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You changed me (YoonMin) por MintYoongi

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Notas del capitulo:

Hola!

Sólo quiero agradecerles que sigan leyendo esta historia, me emociona mucho y me pone realmente feliz! Sobretodo leer sus reviews ^^

Disfruten.

Cap 18


                Jimin sintió como el corazón se la paraba al notar que Yoongi no estaba correspondiendo su beso. Lo había tomado de su rostro y apartado hacia atrás, sus ojos lo veía sin expresión alguna y eso lo hizo pensar lo que temía.


 


-¿Qué estás haciendo, Jimin?


 


                El menor se quedó en silencio y sólo apretó con fuerza sus labios. Se arrepintió por completo de haber hecho eso.


 


-Lo siento.-Se disculpó.


 


                Tapó su rostro simulando que lo frotaba como para espabilarse, pero en realidad quiso esconder sus lágrimas. Estaba siendo de más llorón esos últimos días pero habían pasado tantas cosas, él aguantó tanta mierda, que ese caparazón débil que lo protegía se acabó resquebrajando.


                Le ardía el pecho, no podía mirar a Yoongi a los ojos. Estaba avergonzado y a la vez decepcionado por esa actitud fría, la cual parecía haber desaparecido hacía unos segundos atrás cuando sus suaves manos limpiaron sus lágrimas.


 


-No confundas las cosas, Jimin.-Dijo con una notoria seriedad


 


                Jimin lo sabía, no estaba confundiendo nada. No era porque se sentía desprotegido, vulnerable ni nada de eso. Si se había atrevido a besarlo era porque lo necesitaba, quería sentir otra vez aunque fuera sus labios. Con un beso le bastaría porque al día siguiente no sabría qué pasaría con él.


 


-Te sientes vulnerable, por eso lo hiciste.-Volvió a hablar Yoongi.-Será mejor que salgas de mi cuarto y trates de dormir.


 


                El menor asintió y se dio la vuelta, al salir del cuarto, justo al cerrar la puerta, las lágrimas empezaron a salir de sus ojos. Creía que ya nada podía salirle peor. Sus padres lo buscarían, si es que les importaba, y cuando lo encontraran iban a hacer el escándalo del siglo. Era algo que ya sabía, era totalmente consciente de eso. Y para no generarle inconvenientes a Yoongi decidió que se marcharía en la mañana, volvería a su casa y esperaría en su cuarto acurrucado en su cama, ateniéndose a las consecuencias.


                Volvió hasta acostarse en aquel duro sillón y se tapó por completo, hasta la cabeza. Pasaron al menos dos horas y media hasta que logró conciliar el sueño después de tanto lagrimear.


 


                El sol había salido. Jimin se descubrió un poco la cabeza y los rayos que traspasaban el vidrio del balcón pegaron en sus ojos. Gruñó y se volvió a tapar la cabeza. El ruido de las tazas y de la cafetera en funcionamiento lo irritaron aún más. No había podido dormir muy bien y le dolía la cabeza, todos los ruidos los sentía intensificados.


                Seokjin preparaba unos cafés. Puso tres tazas sobre la encimera de la cocina y fue sirviendo ordenadamente. Al suyo le echó mucha azúcar.


 


-Hola.-Saludó Yoongi mientras caminaba arrastrando sus pies, como de costumbre.


 


-Hola Yoongi, ¿café?-Le ofreció la taza y éste la tomó.


 


                Yoongi se sentó en una banqueta de madera y empezó a tomar el café, que por cierto estaba muy caliente, a pequeños sorbos, mientras se quejaba de haberse quemado la lengua. Seokjin frunció el ceño a su compañero, siempre le decía que debía soplar un poco antes de empezar a tomárselo. Nunca le hacía caso.


 


-Jimin, hola.-El más grande se había acercado al menor y lo destapó.- Despierta, hice café. ¿Quieres?


 


                El menor rodó los ojos. Estaba totalmente despeinado y tenía unas grandes ojeras. Estornudó después de aceptar el café y sus ojos lagrimearon. Lo que le faltaba, ahora se había enfermado. Sentía la cabeza caliente y le seguía doliendo. Se sentó y puso la cobija sobre sus hombros, esperando que Seokjin le alcanzara la bebida caliente.


 


-Te ves horrible.-Le dio la taza en la mano.-¿Dormiste algo?


 


-No.-Le respondió secamente y sorbió la bebida. Se quemó la lengua.


