Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

You changed me (YoonMin) por MintYoongi

[Reviews - 148]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Disfruten de este capítulo~ <3

Podría decirse que ambos habían empezado desde cero, después de todo lo que había ocurrido. Después de que el Sr.Park se marchara y decidiera arreglar el asunto de su hijo más tarde, después de que Jimin se confesara, después de que Yoongi aceptara esa confesión…

Más allá del dulce momento que vivieron ambos, el cual no duró más de dos horas porque seguido del desenfreno de besos y de caricias, llegó el momento más complicado. ¿Qué se supone que haría Jimin ahora? No podía quedarse ahí, no podía no seguir estudiando, a pesar de que ahora tenía a Yoongi con él, pero no era una situación nada favorable.

Sabía que su padre haría algo al respecto y lo peor era que no sabía el qué. Estaba escaso de dinero y, por supuesto, no pensaba vivir del de Yoongi, el cual ni siquiera era un sueldo decente como para vivir sin preocupaciones.

Jimin aún era un niño. Yoongi estaba dispuesto a intentar una relación con él, pero era consciente de los problemas que se le avecinarían, porque al igual que el menor pensaba qué carajos harían ambos en ese momento.

 

-¿Qué se supone que haremos ahora?-Preguntó el mayor mientras Jimin reposaba sobre su pecho.

 

-No lo sé…-Cerró sus ojos, soltando un leve suspiro de angustia-Tengo un mal presentimiento sobre mi padre.

 

-Tu padre está loco, Jimin.-Frunció el ceño molesto.-Si vuelve, lo echaré a patadas.

 

El menor soltó una pequeña risa ante el comentario de Yoongi. De verdad que le desagradaba… Pero por gracioso que sonara eso, no podía imaginarse lo que aquel hombre haría. Quizás lo abandonaba ahí, quizás armaba un gran revuelo y lo sacaba de allí de las orejas para llevárselo a Estados Unidos. Podía esperarse cualquier cosa.

 

-¿Puedo vivir contigo?-Preguntó a modo de broma el pelinegro.

 

-¿Qué?-Yoongi enarcó una ceja, mirándolo estupefacto.

 

-Es broma.-Le sonrió arrugando su nariz.- Aunque la verdad es que no sé qué puedo esperar ahora. Estoy sin casa…

 

-Escucha.-Yoongi se incorporó y quedó sentado, con el menor encima mirándolo con atención.-Si las cosas no se solucionan con tus padres… Puedes quedarte aquí.

 

-Yoongi…¿hablas en serio?

 

La mirada de seriedad del peli menta se lo decía todo, sin necesidad de pronunciar palabras. Yoongi estaba más que dispuesto a dejar que el menor se quedara con él si las cosas no salían bien. Sabía que era una idea un poco descabellada, pero no iba a dejar que si se marchara siguiera viviendo bajo la dictadura de su padre, volviendo a ser preso de las órdenes.

 

-Hablo en serio. Y Seokjin no tendrá problema en que te quedes.

 

Jimin estaba impresionado. Sabía que Yoongi no lo iba abandonar, después de toda su preocupación con que lo metería en problemas, que la policía, que esto y que lo otro, parecía que había dado un gran giro a sus pensamientos.

Lo miró por unos segundos, sintiéndose afortunado de que alguien como el peli menta lo protegiera, cuando hacía un mes se estaban agarrando casi de los pelos, insultando y fastidiándose el uno al otro. Era una locura lo que estaba pasando en ese momento. Jimin en su interior no creía que acabaría enamorándose de un compañero de trabajo, de un gruñón malhablado con una actitud bastante fría…

Lo más curioso es que había aceptado en seguida aquel sentimiento, sin importarle que Yoongi fuera hombre. Fue como si no hubiese existido una barrera que separara el género, más allá de que al principio se volvió un poco loco con sus nuevas sensaciones.

Apenas estaban comenzando algo y Yoongi le brindaba su total apoyo, eso lo hacía  sentir muy feliz.

Le regaló una tierna sonrisa y lo único que hizo fue darle un corto y suave beso sobre sus labios.

 

-Gracias.-Susurró al despegarse del mayor.

 

Yoongi se preguntaba cómo había acabado así, aceptando tener algo con el pelinegro. Era un chiquillo, un mocoso, como él solía llamarlo. Y ahí estaba, sintiendo que una agradable sensación recorría su pecho, porque era la primera vez que alguien le decía que lo cuidaría, que lo contendría. Alguien por primera vez, comprendía cómo se había sentido toda su vida.

Le resultó un alivio, por una parte, el haberle contado a Jimin el por qué de su actitud, pero seguía temiendo porque en realidad nunca pudiera llegar a cambiar. Esa era la sensación que tenía en mente, después de ver al padre de Jimin. Después de que le contara que siempre había sido así, que ya desde pequeño lo trató con duras exigencias… Yoongi había escuchado una vez que la gente nunca cambiaba, que siempre iba a seguir siendo la misma porquería que fue, y ese era su mayor temor.

No quería volver a tratar mal a Jimin, pero ¿cómo se supone que evitaría eso? Él había convivido demasiado tiempo con la soledad y la rabia. Esperaba que con aquella nueva relación, Jimin pudiera iluminar un poco su oscuro y frío interior.

Ambos, después de unos pocos segundos, se incorporaron del sillón. Yoongi fue a darse una ducha y el menor sólo esperó su turno, sentado en la banqueta de la cocina, mirando desde su sitio por la ventana.

