lo sentía pero debían bajar de ahí para poder hablar. Minho tocó el timbre desesperado hasta que el bus se detuvo en un paradero y las puertas se abrieron. Bajó con Taemin y se quedaron parados en el asfalto de esa parada. El alto no sabía lo que hacía, solo se dejaba llevar por la rabia de haber visto ese hermoso rostro dañado, por la preocupación y desesperación de hacer algo para ayudarlo.

 

 

 

—Tendremos una conversación muy larga Taemin

 

—Minho por favor…si no llego a casa a la hora habitual me regañarán y…. -Se detuvo, casi habla de más-

 

—¿Y qué más Taemin? -Minho no quiso pensar lo peor, pero lo que imaginó no se le esfumó de la mente- Lo siento, pero esto es grave y me contarás

 

 

 

Tomó su mano y lo jaló para caminar hasta una pequeña plaza que vio cerca del paradero. Taemin estaba sorprendido, pero también estaba empezando a enojarse, apreciaba la ayuda del alto, pero hablaba enserio cuando le decía que si no llegaba a tiempo le iría mal, además no quería contarle, la vergüenza lo invadía y fue cuando se le cruzó el pequeño pensamiento de “¿A ti qué mierda te importa? quizá y hasta eres un violador”

 

                                           

 

—Minho suéltame…

 

 

 

Fue olímpicamente ignorado por Minho. Intentó zafarse forcejeando un poco, pero el mayor no lo soltó. Taemin ya ni sabía porque lo seguía, solo bufó y se dejó llevar hasta un pequeña banca en donde a penas y cupieron los dos. El silencio era incómodo, ninguno de los dos hablaba, solo se escuchaba los suspiros del castaño. Minho botó aire y tras mirar a Taemin decidió hablar.

 

—No me creo el cuento de que te caíste

 

—Pero es cierto

 

—No me mientas

 

—¿Qué pasa? ¡Recién te conozco! ¿Por qué preguntas tantas cosas?

 

—¡No es cierto!

 

—Recién hablamos ayer…

 

—Yo te he visto desde hace mucho

 

—¿Eh?

 

—No…yo….eso no viene al caso Taemin, mírate, estás con el ojo morado, las mejillas lastimadas y cuando te toqué te quejaste, lo que me da una idea de como está tu cuerpo. Vamos….yo solo quiero ayudarte

 

—¡Mientes!

 

—Tae…

 

—¡¿Por qué quisieras ayudarme?! Estoy solo ¡Solo! A nadie le importo, no tengo a nadie, y siempre será así, no me mientas al decirme que quieres ayudarme ¡porque no es cierto! Solo…solo soy un maldito inútil abandonado….

 

 

 

Minho no podía creer nada de lo que había escuchado y mucho menos lo que estaba presenciando que era a Taemin llorar desgarradoramente después de haber caído de rodillas y de haber tapado su rostro. El corazón se le detuvo y sintió como si alguien se lo apretara. Sabía que ese chico guardaba algo, solo que no se imaginó que esta sería la forma de enterarse. El frío viento lo sacó de su ensimismamiento y fue corriendo a abrazar a Taemin que seguía llorando en el piso. Era el llanto más doloroso que había escuchado en su vida. Lo apretó contra su pecho y acurrucó en sus brazos, quería ayudarlo pero primero tenía que calmarlo.

 

 

 

—Sh….calma Taemin, por favor calmate…Escucha, no me preguntes la razón exacta porque ni yo mismo la sé…solo sé que quiero y debo ayudarte ¿Sabes? Te he visto muchas veces en el bus, así que creo eso cuenta como conocer de antes, es cierto…recién te hablé ayer, pero tu llanto…eso que dijiste…y lo de hoy…sé que algo malo pasa; así que por favor necesito que lo digas porque quiero ayudarte, porque sé que se puede hacer algo al respecto

 

—Minho…

 

—Taemin no estás solo…yo estoy aquí contigo, preocupándome por ti, dispuesto a hacer lo que sea para que todo mejore

 

—Él dice que soy una basura en esta vida….

 

—¿Él? ¿Quién él?