 


-Que lástima.-Lo miró apenado y puso su mano en la frente de Jimin.- Tienes fiebre.-Se sobresaltó.


 


                La mano del menor apartó la de Seokjin y éste hizo un puchero. Yoongi los observaba de reojo mientras sostenía la taza con las dos manos y se la llevaba a los labios.


 


-Eres muy grosero.-Seokjin se dirigió hasta donde estaba su compañero y se apoyó sobre la encimera.-Se nota que pasó mucho tiempo contigo-Lo miró.


 


-Ajá.-Dijo  Yoongi indiferente, terminando su café.


 


                Se levantó y dejó la taza en el fregadero. Fue a darse una ducha y seguido se cambió de ropa. Mientras elegía una gorra, el celular empezó a vibrar. Enseguida fue a contestar porque creía saber quién lo estaba llamando.


 


-¿Diga?


 


-Yoongi, soy Namjoon. Llegué hace dos horas.- Dijo aliviado.


 


-¿Y dónde estás?


 


-Me hospedé en un hotel de mala muerte.-rio.-¿Podríamos vernos?


 


-Claro, ¿dónde?


 


-No lo sé.-Dudó.-Sólo quiero sentarme y charlar. ¿Podríamos ir a alguna cafetería?


 


-Sí, es más vayamos a mí cafetería.-Dijo como si fuera en verdad el dueño del lugar.


 


                Yoongi le indicaba la dirección a su amigo mientras caminaba hacia la cocina. Jimin lo escuchaba disimuladamente, haciendo como que miraba la televisión. Al voltear sus ojos para observarlo, vio como dibujaba una gran sonrisa en su rostro. Eso lo fastidió. ¿Con quién estaba hablando que lo había hecho sonreír de ese modo? Apretó sus dientes y empezó a cambiar los canales aleatoriamente.


                Al poco rato Yoongi ya estaba poniéndose su abrigo ante la mirada curiosa de su compañero. Jimin al verlo se quedó sorprendido, estaba muy bien vestido, a diferencia de cómo lo había visto en otras ocasiones.


 


-¿Vas a salir?-Le preguntó Seokjin desde el sillón, quitándole a Jimin el control remoto de las manos.


 


-Siento dejarte con el mocoso.-Jimin lo miró e infló sus cachetes.- No tardaré.


 


                Seokjin lo saludó agitando su mano de forma exagerada, como si fuera un niño que se despedía de su papá. Jimin, en cambio, lo ignoró por completo y le volvió a quitar el control del televisor a Jin de las manos. Al oír la puerta cerrarse, el menor suspiró pesado y empezó a hacer zapping nuevamente.


 


-¿Quieres dejar un canal?-Lo regañó, cansado de ver cómo cambiaba sin apenas darle tiempo a ver una imagen clara.


 


-No.-Volteó a verlo enojado.


 


-Te recuerdo que estás en mi casa.-Le aclaró.-Y podría echarte en cualquier momento.


 


-También es la casa de Yoongi.-Le sacó la lengua.


 


-Tu novio se acaba de ir.-Sonrió de una forma victoriosa y algo burlona.


 


-No es mi novio…-Tiró el control al lado del otro y se levantó del sillón.


 


                La verdad es que cada vez le caía peor ese chico, encima de metido, hablaba puras incoherencias. Aunque ya le gustaría a Jimin que eso hubiera sido cierto.


                No podía aguantar las ganas de perseguir a Yoongi y ver con quién se encontraría. Era un maldito celoso y no le importaba, tenía la necesidad de salir y espiarlo. Le daba algo de rabia ver que alguien lo hacía sonreír de ese modo y él nunca lo había logrado.


                Sin importarle estar con fiebre y dolor de cabeza se abrigó y se puso sus zapatillas. Seokjin lo ignoró, ya se había cansado de ser amable con él y que éste fuera tan grosero. Salió unos cinco minutos después que Yoongi y lo persiguió sigilosamente. Se escondía de vez en cuando contra una farola o contra un callejón y la gente lo miraba raro. En un momento se distrajo con un gato y perdió a Yoongi de vista.


 


-Estúpido gato.-Le dijo mientras lo alejaba haciéndole señas.


