Tras un leve estado de mudes como de petrificación de parte de su cuerpo y procesar lo que acababa de escuchar, susurro:
—Un bebe — llevo sus manos al estómago y lentamente sus ojos se iluminaron, dejando mostrar una gran sonrisa. Dio un gran brinco de su asiento, sin importarle la presencia de su médico.
— ¿No me estás bromeando? —Pregunto el muchacho —.perdona sé que no lo haría Shirona, oh cielos, estoy tan feliz. Junto sus manos entre si cercas de su rostro, casi palpando sus labios
— ¿No lo sabias? —le pregunto la doctora
-No, incluso jamás creí que fuera posible que yo… bueno es que Volkner y yo llevamos más de cuatro años juntos, y jamás hubo indicio de que yo pudiera concebir. La mujer, sonrió al ver el entusiasmo del muchacho.
—No es extraño, aun teniendo este don, dado a tu género es más complicado el quedes en cinta en una edad temprana, aun con los dieciocho años, ya a tu edad la probabilidades aumentan. Por lo que nuevamente felicidades.
—Tengo que decírselo a Volkner cuanto antes. Tomo su mochila, y se dirigió a la salida, y antes de salir se giró, y dio una reverencia — gracias por todo.
—No hay de que Satoshi, salúdame a Volkner.
—Lo hare—dijo, y de ello dejo el consultorio.
Entro a su casa, esperó encontrar a su pareja, pero no estaba ahí, le llamó, pero no hubo respuesta, su vivienda era demasiado pequeña como para que no le escuchara, solo había una habitación, con un baño incluido además de una sala que compartía espacio con los instrumentos de cocina.
Pensó que tal vez estaría en el garaje ya que hoy era su libre, siempre que tendría que ausentarse le avisaba antes de irse. Dejo su mochila en un sillón y fue a la parte trasera de la casa. Lo encontró sentado en un banco, apoyado en una mesa, junto con su herramienta y cercas de la mesa había refrigerador, que por lo visto, Volkner estaba arreglando.
Satoshi, entro, y se sentó en un banco que quedaba a un lado de la mesa.
—¿Trabajo extra de la empresa? —pregunto el muchacho. Se apoyó con la ayuda de sus pies su cara en la palma de su mano.
—No, es un encargo del vecino, se enteró de mis habilidades con los electrodomésticos y me pidió arreglarlo a cambio de pagarme.
— ¿No crees que es mucho trabajo el que te has estado poniendo encima últimamente? Deberías descansar.
Volkner era empleado de en una compañía de electricidad, aunque en ocasiones se hacía con trabajos extras, ya que en ciertas temporadas lo ganado incluso lo aunado con el trabajo de Satoshi como asistente en el centro pokemon no era suficiente para solventar los gastos del hogar.
—No puedo hacerlo, aún tenemos que pagar los gastos de cuando estuve en el hospital, además el auto se averió, aunque sé cómo arreglarlo no tengo el equipo para hacerlo, menos dinero para comprarlo o mandarlo arreglar con un mecánico, aparte tenemos los próximos pagos del agua y la luz—.
Soltó un leve gruñido, como apretaba los instrumentos en su mano, era fácil ver que estaba frustrado. Satoshi poso su mano en la espalda de su pareja, buscando reconfortarlo aunque sea con ese sencillo gesto.
—La hemos pasado peor antes, saldremos de esta, ya lo veras.
—Ja, tan optimista como siempre—dijo en tono irónico el hombre de cabello rubio, que mostró una mueca burlesca en su cara. satoshi se cruzó de brazos, como fruncía el ceño no muy contento del gesto del mayor.
—Por el bien de la relación uno de los dos tiene que serlo— le respondió Satoshi, que luego suspiró —. Volkner…no quiero que te vayas a lastimar— comento preocupado, Volkner ante ello le mostro una sonrisa cansada que pese a su fuerzas buscaba despreocupar al chico.
—Por cierto ¿Que te dijo Chirona –pregunto queriendo cambiar de tema. Satoshi lo había olvidado, a lo que había venido con Volkner
— ¿Qué ocurre? — pregunto al ver como Satoshi, se giró con todo y banco de lado contrario. El chico llevo sus manos a su estómago
—No es nada malo—comento al palpar nervioso su labio inferior con la punta de sus dedos.
