No era de día, de tarde... ni de noche y un par de jóvenes estaban charlando sobre un tema en específico cerca de un parque, bajo la tenue luz de una farola. Hasta que, con el transcurrir de los minutos...
-¡Debes hacerlo Sonic!
-¡Que no! ¿Me oíste? Él ya está muy mayor como para cuidarse solo- respondió enojado, de espaldas, brazos cruzados y los ojos cerrados, un erizo de piel color durazno y pelaje azul.
-Oh, vamos Sonic... debes hacerlo... -continuó calmada y coquetamente la murciélago-. ¡Si no quieres morir por asfixia!- gritó con furia y sacó de "quién sabe dónde" un cañón de agua apuntando a la cabeza del azul, quien NO la miraba de frente pero con su tacto podía sentir la gran arma rozarse (por no decir apegarse) a su piel.
-Uyy- su semblante se descompuso, su rostro se volvió pálido y empezó a sudar frío. El que lo apuntase con ese cañón era el equivalente a un proyectil (para él). -Ok, ok. Calma, Rouge. ¿Sí?- dijo dándole la cara, moviendo sus manos frente a él. Al observar la cara que ponía su peli-blanca compañía veía reflejada su muerte.
-Ahora- exigió la oji-aqua con una mirada que daba miedo.
-Claro, ya voy. No te preocupes- expresó nervioso el ojiverde y se lanzó a la carrera para alejarse de la desquiciada chica, dejando una estela azul por su camino entre las vacías calles de aquel lugar.
Pov Sonic
No sé lo que le pasa a Rouge, a ella antes le encantaba ser libre y no tener compromisos de por medio cuando se trataba de relaciones. Pero desde que se hizo la novia de Shadow anda algo celosa y no la culpo... son las tres de la madrugada y ese emo aún no llega. ¡Joder!
Se suponía que a Shadow le gustaba estar solo pero al parecer sus otros "amigos" son una mala influencia para él. Sí, digo "amigos" porque no son de fiar. Además, ser su rival no es muy alentador que digamos. Ahora ya casi no me presta atención, nada más que para llamarme "faker". Ashh, no lo tolero. Encima, debo ir a recogerlo del club ese, que tanto frecuenta. No sé qué es lo que tanto le llama la atención en ese lugar, pero yo jamás había metido siquiera un pie allí.
Fin Pov Sonic
El cobalto había llegado a la entrada del club que se hacía llamar "Star dust". Como aún no era mayor de edad se preocupó bastante en que lo pillaran pero al parecer ya no había nadie vigilando y la muchedumbre estaba muy ebria. Así que pasó por la "puerta" con un sentimiento de mala espina en su interior.
_Cerca, en una de las mesas_
-Oye, ¿vez al azul de allá? Parece que es nuevo. Al fin carne fresca- expresó un erizo de vestimenta extravagante. Mostrando sus afilados colmillos al sonreír.
-Nunca te cansas de "esto"- afirmó serio su "compadre", quien guardaba un gran parecido a cierto erizo ojicarmín que todos conocemos.
-Pues... no- admitió y río entre dientes. Su sonrisa pretenciosa parecía el de un cazador acechando a su presa.
_De vuelta con Sonic_
Éste estaba perdido, chocaba con casi cualquiera que se atravesase en su camino. Solo pedía torpes disculpas por mas innecesarias que fuesen, ya que la gente no estaba del todo "bien". Hasta que divisó entre las múltiples mesas esparcidas por la zona, a quien creía ser Shadow. Sólo que no lograba diferenciarlo bien porque las luces de colores que iluminaban la pista no llegaban a donde tal lugar.
No tuvo mas remedio que ir a averiguar por su cuenta de quién se trataba. Corriendo, en una milésima de segundo ya se encontraba frente a su destino. Grata fue su sorpresa al toparse con un erizo bastante parecido al oji-rubí, pero no al que buscaba. Se sintió decepcionado, pero eso no impidió a que dejase a medio camino su búsqueda.
-Oigan, ¿conocen a un tal Shadow?
-¿Shadow? Jamás habíamos escuchado ese nombre por aquí- respondió el que (irónicamente) se parecía al de ojos como la sangre.
-Pues... se parece bastante a ti- aclaró el ojiesmeralda, esperanzado de hallar alguna pista del paradero de su rival.
