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And Lately, I Think of You por Breniiful

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Notas del fanfic:

¡hola!

Esta vez les traigo un short fic de 6 capítulos por el cumpleaños de Levi bebé -3-

Será una trama sencilla, no estoy conforme con el resumen quizá lo cambie conforme cada capítulo, aún no lo sé…

Oh, también debo advertirles que habrá un poco de Levi x Erwin & Jean x Eren, no quería hacerlo pero era necesario para la historia.

Los personajes de Shingeki no kyojin no me pertenecen ;____;

Notas del capitulo:

Sin más que decir, espero que les guste :D

 

  Nothing without you

 

— ¿Acaso no te importo? —

 

La mirada gris se mostraba serena ante los reclamos de una suave voz, tratando de evadir todo contacto con unos preciosos ojos esmeraldas.

 

— ¡Responde Levi, con un demonio!  Parece que esta relación te importa una vil mierda—.

—Terminemos—.

 

Frio, sin demostrar sentimiento o emoción alguna. Eren jamás pensó que esa relación por la que dio todo terminaría de esa forma tan indescriptible.

 

— ¡¿Qué?! —.

—Lo que escuchaste, ahora lárgate de mí vista pequeña escoria—.

 

Ningún reclamo salió de la boca del castaño, ya era demasiado luchar por algo que estaba más destruido que sus viejas pertenencias escolares. El único sonido presente fue el rechinar de la puerta al abrirse, dejando a un lado todos esos sueños consumidos de un amor que pareciese que iba a durar un para siempre, siete años desperdiciados en una relación en la cual los sentimientos no eran equitativos en ninguna de las partes.

 

Levi Ackerman pensó que todo iba a ser fácil, el superar una simple ruptura de un amor que creyó inquebrantable era tan sencillo como preparar té por las mañanas, quizá lo único que no tenía contemplado, era que sacar la esencia de Eren Jaeger de su cuerpo iba a ser el caso más complicado que iba a afrontar en la vida.

 

1.Estrellas fugaces regadas en el piso de colores.

 

“En tu escritorio, con tus lápices de colores

el mensaje dejado en el papel A4.

Sin expresión lo contemplo por mucho tiempo,

y de repente…”

 

—Levi-san, despierte, el té ya está listo…

 

El molesto sonido de la alarma se escuchó por toda la habitación, haciendo un eco profundo y martirizando la cabeza de Levi. Aquel día no habían los ‘te amo’ regados por el aire a los que estaba acostumbrado, ni el olor de un té fresco preparado por la persona amada.

 

El lunes comenzaba y con él, el inicio de una semana de mierda para uno de los abogados más famosos y mejor pagados de toda Europa —Levi Ackerman—.

 

Se levantó de la calidez que le proporcionaban las cobijas con un gesto de desagrado total, era demasiado temprano y las rodillas comenzaron a dolerle por el frio, no lo aceptaba, pero en definitiva la edad era un factor que comenzaba a afectarle. Luego de una ducha breve, el segundo sonido matutino más fastidioso lo agobio durante los siguientes segundos, y en ese instante quiso mandar su vida al carajo por siempre.

 

—Idiota de mierda—.

— ¡Hey, enano gruñón! Hoy amaneciste más amable de lo normal, ¿acaso sacaste toda la rabia acumulada en ese diminuto cuerpo echándote un buen polvo? —.

—J-o-d-e-t-e—.

 

Levi pudo jurar que la risa de Hanji Zoe se escuchó casi a cuatro cuadras de su departamento, tenía que aceptar que la loca era su mejor amiga y colega, aunque eso no remediaba que el recibir llamadas mañaneras provenientes de ella fuera similar a una reverenda jalada de bolas.

 

—Sabes que bromeo, sé de muy buenas fuentes que no te has podido acostar con nadie desde que terminaste con Eren, y de eso ya van casi cuatro meses. ¡Es hora de buscarte un novio nuevo! —.

—Adiós—.

—Oye, no. Erwin te necesita para…—.

 

Colgó inmediatamente, ya que el tercer sonido que más odiaba escuchar por la mañana —o en cualquier momento del día— era el nombre de Eren Jaeger salir de los labios de cualquier persona.

