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Sentimientos incontrolables por ines111

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Notas del capitulo:

¡Hola, hola!

Volví después de mil años... lo siento mucho. La verdad no tengo excusa, había dejado de escribir durante un tiempo pero me volví a leer toda esta historia de nuevo un día y pensé "tengo que continuarla y acabarla"

Si aún hay alguien por aquí esperando una actualización, espero que la disfrute y lo siento mucho de nuevo.

Espero que os guste el capítulo, si es así dejen un review. Nos vemos en el siguiente,

besos <3

—Lo siento por llamarte a estas horas pero necesitaba comentarte algo.

—No se preocupe Kenzo-san —dijo el rubio mientras se acomodaba en el sillón del salón de la casa del mayor.

—¿Te acuerdas cuando viniste aquí hace unos meses a preguntarme sobre la muerte de los padres de Shougo-Kun?

—Sí.

Estaba nervioso, podía sentirlo. No dejaba de mover sus manos y morderse el labio. Tragaba saliva muy nervioso, como si no supiese que decir.

—¿Qué ocurre Kenzo-san?

—La policía ha descubierto algo sobre la familia del padre de Shougo-kun —tragó grueso— resulta que su padre tenía un hermano.

—¿Cómo?

—Habían dejado de lado la investigación, pero tengo un amigo en la comisaria y le comenté sobre ti y cuando te lo conté. Este comenzó a investigar en solitario, sin comentarle absolutamente nada a los demás y descubrió aquello al buscar información en las cosas que tienen guardadas. Encontró una carta del abuelo de Shougo al hermano del padre de Shougo.

—¿Qué decía esa carta?

—Le hablaba sobre su hermano. En realidad, se trata de su hermanastro, es el hijo de su padre con su segunda mujer —tragó saliva nervioso y continuó— lo más llamativo de la carta es que le hablaba de la herencia, diciendo que toda ella quedaría para el padre de Shougo. La carta estaba totalmente estrujada.

—¿Cree que su hermanastro podría…?

Abrió los labios completamente sorprendido y horrorizado. Dios mío.

—No lo sé.

—¿Cómo es posible que no hayan encontrado esa prueba hasta ahora?

—Eso también es bastante llamativo. Mi amigo me ha comentado que seguramente esa prueba estaba escondida y que alguien de la comisaria trabaje para el hermanastro del padre de Shougo.

—Dios mío… ¿sabe Haizaki-kun algo de esto?

—No. No sé si comentárselo…, él siempre ha reaccionado muy mal a cualquier información que tuviese que ver con el accidente, no quiere recordarlo.

—Creo que lo mejor sería no comentarle nada a Haizaki-kun hasta que sepamos algo con seguridad.

—¿Y qué hacemos? Esto no puede quedar así

—¿Sabemos algo de la identidad del hermanastro del padre de Haizaki-kun? Cualquier detalle por insignificante que parezca puede ser muy importante.

—Su nombre. Mi amigo me comentó que se llama Masahiro. No puedo ofrecerte más, es lo único que sé. Lo siento chico —aclaró decepcionado.

—¡Por lo menos tenemos algo! ¡Muchas gracias por la ayuda Kenzo-san! Si le informan de algo más, porfavor házmelo saber.

—Eso tenlo por seguro chico. Y muchas gracias por cuidar y preocuparte de Shougo de esta manera —sonrió sincero mientras se despedía del chico.

 

Kise salió de la casa de Kenzo resoplando pensativo. Estaba seguro de que había mucho más detrás de la historia de la muerte de los padres de su novio. No sabía cómo pero iba a descubrir toda la verdad.

Recordó que su madre le había encargado comprar el periódico. Entró a la tienda más cercana que vio y cogió el periódico. Tenía que esperar un poco para pagar puesto que había una pareja de adolescentes por delante suya. Se entretuvo mirando las revistas que tenían cerca de la caja.