-Al único que conocemos y se parece a Mephiles es a Sombra: la primera vez que llegó a este lugar se la pasaba de amargado pero después fue "consumido" por nosotros- contestó el que se parecía al cobalto. Este último notó aquello pero no la mirada seductora que le daba a él.
-Emmm, de todas formas: gracias, chicos- dijo algo apagado el azul. Antes de que diera apenas el primer paso para seguir con su "misión imposible", el peli verde lo sujetó de la muñeca izquierda.
-¿Por qué no te quedas un momento a gozar?
-Lo siento, estoy buscando a alguien. No tengo tiempo para eso. Así que, si me disculpas...
-Oh, vamos. No me dirás que le temes a unas cuantas copas, ¿o sí?
-No soy gallina- respondió cortante, enojado y algo ofendido. Dándole la cara.
-¿Entonces?- preguntó elevando un jarrón de cerveza en la palma de su mano. Como indicándole lo que hiciera y/o diga. Sus miradas se entrelazaron por unos breves momentos en una batalla silenciosa. Hasta que...
-¿Donde está el alcohol?- preguntó decidido el ojiverde. Para que le pasase uno aparte.
-Aquí tienes- le pasó el jarrón que tenía. -Pero...- ni tuvo tiempo de advertirle. Ya era tarde. El cobalto se había bebido ya la mitad el contenido y de apoco iba acabando, dejando sorprendido pero contento al de orbes color cielo.
-¿Qué querías decirme? -interrogó al acabar de beber.
-¿Estás consciente de cuán potente es sólo un vaso de esos?
-Emm- observó por un momento el vaso extra grande de cristal que tenía en manos y se sonrojó levemente por la vergüenza. No tenía ni puta idea de cuán potente era "esa cosa". Es mas, ni sabía lo que hacía. Sólo sabía que aquel líquido era muy dulce y parecía un néctar, un elixir mágico que lo empezaba a hacer sentir raro, feliz, con deseos de "algo" que, por el momento, no estaba seguro de lo que era. Después, todo se volvió negro para él. Soltó el jarrón, el cual al estrellarse se convirtió en pequeños fragmentos de vidrio. Se desmayó porque su organismo no pudo tolerar la cantidad de alcohol tan puro que había consumido. Pero antes de que callera al suelo, el de lentes oscuros lo sujetó: su brazo derecho pasaba por la nuca y el izquierdo por la cintura del quinceañero.
-No me esperes- se adelantó el oji azul a la pregunta del oscuro. Su objetivo sería más fácil de lograr de lo que pensaba. Después, cargó al de ojos jade al estilo de boda y se lo llevó a toda prisa a donde un callejón. En menos de cinco segundos ya se encontraban allí.
Y Sonic empezaba a moverse y revolcarse entre los brazos del otro hasta que, en un movimiento accidental, arañó el pecho del peli verde justo por donde se remarcaban unas grandes cicatrices. Lo que provocó en el otro un quejido. No más.
Entonces, el ojiesmeralda empezó a "despertar" pero sus sentidos aún seguían nublados, trataba de batallar con el alcohol que se hacía cargo de él y, había sido, tenía un toque de afrodisíaco.
El de pelaje hoja lo bajó de sus brazos y lo apoyó contra la pared. Empezó a darle chupetones en el cuello, provocando que el otro largara unos suaves gemidos. El ojiaqua deslizó su mano derecha por la pared, hasta la pierna izquierda de Sonic, tomó ésta y la colocó por encima de su hombro. Aún seguía besando el cuello ajeno, dejando rastros luminosos y marcas sonrosadas en él. Y como el peli azul no estaba en buenas condiciones, no era consciente de lo que sucedía. Se dejaba hacer. Sin embargo, eso no le importaba mucho al erizo verde, quien empezó a acariciar un poco el pecho del cobalto y pinchó con fuerza uno de sus pezones.
-¡Ah!- se quejó el ojiesmeralda cerrando los ojos y abriendo levemente la boca. Lo cual fue aprovechado por el de ojos cielo para darle un beso y hundir su lengua en su boca. De no ser por el maldito oxígeno seguirían así y se separaron, un hilo de saliva los unía y sus miradas lujuriosas. Pero el del mayor decía claramente "te haré mío". Entonces, para más privacidad, el mayor los teletransportó hasta su casa, en sus aposentos. Pero Sonic y "el pervertido" seguían en la misma posición de antes, nada más estando en otro lugar: la habitación del peli verde. Así que, este último continuó con lo que se quedaron y ensalivó dos de sus dedos y luego se los metió en la entrada del otro como para lubricarlo.
