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El peor error por Spieluhr

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Notas del fanfic:

Bien este es el segundo fic que estaré actualizando, el primero se llama ¿no te acuerdas que me amabas?

Este es un poco más "obscuro"

Espero que les guste

Notas del capitulo:

Este primer capítulo será puro KangMin el siguiente Yewook y el tercero Eunhae. Son como intros de cada pareja ya mas adelante se entenderá como se relacionan.

Espero que les guste.

Cap. 1 Un amor enfermizo.

 

Un Yongwoon de 12 años miraba la enorme casa frente a él, decían que estaba embrujada, que el hombre que había llegado estaba solo porque asesinó a toda su familia y que tenía espantosas pertenencias por lo que todas las negras cortinas estaban siempre cerradas.

-¡No seas cobarde! - gritó uno de sus amigos a su espalda.

Yongwoon había tirado la bola de béisbol tan fuerte que destrozo el vidrio de la espantosa casa y ahora tenía que ir por ella, o si no sería llamado gallina y eso era algo que no podía permitir.

Ya había entrado al marchitado jardín y ahora sólo faltaba que entrara por la ventana, cosa aparentemente fácil pero no por ello menos aterradora. Después de tomar aire, empuñó su bate como si fuese su arma y entró.

Por dentro la casa no tenía nada de especial, simplemente estaba prácticamente todo a obscuras, agradecía que el dueño estuviera fuera, pero a la vez le aterraba que algún  fantasma se apareciera. Su pelota tenía que estar por la sala, entonces escuchó que rebotaba, alzó su bate y miró alrededor: en un sofá había un niño pálido jugando con la pelota.

-¿Es tuya? - le preguntó el niño acercándose.

Se acercaba muy rápido y  Yongwoon sintió mucho miedo, esa forma de caminar, esa piel tan pálida, ese niño no podía ser más que un fantasma, así que asustado de que se acercara más, lo golpeó con el bate.

Cuando notó que el niño sangraba y lloraba supuso, demasiado tarde, que estaba equivocado.

-Lo siento, lo siento, lo siento - le decía al niño que era un mar de lágrimas.

Trató de levantarlo pero el niño se pegaba al piso.

-Te llevaré con mi madre para que te vea ¿de acuerdo?

Pero el niño seguía chillando, Yongwoon desesperado lo cargó y lo llevó a la puerta, pero el otro empezó a patalear.

-¡No, no! ¡el sol no!...¡papá! ¡papá! - gritaba.

Yongwoon se sintió como un idiota, salió de la casa por la puerta asustado dejando al niño llorando, corrió a su casa a buscar a su mamá y después de explicarle y recibir un regaño fueron con el chico.

Ya no estaba en la sala, lo buscaron en la casa y lo encontraron en la que parecía su habitación hecho bolita, escondido en su cama todavía llorando.

-Hola pequeño - le habló la mujer.

El niño salió de su escondite, tenía sangre en su cara.

-Voy a curarte ¿sí? - le dijo ayudándolo a levantarse - Eso es vamos.

Por suerte ella era enfermera y podía atenderlo.

-Al parecer no te rompió nada-le dijo limpiando la cara del chico - ¿Tu padre tiene algún teléfono al que podamos hablarle?

Los guio hasta la cocina y les mostró un número que estaba sobre el refrigerador, pero estaba todo tan obscuro que apenas se veía, incluso cuando encendieron la luz.

-Bien ¿Cómo te llamas? - le preguntó.

-Lee Sungmin - contestó bajito.

La señora marcó el número y después de un par de segundos el hombre contestó.

-¿Diga?

-Buenas tardes ¿Señor Lee?

-Sí - contestó un poco desconfiado - ¿Quién habla?

-Soy la señora Kim su vecina... - le explicó lo que su hijo había hecho con calma para que no se asustara-... Pero en realidad creo que está bien, sólo está un poco asustado.

