MAYOR QUE YO...
Luego de terminar de cenar, ayudo a su madre a limpiar la mesa levantando los platos y cubiertos sucios, para así retirarse a su habitación, debía terminar algunas tareas pendientes y proyectos de ciencias, estaba en los últimos días de preparatoria y debía estar lo más concentrado posible. Puso todos los libros que necesitaba sobre el escritorio para así comenzar a estudiar, en lo cual estuvo centrado cerca de dos horas, ya faltaba poco para que fueran las once de la noche, pero aun debía terminar algunas cosas, así que en sus planes no estaba dormir pronto, entonces algo lo interrumpió: su móvil comenzó a sonar, al mirar la pantalla del aparato un nombre se leía, el cual le hizo sonreír, así que se apresuro a contestar.
-Steve…-Se escucho una voz en tono seductor al otro lado de la línea, lo cual hizo que el rubio se mordiera un poco su labio inferior para impedir que un gritito de emoción se escapara de su garganta.
-Hola, Tony –Saludo con un tono de voz algo tímido, Steve era un chico de gran porte, guapo, inteligente, bueno en los deportes, admirado por sus compañeros de preparatoria y deseado por muchas chicas, pero él solo tenía a una persona en su mente: el empresario Tony Stark, a quien había conocido en una expansión de ciencia, donde el hombre había sido parte del jurado.
-¿Me has extraño, cariño? –Interrogo casual, intentando no delatarse, porque el mismo deseaba mucho poder compartir tiempo de calidad con el menor y por tiempo de calidad se refiere a una noche de sexo salvaje.
-Sí… quiero verte –Allí estaba lo que Tony buscaba, verse luego de una semana sin más que llamaditas llenas de deseo -¿Estas ocupado?
-Dime a qué hora paso por ti y yo estoy ahí, baby –Ofreció encantado el hombre, haciendo que el corazón del adolescente se acelerara.
-En diez minutos, en la calle de siempre –Y sin más corto la llamada, para así comenzar a ordenar un poco el desastre que tenia sobre el escritorio. Se asomo por la puerta de su habitación y verifico que sus padres ya estuviesen dormidos, sonriendo al ver que ya no había luces encendidas. Tomo un suéter, junto a su móvil y apago la luz de su habitación, para así ir hasta su ventana, desde donde salto a una de las ramas de uno de los arboles que habían en el patio de su casa, las luces que venían desde la calle le ayudaron a guiarse hasta estar en tierra. El que su habitación estuviese en el segundo piso no le impedía escaparse. Se encamino de forma algo nerviosa hasta el lugar de encuentro que había propuesto, aun le alteraba hacer ese tipo de cosas, pero lo soportaba por ver a Stark.
~ * ~
Habían pasado un par de minutos desde que había detenido su audi en la calle donde siempre recogía al menor, cuando este entro a su auto. Llevaba consigo una amplia sonrisa y un rubor disimulado en sus mejillas, ese que tanto enloquecía al mayor.
-Hola, Tony –Le saludo de forma efusiva el joven, su corazón saltaba de alegría al poder ver por fin a su amante.
-Hola, baby –Hablo casi en un susurro cuando se inclino hacia el cuerpo del menor, quien estuvo reacio a la cercanía que tuvieron sus rostros, donde sus miradas se encontraron y Steve pudo ver la pasión reflejada en las orbes ajenas.
Sus labios se rosaron con suavidad, tanto así fue el placer que sintió el rubio que cerró sus ojos ante el contacto, no podía creer que había estado tantos días son Anthony Stark. Compartieron un efusivo beso, donde se expresaron mutuamente lo mucho que se necesitaban.
Las inquietas manos de Tony desearon por un momento poder recorrer cada centímetro de esa tersa y joven piel que su amante poseía, la cual tenía un aroma tan dulce, olía a peligro y dulzura, según el empresario. Sintió como el menor apoyaba sus manos en su pecho, las cuales no tardaron mucho en ser tomadas por las del moreno, las cuales eran bastante más grandes y tibias, una de las cosas que Steve le encantaban del mayor, era su calidez. Se deseaban tanto.