El hombre de cabellera rubia, se levantó del asiento, y encaró al chico, era obvio que la respuesta no le había convencido para nada
— ¿Como que nada?-No intentes evadirlo, si te ocurre algo malo solo dímelo.
—Es cierto, no es algo malo, sino...que es todo lo contrario.
El entrecejo de Volkner se frunció. Quedando desconcertado por la repentina sonrisa que brotó de los labios muchacho.
-—Explícate ¿Cómo algo que te manda al hospital, puede ser algo bueno?
Sato tuvo que pararse y tomar una bocana de aire. Tantos sentimientos se encontraban inmersos, sentía de todo; nervioso, ansioso, temeroso, emocionado aunque sobre todo contento; así que no dudo más en decírselo.
— ¿Estoy embarazado? —soltó con gran alegría el muchacho. El cuerpo de Volkner se petrifico dejando que de sus labios saliera solamente una pequeña frase
— ¿Qué dijiste?
—Que seremos padres.
Volkner de manera casi mecánica regresó a sentarse en la silla que usaba para trabajar hace unos momentos, su mano se colocó a un lado de la de su frente, tenía una pinta de que aún no terminaba de procesar la noticia.
—Volkner… ¿Estas bien? —
Aparte del aspecto, el que no le diera respuesta, le atemorizó, preguntándose si la noticia le había desagradado o que si lo había dicho en mal momento, si lo pensaba detenidamente el pequeño supondría más gastos y actualmente no era el mejor momento para criar un hijo por lo que no era de extrañar que no lo tomara bien, pero en seguida sacudió la cabeza, para quitarse esas ideas.
—Gracias— dijo Volkner, que se alzó de su asiento, y halo al chico de la mano hacia con él, y le rodeo con los brazo, no tuvo que preguntarle, Volkner estaba feliz, lo entendió cuándo cruzo con sus orbes azules, cuando se enmarco esa sonrisa orgullosa en su rostro, y cuando recibió aquel dulce beso en su frente, fue suficiente para saber que el rubio amaba a su hijo tanto como Satoshi ya lo hacía.
Nobori un importante empresario de la región Isshu, no paraba, de revisar los documentos una y otra vez, hasta que una sonrisa de satisfacción apareció en su rostro, se hubiera soltado a carcajadas sino fuera por su acompañante que yacía al otro lado de su escritorio.
—Parecen que recibiste buenas noticias.
—Porque no habrían de serlo Cattleya, ya sé dónde encontrar al maldito de Denzi.
La mirada de la mujer, que en apariencia tenía un temple monótono hace unos momentos parpadeo varias veces, y denotó un gesto de estupor.
— ¿Es enserio? ¿Estamos hablando del mismo Denzi? Pero él está… —
—Claro que no, el maldito fue hábil en hacer creer a todos… bueno casi a todos de su supuesta muerte-
— ¿Y qué piensas hacer ahora? ¿No le mataras o serias capaz? —pregunto la mujer a Nobori.
—Créeme que muchas veces lo pensé, pero no soy tan idiota como cargarme un asesinato, tampoco caería al nivel de ese criminal. Que se hunda en prisión el resto de su vida, será más divertido hacer su vida miserable al punto que desee la muerte.
---Vaya, Denzi desató tu vena malvada—dijo la mujer— ¿Y dónde está ahora? ¿Cómo fue que le encontraste?-
—Use muchos métodos, de hecho no escatime gastos en buscarle, Cattleya lo sabes bien, desde hace cinco años que le buscó. Y donde se encuentra, por el momento sé que se le vio en la región de Sinnoh, al parecer vivió un tiempo en Kanto hasta trasladarse a esa región hace unos dos años.
—Supongo que ya has enviado por él.
-No, quisiera encargarme personalmente de él antes de entregarlo, no le dejare ir así de fácil al asesino de mi hermano y su esposa , enviare alguien una vez que tenga la localización exacta de donde vive, que es lo único que me falta saber, de echo iré a Sinnoh personalmente antes de proceder.
—No me importa si es justicia, venganza lo que sea, debe sufrir por haberse metido conmigo—pensó a la vez que apretó con fuerza los papeles en su mano.
—Salud— dijo Satoshi, alzando el vaso a la par de su acompañante, Volkner que miro su vaso, y luego el del chico con una mirada incrédula, pues se tomo todo el líquido del vaso de una sola empinada.