-¿Le dio el sol? - fue la pregunta del hombre.

-¿Disculpe?

-Sí ¿lo sacaron? ¿Abrieron las cortinas? ¿Le dio el sol de alguna forma?

El niño negó con la cabeza.

-No - dijo ella confundida.

-Ah es un alivio, mi turno termina en 15 minutos así que no tardaré mucho, llego como en una media hora, gracias por todo- dicho esto colgó.

Hubo un incómodo silencio que Yongwoon rompió.

-¿Por qué tu casa es tan obscura?

-Estoy enfermo - fue la simple respuesta - Soy foto sensible.

-Entonces ¿No soportas el sol? - preguntó.

-Ni cierta luz artificial.

Hubo otro silencio que esta vez la mujer cortó.

-Yo soy Kim Yoonji y él es mi hijo Kim Yongwoon.

Yongwoon estiró su mano para estrecharla con el niño.

-Lamento haber roto tu ventana y haberte golpeado.

-Está bien.

-Seamos amigos.

-Sí - dijo más contento.

Esperaron a que el señor Lee llegara para irse, éste les ofreció café y unas donas como agradecimiento por haber cuidado a su hijo.

-Ah supongo que debería de haber platicado de la enfermedad de Sungmin con alguien - dijo el hombre - Pero estaba tan ocupado con el trabajo que no me dio tiempo.

-¿Es grave? - preguntó la mujer.

-No - dijo Sungmin rápidamente- Sólo no debo salir cuando hay sol.

Hubo una plática agradable sobre muchos temas hasta que se dieron cuenta de que ya era tarde.

-Hasta luego - dijo la mujer.

-Adiós, y lamento haberte golpeado- dijo el chico.

-No importa, casi no me duele- le dijo con una sonrisa.

-Mucho gusto, señora Kim - dijo el hombre - y que tengan buena noche.

Pasaron unos cuantos días, era un sábado por la noche, Yongwoon miraba televisión desde el sofá, cuando alguien llamó a la puerta.

Su madre corrió a abrir, hubo una pequeña plática que su hijo ignoró hasta que lo llamaron.

-Yongwoon - le habló con un tono suave.

El niño fue de mala gana, le sorprendió ver a Sungmin y a su padre.

-Tu pelota - le dijo el niño dándole el juguete.

-Gracias - contestó con sorpresa tomándola.

-Min quiere saber si te gustaría ir a jugar con él y su papá - le dijo su mamá.

El niño miraba el piso mientras jugaba con sus manitas que salían de una gran chaqueta rosa.

-Sí, me encantaría.

La mujer le dio una chamarra y él fue al parque con Sungmin y su padre.

El hombre se sentó en una de las bancas desde donde podía vigilarlos pero a la vez darles su espacio.

Sungmin estaba muy contento dando brinquitos.

-¡Vamos a los columpios! - gritaba riéndose.

Yongwoon lo siguió y empezaron a columpiarse.

-¿Cuántos años tienes? - preguntó el menor.

-Doce ¿Y tú?

-Once.

-¿Dónde está tu mamá?

-En Jeju con mi hermano.

-Oh, entonces ¿están divorciados?

-Sí - dijo triste - es mejor así, se la pasaban peleando sobre quién era mejor en todo, mejor cocinero, mejor trabajo, incluso mejor padre; por eso me cuida mucho, para mostrarle a mi mamá que es mejor que ella- soltó un suspiro - Pero extraño a mi hermano, antes yo jugaba con él, es difícil hacer amigos encerrado en casa.

Hubo un silencio en el que el mayor reflexionaba todo lo que Min le acababa de decir.

-Yo no conocí a mi padre, se fue antes de que yo naciera.

-Qué triste - dijo Min balanceándose más lento en el columpio.

Un silencio se hizo presente en el que Yongwoon miró al pequeño a su lado, creyó que era más pequeño quizá unos nueve años. Miró su cara donde aún se veía una marca rosácea por el golpe, sintió un nudo en el estómago al recordar lo que había hecho.

