Pov Alex.
Abrí mis ojos pesadamente aun me encontraba en la casa del estúpido de Marcos, la verdad me costó mucho reconciliar el sueño luego de lo que hable con él, no quería entender porque me dolió tanto sus palabras, solo en recordarlas me daba rabia y hacia que me dieran ganas de vomitar, me levante y sin esperar más me fui directo a la puerta, ahí me esperaba un joven este me sonrió y se ofreció en llevarme a mi casa yo acepte, al parecer el “suegro” le había dejado las instrucciones de hacerlo; cuando llegue a casa sin muchos ánimos me bañe, me cambie y desayune aun que fue solo un pan tostado, tome mis cosas y me dirigí al instituto sin muchos ánimos.
Cuando llegue en la puerta se encontraba Evans hablando con su grupos de amigos y claro Marcos besándose con una rubia muy despampanante, sentí como una guja se clavaba en mi pecho, pero con mucho orgullo pase por su lado ignorándoles, la verdad quería voltearme y partearle la cara a Marcos, pero me supe controlar.
- Así que hoy si viniste- me dijo Diego rodeando mi cuello con uno de sus brazos lo mire algo sorprendido y creo que no fui el único ya que Marcos nos estaba mirando, al igual que su grupo de amigos.
- Pues sí, aquí me vez paso algo con Sam mientras yo no estaba- dije pícaro pues sabía que si Diego me hablaba era por algo, y me di cuenta que acerté ya que este se sonrojo aun que fue solo un poco.
- Y que tal tú y Marcos- susurro a mi oído el maldito haciéndome sonrojar, coño como se había enterado acaso Diego era detective o que.
- Dices algo y eres hombre muerto- lo amenace mientras hacia un puchero, este se separó de mi mientras soltaba una carcajada, me miro divertido mientras seguíamos dirigiendo al salón.
- Alex- grito Sam mientras se me lanzaba a los brazos, lo atrape y este miro con recelo a Diego.
- A caso me perdí de algo- dije divertido al ver la mirada hambrienta de Diego y los nervios en mi pequeño amigo.
- Nada ¿Por qué faltaste ayer?- me dice casi con reproche no pude evitar sonreír, definitivamente tenía que conseguir una excusa o tal vez no.
- Cuando estemos solos te cuento- dije mientras le guiñaba un ojo, este sonrió y asintió para luego dirigimos al salón.
Cuando llegamos el aula estaba casi vacía, así que nos pusimos a echar cuento, por supuesto que Diego nos acompañaba y ahí fue donde salió la pregunta más importante, y la que sería la más divertida que haya salido de mi hermosa boca.
- ¿son novios?- solté sin una pisca de vergüenza, haciendo que Sam se atragantara con saliva y Diego soltara una pequeña risita, los dos con nerviosismo asintieron, lo cual me alegro, estaba a punto de comenzar la lluvia de preguntas cuando el profesor apareció.
- Jóvenes tomen asiento tengo algo importante que decirle- enseguida todos nos sentamos e hicimos silencio, Diego se fue no sin antes susurrarle algo al oído a Sam, que no pude escuchar.
- Quiero presentarles a un nuevo compañero de clase, vamos entra y preséntate- dijo el profesor dando paso a un joven alto debía medir un metro noventa, su cabello era rubio cenizo y sus ojos eran de un hermoso color verde, este nos miraba con una sonrisa de medio lado seductora, nos repasó a todos hasta fijarse en mí, su mirada choco con la mía y puedo hasta jurar que estaba sorprendido.
- Hola mucho gusto soy Maximiliano pero mis amigos me dicen Max- dice con una sonrisa que hizo suspirar a todas las chicas, lo mire unos instantes ese tipo era definitivamente hermoso, aunque parecía ser hetero.
- Bien busca un lugar donde sentarte- el chico camino y se posiciono a mi lado izquierdo donde se encontraba ocupado por Daniela.
- Dame este asiento- susurro o más bien exigió la chica no tuvo más opción que levantarse y dárselo, me sorprendió su aptitud de una sonrisa amable paso a tener una mirada tan amenazante que sentías como si te congelaba la piel.
- Yo lo siento…- dijo casi llorando mientras se iba al puesto más lejos que encontró, mire a mi nuevo “vecino” y me gire para ver el profesor, este al parecer no se había dado cuenta de lo sucedido.
- Tanto tiempo si vernos mi querido Alex- susurro mientras me sonreía con coquetería me puse nervioso, y mire a Sam que me veía casi con lastima.
- Hola…- dije simple sin saber quién era Maximiliano y más aún como este sabía mi nombre.
Las horas pasaron muy lentas para mi gusto, y demasiado incomodas cada vez que volteaba veía a Maximiliano viéndome, no me quitaba la vista de encima, me miraba de arriba abajo como si fuera un suculento plato que él quería probar, cuando el timbre sonó no espere más agarre de la mano a Sam y salí volado a la cafetería, olvidando por completo el problema que había tenido allí.