—Tranquilo, no te vayas atragantar .Le dio un sorbo a su bebida-
—No me va pasar nada con un simple refresco.
—Quien sabe, contigo se tiene que estar precavido, bajo la guardia y ya estás en problemas, me sorprende que sigas vivo.
Sato inflo las mejillas molesto, pero luego sonrió—Menos mal , no tengo de que preocuparme: tú estás ahí siempre para cuidarme.
—Me refería antes de conocerte, de echo eso también es un milagro…auch.
Satoshi le jaló la punta de la nariz, en desquite al comentario
—Gracioso.
Ladeó la cabeza en un ademan indignado. Mientras el mayor se sobaba la nariz.
—Lamentablemente es la verdad, o no recuerdas : casi te mata ese arcanine de un lanzallamas si no me meto en el camino -
—Es común que ocurra ese tipo de incidentes en un centro pokemon—se defendió Satoshi
–Pero yo fui quien terminó en camilla durante una semana—dijo Volkner —.por suerte solamente tuve una leve quemadura en el brazo además de que me caí por la escaleras antes no me carbonizo completo.
Satoshi se encogió de hombro, ese recuerdo no era muy agradable. Lo que dijo era cierto aquella vez la vida Volkner peligro. Un pokemon que atendía a la enfermera Joy, se salió de control. Satoshi intervino para evitar que se siguiera lastimando, y para que su jefa junto a su compañera Tabune se pusiera a salvo.
-Flasback-
Había logrado que la enorme criatura, le siguiera hasta la planta alta del centro pokemon no lo había pensado, solamente quería mantener a salvo a sus dos compañeras de trabajo. Y ahora se veía rodeado por el gran canino, que gruñía a la vez que de sus fauces salían bocanadas de humo como de saliva y escurrían gotas de sangre del pelaje, de seguro causados cuando choco con los vidrios del hospital en su estado de irracionalidad.
—arcanine, tranquilízate – dijo con preocupación al ver lo lastimado que estaba quedando el pokemon, quiso acercarse, pero su valentía casi hace que reciba una mordida de las potentes fauces -
—Ya, te seguirás lastimando si sigues así.
—¡Satoshi! — tanto como el arcanine y el muchacho fijaron su vista de donde venía esa voz.
—¡Volkner! —
El mencionado yacía allí, agitado, sosteniéndose del barandal. Sus ojos denotaban una enorme angustia al ver al joven asistente acorralado, apretaba su labios estaba desesperado por encontrar una solución. El pokemon presto su atención en el intruso, estaba dispuesto a atacarle con un lanzallamas, pero Satoshi se interpuso enfrente de ambos.
—Idiota ¿Qué haces?
Sin pensarlo Volkner le tomo de los hombros y le jaló hacia atrás, provocando que cayeran los dos por las escaleras antes de que el ataque pudiera dar en su objetivo.
— ¿Estás bien? —Le pregunto el muchacho, que le toco el hombro.
— ¿Qué crees que estabas haciendo? — le reprendió el mayor al mismo tiempo que intento levantarse, pero cayó de rodillas inmediatamente. Su pierna al parecer se había herido durante la caída
—Oh Volkner tu pierna.
El mayor se descubrió la pierna, la piel se había abierto, y eso no era lo peor: el pokemon de fuego no los había olvidado, bajando unos cuanto escalones volvió atacar.
—Cuidado— dijo el mayor al mismo tiempo que con lo que podía de sus fuerzas apesar del dolor de su herida empujó a Satoshi a la vez que lo cubría con su cuerpo, el ataque que alcanzó a quemar su brazo izquierdo mientras Satoshi miró con horror como Volkner se había mal herido por solamente protegerle.
—fin del flash back—
—Debo de admitir, que cuando ocurrió ese incidente en el centro pokemon me aterré al pensar que algo malo podía haberte ocurrido.
Todavía lo recuerdo salí del trabajo en cuanto me entere de lo que estaba sucediendo, pensé que tenía que estar allí, y protegerte- tosió un poco, cubriéndose con la mano, desvió su vista lejos del muchacho—.Pensándolo bien fui igual de imprudente que tú, debí llamar a alguien en vez de ir yo directamente. En si lo que me ocurrió yo me lo busque.
Se rascó el cuello estaba algo apenado de admitirlo, pero luego una calurosa sonrisa se formó en sus labios – pero sin duda volvería a cometer la misma tontería otra vez.
