Pov Alex.
Se preguntarán porque Sam y yo estamos vestidos así, pues bien Sam tiene puesta un vestido rojo corto con medias largas y unas zapatillas rojas, porque estamos propagando la noticia de la obra, y se preguntan porque Diego esta como perro guardián, pues porque ya van tres declaraciones de amor (frustrados hay que aclarar) hacia Sam.
Y yo bueno yo me siento como el puto amo del universo, solo miren me con este pantalón de cuero negro pegados con una cola, y mi camisa blanca rasgada y mis orejas de perro sexys, es decir; estoy para que me den duro contra el muro, bueno todo gracias a Daniela quien después de clases nos agarró y nos secuestró prácticamente.
Y volviendo con las preguntas ¿porque acepte vestirme así? pues simple mis queridos amigos para poder enseñarle el dedo corazón a Marcos, de esta manera me vengare y podré hacer las paces de una vez con él; así ese idiota sabrá que no es el único que puede estar con este bombón chocolatico hermoso como yo y eso que no soy un creído pero de que tengo buen cuerpo lo tengo.
- Alex..- Tartamudeo Max mientras me miraba de arriba abajo, me avergoncé me había olvidado por completo del, pero bueno éramos solamente amigos así que no debía haber ningún problema.
- umm.. Hola Max quieres un panfleto para la obra que voy hacer- dije y este me lo arrancó de las manos volando, sonreí ya que quedaban muy pocos panfletos por entregar.
- No crees que deberíamos estar ensayando en vez de estar entregando panfletos- dijo con un tic Sam y pues por un lado tenía mucha razón, por no decir demasiado.
- Ho vamos quien no se sabe el cuento de la caperucita roja y el lobo feroz, ustedes sólo sigan haciendo propaganda, después de todo ustedes aran lo que yo narre en el escenario por lo tanto no hay que practicar mucho- susurró Daniela mientras nos mandaba a trabajar como burros.
- si tú lo dices- Murmure mientras seguía entregando los jodidos panfletos ya me estaba cansando, y no importa cuánto esperara la persona que quería que estuviera aquí no aparecía.
- Se puede saber qué haces - dijo una voz ronca detrás de mí, sonreí sin poder evitarlo, al fin había llegado ahí con una mirada indiferente se encontraba Marcos.
- Estoy entregando panfletos, quieres ir a la obra que voy hacer - dije haciéndome el inocente, me acerque a él y como no queriendo la cosa le entregue el panfleto mientras dejaba al descubierto algo de piel, lo vi rechinar sus dientes y cuando pensé que iba a explotar, este me tomo con fuerza y me empezó a llevar a quien sabe dónde.
Busque ayuda en Sam tal vez no había sido buena idea después de todo esta obra, de tanto girar mi cuello me dolió, Sam no estaba probablemente el tonto de Diego se lo llevo cuando no me di cuenta, maldito canalla.
- Ya basta, Marcos suéltame que me estas lastimando- me queje mientras trataba de liberarme, este me ignoro y en la primera puerta del salón sola que encontró nos encerró.
- Qué crees que haces- gruñó y no pude evitar temblar al parecer aún no había superado lo que paso en su casa cuando me pego.
- Entregó panfletos - susurre bajo ya no sintiéndome tan valiente, este se enojó y me acorrala contra la pared, me acarició las mejillas y se relamió los labios.
- Enserio porque más bien parecía que me estabas provocando- soltó lo que me hizo reír, era cierto pero él no debía darse cuenta.
- Yo provocarte a ti- dije y pude ver como un tic se le posaba en la frente- y si lo hago que- dije nada más para ver su reacción, este me miro y sonrió.
- Alex no sé qué diablos quiero, y no entiendo nada pero sabes qué ya me canse de pensar - cuando murmuró eso me dio ganas de reír ¿acaso el piensa? - es hora de actuar - admito para luego robarme un beso como el día de ayer.
Mierdaaaa el beso lo olvidé, y de paso lo provoque porque diablos lo hice, gritaba frenéticamente mientras uno de sus brazos rodeaba mi cintura, y el otro se posaba en mi cuello con el fin de unir más nuestros rostros ahogue un gemido, esto se sentía jodidos mente bien.
Olvidando me completamente de mi enojo correspondiente su beso, aún más hambriento que antes, Marcos aprovecho y me dirijo hasta el escritorio del profesor y con simpleza me ayudó a sentarme encima del, me abrió mis piernas y con estas rodee su cintura.
Libero mi cuello y sin despegarse aún de mi boca colocó sus manos sobre mi cintura, elevó mi camisa y pude sentir como sus manos frías rozaban mi piel, ahogue un gemido y me paralice mi conciencia volvió a mí y un movimiento rápido lo separa.
- Detente no puedo...- dije con miedo a su reacción, este me presiono a su cuerpo en un estaño toque de posesividad.
- Sabes que de todas formas cuando terminemos el año escolar, nos vamos a casar y serás mío cierto...- Me dijo al oído lo que me hizo enojar, era cierto que yo ya no tendría salida, aun así lo que él pensaba hacer era real o solo por su padre.
- Pues entonces aguántate a la graduación - dije frío pero sin ser tan grosero, no quería que todo lo que había logrado se fuera por un caño.
- No hagas la obra - me dijo mientras me acariciaba las mejillas, lo mire a los ojos y pude ver un brillo peligroso algo que antes no había visto.
- Quiero hacerla - le respondí mientras me bajaba del escritorio quedando con nuestros cuerpos pegados.
- No me gusta que te miren, yo soy el único que tiene ese derecho- murmuró mientras me acariciaba el hombro, lo mire a los ojos comprobando que nuevamente esta celoso.
- Marcos sabes que odio que me den órdenes - dije aun cuando comenzaba a temblar, al ver como su puño se elevaba, espere un golpe que jamás llegó a cambio de eso recibí un beso en los labios y unos brazos rodeando me todo el cuerpo.
- Pues yo odio que los demás te vean sabiendo que eres Mi novio - murmuró y no sé porque no pude controlar mi boca.
- ¿Marcos yo te gustó? - pregunté mientras alzaba la mirada, este no apartó en ningún momento sus ojos de mí, suspiro y después sólo. ..
- No lo sé- susurro y me dolió - aún que si me besas y me dices que yo te gustó puede que si me gustes- susurro sonrojado lo que me hizo sonreír.
- Pues si tú me dijeras que yo te gustó puede ser que tú me gustes - dije también sonrojado este no dijo nada y yo tampoco lo hice, después de un rato la puerta se abrió dejando a una enojada Daniela, solo la seguí pero pude ver como Marcos se despedía con una estúpida sonrisa boba y no me puedo quejar porque justamente yo tengo otra tonta sonrisa, ahora el problema sería quien lo admitiría, yo no por supuesto eso se lo dejo al estúpido tren de carretera idiota ese de Marcos, porque a pesar de todo a mí no/si me gusta el, además es obvio que yo le gusto, está claro que se parte por este bombón ¿cierto?.