CORPORACIÓN CÁPSULA
Despertó abriendo los ojos lentamente, éstos le dolían y se encontraban rojos e hinchados por haber llorado tanto la noche anterior.
Levantó su cabeza de sus brazos los cuales estaban recargados de su escritorio y los había utilizado como almohada para dormir.
Observó alrededor y vio que aún se encontraba en su laboratorio, levantó la mirada hacía aquel aparato electrónico que aún continuaba encendido y con la grabación pausada.
Quería continuar llorando, tenía muchas ganas de hacerlo, pero ya no podía.
No sabía que hacer con lo que acababa de descubrir, no se sentía con ganas de pensar de algo tan serio y menos ella sola, además su cabeza le dolía y mucho. Lo único que se le ocurrió fue llamar a su amiga, la esposa del amante de su marido.
Se acercó al teléfono y marcó él número de la casa de su amiga. El sonido que da a entender que la llamada está siendo procesada no se hizo esperar pero no paso mucho para que aquel sonido cambiara a la voz de su amiga.
–¿Hola?–
–Milk, ¿podrías venir?– dijo con la voz deprimida.
–¿Bulma? ¿Te encuentras bien?– preguntó preocupada por el tono de voz de su amiga.
–Tengo algo muy importante que decirte– dijo ignorando la reciente pregunta de su amiga, bajó la mirada mientras sujetaba mejor el teléfono y lo pegaba más a su oído.
–Está bien, voy para allá– dijo con un tono alarmado para luego colgar el teléfono.
Colocó el teléfono en su lugar y suspiró pesadamente.
Se levantó de su lugar y se dirigió a su habitación, afortunadamente no se topó con nadie en el camino que la viera en ese estado tan deprimente.
Entró y decidió tomarse una pastilla para su terrible dolor de cabeza, seguidamente se dirigió a darse un relajante baño. Al salir se vistió con un pans y una blusa con mangas con el logo de la Corporación Cápsula.
Se dirigió de nuevo a su laboratorio agradeciendo que no se topara con nadie en el camino.
Se volvió a sentar en el mismo lugar frente a su aún encendido computador con la grabación pausada, miró con tristeza y decepción la escena en la que estaba pausada mientras más lágrimas caían de sus ojos azules.
(....)
–¡Bulma! ¡Ya llegué!– gritó mientras entraba al laboratorio de la peliazul –¿Qué es lo que...– abrió los ojos al tope al mismo tiempo que guardó un momento de silencio, Bulma estaba sentada frente a su computador con los ojos rojos e hinchados de tanto llorar y con lágrimas amenazando con salir –...sucede?– concluyó casi en susurro cerrando la puerta detrás de sí y dirigiéndose hacia su mejor amiga para sentarse frente a ella en una silla igual.
–Milk– susurró abrazando a su mejor amiga poniendo su rostro en el hueco que hace su cuello y hombro de la pelinegra.
–Bulma, ¿qué es lo que ocurre?– preguntó correspondiendo inmediatamente al abrazo.
–Vegeta y Goku– susurró mientras su llanto aumentaba recordando la grabación.
–¿Vegeta? ¿Goku?– preguntó Milk confundida –Bulma, no entiendo– separó a su amiga de ella viendo su rostro lloroso, veía caer las lágrimas por sus blancas mejillas y sus ojos con lágrimas a punto de salir –Cálmate y explícame Bulma, no logro entender nada– colocó sus manos sobre las mejillas de Bulma y con sus pulgares limpió las lágrimas.
–Vegeta y Goku son amantes– susurró con el odioso nudo en la garganta a punto de soltar más lágrimas –Y se aman– volvió a susurrar cayendo nuevamente en los brazos de su amiga e inmediatamente las lágrimas volvieron a caer de sus ojos azules.
Milk se sorprendió por el comentario y unas lágrimas se escaparon de sus ojos negros mientras abrazaba con más fuerza a su amiga.
Bulma se separó del abrazo dirigiendo su atención al computador.
–Mira– dijo mostrándole la grabación a su amiga.
Vio todo con gran dolor y decepción desde que entró Goku hasta que se quedaron dormidos. Bulma recorrió un poco de la grabación hasta que despertaron. Milk veía como ambos se vestían e oía como intercambiaban palabras y salían de la habitación.
–Se aman– susurró Milk con tristeza agachando la cabeza.
–Sí, yo creía que Vegeta me amaba y Goku era mi mejor amigo– dijo con tristeza y decepción.
Milk levantó la cabeza mirando a los ojos a Bulma, forzó una sonrisa al igual que Bulma.
–Bulma, tengo que confesarte algo– dijo seria viendo como Bulma asentía –Yo ya sospechaba de esto– dijo bajando la cabeza.
–¡¿Qué?!– gritó la peliazul provocando que Milk levantara la cabeza –¡Ya lo sospechabas y no me dijiste nada!– gritó en reclamo.
–Cálmate Bulma– la peliazul suspiró pesadamente tratando de conseguir un poco de paciencia y comprensión relajando sus facciones –No te lo podía decir porque había la posibilidad de que solo fueran simples sospechas mías, además de que conociéndote armarías todo un escándalo por algo que no sería verdad– explicó.
Bulma entendió todo a la perfección.
–Entiendo– dijo tomando una pose pensativa –Pero... ¿Cómo fue que comenzaste a sospechar?– preguntó curiosa.
–Pues, verás... En el tiempo en el que te fuiste de viaje con Trunks y Bra, Goku venía todos los días a entrenar con Vegeta– la peliazul tenía toda su atención en su amiga escuchando atentamente todo lo que decía –Uno de esos días Goku no llegó a dormir y regresó a la casa hasta la mañana siguiente, me dijo que no había llegado a dormir porque se le había hecho tarde entrenando y Vegeta le ofreció una habitación aquí, lo cual se me hizo raro por la relación que llevan– la peliazul frunció el ceño confundida –Pero llegó con marcas de mordidas y chupetones en su cuello, me dijo que Vegeta se lo había hecho durante el entrenamiento pero no se dio cuenta– bajó la cabeza y guardó un momento de silencio ganándose la mirada de la peliazul –Además le pregunté cual era su relación con Vegeta– dijo mientras alzaba la cabeza.
–¡¿Qué?!– gritó interrumpiendo a la pelinegra –¡¿Qué te dijo?!– preguntó.
–Me dijo que era la de siempre, rivales... Pero ya no es era como antes–
–¿Y a qué se refirió con eso último?– preguntó volviendo a interrumpir a su amiga.
–Me dijo... Que... Pues... Ya no se peleaban tanto–
–Entiendo– respondió comprendiendo las pistas de su amiga –Pero... ¿Qué haremos ahora?– preguntó con un tono de tristeza.
–Pues... Bulma... Ellos se aman, se enamoraron... No podemos obligarlos a seguir con nosotras– hubo un momento de silencio –Una persona no elige de quien enamorarse–
–Tienes razón, pero se me hace bastante difícil esto– dijo con tristeza.
–Por eso hay que ser fuertes– se acercó a su amiga y la abrazó.
–Pero... Es que... Vegeta... Yo lo amo– lágrimas amenazaban con salir de sus ojos.
–Bulma, él no te ama– hubo un momento de silencio mientras abrazaba mejor a su amiga –Él ama a Goku– dijo con dolor en su voz –Y Goku también lo ama– unas lágrimas salieron de sus ojos.
–Si, lo sé– las lágrimas salieron de sus ojos azules.
–Deberíamos... Dejarlos estar juntos... Que sean felices– susurró mientras se separaba del abrazo.