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You changed me (YoonMin) por MintYoongi

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Notas del capitulo:

Hola!! No, no es viernes(?

Actualización por el cumpleaños de Yoon Gi <3 dafsdfasdfad como crecen...como pasa el tiempo ;u;

Y ya que estamos (ahora que aprendí eue") por fin podré mostrarles la portada (TuT)9

Disfruten <3

Cap 14

                Habían pasado ya tres semanas y Jimin estaba gratamente sorprendido de sí mismo por lo que estaba logrando. Cumplía con sus horarios en la universidad, sus notas eran buenas, no faltó ningún día a su trabajo y ya estaba ansioso por recibir el sueldo del mes. Pero a toda esta felicidad, había algo que lo contrarrestaba y eso era su relación con Yoongi. Siguió teniendo algún que otro encuentro casual con el mayor, pero después de pasar un buen rato, al día siguiente todo era igual, Yoongi volvía a insultarlo, menospreciarlo, decirle lo inútil que era, y Jimin lo molestaba y no le hacía caso. La relación que mantenían era bastante extraña, pero lo que era seguro es que sólo se dejaban llevar por el placer. Y mientras los días iban pasando lo único que el pelinegro sabía era que se sentía mucho más atraído hacia Yoongi de lo normal.

                 El mayor no le daba mucha importancia a lo que estaba pasando con Jimin, si bien en un principio creyó que iba a ser un problema, ahora ya no era más que un pasatiempo.

                Los días para él pasaban lentos, aburridos, como siempre. Estaba en su habitación, bostezando, mientras en su celular reproducía su canción favorita. Lo único que hacía en el día era estar ahí encerrado, disfrutando de su tranquilidad. Pero en ocasiones se sentía realmente solo, pero por no querer parecer débil trataba de ignorarlo.

                Se levantó después de que su canción terminara y dejó su celular sobre la cama. Fue hasta la cocina y se encontró con Jungkook y Seokjin. Estaban haciendo algún tipo de experimento con la comida, porque había ingredientes que no tenían nada que ver uno con el otro. Yoongi los miró y les regaló una leve sonrisa, más para el menor que para su compañero.

 

-¿Qué hacen?-Preguntó curioso ojeando todos los ingredientes.

 

-Jin me enseñará una receta secreta.-Dijo el pelinegro emocionado y riendo.

 

                Seokjin asintió con orgullo y comenzó a sacar una sartén y algunos utensilios del cajón. Los puso sobre la encimera y se acercó a mirar un cuadernito de color rosado donde tenía anotadas unas cosas.

 

-¿Esto se puede mezclar?- Yoongi señaló una manzana que estaba cortada a la mitad y un bote de salsa picante, sintiendo cómo se le revolvía el estómago de sólo imaginarse cómo sería el sabor de eso combinado.

 

-Claro que no bobo.- Rio Seokjin.- La manzana es para hacer un pastel.

 

                Jungkook ante la cara desagradable que había hecho Yoongi comenzó a reír a carcajadas, le parecía muy divertido ver sus reacciones.

 

-¿Cómo vas a hacer un pastel con la mitad de una manzana?-Le dijo tomándola y acercándosela a la cara del más grande.

 

-Oye, yo soy el chef aquí. Asi que silencio.

                El ambiente era muy cálido entre los tres. Yoongi sentía que estaba de nuevo en una familiar y eso lo reconfortaba, pero al mismo tiempo lo hacía sentir triste. Recordaba cómo su madre le solía cocinar postres y él la ayudaba, mientras su padre… Dejó pensar tan sólo recordar a su padre y su felicidad se esfumó en un segundo. Sintió un dolor en su pecho y se alejó de la cocina, sentándose en el sillón. No quería que los demás notaran su malestar.

                Jugnkook  seguía sonriendo mientras le robaba el cuadernito de recetas a Jin y se sentaba en la banqueta a husmearlo. El más grande observaba a Yoongi disimuladamente, sabía que algo le pasaba. Siempre supo que estaba mal cuando reaccionaba de aquella forma, y le dolía no saber qué era lo que ocurría en su cabeza. Habían convivido por un año, pero Yoongi era tan cerrado y terco que nunca le diría nada.

