Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dulce amor inocente por Ale yaoi

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Tal vez haga los capitulos de corrido asi que espero no tardar en actualizarlos. 

ÿþUna mujer de unos 37 años cabello largo color castaño, delgada de piel blanca y ojos verdes cargaba una canasta donde tenía libros de diferentes. Algunos eran de cocina, otros de romance, suspenso, etc. A un lado de ella un pequeño niño de ocho años la acompañaba, él cargaba una pequeña mochila donde tenía sus juguetes para poder entretenerse mientras su madre trabajaba.

-Mamá ¿Usted conoce a estas personas?-pregunto el pequeño volteando ver a su madre.

La mamá sonrío.

-Claro que si mi pequeño. La esposa del dueño de la casa fue amiga mía en la secundaria y una pequeña parte en la preparatoria antes de que yo me saliera.

-¿Tiene mucho tiempo de no verla?

-La edad que tú tienes es el tiempo que tengo sin verla. La última vez que la vi fue cuando su hijo mayor tenía 8 años.

-¿Hijos? ¿Quiere decir que habrá niños con los que pueda jugar?-dio pequeños brinquitos mientras caminaba.

-No lo creo mi niño. El segundo hijo tiene creo 12 años y el mayor tiene 16.

-Buuu

-Jajaja que bueno que te trajiste tus juguetes, Misaki.


Caminaron unos kilómetros más hasta poder distinguir una mansión en frente de ellos. La mujer se acercó a la puerta que toco con su mano libre. Unos minutos después una señora de cabello plateado que estaba recogido con una cebolla los atendió.


-¿Sakura?-pregunto la peli plateada quitándose sus lentes.

-Hola, Nora.


Ambas sonrieron para después fundirse en un abrazo. Pequeñas lágrimas salían de los ojos de ambas mientras que eran observadas por un curiosos Misaki.

-¿Es tu hijo?- pregunto Nora alejándose un poco de Sakura para ver al niño.

-Sí. Se llama Misaki es el menor.


Con un gran sonrojo por las miradas el niño dijo:

-Mucho gusto señora.

-Jajaja mucho gusto Misaki. Pero que descortés soy, por favor pasen.


La mujer se hizo a un lado para que ellos pudieran pasar. Una vez adentro miro al niño y le dijo:

-Subiendo las escaleras, la primera puerta a la derecha hay un salón donde puedes jugar tranquilamente mientras tú mamá y yo conversamos ¿Te parece?-sonrío.


Misaki miro a su mamá con duda pero ella asintió con la cabeza.


-Está bien. Gracias.


Subió con un poco de dificultad las escaleras y como Nora le había dicho había un salón a la derecha, pero, el salón no se encontraba solo. Más bien era una biblioteca donde en el centro había un gran tapete que podía utilizar para jugar.
En un sillón estaba sentado un joven, no se le podía ver la cara ya que la tapaba un libro. A lo que alcanzaba a ver, el joven vestía de uno pantalones gris, unos zapatos negros muy bien voleados, chaleco gris y una camisa de manga larga blanca.

-Este... ¿Disculpe?


Misaki se escondía entre la pared y el marco de la puerta dejando ver solo sus cabellos castaños y sus ojos esmeraldas.


-¿Quién eres y que haces aquí?


La voz seria y sin sentimientos hizo temblar a Misaki que se arrepentía de haber subido esas escaleras para encontrarse con un gruñón.
El joven bajo el libro al no recibir una respuesta. Cabello plateado y ojos de un extraño color morado que lo miraban un tanto sorprendido.


-¿Quién eres?-suavizo un poco su tono de voz dándole un poco más de confianza a Misaki.

-Me llamo Misaki. Acompañe a mi mamá a su trabajo.

-Ah tú debes ser el hijo menor de Sakura Takahashi supongo ¿Cómo está tu hermano, Takahiro?

Cerró el libro y lo deposito en una pequeña mesa de madera que se encontraba a lado del sillón.

-¿Conoces a mi hermano?

-Claro. Solía jugar con él cuando tu mamá venia de visita- dejo escapar un suspiro-. Pero de eso ya ocho años.

-¡Yo tengo ocho años!-contesto emocionado.

Misaki se sentó en una silla que estaba del lado izquierdo del joven. Así paso la tarde entre pláticas y chistes ente ellos dos hasta que la voz de su madre avisándole que ya se iban los interrumpió.


-Tengo que irme-se bajó de la silla y camino hacia la puerta pero una mano sujetando la suya lo detuvo.

-¿Volverás mañana?-pregunto un poco desesperado pero disimulo bien.

-Sí-contesto emocionado.

-Te estaré esperando. Por cierto me llamo Usami Akihiko.


Misaki lo miro primero con duda hasta que se acordó que no le había dicho su nombre hasta ahora.


-Mucho gusto Usagi... digo U-S-A-M-I-recalco cada letra para poder aprendérsela.


Akihiko río un poco por la torpeza de Misaki. Le revolvió sus cabellos antes de soltarlo.


-Usagi suena mejor pero solo tú podrás decirme así ¿Eh Misaki?

-Sí. Usagi.

-Ya tienes que irte. Tú madre no tardara en subir por ti.


Cada día sin falta Sakura dejaba a Misaki en la mansión mientras ella y Nora salían por un mandado. Mientras que Usagi y Misaki jugaban y platicaban horas y horas conociéndose cada vez más.
Un día en los que los dos se encontraban solos y jugaban a las escondidas; Misaki se escondió en uno de los tantos cuartos de la planta alta pero este no estaba solo y polvoriento como los demás si no que había otro niño en la cama.


