CORPORACIÓN CÁPSULA
–¡VEGETA!– grito muy enojado aquel que siempre ha sido alegre y simpático con todas las personas.
El grito resonó muchas veces en su cabeza y se despertó un poco confundido.
–¡Baja la voz!– grito posando sus manos en su cabeza –¡¿Por qué haces tanto escándalo?!– inclino su cuerpo hacia adelante mientras continuaba con sus manos en la cabeza.
–¡¿Qué no te das cuenta de lo que sucedió anoche?!– volvió a gritar señalando sus cuerpos con la mirada.
Un par de recuerdos llegaron a su memoria que eran muy extraños pero a la vez satisfactorios. Sonrió con malicia y se aventó hacia atrás provocando que la cama se moviera por el repentino peso.
–Pero te gusto lo que sentiste– sonrío con orgullo –Recuerda como gemías– añadio aumentando su sonrisa.
–¡Cierra la boca! ¡Lo que hicimos estuvo mal!– gritaba con demasiado desespero –¡¿Qué pensarán nuestras familias?!– grito ahora con temor de sus esposas e hijos.
–¡Me da igual lo que piensen!– dijo con tal indiferencia en su voz –Además, no tienen por que enterarse– –¿Guardarlo en secreto? ¿No las estaríamos engañando?–
–¡Maldición!– pensó –Tecnicamente sí, pero, ¿qué más da?– volvió a responder con esa indiferencia en su voz que comenzaba a desesperar al menor. Paso sus manos hacia atrás y recargo su cabeza en ellas.
–Vegeta, eso estaría mal– respondio con duda.
–¡Por supuesto que no!– grito ya cansado de la insistencia del menor.
–¡Si! ¡Estariamos engañando a Bulma y a Milk!– devolvió él grito. Era inocente y tonto pero sabia perfectamente que no debía dejarse gritar por alguien.
–¡Esas terrícolas no nos hacen caso! ¡Reacciona! ¡Necesitamos algo nuevo!– grito levantándose volviendo a sentarse para quedar frente al menor, dejando parte de su gran orgullo de lado para darle a entender que sean amantes y de esa forma puedan darle un giro a sus cotidianas vidas.
Abrió los ojos ante tal grito, la idea le daba vueltas por la cabeza, en parte tenia razón, su vida comenzaba a ser una molesta rutina y un poco de "emoción" no le caería nada mal, pero no lo haría si fuera a base de engaños, él no sería capaz de hacer algo así.
–¡Sabes que tengo razón!– grito un poco más bajo que la vez anterior –Ambos disfrutamos lo de anoche, no nos caería nada mal repetirlo un par de veces, además...–
–No– interrumpió el menor ganándose la mirada sorprendida del mayor –Lo siento Vegeta, admito que disfrute demasiado lo de anoche, pero, yo no puedo hacer algo así, no le puedo hacer eso a Milk y Bulma, no se lo merecen después de todo– habló con sinceridad.
Sintió la mayor vergüenza de su vida, había dejado su orgullo de lado para decirle que fueran amantes y éste lo rechaza, sin duda era la mayor humillación de su vida y nuevamente hecha por aquel que siempre lo había humillado desde que llegó a la Tierra. Tratando de disimular un poco soltó una carcajada de burla ganándose la mirada de confusión del menor.
Por otro lado, Goku estaba sorprendido por la acción del mayor, esperaba un insulto o un golpe, pero no una carcajada. Estaba a punto de preguntar lo que sucedía pero antes el mayor hablo.
–Veo que eres demasiado noble y débil como para pensar primero en los demás antes que en ti mismo. Tu idiotez es igual de grande que tu amabilidad y eso me repugna– mientras decía todo eso se levanto de la cama dejando ver su cuerpo desnudo sonrojando al menor y parándose frente a la cama pero dándole la espalda a Goku –Sin embargo, no puedes ocultar tu sonrojo al verme desnudo después de todo lo que sucedió anoche– dijo con orgullo mientras se ponía sus pantalones.
Giro su cuerpo y se acerco al de cabello rebelde, se acercaba a paso lento poniendo nervioso al menor, éste esperaba cualquier cosa del de cabello en forma de flama quién únicamente se limito a sentarse frente a él dispuesto a hablar con seriedad.
