Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Tú y yo juntos… piénsalo por Haruka Eastwood

[Reviews - 12]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Los personajes de Naruto y Naruto S son propiedad de Masashi Kishimoto, y la canción utilizada es de su creador xD aquí les dejo el link por si quieren escucharla Kurenai – X Japan

Notas del capitulo:

Hola!! Sé que he estado un poco (muy) ausente, y como compensación dejo este pequeño one shot, contado desde el punto de vista de Sasuke :3 ojalá les guste ♥


Mi Facebook por si gustan agregarme

Titulo: Tú y yo juntos… piénsalo

Resumen: Hasta ese momento nunca había sentido deseo por un hombre, menos por Naruto, aunque inconscientemente siempre estuve esperando por él.

Categoría: Naruto

Clasificación: Mayores de 16 años

Género: Erótico, Romántico, AU

Advertencias: Lemon.

N° Capítulos: Único

Por: Haruka Eastwood

 ~ * o0O0o ♦ o0O0o * ~

Tú y yo juntos… piénsalo

Capítulo único: Todo inicio en navidad

«Ding-dong-ding-dong…» Estúpido sonido de timbre y estúpido Naruto, aún no sé cómo diablos es que me convenció para venir a pasar la navidad a casa de su familia. Sé que somos amigos desde hace veinticinco años, puede que más, es igual, incluso soy padrino y tío de su hijo…

Nos conocemos desde él parvulario y desde entonces no he podido sacarlo de mi vida, al principio era como una piedra en el zapato, una muy molesta, estorbosa e idiota piedra. Claro que después de los primeros cinco años he perdido toda la esperanza, pero tampoco es como si me desagradara su presencia. Tan solo es un rubio alegre y demasiado estúpido.

—Sasuke-kun, que bueno que viniste, por favor pasa —Hinata me abrió la puerta invitándome a pasar, así que solo agradecí con un leve movimiento de cabeza—. Naruto está en la sala terminando de poner el árbol.

—Gracias.

Me adentre con paso silencioso yendo hasta la sala. Curiosamente mi mente me remonto once años atrás, cuando el dobe y yo solo teníamos dieciocho años.

En aquel entonces nuestras cabezas estaban llenas de expectativas y sueños, gran parte de ellos absurdos o fantasiosos si los analizo en este momento, aun así era algo que nos hacia ilusión. Recuerdo que estábamos en el primer semestre de la carrera, ambos decidimos tomar derecho. Incluso rentamos un departamento cerca de nuestra universidad, la mejor de todo Konoha, pero fue justamente tres meses después de ingresar a la carrera que Naruto no llego a casa, porque al maldito se le ocurrió presentarse a las dos de la madrugada del siguiente día.

Su expresión era de terror, estaba pálido y podía jurar que a punto del desmayo. Está bien que siempre portaba una expresión de indiferencia, pero hablamos de Naruto, y por más que me pese decirlo es mi mejor amigo, así que termine preocupándome por él. Lo hice pasar a la sala, y fui a prepararle un té para que se tranquilizara, claro que después de la noticia que me dio, era yo quien necesitaba té para los nervios.

Le grite todo el repertorio de groserías que sabía, en todos los idiomas que recordaba, aún así sentía que no era suficiente. Estaba desesperado, y lo entendía, vaya que lo hacía. Y es que no todos los días llega tu mejor amigo a decirte que ha echado a perder su vida. Sueños truncados y esperanzas de un futuro mejor arrojados por la borda en cuestión de horas, todo porque no supo mantener al pajarito enjaulado.

Hinata había quedado embarazada. Llevaban cuatro meses de novios y me sorprende lo fácil que se dieron las cosas, porque la Hyūga ya tenía un mes, por lo tanto, dijera vulgarmente mi hermano: les gano la calentura. Era eso o finalmente esa mujer logro diseñar el plan perfecto para atraparlo, debido a que Naruto me conto que pretendía dejarla, porque estaba interesado en alguien más, aunque nunca me dijo el nombre de la chica, solo que iba a la misma clase que nosotros.

Me conto que Hinata lo cito en un café y le dio la peor noticia de la vida. Claro que no estoy diciendo que Naruto odiara la idea de una familia, de hecho él me llego a comentar que algún día pretendía vivir junto a esa persona especial, sin embargo nunca hablo de hijos o matrimonio, mucho menos de dejar la universidad para buscar un trabajo a tiempo completo y pagar todos los gastos que representa un hijo. Aquel día intente animarlo y le dije: que tan solo se le olvido que existían los benditos condones.

