Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Aquí hay gato encerrado por PalomaNegra

[Reviews - 55]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

ADVERTENCIAS: este capítulo contiene lemon. 

AQUÍ HAY GATO ENCERRADO

Capítulo III: No molestar

Kenma se veía ansioso, incluso había dejado de lado su consola para prestarle mayor atención a Kuroo. Su cuerpo ya había empezado a entrar en calor hace poco menos de una hora y se notaba claramente en su rostro enrojecido. Se dio media vuelta para intentar calmar su agitación, pero más que relajarse, se sentía cada vez más impaciente.

— ¿Te encuentras bien?— preguntó Tetsurou al ver que el menor no se movía y tenía la cabeza agachada.

Kozume no respondió, pero se dio vuelta levantando un poco la vista y mostrando una expresión que denotaba vergüenza.

—No te obligues a hacerlo algo que no quieras.— le dijo Kuroo levantando su mano para posarla sobre el hombro de su novio.

Kenma tembló un poco al sentir ese pequeño contacto y se acercó rápidamente al capitán del equipo Nekoma para abrazarlo de la cintura, y al mismo tiempo, empujarlo, causando que ambos cayeran al suelo. Tetsurou ni siquiera había alcanzado a reaccionar cuando notó que se encontraba sentado sobre el piso alfombrado, y una vez ahí, retrocedió un poco para acomodar su espalda al pie de la cama. El más joven, que seguía escondiendo su rostro en el pecho del moreno, levantó su cabeza y apoyó su mentón sobre el hombro de su novio.

Al rato comenzó a frotar su mejilla contra la de su novio desesperadamente, gimiendo sin abrir la boca y apegando su cuerpo con el de Tetsurou para liberar su fogosidad. En esa posición acentuó el movimiento de sus caderas mientras empleaba más fuerza en el abrazo.

Kuroo al principio estaba sorprendido por cada acción que hacía Kenma, pero rápidamente se acostumbró al ritmo que llevaba y sabía que debía responder de la misma forma. Lo primero que hizo fue acariciarle la espalda por sobre la ropa con sus dos manos, después volteó su rostro y chocó sus labios contra la mejilla del menor, que seguía moviéndose incesantemente, para humedecerla con sus labios. Kozume entrecerró sus ojos al sentir que su rostro comenzaba a ser tocado por la lengua de su novio, y rápidamente se volteó para juntar su boca con la de Tetsurou en un profundo beso. Kuroo subió sus manos por el cuerpo del menor hasta meter sus dedos entre la rubia cabellera y masajear la cabeza de su amado.

Kenma se separó un poco para mirar los ojos de su capitán y al hacerlo, un hilo de saliva impidió que sus bocas se distanciaran por ese lapso de tiempo.

—Kuro.— dijo en voz baja antes de retomar el beso que tanto placer le causaba.

Tetsurou había visto algo especial en los ojos ámbar de su novio, una mirada cargada de erotismo, que no dudó en corresponder mediante sus besos y caricias que se iban intensificando con el pasar de los minutos.

—Si te molesta lo que estoy haciendo, avísame.— dijo Kuroo en una breve pausa antes de continuar el beso y subir la sudadera del menor. Quería asegurarse de que su armador estuviera cómodo con la situación, y por sobre todo, cumplir con sus expectativas.

Poco a poco, fue metiendo sus manos por debajo de la ropa. La espalda de Kenma se encontraba tan caliente como el interior de su boca, y al entrar en contacto con sus manos heladas, sintió varias sacudidas en su cuerpo, las cuales se fueron haciendo cada vez menores al acostumbrarse a la temperatura. Pellizcó y recorrió cada centímetro de su espalda hasta su zona lumbar. Una vez ahí, metió ambas manos lentamente entre los pantalones y bóxers. Al no escuchar ninguna queja, se dio la libertad de tocar sus glúteos suavemente. Los apretaba y separaba en intensos masajes que provocaban que Kenma suspirara sin descanso.

