“¿Soy feliz?”
Se preguntaba mientras servía sonriente el té a unas señoras en la cafetería donde trabajaba.
Volvió a sonreír coquetamente a una de ellas para intentar que le dejaran algo de propina. Y lo consiguió.
En ese momento entró por la puerta un chico. Un chico que parecía tímido, con un libro bajo los brazos y unas gafas negras de pasta. Un chico que se sentó en una silla de las mesas del fondo y se puso a leer tranquilamente con una pequeña sonrisa en sus labios, parecía que disfrutaba de la lectura.
Chanyeol se acercó para tomarle el pedido y entonces aquel chico levantó la vista del libro y le miró a los ojos, unos ojos avellana suave que cautivaron a Chanyeol. Y el chico volvió a sonreír, tímidamente y con un leve sonrojo en sus mejillas.
“Tal vez él me haga feliz”
Y después de servirle un café con leche se atrevió a preguntar su nombre.
-Baekhyun -respondió él.
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-A-ah… C-Channie… m-más...
“¿Soy feliz?”
Se preguntaba mientras embestía duramente al que era su novio desde hacía dos meses.
-Channie… te quiero… -gimió aquel chico antes de correrse en su mano.
“¿Realmente soy feliz?”
-Yo… -dudó- también…
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-Tío, tienes un novio fantástico pero no le haces ni caso… -Comentaba su amigo Jongin una tarde en la que estaban ellos dos sentados en el banco de un parque, sin hacer realmente nada, solo hablar de varias cosas sin importancia… Salvo esa frase que pilló a Chanyeol desprevenido.
-¿Por qué lo dices?
-Porque es verdad. Hoy ha llamado para que quedarás con él y mira dónde estás - señaló el más joven- en un banco de un parque.
“No quiero hablar con él…”
El alto se quedó mirando al frente sin hacer caso a su amigo.
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-Baekhyun…
Había decidido llamar a su novio por teléfono para poder verlo.
-Ah… Chanyeol… ¿Qué pasa?
El alto frunció el ceño, él nunca le llamaba Chanyeol.
-Um… ¿Puedo ir a tu casa?
El silencio invadió la línea. Chanyeol iba a volver a hablar para ver si su novio seguía ahí pero entonces el chico más bajo volvió a contestar.
-No estoy en casa, estoy ocupado…
Y colgó.
“Soy feliz…”
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El día estaba lluvioso y Chanyeol tuvo que correr hasta la parada del autobús después de salir del trabajo. Se había mojado entero pero realmente no le importaba.
-Perdona -una señora algo bajita le habló- ¿Sabe qué autobús va al centro?
Chanyeol sonrió antes de contestar.
-Claro, es el 61, no tardará en llegar.
-Muchas gracias.
-No es nada -el alto sonrió ampliamente.
No tardó mucho en que llegara el bus 61 y la señora se subiera en el. Chanyeol se quedó esperando en la parada a que viniera el autobús que debía tomar.
-La gente que sonríe mucho es la que más sufre.
Una voz sonó a su lado e hizo que un escalofrío recorriera la espalda de Chanyeol. Éste se giró y vió a un chico, del que no se había dado cuenta antes ya que pensaba que estaba solo.
Aquel chico estaba fumando, con una mano en el bolsillo de su pantalón y otra en el cigarro. Llevaba una chaqueta de cuero negra junto con unos pantalones del mismo color y una camiseta blanca, tenía cadenas colgando de su pantalón y una pulsera con pinchos en su muñeca.
Chanyeol se alejó un par de pasos de aquel chico y éste sonrió de lado al notarlo. Apagó la colilla tirándola al suelo y pisándola con la suela de su zapato.
-¿Tienes miedo?
Aquel chico se acercó con ambas manos en los bolsillos y se paró delante de él. Chanyeol quiso poder huir de allí.
-Dime… ¿De qué tienes miedo?
El chico ladeó la cabeza mirándole. Su mirada era intensa, oscura y fría y eso le llamó la atención al alto.
