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Sentimientos incontrolables por ines111

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Notas del capitulo:

¡Hola!

 

¡Aquí vengo con el nuevo capítulo de la historia! he tardado poco, ¡benditas vacaciones! ^^

 

¡Muchas gracias por todos los comentarios! <3

 

~Nos vemos en la conti!

Kise despertaba somnoliento, le dolía la cabeza, ¿todo lo que le había pasado ayer había sido un sueño? Se restregó los ojos con cansancio y escuchó el sonido de su teléfono móvil de un mensaje entrante. Sonrió, seguramente era su novio dándole los buenos días. Abrió los ojos con el corazón latiéndole rápidamente y se encontró con algo que no se esperaba.

 

“Buenos días bombón, ¿qué tal has dormido? ¿has soñado mucho conmigo? no te culpo. Por cierto, ayer me di cuenta de que te quedaste con mi chaqueta, apuesto a qué has dormido con ella y no te has dado cuenta. Seguramente ahora te hayas fijado y tu cara esté completamente roja, ¿me equivoco?”

 

Kise no pudo evitar mirar si estaba en lo cierto. Y sí, lo estaba. Se había quedado completamente dormido con la chaqueta de cuero de aquel imbécil y en paños menores. Se sonrojó totalmente al pensar en aquello y al oler, sin poder evitarlo, aquella prenda. Olía muy bien, tenía un aroma varonil bastante penetrante y embriagador. Se abrigó más con ella y le llegó otro mensaje.

 

“Bombón espero que no te hayas olvidado de nuestra cita, paso a por ti a las seis. Puedes quedarte con mi chaqueta así cuando tengas frío pensarás en mi, ¿no crees que es romántico?”

 

Kise al leer el mensaje se dio cuenta de lo que estaba haciendo, con furia, tiró la chaqueta al suelo de la habitación y escribió una respuesta al mensaje.

 

“Cuando tenga frío no necesito tu chaqueta, para eso tengo a mi novio.”

 

Sonrió victorioso al releer la respuesta, eso le dañaría su orgullo de machito haber si le dejaba en paz de una vez. Se levantó de la cama cuando le llegó otro mensaje.

 

“¿Así? Creo que tu novio aún no te ha visto en ropa interior como tuve yo el placer ayer. Asique creo que ahora mismo estoy por delante de tu novio bombón.”

 

Kise enrojeció de vergüenza y furia al leer el mensaje, tenía razón. Aún en tres meses de relación con Aomine nunca habían pasado de unos besos o caricias sobre la ropa, le daba mucha vergüenza. Se levantó acariciándose la sien cuando le llegó otro mensaje, ¿¡no se cansaba esa pesado?!

 

“Buenos días amor, ¿qué tal has dormido? Yo muy bien soñando contigo, te echo de menos. ¿Te apetece quedar hoy? Hay una película en el cine que me gustaría que viésemos juntos.

Espero tu respuesta."

 

Kise se sonrojó levemente sintiendo como su corazón latía con fuerza. Era un mensaje de Aomine, ¿cómo podía ser tan tierno? Su novio y Haizaki eran tan distintos.., como la luna y el sol, la luz y la oscuridad, completamente opuestos. Oye, oye, oye ¿por qué estaba comparándolos? ¡claramente no tenían nada que ver! Prefirió dejar de pensar en ello molesto por haber comparado a su novio con ese idiota y contestó al mensaje.

 

“Buenos días Aominecchi, lo siento amor pero había quedado con Kurokocchi en acompañarle a un sitio. Perdóname, te lo compensaré, te lo prometo~

 

Se sentía mal por mentir a su novio, ¿pero que podía hacer? ¿decirle que había quedado con un chico que no es él que conoció ayer y le había visto en ropa interior? ¡imposible! ¡no podía hacer eso! Además, era una pequeña mentira. Sólo saldría en una cita con él una vez y luego volvería a su maravillosa vida como si aquella noche no hubiese existido. Escuchó el sonido de otro mensaje, Aomine le había contestado.

 

“Maldito Kuroko, pienso pegarle por quitarme a mi hermoso novio, ¿ahora qué hago yo? Supongo que invitaré a alguno de los chicos del equipo a ir conmigo.

 

Oh amor, claro que me lo compensarás y no será nada fácil..

 

PD: ¿Sabes que te amo?”

