AQUÍ HAY GATO ENCERRADO
Capítulo V: Celos
Lev Haiba, el número 11 de Nekoma, había cruzado sus largos brazos para meditar con calma la escena que tenía frente a sus ojos. Kuroo se mantenía quieto al igual que Kenma, quienes no podían imaginarse con exactitud el tipo de conclusión a la que llegaría su compañero. El único ruido que se escuchó en medio de esa atmósfera de suspenso, fue cuando Tetsurou tragó saliva al sentirse observando por Lev.
—Ustedes...— dijo el más alto utilizando un tono muy serio.
—Lev, esto...— dijo el capitán mirando las prendas que tenía en sus manos. —No es lo que parece.— añadió escondiendo la ropa interior de su novio detrás de su espalda y dando un paso hacia adelante con la clara intención de confrontar la futura acusación del más joven.
Su relación con el armador era oculta para todos sus conocidos, y era realmente problemático que Lev fuera el primero en enterarse. No sabía si se lo tomaría mal o si sería el comienzo de que su romance a escondidas viera la luz. Tal vez las dos, lo cual era mucho peor, siendo esa su mayor preocupación. De cualquier forma, no estaba preparado, y sabía que Kenma tampoco lo estaba.
Mientras ideaba una historia para explicar la situación en la que se encontraba una gota de sudor recorrió su frente y se deslizó por su mejilla. Por otra parte, Lev, se mostraba cada vez más decidido a seguir con su diálogo.
—¡Ustedes lo hicieron! — exclamó Haiba apuntando la cama con el dedo indice. Kozume llegó a paralizare por completo. Kuroo se sorprendió al escuchar esa acusación y rápidamente reaccionó a la defensiva. Frunció el ceño y dio varios pasos hacia delante para acercarse al bloqueador.
—No saques conclusiones apresuradas.— dijo Tetsurou con la voz firme.
—Comprendo la situación a la perfección, no tienen de qué avergonzarse.— dijo Lev haciendo un ademán con las manos para dar a entender que no era necesario escuchar razones. —Se muy bien que anoche hicieron una pijamada, los amigos hacen ese tipo de cosas — añadió sonriendo. —Son vecinos y amigos de la infancia después de todo.
Tanto Kuroo como Kenma dieron fin a ese momento de tensión mediante un suspiro. Lev seguía siendo tan ingenuo como siempre.
—Bueno, no estás tan equivocado.— dijo Kuroo dirigiéndose al más alto. —Pero en realidad me quedé aquí porque estuve cuidando a Kenma. Es muy propenso a los resfriados en esta época del año, y anoche se encontraba muy mal.— se excusó en tanto Kenma lo miraba y asentía con la cabeza.
—Oh, ya veo. Kenma-san no se encuentra bien. No lo había notado.— dijo Lev acercándose al mencionado y flexionando sus rodillas para quedar a la altura del rubio, quien seguía envuelto con las sábanas asemejándose a un gusano. Sus ojos afilados miraban con atención al ruso-japonés.
—¿Qué harás?— preguntó en voz baja el capitán de Nekoma al ver que la distancia se acortaba entre su novio y el bloqueador.
—Kenma-san, mi hermana me ha enseñado a tomar la temperatura— dijo Haiba tomando con delicadeza las sienes de Kenma, y apoyando su frente con la de él. Kenma se sintió nervioso al sentir que Lev lo tocaba. Si no fueran por el par de sábanas, estaría completamente desnudo al frente de él, y aquello le resultaba extremadamente incómodo.
Kuroo hizo un gruñido al ver que ese acercamiento se volvía interminable.
—Kenma-san, parece que sigue con fiebre.— dijo cerrando sus ojos.
—Fue suficiente, déjalo descansar.— dijo Tetsurou en voz alta mientras se acercaba al par y agarraba la camiseta de Lev para moverlo del lugar.
—Está bien, está bien...— dijo Haiba un poco sorprendido por la rudeza del moreno. Cuando apoyó su mano sobre el suelo para tomar impulso y ponerse de pie, sintió esa zona humedecida. Tetsurou abrió los ojos a más no poder al notar que el frasco con lubricante era la causa de que la alfombra estuviera en ese estado. — ¿Qué es esto? ¿Acaso es la medicina de Kenma-san?—preguntó frotando el líquido entre sus dedos.
Kenma se ruborizó de inmediato y escondió su rostro entre las sábanas mientras fingía una débil tos.
Kuroo, quien estaba obligado a dar respuesta, se rascó la nuca y miró inseguro al menor.
—Claro, es la medicina, de Kenma.— respondió tomando rápidamente el frasco con el poco contenido que tenía para meterlo dentro de un cajón. —Más tarde saldré a comprar más, si no fuera por la medicina, Kenma estaría muy grave.