 

-Kookie.-Dijo Jin llamando inmediata atención de éste.- ¿Puedes ir cortando esto?

 

-¡Sí!-Se levantó de la banqueta y pasó al otro lado de la encimera, tomando un cuchillo y cortando unas verduras.

 

-No te vayas a cortar.- Le advirtió el mayor acariciando su hombro.

 

-Claro que no.-Sonrió emocionado.

 

                Seokjin se acercó hasta Yoongi y se sentó a su lado como si estuviese cansado. Soltó un suspiro y miró a su compañero.

 

-¿Estás bien Yoongi?-Le preguntó preocupado, sonriéndole para tratar de ser cálido con él.- Te veo un poco… melancólico.

 

-Jin…-Dijo el otro en voz baja, sin apenas vocalizar su nombre.- Estoy bien.-Mintió, mostrando una sonrisa forzada.

 

                No quería hablar del asunto, con nadie. Sólo había una única persona que sabía todo acerca de su vida, que sabía por qué en ocasiones su mente le jugaba malas pasadas y volvía en el tiempo atrás. Se sentía algo masoquista, pero no podía borrar esos pensamientos de su cabeza, eran como pequeños flashbacks que azotaban su mente y por más que tratara de ignorarlos no le era posible, siempre acababa sufriendo. No era tan duro como él creía; se sentía muy frágil y tenías ganas de llorar, pero en soledad y silencio.

                Seokjin no quería meterse mucho en la vida de su compañero por mucho que le preocupase verlo mal, sabía que a él no le gustaba que le estuviera preguntando esas cosas. Pero ya llevaban mucho tiempo conviviendo y para Jin, Yoongi se había convertido en algo así como un hermano y tenía la necesidad de cuidar de él. A pesar de que ninguno de los dos se decía lo mucho que se preocupaban por el otro, realmente se querían.

 

-Está bien.-Le dijo algo apenado mientras se levantaba.- Espero que comas con nosotros, Kook colaborará en la cocina.

                Yoongi sólo pudo sonreírle y asentir. Poco a poco, fue dejando atrás sus pensamientos y se centró en mirar cómo aquellos dos chicos preparaban la comida. La calidez lo volvió a inundar.

 

                La casa estaba en silencio, ni siquiera el perro se escuchaba. A Jimin la cabeza le daba vueltas, sólo giraba y giraba sin sentido sobre su cama, tratando de que su cabeza ideara algo entretenido para pasar el día. Odiaba los sábados, siempre era igual. Taehyung no estaba en la ciudad y no tenía nadie con quien hablar o con quien salir. En realidad conocía a mucha gente, pero sólo eran eso, conocidos y él necesitaba a su mejor amigo a su lado.

                Después de dar varias vueltas, se detuvo. Con su barbilla apoyada sobre la cama, cerró los ojos y comenzó a imaginar.

 

-Dios mío…-Se le erizó la piel.-Puto Yoongi.

 

                Caricias, besos, calentura, su cuerpo sometido bajo el placer… No era su intención acabar pensando esas cosas, pero los momentos que había pasado con el mayor le encantaron. Se preguntaba por qué todo tenía que ser así. No entendía la actitud tan desagradable de Yoongi y tampoco se entendía así mismo por dejar que sus pies volvieran una y otra vez a parar en aquel departamento, en aquella habitación y sobre aquella cama. Se las había arreglado bastante bien para pasar un buen rato con Yoongi y después volver a su casa sin que su madre sospechara algo, ya tenía una coartada gracias a Taehyung, aunque al principio al pelinaranja no le hacía mucha gracia, acabó aceptando. Jimin se sentía realmente bien al estar con Yoongi, pero por otro lado no quería soportar más sus palabrerías.

                Hacía unos días atrás, cuando la noche anterior habían vuelto a desenvolverse entre la lujuria, en la tarde en el trabajo, Yoongi  había dicho algo que descolocó al menor por completo, tanto que le amagó un golpe sobre su cara y éste al final fue ejecutado.