Sin saber como había llegado a eso –claro que lo sabían– sus lenguas estaban ya batallando dentro de la boca del menor, quien aun no tenía toda aquella vasta experiencia que poseía Tony en cuanto a besos, por eso el moreno era siempre quien demandaba en esos casos, es que simplemente permanecer cerca de ese chico le hacía perder toda la gordura que fingía tener. Aquel beso fue terminado cuando Steve se separo algunos centímetros en busca de recuperar el aliento que Tony le robaba y ante los adorables suspiros del rubio, el mayor se mordió el labio inferior.
-¿Vamos a mi casa? –Interrogo el mayor usando un tono de voz bajo, a lo que su amante solo asintió, por lo cual se separo del cuerpo ajeno, no sin antes haber depositado un fugaz beso en sus labios.
No tardaron demasiado en estar ya en la casa de Tony, donde fueron recibidos por Jarvis, un hombre de edad, amable y sonriente.
-Bienvenido, señorito Rogers –Le saludo el hombre en cuanto diviso al chico entrando a la mansión.
-Jarvis, dime Steve –Le dijo el rubio sonriendo ampliamente, había ido tantas veces allí que tenía mucha confianza, hasta podía decir que estaba mas cómodo allí que en su propia casa y es que allí tenia la total atención de Tony sobre él y eso… le encantaba.
-Jarvis, estaremos arriba, si alguien llama diles que mañana les atenderé –Hablo Stark esta vez, en cuanto se dirigía a las escaleras, siendo seguido por un alegre Steve que tomo su mano y le dedico una sonrisa a lo que él dedico gustoso.
-Muy bien, señor… ¿desean que les lleve algo de comer o beber? –Interrogo siguiendo con la mirada a los menores, quienes parecían perdidos el uno en el otro.
-Yo quiero pastel –Le pidió Steve, quien aun tenia gustos bastante infantiles –Por favor~.
-No hay problema… Steve –Ante aquello recibió una sonrisa de parte del adolescente y así se encamino hacia la cocina. Realmente estaba feliz de que su jefe haya encontrado a alguien que le haga tan feliz.
Una vez que ambos amantes estuvieron en la habitación, Stark se sentó en el amplio sofá que había allí algo cansado, pero intentaba no mostrarte ninguna señal de eso a su pequeño invitado, no quería incomodar. Por su parte Steve se lanzo, literalmente, a la cama del moreno, le encantaba ese lugar, ya que todo tenía el aroma tan varonil de su enamorado, podría estar todo el día abrazado a esa almohada, tal como lo hacía en ese momento.
-¿Sabes, Tony? –Interrogo el rubio, para así llamar la atención del moreno, cosa que logro ya que el mayor se levanto del sofá y se encamino hacia la cama, para así tomar asiento allí.
-¿Qué ocurre? –Su voz se escuchaba dulce, en cuanto una de sus manos acariciaba el cabello del menor, el cual estaba siempre cortado de forma correcta, cosa que le gustaba.
-Decidí que al cumplir 18 me vendré a vivir contigo –Le hizo saber muy decidido el chico a Tony, quien alzo una ceja con una sonrisa dibujada en sus labios.
-¿Ah, sí? Entonces entre que comprar una cama mas gran –Bromeo, lo cual hizo reír al menor, quien también negó con un movimiento de cabeza.
-No, porque si es más gran me costara mas para abrazarme a ti –Dijo haciendo un mohín, un día de estos el mocoso mataría a Stark de ternura.
El moreno estuvo a punto de responder, pero escucharon como alguien tocaba a la puerta y momentos después Jarvis hacia ingreso al lugar con una charola, la cual traía el trozo de pastel que había pedido el rubio, pero también traía consigo un vaso de jugo de naranja, una porción de helado para cada uno y una taza de café, por lo cual ambos amantes sonrieron.
-Gracias, Jarvis –Le dijo Steve, en cuanto la charola era dejada en la mesa de centro junto al sofá.
-No hay de que –Respondió amable.
-Ya puedes ir a descansar, Jarvis… muchas gracias –Le agradeció el moreno, para luego ver salir a su mayordomo.
Cuando ambos amantes estuvieron solos, Steve se levanto y tomo la mano de Tony para guiarlo a donde había estado momentos atrás: el sofá. Ambos degustaron lo que Jarvis había llevado para ellos, pero el mayor no comió su helado, ya que no tenía ganas de él en esos momentos.
