Alegrías esperadas
El mareo aun no se le iba.
Suspiro al mirar algo ansioso la puerta de la enfermería de la mansión.
-Toma.
Takeshi desvió los ojos de la puerta encontrándose con su Jefe y amigo quien le extendía una botella de alcohol y unas bolas de algodón.
-Gracias, Tsuna.
El olor del alcohol le calmo el mareo pero no la ansiedad.
¿Por qué demoraban tanto? ¿Habría pasado algo?¿Hayato estaría bien?¿Y su hijo?
Takeshi salió de sus pensamientos al sentir una mano en su hombro pero aun así no aparto la mirada de la puerta.
-Saldrá pronto no te pre..-
-¡Pero yo quería estar ahí!
Tsuna soltó una pequeña risa recordando los anteriores acontecimientos.
-Casi te desmayas cuando Shamal saco el bisturí.
Era cierto, para vergüenza del guardián de la Lluvia y si no hubiese sido por ¨el padrino¨ de su hijo lo mas seguro es que se hubiese dado de lleno en la cara.
-Alguien tenia que grabar.
Takeshi suspiro empezando mover sus pies de manera nerviosa, quería entrar pero lo mas seguro era que Shamal lo botase, la cesaría ya había empezado y no quería contaminar el área.
-Shamal ya encargo a una enfermera hacerlo.
Takeshi asintió, ya tendría tiempo de desmayarse en otra ocasión.
-¿El pequeño Yato tendrá los ojos cafés o verdes?
Decir el nombre de su hijo era una sensación indescriptible, luego de prácticamente haber peleado con su padre y su esposo había ganado el derecho a nombrar a su hijo.
Bendito Yan- Ken- Po.
-Creo que ganara la genética de Hayato en ese aspecto.
Takeshi cruzo los dedos, rogo a Dios, Buda, Ala y a cuanto dios se le viniese a la cabeza; quería tener un mini Hayato en sus brazos.
Suspiro soñador a lo que su castaño amigo y Jefe simplemente rio.
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3 horas.
TRES. MALDITAS. HORAS!
No solo estaba esperando por noticias de su esposo y su hijo sino que tenia que aguantar los EXTREMOS que soltaba el guardián del Sol, los Kufufufu del guardián de la Niebla quien trataba de meterle mano a un sonrojado Tsuna en lo que Reborn trataba de hacer lo mismo con el guardián del Rayo, los ¨Te morderé hasta la muerte¨ del guardián de la Nube quien se encontraba lo mas alejado posible apoyado en una columna a la espera de que llegase el Cavallone, para su bendita suerte la única normal en todo era Chrome quien trataba desesperadamente que Mukuro no hiciese nada demasiado impropio, trataba.
Maldijo la hora en que todos llegaron de sus misiones.
-Takeshi, puedes pasar.
En su vida había estado tan feliz de ver el rostro de Shamal.
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Era una copia de Hayato.
Takeshi sonrió como idiota al ver a su hijo, se desmayaría si no hubiese sido por Tsuna quien le había colocado algo de alcohol en la cara para luego dejarle a solas con su pequeña familia; el pelinegro observo a su esposo algo cansado sostener a un pequeño, rosado y tranquilo peli plata envuelto en una manta azul cielo.
-Si te desmayas al cargarlo, te tendré en abstinencia medio año.
Takeshi trago grueso para luego empezar su reír nervioso, eso si que era un castigo.
-Jajaja vamos Hayato, el pequeño Yato quiere tener hermanos o hermanas.
El mencionado enrojeció para luego desviar la mirada.
-Idiota friki del baseball.
Takeshi camino hasta llegar a su esposo y darle un suave beso en los labios para luego coger el pequeño bebe en sus brazos.
Era tan lindo.
Era como tener una visión chibi de su esposo.
Y…estaba llorando a todo pulmón lo cual no solo lo alarmo a la vez que trataba de calmarle meciéndole sino que el peliplata parecía listo para arrancarle la cabeza.
¿Qué hizo mal?
-Dámelo.
Ante la orden el pelinegro entrego al bebe mas que preocupado por el repentino llanto pero cuando este fue cargado por el peliplata dejo de llorar ipso facto.
Si Takeshi de algo esta mas seguro era que su hijo podría ser la copia física del peliplata pero se parecía él y no quería compartir a su ¨mama¨