Creado: 29 de Junio del 2012.
Miraba fijamente aquella maleta a medio llenar que estaba sobre su cama; no pudo evitar el derramar algunas lágrimas al recordar la vez que había ayudado a Kangin a hacer la suya.
Es tiempo de partir. Pensó mientras sentía como una cálida lágrimas resbalaba por su mejilla.
-Así que es cierto… -Exclamó una voz desde el marco de la puerta. Kangin. Pensó de nuevo. Pasó rápidamente la palma de su mano por su rostro, intentando eliminar la evidencia de su llanto; cosa que no funcionó ya que el menor se había dado cuenta.
Sintió unos fuertes brazos rodear su delgada cintura, apretándolo suavemente contra el cuerpo contrario. A él iba a ser al que más extrañará. Definitivamente la milicia estaba en contra de su amor, apenas ese mismo año había regresado el menor del maldito e inevitable servicio y ahora era su turno.
-Te extrañaré mucho JungSoo… -
En ese preciso instante todo el esfuerzo que hacía para no llorar se había ido al caño con las palabras del otro; bajó la cabeza y soltó un sollozo.
Instantáneamente el más fornido giró lentamente su delgado y fino cuerpo, abrazándolo protectoramente mientras él hundía su rostro en el hueco del cuello de Kangin, mojando rápidamente la playera oscura que llevaba.
Sabía que Kangin había comenzado a llorar pero no se lo diría, jamás lo hacía, solamente se limitaba a llorar en silencio mientras que él no podía ocultar sus sentimientos y sollozaba en demasía, apretando sus brazos al cuerpo de su amado.
Las manos de Kangin se paseaban por su sedoso y rubio cabello, intentando grabar en su memoria la textura de este. Después de un rato de estar en la misma posición él mismo fue el que se separó un poco, mirando fijamente los ojos del otro.
-Promete que no me olvidarás… promete que no me cambiarás por alguien más durante estos dos años… Promételo – Susurró.
Kangin lo miró con las mejillas aún mojadas por el llanto y sin más lo besó; no era un beso cualquiera sino uno lleno de amor y dulzura.
-Como te atreves a decir algo así… jamás lo haré… lo prometo –Exclamó Kangin con los ojos cerrados y su frente pegada a la del mayor.
JungSoo sonrió.
-Vamos, terminemos de una buena vez con esto –Dijo volviendo la mirada hacía su maleta.
Kangin suspiró y se sentó sobre la suave y blanca cama.
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-Listo… -Susurró mientras cerraba la gran maleta negra y la colocaba en el piso de su habitación.
Tock, tock.
-Hyung… es hora de irnos –Susurró un tímido Ryeowook desde el marco de la puerta.
-Dame un minuto Wookie –
El corazón del más bajito se contrajo al escuchar aquellas palabras, sabiendo que en un largo tiempo no las escucharía más. Cerró la puerta y se dirigió hasta la sala donde todos los demás miembros se encontraban; nadie hablaba, todo estaba sumergido en un silencio sepulcral o al menos así fue hasta que el mayor abrió la puerta, seguido de Kangin quien cargaba su gran maleta negra.
-Vengan… -Susurró mientras les hacía una señal para que todos se formaran en un pequeño círculo como hacía siempre antes de cada presentación.
Un horrible nudo en su garganta se formó en su garganta, impidiéndole hablar por unos minutos. Levantó la vista y se encontró con la cara de tristeza de todos y con un pequeño Donghae con la cabeza gacha, sabía que estaba llorando. No dijo nada, simplemente tomó una gran bocanada de aire y comenzó a hablar.
-Sabíamos que este día llegaría, ustedes saben que esto no es más que un ‘hasta luego’ y que volveré con ustedes dentro de dos años, como un mejor líder, una mejor persona para ustedes… -
Los miró a cada uno y pudo notar como habían comenzado a llorar uno por uno.
-Por favor, tienen que cuidarse mucho, no solo por mi, si no por todas aquellas hermosas fans que están allá afuera preocupadas por ustedes. Entiéndanlo, no hacemos nada por nosotros, todo es para ellas, las que siempre han estado allí para nosotros. Por favor cuídense mucho y no hagan tonterías mientras no estoy –
Las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos, mojando sus mejillas.
-Realmente no quería hablar con ustedes antes de irme por que sabía que iba a ser difícil, muy difícil a pesar de que estuve hablando con ustedes desde hace un año. Desde que dije que debía partir me dijeron que tenía que escoger a un nuevo líder… -
Todos lo miraron con los ojos realmente abiertos.
-No fue una decisión fácil y estuve pensándolo demasiado durante un año pero, sé que a la persona que escogí será realmente la persona indicada para remplazar mi puesto durante mi ausencia… -
Se giró lentamente hasta quedar justo frente a aquella cosita rubia con aspecto de pez.
-Eunhyuk-ah… -Todos esos ojos se posaron en el rubio.