-Ah, que rico estaba –Celebro Steve en cuanto sonreía, siendo observado por Tony.
-Y no me dejaste un poco –Se quejo Tony, en tono de broma, claro. Le miro con los ojos entre cerrados y se acerco al rostro del menor, hasta que respiraron el mismo aire, lo cual sorprendió un poco al adolescente, pero lo único que hizo fue sonreír de forma coqueta. Tony paseo su lengua por la comisura de los labios de su amante, a lo que este cerro sus ojos ante aquel contacto tan repentino –Moka… mhn~ -Dijo el sabor del trozo de pastel que había comido Steve de forma lenta, para luego morder su labio inferior.
-¿Quieres sentir más de ese sabor? –Interrogo sin sentirse cohibido el rubio y luego dio inicio a un feroz beso, rodeando el cuello de su amante para tener mas cercanía, pero poco a poco la intensidad de ese beso fue siendo bajada por Tony, quien deseaba una unión más intima y lenta, la cual le permitiera realmente sentir el sabor que había ofrecido su pequeño amante.
El moreno llevo sus manos hasta las caderas de Steve, en cuanto este último se posicionaba sobre la pelvis del mayor, quien aun estaba sentado en aquel sofá. Al principio Steve era un poco tímido, a pesar de que llevaba casi seis meses compartiendo esos encuentros, pero luego que tomaba confianza era bastante atrevido, lo cual a Stark no le molestaba. Nuevamente sus labios se unieron en un beso, ese de forma las lenta, pero sin quitar esa intensidad que no podían abandonar. Le joven comenzó a mover sus caderas lentamente, ya que había sentido como su amante comenzaba a despertar bajo su trasero. Ante aquellos insinuantes movimientos las manos del moreno terminaron posándose en las firmes nalgas del rubio y las apretó con algo de rudeza, haciendo suspirar al afectado en medio del beso que compartían. Como le enloquecían aquellas benditas nalgas que el menor poseía.
La temperatura poco a poco fue aumentando en la anatomía de ambos y no era algo que pudiesen evitar al estar cerca el uno del otro y es que olvidando los casi 16 años de diferencia entre sus edades, se deseaban.
Tony termino por ponerse de pie llevando en sus brazos el cuerpo de su amante, quien dejo salir unas risitas ante aquello, para luego terminar por ser depositado en la cama que había estar antes. El moreno se posiciono sobre el cuerpo del menor, quien abrió un poco sus piernas para la comodidad ajena. Apoyándose en una de sus manos, Stark acaricio la mejilla de Steve, para luego depositar un fugaz beso en los labios ajenos, casi hipnotizado por la belleza y sonrisa del rubio, quien no perdía oportunidad para dedicarle una de sus mejores sonrisas.
Los labios de Tony bajaron hasta el pálido y terso cuello de Steve, quien cerró sus ojos ante el contacto y ladeo un poco su cabeza, donde su total consentimiento a las acciones ajenas, ¿y cómo no? Si ante solo ese leve contacto creía morir de placer. Era realmente sensible en ese punto, y eso Tony lo sabía perfectamente. Las inquietas manos de Stark viajaron hasta la entre pierna adversa y comenzaron a estimular aquella zona, hasta que ya lo sintió lo bastante duro como para comenzar a despojarlo de sus ropas, primero comenzó con su playera, para luego ir con la parte inferior: pantalones, zapatos y demás, teniendo así por fin totalmente desnudo a Steve ante sus ojos. Llevo sus labios hasta el pecho del chico, donde hizo de las suyas con su lengua sobre las tetillas del mismo, punto en el cual hizo gemir y removerse bajo su cuerpo a Steve, cosa que le hizo ponerse más duro aun, estaba dispuesto a seguir bajando pero hubo un cambio de papeles y ahora era el menor quien estaba sobre él.
