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Aquí hay gato encerrado por PalomaNegra

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AQUÍ HAY GATO ENCERRADO

Capítulo II: Propuesta decente

 

"Estoy en celo" había confesado Kenma mirándolo detenidamente a los ojos. Kuroo se había puesto de pie del asombro y quedó embobado por varios segundos hasta que fue regañado por el menor para que volviera en sí.

 

—  ¡Ah! Lo siento Kenma, no me lo esperaba...— dijo tomando una breve pausa para procesar la información. —Déjame ver si entiendo. Estás en época de celo y como eres un gato macho, ¿significa que saldrás a buscar alguna gatita?

 

Kozume quedó pálido al escuchar la pregunta.

 

—Me refiero a una chica...— añadió al ver el rostro de su novio. En todo momento su voz sonaba seria y su expresión comenzaba a denotar molestia.

 

—Especifica eso antes.— respondió en voz baja y mirando hacia un lado. —Y no, no saldré a buscar a nadie...

 

—Kenma— dijo Kuroo inmediatamente al escuchar la voz del más joven. —Quiero saber todos los detalles sobre tu comportamiento.— añadió cruzándose de brazos.

 

El armador de Nekoma se avergonzó en seguida y evitó referirse al tema.

 

—Kenma, ya sé que me escuchaste.

 

El joven rubio se sobresaltó al sentir que la voz de su novio sonaba más fuerte que antes. Agachó sus hombros y empezó a jugar con sus dedos.

 

—No me hagas hablar sobre eso, ya es suficiente con lo que te dije.

 

Kuroo hizo un chasquido con sus dientes en señal de enfado y una pequeña vena se le asomó en su frente.

 

—Me acabas de decir que por culpa de la maldición entras en celo y quieres que no me preocupe... ¿A qué horas sueles escaparte de casa para satisfacer tus instintos?

 

—Kuro...— dijo Kenma mirando el rostro incrédulo de su novio. —No sé qué te estás imaginando, pero yo no salgo a buscar chicas cuando estoy en ese estado.

 

—Me estás mintiendo.— dijo Tetsurou con los ojos entrecerrados. — ¿Cuántas veces has salido a buscar mujeres?

 

—Que no es eso.— negó por tercera vez.

 

— ¡¿Ellas vienen solas?!

 

— ¡Que no!— insistió el menor un poco fastidiado por las extrañas suposiciones que escuchaba.

 

— ¿Entonces qué?

 

—Me quedo encerrado en mi habitación, y lo soluciono solo.— contestó molesto en tanto sentía que sus mejillas se calentaban. —No me atrevería a hacerlo con nadie a menos que sea contigo...— añadió en voz baja.

 

Kuroo se quedó por un largo rato callado. Se sintió aliviado al saber que su novio seguía siendo un joven puro y de buenos sentimientos, no obstante, lo último que había escuchado daba para más de una interpretación, y por supuesto, había escogido la más trágica de todas.

 

"¡¿Qué?! ¿Quiere hacerlo conmigo? ¿Quiere follarme?"

 

Al hacerse esas preguntas en su mente, no pudo evitar tocar su trasero con sus manos al imaginarse que se encontraba en una situación peligrosa, luego se sentó en uno de los cojines que había alrededor del kotatsu para sentirse más seguro, sin embargo, nada de eso lo tranquilizaba teniendo a su pequeño novio tan cerca de él. En esos momentos de silencio se imaginaba a un Kenma salvaje haciendo pedazos su cuerpo. Si había algo a lo que le temía era al misterioso poder que podía llegar a manifestar Kozume durante su época de celo, ya que no sabía en qué tipo de bestia se podía convertir o cuánto duraría en ese estado. Cada pregunta que se hacía aumentaba su intriga, y no hallaba la hora de que Kenma lo echara de la casa.

 

Kozume, por su parte, se sintió un poco decepcionado de la reacción de su novio, en el fondo de su corazón esperaba que le dedicara una sonrisa seductora o que simplemente hubiese reaccionado con mayor confianza en su actitud. Eso en definitiva, era una de las cosas más atractivas que encontraba en el capitán de su equipo. Adoraba también que Kuroo lo molestara y pusiera toda su atención en él cuando estaban solos. Pero ahora parecía tan distraído en sus propios pensamientos que le producía una incómoda sensación de soledad.

 

—Kenma...— dijo Kuroo al notar el semblante de tristeza del menor y olvidando por completo sus dramas mentales. —Te prometo que buscaré alguna forma de ayudarte, pero antes me gustaría que me contaras más sobre tu situación.— agregó mirándolo preocupado. —Es difícil encontrar una solución a un problema cuando solo tienes una visión de una pequeña parte. Es como enfrentar a un equipo que no conoces, al principio será complicado, pero cuando vayas descubriendo su comportamiento en cada jugada, podrás llegar a la estrategia más adecuada para contraatacar y conseguir la victoria.