En la entrada estaba Diego este nos miró con una sonrisa en sus labios mientras se dirigía a su grupo de amigos; empuje a Sam a una mesa apartada para hablar, estaba nervioso y me sentía incomodo a unas cuatro mesas más halla, específicamente en el centro de la cafetería estaba Marcos devorando otra vez la boca de la puta rubia, decir que me moleste fue poco pero mi orgullo es tan pero tan fuerte que lo ignore.
- Se puede saber qué te pasa- me pregunto Sam ahora que me daba cuenta no lo había soltado.
- Te lo resumiré todo vez el idiotas de Marcos, pues bien estoy comprometido con él se puede decir que somos novios, me está montando los tarros en la cara no lo puedo dejar, porque si lo hago su padre me mata y el chico nuevo me intimida- lo resumí lo mejor que podía aunque creo que algunas cosas que dije no tenían sentido, solo estaba hablando por hablar pero era un buen método para desahogarme.
- Me puedo sentar- susurro una voz gruesa y sensual muy masculina, mire hacia arriba y ahí con una sonrisa seductora estaba Maximiliano.
- Claro porque no- dijo Sam y yo lo mire como traidor, el me sonrió y me señalo a Diego, o como que vengándose por lo que hice la última vez, valla que amigo.
- Gracias- dice mientras toma asiento- ha pasado mucho tiempo desde que nos vimos Alex- dice mientras me miraba fijamente.
- Perdón etto de donde me conoces- dije nervioso, mierda creo que he sido cruel ya que puso una carita triste.
- No te preocupes, me imagino que no me recuerdas porque eras muy pequeño soy yo Max, Maxi, el niño con barro, el mocoso, en quinde- me dijo eso y no pude evitar soltar una carcajada en verdad era el, hacía años que no lo veía.
- Maxi- dije con una sonrisa mientras lo abrazaba este me sonrió y me acaricio la cabeza, me sonroje un poco por lo que hice y me aleje del.
- Bueno me presenta- dice Sam mirándonos con una sonrisa de lado, sonrió feliz mientras me acomodaba en mi asiento.
- Él es Max, fue un gran amigo en quinde, siempre me seguía a todos lados recuerdo que siempre decías que eras mi novio, y cuando fuéramos grandes nos íbamos a casar, jajaj que inocentes éramos- dije mientras me sonrojaba recordando eso.
- Pues la verdad tú aun me gustas- dijo haciendo que me atragantara con mi saliva al igual que Sam.
- Pero miren al parecer el nuevo nos salió marica- dijo burlonamente Evans en vos alta, llamando la atención de todos en la cafetería, Max se enojó y se levantó.
- Algún problema – mascullo mientras se alzaba las manga de la camisa dejando a la vistas sus sexys músculos.
- Pues no está nada mal- me dijo al oído Sam, y yo me sonroje por ello, esto no se pondría bueno así que me levante y tome del brazo a Max para llevarlo lejos de mi hermanastro.
- Que acaso la marica le gusta Alex- dice haciendo que los idiotas del comedor se rieran menos Sam, Diego y sus amigos que estaban serios.
- Pues la verdad es que si a mí ME GUSTA ALEX algún problema- silencio sepulcral incluso yo me quede estático, MAX porque..
- Pues si porque Alex.. el.. sale con Marcos- dije de repente Evans para librarse del embrollo que se había metido, un ohhh salió de la bocas de todos mientras veían a Marcos con la rubia en sus piernas, este no decía nada solo nos veía indiferente y la perra esa no se paraba acaso no se daba cuenta que la miraban como una cualquiera.
- QUIEN DIABLOS ES MARCOS- grito celoso y enojado Max ahora sí que se armó la buena, moriré joven lo sé.
- El- dice con burla Evans señalando a Marcos y al grupito de sus amigos, yo apreté con fuerza el brazo de Max tratando de que no hiciera una locura.
- El puff… pensé que sería alguien no se mejor, pero si tú eres Marcos pues no me importa, te advierto que a partir de ahora Alex es mío, mas bien tu no lo mereces- dice casi como si le estuviera declarando la guerra, Marcos se levantó y con sorna lo miro.
- Dices que es tuyo pero hace dos días el me besaba a mí- otro ohhh se escuchó, mientras todos se volteaban a ver ahora a Max.
- Un beso así- dijo mientras me tomaba de la cintura y me besaba en la boca haciendo que un nuevo silencio se adueñara del lugar, todo pasó en cuestión de segundos el beso, el movimiento brusco, el puño de Marcos impactando en la cara de Max, este en el piso.
- No un beso así- mascullo besándome, de manera desesperada adentrando su lengua en mi boca, reclamándola como suya, separe mis labios de los suyos pues me sentía usado.
- A duele- gruñí al sentir la fuerte presión en mi brazo, mire a Marcos, quien me veía con furia me sentí intimidado y de un momento a otro Marcos estaba en el piso y Max le estaba rompiendo a puñetazo limpio, esto se complicó y entre gritos llegaron los profesores, y en cuestión de minutos Max y Marcos estaban separado Max con un ojo morado y Marcos con la nariz rota, esto se miraron fijamente y luego me miraron a mí solo para pronunciar una sola frase que me helo la sangre “tú eres mío” fue lo que murmuraron antes de ser llevados a la oficina del director.