De pronto, el reloj de la pared marcó las doce y ambos reaccionaron mirándose a los ojos. Kenma sentía su cuerpo más excitado que antes al ver los ojos de su novio, y se quitó la sudadera de su Instituto, quedándose con la camiseta de mangas cortas puesta. Unos segundos después, las orejas gatunas aparecieron lentamente a los costados de sus raíces negras, su boca se abrió un poco más de lo que ya estaba al sentir que su cola de gato crecía lentamente bajo su espalda. Kuroo le bajó un poco los pantalones al percatarse que el bulto crecía cerca de la zona donde estaban sus manos apoyadas y besó su frente, para de alguna forma, calmar el ligero dolor que sentía cada vez que se transformaba.

Una vez que Kenma ya se encontraba en su forma completa, su respiración se fue volviendo cada vez más agitada por el incremento de su deseo sexual, y apoyó, la punta de sus pies en el suelo, y las manos sobre los robustos hombros de Tetsorou, para tomar un pequeño impulso y quedar de pie frente a él con sus rodillas flexionadas. Con su mano derecha, agarró sus pantalones desde la pretina para bajarlos y sacárselos rápidamente. Luego tomó sus bóxer y los deslizó hacia abajo hasta que cayeron por efecto de la gravedad hasta el piso. Levantó un pie y luego el otro para liberarse de esa prenda, y se acomodó sobre los grandes muslos de Kuroo, envolviendo el abdomen con sus piernas desnudas. Su playera negra lograba ocultar su erección, no obstante, Tetsurou había logrado ver una parte de su miembro viril en el momento en que se encontraba desvistiendo, y además pudo sentir el roce contra su ropa cuando Kenma frotó sus caderas hacia adelante manteniendo sus ojos cerrados y gimiendo muy despacio.

—Kenma, mírame.— dijo Tetsurou utilizando un tono de voz más profundo de lo normal y agarrándolo de la cintura para guiar los movimientos.

El joven bajó la intensidad un momento y bajó la mirada para ver los provocativos ojos de su novio.

—Esta noche te haré mío.

Kozume asintió con un tierno gemido y continuó moviendo sus caderas para rozar su entrepierna con el cuerpo de su capitán. Tetsurou posó sus manos nuevamente sobre el trasero y recorrió esta zona con delicadeza, sintiendo la cálida y suave piel que ahora se encontraba completamente expuesta. Luego fue intensificando la fuerza de su agarre y acercó cada vez más el cuerpo de su novio con el de él. Mordió su labio inferior y dirigió uno de sus dedos por debajo de la cola. Acarició la separación de sus glúteos con uno de sus dedos, y después fue bajando hasta encontrar el orificio anal. Rozó sus alrededores un par de veces antes de ingresar la punta de su dedo. Kenma arqueo su espalda y soltó un gemido más alto al sentir que el largo y delgado dedo de su novio se metía en esa zona de su cuerpo.

—N-no me toques ahí.— dijo el armador en voz baja y abrazando con fuerza a su novio. Más que asustado, se encontraba avergonzado de que Kuroo fuera capaz de tocarlo en ese lugar.

— ¿Estás seguro?— preguntó Kuroo empleando un tono de voz mordaz sin dejar de hurgar esa zona.

Kenma no respondió inmediatamente a esa pregunta, sus labios temblaron al intentar responder y lo único que pudo emitir en ese estado fue una serie de gemidos que salían de su boca sin ningún disimulo. Hasta ese momento, era una zona erógena desconocida para él, y al más mínimo roce, le provocaba un inmenso placer que lo motivaba a intensificar los movimientos de sus caderas.

— ¿Te gusta? — le preguntó Kuroo sin dejar de impulsar su dedo de al medio al interior para palpar el sensible órgano interno. Acompañó esa estimulación con besos en el cuello del menor, causando que Kenma echara un poco su cabeza hacia atrás para facilitar esa acción, y tan pronto como Kuroo comenzó a succionar su piel en esa área, los suspiros de Kozume se hicieron más prolongados y frecuentes.