—Qué gran amigo.— dijo Haiba poniéndose de pie y sonriéndole enérgicamente.
Kuroo también le sonrió, un poco nervioso, mientras iba en busca de unos pañuelos desechables. El bloqueador observó esta acción, notando las extensas cicatrices superficiales que el moreno tenía en su espalda.
— ¡Capitán!— exclamó Lev horrorizado al percatarse de las heridas que tenía Tetsurou en su cuerpo. — ¡Parece como si un gato lo hubiese rasguñado con furia!
—¿Eh?— Kuroo se tocó la espalda notando las líneas que sobresalían en su piel. —No es nada grave, solo fue Kenma. Se vuelve un poco agresivo cuando le doy su medicina. — añadió con una sonrisa burlona. Lejos de tomárselo con nerviosismo, parecía muy calmado.
"Maldito Kuro" pensaba Kenma haciendo un chasquido con sus dientes.
—¡Kenma-san! No debería agredir a nuestro capitán, si hasta le dejó marcado sus dientes...— dijo mirando sorprendido la gran cantidad de marcas que tenía en la piel.
Kuroo se dio vuelta para esconder sus cicatrices de la vista del intruso y comenzó a reír despacio.
—La verdad es que no me preocupa sufrir daño con tal de que nuestro armador esté sano y salvo. Si tan solo lo hubieses visto ayer, te habrías dado cuenta de la gravedad del asunto. Su cuerpo estaba muy caliente.— dijo Tetsurou mientras le pasaba un pañuelo al bloqueador. Lev parecía preocupado mientras escuchaba al número uno de Nekoma, y a ratos miraba de manera compasiva a Kozume al saber por todo lo que tuvo que pasar la noche anterior. Por otro lado, Kenma empezaba a perder la paciencia, ya que la explicaciones que daba su novio estaban cargadas de doble sentido.
—Menos mal que Tetsurou-san estaba aquí para ayudarlo.— dijo Haiba limpiándose ambas manos y arrugando el pañuelo para botarlo en un papelero que estaba cerca.
— ¿Ya está listo el almuerzo?— preguntó el rubio con el ceño fruncido con la clara intención de pasar a otro tema.
—Oh, cierto, casi lo olvidaba. Creo que sí, debería ir a ver.— respondió Kuroo dedicándole una sonrisa ladina.
—Bueno, supongo que los dejaré almorzar tranquilos, yo ya cumplí con mi misión. El pie de manzana está sano y salvo en el refrigerador.— dijo Lev caminando hacia la puerta de la habitación. Kuroo tenía la clara intención de seguirlo para acompañarlo a la salida, sin embargo, Kenma bajó un poco las sábanas que cubrían su cabeza para llamar la atención de ambos jugadores.
—Espera, Lev, quédate a almorzar con nosotros.— dijo Kozume con un tono serio para luego mirar de forma malvada a Tetsurou.
"¿Qué pretendes?" se preguntaba Kuroo sintiendo que se le asomaba una vena en la frente.
—¡Oh!, ¿De verdad?— preguntó entusiasmado y volteando a mirar al armador.
—Claro, en agradecimiento por traer el pie de manzana.— respondió con una sonrisa gentil.
Kuroo entrecerró sus ojos y miró fijamente a su novio desde la entrada de la habitación.
— ¡Muchas gracias!— agradeció el ruso-japonés sonriendo de oreja a oreja. —El olor a comida ya empezaba a darme hambre.
Kuroo, resignado, se llevó a Lev a la cocina para que lo ayudara a preparar la mesa, no sin antes, ponerse un delantal de cocina para cubrir su cuerpo, después de todo, Kenma no tenía ropa de su talla y no se atrevía a sacarle prestada alguna prenda al padre del menor.
Por otra parte, Kozume había aprovechado ese tiempo para vestirse con el pijama que había escogido su novio. Luego bajó las escaleras con un poco de dificultad debido al ligero dolor que tenía en su cuerpo, e intentó caminar con mayor naturalidad al encontrarse en el primer piso.
Eran casi las dos de la tarde, pero poco le importaba encontrarse en pijama a a esas horas.
Al llegar al comedor, vio la mesa servida, el aroma a comida recién hecha era muy agradable. Si no fuera por Kuroo, lo más probable es que estaría sobreviviendo a base de comida congelada y pizzas durante el tiempo en que sus padres se encontraban fuera de casa.
Lev esperó que Kozume tomara asiento para empezar a servir y se sentó a su lado izquierdo. Kuroo, quien había sido el segundo en sentarse, quedó frente a su novio.