–Kakaroto– comenzó –Todo fue un error– se dio cuenta de que había caído en su propia venganza, le había gustado lo que hizo con su "rival" y eso no estaba en sus planes, únicamente le iba a quitar su virginidad y continuar con normalidad hasta terminar el mes –Caí en mi propio juego– susurro –¡Y eso me molesta! ¡Me hace sentir una sabandija débil!– grito frustrado y lleno de ira, apretó lo puños y elevo su ki de manera considerable.
–¿A qué te refieres? ¿De qué juego hablas Vegeta?– pregunto con su varonil y a la vez dulce voz la cual hizo tranquilizar a Vegeta bajando su ki manteniéndolo estable.
–Kakaroto, te puedes ir, todo esto fue una verdadera estupidez– dijo volteando su rostro para no ver la estúpida cara del idiota de cabello alborotado.
–Pero Vegeta...– el menor no quería engañar a su esposa ni a su mejor amiga pero tampoco quería perder la "amistad" de Vegeta.
–Lo que oíste Kakaroto, hasta aquí llego esto, te puedes ir, no es necesario que termines el mes– dijo y salio de la habitación dirigiéndose a la cocina para buscar algo de desayunar.
–Vegeta– susurro. Sintió algo muy extraño en su pecho al pensar que ya no pasaría tanto tiempo con el mayor. Se levanto y se puso su gi.
Bajo a la cocina para buscar a Vegeta y poder convencerlo de entrenar por lo menos unas horas.
–¿Vegeta?– pregunto entrando a la cocina.
–¿Qué quieres insecto?– pregunto sentado en la mesa con una manzana en su mano derecha –Te dije que te fueras– dijo con molestia.
–Solo venia a decirte que ya me voy– retracto su idea de pedirle entrenar y llevo dos dedos a sus frente –Adiós– se despidió. Busco el ki de su esposa y se teletranporto a su hogar.
–¡Que insecto tan estúpido! ¡Se atrevió a rechazarme! ¡A mi! ¡Al príncipe de los Saiyajins!– pensó –¡Hmp– sonrío –¡Lo bueno fue que pude dejarle marcas en su cuello! ¡Como me gustaría ver la reacción de su arpía esposa cuando lo vea! ¡O seria mejor aún oír la patética excusa que le dará!– dijo con cierta felicidad.
Dio otra mordida a su manzana y se dirigió al bote de basura tirándola ahí. Salio de la cocina con rumbo a la Cámara de Gravedad a entrenar un poco.
MONTAÑA PAOZ
–Hola Goten– saludo Goku a su hijo menor que se encontraba en el comedor desayunando solo.
–Hola papá– saludo Goten. Se quedo mirado a su padre y vio algo diferente en él –¿Que te paso en tu cuello?– pregunto mirando las marcas que tenia su papá.
–¿Por que Goten? ¿Qué tengo?– pregunto un poco incrédulo.
–Tienes unas marcas extrañas– dijo mirando a su padre y señalándose en su propio cuello en mas o menos donde su padre tenía las marcas.
Ya creyendo de que se trataba salio corriendo al baño de su casa, cerro la puerta con seguro y miro su cuello en el espejo que se encontraba frente al lavamanos.
–No puede ser– susurro para si mismo –¿Ahora que voy a hacer? ¿Qué le voy a decir a Milk?– se preguntó a si mismo en susurro comenzando a desesperarse de su situación.
Milk estaba saliendo de la habitación que compartía con su esposo con rumbo al comedor a comer con su hijo menor, pero al pasar por el baño escucho unos murmuros extraños.
–¿Goku? ¿Eres tú?– pregunto Milk mientras tocaba la puerta.
–Emm... Si... Hola Milk– dijo nervioso.
–¿Donde estabas? ¿Por que no llegaste a dormir?– pregunto en un tono neutro.
–Es que... estaba entrenando con Vegeta y se me hizo tarde, entonces me ofreció una habitación en la Corporación Cápsula–
–Menos mal, estaba muy preocupada–
–No tenías por que estarlo, recueda que soy alguien muy fuerte–
–Si, pero yo lo decía por Vegeta, él no me da mucha confianza–
–Si tienes razón... ¿Qué te parece si te alcanzo en el comedor con Goten?–
–Esta bien_ escucho lo pasos de la pelinegra alejándose hasta que dejo de oírlos.