                Él había entrado tranquilamente y como solía ocurrir, no se dirigieron la palabra más que para decirse cosas desagradables. Jimin estaba a punto de terminar su hora, pero tuvo un pequeño accidente, al no poder dejar de mirar a Yoongi embobado, dejó caer sin querer varias cosas que llevaba sobre la bandeja. Los platos cayeron al suelo, quebrándose en pequeños pedazos. El sonido de la porcelana impactando contra el piso fue escuchado hasta en la cocina. Yoongi, que estaba en el mostrador, miró rápidamente hacia Jimin y con el ceño fruncido se acercó hasta él.

 

-Tu inutilidad me supera, Park.-Escupió aquellas palabras con bronca. Estaba cansado de que siempre hiciera desastres.

 

                Jimin lo miró enojado, mientras se agachaba para tratar de juntar los pedazos.

 

-¿Por qué no cierras la boca y me ayudas?

 

-¿Ayudarte?-Se inclinó un poco para hablarle de forma más personal.- Tú eres el que causó esto.-Señaló los pedazos esparcidos por el suelo.- No entiendo por qué Yesung no te ha despedido aún.

 

                El pelinegro siguió juntando los pedazos intentando ignorar las palabras de Yoongi. Estaba tan molesto que lo hacía con rabia y se acabó cortando con un trozo puntiagudo, pero no le dio mucha importancia, sólo fue un pequeño corte.

                Yoongi estuvo a punto de darse media vuelta y dejar a Jimin con su desastre de platos rotos, pero se detuvo un momento y soltó algo de su boca que quizás no debería haber dicho.

 

-Claro, ya sé por qué no te han echado, porque tu papá es amigo de Yesung… El niño de papá y mamá que todo lo quiere y tiene.

 

                Las palabras sonaron irritadas, y así era. Yoongi se sentía molesto al recordar todo lo que le había costado a él conseguir el trabajo y que viniera ese niño, que en verdad era un inútil, gracias a su padre, de verdad que le molestaba. No soportaba a la gente así.

 

-¿Qué dijiste?-Jimin apretó sus dientes y se incorporó lentamente.

 

                Estaba a punto de hacerlo. Se paró enfrente del mayor y cerró su puño tan fuerte que hasta le dolió. Yoongi lo miró inexpresivo sin creer que fuera a llegar a pegarle.

 

-Repítelo y te golpeo.-Dijo Jimin en un tono de voz que sólo el mayor pudo oír.

 

-Niño mimado.- Vocalizó lentamente cada palabra, en un tono áspero y seco.

 

                En ese momento el puño de Jimin se dirigió directo hasta el redondo rostro de Yoongi, pero antes de hacer contacto, se paró en seco. Su puño quedó a menos de cinco milímetros de distancia del cachete de Yoongi. Éste miró a Jimin a los ojos, sin alteración alguna y abrió su boca.

-No te atrevas a golpearme, mocoso…

 

                Y eso fue lo último que escuchó después de que Jimin, sin hacer caso alguno a la advertencia, lo golpeara tan fuerte que el rostro del mayor giró hacia un lado bruscamente.

                Para su sorpresa, Jimin no había recibido respuesta alguna. Yoongi fui inteligente, a pesar de que le hirvió la sangre como nunca y su cachete quedó de un color rojo intenso, no quiso generar problemas, no iba a dejar que por culpa de ese mocos lo echaran del trabajo, si debían echar a alguien debía ser a Jimin por haberlo golpeado. Y su acción tendría consecuencias porque algunos compañeros presenciaron la escena y seguramente alguien iba a ir corriendo a contárselo a Yesung, después que volviera de sus vacaciones claro.

                Después de esto, pasaron días sin hablarse, ignorándose por completo como si no existieran. Y Jimin no pensaba disculparse porque creía que el que debía hacerlo era el mayor.