Parecía que esa pregunta no iba referida a si le tenía miedo a él.
-¿Crees que te voy a hacer daño? -el chico negó con la cabeza sin perder aquella sonrisa tan...fría y siguió hablando- hay personas en este mundo que te harán daño… tal vez sea quien menos imaginas… tal vez… te hagas daño a ti mismo.
Y entonces, aquel chico desconocido, sacó las manos de los bolsillos y Chanyeol lo vio.
“Él sufre”
Vio sus cortes en las muñecas, que se perdían hasta el interior de la chaqueta. Y vio su sonrisa, una sonrisa fría y llena de dolor.
El autobús llegó en aquel momento y Chanyeol se tenía que ir pero por algún motivo no quería.
“Quiero hablar con él…”
-Yo…
Chanyeol empezó a hablar pero se vio interrumpido por el chico.
-Mi nombre es Sehun ¿y el tuyo?
-Soy Chanyeol.
El alto le sonrió amplio al contestarle y el otro chico volvió a negar.
-No, conmigo no hace falta que sonrías así, odio las sonrisas falsas, me recuerdan a la mía.
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Otros dos meses habían pasado. La vida de Chanyeol se había vuelto una rutina: se levantaba, mandaba un mensaje de buenos días a su novio, iba a trabajar, salía del trabajo y se encontraba con Sehun en la parada, volvía a su casa y le mandaba un mensaje de buenas noches a Baekhyun para luego dormirse. Los días libres solía ir a casa de su novio a jugar videojuegos.
No se dio cuenta de que hacía mucho tiempo que no le besaba.
No se dio cuenta de todo lo que pasaba.
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-Lo siento, Chanyeol...hoy no puedo quedar…
Y su novio le volvió a colgar.
Chanyeol se aburría en su casa, era su día libre de la semana y no sabía qué hacer. Pensó en llamar a Jongin pero éste no le respondía al teléfono, así que decidió irse a dar una vuelta tranquilamente.
Una hora más tarde y no había recibido ningún mensaje. Chanyeol ya estaba aburrido de pasear por la calle sin rumbo fijo. Suspiró, decidido a dar la vuelta y volver a su casa, cuando una moto se paró a su lado y el chico que la conducía se quitó el casco, revelando su identidad.
-Sehun… ¿Qué haces aquí?
-¿Aburrido? -el menor le sonrió de lado- ¿Quieres que te lleve conmigo?
Y le tendió la mano. Chanyeol solo tenía que aceptarla o rechazarla.
Decidió aceptar.
Nada más subir a la moto, después de colocarse el casco que antes llevaba el menor, Sehun aceleró y él tuvo que agarrarse fuerte a su chaqueta de cuero.
-¿A dónde vamos? -gritó para que el otro chico le pudiera oír.
-¿Por qué quieres saberlo? Deja de planear toda tu vida, Chanyeol.
Aceleró la moto. Chanyeol pensó que podrían llegar a tener un accidente a esa velocidad.
“¿Quien se preocuparía por mí si muero?”
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Después de 40 minutos, llegaron a un camino en un bosque. Sehun paró la moto al lado de una cabaña de madera que había allí. Ya era de noche.
-Entremos.
Una vez dentro, Sehun encendió las luces de la cabaña y se acercó a encender la chimenea.
-Ponte cómodo, estás en tu casa. Allí hay una cocina y en la planta de arriba está el dormitorio y el baño -señaló los lugares- pasaremos la noche aquí.
-¿Cómo?
Sehun consiguió encender la chimenea y se giró para mirarle.
-¿Pasa algo?
-Claro que pasa… No puedo quedarme a dormir aquí.
-¿Por qué? -Sehun se cruzó de brazos.
-Porque… -Chanyeol miró hacía el suelo antes de levantar la mirada. En realidad sí que quería pasar la noche allí- ¿Esta cabaña de quien es?
-Mía -respondió el menor de forma seria- herencia de mis padres por si te preguntas como la he conseguido.