 

Kise enrojeció por el tono sugerente en las últimas palabras de Aomine, él también le amaba y deseaba poder salir con él en vez de con aquel impresentable. Tecleó unas últimas palabras y decidió que lo mejor sería darse un baño relajante para despejarse.

 

“Yo también te amo Aominecchi”

 

 

 

Kise se había vestido con una sudadera azul oscura, unos pantalones negros ajustados y unas zapatillas del mismo color que la sudadera. Ya eran las cinco y media y quedaba nada para que Haizaki viniese a buscarle, ¿cómo había llegado a esa situación? Ah sí, por acompañar a Kuroko a ver su amigo especial estaba metido en aquel lío con un completo desconocido. Suspiró, su vida iba maravillosamente bien hasta ayer por la noche, ahora mismo debería de estar con su novio y no con ese imbécil. Cogió el móvil y le llegó otro mensaje.

 

“Bombón estoy abajo, sal.”

 

Kise suspiró, cogió sus cosas y salió de su casa. Al salir, Haizaki estaba parado enfrente de la puerta apoyado sobre su moto. Vestía una camisa vaquera grande, una chaqueta gris debajo, una camiseta de tirantes blanca, unos pantalones negros ajustados y unas botas militares oscuras. Kise frunció el ceño y se acercó a él molesto.

 

─Vámonos

 

─Oi oi, ¿qué te ocurre bombón? ¿por qué tanta prisa? ─lo agarró del brazo impidiendo que avanzara. Se acercó a su oído y tocó su arete con sensualidad. Un cosquilleo involuntario recorrió el cuerpo del rubio─. Tenemos toda la tarde para nosotros, lo mejor será que la disfrutes.

 

Kise frunció el ceño y se soltó de su agarre incómodo por el cosquilleo que había recorrido su cuerpo con aquel toque. Haizaki sonrió y se subió encima de la moto indicándole al rubio que se sentara detrás.

 

─¿Tengo que volver a subir en esta cosa? ─chasqueó los dientes─. No me gustan las motos.

 

─¿Por qué bombón? ─enarcó una ceja y le guiñó el ojo con descaro─. ¿Te pone nervioso tener que abrazarme? ¿por eso no te gusta?

 

─¡Claro que no idiota! ─se acercó molesto, se subió y abrazó la cintura del chico con fuerza con un leve sonrojo adornando sus mejillas. No iba a permitir que se burlase de él─. Arranca de una maldita vez este trasto.

 

Haizaki sonrió y arrancó la moto, iba a hacer que su cita fuese inolvidable.

 

 

 

─¿Q-Qué es este sitio? ─preguntó el rubio nervioso. Haizaki había aparcado la moto detrás de una mansión enorme, enfrente de lo que parecía un enorme campo de golf. Además, en la puerta ponía “prohibido entrar sin el permiso autorizado” ─. ¿C-Conoces a alguien de aquí?

 

─¿Me ves con cara de relacionarme con tipos de esta categoría bombón? ─preguntó con una sonrisa burlona. Kise infló sus mejillas molesto por su respuesta.

 

─¿Entonces cómo tienes pensado que entremos?

 

─Muy fácil, nos colamos.

 

─¿C-Cómo? ¡no pienso hacer eso!

 

─Oh vamos bombón, no seas tan aburrido ─le miró a los ojos y le señalo la puerta─. ¿De verdad nunca te has colado en algún sitio?

 

─¡Claro que no, yo respeto las reglas! ─infló sus mejillas molesto─. Además, tampoco necesito hacerlo..

 

─Una vez no será para tanto bombón, vamos.

 

─¡He dicho que no pienso hacerlo!

 

─Ah, ya lo entiendo ─acarició su barbilla pensativo.─ No eres capaz de saltarte las reglas.., debía suponer que eras un miedica.

 

─¡No soy ningún miedica!

 

─Entonces demuéstralo

 

Kise suspiró, se mordió el labio inferior nervioso y se acercó a la puerta. Sacó de uno de los bolsillos de sus pantalones una pequeña pinza y la utilizó para abrir el pequeño candado que había colgado sobre la puerta. No era nada del otro mundo, era bastante fácil de abrir. Abrió la puerta con una sonrisa y miró retador al chico.

 

─Wow, ¿quién diría que el gran Kise Ryouta tenía un as en la manga?

 

─Cállate ─sintió como sus mejillas se calentaban. Espera, le había llamado Kise Ryouta─. ¿Cómo sabes mi apellido?