Steve también quería participar y entregarle placer a su amante, lo cual era algo que le encantaba. Igual que como hizo con él, despojo de sus ropajes al mayor, para luego morder un par de veces el cuello del mismo y así ir bajando hasta su pelvis, donde antes ya había comenzado a estimular el pene con ayuda de sus manos. Llevo su rostro cerca de aquel miembro ya totalmente erecto, a lo cual Tony se mordió su labio inferior cuando sintió la respiración del chico cerca de aquella zona tan sensible para no gemir, pero fue inútil cuando sintió la húmeda y traviesa lengua del menor sobre su glande. Como le encantaba que Steve fuera tan travieso. Por su parte el rubio estaba disfrutando de lamer el pene del mayor, el cual ahora estaba succionando luego de haber engullido gran parte de él, porque aun no podía tragarlo completo, pero se esforzaba.
Estuvo así por un rato, pero se separo por un momento, para así mirar con una sonrisa traviesa al mayor, quien le miro alzando una de sus cejas curioso. Steve se levanto del lugar donde estaba y se encamino hacia la mesa donde antes habían estado comiendo y tomo la porción de helado que Stark no había comido la cual estaba algo derretida, sin importante eso, fue de vuelta a la cama y se posiciono de la misma forma en la que estaba antes, en cuatro sobre la cama e inclinando su rostro hacia la pelvis de Tony, posición que le deja a este ultimo una hermosa vista de su deseable trasero, pero algo sobre salto al mayor, quien estaba concentrado observando el trasero del menor, sintió algo frio sobre su pene, entonces miro a Steve y este había aplicado un poco de helado sobre este.
-Travieso –Hablo en un suspiro Tony, pero aun así de forma melosa, lo cual solo animo al adolescente a seguir con su cometido.
Paseo su lengua a lo largo del falo, sin quitar su mirada de las orbes ajenas, quien solo estaba esforzándose por no eyacular en ese momento, por estar recibiendo la mejor mamada de su vida. Steve estaba concentrado en lo que hacía y termino por comer todo el helado que recorría el pene ajeno, sonriendo cuando termino.
-Tendré que castigarte por esto –Dijo Tony, para así nuevamente posicionarse sobre el cuerpo del menor, quien en vez de estar molesto se veía bastante conforme con sus acciones.
-No seas tan rudo, por favor~ -Le hablo con voz melosa, casi provocando a su amante y eso era lo que buscaba.
Tony lo giro, siendo que quedase en una posición parecida a la cual estaba antes, con el trasero alzado, pero esta vez sí que podía apreciar por completo esas deseables nalgas, a las cuales les propino un golpe, el cual hizo un sonido casi sinfónico para Stark, escuchando algo mejor después.
-Ahhg~ -Ese fue un gemido hermoso de parte del menor, quien momentos después comenzó a mover su cuerpo de forma insinuante. Como le encantaba que ese mocoso fuese tan atrevido.
Y dio varias nalgadas más, hasta lograr enrojecer dicha zona, por lo cual ambos terminaron con las respiraciones más agitadas aun. Anthony observo que aun quedaba algo de helado en aquel recipiente que Steve había traído, por lo cual tomo un poco con un par de dedos y lo llevo hasta la entrada anal de Steve, donde también introdujo dos dedos de forma poco gentil, escuchando mas gemidos de parte del rubio. Steve aun sufría de dolores cuando tenían esos encuentros, pero era valiente y lo soportaba con tal de experimentar nuevamente ese enorme placer. Sin esperar mucho Tony agrego otro dedo, sin detener los que ya habían ingresado y se encontraba preparando la entrada del estudiante.
Que vista, bendecía el moreno. Saco los dedos cuando ya no pudo mas, era demasiado el deseo de ya poseer ese cuerpo tan deseable. Al sentir nuevamente ese vacío en su parte trasera, Steve supo que debía prepararse para lo que se avecinaba y había estado en lo cierto, ya que Stark introdujo su pene sin delicadeza alguna, lo que le arrebato un sonoro gemido de su garganta, pero no era algo que molestara al menor, le excitaba más que fuese rudo.
Apoyándose en las cadenas estrechas del chico, Tony comenzó a moverse de forma lenta, pero tan profunda que hacía temblar a Steve, quien aun sentía algo de dolor, por lo cual hasta algunas traviesas lagrimas se escaparon de sus ojos, pero como era un chico masoquista no le afectaba demasiado. Momentos después el movimiento de las caderas de Stark cambio a uno más rápido, pero sin dejar lo profundo de lado.