—K-kuro...— se quejó Kenma cerrando sus ojos.

—Aguanto un poco más.— le dijo en tanto con la mano libre le acariciaba detrás de sus orejas gatunas. —Lo estás haciendo muy bien.— le susurró al oído mientras seguía tocando con su dedo la zona virgen de su novio.

—N-no puedo...— dijo Kenma con la voz entrecortada. El cálido aliento chocó contra su oído y eso pareció suficiente para eyacular sobre las ropas de su novio. Sus mejillas se volvieron a encender e intentó con torpeza guiar el fluido hacia otra dirección, pero Kuroo quien había retirado su dedo de la entrada del menor, utilizó ambas manos para masturbarlo y provocar que el resto del semen cayera sobre su ropa y parte de la playera del propio Kenma.

— ¿Cómo estuvo para empezar?— preguntó Kuroo sonriendo seductoramente al ver que Kenma había respondido muy bien ante sus acciones.

Kozume no quiso ver el rostro del capitán sabiendo que le estaba dedicando esa sonrisa tan sugerente. Le había causado mucha vergüenza su actitud descontrolada, ya que era la primera vez que Kuroo lo masturbaba y lo tocaba de esa forma desde que empezaron su relación.

En esos momentos no sabía dónde esconder su rostro, y al sentir la mirada fija de su novio, tomó su camiseta desde la zona inferior y la jaló hacia abajo para ocultar su entrepierna, ya que el simple hecho de estar semi desnudo aumentaba su timidez.

Tetsurou acarició la cabeza del menor y aprovechó de robarle un beso mientras seguía perdido en sus pensamientos.

Este corto beso lo hizo despertar y darse cuenta que tenía a Kuroo al frente suyo, a muy pocos centímetros de su cuerpo. No podía negar que le encantaba su alocado peinado, sus ojos desafiantes y su espontánea sonrisa.

Kenma se sintió un poco más aliviado al fijarse en estas características tan propias del moreno y recordar que estaba frente a su primer amor, sin embargo, esa sensación no duró mucho debido a que al momento de bajar la vista notó que la sudadera de su novio estaba manchada con su semen.

—Kuro, tu ropa.— dijo Kenma sintiéndose culpable y frotando inútilmente su dedo en el tejido para quitar la mancha.

—No te preocupes por eso...— dijo Tetsurou sacándose la sudadera dejando a la vista su playera negra que traía debajo, la misma que traía Kenma en esos momentos. —unque eso último me hizo entrar en calor.— añadió tomando la base de su camiseta y deslizándola por su abdomen lentamente. Kenma observaba esta secuencia con sus orejas gatunas alertas y su boca un poco abierta. Los músculos tonificados de su novio iban apareciendo de a poco, desde los oblicuos, pasando por la zona abdominal, sus pectorales, hombros, y sus largos y robustos brazos. Esa increíble vista, provocó que el armador de Nekoma se calentara y despertara un fuerte deseo sexual en cosa de segundos.

Lo primero que hizo fue subirse a la cama sin la necesidad de asegurarse de mantener su zona inferior tapada con su camiseta negra. Su cola de gato la pasó a propósito por debajo del mentón de Kuroo para llamar su atención, provocando un ligero escalofrío en todo su cuerpo por la suavidad de la textura, y tras esto, el capitán giró su cuerpo para ver a Kenma recostando sobre la cama, vistiendo solo la camiseta que no alcanza a cubrir ni el comienzo de sus muslos al ser empujada por su cola.

—Eres un gatito muy provocativo.— dijo antes de ponerse de pie. Subió a la cama apoyando sus rodillas sobre el colchón y le hizo una señal con los dedos. —Ven aquí, Kenma.