 

 

 

Las palabras del mayor lograron conmover al castaño, le hicieron tener un ligero pensamiento de “no estás solo”. Era cierto, no lo conocía, pero sabía y sentía que las intenciones del contrario eran sinceras, por lo que sin más que dudar le contó todo lo que había vivido desde que su madre los abandonó, todo, absolutamente todo, mientras lloraba y sus ojos se le hinchaban considerablemente. Cuando terminó el pelinegro lo abrazó, tan pero tan fuerte que Taemin sentía su rápido latir. Minho estaba sorprendido, aún no era capaz de creer todo lo que el menor había vivido, y sobre todo estaba con la sangre hirviendo en rabia. Ahora todo tenía sentido, porque siempre veía a Taemin perdido en sus pensamientos, como ido de la realidad, a veces triste, cansado, y llorando aquella vez…quería matarlo, quería matar a ese hijo de puta que se atrevió a maltratar a su cabellos castañitos por tanto tiempo.

 

 

 

—Eso se acabó…Taemin ya no volverás a aquella casa a menos que sea para recoger tus cosas

 

—Qué dices…. -Taemin se separó asustado al escucharlo- No entiendo…

 

—Que te irás de ahí, ya no vivirás con ese maldito mal nacido

 

—No, no….estás loco – Limpió sus lágrimas torpemente para poder verlo mejor- Él es peligroso…me encontrará…además no tengo donde quedarme ¿recuerdas? Ni siquiera tengo un empleo, no sirvo para nada…

 

 

 

Era verdad aquello último, no tenía empleo. Se pasó todo el día buscando uno pero no encontró y de la desesperación acudió de nuevo al señor Park para pedirle una nueva oportunidad, solo que el muy desgraciado lo botó como si fuera un animal. De regreso se encontró con Minho en el bus y ahí estaban, el mayor queriéndolo ayudar sin saber lo que decía, y él muerto de miedo porque ya era demasiado tarde y una fuerte golpiza lo esperaba en casa.

 

 

 

—Taemin no digas eso…no eres un inútil... - El alto suspiró, después de lo que le contó Taemin, sabía que iba a requerir de ayuda profesional el quitarle aquellas ideas al menor porque era un caso claro de maltrato psicológico. El pobre ya tenía grabado y creído eso de tanto que el otro bastardo se lo decía-  Claro que tienes un lugar donde quedarte…vendrás conmigo, a mi casa

 

—¡No! Minho por favor…te lo dije…él es peligroso, si me encuentra te podría hacer daño y no me perdonaría eso, nunca jamás en la vida

 

—Bonito….shh, calma…no me hará nada - Minho le cogió el rostro de ambas mejillas y besó su frente- Él no podrá hacerme nada…confía en mí, solo no puedo permitir que sigas en ese lugar ni un segundo más. Hoy vendrás conmigo, mañana iremos por tus cosas y las llevaremos a mi casa, lo demás…déjamelo a mí ¿sí? Solo hay una cosa que debes hacer, irás conmigo donde la policía y lo denunciarás…solo eso - El cuerpo del pequeño tembló por lo que Minho sostuvo más fuerte su rostro- No tengas miedo…él no te hará daño, ni a ti ni a mí, lo denunciarás y de lo demás me encargo yo…por favor Taemin…confía en mí…

 

 

 

Taemin lo miró dudoso, pero ante la suplicante mirada de Minho le creyó y dejó sus miedos atrás, nada le pasaría, el mayor se lo había prometido. Asintió y se echó a llorar de nuevo, era lo que siempre había esperado ¿no? Por fin sería libre. Se lanzó a abrazarlo con todas sus fuerzas para terminar de desahogarse. Minho lo iba a salvar.

 

 

 

——————————————————————————————————————

 

 

 

—¡Taemin dejaste la tolla en tu cama!

 

 

 

Taemin rio travieso y se fue corriendo hasta la sala para esconderse, sabía que al mayor le enojaba que hiciera eso, porque dejaba su cama húmeda y luego podría contraer gripe. Se preocupaba tanto.

 

 

 

—Taemin ven aquí que sabes que igual te encontraré

 

—¡Pues encuéntrame!

 

 

 

No escuchó nada por unos segundos, hasta que…

 

 

 

—Ya lo hice

 

—¡Ah, hyung!

 

—Minnie deberías buscar otro escondite, siempre es detrás del sillón o en la cocina

 

—Yah, no te burles

 

—¿Qué te dije acerca de las toallas?