-Ahhh- gemía de placer, ya qué, los dedos gruesos del otro apenas entraban en su intimidad, hasta que...
-Ah ¡ahhh!- empezó a gemir de dolor porque el ojiazul metió sus dedos hasta el fondo y empezó a hacer con éstos un movimiento de tijeras como para que el ano del azulado se abriera más. Mientras el de lentes oscuros preparaba a su "uke", empezó a lamer su pecho color durazno y a morder sus pezones, los cuales se ponían erectos con ese acto.
-Mm ahh m-más- pedía el de estado de ebriedad. El dolor de allí "abajo" fue aminorándose gracias a las caricias de lengua que recibía del otro. Al escuchar tal petición, su rebelde "amante" (o violador) no pudo evitar reír pervertidamente. Sacó sus dedos de su entrada para tener la mano desocupada y sacar su propio miembro de su "escondite".
-Oh, mi dulce erizito. Quizás lamentes haber dicho eso- susurró al oído del ojiesmeralda y, después, empezó a frotar a su "amigo" contra la pequeña abertura de su sumiso sin "metérsela" para hacerlo "sufrir". Además, aún no estaba del todo erecto así que comenzó a frotarla más, metiendo ya, la punta en su cavidad.
-Ahh y-ya haz-loo ahhh- suplicaba sonrojado hasta las orejas. Eso bastó para que el "pedazo de carne" del de vestimenta cool se "parara".
-Jeje- sonrió victorioso y se la "metió" de una hasta el fondo.
-¡Ahhhhhh!- casi gritó por el dolor y de sus ojos se largaron unas lágrimas. Y el "seme" sin ser compadecido de ello, empezó con unos veloces vaivenes. Solo sentía placer. El otro... dolor. -Ahhh pa-para ¡para!- rogaba el cobalto aferrándose al pecho del que lo embestía brutalmente y le mordía una de sus orejitas.
-Mmm no mjmjmj- le respondió macabramente. Le alzó más la pierna izquierda como para tener más espacio a su entrada y para que ésta se estirara más. Cada vez lo penetraba más duro contra el muro. Le encantaba hacerlo. Y eso obligaba al menor a gemir cada vez más fuerte porque el placer ya lo estaba invadiendo...
_Al día siguiente_
-¿Pe-Pero qué...?- cuando Sonic despertó se encontraba en la casa de Scourge (aunque aún no conocía su nombre), en su cama, recostado encima de él (quien ya se despojó de su chaqueta de cuero y demás accesorios): mientras su cabeza estaba apoyada contra su pecho, la pelvis de ambos hacía contacto, pero lo que más lo tomó desprevenido fue que Scourge tenía una de sus manos sobre su cintura y la otra rozando su entrada. Además, las sábanas estaban repletas de un líquido viscoso. Ya era oficial: además de perder la virginidad, perdió la dignidad ...y el orgullo.
-¿Qué te pasa? ¿No te gustó lo que "hicimos" ayer?- preguntó el dueño de la casa, quien ya se hallaba despierto desde hace unos minutos y escuchó claramente lo que dijo.
-N-No, ¿por qué lo hiciste? ¡¿Por qué?!- reclamó levantando la vista, furioso y con los ojos humedecidos.
-Bueno... pues me encargaré de que me supliques por más... como ayer- le susurró con un doble sentido al oído y acariciándole la mejilla.
-¿Má-Más?- preguntó boquiabierto y balbuceando el azul. ¡¿Qué mierda más pasó ayer?!
-Oye: tranquilo. Para que fuese tu primera vez estuviste estupendo- comentó el de pelaje como la hoja y, luego, le dio una nalgada, lo que provocó un jadeo y un fuerte sonrojo en el menor.
-Arg, t-tú...- trató de decir algo, furioso, pero fue interrumpido.
-Cállate: yo sé que quieres más- dijo en tono de burla.
-N-No, ¡no quiero! ¡No quiero más!- respondió con ira.
-Entonces, si no quieres hacerlo por la buenas... será por las malas- comentó sonriendo macabramente y volteó, en un rápido movimiento, al azul, quedando este último debajo suyo. Además, tenía con una de sus manos agarrada las muñecas del otro. Después, sacó de un cajón (que estaba al lado suyo) un látigo. Su cara se volvió siniestra. El de Sonic, espantada.
