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Jugando a Amar por SYRY

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Notas del fanfic:

Gracias por Su apoyo

Notas del capitulo:

Espero que lo disfruten. Corregidas las pequeñas faltas.

 

Jugando a amar
 

 

Fic original

 

 Por Syry

 

Todos los personajes y la historia me pertenecen. Si quieren usarlos, consulténme, no fomente el plagio.

 

Toda situación es inventada, cualquier parecido real es pura coincidencia. Sin más, el fic

 

Prólogo

 

 

 

-Buenos dias... bola de grasa- gritó mientras reía,  desquiciada, Nathaly, una chica muy hermosa, de largos cabellos rubios, ojos aguamarina y labios carnosos y rosas. Era la chica más popular del instituto, por ser la más hermosa, sin embargo, era la más cruel e insensible, la típica nena rica que insulta al que considere feo o inferior de algún modo, como por ejemplo económico. De quien se reía y al que había insultado era Dariel.

 

Dariel  un chico bajito, bastante gordito, de brazos, piernas, y cara rollizas, ojos chicos, pero de un hermosísimo color jade, labios finos, pero rojos cual cereza, pelo negro, cortado a capas, y una piel muy morena. Lo que la gente “superficial” considera un chico gordo y feo. Pero sólo lo parece, si no miras más allá de las apariencias.

 

Dariel es un chico de catorce años, en pleno desarrollo de la pubertad, pero con un increíble sentido del deber y la justicia, tierno, generoso, honorable, tranquilo, agradable, simpático y soñador. No era un chico que sobresaliese en sus notas, mas sin embargo, no había quien le superase en conocimientos sobre literatura, filosofía o historia. Sabía tanto en estos términos gracias a su gran pasión:

 

La lectura. 

 

Amaba leer más que nada en la vida. Le  gustaban todos los géneros, narrativa extranjera, romántica, suspense, testimonio... todo. Según su psicólogo, se debía a que quería ocultarse del mundo... y quizás así era, pues desde que entró al instituto era objeto de burlas por parte de sus compañeros debido al físico. Burlas como la antes pronunciada.

 

El chico, intimidado por todas las miradas puestas sobre él, sólo agachó la cabeza, conteniendo a duras penas las lágrimas

-Hola... –susurró pasito y lentamente; Sintiendo como sus compañeros se reían, se dirigió a su pupitre.

 

Tan absorto en su mundo estaba, que no se dio cuenta de que su ‘amor prohibido’ entraba a clase. Su amor era prohibido por tres razones principales: Era hombre-Dariel es gay pero ÉL no -ÉL era el chico más guapo y popular del Instituto , el mejor, y él no -ÉL era rico, y él no

 

Gael era el chico más popular del Instituto , todas las chicas iban tras él, pues es, supuestamente,  perfecto: guapo, alto, delgado, inteligente y amable. Además, era hijo de un importantísimo empresario que poseía la mayor internacional de Europa.

 

Dariel se reconocía que había apuntado demasiado alto, pero ¿cómo evitarlo? Él no era gay, es decir, Dariel nunca sintió nada de ese calibre por nadie, ni chico ni chica. Pero si  por gustarle... no, si por amar a Gael era gay, pues lo era, pero todo iba más allá.

 

En el lejanísimo caso de que Gael fuese gay, ¿cómo se fijaría en él? Un chico gordo, feo, bajo y ‘tonto’, con nada interesante en su persona...

Pero se enamoró de él porque era el único que no se metía con nadie, en consecuencia tampoco con él. También sabía que si no le habían pegado era por la influencia de Gael. Además, a veces, le saludaba y le preguntaba qué tal le iban las cosas. Pero sólo cuando únicamente estaban ellos dos en el salón

 

Para Dariel eso era más que suficiente.

 

Era su ilusión, su fuerza, su meta. Cada mañana, se levantaba por verlo. Y sabía, muy dentro de sí, que si aún no se había suicidado era por él. También sabía que estaba mal depender así de alguien, pero solo le quedaba aceptarse. Además, lo último que se pierde es la esperanza... ¿no?

 

||||*|||||*|||||

 

Entraba a clase como siempre, con paso seguro y la mirada al frente. Estaba un poco cansado de la rutina de ser el más guay... ya había saludado a medio Instituto. Todavía le quedaba la otra mitad. Suspiró resignado. Un suspiro que, como siempre, pasaba desapercibido por todos, menos por su ‘admirador secreto’. Todavía sumido en su mundo estaba, cuando entró el profesor de literatura.

 

Odiaba esa materia. Leer no era lo suyo... desde luego que no, lo suyo eran las motos, los  coches y las matemáticas. Pero sin embargo, un chico de su clase estaba tremendamente feliz. Era su clase favorita. Hoy iban a hablar de obras dramáticas, es decir, de Shakespeare, principalmente. A los cinco minutos de la entrada del profesor, se hallaban leyendo uno de tantos pasajes de la obra "Romeo y Julieta", concretamente la parte del balcón. En la cual, Julieta susurraba al viento el discurso del nombre de las rosas.