El almuerzo consistía en arroz al curry. Tetsurou parecía muy satisfecho con este resultado, al fin y al cabo, había logrado una comida muy contundente y con una muy buena apariencia en poco tiempo.
Los tres jugadores de Nekoma agradecieron por los alimentos al mismo tiempo, y sin hacerse esperar, comenzaron a comer muy animados, sobre todo el menor de ellos.
—Tetsurou-san, cocina muy bien.— decía Lev con la boca llena de arroz y mirando hacia el televisor, que se mantenía encendido con el volumen muy bajo, el cual mostraba una fotografía de la luna. —¡Oh~! Había olvidado que hoy se verá un eclipse lunar.Han estado hablando de eso toda la semana.
—¿Eclipse lunar?—preguntó Kenma confundido y prestando atención al televisor.
—Ahora que recuerdo el otro día lo vi en las noticias, dicen que ocurrirá cerca de las ocho de la noche.— mencionó Kuroo antes de probar otro bocado.
—¿Será un eclipse total? — preguntó Kenma intrigado. —Los eclipses lunares solo ocurren en luna llena, cuando son totales, se puede apreciar mucho mejor el color anaranjado que toma la luna.
—¡Wooo! Kenma-san parece muy interesado en la luna.— dijo Lev sonriendo.
—He estado leyendo sobre eso las últimas semanas, no es que me agrade el tema.— dijo Kenma desviando la mirada.
—Bueno, podemos hablar sobre otra cosa, podría ser, ¿video juegos? ¿Voleyball? ¿Gatos? — preguntaba Lev sacando una porción de arroz y sumergiéndola en la salsa de curry. Kenma casi se atraganta al escuchar la palabra "gatos", pero logró controlarse y mantenerse en calma rápidamente.
—Kenma no se lleva bien con los gatos, en realidad no se lleva bien con los animales.— dijo Tetsurou pensativo.
—Me cuesta creer eso después de que Kenma-san me ayudara a rescatar a un gato que estaba atrapado en un gran árbol. Incluso se ofreció a sentarse sobre mis hombros para alcanzarlo.
—¿Qué?—preguntó Kuroo sorprendido prestando mayor atención al relato del bloqueador.
—Luego de eso caímos sobre el pasto, fue divertido, a ambos nos sangró la nariz. Creo que fue la primera vez que vi a Kenma-san reír.— contaba Haiba muy animado.
Kozume se había avergonzado al escuchar la historia y más aún porque se trataba de un hecho que no se lo había contado a su novio.
"Se sentó sobre sus hombros, eso quiere decir que sus muslos tocaron sus hombros, entonces puede que su entrepierna haya tocado su nuca, y lo más probable es que con sus manos haya tocado su cabeza para sujetarse, pero no solo eso, ¿Acaso dijo que Kenma estaba riendo?" pensaba Kuroo en completo silencio con el ceño fruncido y presionando con fuerza los palillos que tenía en sus manos. La presión llegó a ser tan alta, que de pronto, se escuchó un crujido, rompiendo finalmente los utensilios con sus dedos.
—¿Tetsurou-san, se encuentra bien? — preguntó Haiba preocupado.
—Si, estoy bien.— respondió forzando su sonrisa para luego mirarlo de forma amenazante.
Lev parecía no darse cuenta de que en esos momento su vida corría peligro y seguía comiendo muy animado. En cambio, Kenma, sintiendo por completo el aura asesina que emanaba el cuerpo de su novio, prefirió mantener su vista fija al plato.
Kuroo había dejado los restos de palillo a un lado y al momento de ir a buscar unos nuevos, sintió que llamaron a la puerta. Pidiendo permiso, se levantó de la silla para caminar hasta la entrada principal de la casa.
El capitán de Nekoma estaba de mal humor, tener a Lev como invitado comenzaba a desesperarlo por el solo hecho de que interfería en pasar ese largo fin de semana a solas con Kenma.
"Espero que no sea algún fanático religioso" pensaba el moreno abriendo la puerta.
Hinata y Kageyama se encontraban frente a él. Ambos con una postura erguida y una expresión muy seria.
"Hubiese preferido los fanáticos religiosos" pensó antes de suspirar.
Kuroo no entendía qué había hecho mal en su vida o en sus vidas pasadas para tener este tipo de visitas durante el mismo día. Empezaba a convencerse de que el destino estaba poniendo a prueba su paciencia. Sin embargo, el mismo destino estaba por ponerle una prueba mucho más inesperada producto de la alineación de la Tierra, la luna y el sol. En otras palabras, el eclipse lunar, el cual ocurriría en unas horas más, desencadenaría una nueva manifestación en Kenma.
Algo que incluso el propio Kenma desconocía.
.
.
.
Continuará...