Kozume que se encontraba revolcando sobre la cama de un lado a otro, se acercó gateando hacia Kuroo al ver que lo llamaba. Su ronroneo se fue haciendo más notorio y frotó sus hombros en el pecho del mayor. Sus ojos gatunos se habían vuelto mas seductores que antes y su timidez otra vez desaparecía con el fin de satisfacer sus necesidades.

—Tócame...— dijo Kenma en voz baja mientras frotaba su espalda contra el pecho de Kuro. Al estar en esta posición aprovechaba también de rozar sus orejas contra el rostro de Tetsurou, quien sonreía al ver a Kenma comportándose de una forma tan cariñosa.

Haciendo caso a la petición del menor, acarició detrás de las orejas gatunas y avanzó hasta la barbilla. Luego, tomando su pulgar, y humedeciéndolo con su saliva, lo posó lentamente sobre los labios de Kenma. El armador no entendió esta acción pero entreabrió su boca y lamió un par de veces el dedo. Kuroo lo fue metiendo y Kenma abrió más su boca para recibir el dedo dentro y comenzó a succionarlo como si fuera un biberón.

— ¿Dónde te gustaría chupar la próxima vez?— preguntó Tetsuruo sonrojándose inmediatamente por el atrevimiento de su propia pregunta. No sabía si lo llegaría a tomar mal, pero Kenma se volteó a mirarlo.

—Aquí.— contestó rápidamente y moviendo su mano hacia la entrepierna del capitán. Agarró la erección sobre la tela y la masajeó a lo largo, sintiendo la dureza y calidez de esa zona. Kenma, sin parpadear, miraba con lujuria a su novio, quien en seguida se le subió la temperatura a la cabeza, pues no se esperaba que fuera tan asertivo con su respuesta ni tan atrevido con sus acciones.

Kozume no hizo esperar el turno de Tetsurou, había llegado la hora de que él recibiera atención, y relamiendo sus labios, bajó su cabeza para succionar la ropa del moreno justo en la zona de la entrepierna. Con sus labios podía sentir un bulto caliente que se ocultaba bajo esas capas de ropa y mojó con su aliento el tejido para después recorrer esa larga erección que subía hasta cerca del ombligo.

—Vas muy bien.— dijo Kuroo suspirando pesadamente cada vez que Kenma se detenía a empujar con su lengua sobre la tela humedecida.

Kozume se había decido en ver el miembro erecto de su novio, por lo que tomó las ropas que lo ocultaban y las deslizó hacia abajo. La punta del pene fue lo primero en aparecer, y Kenma se detuvo a darle unas cuantas lamidas. Kuroo empezó a desesperarse y se mordía los labios ante esa imagen que tenía bajo sus ojos. El menor fue moviendo más abajo la tela y finalmente dejó la gran erección al descubierto. Se acercó lo suficiente para rozarla primeramente con sus labios y después la besó apasionadamente como si fueran los labios de Kuroo.

Al abrir más su boca metió el glande adentro, comenzando a chuparlo sujetando la base con sus dos manos. Kenma que se encontraba boca abajo en la cama, solo tenía levantada su cabeza para poder hacer una buena felación a su novio, y tan pronto como se dio cuenta que Kuroo no dejaba de observarlo fijamente, siguió succionado y lamiendo lentamente el miembro del capitán haciendo insinuantes sonidos.

Tetsurou lo tomó de la cabeza y guió los movimientos, acomodando algunos mechones de cabello detrás de su oreja.

Kenma seguía concentrado en darle placer a su novio, y al mismo tiempo había empezado a masturbarse con una de sus manos. Kuroo al darse cuenta que lo primordial era satisfacer al menor, tomó su erección y la alejó de los labios del menor. Kozume no quería deternerse y rozó su cálida mejilla contra la punta del pene en tanto movía sus dedos para acariciarlo.

—Hagámoslo juntos.— dijo Kuroo un poco sonrojado. Kenma se sentó sobre el colchón frente a su novio y subió un poco su camiseta. —Acércalo al mío.— añadió al ver la erección que tenía Kenma. Este solo agachó la cabeza y se aproximó hacia él. Tetsurou tomó el pene del menor para frotarlo contra el suyo.