 

—Que no se dejan en la cama…lo siento hyung, lo olvidé

 

 

 

El ahora pelinegro formó un pequeño puchero, que enterneció a Minho, mientras se ponía de pie.

 

 

 

—Prometo que ya no pasará

 

—Siempre dices lo mismo, pero se vuelve a repetir - Desordenó sus cabellos cortos y negros con cariño mientras reía leve-

 

 

 

Taemin rio bajito antes de ponerle ojitos de cachorrito para que ya no lo regañara.

 

 

 

—Lo siento hyung ¿si? ¿si?

 

—Está bien, está bien…ahora vamos a comer, ya está servido

 

—¿Qué hay?

 

—Pizza, lo que pediste

 

—¡Pizzaaaa!

 

 

 

Minho vio como Taemin iba corriendo al comedor, emocionado como todo un niño. Había pasado un año y medio desde aquella noche que decidió ayudarlo. Esa noche se quedó con él y al día siguiente fueron a recoger sus cosas antes de ir a poner la denuncia. Con el testimonio de Taemin y las pruebas que, para el dolor del mayor, estaban muy presentes por todo su cuerpo mandaron orden de captura inmediata. Tal como se lo prometió, después de ello él se encargó de todo, incluso hasta de que lo condenaran a cadena perpetua al miserable ese, iba a estar toda su maldita vida encerrado, como se lo merecía. También se encargó de algo más, de cuidar de Taemin. Los primeros meses fueron complicados, él pequeño a veces tenía pesadillas que lo hacían despertar con gritos en plena madrugada, aquellas ideas que estaban metidas en su cabecita lo hacían deprimirse, más cuando le salía algo mal, así que como lo pensó, llevó a Taemin a un psicólogo. Con el pasar de los meses fue mejorando, las pesadillas desaparecieron y veía como poco a poco ese chico apagado se iba convirtiendo en uno alegre, lleno de vida y risas, tal como el que comía la pizza frente a él. Ese era el Taemin verdadero, ese era el Taemin que lo había enamorado. Le tomó un poco de tiempo darse de cuenta de sus sentimientos, pero al fin supo descifrarlos, era amor. Convivir con Taemin era lo más hermoso del mundo, el menor hacía que sus días estén llenos de luz y alegría, con aquellas sonrisas podría hacer que cualquier mal día por culpa del trabajo se volviera uno de risas y calidez. Fue así como se dio cuenta que lo amaba, porque al imaginarse un día sin Taemin le deprimía, porque cuando el menor estaba triste él también lo estaba, porque solo quería verlo feliz, porque se vio embobado por las sonrisas de aquel ángel, porque siempre se preocupaba por él hasta el punto de conseguir un nuevo empleo en el que salía más temprano solo para llegar antes a casa y cuidar de Taemin, y sobre todo porque el vivir juntos le hizo darse cuenta que Taemin era lo más importante en su vida, sin él no podría…todos pensarán que era el menor quien quizá no podría vivir sin Minho, pero era todo lo contrario, él no era nada sin su pequeño.

 

 

 

—¿Estás nervioso?

 

—Un poco… mañana salen los resultados

 

—Verás que si entrarás Minnie, tú eres muy inteligente, además estudiaste mucho

 

—Pero igual…¡hyung eran muchos postulantes!

 

—¿Y eso qué? Tú eres el mejor

 

—Hyung…

 

 

 

Minho admiró con devoción aquel color carmesí en las mejillas ajenas, quería acercarse y besarlas, pero debía controlarse, no quería asustar al menor. Terminaron de comer y después de ver televisión se fueron a sus habitaciones a dormir.

 

Minho dormía plácidamente, tenía un sueño hermoso, iba besar los labios de Taemin…ya casi….ya casi….

 

 

 

—¡MINHO HYUNG! ¡MINHO HYUNG!

 

 

 

Se despertó de golpe al sentir como un peso caía encima de su cuerpo. Abrió los ojos sorprendido y vio a un Taemin saltando en su cama sobre sus rodillas con una enorme sonrisa.

 

 

 

—¡Taemin! -Se sentó rápido y lo miró atentamente, al parecer era lo que pensaba y lo que sabía desde que el menor dio el examen-

 

—¡Hyung me aceptaron! ¡Entré a la universidad!