 


 


                La cafetería estaba cerrada ese día en la mañana, pero ya que Yoongi tenía las llaves del lugar abriría exclusivamente para poder charlar con su amigo Namjoon. No lo tuvo que esperar mucho, en menos de diez minutos había llegado y el mayor ya estaba abriendo las puertas. Quizás se había tomado mucha confianza con lo de estar a cargo, pero tampoco es que estuviera haciendo algo ilegal.


                Los dos se habían dado un fuerte abrazo, después de tanto tiempo sin verse y se sentaron cerca de una de las mesas que daba a la calle.


 


-Hacía tanto tiempo no te veía, no has cambiado nada.-Le sonrió el rubio.


 


-Tu tampoco cambiaste mucho.-Le devolvió la sonrisa.-A excepción de tu peinado.


 


                Jimin había llegado después de unos cuatro minutos y se quedó parado detrás de un árbol, observando a los dos individuos sentados cerca de la ventana. Yoongi estaba de espaldas y sentado en frente había un chico rubio y alto, con unos característicos pómulos, vestía una chaqueta negra de cuero y una bufanda gris, poco más podía ver el menor desde aquella distancia, si quería ser prudente. Lo que le molestaba también es que no podía oír absolutamente nada y leer los labios no era su mejor destreza, así que lo único que podía observar eran sus gestos.


 


-¿Asi que trabajas aquí?-Observó el lugar curioso.


 


-Sí, hace un año.-Suspiró-¿Y tú has estado trabajando en algo?


 


-Estuve en un clínica china como ayudante, el sueldo era bastante bueno.-Rio algo forzado.


 


                El rubio aún estaba estudiando medicina, pero mientras lo hacía le habían ofrecido trabajo como ayudante en una clínica conocida de la ciudad. Él apenas manejaba el chino en ese entonces, pero aprendía rápido y en cuestión de meses el lenguaje se le hizo bastante fluido.


 


-¿Estabas?-Preguntó Yoongi enarcando una ceja.-¿Ya no trabajas?


 


-No, estuve pensando volver aquí.-Su tono de voz cambió repentinamente- Ya no tengo nada que hacer en China.


 


-¿Por qué?¿Y tus estudios?


 


-Puedo hacer un traspase, eso no importa.


 


                El mayor presentía que algo no iba bien. El rostro de su amigo había pasado de sonriente a serio y algo triste por lo que pudo notar. Hubo un pequeño momento de silencio entre los dos, sólo se escucharon los autos pasar.


 


-¿Algo está mal, Namjoon?


 


                El rubio se masajeó las sienes y agachó su cabeza. Yoongi entonces supo que algo realmente iba mal. Trató de mirarlo a la cara pero el otro sólo se escondió más.


 


-Mi abuela, Yoongi.-Dijo en un hilo de voz, con un nudo en la garganta.


 


-¿Tu abuela qué?


 


-Ella falleció, ayer…


 


                Namjoon no pudo contener la frustración que le suponía el haber perdido a su querida abuela y enseguida presionó sus ojos con sus manos, queriendo impedir salir las lágrimas. Él era un chico fuerte y Yoongi nunca antes lo había visto llorar, asique se quedó sin palabras. Se levantó de su asiento y fue hasta el otro lado para abrazar al rubio, éste en el instante en que el mayor lo abrazó se largó a llorar. Yoongi acarició su cabello y apretó sus labios conteniéndose. Había conocido a la abuela de su mejor amigo cuando eran niños, ella lo había tratado como su propio nieto, por eso le tenía un gran cariño y sabía que Namjoon la adoraba, vivía todo el tiempo a su lado.


                Recordó aquellas tardes de invierno que les preparaba chocolate caliente y un pastel casero del que ella misma había preparado la receta. Era todo un ejemplo de mujer aquella señora, después de quedar viuda tan joven siguió adelante, se había marchado a China, pero debido a esa pérdida había enfermado. Cayó en un tipo de depresión y siempre lo ocultó hasta hacía poco cuando su estado empeoró y entonces Namjoon se ofreció para cuidarla.


 


-Namjoon, lo siento mucho.


 


-La vi morir.-Soltó en un llanto ahogado.-Sostuve su mano y ella me sonrió…Dijo que te quería, Yoongi. Siempre se acordó de ti.