En esa posición, ambos arrodillados uno frente al otro, se besaron y se masturbaron mutuamente mientras sus glandes chocaban entre sí. Kuroo aprovechó esa posición para tocar el trasero del menor con una de sus manos, mientras que con la otra, masajeó bajo los testículos.

—Sigue ahí, Kuro.— susurró Kenma apoyando su mentón en el hombro de su novio.

Kozume exhalaba cada vez más fuerte y abrazó el gran torso del mayor, hundiendo sus uñas al intentar aguantar por más tiempo antes de eyacular.
Fue el primero en venirse al tener su cuerpo expuesto a caricias más intensas, y tras eso, ayudó a Kuroo a correrse, provocando que el semen cayera directamente en su camiseta y una pequeña gota alcanzara la comisura de sus labios.

—Lo siento— se disculpó inmediatamente el capitán pasando su dedo para limpiar esa zona. Kenma no dijo nada y sonrió discretamente mientras se recostaba boca abajo para descansar. —Iré al baño...— agregó antes de retirarse del lugar y caminar descalzo hasta la puerta. Se acomodó los pantalones cuando pasaba por uno de los pasillos de la casa hasta que dio con el baño más cercano. Al entrar, abrió la llave del agua y la dejó correr mientras se miraba al espejo.

"Debe estar cansado, de seguro estará durmiendo cuando vuelva" pensaba sonriendo en tanto echaba jabón en sus manos y procedía a lavarlas. Una vez se las secó con una toalla, revisó su cabello intentando peinarlo sin logra un resultado notorio. Luego buscó su cepillo dental que había dejado la semana pasada, lo cubrió de dentífrico y lo frotó en sus dientes durante varios minutos. Hizo unas cuantas gárgaras con el agua que tenía dentro de su boca y escupió todo en el lavamanos. Una vez acabado, volvió al dormitorio estirando sus brazos en el camino.

— ¡Bien! Es hora de dormir con mi adorable gatito...— dijo Kuroo en voz alta al entrar a la habitación de Kenma.

Pero al cruzar la puerta, sintió unos ligeros quejidos y suspiros que venían de la cama. Sus intenciones de dormir acaramelado junto a su novio tendrían que esperar al verlo recostado con las caderas levantadas y tocándose los genitales. Su rostro lo ocultaba en la sudadera amuñada que tenía sobre el colchón, y parecía que a ratos, se dedicaba a olfatear la prenda intensamente para sentir el aroma de su dueño.

— ¡Kenma!— exclamó al verlo en una posición tan sensual. El menor se sobresaltó al escuchar la voz de su novio y volteó a mirarlo. Sus ojos lascivos y llenos de arrogancia causaron que Kuroo se sonrojara y tragara saliva al instante. —Nunca te había visto tan emocionado con algo... ¿Esa es mi sudadera?— añadió sorprendido. De a poco se le fue formando una sonrisa, acompañado de un fuerte calor en su entrepierna.

—Cállate...— se quejó en voz baja para seguir tocándose.

—Podrías haberme esperado.— dijo el moreno sentándose sobre el colchón cerca del menor. —No puedo dejarte cinco minutos solo sin que te excites.— Kenma se ruborizó inmediatamente al ver cómo su novio se burlaba de él.

—Si te quedarás viendo, no molestes.— se volvió a quejar Kenma abrazando con más fuerza la prenda y frotando su entrepierna cada vez más rápido.

Siendo cerca de las dos de la madrugada la excitación del armador de Nekoma seguía a tope, y a esas alturas poco le importaba que Kuroo lo observara mientras se tocaba.

Tetsuruo en ningún momento dejó de sonreír, sin embargó frunció el ceño y se quitó los pantalones, quedando solo en calzoncillos. Posteriormente, se subió a la cama y caminó sobre el colchón hasta posarse sobre el delgado cuerpo de Kenma. Al tenerlo entre sus brazos, le quitó la sudadera que tenía cerca del rostro.