No pudo evitar el grito de sorpresa que salió de su boca al verse protagonista de una de las revistas más famosas sobre la actualidad. No fue una grata sorpresa. Aparecía en la portada de la revista “nombre” una foto suya con Aomine extremadamente cerca con el título: “¿Amorío del famoso modelo Kise Ryouta a la vista? Las primeras imágenes de la pareja en exclusiva en el interior”

No se lo podía creer. Eso no podía ser posible. ¡Esas fotos fueron del día que Aomine le había llamado para pedirle ayuda sobre como conquistar al castaño!

El grito que pegó fue suficiente para llamar la atención de la tienda al completo: “¡Ese de ahí es Kise Ryouta! ¡Sí, es él!”, eran los gritos que más se escuchaban. En cuestión de minutos, la tienda fue abordada por múltiples cámaras y periodistas.

—No puede ser… —murmuró horrorizado, sabía que la había cagado.

Cogió el periódico y lo pagó con rápidamente. Al salir había miles de periodistas rodeándole.

—¿Ha visto las imágenes de la revista, qué le parecen? ¿nos podría comentar algo de su noviazgo con ese chico? ¿cómo se llama? ¿Edad?

Kise intentaba escapar sin hacer ningún tipo de declaración. Era francamente difícil salir de ahí, estaba completamente rodeado.

—¿Cree que su relación afectará a su carrera de modelo? ¿su representante está de acuerdo con eso? ¿y su relación podrá soportarlo?

—¡No pienso hacer ningún tipo de declaraciones! —dijo totalmente cabreado, aprovechando la confusión de los periodistas se marchó de ahí.

 

—Muy buen trabajo Howard. Me han llamado de otras revistas para felicitarnos por nuestra exclusiva.

—Muchas gracias jefe —dijo mordiéndose el labio impaciente.

—Ven aquí —dijo demandante, pasando su lengua sobre sus resecos labios palmeándose los muslos.

Este entendió el mensaje. Se levantó y se sentó sobre los muslos de su jefe. Al hacerlo, sus miembros se rozaron levemente. No pudo evitar gemir debido al roce de sus cuerpos. Su jefe, comenzó a mover su cuerpo hacia delante, aumentando el contacto.

—No te imaginas lo cachondo que me pones cuando me traes exclusivas como estas. Lo haces para que te dé tu premio, ¿verdad? —preguntó rozando la cálida piel del cuello de su subordinado— esto te encanta.

—S-Sí —gimió bajito contra su oído.

—Si me traes más exclusivas como estas… —su mano se adentró dentro del pantalón de su subordinado viajando hasta su ropa interior— tendrás un premio mucho mejor y mucho más grande, ¿eso te gustaría? —dijo aventurándose dentro de la ropa interior.

Howard se retorcía de placer.

—M-Me encantaría.

 

Kise entró a casa rojo y exhausto, había vuelto corriendo todo el camino temiendo encontrarse con más periodistas.

—¡Ki-chan, ven a ver esto! —le llamó su madre desde el salón.

Al llegar al salón estaban sus padres sentados sobre el sillón observando muy atentos la televisión.

—Kise, ¿me puedes explicar qué es esto? —preguntó su padre sin apartar la mirada de la televisión.

Estaban mostrando las imágenes de Kise en la tienda huyendo de los periodistas. “Tierra, trágame” era lo único que podía pensar el rubio. A continuación, pusieron en la pantalla las imágenes de Aomine y él muy cerca.

—¡N-No es lo que parece! —se excusó rápidamente.

—Mira Kise, ya me parecía mal tu relación con tu noviecito pero podía aceptarla mientras no os expusieses. Pero esto… ¡este no es tu novio!

—¡Es un malentendido, solo estoy con Haizaki! —suspiró y continuó su explicación— ese día Aominecchi me pidió consejo para conquistar al chico del que está enamorado y le ayude. Un periodista nos debe haber visto y nos saco esa foto, en ningún momento pasó nada más.

—Te creemos hijo, tranquilo —dijo su madre con una sonrisa tranquilizadora— pero ahora se ha formado una…

—¡L-Lose, tengo que explicarle esto a Haizaki antes de que vea las fotos en algún lado! —dijo muy nervioso. Sacó el móvil para escribirle un mensaje a este para verse cuanto antes. No obstante, ya había recibido un mensaje de su parte.