Esa fue la primera vez que lo vi llorar. Finas lágrimas resbalaban de sus ojos mientras me decía lo idiota que era, terminando por abrazarme, y aunque odiaba el contacto de ese tipo termine por corresponder porque… lo necesitaba. Por mi parte odie a Hinata, porque la mitad de la culpa era de ella, sin embargo la maldita se veía feliz con la noticia de tener un hijo de Naruto, incluso juraba que por dentro saltaba de alegría cuando su padre obligo a mi idiota amigo a casarse con ella y hacerse responsable de ese hijo que venía en camino.

Después de todo, sé que el dobe se hubiera hecho cargo de ese hijo sin la necesidad del matrimonio. Por una parte esa fue su desgracia, la mía vino un mes después, ya que una semana antes de la noticia del nuevo Namikaze, yo asistí a una fiesta que organizo el tonto de Suigetsu, más que fiesta parecía una puta orgia y termine enredándome con varias tipas aquella noche.

Entre la bebida, la música, el baile y el sexo sin control, termine completamente ebrio en una de las habitaciones de la casa. Todo me daba vueltas y de lo poco que recuerdo es que con la última chica que estuve no use protección. Maldito Suigetsu y sus fiestas que terminan en orgia, y maldito alcohol. No hace falta decir que desde ese día no bebo ni una gota.

Resulto ser que esa mujer era Sakura, la tipa más insoportable que he conocido y quien me persiguió incansablemente para que saliéramos. Al final no solo obtuvo una cita, sino que quedo embarazada y cínicamente brinco de alegría, diciendo que nuestro destino era estar juntos. Claro que exigí prueba de paternidad, y para mi desgracia salió positivo, fue entonces que mi padre me dio la reprimenda del siglo, alegando que debía hacerme responsable obligándome a casar con la pobre criatura a la que le había arruinado la vida. Textual.

Como Hinata y Sakura eran grandes amigas, quedaron de acuerdo y la boda del dobe y la mía fue el mismo día. A la fecha sigo insistiendo que esas dos lo habían planeado todo, fueron demasiadas coincidencias, pero ya no hay nada que hacer.

—¡Tío Sasuke, que bueno que pudiste venir ttebasa!

Boruto corrió hacía mi, dándome un fuerte abrazo, mientras exclamaba que esta iba a ser una excelente e inolvidable Navidad.

—Realmente pensé que me dejarías plantado ttebayo —Naruto se mantenía con la mirada fija en el árbol, mientras se estiraba para terminar de poner los últimos adornillos de la punta, y sin poder evitarlo mi vista se centro en su cuello—. Con eso de que evitas toda reunión.

—No seas dobe.

Extrañamente no podía apartar la mirada de él, de su rostro y de aquellas muecas infantiles que ponía mientras intentaba centrar la maldita estrella en la punta, estirándose y dejándome ver un poco de su abdomen.

—¿Esta derecha, teme?

Levante aún más mi vista, observando que la estúpida cosa estaba bien, sin embargo quería seguir contemplándolo mientras intentaba acomodarla. Así que sin pensarlo le dije que no, soltando una risilla malévola al ver su puchero de enfado, al mismo tiempo que se paraba de puntillas y estiraba con pereza los brazos para alcanzar la copa del árbol. Esta vez aproveche a ver su acanelada piel, la cual lucia tan malditamente suave, imagine el cómo sería tocarla, y deslizar mi lengua sobre ella, haciendo gemir a Naruto.

Ahora recuerdo que siempre me han encantado sus enormes y expresivos ojos azules, protegidos por unas gruesas y largas pestañas rubias, al igual que sus perfectas cejas. Curiosamente no soy gay, sin embargo él logra que sienta deseos de poseerlo, hacerle gemir mi nombre y reclamarlo como mío, sin embargo sigue siendo mi mejor amigo… y un hombre.

—Aun no queda, dobe~

—Ya no me importa ttebayo, se quedara chueca —exclamo tras cinco minutos intentando acomodar la estrella del árbol.

—Sasuke-kun… ¿cómo está Sakura-chan y la pequeña Sarada? --Pregunto Hinata con inocencia.

Levante una ceja mientras la miraba, la verdad es que no sabía con certeza sobre Sakura, sé que mi hija está bien, sin embargo desde hace cinco años que me divorcie solo la veo dos veces por semana e intento evitar el contacto con Sakura. Lo raro es que ella lo debe saber mejor que yo, después de todo sigue siendo su amiga, por lo que solté un suspiro cansino.

—Sarada está muy bien, de hecho debe estar con sus abuelos maternos para pasar con ellos estas fechas.

