Faltaban pocos días para que el invierno consumiera por completo Corea del Sur, pero el frío ya se hacía sentir con bajas temperaturas y ligeros vientos. Aún así, B.A.P habían tenido tantas actividades que apenas habían sido conscientes de ello. Programa tras programa, el volver a ver a las fans era un regalo por el que los seis estaban agradecidos, y fue por este motivo que no notaron cómo sus cuerpos se iban agotando en el cansancio.
Ese día no estaban libres. Habían entrenado temprano y luego de un breve descanso deberían dirigirse a la estación de radio para una entrevista. Pero por unos breves momentos, ambos se habían escapado para ver la pasividad del río Han mecerse con el viento que corría.
Kim Him Chan estaba con sus piernas recogidas contra su pecho, envolviendo estas con su brazo derecho, mientras que en su mano izquierda sostenía un café. Bang Yong Guk, a su lado, reía cada tanto a los comentarios que realizaba su comandante. Él se encontraba con una pose despreocupada, observando la tranquilidad del agua correr en frente de ellos dos.
-Ya te dije que estás bien de peso, Channie.-
El joven de rostro pálido y delicados gestos bufó debajo de aquella mascarilla que tapaba la mitad de su rostro, haciendo que el líder emitiera una carcajada más amplia.
Aquel momento podía ser sencillo, apacible, pero necesario para esas dos personas que en los últimos días habían entregado todo para poder crecer como grupo. Porque aunque simplemente estuvieran sentados en una apacible charla era lo que requerían para retomar sus fuerzas.
-Debo volver a mi dieta y dejar de consumir esta clase de cosas.- terminó comentando mientras que dejaba la taza de café que habían comprado antes. -¿Por qué son tan ricos, eh?-
-Eres imposible…- exclamó el mayor, intentando controlar su pequeña risa. -¿Qué debo hacer para que creas en mis palabras?- preguntó al fin Yong Guk con una pequeña mueca divertida, manteniendo su mirada en él a pesar de que sostenía en su mano su propia bebida caliente.
-No lo sé, tal vez que Junnie deje de crecer, cuando Jae admita una derrota, cuando Dae se calle, Uppie renuncie al baile y cuando nos casemos realmente- dijo enumerando uno tras otro con un gesto de incredulidad.
El líder pensó durante algunos segundos, meciendo el vaso de plástico entre sus dedos antes de moverse. Him Chan lo siguió con la mirada expectante, sin comprender que estaba por hacer, dado que el mayor se había incorporado solamente para acuclillarse a su par.
-¿Qué pasa?- preguntó en forma instantánea ante la extraña sonrisa que poseía Bang.
Este no le respondió, simplemente llevó su mano a desenganchar la mascarilla de una de las orejas del menor y despejar con suavidad su pálido rostro. Miró por unos breves segundos esos perfectos rasgos antes de terminar por inclinarse hacia él.
Him Chan no pudo moverse, sintiendo los gruesos y cálidos labios de su líder sobre los suyos en una corta caricia. Un sabor cálido y con tintes a café que así como llegó, voló de sus rosados labios. Quedando en apenas unos segundos de nuevo frente a él, no llegó a comprender qué era lo que había sucedido y cómo es que Bang Yong Guk acababa de robarle un beso.
-No sé si puedo conseguir lo demás, pero puedo intentar que eso último se concrete y que me creas, Channie…-
La gruesa voz de su líder resonó en su cabeza, pero por unos segundos Kim Him Chan tenía su mente en blanco. No tenía que pensar, prefirió no hacerlo y de inmediato rodeó el cuello ajeno entre sus brazos, juntando de nuevo sus cuerpos en un beso profundo que Bang Yong Guk recibió con una corta sonrisa.