 

Kozume juntó sus rodillas y luego las abrazó para ocultar una parte de su rostro. Las palabras de Kuroo le habían llegado y había entendido perfectamente que debía relatar su extraño comportamiento durante las noches que andaba en celo para que comprendiera lo que estaba pasando.

 

—No es fácil hablar sobre esto.—  dijo avergonzado, pero con la clara intención de continuar la conversación. —Además de transformarme, a los pocos minutos después, me siento un poco mareado, y no puedo parar de moverme.

 

Kuroo tragó saliva al ver cómo su novio parecía sincerarse. Se sentó al lado suyo para seguir escuchando con atención, ya que la voz de Kenma perdía fuerza con cada palabra que decía.

 

—Y es doloroso.—  añadió afligido y sintiéndose cada vez más ansioso.

 

— ¿Qué es doloroso?

 

—Ha-hacer eso...

 

— ¿Masturbarse?

 

—Más o menos...

 

—Ah, ya entiendo, ¿Tienes problemas para eyacular?

 

A Kenma se le volvieron a calentar las mejillas en cosa de segundos, Tetsurou había acertado inmediatamente a lo que quería decir desde un principio. Ese tipo de conversaciones no las solía tener con nadie, ni con sus padres ni con algún pariente, y tenerlas ahora con su novio, era simplemente una situación en la cual no se sentía preparado.

 

—No te avergüences en contarme los detalles, confía en mí.

 

Kozume levantó la mirada y esbozó una dulce sonrisa para dar a entender que le agradaba tener a alguien tan amable y sensato a su lado. Tomando un poco de aire, comenzó a relatar algunos episodios que había vivido durante las noches en que entraba en celo.

 

Kuroo escuchaba con atención y a pesar de que evitaba poner alguna expresión que demostrara su real estado interno, el ligero rubor en su rostro lo delataba. No podía creer que Kenma fuera tan torpe para tocarse, y al mismo tiempo, le sorprendía que fuera tan explícito sobre las posiciones que tomaba sobre la cama o los movimiento que hacía con su cuerpo al frotar muebles y objetos. Claramente todas esas acciones le hacían pensar que Kenma solía adoptar una actitud pasiva durante sus noches de calentura.

 

"S-se asemeja a una gata en celo, es como si esperara que lo monten..." pensaba Kuroo teniendo un extraño tic en la pierna la cual no dejaba de mover a gran velocidad. "Creo que ya lo entiendo. Entiendo lo que te preocupa, en el fondo, tienes miedo de tu propio comportamiento mientras yo esté aquí. Te avergüenza mostrar tu lado libidinoso conmigo. Lo más probable es que no te sientas preparado." pensaba rascando su barbilla mientras mantenía sus ojos cerrados.

 

—Ahora vete.— dijo Kenma pasándole la caja vacía que alguna vez tuvieron pastillas para dormir.

 

— ¿Eh?

 

—Ya te conté todo, ahora anda a comprar las pastillas.— añadió en voz baja.

 

— ¿Pero por qué solo yo?

 

Kozume no quiso responder a la pregunta, pero era obvio que le daba flojera salir, y lo único que quería era echarse en su cama y jugar en su consola antes de su transformación.

 

—Está bien, está bien.—  dijo poniéndose de pie y estirando sus fornidos brazos. —Solo espero que me dejes recostarme a tu lado cuando te duermas...— dijo en tanto buscaba su bolso para sacar su billetera. —Y pon atención al timbre, que la mayoría de las veces si no fuera por tu madre, me quedaría afuera.— agregó antes de salir de la habitación para dirigirse a la entrada de la casa donde estaban sus zapatillas. Kenma había escuchado con atención las palabras de Tetsurou y planeaba quedarse cerca de la puerta para abrirle en cuanto regresara. Tomó su consola y fue a sentarse cerca de la entrada principal.

 

Eran cerca de las diez y media, cuando Kuroo ya se encontraba en la farmacia más cercana de la casa de Kenma, al preguntar por las pastillas de la marca que solía consumir el menor, el vendedor le dijo que se habían agotado y que llegarían recién en dos semanas más. Salió un poco frustrado del lugar y caminó varias cuadras más allá para entrar a la segunda farmacia que se encontraba abierta a esas horas de la noche, pero la respuesta fue similar, y salió en busca de otra botica. Para su mala suerte, tampoco había encontrado la marca que andaba buscando por lo que decidió llamar a Kozume, teniendo su celular pegado a la oreja durante más de medio minuto sin que le contestara.

 

—Ni si quiera en una situación así me contestas una llamada...Ni modo.— pensó en voz alta mientras escribía un mensaje de texto.