                Terminando de recordar aquella escena, cerró los ojos y quedó en su cama boca arriba, sin nada más para pensar, soltó un suspiro de frustración y se quedó así hasta que a su cuerpo le dieran ganas de volver a levantarse.

 

                La mesa ya estaba lista. Jungkook se había esmerado bastante en organizarla bien ya que hasta hizo formas con las servilletas de papel. El aroma que desprendía la olla sobre la hornalla de la cocina, era algo que no podía describirse. Era un aroma tan delicioso que a Yoongi ya se le estaba haciendo la boca agua.

 

-Oh…-Jungkook se quedó mirando el interior de la nevera un momento, buscando algo.-No hay refresco…

 

-Pues bebe agua.-Le dijo Yoongi encogiéndose de hombros.

 

                El pelinegro negó con la cabeza e hizo un puchero de decepción. Parecía un niño pequeño, bueno lo era en cierta forma. Seokjin había terminado de cocinar y rápidamente, después de ver la carita triste del menor, salió a buscar su abrigo.

 

-¿Qué estás haciendo?-Yoongi lo miró confuso.

 

-Iré a comprar algo para Kookie.-Y le dedicó una sonrisa que hizo sonrojar al otro.-Vuelvo enseguida.

 

                La cara de felicidad del menor era para admirar, su boca dibujó una perfecta e inocente sonrisa de satisfacción ante la acción de su querido novio. Se sentó junto a Yoongi, esperando impaciente a que volviera.

 

-¿Siempre es así contigo?-Le preguntó Yoongi más sorprendido que otra cosa.

 

-Siempre.-Contestó el otro sin dejar de sonreír.

 

                Hacían unos meses que estaban juntos y a Yoongi le parecía que hacía años lo estaban. Aquellos dos se veían realmente bien, aunque en un principio le molestó el hecho de que se llevaran ocho años de diferencia, era mucho y Kook era menor de edad. De todos modos como no era tan comunicativo con su compañero, nunca le había dicho que lo que hacía estaba mal, que parecía un maldito pedófilo. Pero lo feliz que se veía Jungkook lo hacía alejarse de esos pensamientos.

 

-Oye Yoongi.-La voz del menor sonó más que tímida, apenas se escuchó.

 

-¿Qué pasa?

 

                Hubo un pequeño momento de silencio. Las piernas de Jungkook se balanceaban de un lado a otro bajo la mesa y su cabeza estaba gacha. Sintió vergüenza de lo que iba a preguntar y prefirió callarse.

-No, nada.

 

-Ah, Kook…ya habla.

 

                Tarde.

                Su mirada se levantó poco a poco. Estaba frente a frente con quien consideraba una persona muy apreciada para él, un hermano mayor con quien podía hablar, en el que podía confiar. Yoongi lo observó con detenimiento, esperando que las palabras del chico salieran de su boca.

 

-Yo…-Tragó saliva algo nervioso.-¿Crees que Jin me ama?

 

                Yoongi se quedó mudo. ¿Qué pregunta era esa? Pensó durante un momento qué decir porque no tenía la más remota idea de qué contestarle. Él no era el tipo de persona con la que podías hablar sobre el amor, no. Sólo le dedicó una sonrisa como tratando de hacerle entender que seguramente sí lo hacía, pero Jungkook necesitaba oír palabras, no ver expresiones que no respondían a su pregunta de forma concreta.

 

-Seguro, Kook. ¿Por qué lo preguntas?

 

                Vaya, en vez de terminar la conversación con un “Seguro, Kook” tenía que preguntarle el motivo de por qué le preguntó eso, como si no fuera suficiente tocar el tema del amorío, ahora debía seguirlo.

 

-Es que yo lo amo, de verdad.-Lo miró a los ojos muy tímido, casi se podía notar en su mirada las pulsaciones de su corazón acelerado por aquella confesión.- Pero… él nunca me lo dijo hasta ahora y yo…tengo miedo de que no me ame.