 

─Uno tiene que saber con quien trata, ¿no crees bombón? ─le guiñó el ojo divertido y entró por la puerta.

 

Kise le siguió en silencio sin decir nada. Había abierto un candado sin permiso, ¿por qué lo había hecho? ¡estaba prohibido entrar! ¿desde cuándo él infringía de esa manera las reglas? No iba a negar que esta situación, en cierto modo, le provocaba adrenalina de sobremanera.

 

El paisaje era espectacular, se trataba de un campo de golf natural y enorme. Además, había distintos obstáculos como un río o arenas. Había jugado al golf pero nunca en un campo natural, tan grande y increíble como aquel, más bien, siempre había jugado al minigolf con distintos escenarios. Y, la verdad, no tienen nada que ver.

 

─¿Te gusta bombón? ─ De pronto, unos brazos lo abrazaron por detrás de la cintura y lo atrajeron a su cuerpo. El aliento caliente del otro transmitió una corriente eléctrica por todo su cuerpo y el vello de su cuello, inconscientemente, se erizó.

 

─S-Sí ─se sonrojó por la cercanía del chico e intentó separarse.

 

─Sabía que te gustaría ─besó la parte de atrás de su oreja. Kise no pudo evitar el cosquilleo que recurrió su cuerpo─. ¿Qué te parece si comemos algo?

 

─D-De acuerdo.

 

Kise logró separarse aún sintiendo como la parte que el chico había besado quemaba, ¿qué era eso? ¿por qué se sentía así? ¡se estaba volviendo vulnerable!

 

─Bombón ven

 

Haizaki se había tumbado en el césped y Kise se sentó a su lado. No decían nada pero el silencio, extrañamente, no era para nada incómodo. De repente, Haizaki sacó una pequeña barra de chocolate y miró al rubio.

 

─Bombón, vamos a jugar a un juego para conocernos mejor, ¿de acuerdo?

 

─De acuerdo.. ─aceptó no muy convencido─. ¿En qué consiste?

 

─Cada uno le pregunta al otro algo y cuando conteste el otro tiene que darle de comer, ¿qué te parece?

 

─De acuerdo ─cerró los ojos pensativo, los abrió y le miró fijamente a los ojos─. Yo empiezo.

 

─Adelante bombón

 

─Em.., ─se rascó la barbilla pensativo─. ¿Por qué participas en carreras ilegales?

 

─¿Cómo? ─se sorprendió por la pregunta.

 

─Eso, ¿qué tienen de especiales? Muere mucha gente por culpa de ellas.

 

─Es una sensación de adrenalina pura bombón ─lo miró a los ojos,─ deberías de probarlo alguna vez.

 

Kise suspiró, ¿merecía la pena arriesgar su vida por adrenalina pura? Su padre siempre le decía que lo correcto era lo legal y lo conformado por normas, todo lo demás no valía la pena y nunca debía de meterse en ello.

 

Kise cogió un trozo de chocolate bastante avergonzado y Haizaki abrió la boca con una sonrisa triunfal. Kise se acercó avergonzado intentando no mirar a los ojos al otro, sabía que la mirada penetrante de estos le intimidaban y ponían nervioso. Rápidamente, le dio de comer y se separó.

 

─T-Te toca

 

─¿Del 1 al 10 cuánto de sexy te parezco? ─le guiñó el ojo divertido y se rio al ver como el rubio se sonrojaba─. Oh vamos bombón, era una broma.

 

─Eres un idiota

 

─¿Cómo se llama tu novio y cuánto llevas con él?

 

─¿M-Mi novio? ─repitió sorprendido. Se esperaba cualquier tipo de pregunta, hasta de que color es la ropa interior que lleva puesta, cualquiera menos esa─. ¿P-Para qué quieres saberlo?

 

─No pienso hacerle nada bombón, solo quiero saber quién es.

 

─S-Se llama Aomine Daiki y llevamos tres meses juntos ─contestó un poco inseguro, ¿debería de confiar en aquel tipo?

 

─De acuerdo ─sonrió, cogió otro trozo de chocolate y se acercó al rubio─. Abre la boca

 

Kise avergonzado abrió la boca. Haizaki sonrió y le dio el trozo. Kise se lo comió con rápidez.