 

"Kenma, no encuentro la marca del cordero, ahora estoy en la tercera farmacia."

 

A los pocos segundos su celular sonó alertando la llegada de la respuesta de su novio.

 

"No importa la marca, compra algo que me haga dormir."

 

Kuroo suspiró y como se encontraba en la tercera opción, aprovechó de hacer ahí mismo la compra. Le preguntó al vendedor por unas pastillas para dormir. El vendedor le recomendó un medicamento natural, ya que precisamente, esa farmacia se dedicaba a promocionar remedios elaborados con productos de la naturaleza. Tetsurou parecía muy entusiasmado escuchando las bondades y beneficios del producto que le estaban ofreciendo, por lo que no dudó en llevárselo y sentirse satisfecho con esa compra. De regreso a casa de Kenma, pasó al frente de la primera farmacia, y vio un pequeño cartel que ponía el vendedor a esas horas de la noche que llamó su atención: "Oferta preservativos". Kuroo paso por alto ese anuncio, sin embargo al rato se detuvo y retrocedió unos metros para entrar a la farmacia y salir con un bolsa metida dentro de su polerón.

 

Al llegar a casa de Kozume, tocó el timbre e inmediatamente la puerta se abrió.

 

—Aquí está.—  dijo Kuroo sonriendo y sacando un pequeño frasco oscuro que contenía muchas píldoras en su interior.

 

Kenma agradeció el favor y un poco sorprendido por el nuevo formato de sus pastillas para dormir, se detuvo a leer la etiqueta que decía "Mulungu - 100% natural" .

 

— ¿Qué es esto?— preguntó inquieto.

 

—Un sedante 100% natural de origen brasileño, era la novedad del mes...

 

— No sé si me sirvan, ya casi es la hora y necesitaba un medicamento de efecto inmediato.— dijo el pequeño con los ojos llorosos al ver la hora y notar que quedaba muy poco para las doce. Kuroo en seguida se sintió culpable y se sintió triste al ver la resignación en su mirada.

 

— Lo siento Kenma, debí haberme esforzado más.—  dijo Kuroo rascándose la nuca. —Si quieres puedo ir de nuevo...

 

—No te molestes. No es tu culpa, yo no quise ir a comprar.— dijo Kenma avergonzado. No quería que Tetsorou se sintiera mal por lo sucedido, sin embargo, estaba muy preocupado por lo que podría pasar dentro de unos cuantos minutos más.

 

Kuroo sentía y veía la angustia en los ojos del menor, por lo que no dudó en hacer algo al respecto, posando, en primer lugar, sus manos sobre los hombros, para luego acariciar con las yemas de sus dedos las tiernas y sonrojadas mejillas de su novio.

 

—Kenma, tengo dos propuestas...Puedes escoger libremente.

 

Kenma se refregó uno de sus ojos para sacarse las lágrimas que tenía acumuladas y escuchó con atención.

 

—Si quieres pasar solo esta noche, me iré ahora mismo y te dejaré tranquilo.

 

— ¿Y la otra propuesta?—  preguntó el joven de ojos ámbar al sentir que la primera opción no era de su interés.

 

—Déjame quedarme esta noche contigo y te ayudaré a solucionar el problema.— dijo Tetsurou con una voz muy firme. A Kenma se le llegó a erizar la piel al escucharlo hablar con tanta madurez y sintió que la presencia de su novio se volvía cada vez más imponente.

 

—Está bien.— respondió el rubio.

 

—Puedes tomarte tu tiempo en respond... ¿Eh?

 

—Quédate.

 

— ¿Hablas en serio?

 

—Sí...— Kozume lo tomó de la mano y caminó con prisa hacia su habitación.

 

—Oye Kenma, ¿estás seguro, lo pensaste bien?— le preguntaba sin creer lo que estaba escuchando.

 

— Quédate.— ; dijo Kenma mirándolo avergonzado y con la respiración agitada. —Y cierra la puerta.—  añadió después.

 

El único detalle que no conocía Kuroo sobre su comportamiento era que cuando entraba en celo, su deseo sexual despertaba una hora antes de su transformación.

 

Y justamente, en ese momento, el reloj que había en la pared de la alcoba marcaba un cuarto para las doce.

 

.

 

.

 

.

 

Continuará...

Notas finales:

¡Wuju! se viene interesante el próximo capítulo... :$

Sus comentarios alegrarán mi día.

 Edito: Cambié el título porque me molestaba la redundancia de la palabra "dos". Antes decía: "Capitúlo II: Dos propuestas" y joer, no he podido dormir durante varios días por eso (?). Ok no, pero me molestaba así que lo cambié. Lo dejé en "propuesta decente" haciendo alusión a la popular canción del cantante Romeo (quecantacomoJulieta:v)

 


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