—Gracias, he alabar que hiciste un gran trabajo como marido ese día. Soy tan afortunado eres tan apuesto, lindo, fornido sin duda me saque la lotería.
—Creí que me querías por mi interior, ahora sé que solamente me quieres por mi físico— dijo fingiendo sufrimiento .Ambos se soltaran a carcajadas.
—No olvides tu dinero, que por eso me casé contigo— dijo sarcástico y entre risillas—.Mantienes lleno el refrigerador de la casa, sin olvidar que me invitas a comer exquisitas cenas como ésta.
—Es todo lo que puedo pagar. Su voz se tornó seca, y algo irritada
— Volkner, no me desagrada al contrario.
—Lo sé, pero quisiera poder ofrecerte algo mejor, que una caja de pizzas unos refrescos. Se supone que estamos celebrando la futura venida de nuestro hijo no una fiesta de niños.
—Aunque fueras millonario—poso su mano en la de su pareja—,te pediría que me trajeras aquí antes que un lujoso restaurant, además no sabría hallarme en un sitio de esos, y menos sabría qué comer del menú sería una tortura para mi estómago que saldría huyendo.
Volkner sonrió cálidamente —Vaya que sabes alegrarme.
Tomó la mano del muchacho, y la llevo cercas de su rostro para besarla, haciendo que Satoshi, se estremeciera al contacto, pero a pesar del efecto que tuvo, más que sorprendido; dejo ver un gesto aburrido pues no era algo nuevo que Volkner hiciera este tipo de demostraciones de afecto.
—otra vez tú con tus cosas cursis.
—Volkner, espera nos van…ah—- su voz fue ahogada, en un leve gemido cuando sus labios fueron atrapado, por los del mayor, en un demandante beso.
—Crees que aun soy cursi—le susurró Volkner en el oído Satoshi se sonrojo a más no poder, quiso cubrirse, pero el rubio no le dio tiempo de hacerlo, se volvió a posesionar de los labios del chico mientras que con sus manos libre abría la puerta, y se adentraba junto al interior de la vivienda. El más joven le rodeó con los brazos el cuello, haciendo que el beso se intensificada.
—Volk…ah…Volkner—gimió al sentir, como empezaba a hurgar debajo de las telas de su camisa, y le tocaba lentamente con uno de dedos el estómago, haciendo círculos alrededor de este provocando que se estremeciera el más joven.
—Calla… no puedo esperar.
Beso su cuello, esta vez recorriendo de manera descendente hasta llegar a los hombros que los desnudo al bajar un poco la tela, y comenzó des gustar con sus labios la piel del muchacho. Sin embargo se detuvo al darse cuenta de algo.
—¿Qué ocurre? —
Pregunto Satoshi, ya que de la nada su pareja se había apartado, enfocando su atención a otra parte de la casa. Cuando el chico, se fijó en la dirección que observaba Volkner, de verdad que se llevó una sorpresa, no estaban solos, en el sillón de su sala se encontraba un hombre que los miraba fijamente con una con una sonrisa burlesca mientras apoyaba su mentón en la palma de su mano. Vestía elegantemente un traje negro, su cabello rojizo contrastaba mucho con el traje dado el estilo afro de su peinado.
—Así que esto es lo que has estado haciendo Denzi.
— ¿Denzi? Volner le conoces —se cuestionó el por el que acababan de llamar a su marido con ese nombre
—Satoshi sal de aquí— fue más una orden que una petición
— ¿Pero qué está ocurriendo? Explícame.
—Haz lo que te digo—le dijo con voz severa, haciendo que Satoshi se sobrecogiera. Quien viendo el estado del hombre rubio, asintió, y salió de la casa. Volkner miro sintiéndose terrible por haberle hablado de aquella manera.
— ¿Y esa cara? Le llamo su acompañante-Creí que saltarías de alegría al verme
—dijo manteniendo una sonrisa descaradamente burlesca, aunque en realidad era más una fachada para ocultar la decepción.
—Lo haría, si supiera que tu presencia significa algo bueno, porque se bien el que me hallas encontrado no trae buenas noticias ¿Verdad Ōba?
—Si Denzi, tiene razón—dijo el pelirrojo, que se paró del asiento y dio unos pasos hacia adelante, quedando cara a cara con el rubio—.Nobori sabe de tu localización.
—Rayos.
Golpeó la pared
— ¿Por qué ahora? —Bramó con rabia.