 

─Te has manchado ahí ─acercó su pulgar a la comisura de sus labios y lo pasó por estos quitando el resto de chocolate que quedaba. Miró a Kise a los ojos y lamió el resto de chocolate que quedaba en su pulgar─. Delicioso

 

Kise se sonrojó totalmente con lo que acababa de hacer, ¿¡quién se creía ese idiota?! Haizaki rió al ver la cara del rubio, era todo un poema. Kise estaba a punto de hacer otra pregunta cuando sintió como pequeñas gotas de agua caían sobre su piel y ropas.

 

─¡El riego!

 

Se levantaron corriendo y comenzaron a correr hacia la salida empapándose de la cabeza a los pies.

 

Cuando salieron los dos estaban completamente empapados. Kise comenzó a reír descontroladamente sorprendiendo a Haizaki, ¿qué le pasaba de repente?

 

─¡JAJAJJAJA E-ES LA PRIMERA VEZ QUE ME PASA ALGO TAN DIVERTIDO!

 

Haizaki sonrió, había cumplido su objetivo, aunque lo del riego no lo tenía previsto, le había venido bien.

 

─Bombón ─Haizaki lo llamó y Kise se giró para ver lo que quería─. ¿Sabes que esos pantalones te resaltan las piernas de sobremanera?

 

Kise se sonrojó totalmente y miró. Sus pantalones estaban totalmente empapados, por consiguiente, se habían pegado totalmente a sus piernas.

 

─¡Maldito idiota!

 

Haizaki rió por el comportamiento del rubio y se quitó la camisa y la chaqueta quedando solamente con la camiseta de tirantes blanca. Kise tragó grueso, la camiseta de Haizaki se pegaba completamente a su torso haciendo que sus músculos se marcasen y resaltasen sobre la camiseta de forma exquisita.

 

─Que no se te caiga la baba bombón ─le guiñó el ojo divertido.

 

─Tsch, no te creas tanto imbécil

 

Haizaki subió a la moto y Kise le siguió. Al subirse, le abrazó por la cintura. Ahora más que nunca podía sentir como sus músculos se contraían y relajaban por su respiración, eso en cierta manera le ponía nervioso.

 

 

 

Kise había llegado a su casa completamente empapado, ¿pero y qué? Debía admitir que se había divertido. Ese idiota no era tan idiota como creía. Bajó de la moto un poco frío por lo mojado que venía. Llegó a la puerta y Haizaki le habló.

 

─Bombón, ¿sigues creyendo que ahora mi chaqueta no te vale para el frío? ─sonrió y se acercó.

 

Kise sonrió inconscientemente, era un maldito idiota.

 

─¿Puedo verte mañana?

 

─¿Por qué te dejaría hacerlo? ─le retó divertido con una sonrisa arrogante.

 

─Porque te has divertido hoy conmigo ─se acercó a su oído y susurró─. ¿Ves que no soy tan malo como creías?

 

─Uhm.., puede ser

 

─¿No crees que me merezco un beso por hacer que te hayas divertido?

 

─No soy de la clase de chicos que son infieles a sus parejas

 

─Bombón yo en ningún momento te he dicho que quería un beso en los labios ─sonrió arrogante─. Eso te lo has imaginado tú solito

 

Kise enrojeció de la vergüenza, ¿qué estaba pensando? ¿por qué era tan tonto? En este momento debería de estar con su novio y no con ningún otro chico en la puerta de su casa.

 

─Vamos bombón, dame un beso

 

Kise le miró a los ojos retador, se acercó a su mejilla derecha y la besó.

 

─Que esto te sirva para el resto de nuestros encuentros

 

─¿Estás diciendo que vamos a salir más veces juntos?

 

Kise se sonrojó por sus palabras, ¡no se refería a eso! Pero lo había dicho, inconscientemente, sus palabras habían sido exactamente esas.

 

─Tsch ─chasqueó los dientes frustrado, se dio medio vuelta y abrió la puerta de su casa. De pronto, sintió como le tocaban el trasero, se giró y vio a Haizaki con una sonrisa de oreja a oreja como un niño que acababa de conseguir un juguete nuevo.

 

─Hasta mañana bombón ─le guiñó el ojo, sonrió y se alejó.

 

Kise entró en casa sintiendo que por primera vez en su vida había sentido lo que era divertirse de verdad y la adrenalina recorrer todo su cuerpo. Y era una sensación que quería repetir más de una vez.


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