—Ok, ya no necesitas esto.— le dijo dejando la prenda a un lado y subiéndole la camiseta negra para empezar a tocar sus pezones. De paso, aprovechó de rozar su piel contra la espalda desnuda del menor.

— ¡Ku-ro!—exclamó con dificultad el menor al sentir un fuerte apretón en esa delicada zona de su cuerpo. Tetsurou se concentró solo en uno, mientras que con su otra mano fue palpando el vientre del menor hasta llegar a su entrepierna.

—Estás duro en todas partes.

Kenma no sabía hasta que punto su novio podía avergonzarlo con unas cuantas palabras, pero rápidamente olvidó esta preocupación al sentir las caricias que le daba el moreno.

Kuroo, en tanto, sentía que su cuerpo empezaba a calentarse tanto como el cuerpo de su novio y después de marcarlo con besos por la zona de su cuello, fue chupando su pálida piel por toda la espalda hasta que llegó cerca de la cola gatuna y se detuvo para observar cómo Kenma intentaba meter el dedo en su entrada.

—Lo estás haciendo de la forma incorrecta.— dijo Kuroo quitando la mano del menor de esa zona. —Debes moverlo de esta forma...— añadió metiendo su propio dedo y agitándolo suavemente hasta llegar a la próstata.

Kenma abrió sus ojos a más no poder y luego los entrecerró, exhalando con más fuerza que antes.

— ¿Se sintió bien?

Kenma asintió con un suspiro. Si había algo que empezaba adorar de intimar con él, eran esas tiernas respuestas que escuchaba mientras lo tocaba. Sonrió animado y acercó su boca a uno de los glúteos del menor. Quiso marcarlo con varias chupadas y se entretuvo succionando su piel una y otra vez en toda esa zona hasta bajar por sus muslos. Luego empezó a lamer y besar cerca de su entrada, provocando que Kenma gimiera cada vez más alto. Tetsuruo respiró profundo y bajó sus calzoncillos para sacar su erección que empezaba a tensar la tela. Buscó dentro del bolsillo de su sudadera un pequeño frasco que había comprado anteriormente en la farmacia. Lo abrió rápidamente y se echó una pequeña parte del contenido en la punta de su dedo. Al rato comenzó a aplicarlo al rededor del orificio anal y fue masajeando el pequeño agujero hacia todos lados para prepararlo.

— ¿Qué me estás echando?— preguntó asustado el joven armador al sentir una extraña sustancia humedecer su zona íntima.

—Lubricante, ayudará a que entre más fácil...— le contestó sacando un poco más de esa sustancia del frasco y frotándolo entre sus dedos.

— ¿Dolerá mucho?— preguntó en voz baja sabiendo lo que estaba por venir.

—Tal vez un poco.— respondió sin dejar de masajearlo por atrás y sintiéndose un poco avergonzado al saber que sería el responsable de acabar por completo con la inocencia y la virginidad del menor. —No lo sé con certeza, pero te preparé bien.

—Apresúrate...— dijo Kenma mirando hacia atrás con su orejas gatunas caídas y meneando su cola hacia los lados.

—Estás muy impaciente.— le dice Kuroo riendo mientras le daba unas cuantas palmadas a los glúteos del rubio.

—N-no hagas eso...— se quejó el menor apretando con fuerza las sábanas.

Kozume apoyó su mejilla contra el colchón y levantó su pelvis para recibir a Kuroo. Este lo tomó de los muslos y los acarició despacio antes de ingresar la punta de su miembro. Al hacerlo, Kenma se sacudió encima de la cama, estaba asustado, y ansioso, a lo que su novio le pidió separar más sus piernas para no dificultar el ingreso, el menor que poseía una gran flexibilidad en las noches de luna llena no tuvo problemas en cumplir con esa petición.