No importa cuánto tiempo pase, sigue sin agradarme esta mujer, aunque es más tolerable convivir con ella que con Sakura. Recuerdo que cuando le dije lo del divorcio lloro como magdalena, alegando que éramos muy felices los tres, que ella pondría más de su parte para que nuestro matrimonio funcionara y cientos de estupideces más. El resultado fue el mismo y nos divorciamos, estuve a punto de pedir la custodia de Sarada, para así deslindarme por completo de Sakura, al final mi hermano me hizo ver que no tendría el tiempo necesario para atenderla como es debido, ya que en ese entonces mi hija apenas tenía cinco años.

—Hinata, voy a salir con el teme a comprar algo.

—Oh, está bien, Naruto-kun --nos observo atenta, sin saber que decir mientras nos ibamos.

Voltee a ver a Naruto de manera asesina, ya que nunca me dijo nada de salir, pero cuando me di cuenta ya era arrastrado del brazo por él hasta la puerta. Con fastidio salimos de casa para meternos en su camioneta en completo silencio, mientras él manejaba hacia el centro comercial.

—Sé que no te gusta hablar de Sakura —sonrió.

—No hay nada que decir de ella.

—Lo sé, así que no creo que te importe acompañarme a comprar unos regalos para mi hijo ttebayo. Después de todo eres el tío.

Arquee una ceja, mirándolo.

—¿Pretendes hacer compras de pánico, dobe? —Ironice

—Dirás que vamos, plural, luego pasaremos a tu casa y envolveremos los regalos —me miro con malicia, y no pude evitar asesinarlo con la mirada.

Lo conozco tan bien que sé que es imposible hacerle cambiar de idea, por lo que acabaríamos en mi casa, conmigo cortando papel colorido para los regalos, todo porque el dobe no quiere pagar treinta pesos más por cada regalo, de esa forma se los dan envueltos. «Es demasiado caro por algo tan simple que puedo hacer ttebayo» Es lo que siempre me dice.

Por primera vez, en lugar de ponerse a hablar como perico decidió colocar música, a los pocos segundos comenzó la tonada que da inicio a la canción: Kurenai de X-Japan. Admito que no soy un gran conocedor del grupo, por lo que creí que era algo así como una balada, no sé, una canción triste, la cual comenzó a cantar Naruto, manteniendo su vista al frente, concentrado en el camino.

No podía mirar atrás…

Te habías ido de mi lado.

Sentí dolor en mi corazón…

Tenía miedo de seguirte.

Cuando miré las sombras de la pared.

Empecé a correr hacia la noche…

Para encontrar la verdad en mí

Su voz era dulce, aunque tenía impreso un matiz de melancolía en ella, por lo que me obligue a concentrarme en la letra. Era como si me cantara a mí, pero yo seguía a su lado, no me había ido a ninguna parte… aquí seguiría para él. Pero en el momento en que la voz del cantante se detuvo a la par de la de Naruto, hubo una pausa larga, mientras tamborileaba sus dedos sobre el volante.

Extrañamente un grito, seguido de los acordes de guitarra dieron paso a lo que seguía, ahora ya no era esa música dulce y tranquila de hace unos momentos, más bien parecía una mezcla entre metal, rock o puede que heavy metal… no sé, sin embargo era algo que me agradaba, más que nada porque yo me centre en la voz de aquel rubio idiota que al parecer creía ser una estrella sobre un escenario mientras le cantaba a alguien especial.

Este pueblo donde sopla

Un viento huracanado te abraza

El fuerte viento te hace cerrar los ojos

Empiezas a correr

Como asustado de algo

¿Es que no puedes verme?

Aunque estoy tan cerca de ti

Detuvo el carro cuando el semáforo se puso en rojo y me miro intensamente con esos preciosos ojos azules… ¿Es que no puedes verme? Aunque estoy tan cerca de ti… solo fueron un par de segundos, sin embargo juro que esa frase fue para mí. ¡Claro que lo veía! Siempre lo he visto, siempre consciente de su cercanía, de su presencia… de su todo. Y no pude evitar que un ligero rubor apareciera en mis mejillas, obligándome a girar el rostro hacia la ventana mientras mi corazón latía con desenfreno, como si en cualquier segundo se fuera a salir de mi pecho.

El suspiro de la memoria que se pierde entre la multitud

Teatro en solitario

Sin amor ya no lo puedo soportar

Todo lo que recuerdo de ti

Todo brilla en mi corazón

Mi confuso corazón

Se empapa de lágrimas

Esta vez me sentí culpable. Era curioso como una canción me puede transmitir tantas emociones, tal vez era la letra, el momento o el hecho de que quien cantara a mi lado fuera Naruto, sin embargo no era un momento incomodo, al contrario, más que nunca sentí deseos de obligarlo a estacionarse para abrazarlo y besar aquellos carnosos labios que se movían rítmica y sensualmente con cada frase.

