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Tarde Amorosa (Castiel&Nathaniel) CDM por KateBlack

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Notas del fanfic:

:)

Notas del capitulo:

 

Hola ¿Que tal chicos? Bueno solo e querido compartir este fic que hice hace mucho pero no lo habia subido aqui, espero que les guste. Bueno a leer :)

Tarde Amorosa


Castiel & Nathaniel


Estaba atardeciendo, el cielo se empezaba a pintar de naranja conjugado con un azul oscuro, un paisaje hermoso que pareciese ser pintado cuidadosamente con acuarelas sobre el firmamento, los pocos rayos de sol que quedaban en el lugar se combinaban con una fibrosa cabellera rubia haciendo resaltar esta en la soledad de aquel salón, su propietario estaba con el rostro guardado en sus brazos sin poder dejar ver su rostro que se encontraba plácidamente dormido en aquel mesabanco.


 


Nathaniel, el delegado de la escuela se había quedado dormido en el salón principal, a un lado de el se encontraban varios papeles regados por las mesas y en el suelo gracias a las corrientes de aire que entraban por la ventana que había dejado abierta. Todo estaba en silencio en aquel lugar, sin embargo un pequeño rechinido se hizo presente en el tumbando aquella calma, el sonido había sido producto de la puerta siendo abierta, en ella se colaron unos pequeños cabellos rojizos, el cuerpo entro por completo observando el lugar, camino hacia las bancas y con una mirada de desesperación buscaba debajo de ellas, no se había percatado aun del rubio. Gruño con frustración, al parecer no encontraba lo que estaba buscando.


 


-Tks, ¿Dónde podría estar aquel cuaderno? ¡Por que lo tuvo que traer aquí, ¡maldito Lysandro! – Grito el joven enojado, un quejido se escucho al lado contrario del salón, detrás de el. El cuerpo del pelirrojo se estremeció al escuchar el sonido pensando que lo habían atrapado, en realidad ya no quería mas problemas por el momento.


 


Un segundo sonido se escucho, mas este fue mas un suspiro corto que apenas logro reconocer, era alguien durmiendo en realidad pensó el joven tranquilizándose, dio la vuelta enseguida para poder saber quien era los causantes de los sonidos, con suerte seria su amigo buscando ese mismo cuaderno pero se equivoco, se equivoco terriblemente al momento en que sus ojos se encontraron con la rubia cabellera.


 


-¿Nathaniel? ¿El delegado aquí? – Estaba totalmente desconcertado por la imagen que estaba observando, el chico rubio dormía en la escuela, pero ¿por qué? ¿Acaso no era el joven perfección?.


 


Con cautela se fue acercando cada vez mas al cuerpo ajeno, temiendo que este se fuese a despertar, llego hasta estar a un lado de el, no podía ver su rostro pero se podía escuchar su respiración lenta y tranquila. Lentamente estaba acercando su mano hacia el joven, no lo estaba pensando simplemente alcanzo con ella tocar aquel cabello, con sus dedos tomo mechones para moverlos y sentirlo, ¡Jamás se permitiría algo así! O al menos con el joven despierto, pero estaba dormido pensaba que no tendría represarías, en un movimiento brusco Nathaniel levando su rostro dando un gran susto que lo hiso retroceder al pelirrojo pensando que este había despertado pero solamente se había acomodado de lado para poder caer de nuevo en el sueño, ahora dejaba ver su rostro con total tranquilidad, con total armonía.


 


Y el se volvió a acercar, a observar mejor a aquellos ojos cerrados y aquella respiración sin cuidado, lo observo por segundos o minutos, sus ojos se llenaban de aquel joven.


 


-¡¿Pero que estas haciendo?! ¡Acaso estoy loco! ¡Pero si es Nathaniel, el delegado! – Se recriminaba mentalmente de sus acciones, hace tiempo que esa era su rutina diaria, recriminarse duramente por el interés que le estaba poniendo al Delegado ¡Pero lo estaba volviendo loco!. Meses estuvo observándolo a lo lejos mientras que de cerca solo lo ignoraba o le escupía palabras de enojo y rabia que no sabia exactamente de donde salían, tanto se había frustrado que le termino contando todo a su amigo, pero este le termino dando una terrible y estúpida conclusión. "Te interesa el Delegado de otra forma, te has enamorado con el..." Esas palabras lo habían llenado de rabia y enojo, le grito a su amigo y termino faltando a la escuela toda una semana. Pero esa semana había sido suficiente para darse cuenta de su dura situación, era verdad la conclusión de Lysandro; Se había enamorado de Nathaniel.