Una vez que el menor se encontraba preparado física y mentalmente, Kuroo fue avanzando con cuidado para no hacerle daño. Al principio estaba siendo doloroso, pero ese dolor se fue volviendo de a poco placentero para Kenma, ya que en su estado de celo su resistencia aumentaba en todos los sentidos.

—Más Kuro, hazlo más rápido.— decía el menor sintiendo su cuerpo tenso y flexionando los dedos de sus pies cada vez que Kuroo avanzaba. Las embestidas que recibía lo satisfacían a tal punto de que sus gemidos se hicieron cada vez mas intensos.

Kuroo, haciendo caso a las súplicas de su novio, empleó gran fuerza durante la penetración y fue aumentando la rapidez, provocando un constante sonido originado por el choque de sus cuerpos. Esta velocidad la mantuvo por un rato, para experimentar con embestidas más lentas y potentes. Cada vez que el moreno tomaba impulso, exhalaba con fuerza y sujetaba con fuerza la cintura del menor. Kozume había llegado al orgasmo al sentir que todo el pene de su novio entraba por completo, eyaculando sobre la cama y sintiéndose avergonzado por venirse tan pronto. Sin embargo, el capitán de Nekoma, no le preocupó esta situación, y mantuvo su ritmo por un tiempo más hasta llegar a su límite, sacando su enorme erección al exterior y masturbándose detrás de Kenma. A los pocos segundos su líquido seminal cayó directamente sobre la espalda y cola de este.

El rubio se dio media vuelta, sintiendo el fluido deslizarse por su piel, y fue a abrazar a su novio con sus ojos llorosos. Tetsurou le dedicó unas dulces palabras al oído, causando que su novio se alegrara al instante. Al rato, ambos se encontraban besándose apasionadamente.

De esta forma había culminado su primer acto sexual como pareja, sin embargo, durante las siguientes horas, Kuroo y Kenma continuaron experimentando con diferentes posiciones y aprovecharon al máximo las horas que restaban antes de que todo volviera a la normalidad.

Ya siendo casi las cinco de la mañana, Kozume empezó a notarse fatigado, ya no podía mantener sus rodillas apoyadas sobre el colchón sin que sus piernas temblaran. El armador de nekoma, exhausto, se desplomó sobre la cama intentando recuperar la respiración. Kuroo también se encontraba agitado y su cuerpo había sudado tanto como en un entrenamiento habitual.

—Kenma, no deberías dormir con la camiseta puesta, vamos quítatela.— dijo Kuroo moviendo la espalda del menor, pero este respondió con un quejido. Testsurou suspiró y tuvo que encargarse de sacarle la camiseta sudada a su novio, quedando ambos desnudos sobre la cama.

Kozume entreabrió un poco los ojos y se acurrucó al lado de su novio, comenzando a ronronear despacio mientras sentía que las sábanas cubrían su cuerpo. Movió un par de veces sus orejas gatunas y posó su brazo sobre el pecho de Tetsurou.

—Ya queda poco para que vuelvas a la normalidad— le susurró el capitán acariciando su cabeza mientras lo terminaba de arropar. —Buenas noches, Kenma.

El menor le contestó entre bostezos mientras sus ojos se cerraban, cayendo, a los pocos minutos, en un profundo sueño.

Kuroo lo estuvo observando durante un largo rato, hasta que finalmente acomodó su cabeza sobre la almohada y cerró sus ojos.

Había sido una noche agotadora para ambos, pero por sobretodo para Kenma, quien probablemente despertaría dentro de unas horas sintiendo los efectos causados por el amor, la pasión y lujuria desenfrenada.
.

.

.

Continuará...

Notas finales:

Espero que les haya gustado u///u y estaré muy agradecida si recibo comentarios con sus apreciaciones y/o reacciones acerca del lemon antes de que pasen al siguiente capítulo... (Los gatos en celo son muy apasionados)

¡Saludos!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).