Pov Alex.
Luego de haber terminado la discusión sobre nuestra no cita, me dispuse a hacer la cola para la montaña rusa, Marcos se posicionó a mi lado y gruñendo tomó de mi mano, lo mire extrañado hasta que puede comprobar que unas chicas me estaban viendo.
Las ignore y con un sonrojo en mis mejillas, camine hacia adelante para montarme en el aparato de velocidad, Marcos no muy convencido me siguió posicionándose a mi lado derecho, la gente continuo subiendo y cuando todos estuvimos listo nos colocaron el cinturón de seguridad. Tome de la mano de Marcos con fuerza aun cuando me gustarán estos tipos de juegos, la verdad era que siempre al principio me asustaba.
- Miedo- susurro con suavidad mientras soltaba una leve carcajada, lo mire molesto y más avergonzado que nunca, pegándole un pequeño golpe en las costillas.
-Cállate - fue lo único que dije cuando el juego empezó, después de unos minutos de adrenalina el juego se detuvo y Marcos bajo junto a mí, esta vez no pude evitar reír no podía creer lo pálido que estaba.
-Jajaja tienes que ver tu cara- dije mientras me daba un ataca de risa, solo recordar sus gritos de niña me hacía el día más feliz de mi vida.
-Ja mira como me divierto - dijo con sarcasmo mientras me señalaba otro juego, entre tanto subir y comer debo admitir que me divertí estar con él, ojala y siempre fuera así.
-En que piensas - me pregunto de repente Marcos, no podía decirle lo que pensaba después de todo aún seguía enojado con él, y aun me debía el golpee.
-En nada, seguro a Sam le gustaría también venir aquí- bien hecho Alex te has salvado de una.
- Si supongo que te gustaría estar aquí con otra persona que no sea yo- susurro muy bajo mientras miraba hacia otro lado.
- Que dijiste- susurre con fuerza esperando escuchar con más seguridad sus palabras, pero esto no sucedió Marcos volteó a verme y con una sonrisa que me pareció forzada me tomo del brazo.
-Nada sólo dije que vallamos a probar ese juego, se ve divertido- dijo mientras señalaba un gran barco que daba la vuelta completa, un escalofrío recorrió mi espina dorsal no es que yo sea un miedoso ni nada por el estilo, pero y si me caigo quien recoge mi cadáver.
-No, yo mejor te veo..- no me dejo hablar, arrastra me llevo al peligroso mortal y tonto y estúpido juego, porque lo inventaron, en fin me obligó a montar a su lado y en cuestiones de segundos le rece a los mil santos que no conozco para que me librarán de esta.
Al final el juego no fue la gran cosa, fue más el miedo que me provocó mi subconsciente que cualquier otra cosa, entre tanto juego se hizo de noche y amablemente para mi sorpresa Marcos se ofreció a llevarme a mi casa, acepte no muy seguro si estaba bien que él lo hiciera, porque yo sigo enojado con el no hay que olvidar lo, yo soy el machote el malote con quien Marcos se debe disculpar.
-Bien ya llegamos- dijo mientras apagaba el motor del auto, lo mire un rato y con las ceja alzada hable.
-No creas que te voy a invitar a quedarte - dije mirándolo, pues sentía que planeaba algo.
-No pensaba hacerlo- dijo con una sonrisa mientras se bajaba del auto, trate de hacer lo mismo pero antes de que abriera la puerta Marcos lo hizo por mí.
- Gracias por traerme- dije luego de bajarme, mirándolo fijamente.
- De nada - respondió con una sonrisa, me dirijo a la puerta de mi casa, más este me detiene.
-Que pasa- digo confundido mientras nuestras miradas chocan, este suelta una risilla traviesa mientras me señala.
-Tienes la boca sucia, estoy seguro que si entras así Evans se burlar a de ti por el resto de tu vida- cuando dijo eso, avergonzado hice lo posible por limpiarme, pero este seguía negando con el rostro.
- No puedo creer que me ensuciara tanto, esto es tu culpa- dije algo avergonzado mientras lo señalaba con el dedo, como si fuera un niño chiquito.
- Tienes razón es mi culpa, déjame que yo te lo quito- murmuró, lo mire fijamente con un puchero infantil más le vale que me lo quitará, o yo era el quién le iba hacer la vida imposible a él, sin más este me tomo de las dos manos y mirándome intensamente se me acercó.
Me pregunto cómo me va a limpiar si me tiene tan fuertemente agarrado de las manos, pueden pensar que fue algo inocente de mi parte debí saber que en él no podía confiar ya que él era Marcos un idiota pervertido de lo peor, y ahí lo comprobé sin compasión ni permiso me empotro contra la puerta de entrada y sin pensarlos me violó la boca.