-¿Herencia? -el alto abrió los ojos al darse cuenta de eso- oh vaya, lo sien…
-No, no me digas lo siento porque no lo sientes, nadie lo puede sentir salvo yo, nadie puede llegar a entender lo que es sentir lo que siento… -Sehun se fue acercando a él mientras se quitaba la chaqueta y la dejaba sobre uno de los sillones de la cabaña. Chanyeol volvió a fijarse en los cortes en sus muñecas y Sehun sonrió fríamente
-Vamos, dime que deje de cortarme.
Chanyeol se quedó con la boca abierta sin saber qué decir.
-¿Por qué yo no puedo lastimarme físicamente pero tú sí puedes lastimarte por dentro?
Chanyeol quiso salir corriendo de allí al escuchar la pregunta del menor.
-Vamos, huye, nada te lo impide -Sehun sacó las llaves de su moto y las arrojó al pecho del alto. Éste se quedó estático, sin moverse de su sitio- ¿Por qué no sales corriendo de aquí? -Sehun se iba acercando cada vez más a él- puedo leerte como un libro abierto, Chanyeol… ¿Sabes por qué?
El alto negó con la cabeza y cerró los ojos, no quería oír la respuesta del menor.
“Soy feliz”
-Porque eres igual que yo.
Y cuando abrió los ojos, sus labios estaban sobre los de Sehun y se devoraban el uno al otro con ansias.
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Cuando despertó al día siguiente lo primero que vio fueron las sábanas blancas que cubrían su cuerpo desnudo, giró su rostro para mirar a aquel chico a su lado que abría los ojos lentamente y le miraba con aquella mirada tan intensa.
Entonces se acordó. Se acordó de aquel día en la cafetería, de aquellos ojos avellana y de aquel chico.
“Baekhyun…”
Chanyeol se levantó de la cama y recogió toda su ropa deprisa.
-¿Qué haces? -preguntó Sehun confuso desde la cama.
-Yo…
“No puedo mirarle a los ojos”
-Sehun, lo siento, esto ha sido un error, tengo que contárselo a mi novio, pedirle disculpas.
-¿Qué? -el menor agarró las sábanas con fuerza- ¿Qué novio?
El silencio se hizo presente en aquella habitación.
“Lo siento…”
-Vete.
“Duele…”
-¡Lárgate de aquí!
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Chanyeol anduvo por la carretera hasta llegar a una parada de autobuses. Después de tomar el bus y llegar a su parada se fue directamente a casa de su novio.
“No te preocupes, eres feliz”
Cuando llegó llamó al timbre pero nadie abrió la puerta. Recordó que Baekhyun siempre dejaba la llave de su casa debajo de una figurita de decoración de su jardín, tomó esa llave y entró a la casa. Unos sonidos se escuchaban en la parte de arriba así que fue a ver si allí estaba la persona que buscaba.
Y le encontró.
Encontró a Baekhyun en su habitación, desnudo, cabalgando sobre las caderas de su amigo Jongin, los dos gimiendo de placer y robándose besos apasionados.
Las llaves que tenía Chanyeol en la mano cayeron al suelo causando que los otros dos chicos que estaban en la habitación se dieran cuenta de su presencia y se intentaran tapar con las sábanas.
-N-No es lo que parece, Channie…
Entonces Chanyeol recordó las conversaciones con Jongin en el parque y se dio cuenta de que su amigo decía cosas de Baekhyun que él no le había contado. También recordó cuando su novio se apartaba disimuladamente cuando le quería besar, o cuando corría a mirar su teléfono móvil cuando éste sonada y contestar rápidamente al mensaje aún cuando tardaba mucho en contestar los mensajes de Chanyeol.
-Chanyeol…
“No soy feliz”
-¡Hijos de puta!
“No lo soy”
Salió corriendo de aquella casa, sin rumbo fijo. Quiso llamar a Sehun pero no tenía su número de teléfono y tampoco recordaba donde estaba aquella cabaña.
Llegó a su casa, fue al baño lo más deprisa que pudo y rebuscó en los cajones hasta encontrar una cuchilla. No se lo pensó dos veces antes de hacerse cortes en las muñecas.
