Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Aquí hay gato encerrado por PalomaNegra

[Reviews - 55]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

AQUÍ HAY GATO ENCERRADO

Capítulo VI: Cuidado con Kenma


Al frente de la puerta principal, se encontraba el número 9 y 10 de Karasuno. Ambos se fijaron en el atuendo de Kuroo, el cual consistía, a simple vista, en un delantal de cocina que cubría parte de su pecho y que le llegaba hasta la mitad de sus muslos. Menos mal que se podía notar que también andaba en calzoncillos desde el lugar donde se encontraban, no obstante, su atención ahora estaban concentrada en la respuesta del capitán de Nekoma, quien aún no correspondía al saludo que habían hecho hace unos segundos atrás.

"Solo es el enano con su armador" pensó mientras cerraba la puerta lentamente con la clara intención de ignorarlos sin ninguna delicadeza.

—¡Espera! ¡Hemos venido a ver a Kenma! — gritó Hinata empujando del otro lado para no cerrar la puerta por completo. —¿Esta es la casa de Kenma, verdad?

—Capitán, deje que pasen.— se escuchó una voz muy animada que se aproximaba a la puerta. Haiba apareció detrás de Tetsurou y le sonrió a los dos jugadores de Karasuno mientras abría por completo la puerta.

Kenma, quien se encontraba en el comedor devorando su segundo plato, dejó sus palillos de lado al escuchar la voz de Hinata. Había guardado silencio solo para escuchar la conversación que transcurría en la entrada principal.

—Lev, esta no es tu casa.— dijo Kuroo mirándolo enojado.

—Pero son amigos de Kenma.— contestó Lev mirando hacia atrás para ver si el armador se aparecía y le daba la razón.

—Estoy aquí abajo.— se escuchó la débil voz de Kozume quien se encontraba entre los dos jugadores de Nekoma.

"En qué momento..." se preguntaron tanto Kuroo como Lev al ver al rubio de pie al frente de ellos.

—¡Hola Kenma!— gritó Shouyo alzando los brazos. Sus ojos brillaron al ver a su amigo frente a él.

Kozume saludó sonriendo tímidamente a ambos jugadores. Hinata hace rato que había cambiado su semblante, pasando de uno serio a uno muy entusiasmado, en cambio Tobio, mantenía su ceño fruncido, y apenas abrió la boca para saludar a los jugadores de Nekoma.

Después de una corta conversación, los cinco se encontraban en la mesa almorzando. Kuroo había preparado una gran cantidad de curry con la intención de que durara dos días, sin embargo, el pequeño de Karasuno, más su amigo y Lev, ya se lo estaban acabando en cosa de minutos. Tetsurou no podía encontrarse más impaciente, molesto y cansado. Sin duda a él le agradaba más que a Kenma socializar con sus compañeros y equipos rivales, pero justo ese día tenía planeado dedicárselo por completo a Kenma, ya que al día siguiente tenía que cumplir con otras obligaciones. Kenma, por su parte, parecía no importarle que hubiese tanta gente en su casa. Después de todo, se trataba de Shoyo, una de las personas que más le agradaba después de Kuroo.

— ¿Cómo es que dieron con la dirección de Kenma?— preguntó Tetsuruo antes de meterse un bocado a la boca.

—Bueno, creo que es un poco obvio, la madre de Kenma me dio las indicaciones por teléfono.— contestó Lev alzando uno de sus palillos.

Todos los presentes miraron al ruso-japonés, Kenma suspiró, Kuroo siguió masticando lo que tenía dentro de la boca sin denotar ningún tipo de expresión, Hinata se sorprendió y Tobio observaba seriamente mientras seguía comiendo.

—En nuestro caso.— dijo Hinata mirando a su compañero de equipo y luego mirando al resto de los presentes. —Yo tenía la dirección de Kenma guardada y como estaba con Kageyama en Tokyo, pues, pensé en visitarlo.

