— ¡Chicos, esperen! ¡Yo no quiero jugar a esto!
— Minseok, relájate. Jongdae es un buen chico, no tienes nada de qué preocuparte. —Jongin le asegura, con una brillante sonrisa adornando su rostro. Baekhyun tiene el honor de cerrar la puerta, asegurándose de cerrarla desde afuera y después simplemente grita desde el otro lado. — ¡Sus siete minutos comienzan desde ahora!
Minseok golpea la puerta con su puño y se promete a sí mismo que en cuento salga de ahí se vengará de todos sus “amigos”; en especial de Jongin, joder, es su hermano, se supone que la familia se debe cuidar, ¿no? Minseok estaba tan ocupado con su berrinche que pasó por el alto el hecho de que no estaba sólo dentro del armario. Escuchó una risa al fondo del mismo y sintió escalofríos en todo su cuerpo. No, por supuesto que su primera reacción no fue saltar asustado, nope.
Y por supuesto que eso no hizo que la risa del extraño se intensificará.
Era una risa bonita, si se lo preguntan a Minseok bastante melodiosa pero bueno, nadie se lo preguntó.
— Podemos sólo sentarnos aquí sin hacer nada. Digo, no es como que te vaya a obligar. — El extraño comienza y si Minseok no mal recuerda, Jongin gritó un nombre antes de cerrar la puerta del armario; Jongdae. —Además, estoy seguro de que eso sólo los hará enojar. — Jongdae dice mientras sonríe cálidamente.
Era la fiesta de despedida de Tao, uno de sus amigos desde la preparatoria, él era chino e iba a regresar a su nación; sus amigos de la universidad habían organizado una fiesta de despedida invitando a todos sus amigos coreanos, desde los de la preparatoria, es por eso que contactaron a Minseok, Jongin y Baekhyun. A decir verdad, Minseok sólo puede recordar un par de nombres de los nuevos amigos de Tao, Junmyeon, Yixing, Kyungsoo y Yifan –quien al parecer está saliendo con Tao pero shhh, nadie ha confirmado nada aún-.
Ah, y por supuesto, Jongdae.
Con quien, por azares del destino –y por azares me refiero a sus amigos, más los amigos de Jongdae- terminó encerrado en un armario.
Él estaba sentado en el sofá, bebiendo tranquilamente de su cerveza cuando 3 chicos le abordaron y prácticamente le cargaron hasta el armario.
A decir verdad, era un bonito armario, bastante espacioso y hasta tenía un foco que colgaba en medio de la habitación. Bien, quizás el foco no alumbraba lo suficiente pero, al menos era capaz de ver el rostro de su acompañante. Pero bien, eso no es lo importante aquí.
Minseok niega con la cabeza, agitando su bonito cabello castaño hacia los lados.
Maldita sea, Minseok piensa, ni siquiera se había detenido un momento a pensar en los sentimientos de Jongdae.
El que alguien se niegue de manera tan rotunda a jugar “7 minutos en el paraíso” contigo… ha de doler.
Minseok se recarga en la puerta mientras observa como Jongdae se pone cómodo en el piso del armario. — Lo siento. — Comienza. —Es sólo que no estoy muy familiarizado con ésta clase de juegos.
— ¿Es tu primera vez? — Él le pregunta, su voz va acompañada de un ligero tono de preocupación.
Minseok asiente lentamente en respuesta. — Sí. Jamás he hecho esto… Y jamás pienso regresar a una de estas fiestas.
— No seas tan malo. — Jongdae sonríe de lado. — Ellos sólo están tratando de divertirse.
— ¿Y se divierten encerrándonos en un armario? — Minseok se queja.
— Es un armario bastante amplio, hay que admitirlo.
Minseok pone los ojos en blanco. — Como sea. — Jongdae ríe ante el pequeño berrinche del castaño.
—Además…Hay una intención detrás de todo esto.