 


                Con esas palabras y el tan sólo hecho de imaginarse la escena, Yoongi no pudo más y acabó llorando al lado de su amigo. Otra pérdida más que se sumaba a su triste vida. Odiaba pasar por momentos como esos. Le dolían tanto el pecho, su garganta ardía y por un momento la ira mezclada con el dolor recorrió sus venas. Apretó con fuerza a Namjoon contra él y el rubio también lo hizo. Necesitaba desahogarse y Yoongi era de las pocas personas en las que confiaba y de las pocas que le brindaban apoyo. Era una suerte para él poder tenerlo cerca en un momento tan duro como la pérdida de un ser muy querido.


                Jimin estaba viendo todo. Aquellos dos se abrazaban demasiado para su gusto y estaba empezando a enrabietarse. Apenas podía ver bien lo que ocurría, pero un abrazo así era visible hasta a larga distancia. Apretó sus puños con fuerza y chirrió sus dientes. Ahora sí que lo celos le estaban recorriendo todo el cuerpo. Comenzó a comprender que la razón por la que Yoongi quizás no le correspondía como él esperaba, era porque ese chico era su novio. Por eso lo rechazó cuando le dio aquel beso sincero. Pero por otro lado también creía que era un maldito infiel por andar acostándose con él.


                Se dio la vuelta para dejar de observar la escena.


 


-Así que tenías novio, hijo de perra, insensible.-Sollozó.-Te odio.


 


                Se alejó de aquel lugar lo más que pudo y fue en dirección hacia su casa, a pie, porque no tenía otro modo. No tenía ni siquiera dinero para un maldito taxi. Todas sus pertenencias las había dejado en el apartamento y no pensaba volver, jamás. Tenía suficiente con todo. Lo único que deseaba en ese momento era llegar a su habitación, recostarse en su cama y morir infeliz allí hasta que alguien lo encontrara o se interesara de verdad por él.


                Caminó durante un buen rato, incluso parecían haber sido horas las que pasaron hasta que llegó. Se paró cerca del portón y vio a un par de tipos que nunca en su vida había visto antes. Se acercó hasta la entrada de su casa y uno de los hombres, vestido con un traje de empresario, lo detuvo.


 


-Oye muchacho, ¿qué estás haciendo?


 


-Voy a entrar.-Dijo Jimin sin apenas mirarlo y siguió caminando hasta la puerta.


 


-No puedes entrar, esto es propiedad privada.


 


                Se paró en seco y dio un giro brusco hacia aquellos hombres bien vestidos, con carpetas en sus manos. Los volvió a mirar durante un momento, pensó que quizás eran compañeros de negocios de su padre, pero después empezó a dudar.


 


-¿Cómo que propiedad privada?-Preguntó Jimin algo asustado-Es mi casa.


 


                Los dos hombre se miraron mutuamente con una severa confusión en sus ojos. Uno de ellos, el que parecía más joven, se acercó al menor.


 


-¿Eres de la familia Choi?


 


-¿Choi?¿Qué?-Jimin estaba desorientado.


 


-La familia Choi compró la casa muchacho. ¿Quién eres tú?


 


                Jimin abrió los ojos y el corazón le empezó a latir de una forma desesperada. Sus padres habían vendido la casa y él no lo sabía. Ahora estaba más perdido que nunca. Estaba abandonado, solo como un perro callejero. Había cometido el error más estúpido de su vida.


 


-No puede ser.-Miró a los hombres totalmente desesperado- Es mi casa, soy Park. De la familia Park…


 


-El Sr.Park vendió la casa, ahora le pertenece a los Choi.


 


                Jimin no había esperado eso, sus padres estaban totalmente locos. No podía ser que nunca le hubieran comentado algo tan importante. Ahora estaba perdido, no sabía qué hacer. Estaba solo en Seúl, odiaba a Yoongi, no sabía nada de Taehyung, ni quería verlo, no se atrevía a volver al apartamento. Ya no le quedaba nada. Había arruinado todo, su vida, su carrera, por sus estupideces.


                Empujó al hombre que estaba en frente suyo y salió corriendo hacia ninguna dirección en particular. No le importaba a dónde iba a ir a parar, ya nada tenía sentido para él. Corrió por las calles apartando a toda la gente que se le cruzaba por el camino. Sus pies dolían, su cabeza dolía. La fiebre no le había bajado, pero ya no le interesaba nada. Cruzó por la carretera para ir hacia el otro lado sin mirar si pasaban los coches. Uno se detuvo y el conductor asomó su cabeza por la ventana insultándolo y gritándole lo descuidado que era, pero Jimin no lo escuchó, no escuchaba nada en ese momento.

Notas finales:

GRACIAS POR LEER!! <3

 


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