 

Rápidamente se alistó con un traje a juego con los un par de zapatos lo mejor pulidos posibles, Levi odiaba el desorden, siempre que se tratase de su persona todo se resumía a una simple palabra perfección. El cual también era uno de sus peores defectos a decir verdad.

 

El departamento en el que vivía era simple y elegante, cada detalle fue minuciosamente escogido, aunque esa mañana en especial… una mesa no encajaba con todo lo demás. Y es que era una mesa sucia, regada con pergaminos y con acuarelas ya secas.

 

Cuatro meses habían pasado desde que había concluido una de las relaciones más largas de su vida, continuó pensado en ellos hasta que la mantequilla se derritió en sus labios. Aquellos colores provenientes de las acuarelas ya estaban muertos, ya no brillaban en aquella mesa, de repente en algún lugar de su cuerpo sintió un escozor repentino.

 

»Algo falta«

Quizá solo tenía que limpiar todo y reorganizarlo otra vez.

.

.

.

.

.

 

— ¿Por qué me miras así, viejo pervertido? —.

 

Un profundo enrojecimiento y una mirada esmeralda sorprendida surgieron al ver las intenciones de un hombre de cabellos azabaches.

 

—Eres jodidamente sexy cuando pintas, pequeño mocoso—.

 

La risa cálida de Eren Jaeger era uno de los placeres matutinos que más disfrutaba oír Levi Ackerman. Los lunes siempre eran difíciles, aunque esos gestos, sonrojos y esos preciosos ojos hacían que el flujo del día siempre fuera apacible. En definitiva Levi estaba horrorosamente enamorado de un chiquillo de 18 años.

 

—Que romántico te pones por las mañanas, eh—.

 

Levi rodó la mirada y maldijo por dentro, en las mañanas molestar a Eren era otro de sus placeres culposos.

 

—Levi-san, espera—. Gritó Eren de un momento a otro. —No te muevas, estas en un ángulo perfecto, quiero capturar este instante—.

 

Las manos del castaño se movieron hábilmente por todo el pergamino, el tener una pareja con talentos artísticos eran de vez en cuando algo fastidioso para el de ojos grises, aunque al final del día terminaba adorándolo. De un momento a otro un boceto de un hombre no mayor de 30 años apareció plasmado en medio de grafito.

 

— ¡Ta-da! ¿Te gusta? —.

—Es horrible—.

 

Eren puso una cara de desánimo total y Levi se lo quiso comer a besos por el resto de la eternidad, a sus 29 años y con toda su experiencia, aun le era muy difícil expresar abiertamente el cariño que sentía por su joven pareja. El de ojos esmeraldas vivía de las expresiones del azabache, así que su propósito era sacar siempre a Levi de su zona de confort.

 

—Te odio—. Soltó Eren bastante herido.

—Yo también—.

 

Levi continuó concentrado en el periódico del día, cuando sintió unos dedos húmedos en sus mejillas.

 

—Maldito mocoso, ¿Qué carajo hiciste? —.

 

Eren salió corriendo con su mochila al hombro, antes de que fuera aniquilado por los filosos puños de su pareja.

 

Ackerman se levantó rápidamente de la silla para ver que había hecho otra vez el mocoso y repasando en su mente una serie de insultos que tendría preparados nada más lo encontrase, nadie se atrevía a arruinar su perfecta persona sin que hubiera un castigo, nadie, ni siquiera Eren.

 

Aunque lo que el espejo le mostró, era otra de las razones por las que quisiera atesorar al castaño solo para él, siempre. Un bonito corazón dibujado con tintas de acuarelas con una ‘L’ y una ‘E’ en medio, era un gesto demasiado infantil y lindo, sobretodo lindo.

 

—Jodido Eren adorable—.

 

Iniciar las mañanas con una sonrisa a causa de las travesuras de Eren, eran algo cotidiano y que siempre iluminaban la vida de Levi; en verdad el mocoso había llegado a bombardear con colores la nube gris en la que siempre había permanecido.

 

 

2.  Memorias plasmadas en el aroma de una bufanda desgastada. 

“Tu camisa, tus jeans,

tu bufanda con un aroma desgastado.