"¿Cómo es que tiene la dirección de Kenma?" pensó el capitán de Nekoma atragantándose. Todos miraron al Kuroo, pero al ver que no se trataba de nada grave continuaron conversando. Kenma le había ofrecido un vaso con agua, y aprovechando que se había puesto de pie y estaba al lado del moreno, acarició sutilmente la espalda descubierta. Tetsurou no se esperaba que fuera capaz de acariciarlo en público y mucho menos delante de sus amigos y lo observó directamente a los ojos en tanto una sonrisa se le formaba en los labios.

—Kuro, me preocupa un poco el efecto del eclipse.— habló en voz baja el rubio sabiendo que los de primer año parecían muy entusiasmados con sus conversaciones como para prestarle atención al diálogo con su novio. Kenma había dejado de corresponder a la mirada y apenas abría la boca para articular las palabras. Su forma de actuar era tan sigilosa como en la cancha.

—Entiendo.— dijo el moreno dejando de sonreír. —Me haré cargo.

La mayoría en ese momento terminaba de comer, aunque decidieron esperar que Hinata y Kageyama acabaran por completo con su última porción de comida. En eso, Hinata contaba la historia de cómo había llegado hasta Tokyo. En tanto, el armador de Karasuno no dejaba de observar las raras expresiones y gestos que hacía su amigo mientras hablaba.

—¡Traga antes de hablar! ¡Idiota!— exclamó Kageyama con la paciencia al límite. No podía seguir soportando el extraño lenguaje que hacía Shoyo al intentar conversar con la boca llena.

El pelirojo se sintió ofendido. No podía refutar ante eso y masticó lentamente sus últimos bocados antes de terminar de contar su historia, sin embargo, Tobio se había encargado de terminar el relato, contándola de una forma mucho más corta y precisa, sin entrar en detalles.

—Entonces están aquí solo por el día.— dijo Lev muy atento.

—Exacto, debemos tomar el tren temprano, o no podremos regresar a Torono.— dijo Kageyama dejando sus palillos sobre el plato.

—Pero todavía nos queda mucho tiempo antes de que salga el último tren. Podríamos ir a entrenar un poco en un lote vacío, vimos uno de camino. Además ando con un balón de voleyball en mi bolso.— dijo Hinata.

—Yo, también traje el mío...— dijo en voz baja Kageyama un poco avergonzado.

—¡Me parece bien!— exclamó Haiba poniéndose de pie y mirando a sus dos compañeros de Nekoma quienes parecían ignorar por completo la conversación que había en la mesa. —¿Kenma-san? ¿Capitán? ¿Qué dicen?— preguntó con una gran sonrisa.

—Yo paso.— respondió inmediatamente el rubio un poco decaído. Después de todo, el dolor en sus caderas no había desaparecido por completo. Aunque no se hubiese negado en el caso de que su cuerpo hubiese estado en mejores condiciones, debido a que le agradaba ver las jugadas de la carnada de Karasuno.

—Lev, ¿no recuerdas nada de lo que hablamos antes? — dijo Kuroo antes de mirar a Kenma y suspirar pesadamente.

—Oh, lo siento, lo había olvidado.— se disculpó el menor rascándose la nuca y mirando hacia abajo al comprender la situación.

—¿Eh?— Shoyo movía su cabeza de un lado a otro mirando a Kuroo y a Lev, repetidamente, al no comprender la situación.

—Tetsurou-san está cuidando de Kenma-san.— dijo Lev provocando que Hinata entendiera a medias lo que estaba pasando.

En tanto el pelirrojo seguía con sus dudas, Kageyama ayudó a retirar los platos de la mesa junto a Kenma, y ambos lo llevaron a la cocina. Una vez que regresaron, Kenma caminó para quedarse al lado de su novio y se quedó quieto mientras Kuroo reunía a los de primero quienes se encontraban un poco dispersos en el comedor.

—Chicos, no quiero que se lo tomen a mal.— dijo Tetsurou seriamente.

Lev, Hinata y Kageyama prestaron mayor atención. Estaban impacientes por saber de qué trataba el asunto. El tono que había usado el capitán de Nekoma parecía indicar que se trataba de algo muy importante.

—Kenma no se siente muy bien desde anoche y le gustaría descansar.— dijo finalmente Kuroo.

—¡Oh! ¿En serio Kenma?— preguntó Shoyo preocupado y mirando al rubio que asentía con la cabeza. —¿Hemos sido una molestia desde que llegamos?