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4 meses más habían pasado, meses oscuros para Chanyeol. Ya no sonreía y se había encerrado en si mismo. Un día, de camino a hacer las compras, pudo ver a Sehun. Iba agarrado de la mano con otro chico y los dos reían mientras se susurraban cosas al oído, parecía un chico diferente.
-Chanyeol…
-Sehun…
El chico que iba con Sehun se quedó mirándolos extrañado a los dos.
-Oh, ya -Sehun se aclaró la garganta y señaló a su compañante- él es Luhan… mi novio…
Chanyeol mentiría si dijera que no sintió una punzada de dolor en su pecho al oír aquello.
-E-Encantado, Luhan… -hizo una reverencia hacía el novio del menor y les sonrió como pudo- tengo que irme.
Y huyó. Salió corriendo de allí hacía su casa y se encerró en el baño. Esa noche lloró hasta quedarse dormido en el suelo del baño, con las muñecas llenas de sangre.
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A la semana siguiente, algo que Chanyeol no se lo esperaba ocurrió.
Estaba en la cafetería trabajando cuando un chico entró por la puerta con los ojos llenos de lágrimas, se sentó en la misma mesa que Baekhyun el día que lo conoció, y empezó a llorar sin importarle que alguien le viera.
Chanyeol se acercó a él en silencio y el chico, al notar su presencia, le habló sin levantar el rostro de entre sus brazos.
-Q-Quiero un café solo… Un fuerte sollozó se escuchó.
Chanyeol no sabía qué hacer pero quería ayudar a aquel desconocido.
-¿Te encuentras bien? -preguntó el alto de forma dudosa.
“Estúpido, claro que no está bien”
El chico alzó la cabeza y le miró con los ojos rojos y las lágrimas resbalando por sus mejillas.
-N-No… -el chico se restregó los ojos con las manos echas puños. Eso le pareció adorable al alto- me acabo de enterar que mi novio me estaba engañando… con la vecina… maldita zorra -golpeó la mesa con un puño, aun que de forma débil ya que parecía que al chico no le quedaban fuerzas.
Chanyeol se sentó frente a él y acarició su mano suavemente, ocultando sus cortes con la manga de la camisa. Se sorprendió de ser capaz de hacer un algo así con un desconocido.
-Si te consuela algo, pillé al que era mi novio en la cama con mi mejor amigo.
El chico abrió los ojos y le miró sorprendido.
-¿De verdad?
Chanyeol asintió y soltó una risilla por la cara de aquel chico, sorprendentemente no tuvo que fingir.
-Aah… Pues perdona que lo diga pero que cabrones fueron, ¿no crees?
-Mucho -Chanyeol se encogió de hombros- pero ese mismo día le puse los cuernos… -bajó la mirada- es estúpido que me arrepienta de eso aún sabiendo que ellos dos me estuvieron engañando mucho tiempo…
-Que adorable… -susurró aquel chico.
Chanyeol levantó la mirada sorprendido y le miró a los ojos.
-¿Adorable?
-Oh, perdona, ¿lo he pronunciado mal? Es que soy chino y algunas palabras las digo mal. Chanyeol volvió a reír porque ese chico había pronunciado lo último mal y negó con la cabeza. -Pero me refería a que eres adorable porque te sientes mal aún sabiendo que los otros te habían hecho daño… creo que eso es de tener un buen corazón -el chico sonrió amplio y un hoyuelo apareció en su mejilla.
El corazón de Chanyeol empezó a latir fuerte
-Gracias por animarme, por cierto mi nombre es Yixing, ¿y el tuyo?
-Chanyeol…
Yixing sonrió más amplio, cosa que contagió al más alto.
En aquel momento Chanyeol no sabía que aquel chico sería quien curase sus heridas, quien le diera los buenos días y un pequeño beso por las mañanas y un buenas noches antes de dormirse entre sus brazos.
En aquel momento Chanyeol no sabía que había encontrado la felicidad.