Me he teñido de rojo

Y ya no hay quien pueda consolarme

Nunca volveré a alcanzar esas emociones

Enfrenté del amor encerrado sigo gritando

Tal vez era estúpido creer que intentaba decirme algo con cada frase, impresa de un profundo sentimiento, que hacía que mi cuerpo vibrara y que los bellitos se me erizaran por completo, mientras le contemplaba: concentrado en el camino y en la letra de aquella extraña canción que comenzó a representar tantas cosas para mí… para ambos.

Empiezas a correr

Como asustado de algo

¿Es que no puedes verme?

Aunque estoy tan cerca de ti

Me he teñido de rojo

Y ya no hay quien pueda consolarme

Nunca volveré a alcanzar esas emociones

Enfrenté del amor encerrado sigo gritando

Por fracción de segundos sentí que su voz se entrecorto al cantar lo último, por lo que voltee a verlo. Su expresión, su mirada, su cuerpo… todo él parecía estar llamándome, o tal vez yo era tan idiota para no notarlo. Sin embargo mi voz se había ido y mi garganta se seco al momento de escucharle cantar la última parte de la canción… y es que solo son fantasías mías que intentan ilucionarme con un futuro al lado del dobe, cuando solo somos amigos.

Finalmente llegamos al centro comercial, afortunadamente no había tanta gente como imagine, por lo que no tardamos casi nada en comprar todo lo que el dobe quería. Curiosamente no adquirío nada para Hinata, y cuando le pregunte el motivo solo se encogió de hombros, diciendo que ya le había comprado una bufanda… ¿era en serio? ¿Solo una bufanda? Aun así no dije nada, por lo que tras pagar, nos dirigimos a mi casa para envolver todo, le calculaba que tardaríamos como veinte minutos, pero aun era temprano.

Coloco todo sobre la mesita de la sala, mientras yo iba por las tijeras, al regresar ya se había acomodado y quitado el suéter, empezando a ver el listado de canciones de su teléfono. Ahora recuerdo que para concentrarse siempre ponía música, no sé si es una buena o mala costumbre, sin embargo solo me centre en su cuello e instintivamente me fui acercando poco a poco, rodeándolo por la cintura y recargando mi barbilla en su hombro.

—Teme, ¿qué… haces~? —su cuerpo se tenso por completo cuando enterré mi nariz, entre la curvatura de su cuello y hombro, aspirando su aroma.

Olía tan rico, era una mezcla entre colonia y sudor, aunque me concentre en un aroma más sutil, y delicioso, el olor de Naruto el cual era mucho mejor... era una fragancia exquisita. Para ser sinceros, pensé que se apartaría y golpearía, pero se quedo quieto mientras lo apresaba más contra mi cuerpo, embriagándome de su aroma.

Naruto simplemente es cinco centímetros más bajo de estatura que yo, y ambos tomamos clases de defensa personal cuando éramos jóvenes, por lo que si le molestaba mi cercanía bastaba con apartarme. Pero por un segundo desee que lo hiciera o no podría contenerme, y al ver su actitud para conmigo no me contuve por más tiempo y le gire estampando mis labios contra los suyos de forma salvaje, comenzando a devorar su boca.

Era mucho más dulce de lo que imagine, y mi estomago dio un vuelco cuando sentí como sus labios comenzaban a danzar junto a los míos de manera peligrosa, abriéndose y dándome acceso a su húmeda y caliente cavidad que no dude ni un segundo en recorrer. Comenzando a deslizar mis manos por su cuerpo, frotando mi erección contra la suya por sobre la ropa.

Inevitablemente comenzó a gemir cuando he deslizado mis manos dentro de su pantalón, masajeando su redondo trasero a la par que le masturbaba. Y claro que no me espere que quisiera terminar el beso, mordiéndome el labio antes de separarse. Ahora si creí que me golpearía, pero simplemente esbozo una sonrisa zorruna empujándome contra el sillón, por lo que caí sentado, observando perplejo como se subía a horcajadas encima de mí, empezando a despojarse de toda prenda superior, para después enrollar sus brazos alrededor de mi cuello y ser esta vez él quien devorara mi boca con salvajismo.