-Yo soy tu amigo, Min - empezó a decirle - Así que jugaré contigo, y así no te sentirás sólo.

Sungmin sonrió y sus ojos brillaron mientras aceptaba emocionado la propuesta, Yongwoon por su parte sintió de repente como que se le iba el aire, Min le pareció muy tierno en ese momento.

Después de ese día ambos empezaron a salir a  jugar en la noche o habían días en los que el más grande visitaba al pequeño y jugaban; a obscuras se volvieron los mejores amigos.

Cinco años más tarde Min vio por primera vez el mar, obviamente fue hasta la noche que pudo estar en el agua.

-Min no vayas muy profundo porque en la noche la marea sube más - le decía su padre.

Habían ido los cuatro a un viaje que la mamá de Yongwoon organizó junto con el padre de Min para festejar su cumpleaños.

-Gracias por traerme - decía feliz el chico - siempre quise conocer el mar y la playa - Iba diciendo dando saltitos por todos lados.

Yongwoon lo seguía de cerca, para que no se fuera a ahogar.

-Ven Yongwoon te quiero cubrir de arena.

El chico obedeció dejando que Min lo cubriera de arena, estaban un tanto lejos de sus padres, por lo que aprovechó para confesar sus sentimientos.

-Minnie ¿Estás feliz?

-Sí, me estoy divirtiendo un montón.

-Me alegro, te vez muy lindo sonriendo.

Min sonrió con un sonrojo adornando sus mejillas, empezó a cubrir el pecho de Yongwoon cuando el mayor lo atrajo hacia él.

Min quedó encima, se miraron a los ojos y entonces, el mayor alzó su cabeza para unir sus labios.

-Pequeño ¿Serías mi novio?

Y aquel brillo en los ojos del menor volvió, haciendo que Yongwoon sintiera que su corazón saldría de su pecho.

-Sí.

Y así la amistad se convirtió en un romance.

Yongwoon terminó la universidad con un título en administración y Sungmin terminó una carrera en línea sobre gastronomía un año después. Fue entonces cuando decidieron formar un hogar propio en un departamento en Seúl.

El departamento era pequeño pero adecuado para dos personas, Yongwoon había hecho mejoras para que la luz no lastimara a su novio, había encontrado un trabajo en un gran empresa inmobiliaria muy cerca de ahí y Min permanencia en casa limpiando y cocinando.

Sin embargo todo se convirtió en un sueño agridulce, el menor era celoso, muy celoso, al punto que empezó a alejar a los amigos de Yongwoon, y lo hizo perder su trabajo ¿Cómo? Simplemente le mando  un mensaje con el teléfono de Yongwoon a la jefa de  éste en el que decía:

"Señorita Choi por favor deje en paz a mi novio, suficiente tiene con aguantarla casi todo el día para que le esté llamado por las tardes y noches, si tantas ganas tiene de que se la cojan busque a algún perro. Yongwoon es MIO y no se irá de mi lado y menos, por una zorra tan pendeja y plástica como usted.

PD. Váyase al carajo. "

La jefa fue tolerante y no despidió a Yongwoon al instante, más bien le dio un ultimátum, era el trabajo o el posesivo chico.

Esa tarde Yongwoon fue a casa furioso, iba a decirle al chico que  era suficiente, que tenían que separarse, pero entonces cuando cruzó el umbral dando zancadas vio a Sungmin cantando mientras cortaba verduras.

-¿Pasa algo? - le preguntó con su dulce y suave voz cuando lo vio.

Y fue ahí cuando se dio cuenta de que no podía enojarse con él ni dejarlo sólo, no aguantaría ver a Min llorar de nuevo.

-Me despidieron - le dijo sentándose.