 

 

 

Taemin le había dicho que quería estudiar en una universidad pública y que además era una de las mejores del país, incluso era muy complicado entrar por la dificultad del examen y porque miles de personas postulaban, pero él lo había logrado, estaba tan orgulloso del más bajo. El menor por su parte estaba a punto de llorar de la felicidad, uno de sus otros sueños se haría realidad, por fin iba a poder estudiar.

 

 

 

—¡Minnie felicitaciones! Sabía que lo lograrías ¡Yo te lo dije!

 

—¡Hyung estoy muy feliz!

 

 

 

Minho sintió como Taemin se lanzaba a abrazarlo, no supo reaccionar de inmediato por lo que cayó echado de nuevo, pero esta vez con Taemin encima y él rodeando su cintura con sus brazos.

 

 

 

—Min…Minho hyung lo siento…yo…yo..

 

 

 

Se separó un poco para poder verlo a los ojos y notó sus mejillas sonrojadas. Dios, él tenía autocontrol, pero en ese momento sentía su fuerza de voluntad flaquear, estaba a punto de mandarlo a volar y así lo hizo. Solo cerró sus ojos y besó sus mejillas lentamente, Taemin se sonrojó aún más y lo miró sorprendido. Minho dudó un poco, casi se asustó, pero al momento de ver la cálida sonrisa de Taemin también sonrió y se acercó a sus labios lentamente. Y hace tan solo uno minutos soñaba aquello, pensó que capaz y veía el futuro. Cuando sus labios chocaron juró haber tocado el cielo, tal como lo imaginó; suaves, esponjosos, con un rico sabor a fresa, eran perfectos. Permanecieron así unos instantes hasta que decidió mover sus labios con suavidad, para su sorpresa y felicidad Taemin correspondió. Este se sentía flotar en nubes, había esperado tanto sentir los labios de su hyung y lo estaba viviendo; tan suaves, tan deliciosos, los labios de Minho eran perfectos, y el mismo pensamiento tenía el mayor acerca de sus labios. Se fundieron en un beso lento, que a poco a poco se volvió más pasional, sus lenguas se juntaron y se enredaban en una danza que solo ellos podían lograr. Minho paseaba sus manos por la delicada espalda de Taemin, y el menor tocaba con timidez el formado torso del alto. Ambos se deseaban y ambos se entregarían.

 

 

 

 

 

—Minho hyung….él, él me gusta -Taemin bajó la mirada, esperaba algo así como un grito de horror y sorpresa, pero en cambio solo recibió una pequeña risa-

 

—Estaba esperando el día en que me lo dijeras

 

—¿Cómo?

 

—Minnie eso es muy obvio

 

—¿A…a que se refiere?

 

 

 

Jessica lo observó con una cálida sonrisa y se acercó a jalarle las mejillas. Taemin era tan lindo.

 

 

 

—Bueno quizá no tanto, pero soy psicóloga y analizo mucho a las personas. Pude notarlo cuando lo mirabas, cuando le hablabas, estaba esperando el día que me lo dijeras, quería ver que tanta confianza me tenías, porque en eso se basa esta terapia, en que me tengas confianza y me cuentes todo, ahora que lo has hecho sé que vamos por buen camino Minnie

 

—Yo…entonces…usted ¿no está asustada?

 

—Oh ¡No! Claro que no, qué cosas dices Tae, el estar enamorado es algo hermoso, es mágico, y no importa el género, la edad, raza o religión ¿Si me entiendes? Además el amor es más lindo cuando es correspondido

 

—¡¿Qué?!

 

—Creo que a Minho también le gustas

 

—No es cierto, a él le deben gustar las chicas, es imposible nonna

 

—También lo he analizado, aunque no se haya dado cuenta

 

—¿No es eso ilegal?

 

 

 

Jessica se echó a reír con aquella ocurrencia.

 

 

 

—Tal vez, pero no estoy atentando contra su vida, lo digo enserio Minnie…he visto como te mira, como te habla, como te trata, con tanto cariño y delicadeza, como si fueras lo más importante para él

 

—Nonna…

 

—Estarán juntos, ya verás

 

 

 

 

 

Minho giró y dejó a Taemin bajo su cuerpo. Con un dedo delineó cada facción de su rostro, su nariz, sus pómulos, mejillas, mentón y labios, estaba embobado admirando su bello rostro. Ambos se sonrieron y se unieron en un nuevo beso. Pronto los labios del mayor bajaron hasta el cuello del pelinegro, besaba la piel con delicadeza, la lamía y  empezó a chuparla, se deleitaba con su sabor que cegado mordió con un poco de fuerza, ello hizo que Taemin soltara un leve jadeo, se cubrió la boca pero aun así el alto logró escucharlo.