 

                Ahí estaba, una batalla mental emergió dentro de Yoongi. Creyó que esas eran las palabras más lindas y sinceras que había escuchado en mucho tiempo saliendo de un niño inocente y puro de amor. No estaba seguro de qué seguir respondiéndole, pero por alguna razón creyó que Seokjin también lo amaba a él y es que… ¿Cómo no amar a alguien tan tierno como Jungkook? Él no era nada bueno hablando de estos temas, por eso lo odiaba, pero el menor lo miraba esperanzado tratando de escuchar un consejo o algo que lo reconfortara.

 

-No te preocupes.-Trató de sonar convincente.- En algún momento te lo dirá, estoy seguro.

 

-¿Enserio?-Sus ojos se abrieron y un brillo de esperanza los inundó.

 

                Yoongi asintió, con una pequeña sonrisa en sus labios que luego enseguida se desdibujó.

 

-Y…-Jungkook volvió a hablar, en un tono de voz bajo.- ¿Tú te has enamorado alguna vez, Yoongi?

 

-¿Qué?

                Su respuesta era un rotundo “NO”, claro que nunca estuvo enamorado o al menos no quería admitirlo, ni tampoco quería estarlo. Pero ¿Qué podía decirle a Jungkook? Se veía tan vulnerable a las respuestas negativas… De todos modos decidió serle sincero.

 

-No, Kook, nunca estuve enamorado.

 

-Oh....-Su mirada se clavó en los ojos de Yoongi. Era una expresión de pena.- Entonces…

 

                Jungkook se quedó en silencio pensando lo que iba a decir a continuación. Él mismo creía estar siendo demasiado entrometido y sabía que el otro se iba a molestar.

 

-¿Entonces qué?-Preguntó Yoongi para que le respondiera.

 

-No…no quiero que te enojes.-Le  dijo el menor algo preocupado y asustado.

 

-Tranquilo, puedes decirme, no te voy a golpear.-Bromeó y Kook rio sintiéndose confiado y relajado.

 

-¿Ese chico y tú…?

 

                “Ese chicos”, Yoongi sabía a quién se refería Jungkook con eso, era más que evidente. No podía culparlo si pensaba que realmente eran algo, porque ya se lo había cruzado tantas veces en el apartamento que nadie diría lo contrario. Era molesto, pero tampoco iba a enojarse porque le hiciera una simple pregunta. Pero a pesar de contenerse, al pensar en Jimin, inmediatamente se le venía el golpe que le dio en el cachete de la cara y eso lo irritaba.

 

-No, Kook. Nosotros no somos nada.- Le respondió de forma contundente.

 

-Ah…-Kook trató de seguir la conversación acerca de aquel chico, le parecía curioso.- ¿Y qué son?

 

                No podía decirle lo que quería, no quería ser brusco. Era imposible contestarle con un: “Verás, Kook. Jimin y yo simplemente nos acostamos, por una cuestión de necesidad fisiológica tenemos encuentros casuales, por eso es que te lo has encontrado en varias ocasiones por el apartamento, pero no significa que estemos saliendo”. Eran tan complicado decirle algo como eso sin que aquel chico fuera a poner una expresión de espanto y decepción. Él creía en todo eso del amor verdadero y puro. Chorradas.

 

-Sólo nos vemos, por ratos…- Yoongi pensó por un momento decirle lo que había pensado, no era como si aquel niño no hubiese hecho nada con Seokjin para desentenderse de ese tema.-¿Entiendes…?

 

                Jungkook se quedó un momento con la mirada perdida, pensando. De verdad Yoongi no sabía si se estaba haciendo el tonto o es que se había arrepentido de preguntarle. El pelinegro abrió la boca como tratando de decir algo, pero el ruido de la puerta y las latas chocando en el interior de la bolsa que Jin traía en su mano lo distrajeron.

 

-Sólo había estos.- Dijo el mayor alzando la bolsa, enseñándole a Jungkook las latas.

 

                Los dos se dedicaron una sonrisa de puro amor que en cierto punto hizo a Yoongi asquearse, pero a la vez sentir ternura. Todo era tan contradictorio en él…

 

-Bien, por fin podemos comer.

 

 

               

                

Notas finales:

GRACIAS POR LEER!! <3

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