- Macos yo no necesito esto…- dije mientras le devolvía cada una de las cosas que me había dado.
- Entonces supongo que no me perdonas- dijo con la cabeza gacha, lo que me hizo sentir mal no quería verlo así pero de cierta forma se lo merecía.
- No he dicho que no te perdono pero tampoco he dicho que si lo hago, solo debo pensarlo- murmure poniéndole la pulla de la esperanza, aunque puede que se la rompa.
- Me parece bien.- dice y yo aprovecho para tratar de irme a mi clase, este me toma del brazo impidiendo mi alejamiento- te esperare en la salida quiero llevarte a un lugar, no faltes- soltó para luego irse corriendo, no pude evitar que mi corazón latiera con fuerza en la salida lo vería de nuevo.
Con eso en mente me dirigí a mi clase, me pregunto adonde me quera llevar no es que este emocionado o algo simplemente es que tengo curiosidad, aun que mis manos estén sudando todo se debe es al calor jamás podría estar yo nervioso por tener una cita con Marcos, esperen acaso pensé.
- ¡¡¿Cita?!!- dije en voz alta llamando la atención de todos a mi alrededor, el profesor me miro molesto mientras Sam me miraba con diversión y curiosidad- lo siento- dije avergonzado, sintiendo la pesada mirada de Max.
- Lo dejare pasar por esta vez señorito, pero para la próxima vaya a conversar sus relaciones en otro lugar- dijo en tono molesto el profesor, no pude evitar hundirme más en mi asiento, las miradas curiosas de todos seguían encima de mi lo cual comenzaba a molestarme.
Las clases siguieron sin ningún inconveniente, a pesar de todo mi mente no dejaba de gritarme que tenía una cita con Marcos aunque claro tal vez este se sentía culpable y por eso me quería invitar a salir, aunque eso no explica porque diablos estoy tan nervioso y más aún porque me emociono si lo que debería es estar molesto por lo que me hizo.
- No deberías irte ya, tu romeo te espera- me dijo Sam lo cual me hizo enojar, sino fuera porque el timbre ya había sonado y porque no quería hablar con Max le hubiera dado un sermón de los buenos.
- Ojala y llegara Diego, para que te cierre la boca a penetradas- dije con maldad y pude ver como los colores se le subían a las mejillas salía de ahí con prisa y en el camino me encontré con el rey de roma.
- Diego apúrate que Sam pide con urgencias de tus atenciones- murmure malévolamente y pude ver como una sonrisa casi cómplice se forma en sus carnosos labios, seguí mi camino y me encontré con un Marcos esperándome recargado a la puerta.
- Al fin llegas - murmuro con un ligero tic por mi tardanza, me detuve pero quien se creía este.
- Pues si quieres me voy- respondí a la defensiva no pensaba permitir que este idiota me pisoteara y muchos menos que hiciera conmigo lo que le daba la gana.
- Vale lo siento, sígueme- mascullo mientras me tomaba de la mano, me prepare para seguirlo pero antes de poder entrar a su auto una mano me detuvo.
- A dónde vas con el- me pregunto un irritado Max, me puse nervioso pues pude ver como Marcos hacia todo lo posible por controlarse y no lanzarse encima del.
- Va a salir conmigo SU novio- recalco las palabras molesto, lo que me hizo sonreír un poco así que ahora si me pertenecía; Marcos me jalo del brazo y cerró la puerta poniéndose en marcha vi como Max me miraba deprimido lo que me hizo sentir mal.
- No tenías por qué tratarlo así- susurre preocupado un poco, la verdad empezaba a sentirme como si fuera una mala persona pues el sentía cosas por mí, y aun que yo no le estuviera dando alas para que creyera que le daría una oportunidad, este seguía insistiendo y estaba casi seguro que todo lo que hiciera a él le dolería.
- No lo defiendas no quiero pelear- lo mire molesto y por un instante sentí miedo de la mirada que me hecho, casi diciéndome que solo debía tener ojos para él.
- No sabía que ahora eras mío- le puye recordando sus palabra y el enfatizado SU, este me miro, y por unos segundos casi imprescindibles creí ver una pequeña sonrisa en sus labios.
El resto del camino fue en silencio, Marcos no hablo más y la verdad no tenía ganas de conversar con alguien, unos minutos después llegamos a un parque de diversiones que hizo que mis ojos se abrieran de par en par, no pude evitar que una enorme y encantadora sonrisa se dibujara en mis labios al ver como el carro estacionaba, definitivamente hoy me pensaba a divertir.
- Vamos muévete Marcos- dije como niño chiquito mientras corría a recibir mi entrada para entrar en todos los juegos, este se rio y se puso detrás de mí, mientras espera vamos empezamos a bromear y no sé en qué momento terminamos agarrados de la mano.
- ¿Qué quieres hacer?- me pregunto en voz ronca lo que me hizo sonreír a un mas, sin pensar mucho apunte al lugar al que quería ir.
- A la montaña rusa- grite lo que hizo que varias personas nos vieran, entre ellas un grupo de chicas estas nos miraron y soltaron una carcajada mientras se sonrojaban, no pude evitar avergonzarme sin saber siquiera que era lo que había hecho mal.
- Ustedes dos hacen una linda pareja, suerte en su cita- susurro una yéndose con sus amigas, no pude evitar avergonzarme.
- Esto es una ¡¡cita!!- dije alarmado y con un sonrojo tan grande que me llego hasta las orejas, subí mi vista y pude ver un leve casi imprescindible sonrojo en su rostro que me hizo sentir raro como si mi estómago se revolviera y me hicieran muchas cosquillas, habré comido algo que me callo mal.
- No es una cita- susurro pareciendo firme, lo que me hizo sentir mal, acaso era idiota no sé porque me enoje y sin más decidí caminar adelante.
- Entonces que es esta salida, es tu forma de decir disculpa- gruñí elevando mis cejas este me miro confuso al parecer había acertado, el solo deseaba mi estúpido perdón.
- No podemos dejar solo esto como una salida normal- murmuro y no pude evitar voltearme solo para encontrarme con su rostro levemente sonrojado y su mirada viendo hacia a otro lado.
- NO- dije nada más para molestarlo vi como chasqueaba la legua y maldecía en voz baja a las chiquillas metiches que habían hablado de más.
- Dejémoslo como que esto es una NO cita- susurre en voz baja lo que hizo que una tonta sonrisa se formara en mi rostro.
- Así que es una no ¿no cita?- pregunte incrédulo mientras miraba como este asentía, así que no pude evitar sonreír de manera tonta pero haciéndome como que era de ironía.
- Claro es igual a nuestra SI NO relación- dije como si nada y pude ver como este me miraba con enojo, le sonreí con descaro y sin pesarlo mucho continuamos luego de una última discusión sobre nuestra NO cita, porque nosotros no salimos ni siquiera nos gustamos, que va si ni siquiera nos soportamos, porque para tener una cita Marcos debe gustarme ¿verdad? Por lo tanto las mariposas y el estúpido sonrojo son cosas normales en una NO cita.