“Tenemos que hablar.”

 

—¿Q-Qué ocurre Haizakicchi? —preguntó muy nervioso. Este le miraba con un semblante completamente serio.

—¿Podrías explicarme qué es esto? —dijo, mostrándole la revista con un semblante furioso.

—E-Eso tiene una explicación, ¿sabes? —comenzó a explicarse nervioso— además una muy graciosa, sí. Te vas a reír.

Haizaki le miraba serio, sin mover ningún músculo de su cara. Escuchaba atento lo que su novio iba a decirle.

—E-Ese día Aominecchi me escribió un mensaje para preguntarme si podíamos vernos que tenía algo importante que contarme —dijo mientras observaba como el semblante de su novio cambiaba— no es lo que piensas. Quería pedirme consejo como amigos.

—¿Qué día fue eso?

—F-Fue el día que te dije que había quedado con Kasamatsu-senpai.

—Me mentiste.

—¡Me daba cosa! No sabía cómo ibas a reaccionar si te decía que Aominecchi me había escrito un mensaje para vernos. A mi tampoco me gustaría que quedases a solas con tu expareja y entiendo tu cabreo pero es mi amigo y tenía miedo de que no fueses a comprenderlo y te enfadases —aclaró ante la atenta mirada del mayor.

—Si me lo hubieses explicado lo hubiese comprendido…, ¿sabes por qué?

Kise escuchaba atento.

—Porque sé que estás loco por mi —el rubio se sonrojó al escuchar esas palabras alto y claro. Haizaki sonrió molesto— pero sobre todo porque confío en ti.

—No quería mentirte. Lo siento

—Lo que más me duele no es que te hayas visto con tu expareja, eso me molesta pero si me hubieses explicado que seguís siendo amigos lo hubiese aceptado —dijo mientras cerraba los ojos durante un segundo, molesto y suspiraba— lo que más me duele es que me lo hayas ocultado. Por lo que parece no confías en mi tanto como yo en ti.

Kise se sentía fatal. Le había mentido y la verdad es que en ningún momento se le había ocurrido decirle la verdad. “Una relación se basa en la confianza mutua, soy un idiota” pensó cabizbajo.

—Lo siento —murmuró tras acercarse a su novio y cogerle de la mano.

—Necesito pensar, Kise. Vete —dijo mientras apartaba la mano de la suya con brusquedad.

—¿Ya está, eso es todo? Te he dicho que lo siento, no sé qué más hacer.

—No necesito que hagas nada más. Solo quiero que te marches.

El rubio tenía ganas de llorar. Podía sentir cómo pequeñas lagrimas se acumulaban en sus ojos miel. En ese momento decidió que lo mejor sería marcharse de ahí. Abrió la puerta y se marchó rápidamente dando un sonoro portazo.

 

—Soy un completo idiota Kasamatsu-senpai —murmuraba cabizbajo mientras lloraba.

—Kise sabes que eres mi mejor amigo y te apoyo pero tu novio tiene razón.

—¡Y-Yo no sabía que iba a reaccionar tan bien! ¡tenía miedo! —dijo intentando explicarse.

—Te entiendo pero ¿no te das cuenta de que presupongas eso le es doloroso? Piénsalo así, ¿cada vez que salieses con Aomine ibas a mentirle?  

Kise levantó la cabeza, observando a su mejor amigo a los ojos. Tenía razón.

—¿Si él quedase con su expareja a ti te haría gracia? —preguntó, el rubio negó con la cabeza— es normal pero ¿y si te explicase que tienen una buena relación de amistad?

—Me gustaría creerle y confiar en él.

—Eso es lo que él te pide, ¿entiendes?

El rubio asintió y su mejor amigo sonrió.

—Soy un completo idiota Kasamatsu-senpai.

—Sí, lo eres.

El rubio no paraba de darle vueltas a su cabeza sobre que debía hacer para explicarle toda la situación a Haizaki y que este le creyera.