—Tranquilo desde que desapareciste, no he parado de investigar para comprobar tu inocencia.
— ¿Cual inocencia? aunque haya sido accidente oh no, sigo siendo responsable de la muerte de Kudari como la de Kamitsure-
—No digas tontería, tu y yo sabemos, quien es el maldito bastardo que causo sus muertes…lo que ocurrió fue una…—
— ¿Una falla?, si, una que les costó la vida.
El pelirrojo le hecho una mala mirada, y bufo molesto.
—Veo que no te convenceré, pero ten en cuenta que no podemos dejar que siga libre ese maldito.
—Tiene razón, hacerme cargo de esto es lo mínimo que puedo hacer por ellos…sin embargo podría haber sido en otro momento— dijo como dejaba escapar un suspiro.
— ¿Cuándo crees que Nobori llegue aquí? ¿Y haga su primer movimiento?
—No es algo para estarse pensando, tendríamos que estar partiendo ahora mismo, según me informaron no tiene datos concretos de tu ubicación por lo que puede que tarde en encontrarte, lo mejor no es arriesgarse
—Lo siento, pero tengo asuntos personales que arreglar.
—Si es por el chiquillo, luego te consigues algo mejor. Y te soy sincero, vivir entre la plebe te cambio los gustos, mira con quien te acuestas.
—Satoshi no es una aventura de una noche, es mi esposo— dijo en tono severo a su amigo que al escuchar esto quedó boquiabierto, que casi se le salen los ojos de fuera
— ¿Qué? no puede ser— le dijo señalándole con el dedo— ¿tu casado?
—Quita esa cara, es muy molesto.
—Lo siento, es que es sorprendente, sentaste cabeza y con ese chiquillo, ¿Qué pasó con tú política, nada de plebe, y nada que no esté a mi altura?-
—En mi defensa nada, pero solamente puedo decirte que muchas cosas sucedieron durante estos cinco años.
—Vaya sorpresa me has dado, pero tienes que tomar una decisión ¿se viene o se queda? te recomendaría que le dejaras, no por molestarte Denzi, pero recuerda que ahora lo más probable es que estarás huyendo constantemente y te recuerdo que no solamente de Nobori.
Si te atrapan con él, bueno serían capaces de usar al chiquillo en tu contra si ven que es menos que un pasatiempo. Es cierto que si se queda tendría los mismos resultados, pero es menos probable que se den cuenta que te importa o mínimo que no le presten atención.
—Sí… tienes razón, aparte con lo que me quedo de dinero me encargue de eliminar todo registro de nuestro matrimonio, es como si nunca hubiera ocurrido lo nuestro, solo él y yo sabemos de ello —dijo con un tono decaído.
— Así al menos podrá vivir una vida tranquila junto a nuestro hijo, quiero dejarles eso como mínimo—pensó Volkner, bueno mejor dicho Denzi que estaba devastado ya que sabía qué no podría formar mas parte de la vida de Satoshi, no podría ver el nacimiento de su hijo, tampoco le vería crecer , se perdería de muchos importantes momentos.
—Iré contigo Ōba, solamente…dame tiempo.
—Tienes cinco horas sino se de ti terminado el tiempo vendré y te traeré a rastras.
Sacó un celular, y la puso en la mesita delante del sillón- Has lo que tengas que hacer, te estaré esperando en el faro de la ciudad, llámame en caso de que ocurra cualquier cosa.
Cuando su amigo le dejo, se quedó reflexionando en lo que haría partir de ahora. No era necesario ir tras el Satoshi, debía estar paseando alrededor de la casa o en ese sitio que le fascinaba ir, además no tenía las fuerzas para verle todavía.
Sacó un álbum de fotos de un cajón , se sentó en el sillón y comenzó a hojearlo lentamente, en el estaban gravadas memorias, todas exclusivamente de ellos dos, del trabajo, en citas como la playa, el parque, comiendo alguna comida chatarra cuando se les ocurría ver algún partido deportivo o alguna competencia pokemon como la liga o algún concurso de coordinadores.
Cerró el álbum, fue demasiado, le trajo recuerdos que antes le hacían felices pero que ahora le herían. Hacer este álbum fue más su idea que de Satoshi, fue un poco después de haberle pedido matrimonio y que comenzaran a vivir juntos, lo hiso por que empezaba a valorar a cada momento con el chico.