 


¿Pero cuando? ¿Cuándo había pasado de odio a Amor? O incluso ¿En verdad lo había odiado? El pelirrojo gruñía con sus pensamientos. - ¡Joder! ¡Maldito Nathaniel! Por que tienes que estar en mi cabeza. – Sin pensarlo hablo en voz alta y cuando lo había notado ya estaba tocando su mejilla con las yemas de sus dedos, grave error.


 


Nathaniel con pesadez empezó a abrir sus ojos, encontrándose desconcertado por la escena en la que estaba.


 


-¿Quién eres tú? – En murmullos pregunto, el contrario había saltado hacia atrás del susto y de la impresión, preocupado por lo que había escuchado el rubio. -¿Castiel? ¿Qué estas haciendo? – Menciona mas despierto levantando su rostro y abriendo los ojos en par al ver aquel joven enfrente de el completamente asustado, observo el lugar. "Al parecer me quede dormido ¿pero el que hace aquí?" fue su pensamiento tallándose los ojos.


 


-Al parecer me eh quedado dormido, ¿tú qué haces aquí Castiel?. – El pelirrojo se tenso al escuchar la pregunta, ¿Qué podía responder para no dar malos entendidos?, pensó en la respuesta mas rápido?


 


-¿Eh?, Pues solamente vine por un cuaderno mío, pero en realidad tu que haces aquí, acaso veo al estúpido delegado flojeando. – Menciono con burla teniendo devuelta esa mirada retadora enfrente del joven, volvía a escupir cosas que no entendía hacia el.


 


-¿Acaso solo me despertaste para insultarme? Yo no soy el tonto que perdió su cuaderno en clases. –


 


-Tks, cállate, no te interesa, ahora mueve tu culo gordo para buscarlo mejor sin tu presencia. –


 


- No creas que a mi me agrada verte. – Nathaniel le dirigía una mirada de total desagrado, tener que escuchar esas palabras todos los días le hastiaban. Dirigió su vista hacia los papeles regados por todo el lugar, en silencio se levanto y empezó a recogerlos de la mesa y el suelo, Castiel solo lo observaba. El rubio regreso al lugar donde dormía para guardar los papeles y tomar su mochila que aun estaba en el respaldo, estaba por llevarla a su hombro hasta que una mano lo detuvo tomándolo del antebrazo.


 


-Espera. –Escucho de Castiel que veía lo veía directamente a los ojos, se estremeció al contacto repentino.


 


-Espera, déjame ver tu mochila.- La mirada de Castiel se paso hacia la mochila. Nathaniel se zafó del agarre sofocado, se recrimino por la reacción que tuvo.


 


-¿Por qué? –Respondió secamente.


 


-Creo que vi mi cuaderno en ella .- Y era verdad, Castiel estaba totalmente nervioso, en el momento en que el delegado había metido algunos papeles en su mochila pudo divisar un cuaderno rojo como el suyo, se asusto con solo pensar que ese era su cuaderno ¡Nathaniel no podía leer lo que decía ahi! ¡Seria su muerte!.


 


-No, es mi mochila, no dejare que pongas tus manos sobre ella. – Y sin mas quiso dar media vuelta para irse, Catiel no podía dejar que eso pasara, con brusquedad aproximo su mano hacia el hombro de Nathaniel y lo giro quedando de frente, sus rostros estaban muy cercas chocando sus respiraciones por la acción mas repentina. Las mejillas del delegado se habían tornado de un rojo carmín, sentía toda su sangre dirigirse a sus mejillas. Castiel estaba igual de nervioso, por su cuaderno y la cercanía.


 


-No lo repetiré- Pronuncio sin dejarlo de ver, sin cuidado tomo su mochila y se la arrebato bruscamente de los hombros, Nathaniel se quejo por el movimiento brusco.


 


Abrió la mochila y diviso el cuaderno rojo, lo tomo y saco rápidamente, ¡Por fin lo había recuperado! ¿Pero que hacia en la mochila de Nathaniel?.