Sin expresión los toco durante mucho tiempo,

y de repente…” 

Por fin era viernes, había pasado una semana de trabajo catastrófico, se sentía profundamente solo, estúpido y vacío. El llegar a casa después de laborar era un vil tortura para Levi, por primera vez en la vida tenía que darle un punto a la cuatro ojos de mierda, en verdad necesitaba echar un buen polvo con alguien, de esos que le quitan el estrés a las personas después de sobrellevar tanta mierda.

 

Al terminar de ducharse, Levi estaba listo para liberar todo el cansancio de su cuerpo, salió del baño con una toalla enredada en la cintura, dispuesto a encontrar una pijama adecuada para el frio Invierno. Cuando abrió el ropero lo primero que apareció fue una deshilachada bufanda roja, cientos de recuerdos llegaron a su mente sofocándole hasta el punto de no poder respirar. Sin saber por qué la tomó de allí y se la envolvió en el cuello, el frio de Londres era un tema de cuidado y él siempre había sido demasiado friolento para su  gusto.

 

Ya dentro de las cobijas y con aquella prenda rodeándole el cuello no conseguía calentarse, quizá solo era una mala noche.

 

—Levi… ¡Abrázame!

 

Aquella voz volvió a retumbar en su mente al momento de aspirar aquel olor desgastado, se envolvió a sí mismo en la soledad de aquella habitación, dispuesto a conseguir el sueño a como diera lugar.

 

»Algo falta«

Quizá solo tenía que encender la calefacción.

.

.

.

.

.

 

—Hey Levi, ¡mira! —. Eren corrió cual niño pequeño emocionado, mientras tiraba de la mano de un azabache malhumorado de ojos grises.

—Woah—.

 

Los ojos del castaño se iluminaron al observar las prendas de invierno que vendían en las calles de Francia, él amaba el invierno, ya que los pretextos para tener a Levi pegado junto a él aumentaban en esas fechas.

 

— ¿Te gustan esas baratijas, mocoso? —.

 

“Bufandas para pareja”

 

—Son increíbles, ¿no? —.

 

Levi solo pudo rodar los ojos ante los gustos tan excéntricos de su joven pareja, ahora solo faltaba que comprase una y que lo obligara a usarla, y él por supuesto, no iba a ponerse encima semejante prenda de mal gusto.

 

— ¡Compremos una! —.

 

Eren sonrió al decirlo y los ojos grises de Levi se tornaron sombríos porque su vida con el mocoso era bastante predecible, además que siempre le obligaba a hacer cosas que le disgustaban.

 

—Eren, mocoso. Comer tanta mierda en la calle te está afectando severamente el cerebro, estás loco si piensas que yo voy a usar semejante bazofia—.

—Vamos, no te cuesta nada, además te estas congelando y no trates de negarlo porque tu cuerpo te delata—.

 

Era cierto, Levi era uno de los seres más friolentos del Universo, ahora mismo su tez blanca estaba toda roja por el frio y que decir de las grietas de sus labios finos causadas por las fuertes ventiscas de Diciembre.

 

—No mocoso, no es no, ¿acaso no lavaste bien tus oídos por la mañana? —.

 

Unos labios cálidos rozaron los suyos, mientras unos delgados brazos se le colaban por la cintura. Oh, sí, el mocoso era un jugador muy sucio y sabía la manera de manipular a Levi para que este no le negara nada.

 

Con un hermoso sonrojo en las mejillas, Eren acomodó la enorme bufanda roja en ambos, para así proseguir caminando por las concurridas de Francia.

 

Se amaban, sí, definitivamente lo hacían.

.

.

.

.

.

“No soy nada sin ti,

Aunque sonría todo el día.

No soy nada sin ti,

Incluso cuando tengo buena suerte”

 

.

.

.

.

 

3.      Aquellos ‘te amo’ colgados en el móvil. 

“Tus bromas juguetonas,

tu canto grabado en una cinta.

Sin expresión lo escuchó durante mucho tiempo,

y de repente…”

 

—Abogado Ackerman, disculpe por interrumpir, tiene una llamada por la línea dos, dicen que es urgente—.