-Oh- susurró escondiendo una sonrisa - Pero no te preocupes mi hermano me deposita dinero cada mes, podemos vivir con eso en lo que encuentras otro-dijo rodeándolo con sus delgados brazos.

-Tienes razón - y besó al chico.

 

Habían pasado ya varios meses, el más grande despertaba de un largo sueño, trató de pararse para darse una ducha pero Min lo detuvo.

-¿A dónde vas? - le preguntó con su adormilada vocecita.

-Voy a ducharme - dijo mientras acariciaba los brazos del menor - tengo un nuevo trabajo y me gustaría llegar a tiempo.

Min hizo una mueca pero lo soltó.

-Te prepararé un rico desayuno.

El más alto se agachó y le plantó un tierno beso en los labios.

A pesar de que Min solía ser muy sofocante, a Yongwoon le gustaba, le gustaba su voz, sus abrazos, su comida, para él Min era perfecto en todos sentidos.

Salió de la ducha y sonrió al oler el desayuno, se puso ropa muy casual pues su nuevo trabajo no requería de mucha formalidad.

Se sentó en el comedor y tomó el periódico que estaba sobre la mesa, Min llegó minutos después con una charola con panqueques, tostadas, jugo y fruta.

-¿Algo interesante? - le preguntó Min mientras se sentaba a su lado.

-No mucho- contestó botando el periódico al  sofá - te luciste con el desayuno.

-Tienes que tener mucha energía para el trabajo.

Empezaron a comer sin decir nada hasta que Min decidió romper el silencio.

-¿Cuántos años tiene? - preguntó.

Yongwoon soltó un suspiro antes de hablar.

-Ya te dije, dieciocho.

Sungmin esbozó una sonrisa, y se recargó en el hombro del otro.

-¿Recuerdas? Cuando yo cumplí dieciocho fue nuestra primera vez.

El mayor sonrió, lo recordaba bien, el sonrojo en las mejillas de Sungmin, su respiración, el miedo de ambos a ser descubiertos por el padre del menor, la primera vez que hizo gemir a Sungmin de placer.

-Cómo olvidarlo - le dijo y besó la cabeza del otro, aspirando ese olor que tanto amaba.

-Vive abajo ¿verdad?

-Sí.

-¿Y es gay?

El otro soltó una carcajada.

-No lo sé amor, pero no deberías sentirte celoso por él, es sólo un niño.

Empezaron a besarse, un beso lento y suave que poco a poco fue subiendo de intensidad.

-Quédate - le pidió Min lamiendo su cuello.

-No puedo, tengo que ir al trabajo.

El menor se separó y lo miró con ojos tristes.

-Vive en la planta baja del edificio - le dijo terminando de desayunar - Así que no llegaré muy tarde.

-Entonces prepararé una deliciosa cena.

Yongwoon besó la frente del chico y salió del apartamento.

-Nos vemos - dijo antes de cerrar la puerta.

-Adiós - susurró sintiendo nostalgia, odiaba la soledad y la obscuridad y sobre todo odiaba que Yongwoon estuviera cerca de alguien de quien podría enamorarse.

Le aterraba la idea de que el mayor encontrara a alguien más, inteligente, hermoso y sobre todo sano, si Yongwoon se iba de su lado tendría que luchar solo contra la obscuridad en la que estaba condenado a vivir.

-Una cena deliciosa - susurró con una sonrisa en los labios.

Se levantó y encendió la computadora, buscaría alguna nueva receta que cocinar.

Miró su fondo de pantalla y sonrió, era un collage de  Yongwoon.

-Estaremos siempre juntos amor, no importa que - y besó la pantalla extrañado ya a su novio. 

Notas finales:

Gracias por leer!

Si les gusto no olviden dejar review Actualizaré la próxima semana o antes si tengo muchos reviews

Nos estamos leyendo

Byebye

PD: Se supone que el próximo capítulo será uro YeWook pero pueden votar por ellos o el EunHae


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