 


- ¿Por qué tienes mi cuaderno? ¿Acaso el perfecto delegado es un ladron? –


 


-¡Yo no metí tu cuaderno en mi mochila! . –Se defendió ofendido por lo dicho.


 


Castiel solo observo su cuaderno pero una pregunta invadió su cabeza, se asusto al instante.


 


-¡Ya dame mi mochila! – El rubio se acerco a el para arrebatarle la mochila pero fue nuevamente detenido por Castiel.


 


-¿Has leído el cuaderno.? – Pregunto secamente observando el objeto, Nathaniel no había siquiera visto que eso había quedado en su mochila, no sabia el por qué estaba allí pero se extraño grandemente por la expresión que tenia el pelirrojo ¿Qué podía decir el cuaderno?, pero decidió mentirle solo para molestarle una vez en su vida.


 


-Lo eh leído. – Mintió viéndole. Castiel cambio de color a uno mas pálido y abrió los ojos haciendo sorprender incluso a Nathaniel.


 


-¿Lo has leído? .- Dio un silencio, como si quisiera repasar lo que diría o haría. Nathaniel lo acompaño en el silencio pero chillo cuando sintió que las manos de Castiel se enterraban en sus brazos causándole dolor.


 


- ¿Pero por que coño lo has leído estúpido delegado? ¡¿Acaso no te han enseñado a respetar lo de los demás?! – Su voz había dalido extrañamente temblando, como si no estuviera seguro de algo, el rostro que daba era de confusión, todo era extraño para el delegado que estaba siendo sometido.


-Catiel...¡Sueltame! .-


 


No había respuesta por parte del pelirrojo, Nathaniel no aguantaría eso por lo levanto el pie dando en el abdomen del contrario haciendo que lo soltara, respiro y sobo sus brazos aliviando algo de la presión que se ejercía en ellos.


 


Ahora todo había quedado nuevamente en silencio, no se miraban y solo podían escuchar su respiración. El rubio levanto la mirada mirando al cuaderno, ¿Qué tanto podía tener ese cuaderno? Mas no se quedaría a averiguar, tomo nuevamente su mochila y se dirigió a la puerta, estaba por cruzar el marco de este pero el grito de Castiel lo sorprendió.


 


-Perdón Nathaniel. - ¿Eso había salido de sus labios?, Nathaniel regreso la mirada hacia el cuerpo dentro del salón, lo observo, Castiel solo miraba la ventana con los brazos cruzados.


 


-¿Qué acabas de decir?.- Podía haber jurado que había escuchado mal, solo preguntaba para corroborar mientras se acercaba mas para escuchar la respuesta mejor.


 


-Tks, ¿Acaso eres un estúpido sordo?, Lo que escuchaste. No pienses que lo voy a repetir.- Se volteo con el ceño fruncido como de costumbre. El contrario no podía creer que el pelirrojo le dijera eso, ¡Había perdido la razón!.


 


Pero con la duda, se aproximo hasta quedar enfrente de Catiel, se miraban pero no decía ninguno nada, Nathaniel ni sabia que decir o hacer, no podía ser grosero con el después de la disculpa pero tampoco se lo podía creer fácilmente.


 


-Entonces..lo leísteis, ¿Hasta donde? – Nathaniel no respondió, ya no sabía si había sido bueno mentir.


 


-Bueno entonces...Creo que ya no importa.- El pelirrojo lo observo directamente a los ojos mientras se acercaba cada vez mas al cuerpo del rubio, este no sabia lo que pasaba solo esperaba un golpe o un insulto pero nadie previsto lo que el pelirrojo le haría, ¡El ni siquiera lo hubiera pensado!.


 


Castiel con cuidado había tomado con su mano el mentón de Nathaniel, lo había acercado a su rostro y le había planto un beso; Estaba besando a Nathaniel.


 


El rostro pálido de Nathaniel estaba ahora coloreado de varias tonalidades carmín, concentrándose en sus mejillas, su nerviosismo hacia el palpitar de su corazón, nunca se había imaginado tal acción de Castiel, pero duro poco ese apenas rose de labios, el pelirrojo se separo para verlo a los ojos.