Sus labios eran suaves pero sus movimientos muy bruscos pero con deseo, no sabía que hacer estaba en estado de shock, mis ojos no podían estar más abiertos, mis mejillas no podían estar más roja, mientras el desgraciado este me miraba tan intensamente, no sabía qué hacer ni que decir una parte de mi deseaba empujarlo y otra violarla.
Pero no recuerden que lo odio y no me gusta vamos has algo, a ya se separó rayos no hice nada ese maldito se va salir con la suya ya va a ver.
-Marcos - dije con voz de ultratumba mientras lo miraba asesina mente.
- Si te molestas es porque te gusto- susurro y no dije nada, porque coñó me calle, este sonrió se acercó y retrocedí protegiendo mis labios de un segundo ataque, esta vez sólo me beso en la mejilla, en manera de despedida y se fue con una sonrisa. Avergonzado entre a mi casa sólo para encontrarme a mi padrastro, a Evans y a mi madre como unas viejas chismosas mirando, no fui capaz de reclamar nada lleno de vergüenza me encerré en mi cuarto y me prometí no volver a caer en un truco tan malo.
Soy un idiota, pensé mientras bajaba las escaleras ahí se encontraba mi madre que al verme se llevó una mano a la boca, le hice seña para que no dijera nada sé que me veía horrible y es que mi cara era adornada por dos oscuras bolsas bajo mis ojos, todo por no dormir en toda la pu** noche.
-Buenos días cariño ten- dijo mientras me daba un emparedado, sin ánimos lo tome y me dirigí al instituto sin esperar a Evans, cuando llegue para mi sorpresa había algunos alumnos pocos pero habían.
Sin más me dirigí al salón y me acomode en mi asiento tal vez podría dormir un rato antes de que empezara las clases, con ese pensamiento pasaron los minutos hasta que una voz chillona se empezó a escuchar.
- ya te dije que no- grito Sam mientras entraba al salón algo enojado.
- Vamos Sam no seas así acaso no soy tu mejor amiga- se escuchó la voz chillona.
- Daniela en verdad porque no le pides a alguien más- dice algo fastidiado mi amigo, que al verme se acercó.
- No seas así. .. he él es lindo- dice mientras me señalaba y se ponía delate mío- participa en mi obra- dice con los ojos brillantes de alegría.
- y ¿quién eres tú?- dije algo antipático mirando a la chica detenidamente, era morena cabello castaño ojos marrones y con muy buen cuerpo.
- Hola mi nombre es Daniela y soy la presidenta del club de teatro y necesito a dos personas para que sean mis actores principales- dijo con los ojos ilusionados.
- y ¿porque tengo que ser yo? -dije mirándola, esta sonrió como si fuera conseguido la respuesta de cuándo se va a acabar el mundo.
- Fácil, porque eres sexys y a los chicos sexys siempre los tratan de violar, y los violadores siempre los siguen, y como los siguen los ven, y entonces si participas en la obra ellos vendrán a verla y pues tendremos gente que vea la obra- dijo con una sonrisa más amplia, mire a Sam quien negaba avergonzado.
- Y qué obra vas a hacer- dije curioso lo que hizo que se emocionara.
- Caperucita roja...- dijo y yo la mire tipo está loca.
- Esa no es para niños - pregunté con vergüenza la idea de ir vistiendo de caperucita me daba escalofrío.
- estamos cortos de presupuesto y nunca lo he hecho antes, así que si lo hago bien mi presupuesto aumentara- dice segura mientras me toma de los hombros.
- ¿Quieres que sea caperucita? - dije con horror yo no me iba a poner falda.
- Por supuesto que no, quien crees que soy - murmuró mientras se sentaba- caperucita le queda mejor a Sam- ahogue mi carcajada al escuchar eso y vi como mi amigo muerto de la vergüenza hacia lo imposible por negarse, luego de un rato y algunos chantajes había aceptado.
- Y quien seré yo- realmente no me importaba el personaje, esto se veía divertido y me distraerá del beso y Marcos.
- El lobo feroz- una carcajada salió de mis labios y mire con burla a Sam quien gruñirá una y mil maldiciones, acercándome a su oído le susurre- tranquilo Sam es solo una obra y yo lo único que are será comerte- dije mientras mordía su oreja sólo para ver su reacción este al instante se sonrojo y me empujó.
- Idiota- dijo avergonzado mientras se cubría la oreja, Diego entró mirándome algo molesto o se me olvidaba que él era celoso.
- Oye Daniela porque no le damos el papel a Diego mejor, después de todo él se come a caperucita todas las noches ¿verdad?- dije y pude jurar que el rostro de Sam le estaba haciendo competencia a su pelo, salí corriendo cuando este se me pego atrás para golpearme dejando solos a Daniela y Diego quien ahogaban sus carcajadas.