 

Por primera vez en el día, Levi agradecía que Petra interrumpiera una de sus importantes —y tediosas— reuniones que tenía una vez por semana con Hanji y Erwin.

 

—Buenos días, habla Levi Ackerman—.

—Levi-san, ¿va a llegar a comer? Esta vez preparé algo sin quemar la cocina…

 

El no dormir le estaba provocando tener alucinaciones frecuentes, o quizá la locura de la cuatro ojos comenzaba a ser contagiosa. Un vacío se instaló en su pecho y de golpe volvió a la realidad.

 

—Levi, soy Mike. El caso de Annie se ha complicado necesito que salgas de inmediato para Francia, es un asunto de vida o muerte—.

 

La mierda comenzaba a juntarse demasiado pronto, nunca el trabajo que amaba lo había agobiado a tal grado de quitarle el sueño por las noches, se sintió solo de repente.

 

Incluso aunque el sol comenzaba a salir, la melancolía lo iba invadiendo poco a poco, casi como si la maldita disfrutara torturarlo.

 

»Algo falta«

Quizá solo tenía que decirle a Petra que ya no le pasara llamadas mientras estuviera en una junta.

.

.

.

.

.

— ¡Eren, pásame mi jodido celular! —.

 

No recibió respuesta alguna, tan solo una mirada de intenso odio mientras él continuaba acomodándose la corbata.

 

Levi se preguntaba si el vivir juntos había sido una buena idea, ya que de eso apenas tenían semana y media de haberlo intentado, y no habían parado de pelear después de eso.

 

Que si Eren dejaba la pasta abierta en el baño o que si Levi era demasiado gruñón para mimarlo de vez en cuando, sin querer cualquier acción errónea por parte de los dos provocaba una pelea.

 

Para colmo, descuidadamente Levi había tirado una de las pinturas de Eren a la basura, sin saber que esa era uno de sus trabajos finales de la Universidad, y ahora, gracias a su adorado novio iba a obtener un excelente cero.

 

Después de eso Eren no le hablaba, no había sexo ni besos al despertar, solo un simple muñeco de ojos esmeralda que lo miraba con desprecio.

 

Desde entonces habían iniciado una especie de competencia, porque Eren era infantil y necesitaba vengarse de Levi, así que como primer paso de su venganza decidió arruinar uno de sus trajes favoritos.

 

Pero eso no se había quedado atrás, Levi también había querido entrar al juego como buen adulto maduro, después de que Eren arruinó su Hugo Boss favorito, él se encargó de tirar en el lavadero cada una de las pinturas nuevas y caras que le había traído desde Francia.

 

Sinceramente, Levi ya estaba harto, después de ir a la oficina con una camisa llena de ositos y que Hanji le escupiera en el rostro, era un buen momento para retirarse de la batalla.

 

—Eren, niño idiota, basta ya de jugar—.

 

Con un beso bien dado que le dejó las piernas como gelatina a Eren, con eso se daba por finalizada la fiera batalla en la que los dos habían sido grandes protagonistas.

 

Pero Eren ya la había regado después de todo…

 

Aquel día Levi tenía una reunión importante con otros abogados renombrados de Europa, con quienes iba a cerrar un trato bastante significativo.

 

Cuanta fue su sorpresa al escuchar sonar su celular en plena reunión con un tono bastante desagradable.

 

“Levi, mi amor. Deja de ordenar tus calzoncillos por colores y ve a contestar. ¡Te amo!”

 

Esa era la voz de Eren, ni en un millón de años Levi se podía equivocar. El azoramiento se le subió al rostro, casi estaba seguro que todos los colores del arcoíris se reflejaban una y otra vez en su cara, pudo ver la manera en que sus colegas se mordían los labios para no reírse, y eso lo llenó de coraje casi al punto de explotar.

 

Ahora si el mocoso de mierda estaba muerto, y Levi iba a gozar placenteramente su muerte, porque esa noche lo iba a torturar de una manera que ambos disfrutasen, sobre todo él.

 

4.      El ridículo pasar del tiempo 

“Saludo a las personas y

sonrió a todo lo que dicen.

Sin nada de qué preocuparse

y simplemente vivo mi día a día.”