-Flash back -
— ¿compraste un álbum de fotos? — pregunto el muchacho a su pareja, ya que había llegado con el objeto en manos, era blanco con un sencillo moño en medio.
—sí, lo vi en una tienda, y como pronto nos casaremos pensé que sería bueno para guardar las fotos de ese día .
—pero no será nada grande lo nuestro, sólo la ceremonia, no veo el motivo. No me refiero a que no sea especial nuestra boda, sino el tamaño de esa cosa es enorme, podrías haber comprado algo más sencillo.
—No tienen que ser la de la boda, pueden ser de cualquier otra ocasión ¿No crees?
— ¿Cómo cuál? —pregunto el muchacho.
Volkner le tomo de la cintura y le plantó un fugas beso en la frente—Que tal un momento como esté.
—Me parece bien.
Flash back
Se escuchó la puerta abrirse, junto al cascabeleo de unas campanas, que habían colocado en época de navidad pero que decidieron dejar, no por nada especial, solamente la flojera de bajarlos lo había impedido.
Satoshi había entrado. Se paró enfrente de su esposo con una cara severa, cruzando los brazos y comenzó a contar los segundos con su índice que golpeaba contra su brazo, en espera de una respuesta a lo sucedido hace poco.
—Me fui porque no quise hacerte una escena—
Era cierto lo que había dicho, sin embargo no significaba que no le había dolido la actitud del mayor— ¿Y bien que dirás en tu defensa?
Denzi se levantó del asiento y rodeó al muchacho con sus brazos, estrujándolo con fuerza. En este instante abrazar a Satoshi para él era como intentar retener al viento.
—¿Volkner? ¿Qué te ocurre? ¿Está todo bien? ¿Ocurrió algo malo con ese sujeto?-Conforme las preguntas aumentaba, el cuerpo de Denzi solamente de escuchar la voz del muchacho comenzó a temblar, desconcertando al menor que comenzaba angustiarse, más cuando dijo lo siguiente:
—solamente abrázame—-dijo, para después besarle en los labios, para luego pasar de manera descendente sobre el cuello del muchacho , donde no solamente beso con pasión sino que buscó aspirar su aroma, que sus dedos como sus demás sentidos se gravaron la piel del joven ya que deseaba todo con él en este instante, hacerle el amor como nunca. Sus manos pasaron a jalonearle la blusa, deseaba quitársela…pero
— ¿Se viene o se queda? —
Esas palabra el solamente recordarlo causaron que se detuviera bruscamente, y se apartara a la vez que se giraba de lado contrario.
—Vamos a dormir, ya es tarde.
Satoshi deseaba saber que le molestaba a su compañero, Denji estaba muy extraño, se preguntaba que ocurrió cuando los dejo solos, quería preguntar pero desistió, esperaría a que su marido quisiera a serlo, era lo mejor pensaba.
-Si-Satoshi le tomó de la mano, y junto con él se dirigieron al cuarto. Al llegar el más joven se acostó en el colchón primero, a la vez que atraía a su lado a Denzi con un leve tirón del brazo.
—Buenas noches- dijo el muchacho, se metió entre las cobijas, y le dio un beso rápido a su pareja en la mejilla.
—Buenas noches—le contestó Denzi, a la vez que tomaba unos de los mechones del joven y lo enredaba entre sus dedos.
Poco a poca entre unos cuantos bostezos y leves miradas de cariño, esperó a que se quedara dormido. Cuando lo hiso, apartó su espalda lejos del colchón, mirándole, deseaba besarle una vez solamente una vez más, incluso hacerle el amor, pero sabía que si le volvía a tocar incluso un simple roce y no sería capaz de dejarle. Resignado se alejó del lecho, con cuidado salió de la habitación, sacó su billetera, solamente tomó su identificaciones, y dejó el dinero que tenía dentro, y lo puso sobre la mesita de la sala. Sabía que le dejaría en muchos problemas, le dolía, pensar las dificultades que tendrían en su ausencia, pero confiaba en Satoshi, que sería fuerte y cuidaría muy bien de su pequeño.
Salió por la puerta, no se atrevió a mirar atrás, ya que dejaba tanto en esa casa, recuerdos, nada olvidaría, el cómo le conoció, cuando supo que le quería, no como algo pasajero sino algo sincero y puro alguien con quien deseó pasar el resto de su vida.
Continuara…