Sentía su trasero frotándose contra mi erección que comenzaba a doler, ansiaba poseerlo, no quería esperar ni un segundo más, aunque tampoco quería verme ansioso, por lo que le ayude a levantarse para quitarse el pantalón. Pretendía desnudarlo y volverlo a sentar sobre mí, pero contrario a mis sucias fantasías se agacho y acomodo entre mis piernas, comenzando a deslizar su mano por mi sexo, antes de morder mi erección por sobre la tela del pantalón.

—Joder —brame echando la cabeza hacia atrás, escuchando el suave ruidito del zipper al ser bajado, y mirándolo de soslayo, vi que lo hacía con los dientes, liberando mi erección que froto contra sus labios, llenándolos de liquido pre-seminal, el cual saboreo clavando su vista en la mía—. Naruto~

Era curioso, pero nunca antes me había dejado hacer una felación, ni siquiera con la que fue mi esposa, o las cientos de mujeres con las que he estado y claro que yo tampoco lo he hecho. Es como si mi subconsciente quisiera que reservara ciertos placeres para una ocasión especial, y hasta este momento no me apetecía que me tocaran de esa forma, pero Naruto es diferente… con él quiero probarlo todo, por lo que no le detuve cuando comenzó a saborear la punta de mi miembro, haciendo presión con su lengua en el pequeño orificio, antes de metérselo todo.

Metía y sacaba de su boca mi miembro a un ritmo constante y delicioso, asiendo presión en la base con su mano a la par que masajeaba mis testículos. Sus ojos se mantenían cerrados, como si estuviera enfocado únicamente en saborear mi hombría, por lo que no pude evitar hundir mis dedos en esa espesa mata de cabello rubio para imponerle un ritmo más rápido, creyendo que estaba a nada de venirme, así que lo aparte de mi entrepierna viendo su mirada de reproche que me hizo sonreír de manera ladina, al momento de ayudarlo a levantarse para tumbarlo sobre el sofá, comenzando a besar su cuello, bajando hasta sus pezones los cuales mordisquee.

—Mmm ¡Ah~! Sasuke… —gimió suavemente.

Levante el rostro de su pecho, rosando sus labios con los míos de manera dulce, incluso parecía el beso de unos chiquillos inocentes: sin lujuria, torpe y tímido. El cual hacía que mi corazón palpitara como loco y es que no podía ocultar por más tiempo que amaba a Naruto, tal vez desde siempre, por eso lo cuidaba a pesar de todo, lo celaba y buscaba su bienestar aun sobre el mío.

Creí que nunca había sentido atracción hacia un hombre, mucho menos por Naruto, pero la verdad es que siempre estuve esperando por él. Por eso aunque moría de ganas por hacerlo mío me forcé a ser suave, quería hacerle el amor, que sintiera cuanto lo deseaba y lo necesitaba, por lo que me tome mi tiempo para prepararlo, observando cada pequeño gesto que adornaba su rostro, mientras lo besaba de manera dulce, conforme nos volvíamos uno, llenando su cara de pequeños besos al ver la tremenda mueca de dolor cuando le he llenado por completo.

—Te amo, Naruto —susurre cerca de su oído, apresando el lóbulo de su oreja entre mis labios, antes de iniciar un delicado vaivén de caderas.

—S-Sasuke —rodeo mi cuello con sus brazos—. Yo también te amo… desde siempre… desde siempre ttebayo.

De lo único que me arrepiento es en haber demorado tantos años en esclarecer mis sentimientos por él, porque todo sería diferente en este momento, porque solo estaríamos los dos compartiendo no solo esta Navidad, sino todos los días juntos. Claro que de ahora en adelante todo sería diferente ya que no pretendía seguir siendo su amigo, sino algo más.

—Naruto~ —selle mis labios con los suyos, sintiendo como llegaba al orgasmo, apretando aun más sus piernas alrededor de mi cadera, mientras yo me venía en su interior, tras un ronco gemido que fue ahogado por su boca.

Sin salir de él nos acomodamos en el amplio sofá, y comencé a repartir pequeños mimos sobre su tersa espalda a la par que él depositaba un beso en mi pecho acurrucándose.

—¿Serás mi amante ttebayo? —Cuestiono juguetón contra mis labios.

—Eso es obvio, dobe —sonreí al ver su puchero—. De ahora en adelante, estarás más cerca de mí, para que no dudes que puedo verte.

Su rostro enrojeció, al saber que recordé esa parte de la canción que cantaba en el auto, al parecer si me la dedico indirectamente, por lo que ahora adquirirá un nuevo significado… después de todo si fue una Navidad inolvidable.

~ * o0O0o ♦ o0O0o * ~

Fin

Notas finales:

Mil millones de gracias por leer n.n se agradecen comentarios que con gusto responderé ♥

 

Haruka Eastwood


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).