—Supongo...— respondió Kozume inmediatamente.

"Qué directo" pensó Tobio abriendo la boca del asombro.

—L-lo siento.— se disculpó Kageyama sintiéndose culpable. Luego se volteó a mirar a su pequeño compañero. —¡Te lo dije, idiota! ¡Debías esperar que al menos contestara tu mensaje!— le gritó zamarreándolo desde la playera.

—¡Pero no contestaba, solo quería pasar a saludar!— se defendía Hinata alzando los brazos.

—Chicos...— dijo Tetsurou empezando otra vez a impacientarse.

—¡Tengo una idea! ¡Vamos a jugar un poco solo nosotros! ¡Vendremos otro día a pasar la tarde con Kenma-san!— dijo Lev juntando sus dos palmas para luego dirigirse al par de Karasuno.

Los tres jóvenes de primer año agradecieron por el almuerzo, y se despidieron, no sin antes, desearle al armador de Nekoma que se mejorara pronto. Luego de eso, se fueron de la casa. Kuroo se sintió mucho más relajado y se sacó el delantal de cocina para dejarlo sobre una silla. Luego fue donde Kenma para abrazarlo.

—¿Qué te sucede?— preguntó Kozume dejándose abrazar por el moreno.

—Al fin no hay nadie en casa... ¿Qué quieres hacer?

—Jugar.

—Bien, vamos a jugar a la sala de estar...

Dicho eso, Kuroo, quien ahora estaba solo en ropa interior, fue a buscar una manta para arroparse y se sentó detrás de Kenma, quien ya se había instalado en el suelo sobre varios cojines. El capitán acomodó su mentón sobre el hombro del menor y agarró su consola para jugar. Kozume no se quejó en ningún momento hasta que hizo unos movimiento en su cuerpo al sentir que el peso se volvía un poco incómodo. Ambos estuvieron jugando, Kuroo era el que más se quejaba y gritaba cada vez que algo no salía como él quería, contrario a Kenma, quien parecía estar jugando muy tranquilo, y al menor error, intentaba solucionarlo. Así pasaron el tiempo jugando videojuegos. Eran casi las ocho de la noche, cuando escucharon que llamaron a la puerta. Kuroo pausó el juego y fue abrir con la manta cubriendo su espalda. Al llegar a la entrada, entre abrió un poco la puerta, pues no quería que lo vieran en ropa interior.

—¿Qué no tenían que llegar a la estación temprano?— preguntó sorprendido el capitán de Nekoma al ver al par de Karasuno frente a él —¿Por qué siguen en Tokyo?

Hinata se atemorizó al escuchar las preguntas del moreno y se escondió detrás de Kageyama mientras intentaba articular algunas palabras.

—Lo que pasa es que...—sus piernas temblaban sabiendo que Kuroo se encontraba un poco molesto.

—No conocemos muy bien el lugar, y nos perdimos porque Lev nos dio unas malas indicaciones, así que hemos regresado hasta aquí.— dijo Tobio utilizando un tono muy serio.

—Podrías haber llamado a Kenma...A esta hora es complicado llegar hasta la estación si no es en auto o un taxi.

—¡Lo intentamos!— exclamó Hinata con los ojos llorosos. —Kenma no respondió a mis llamadas ni a mis mensajes. Es el único número que tengo del equipo de Nekoma.

"Mierda...Ahora que lo pienso, nos pasamos toda la tarde jugando y Kenma dejó su celular en el segundo piso."

—¿Qué piensan hacer?— preguntó Kuroo un poco nervioso al creer que él tendría que hacerse cargo de los menores.

—Pueden quedarse si no les importa compartir la habitación.— se escuchó una voz del otro lado de la puerta. Era Kozume haciendo su inesperada aparición en la entrada.

—¡Estaremos muy agradecidos!— dijo Kageyama haciendo una reverencia. Hinata seguía escondido detrás, pero fue empujado por el brazo de Tobio para que ambos demostraran respeto a sus superiores. —Disculpe nuestra intromisión.