 

Era sábado por la noche, Levi estaba con el humor un poco decaído, un poco triste, se sentía solitario y sin ganas de hacer nada.

 

La vida era tan monótona, era como si estuviera en una eterna nube gris por siempre.

 

El timbre sonó, era un número desconocido.

 

—Levi-san, hoy salí temprano del trabajo, ¿quieres ir al cine?…

— ¡Enano! ¡Te invito a salir, vamos por unas copas Erwin, tú y yo! —.

—Contigo no iría ni a la esquina, anteojos—.

—Entonces con Erwin ¿sí? Sabes que me dijo que planeaba volverte a invitar a salir, como en los viejos tiempos—.

—Puedes decirle que se vaya a la mierda—.

 

A decir verdad antes de salir con Eren, Erwin y Levi habían salido por mucho tiempo, quizá algo más de 10 años, o el tiempo que transcurre desde iniciar la preparatoria hasta terminar la Universidad.

 

Había sido una buena relación, Levi estimaba mucho a Erwin, pero nada más, no le apetecía iniciar algo que ya sabía cómo iba a terminar, no quería perder su tiempo una vez más.

 

—Vamos Levi, necesitas despejarte, sé que aun sigues deprimido pero ya es tiempo de dejar el pasado atrás—.

—Pierdes tu tiempo—.

—No, no lo hago—. Hubo una pausa en la conversación, hasta que Hanji volvió a hablar. —Adivina a quien vi hoy—.

 

Levi se hizo el desinteresado, aunque sabía que Hanji solo le hablaría de una única persona, aquel ser que había capturado su atención durante mucho tiempo.

 

—A Eren, y no sabes lo bien que le está yendo. Parece que próximamente abrirá una galería, y adivina que más—.

 

El tono de Hanji era demasiado fuerte, estaba emocionada, ahora sí Levi estaba preparado para todo, cualquier golpe iba a ser bienvenido.

 

—Al parecer hay alguien que lo pretende y él está a punto de aceptar, sabes me alegro mucho por ese chiquillo—.

 

Los nudillos se le pusieron blancos de tanto poner fuerza en ellos y se sintió molesto sin saber por qué, quizá la idea de salir no era tan mala después de todo.

 

—Está bien, dame la dirección del bar—.

.

.

.

.

.

Fue demasiado ingenuo al creer lo que le dijo la cuatro ojos mierdosa, eso no era más que un plan suyo. Erwin con un enorme ramo de rosas esperándolo en la puerta de uno de los mejores restaurantes de Londres, no podían ser una simple coincidencia.

 

—Levi, hoy luces excelente—.

—Yo no puedo decir lo mismo de ti, Erwin—.

 

La velada transcurrió de forma tranquila, Levi conocía demasiado bien a Erwin, sus gestos, sus sonrisas, no había nada interesante, no era igual que cenar con la calamidad de Eren y eso lo hizo enfadarse aún más.

 

—Yo…—. Levi sabía lo que Erwin planeaba, no por nada Hanji tenía fama de ser la abogada más chismosa dentro de la oficina. —Quiero que vuelvas a salir conmigo—.

 

No había mariposas de por medio, ni sonrojos estúpidos, ni ninguna emoción que hiciera a Levi saltar de la silla, en definitiva ya sabía que era lo que le faltaba, no lo admitiría pero si sabía que era.

 

—Está bien Erwin, démonos otra oportunidad—.

 

Sinceramente no perdía nada al intentarlo, no era lo mismo que con aquella otra persona, eso estaba más que claro, pero si ahora no intentaba nada, la soledad podría volverlo loco.

 

»No soy nada sin ti Eren, solo quiero que lo sepas«

Notas finales:

¿Qué les pareció?

También debo decirles que este fanfic tendrá un final feliz, ya hay suficiente drama en el fandom como para que termine mal (¿??) aunque secretamente me gusta matar a mis personajes favoritos, que para mí desgracia en este anime, mis personajes favoritos son mi OTP a.k.a Levi & Eren XDDDDD

Estoy de vagaciones así que me sobra bastante tiempo por las noches(¿??), así que publicaré pronto, o eso espero!

Gracias por leer! Y hasta la otra actualización :’D

Besos :*

 


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