 

 

 

—Minnie…quiero escucharte

 

—Hyung…ah~

 

 

 

Sintió una nueva mordida que lo hizo gemir bajito. Minho sonrió y besando sus clavículas coló una de sus manos bajo la playera de pijama que traía Taemin. Tocó su plano abdomen por unos minutos, lo acariciaba y perdía en la suavidad de su piel, quería besar y morder todo, dejarlo marcado como suyo. El menor suspiraba con los ojos cerrados, las caricias en su cuerpo se sentían demasiado bien, quería sentir más del mayor, por ello gimió complacido cuando Minho llegó a uno de sus pezones y empezó a pellizcarlo.

 

 

 

—Ngh…

 

—Tae…

 

 

 

Subió su mano llevando consigo la playera que logró sacar de un solo tirón. Observó el torso desnudo por unos segundos, antes de inclinarse a tomar uno de sus pezones entre sus labios. Taemin arqueó la espalda levemente soltando un fuerte jadeo, la boca húmeda del mayor chupaba de forma deliciosa su pezón mientras que el otro era atendido con una de las manos de Minho. Lo besos fueron bajando hasta su abdomen, donde se detuvo un rato para lamerlo, miraba de reojo a Taemin y, este solo lo observaba con los ojos entrecerrados y sus mejillas sonrojadas. Besó su abdomen, su cintura, su pecho, todo lo que podía y estaba a su alcance. Fue de nuevo hasta sus labios para besarlo con pasión y deseo, el pelinegro se aferró a su cuerpo y luego comenzó a pasear sus manos por su espalda, él también quería ver el torso desnudo de Minho, por lo que con manos tímidas cogió la base de su playera y lo sacó con ayuda de quien lo vestía. Taemin quedó maravillado, sabía que el mayor tenía buen cuerpo, lo había visto hacer ejercicios un par de veces, pero nunca había visto su torso desnudo, mucho menos de tan cerca. Alzó una de sus manos y delineo sus abs que parecían tableta de chocolate, tan duro, tan marcado. Minho solo lo dejaba disfrutar, le gustaba la imagen de Taemin tocándolo. Las manos temblorosas se tomaron su tiempo para inspeccionar toda esa parte de su cuerpo, subieron y lo atrajeron del cuello para poder besarse nuevamente. Movían sus labios de forma rápida y necesitada, las manos de ambos recorrían traviesas sus pieles desnudas, ya estaban excitados, era obvio ante la erección que ambos tenían. Minho bajó sus manos hasta el short de pijama de Taemin y lo deslizó hasta sacárselo junto a su bóxer, se separó para poder observarlo y creyó ver a un verdadero ángel frente a él. Su cuerpo delgado, con finas curvas más hermosas que las de cualquier mujer, su piel blanca y suave como la nieve. Tan precioso, tan bello, Taemin era perfecto. Vio como Taemin miraba su pantalón de pijama, así que sonriéndole cogió sus manos y las dirigió al borde de su  pantalón, el más bajo bajó la mirada sonrojado y deslizó la prenda junto al bóxer lentamente. Minho lo ayudó quitándose todo y tirándolo por cualquier parte de la habitación. Taemin tenía los ojos abiertos como platos, no podía creerlo, tragó saliva y desvió la mirada del gran miembro ajeno. Minho la tenía grande, demasiado, y le iba a doler, así que se fue preparando mentalmente para ello. No dejó que eso lo intimidara y volvió a pasear su mirada por el cuerpo del alto, era como si estuviera viendo a un dios griego, tenía un cuerpo de infarto. Unos labios atraparon los suyos mientras sus piernas eran separadas y un cuerpo se posicionaba entre ellas.