-¿Quién eres?-pregunto el niño con algo de miedo que con dificultad de hacía para atrás si no fuera por la máscara de oxígeno ya habría salido corriendo a pedir ayuda.

-Yo me llamo Misaki Takahashi ¿y tú?

-Yo soy Usami Haruhiko.


Tenía el cabello color café y unos ojos de tonalidad gris. Vestía con una pijama, usaba lentes y una máscara transparente de oxigeno tapaba la mitad de su cara, a un lado de la cama había una mesita con varios medicamentos y dos máquinas que hacían ruidos extraños.
Misaki vio la silla que estaba a un lado de Haruhiko y pidió sentarse a lo que este acepto.


-¿Usami? ¿Eres el hermano menor de Usagi?

-¿Usagi?

-Digo de Akihiko.

-Algo así ¿Qué haces aquí? Se supone que nadie podía entrar a este cuarto hasta el mismo Akihiko-dijo algo molesto.

-Perdón. No sabía que estaba habitado, lo siento por entrar así de repente. Estoy jugando con Usa... Akihiko a las escondidas.

Misaki vio las máquinas y los cables con curiosidad y vio como estos terminaban en la cama de Haruhiko que lo observaba con
atención.


-¿Se te perdió algo?-pregunto molesto.

-¡Lo siento! No era mi intención incomodarte-respondió sonrojado al saber que lo descubrió.

-Más te vale.

-¿Estas enfermo?

-No es de tu incumbencia, metiche.

-No tienes por qué sentirte humillado por estar enfermo. Yo una vez me enferme de gripe y no queras saber cómo estuve con el moco molestándome jaja.


Haruhiko rio levemente.


-Suena interesante. Cuéntame que te sucedió.


Misaki le conto la historia a su nuevo amigo que lo escuchaba con atención, algunas veces reía por las caras que hacia el castaño mientras relataba su historia. Por primera vez en meses Haruhiko se sentía feliz pero sobre todo acompañado por una persona tan alegre como lo es Misaki. No quería dejarlo ir pero sabía que en su condición no podía hacer nada más que saber que su querido hermano juega con lo que algún día será su esposo.


-¿Cuántos años tienes Haruhiko?

-Tengo 12 años.

-Yo tengo 8 años.


Ambos sonrieron.


La puerta fue abierta estrepitosamente ya que choco contra la pared. De ella entraba un enojado Akihiko que al ver a su querido niño con el enfermo de su hermano lo hizo enojar más, pero, como un buen Usami supo ocultar sus verdaderas emociones.


-Misaki me tenías muy asustado creí que te había pasado algo porque no te encontraba-fingió estar triste.


Levanto a Misaki de la silla y lo abrazo muy fuertemente como para poder aclararle que solo le pertenecía a él. Misaki inocentemente correspondió el abrazo.
Akihiko miraba con odio a su hermano y este solo dedico a bajar la mirada.


-Es mejor que bajemos, Misaki. Haruhiko necesita dormir-pidió el mayor.

-Está bien. Nos vemos Haruhiko fue un gusto hablar contigo-le sonrió.

-Adiós... Misaki.

Sabía que no lo volvería a ver.



Una vez en el pasillo, Akihiko cargo a Misaki y este enredo sus piernas en la cintura de este y sus brazos rodearon su cuello.

-No te vuelvas alejar así de mí, Misaki. Estaba muy preocupado. Creí que algo malo te había pasado-lo abrazo más fuerte.


La verdad era que si estaba muy preocupado por no encontrarlo por casi una hora. Era una sensación que se encargaría jamás volver a sentir. Lo amaba, lo amaba con locura a ese niño de ocho años. Lo podían tachar de pedófilo pero eso no evitara que grite a los cuatro vientos su amor hacia él.


-Lo siento mucho Usagi no era mi intención asustarte.

-Me siento mal, Misaki.

-¿Estas enfermo?-lo miro preocupado.

-No. Me duele aquí-señalo su pecho exactamente donde estaba su corazón.

-Te duele el corazón.

-Así es mi pequeño. Me diste un susto muy grande que hizo a mi corazón dejar de latir el tiempo que no te tenía a mi lado.

-¿Te puedo ayudar?

Akihiko fingió pensarlo unos momentos.

-Sí. Hay un antídoto que me ayudara con este dolor y ara a mi corazón volver a latir.

-¿Cómo?

-Un beso, Misaki. Tienes que darme un beso en los labios como tú papa se los suele dar a tu mamá. Eso ayudara a sanar mi corazón y que vuelva a latir.

-¿Un beso? ¿Qué no se los dan las personas que se quieren mucho?

-Tú me quieres ¿Verdad?

Misaki asintió con la cabeza.

-Y yo también te quiero mucho así que no hay problema. Pero será nuestro secreto, nadie más debe conocer el antídoto porque podría caer en peligrosas manos. Esto se queda entre tú y yo ¿Si mi niño?

-Sí. Usagi. Quiero que cierre los ojos para poder darle el antídoto-pidió todos sonrojado.

-Por supuesto mi pequeño.


Akihiko cerro sus ojos y sintió las pequeñas manitas agarrar su cara para evitar que se moviera-como si eso fuera posible- y después sintió esos pequeños, canositos y tibios labios rosar contra los suyos. Fue un beso pequeño pero fue suficiente para llenarlo de felicidad.
Notas finales:

No olviden decirme que les parecio para actualizarlo rapido. Gracias. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).