—No hace falta tanta formalidades.— murmuró Kuroo. Al principio se lo había tomado mal, pero como su novio parecía estar de acuerdo y era quien había dado la idea, terminó aceptándolo de mejor forma. —Pasen chicos.— agregó abriendo la puerta para dejar que pasara el par de Karasuno.

Tanto Tobio como Kageyama se sintieron incómodos al ver que el moreno andaba solo en ropa interior. No obstante, rápidamente se acostumbraron a esa vista y empezaron a interactuar con mayor naturalidad.
Kozume sacó otro dos controles esperando que sus amigos se unieran al juego. Al parecer, Kenma tenía ganas de jugar en equipos y si no hubiese sido por eso, lo más probable es que no los habría invitado a quedarse en su casa.

Tras jugar dos partidas, Hinata comenzó a desesperarse, puesto que le era imposible derrotar al equipo de Kenma. A ratos le echaba la culpa a Tobio, quien se molestaba y le gritaba que era un imbécil sin remedio por echarle la culpa de algo que no era cierto.
Ya en la cuarta partida, donde Kenma y Kuroo habían ganado nuevamente, Shoyo tomó los hombros del rubio y lo miró directamente a los ojos.

—¡Eres asombroso, Kenma! ¡Realmente eres asombroso!

"Demasiado cerca" pensó Kuroo mirándolo de reojo.

"Te estás acostumbrando a decírselo a todo el mundo" pensó Kageyama haciendo un puchero con sus labios.

Kozume no dijo nada respecto a ese elogio y tan solo miró hacia otro lado, parecía que estaba a punto de decir algo, pero sintió que su cuerpo se volvió más pequeño de un segundo a otro. Todo se había vuelto negro.

Hinata comenzó a gritar al ver que el cuerpo de su amigo desaparecía entre la ropa de dormir, y esta, terminaba quedando arrugada sobre el suelo, sin un solo rastro de Kenma. Acto seguido, se llevó las manos a la cabeza.

—¡¡¡Hice desaparecer a Kenma!!! — gritó Hinata con todas sus fuerzas.

—¡Baja la voz idiota! — exclamó Kageyama igual de preocupado que su compañero.

—¿Qué es lo que acaba de pasar?— se preguntaba Kuroo en estado de shock mientras seguía sentado en uno de los cojines. Lejos de perder la calma se encontraba analizando la situación.

—¡No era mi intención desaparecer a Kenma!—se disculpaba Hinata a punto de llorar. Sus labios temblaban y sus ojos se habían humedecido.

Los tres jugadores quedaron en absoluto silencio durante unos instantes, cuando de pronto, y entre las ropas que se encontraban sobre el suelo, algo comenzó a moverse. Kuroo, Hinata y Kageyama se alertaron inmediatamente y se miraron entre ellos con temor. Algo parecía asomarse entre las ropas de Kenma. Lo primero que apareció fueron un par de orejas peludas. Tras eso, se escuchó un maullido. Kageyama fue el primero en reaccionar y metiendo sus manos entre el pijama que estaba sobre los cojines, se percató que se trataba de un pequeño felino.

—Es solo un gato.— dijo Tobio tomando al minino que tenía una expresión muy seria. Los tres tragaron saliva al mismo tiempo al notar que la apariencia del gato se asemejaba al armador de Nekoma.

—No creo que solo sea un gato. Es Kenma...— dijo Kuroo comprendiendo la situación en cosa de segundos al relacionar el extraño fenómeno que estaba sucediendo con la presencia del eclipse lunar que en esos momento estaba empezando.

"Miau" dijo el gato observando sin parpadear a la persona que tenía de frente.

—¡¿Ehhh?! — gritó Shoyo con fuerza. Kageyama quedó boquiabierto sosteniendo al pequeño gato entre sus manos.

Un nuevo misterio de la maldición había sido desvelado, aunque en presencia de los jugadores de Karasuno.
.
.
.
Continuará...

Notas finales:

La pobreza de reviews es directamente proporcional a mi pobreza de espíritu.ok, no. Ando en modo depresivo. Veo negatividad en todos lados. Mi estabilidad mental está peligrando.

Espero que les haya gustado el capítulo.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).