 

 

 

—Ah! Minho…

 

—Agh…Taemin…si quieres parar solo dímelo ¿Si? -Minho lo miró fijamente, transmitiéndole toda la confianza posible-

 

—No quiero parar Minho hyung…

 

 

 

Besó su frente y luego sus labios, Taemin sonrió y se acercó hasta su cuello para hacer lo que el mayor anteriormente había hecho. Minho, apoyándose en sus antebrazos que estaban a cada lado de la cabeza de Taemin, cerró sus ojos disfrutando de la pequeña lengua traviesa que lamía su piel y la preparaba para luego morderla. Se separó y tomó entre sus labios el inferior del contrario para chuparlo y succionarlo. Dejó un último beso y bajó entre sus piernas para quedar con el rostro frente al miembro de Taemin, lo tomó entre sus manos y besó la punta. El pelinegro se removía y gemía avergonzado.

 

 

 

—Quieto bonito…esto es necesario

 

 

 

Puso un dedo frente a su rostro y Taemin supo de inmediato que hacer, lo metió a su boca y empezó a chuparlo y llenar de saliva, lo mismo hizo con los siguientes dos dedos que el mayor puso frente a sus labios. Al sentirlos listos colocó un dedo en la entrada de Taemin e hizo presión hasta meterlo lentamente. El más bajo jadeó, no dolía, solo se sentía un poco raro. Con el segundo dedo sintió más incomodidad, pero los movimientos del mayor lo ayudaron a calmarse, movía sus dedos despacio, de arriba hacia abajo y en forma de tijeras para poder dilatarlo, cuando escuchó un gemido introdujo un tercer dedo con el cual Taemin mordió fuerte su labio. Minho empezó a moverlos cada vez más rápido, con los minutos Taemin gemía más fuerte.

 

 

 

—¡Hy…hyung! ¡¡A…ah!!

 

Minho sonrió, al parecer había encontrado su punto. Pasados unos segundos sacó sus dedos, haciendo que Taemin lo mire con el ceño fruncido, se acercó a él y besó todo su rostro antes de llegar a sus labios.

 

 

 

—Si te duele mucho solo dime y yo pararé

 

 

 

Taemin asintió y Minho se acomodó mejor entre sus piernas, cogió su entrepierna y colocó la punta en la entrada. El cuerpo del menor se tensó y Minho cogió su miembro para masajearlo y distraerlo del dolor que sentiría después. Lo miró a los ojos y sin despegar su vista presionó para terminar de entrar en él. Se hizo paso entre su cavidad lentamente, no quería  dañarlo, y aunque dolor era inevitable lo quería provocar en la menor medida posible. Taemin soltó un grito de dolor mientras una lágrima caía por sus mejillas, aunque supo que le iba a doler, porque había una gran diferencia entre el miembro de Minho y sus dedos, y se preparó mentalmente, el ardor era horrible que a penas y podía soportarlo. Minho se asustó al escucharlo, se quedó quieto en su interior aunque se moría de ganas por moverse, es que joder, el interior de Taemin era tan estrecho y cálido que lo estaba volviendo loco, pero debía controlarse.

 

 

 

—¿Quieres que salga?

 

—¡No! No...hyung no

 

—Relaja tu cuerpo

 

—Yo…yo…

 

—Lo sé Minnie…lo sé…confía en mí, ya pasará

 

 

 

No hacía falta decir que era virgen, el mayor lo sabía, por eso con más razón sería cuidadoso con él. Seguía masajeando su miembro para darle placer y distraerlo, dejaba besos en sus mejillas y labios, quería relajarlo. La respiración agitada de Taemin pronto se hizo más regular. Estuvieron así unos minutos hasta que se sintió lo suficientemente listo para mover su pelvis, Minho gimió ronco ante el movimiento contrario, su miembro fue exquisitamente recibido y apretado, era el paraíso. Miró a los ojos de Taemin y este le asintió, dejó un último beso en sus labios antes de empezar a moverse. Los gemidos no se hicieron esperar, con lo minutos en la habitación solo se escuchaban gemidos y jadeos por parte de ambos. Se sentían en el cielo llenos de placer, Taemin ya no sentía dolor, ahora solo placer, el miembro del alto lo invadía exquisitamente, quería más, quería sentirlo más dentro y eso mismo quería el mayor, enterrarse hasta lo más profundo.

 

 

 

—¡Ah! ¡Ah! ¡Minho!