 


-¿Fue malo? .- Trato de sonreír con sorna pero no podía, a pesar de mandar esa mirada tranquila estaba todo lo contrario por dentro. No podía caer en cuenta de lo que había hecho fuera cierto, haber tocado los labios del delegado lo había mandado a distintas emociones que no había experimentado con ninguna chico o chico, aun que fuera un simple rose.


 


-¿Por qué? .- Tocándose los labios con las yemas se pregunto Nathaniel, el pelirrojo no sabía si la pregunta había sido para él o para el mismo rubio.


 


-Ya deberías saberlo, después de todo leistes lo que decía el cuaderno. –


 


El rubio se quedo analizando las palabras, ¡Que podría decir ese cuaderno!, había mentido sobre la existencia de saber lo que decía, desvió los ojos hacia el cuaderno rojizo que ahora descanzaba en la banca a su derecha, lo tomo y bajo la mirada penetrante de Castiel empezó a leer las primeras paginas. Era una especia de diario, de pensamientos volátiles que había escrito Castiel, mucho de lo que decía ahí parecían ser letras de canciones de amor , nada en especial podrían ser canciones para su banda ¿Por qué tan especial era esto?. Lo supo cuando observo el pie de una pagina, escrito con tinta roja estaba la frase que lo hiso sentir que perdia el suelo y la razón.


 


Es cierto; Me gusta Nathaniel.


 


Ahí se encontraba la frase por la que Castiel celaba tanto ese cuaderno, todas aquellas letras de canciones de amor o de estúpidas metáforas (como les decía el pelirrojo) eran indirectamente dirigidas para aquel rubio.


 


Se ruborizo al instante y en su pecho llego a sentir una aflicción.


 


-¿Eso...Eso es cierto? . – Pregunto apenas, deteniéndose a ver las palabras escritas que no podía creer fácilmente.


 


-¿Mentiría si hago esto? .- La respuesta mas que palabras fue otro ataque a sus labios, mas cercano que el anterior. Castiel con nerviosismos estiro los brazos tomando las caderas del delegado para acercar más su cuerpo a este, lo quería sentir cerca, tocarlo y que su aroma le perforara en lo más profundo de sus pulmones. Nathaniel por su lado no podía cerrar los ojos, sentía como estaba cada vez mas cerca del cuerpo del pelirrojo, sentía como lo tomaba y acariciaba de la cabellera pero en ningún momento sintió deseos de alejarse o de enojarse, eso había delatado la razón de sus latidos desenfrenados y el torpe movimiento de sus brazos hacia el cuello del mayor, por fin podía cerrar los ojos y divagar en todas las emociones que lo estaban transformando en aquel momento.


 


Pasaron los segundo segundos, el beso que compartían aquellos dos seres se hacia mas demandante, Castiel había pedido permiso de entrar en la boca del rubio este le fue concedido enseguida, dando una oportunidad que no desaprovecharía, con su lengua exploraba la cavidad del otro entrando en una batalla donde los dos luchaban por tomar el mando, ninguno quería ceder.


 


-Ah~ . –Un silencioso gemido habían salido de los labios de Nathaniel al separarse unos centímetros del pelirrojo, Castiel había empezado a acaricias su espalda dirigiéndose lentamente a la parte delantera, zafando cada botón para poder meter su mano, empezó a tocar la piel de Nathaniel creando un estremecimiento en este que no paso por desapercibido sonriendo en los labios de un nuevo beso...


 


-Castiel...Para esto. – Pronuncio separándose unos segundos para mirarlo a los ojos, se avergonzó al instante a mirar la escena que estaban protagonizando en aquel salón, Castiel tomando sus caderas con firmeza mientras que el enrollaba sus brazos en el cuello del mayor.


 


-Esto..esto no debería estar pasando. –


 


-¿Por qué no?, hasta ahora no te has negado delegado . – Susurro entre sus labios y lo miro a lo ojos, la miraba que observaba era distinta a todas las que había visto de el, no tenia el ceño fruncido o una mirada desinteresada, era una determinante y profunda, Nathaniel se sentía desnudo frente a ella, débil y perdido.


 


Se dejaron entregar en otro beso dejando todos los pensamientos atrás, deseando algo mas

Notas finales:

¿Que les parecio? Espero que les haya gustado y si es asi agradeceria un mensaje, gracias por leer :9 <3 <3 <3


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