4.Detrás de la puerta
Takeshi estiro sus brazos mientras caminaba por el amplio pasillo de la mansión de la mansión de la Decima Generación, había terminado su misión un par de días antes y por lo que le dijeron las sirvientas Hayato acababa de llegar de la suya.
El pelinegro sonrió aun mas felizmente de lo normal.
Tenían prácticamente la mansión para ellos solos, con los sirvientes pero ellos no les interrumpirían.
No podía ser mas perfecto.
Ya estaba en la puerta de la habitación que compartía con Hayato dudando si entrar silenciosamente y atacarle por si dormía o estampar la pared y hacerle enojar un poco haciendo las cosas mas encendidas, aun dudando sobre como entrar unos gemidos le hicieron quedarse estático con la mano en el pomo.
-!¿Joder..no puedes.. hacerlo con.. mas delicadeza?!
Takeshi reconocería esa voz con tintes fastidiados en cualquier lugar, y lo que también reconocía era ese gemido que solto el peliplata.
-¿Quieres que vaya mas despacio?
La otra voz ronca se demoro unos segundos en reconocerla pero juraba que era ese doctor pervertido, su sangre hirvió.
-No, hazlo mas rápido será menos doloroso.
¡¿Mas rápido?!
¡¿Menos doloroso?!
-Si dejases de moverte será mas fácil meterlo.
¡¿Que?!
La voz de Shamal sonó un par de octavas mas ronca.
-Como.. si me.. pudiese quedar.. quieto, apresúrate.
Se escucho un gemido mas que despertó a Takeshi de su shock, solo habían algunas palabras que entraban en su atormentada mente.
Shamal. Castrar. Matar. Hayato. Explicación.
Ya no tenia dudas de cómo entrar, estampo la puerta.
Vio la escena que tenia frente a él y se sintió estúpido, aun mas ya que tenia su espada en la mano y los hombres en la habitación le miraban sorprendidos.
-¡¿Takeshi?!
El mencionado quería hacerse lo mas pequeño que pudiese; delante de él estaban Shamal y Hayato como había escuchado pero no en la escena que había pensado, Shamal tenia la nariz algo roja por lo que debía ser un resfrió lo que explicaba la voz ronca, y Hayato se encontraba sin camisa sentado en la cama que compartían recibiendo algunos puntos en el hombro por parte del pervertido doctor.
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5.Noticias inesperadas
-Hayato?...
El peliplata simplemente desvió la mirada algo sonrojado, y aunque Takeshi adoraba cuando su novio se sonrojaba esto era preocupante.
-…te encuentras bien?...
Takeshi se acerco dos pasos al guardián de la tormenta, quien rápidamente retrocedió los dos pasos que el guardián de la lluvia había avanzado.
-…Hayato, que sucede?
En nombrado enrojecio aun mas mordiéndose los labios.
Su Juudaime le había dicho que sea directo y conciso.
Shamal simplemente le había dado una botella de alcohol y algunos algodones, para su confusión.
Respiro profundamente pero sin mirar al pelinegro, aunque en su voz había escuchado la preocupación y luego lo herido que se sintió el guardián de la Lluvia no le podía dar la cara.
Inhala. Exhala. Inhala. Exhala
No, no podía.
-Hayato, si es porque ayer te dije gordo, lo siento.
ESO. ERA. LO. UNICO. QUE. NO. LE. PERDONARIA. NUNCA.
El peliplata ya no estaba rojo por lo avergonzado que se pudo sentir sino que había enrojecido de ira.
El guardián de la Tormenta se acerco rápidamente al pelinegro tomándole de las solapas del traje sacudiendo al otro guardian.
-ESTUPIDO FRIKI DEL BASEBALL POR QUIEN CREES QUE ESTOY GORDO, TU ESTUPIDAMENTE NO USATE EL MALDITO CONDON..-
El pelinegro siguió escuchando como el peliplata parecía no parar de culparle por su reciente subida de peso, sus cambios constantes de humor(a los cuales no veía mucha diferencia de los usuales), sus pies hinchados…un momento, acaso Hayato quería decirle que…
Hayato se detuvo de gritarle al futuro padre cuando este se desmayo.
-Ya entiendo lo del alcohol.