–¡Maldito Vegeta!– pensó –¿Qué le podría decir a Milk?–
Un gruñido de su estomago lo saco de sus pensamientos, tenia hambre y mucha.
–¡Maldición!... ¡Bueno luego sabré que inventar! ¡No creo que sea tan difícil! ¡Por el momento iré a comer!– pensó.
Salio del baño y se dirigio al comedor. Nuevamente estaba su hijo comiendo solo y Milk ahora estaba en la cocina. Se acerco al comedor y se sentó a un lado de su hijo. Tomo un plato y sin tiempo que perder comenzó a comer como acostumbra. Minutos después Milk llego al comedor con 2 platos más de comida y los puso sobre la mesa.
–¡Vaya! ¡Todo estuvo delicioso!– puso el plato sobre la mesa y poso sus manos en su ahora lleno estómago.
La pelinegra dirijio su mirada a su esposo para darle una cariñosa sonrisa –Me alegra que te...– Goku dirijio su atención a su esposa, ésta al ver aquellas marcas en el cuello de su marido, su rostro palidecio y cambio a uno que reflejaba tristeza, el pelinegro noto el cambio repentino de su esposa y supuso lo que había visto –Goku...–
–Milk, se lo que estás pensando y quiero que me dejes explicarte– interrumpio Goku, Milk solo se limito a asentir.
–Goten ve a tu habitación– ordeno al adolescente que miraba la escena confundido, sin embargo no se movió ni un centímetro de su lugar.
–Goten, obedece a tu mamá– ordeno ahora su padre. Se levanto de su lugar sin decir palabra alguna, dirigiéndose a su habitación.
Cuando el pequeño pelinegro salio del comedor la pelinegra suspiro pesadamente –Goku, quiero que me hables con toda honestidad– ordeno.
–Por supuesto Milk– respondió a la orden. La pelinegra acerco su mano a la de su esposo y la apreto levemente, Goku ante tal acto se sintio un poco incómodo pero no lo demostró.
–Goku, ¿qué relación tienes con Vegeta?– Goku ante tal pregunta se sintió un poco extrañado pero no objeto nada.
–La de siempre, rivales... pero ya no es como era antes– respondió Goku desconcertando a su esposa.
–¿A qué te refieres con eso último?– preguntó mirando a los ojos a Goku, el cual comenzo a ponerse nervioso, no solo por la mirada, sino también por la pregunta.
–Emm... pues... ya no nos peleamos tanto– respondio.
–¿Qué te paso en tu cuello?– pregunto la pelinegra lo que en verdad le interesaba, pero ya que estaba platicando con su esposo necesitaba preguntarle lo que hace tiempo no la dejaba dormir.
–Me lo hizo Vegeta– respondio tratando de que con eso su esposa lo dejara ir, pero no fue así, ella pensó lo peor.
–¿Vegeta? ¿Cómo te lo hizo?– pregunto.
–Fue durante el entrenamiento... la verdad es que no se como me lo hizo, cuando terminamos de entrenar lo vi y él me dijo que me lo había hecho– mintió, bueno, no mintió del todo, en realidad Vegeta si se lo había hecho, pero no de esa manera. Él no podría decirle la verdad de como se lo hizo, no podía, sentía que no debía y a la vez si, no debía lastimar a su esposa pero tampoco debía mentirle.
–Esta bien, te creo Goku– dijo. El de cabello alborotado suspiro sintiéndose aliviado.
–Iré a dormir un rato–
–Yo comenzaré a limpiar la casa– se levanto de su asiento y beso suavemente la mejilla de su esposo. Hizo un leve puchero, pero no objetó nada.
Subió a su habitación y se recosto en la cama sin dejar de pensar en lo que acababa de suceder y en cierto hombre de cabello en forma de flama.
–Vegeta– susurro para si mismo y cerro los ojos dejandose llevar por el sueño.
Pero sin saberlo cierta mujer habia escuchado el susurro sintiendo un dolor en su pecho y dejando caer una lágrima.