 

—Minnie…Tae Agh si…

 

—Más…por…por favor hyung más rápido…ah~

 

 

 

Minho cerró sus ojos moviéndose cada vez más rápido, su pelvis chocaba con fuerza contra el trasero de Taemin, había perdido un poco la cordura, solo se dejaba llevar por la deliciosa sensación de estar dentro de él. La velocidad de sus embestidas aumentó lo que provocó que la cama chocara contra la pared, aquello era acompañado del sonido de las pieles chocar y los gemidos que cada vez eran más altos.  Taemin arañaba la espalda de Minho y eso solo lograba excitarlo más, hacía que se moviera con más fuerza, pero sin llegar a ser brusco. Le encantaba escuchar a Taemin gemir, sobre todo su nombre, se escuchaba dulce y sexy a la vez. El menor jamás imaginó que se sentiría así de bien, en un principio pensó que era lo más doloroso del mundo pero ahora tiraba todos esos pensamientos a la basura, era maravilloso, era lo mejor en todo el universo unirse de esta forma al mayor.

 

 

 

—Tae…Tae ¡Agh! Me vengo...ya casi… ya casi bebé…

 

—Hyung…¡ah! ¡ah! ¡Sí! Ahí…ahí ¡Minho!

 

 

 

Sabiendo que había dado con su punto nuevamente y que le faltaba poco para terminar se movió con todas las fuerzas que tenía, llegando a tocar la próstata de Taemin lo que lo hacía gemir como loco. Lo embistió unos minutos más hasta que sintió aquella corriente eléctrica recorrerle la espalda hasta llegar a su parte baja. Lo penetró unas veces más y cogió su cadera con fuerza pegándose a ella mientras se corría en su interior.

 

 

 

—¡Mghhh! ¡¡¡Aghhh Taeee!!! ¡¡Taemin…!!

 

—Min…Min…¡¡Ahhhh!! ¡¡Ahhh, si!!

 

 

 

Taemin no tardó en correrse también entre sus abdómenes, sentía que había tocado el cielo, Minho lo había llevado a ese lugar. Escuchó como Minho gimió un poco más ante las contracciones de su entrada. Respiraban agitados, con sus cuerpos débiles después de toda la energía gastada, se miraron por un instante y se sonrieron cómplices de lo que acababan de hacer. El alto salió con cuidado del interior de Taemin y se echó a su costado antes de atraerlo por la cintura y pegarlo a su pecho, para acurrucarlo y dejar unos cuantos besos en sus cabellos. Taemin, seguro de sí mismo, en vez de salir huyendo solo se dejó hacer, acurrucándose y hasta ronroneando en el pecho ajeno.

 

 

 

—Te amo Taemin…

 

—Y yo a ti Minho hyung, te amo mucho…        

 

—¿Desde cuándo? -Ambos rieron por la curiosidad del mayor- Soy curioso, es eso

 

—Desde hace mucho

 

—Soy un tonto

 

—¿Por qué dices eso hyung?

 

—Porque de haberlo sabido me habría declarado antes

 

—Oh…

 

 

 

Las mejillas de Taemin se tiñeron de rojo y Minho rio ante ello, las besó y luego juntó ambas frentes.

 

 

 

—Me encantas Taemin…todo tú me encantas, me tienes tan enamorado…fui muy tonto al no decirlo antes, tenía miedo de no ser correspondido y que te asustaras…pero te amo tanto  -Minho rio y besó sus labios suavemente- Agradezco tanto haberte conocido en aquel bus, que confiaras en mí para poder ayudarte y que ahora estemos juntos.

 

—Quiero que siempre sea así, que siempre estemos juntos hyung…

 

—Así será, siempre estaremos juntos y nada ni nadie nos separará mi amor

 

—¿Mi amor…?

 

—Sí, eres mi amor, mi novio

 

—¡¿Cómo?!

 

—¿Acaso no quieres?

 

—¿Y acaso me has preguntado, Choi?

 

 

 

Minho rio a carcajadas junto a Taemin, lo atrajo más hacia su cuerpo y besó su nariz tiernamente.

 

 

 

—Hermoso señorito Lee Taemin ¿quisiera usted ser mi novio?

 

—Uhm….tengo que pensarlo muy bien…

 

—¡Minnie!

 

—¡Aish babo ya ni puedo bromear! -Rio travieso y asintió con un leve sonrojo en sus mejillas- Si quiero, guapo señor Choi

 

—Entonces ya es oficial, eres mi novio, solo mío, así que le cuentas a tu amiguito ese…

 

—¿JongIn?

 

—Si ese, que no se ande pegando mucho a ti que ya tienes a quien amar y quien te ame

 

—¿Estabas celoso de JongIn?