 

-A ver, chicos, ¿Alguien podría opinar sobre este pasaje?-Cuestionó el profesor

 

Tímidamente, Dariel alzó la mano

 

-Bien Dariel, comienza

 

-Lo que Julieta se dice a sí misma y a su amado, es que la necedad de sus padres, de aferrarse a un odio que residía en el apellido es absurdo, pues pese a todo son personas. De ahí el porqué del ejemplo de la rosa. Quizás alguien la odie por llamarse ‘rosa’ pero sin embargo, incluso llamándola simplemente flor, el aroma, el color, la forma... todo eso se mantiene.-ciertamente, sólo había repetido las palabras de Julieta a su manera.

 

-Excelente explicación. Ha ganado 0’25 puntos extra para su nota de examen, Dariel. Enhorabuena.

 

-En algo tiene que ocupar el tiempo... a parte de comer- soltó venenosamente Nathaly. Toda la clase se rió, menos un chico de pelo castaño oscuro y ojos azules. Gael observaba impotente la escena, no sabía qué hacer, quería defender al chico, pero no quería perder su popularidad. Y eso que a él no le parecía un chico tan malo.

 

De hecho, el único defecto que le veía era su gordura, ya que el chico poseía lindísimos ojos de un intenso y precioso color jade. Además, era inteligente y noble, datos que conocía por hablar con él, claro, siempre a escondidas. Jamás pondría en peligro su popularidad. Y no por él, sino por su padre. Su padre creía que, sólo quien era admirado desde siempre, podía conseguir respeto en el futuro.

 

Despertó de sus pensamientos al ver a Dariel salir de la clase con sus cosas... ¿qué habría pasado mientras él estaba en el mundo de sus pensamientos? La voz desdeñosa de Nathaly se lo reveló

 

-Ese estúpido niñato, suerte tiene de ser el favorito del Profesor, se le saltan dos lagrimillas por no saber aceptar la verdad ¡Y le dan permiso para marcharse a su casa! Esto es ilógico...

 

Ahí dejó de escuchar. Se puso en pié y le dijo al maestro que desde hacía rato intentaba ir al servicio, pero que con lo sucedido recientemente no lo había querido pedir. El maestro le dio permiso y Gael salió apresurado del salón. No sabía porqué, pero necesitaba comprobar por sí mismo que ese niño estaba bien.

 

Caminó sin rumbo  fijo, recorriendo con sus azulados ojos todo lo que ocupaba su campo de visión. Y entonces lo vio... sentado bajo un árbol... con cristalinas lágrimas evaporándose de sus sonrosadas mejillas...

 

Leyendo

 

Ante esto se quedó atónito, pero decidió acercarse. Se sentó al lado de él sin que se diera cuenta. Mirando al frente, comenzó a hablarle a tan lindo chiquillo.

 

-Deberías ignorar las palabras de esa estúpida víbora-Le dijo, sobresaltándole

 

-Me gustaría hacerlo, pero ¿Cómo?-susurró sin mirarle aún

 

-Simple: ignórala

 

-Eso es fácil para ti, que eres popular, que nunca has sentido esto-por fín le miró

 

-¿El qué?¿Qué sientes?

 

-Solo... estás rodeado de gente, pero te sientes solo. Y a peor, de mí se burlan... ¡joder! Sólo porque me gusta leer, ¿Qué pasa?, ¿Si me gustara follar sería un puto?o ¿Qué?

 

-Menudo vocabulario -dijo mientras una sonrisa traviesa bailaba en sus labios.

 

-El que en realidad tengo -susurró derrotado -En serio, es la verdad

 

-¿Qué lees? -Preguntó, cambiando abruptamente de tema

 

-Buen cambio...  –dijo enseñándole la portada

 

-“La eternidad del instante”, buena elección, un libro realmente profundo, aunque yo prefiero “las mil y una noches” un clásico de los grandes- Y mirando a Dariel a los ojos sonrió con sinceridad, provocando que Dariel se sonrojase

 

-Bueno, no niego que a mí también me guste "las mil y una noches", pero ahora leo este

 

-Ya, ya, yo ahora leo "Rimas y leyendas, de Bécquer"

 

-¿En serio? -cuestionó Dariel alzando delicadamente la ceja derecha

 

-Sí, tengo alma bohemia -dijo dramatizando, provocando así la cristalina risa de Dariel.

 

-No sé si alma bohemia, pero sí de cómico... –reía mirándole. Luego de unos minutos, se calmó y, poniendo una suave sonrisa y dulcificando su rostro, le dijo a Gael-Gracias

 

-Un placer -Le dijo, entre serio y burlón, contagiándose de la sonrisa y  expresión tierna del pequeño... realmente... Dariel era hermoso... más allá de lo que la estética actual marca... es hermoso porque... su corazón se refleja en su expresión.  Y no quiso saber porqué, pero deseó besarlo...

 

Pero no lo hizo.

 

-Bueno, Dariel, creo que sería mejor que volviese a clase, porque supuestamente, estoy en el aseo. Un placer conocerte, baby. Chao

 

-Chao -dijo muy sonrojado por el último comentario de Gael

 

Dariel vio marchar al chico del que estaba enamorado con una genuina sonrisa. Ahora se marcharía a su casa, pues aunque Gael le hubiese dado nuevas esperanzas con sus palabras, no tenía fuerzas para enfrentar a sus compañeros.

 

Mañana sería un nuevo día


 
Continuará...
 


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