— ¿De verdad? — Minseok pregunta mientras enarca una ceja. — ¿Cuál?
Jongdae rasca la parte posterior de su nuca, luciendo incómodo y sonríe. — Promete no reírte.
— No puedo, ahora estoy aún más curioso.
— Bien. — Jongdae se rinde. — Quizás les dije algo parecido a que… bueno… tú…—Suspira derrotado. — Les dije que me parecías realmente lindo. Es por eso que—
— ¿De eso se trata todo esto?
— Ah… bueno, sí. — Jongdae luce realmente nervioso.
En realidad, la situación le parece bastante tierna, es por eso que deja que una enorme sonrisa se instale en sus labios. Jongdae se contagia por la repentina alegría de Minseok y corresponde a su sonrisa. Si no fuera por la falta de luz, Minseok habría notado que Jongdae estaba sonrojado.
Y Jongdae intenta mirar a Minseok a los ojos pero él le evade cada vez que sus miradas se cruzan aún de manera fugaz.
—¿Por qué no me miras? — Jongdae se burla. — Oh… Te estas sonrojando.
— No es verdad. — Minseok se defiende y Jongdae sólo ríe porque sabe que el otro está mintiendo. —Cállate, ¿Por qué te ríes, uh?
—No quiero callarme. — Jongdae dice a la vez que sacude su cabeza hacia los lados. — Con el sonrojo luces incluso más lindo.
— Tsk. — Minseok se mofa. — ¿Cuánto llevamos aquí adentro?
Jongdae lo piensa. —¿Alrededor de dos minutos? — Minseok suspira. —Wah, ¿De verdad te molesta tanto estar aquí conmigo?
— ¿Qué? No. — Minseok teme que Jongdae de verdad crea eso.
— Ah, entonces lo estás disfrutando. — Jongdae lo molesta y Minseok bufa.
— ¿No hay punto medio?
— ¡Claro! — Jongdae dice entusiasmado. — El punto medio es en donde disfrutas de mi compañía pero desearías que esto no estuviera pasando en un espacio tan reducido.
Minseok sonríe tiernamente. — Sí, justo así.
— Basta. — Jongdae le dice de repente. — Deja de sonreír así. — Entonces Minseok frunce el ceño de manera juguetona y Jongdae ríe. — Me llamo Jongdae, Kim Jongdae por cierto.
Minseok, tu madre estaría avergonzada de tus modales, piensa, ni siquiera te has presentado de manera adecuada.
Bueno, tampoco es como si hubiera tenido oportunidad de ello, sólo habían sido lanzados dentro del armario y después de eso Minseok se había encargado de avergonzarse a sí mismo convirtiéndose en una bola de nervios y sonrojos.
— Me llamo Mins…-
— Lo sé… — Jongdae le interrumpe y Minseok le mira interrogante. — En cuanto dije en voz alta lo lindo que me habías parecido, Jongin comenzó a soltar datos acerca de ti.
— Ese maldito traidor.
— Tranquilo, no dijo nada que pudiera avergonzarte. — Minseok da las gracias al cielo en su interior. — Sólo menciono tu amor por los dulces.
— Ah… sólo eso.
— Pero eso está bien, me da material para una cita. — Jongdae arquea una ceja. — ¿No lo crees?
¿Qué?
¿Cita?
— Así que, ¿Qué dices de largarnos de la fiesta e ir por un par de crepas, uh? Conozco un lugar asombroso, las sirven con crema batida y te regalan una taza de chocolate caliente y… — Jongdae detuvo sus palabras cuando notó que Minseok estaba mirando hacia otro lado y por un momento, sólo durante un par de segundos, creyó que le rechazaría. — Es decir, sólo si quieres ir, por supuesto. — Pero la idea fue desechada en cuanto la comisura derecha de sus labios comenzó a elevarse.
— Pero tú te encargaras de decirle a los chicos, yo solo me escabulliré por detrás del jardín.
— Cariño, tú déjamelo todo a mí.