—¡Tengo una idea! —dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

 

“Espero que esto funcione” pensaba una y otra vez mientras se aclaraba la garganta con una botella de agua.

—¿Estás seguro de que quieres hacer esto? —preguntó su manager mirándole fijamente a los ojos.

—Seguro.

“Estamos en directo. Hemos conseguido que la gran estrella del momento nos conceda unos minutos y responda algunas de las preguntas que más interesan a sus seguidores. ¿Está o no el gran Kise Ryouta en una relación sentimental?” formuló la entrevistadora cuando entraron en directo.

—Buenas tardes Kise.

—Buenas tardes —correspondió el saludo un tanto nervioso mientras se removía de su asiento. Había hecho muchas entrevistas pero en ninguna de ellas había tratado con un tema tan personal.

—Lo primero de todo, déjame felicitarte por tu gran salto a la fama. Eres un ídolo del momento.

—Muchas gracias.

—Ahora vamos a hablar del tema que tiene a toda la ciudad consternada. ¿Estás saliendo con el chico de las fotografías?

—No, no estoy saliendo con él —dijo muy seguro. Carraspeó y se sonrojó levemente— pero… si estoy saliendo con alguien.

—¡Wow! ¿y quién es? —preguntó curiosa.

—Un idiota que me gusta muchísimo —dijo sonriendo mientras recordaba el rostro de su novio.

 

Kise estaba a punto de salir de la agencia de modelos donde había concedido la entrevista. Miraba a la puerta con temor, había miles de periodistas esperando su salida. Suspiró intentando relajarse, tenía que afrontar las consecuencias de sus actos. “Tengo miedo por mi rostro y por mi camisa nueva” pensaba mientras observaba la camisa blanca que había estrenado para la entrevista y había combinado con unos pantalones vaqueros rotos por la rodilla.

Abrió la puerta de la agencia y en el momento en que su pie pisó la calle, estaba rodeando por miles de periodistas. “¡Señor Kise! ¿Quién es el chico del que hablaba hace un rato? ¿nos puede decir algo de él? Si usted se ha enamorado de él debe ser un chico muy correcto” escuchaba constantemente. Al oír lo último el rubio rió.

De verdad quería decirles a todos quien era su novio pero no quería hacerle eso a Haizaki. Si los periodistas se enteraban, iban a estar constantemente detrás de él y no podía permitir eso.

—¡Eh tú, señorito! —escuchó una voz que le llamaba y se hacía paso, como bien podía, por el agregado de periodistas.  

Era Haizaki, quien había conseguido hacerse paso y ahora estaba enfrente de él mirándole fijamente. Le observaba de arriba abajo y el rubio se sonrojó levemente, le estaba desnudando con la mirada.

Su novio lucía terriblemente sexy. Estaba vestido con unos pantalones negros, botas militares y su clásica chaqueta de cuero. Se acercó y le acarició la mejilla derecha con delicadeza. Los periodistas observaban la escena atónitos.

—¿Q-Qué haces aquí? —preguntó nervioso.

—¿Cómo no iba a estar aquí después de que te hayas declarado de esa forma tan jodidamente adorable?

—Eres un idiota —dijo mientras apartaba su rostro de aquellos ojos negros que le miraban intensamente. Su novio le agarró del mentón, obligando a que le mirase.

—¿Q-Qué estás haciendo? —murmuró nervioso mientras observaba como este se acercaba cada vez más a sus labios.

—Voy a besarte —dijo mientras se mordía el labio inferior, observando el rostro sorprendido y nervioso de su novio. “Jodidamente adorable” pensó.

—¿Sabes que si haces eso tu vida cambiará, verdad? Los periodistas te perseguirán y no te dejarán en paz —dijo preocupado.

—¿Estás preocupado por mí?

—Sí.

—Eso no me importa porque en este mismo instante pienso dejar claro que eres mío y solo mío bombón —sonrió arrogante, acortando las distancias entre sus bocas y besándolo.

Mientras correspondía al beso podía escuchar los gritos de sorpresa de los periodistas y los diferentes sonidos de las cámaras. En ese momento, nada de eso le importaba.


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