 

—Puede ser…quizá un poco… -Susurró él ahora con un ligero sonrojo-

 

—Él sabía de mis sentimientos hacia ti hyung

 

—No importa igual le dices

 

—Celoso…

 

 

 

Ambos rieron y se taparon bien con las sabanas de la cama, agradecieron que fuera sábado, así podían estar todo el día en cama descansando, o volviendo a ser uno nuevamente.

 

 

 

—¿Te duele?

 

—No, tranquilo, estoy bien

 

—Minnie…

 

—Bueno sí, un poco…ya sabes, no es un dolor agonizante, estoy bien hyung

 

—De acuerdo bebé…cierto

 

—¿Uhm?

 

—Ahora si jugaremos a la casita

 

—¡¡¿¿Qué??¡¡

 

—No pienses mal, pero la recepcionista me dejó entrar justo en la parte en la que decías eso, y me pareció de lo más tierno, aun escuchando eso no me di cuenta de tus sentimientos, soy realmente un bobo

 

 

 

 

 

—A veces siento que es como si jugáramos a la casita nonna

 

—Cómo es eso, cuéntame mejor Taemin -Jessica tomaba algunas notas de lo que decía el menor-

 

—Ya sabe, yo como la esposa que prepara el desayuno, despide a su esposo para que vaya al trabajo y mientras él está en eso hace algunos deberes, y espera con emoción a su llegada. Y claro, él como el esposo, que sale a trabajar y es alguien muy responsable que cuida del hogar

 

—¡Oh! Taeminnie eso es muy tierno

 

 

 

Minho sonrió y tocó la puerta antes de abrirla.

 

 

 

—Buenas noches, vine por Minnie

 

—¡Hyung! / ¡Minho! -Ambos gritaron sorprendidos al ver entrar al mayor-

 

—Que bonita bienvenida, con mucha emoción

 

—Hy..hyung ¿Hace cuánto…?

 

—Oh, no yo acabo de llegar ¿Por qué?

 

—Ah…nada nada, bueno…

 

—¡Bien! Es todo por hoy Minnie, te veo la próxima semana

 

—Claro nonna

 

 

 

 

 

—Pero…pero…¡Entonces si escuchaste!

 

—Bebé si te lo decía ibas a molestarte y luego ya no querrías jugar a la casita

 

—Minhoooo -Taemin se cubrió hasta la cabeza con las sabanas, Minho rio y se lo quitó despacio- Eres un bobo

 

—Bueno, bueno…lo siento ¿Me perdonas?

 

—Sí, pero…¿No escuchaste otras conversaciones que tuve con nonna, o sí?

 

—No, claro que no, me di cuenta que a parte de tu psicóloga se volvió una buena amiga tuya y escuchar sus conversaciones hubiera sido de muy mala educación, además en mi defensa esa vez fue de pura casualidad, fue culpa de la recepcionista

 

—Está bien, está bien, te creo

 

—¿Si?

 

—Sí -Lo miró con una amplia sonrisa-

 

—¿Si?

 

—Minho… -Conocía esa mirada-

 

—¿Minnie?

 

—¡No hyung!

 

 

 

Sus risas inundaron la habitación, Minho le hacía cosquillas a pesar de los intentos de Taemin por escaparse de sus manos. Lo tomó fuerte entre sus brazos y lo dejó bajo su cuerpo nuevamente, se miraron fijamente por unos segundos antes de unir sus labios para iniciar un beso lleno de amor y pasión.

 

 

 

—Te amo mi Taeminnie…

 

—Te amo Minho hyung…

 

 

 

Aquella habitación fue testigo de una segunda entrega de amor por parte de los dos. Risas, suspiros, gemidos inundaron, con el pasar de los minutos, aquellas cuatro paredes. A partir de ese momento disfrutaron cada día juntos, más de lo que ya lo hacían, se amaban infinitamente, y se lo demostraban a cada momento. Era poco creíble que se hayan conocido en un bus, pero así es el destino, a veces conoces a tu alma gemela, al amor de tu vida en el momento y tiempo menos esperado. Aquella casualidad cambió sus vidas para siempre, porque siempre era el tiempo que permanecerían amándose.

 

 

 

 

 

                                          FIN

Notas finales:

¡Espero que les haya gustado! Nos estamos leyendo~ 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).