-N-No, ¿q-qué me vas a ha-cer?- preguntó temeroso.
-Sólo vamos a "jugar"... otra vez- respondió mostrando sus puntiagudos dientes.
-¡Noo! ¡Por favor, déjame ir! ¡Prometo no decirle nada a nadie!- juró sollozando el cobalto.
-Mmm déjame pensarloo... nop- respondió cortante. Después, dejó de lado (por unos momentos) el látigo, a un lado suyo para desocupar una de sus manos y abrir de nuevo el cajón, para esta vez, sacar unas esposas, las cuales, seguidamente, se las colocó al menor. Ya con ambas extremidades libres, sacó a su "amigo" de su escondite y se acercó a la cara de Sonic. Éste último solo volteó la cara para evitar ver el gran y jugoso "pedazo de carne". Y Scourge, dándose cuenta de la situación, no tuvo más remedio que metérsela a su boca sin su consentimiento. Lo que provocó un gran sonrojo en el menor al sentir una "cosa" de semejante tamaño penetrar en su pequeña cavidad bucal. El verdoso empezó a moverse, simulando embestidas mientras sujetaba la cabeza del sumiso para reafirmar sus vaivenes.
-Mmm ¡mm!- intentaba de sacar "eso" que se encontraba dentro de su boca, moviéndose de un lado a otro, pero no servía, el mayor era más fuerte. Los ojos totalmente cerrados, el oscuro sonrojo, las orejas caídas y las aguas saladas resbalando por las mejillas del ojiesmeralda eran una vista bastante excitante para el de pelaje hoja, quien lo embestía oralmente y cada vez más rápido, hasta llegar al clímax y correrse. Algo de su semen resbalaba por la camisura de los labios de Sonic, mientras que el resto, no tuvo mas remedio que tragárselo.
Después de eso, Scourge sacó su miembro de la boca del cobalto y tomó del cajón un pedazo de tela para amordazarlo. Luego, le abrió las piernas y se "la metió" de una. Lo que provocó que el azulado chillara de dolor, pero sus chillidos y gemidos eran acallados por el pedazo de tela que tenía en la boca. Scourge lo penetraba mucho más fuerte que la última vez, era más salvaje y menos considerado. No por nada amordazó a Sonic, o del contrario, estaría gritando y medio mundo lo oiría. El "violador" sujetaba firmemente de las piernas al cobalto, para que tuviese una mejor "entrada" y "salida" de su estrecho "agujerito". A pesar de tener un pañuelo entre sus dientes, el sumiso no paraba de gemir. Debía admitirlo: el "juego" le estaba... gustando. Hasta que sintió como algo caliente lo llenaba por dentro: el dominante se corrió otra vez. Pero nada se quedó allí: el nivel de depravación es de nivel dios y Scourge no se quedaría así nada más, así que, cogió el látigo que estaba a un lado suyo y lo ató a la cintura del de ojos jade al igual que un cinturón, lo ajustó bien y tomó la punta para que la espalda baja de Sonic se elevara un poco de la cama. Se acercó a su cara y notó que estaba sonrojado hasta las orejas, sudando y con sus ojos entrecerrados, al perecer... -Te gustó mi "pequeño juego", ¿no, Sonikku?- afirmó/preguntó con una sonrisa orgullosa y pervertida a la vez. Pero no esperó a que respondiera porque no podía hacerlo. Simplemente lo volteó, logrando que quedara de espaldas y, además, tuviese una perfecta vista de su deseable entrada, de la cual brotaba una mezcla de sangre y semen pero no le tomó mucha importancia. Sujetó la punta del látigo para que elevara sus caderas y quedara en la posición del perrito para volver a follarlo. Lo hizo. Volvió con sus vertiginosos "van y ven", apenas dejando respirar al azulino.
-¡Mmm!- volvió a gemir el azul, sonrojado, amordazado y esposado a merced de todo un violador, (aún siendo penetrado ferozmente): el que le robó la inocencia que le quedaba y su virginidad.
Concluyendo, el trato fue que Scourge tendría algo más de "pasión" con Sonic y a cambio lo dejaría libre. Pero a este último ya le gustó el buen sexo que le brindaba Scourgey. Y en lo único que pensaba era en las próximas noches o mañanas de pasión y brutalidad que tendría con él, ya que, esta NO fue la última vez que lo hicieron: serán amantes, unidos por un juego de pasión donde el AMOR es REBELDE. Y sólo buscan... PLACER.
FIN