Por ese deseo de ver la expresión de su pequeño amante, Tony se detuvo por unos momentos y luego de abandonar el interior ajeno, giro al mismo y se posiciono entre sus piernas, y las posiciono sobre sus hombros para así penetrarle nuevamente sin problemas, robándose otra sinfonía de gemidos de Steve, quien a esas alturas y con una temperatura considerable en su anatomía era muy flexible. Las embestidas siguieron, esta vez más rudas, lo que hizo aferrarse a las sabanas a Steve y cerrar sus ojos con fuerza, sus labios se mantenían separador, dejando salir con libertad sus gemidos. Esa era otra cosa que a Tony le encantaba del chico, le dejaba que lo escuchara, gemir no era algo que le avergonzara como a la gran mayoría de las personas con quienes se había acostado antes de haber conocido a quien ahora se robaba toda su atención. Sus labios finalmente asaltaron a los ajenos en un apasionado beso, en el cual se entregaron por completo.
Una de las manos de Stark viajo hasta la hombría de Steve y comenzó a masturbarlo de forma efusiva lo que hizo que los sentidos del adolescente se nublaran, terminado momentos después en la mano del mayor, momentos después de haber roto al beso. Aprisionando de forma brusca el pene que aun se encontraba movimiento impaciente en su interior. Gracias a eso último Tony termino por marcar nuevamente el cuerpo del rubio como suyo.
Sus respiraciones eran agitadas y aun se mantenían en la misma posición, intentado recuperarse de ese apasionado encuentro. Lentamente el moreno abandono el interior de Steve y dejo nuevamente las caderas de ese sobre la cama, ante esto el rubio dejo salir un gran suspiro.
El moreno cayo exhausto sobre las sabanas que estaban algo revuelta por sus acciones y al instante fue abrazado por Steve, quien no perdió tiempo para estar cerca de él, apoyando su cabeza sobre el pecho de su amante, quien lo recibió encantado y lo rodeo con sus brazos.
Luego de eso, ambos durmieron hasta cerca de las seis de la mañana, hora en la cual Stark despertó y decidió que era hora de ir a dejar a Steve. Despertó al chico, quien se negó a levantarse.
-Oh, vamos… mi amor –Le suplico el mayor en cuanto se inclinaba sobre el cuerpo del rubio ya abrochando su camisa –Steve Rogers, si no te levantas lo haremos a mi modo.
Sin haber obtenido respuesta Tony se permitió descubrir el cuerpo desnudo del menor y llevar sus manos directo a su trasero el cual parecía algo maltratado por su rudo trato de hace algunas horas y se inclino para así lamer el ano del menor, el cual tenía un sabor dulce por el helado que amplio en aquella zona. El cuerpo del menor dio un respingo y al instante cambio de posición y se sentó en la cama, mirando con el ceño fruncido al mayor, quien solo sonreía coqueto.
-Bobo –Se quejo simplemente y de forma perezosa comenzó a buscar su ropa por la habitación.
Ya iban de camino a la casa del menor, pero este no estaba muy contento, siempre se desanimaba un poco, no deseaba separarse de su enamorado.
-¿Nos veremos pronto, verdad? –Interrogo a Tony cuando ya se despedían, a lo que el aludido asiento con una amplia sonrisa.
-Esta misma noche –Le sugirió coqueto.
-No, porque me duele mucho mi colita –Se quejo abultando sus labios el menor, lo que hizo que el mayor se mordiera su labio inferior.
-Entonces me encargaría de hacerle mucho cariñito –Dijo acercándose al rostro del menor y acariciando con su nariz la ajena, en un inocente acto, lo que hizo sonreír a Steve.
-Bien –Acepto, terminando por depositar un fugaz beso en los labios de su amante –Te… te quiero mucho, Tony –Se sincero y sin esperar respuesta abandono el lujoso auto para caminar rápidamente hacia su casa, donde trepo por el árbol e ingreso a su habitación, tuvo el lujo de recortarse sobre su cama y escucho sonar su despertador. Eran las 7 am y ya era hora de levantarse para ir a clases, tenía que vivir una vida normal… sin Tony Stark, que difícil.