-Yo sé que hice bien en escogerte a ti y sé que sabrás desempeñar este cargo tan importante como debe de ser, con responsabilidad y equidad al mismo tiempo. Por favor, cuida muy bien de los demás miembros… -
Eunhyuk ya había comenzado a llorar mientras asentía rápidamente. Miró su reloj y apresuró a todos hacia el estacionamiento, como era su costumbre comenzó a contarlos a cada uno percatándose de que uno de sus pequeños no se encontraba.
-Adelántense, iré en un momento –
Todos asintieron y caminó de regreso al departamento, recorriendo la sala hasta llegar a la terraza, encontrándose con Kyuhyun echo un ovillo en una de las esquinas del lugar.
-¿Qué sucede Kyuhyun? –Susurró.
El menor levantó su cabeza y se tiró a sus brazos, abrazándolo fuertemente mientras sollozaba.
-No quiero que te vayas hyung, no quiero… -Sollozaba el menor.
-Mi bebé… -Exclamó mientras lo apretaba más contra su pecho.
Nadie lo sabía pero, Kyuhyun se había vuelto demasiado apegado al mayor desde un poco después de su debut… desde el día del accidente para ser exactos. Kyuhyun se reusaba a dejar partir al que había estado con él durante todo ese tiempo, el que había cuidado de él en el hospital a pesar de sus mismas heridas, quien había curado cara una de las cicatrices que aquellas cirugías había dejado, cada vendaje, cada medicamento había sido dado por aquellas manos llenas de amor. Simplemente no podía dejarlo ir.
-Tengo que hacerlo… -Le susurró.
-¡No!, no quiero Leeteuk, no quiero que te alejes de mi y me dejes solo. Sabes que siempre he estado contigo, siempre… no tengo a nadie más. -
El corazón del mayor se partía en millones de pedazos al escuchar las palabras del más pequeño del grupo.
-Ya verás que el tiempo pasará realmente rápido y regresaré con ustedes… mírame –Y con suma delicadeza levantó su rostro cubierto de lágrimas.
-Te prometo que en la primera oportunidad vendré a verlos ¿si? –
-¿Lo prometes? –
-Lo prometo Kyuhyun-ah –
El menor se aferró una vez más a él y sollozó mientras que alguien se quedaba junto a la puerta de la terraza, al borde de las lágrimas al encontrarse con aquella escena tan conmovedora.
SungMin había subido para decirles que debían de irse ya o llegarían tarde, con un triste Donghae tras él. El chico pez se tiró a los brazos del mayor de igual manera que el maknae, pegándose al costado del líder mientras este acariciaba ambas cabelleras.
-Debemos irnos Hyung… -Interrumpió SungMin de nuevo.
Leeteuk se levantó del suelo y levantó a los menores, llevándolos lentamente hasta el estacionamiento donde ya estaban los demás.
Como siempre se ocupó de que cada uno de ellos subiera a aquella camioneta, cerrando la puerta para después subir él al asiento del copiloto.
El camino fue relativamente largo pero realmente silencioso, incluso llegando a ser incómodo debido al silencio que había allí dentro.
‘Usted está entrando a una zona militarizada’.
Habían llegado. El momento real había llegado.
Todos bajaron lenta y desganadamente del auto, formando un círculo de nuevo alrededor del líder.
Todos se juntaron más sabiendo lo que harían.
-Solo una vez más… mi última vez –
Los miró a todos, quienes ya habían comenzado a sollozar. Tomó una bocanada de aire entre sollozos y gritó.
-¡Uri Super Juni… -
-¡oyeo! –Contestaron los demás como siempre. Tirándose al mayor una vez terminado.
-Cuídense mucho mis niños… -Exclamó llorando fuertemente al igual que los demás.
Kangin se apartó un poco y lloró como nunca lo había hecho, sabiendo cual había sido el sufrimiento del mayor cuando él se marchó.
Leeteuk lo siguió y se colgó de él mientras juntaba sus labios en un beso mezclado de emociones pero donde claramente podías sentir solamente dos… amor y tristeza.
-Cuídate mucho JungSoo… Te amo –
-También de amo YongWoon –
A lo lejos pudo ver a alguien parado junto a la puerta de aquél cuartel. Su figura era fina y llevaba un traje de color negro junto a una bufanda verde; mantenía los brazos alrededor de su cuerpo, mirando aquella escena con melancolía.
Juntó a todos de nuevo y los miró con los ojos cubiertos de lágrimas.
-Adios mis niños… -Susurró.
Y sin más se alejó lentamente de ellos, cargando entre sus manos aquella maleta negra que había recorrido el mundo entero con él. Fue recibido por Heechul quien lo abrazó fuertemente.
-Dos años pasan muy rápido –
Estaba por contestarle cuando escuchó como alguien gritaba a sus espaldas.
-¡Adios mamá! –Gritaron de nuevo todos los miembros mientras sostenían una especie de pancarta entre sus manos.
“Siempre vas a ser nuestra mamá hyung… te amamos”.
Sonrió ligeramente y se volvió hacia Heechul, encaminándose hasta la puerta de aquél lugar en el que se encontraría por dos años; rogándole a Dios que cuidara de sus pequeños bebés.
Terminado: 04 de Septiembre del 2012