A los pocos minutos, llegó su turno para relajarse un poco bajo el agua caliente. Y así lo hizo. Tardó bastante en salir del baño, podría decirse que estuvo a punto de dormirse ahí mismo.

Al salir, algo más relajado, se dirigió hasta la cocina para ofrecerle ayuda a Yoongi. Pero al llegar, se encontró a un jovencito, el cual se lo había cruzado ya varias veces, mirándolo sorprendido, con sus grandes ojos abiertos.

Jungkook había vuelto con Seokjin del cine, después de que a mitad de película a alguien se le ocurriera sabotear la sala de proyección arruinando la velada a todos.

 

-Ho-hola.-Dijo algo tímido alzando su mano derecha.

 

Jimin sólo inclinó su cabeza, abriendo sus ojos al igual que el menor. Después buscó al peli menta con su mirada. No estaba en la sala, ni en la cocina…

 

-¿Has visto a Yoongi?-Preguntó Jimin acercándose un poco al otro.

 

-Acaba de salir, con Jin.

 

-¿Jin?-Jimin enarcó una ceja.-¿Quién es Jin?

 

-Seokjin.-Sonrió el más pequeño.-Yo le digo Jin.

 

-Ah, claro…-Jimin le devolvió una pequeña sonrisa.

 

Después, ambos quedaron en un silencio incómodo. Jimin había saludado en alguna ocasión a ese chico, pero no lo conocía, no sabía su nombre, ni su edad, nada. Pero por lo que veía, era un chico agradable, tímido e inocente. Al menos eso le decía su apariencia exterior.

Se sentó cerca de éste en otra butaca e intentó hablar de algo con él. Se veía tenso y nervioso, como si lo fuera a morder.

 

-¿Cómo es tu nombre?

 

-Ju-Jungkook-Respondió de inmediato-Tú eras Jimin, ¿verdad?

 

-Así es.-Le extendió su mano.-Nunca me presenté debidamente. Un gusto, Jungkook.

 

-Oh, igualmente, Jimin.-Le dio un suave apretón.

 

Jungkook sólo movió sus pies, un poco ansioso porque Seokjin volviera y después quedó en silencio, intimidado por la presencia de Jimin. No era un chico muy hablador y le costaba bastante tratar de tener una conversación con alguien. Por eso solía ponerse muy nervioso cuando estaba al lado de un desconocido.

Por supuesto, Jimin había notado la incomodidad en el chico por lo que decidió buscar un tema de conversación para no quedar en absoluto y extraño silencio.

 

-¿Eres de aquí, de Seúl?-Preguntó Jimin brindándole una sonrisa de simpatía.

 

-No… Soy de Busan.-Respondió el otro agachando la mirada.

 

-¿De verdad?-Jimin alzó sus cejas.-¡Yo también!

 

Jungkook alzó su mirada de inmediato y un pequeño brillo iluminó sus ojos. Entonces ambos, supieron que ya tenían un tema sobre del que hablar.

 

Yoongi seguía al castaño mientras éste inspeccionaba cada producto. Tomaba uno, dejaba otro, ponía caras de asombro cuando veía el precio de algunos… En realidad no estaba decidido de qué comprar para llevar de cena. Había obligado a Yoongi, literalmente, una vez que llegó al departamento con Kook, a que lo acompañara a buscar comida, después de su salida al cine, la cual no resultó nada gratificante.

 

-¿Podrías contarme qué pasó exactamente en el cine?-Preguntó el peli menta, parándose frente a un máquina de gaseosas.

 

-¿Otra vez?-Se quejó el mayor dándose la vuelta.-A alguien se le ocurrió sabotear la sala de proyección y poner otro tipo de película…-Negó con su cabeza mirándolo.

 

-¿A qué te refieres?-Sacó un refresco de cola y lo metió al pequeño canasto que Jin llevaba sobre su codo, como toda una madre.-¿Tan grave fue?

 

-¡Pusieron porno!-Alzó su voz indignado, levantando su brazo libre.

 

-¡¿Qué?!-Yoongi frunció el ceño y abrió su boca.

 

-Como escuchaste, p-o-r-n-o.-Dijo deletreando la palabra.

 

El peli menta miró de reojo hacia su derecha y le tapó la boca al castaño al ver que una señora se los había quedado mirando incrédula, casi como si hubieran dicho algo prohibido. Seokjin giró su rostro para ver a aquella señora, la cual arrugaba su cara, juzgándolos por haber escuchado la palabra “porno” salir de su boca.

Yoongi le sonrió de lado a la mujer, para tratar de salvar su imagen ¿Por qué? Porque aquella señora era clienta de “Mouse Rabitt” y solía ir muy seguido. Pero fue tarde. La mujer dio una última mirada hacia los dos jóvenes y se volteó para seguir caminando, con pasos rápidos hasta la caja para pagar y marcharse.

Ambos, después de que la mujer se hubiese marchado de la tienda, se observaron algo extrañados, pero a la vez les resultó divertido, sobre todo a Seokjin, que soltó una pequeña risa contenida, casi escupiendo en la cara de su compañero.

 

-Creo que asusté a esa señora.-Rio mientras seguía al más bajito que había empezado a caminar nuevamente.

 

Siguieron caminando en silencio comprando todo lo que necesitaban para tener una cena decente. Después de pagar todo, salieron del lugar, ambos llevando algunas bolsas.

El frío viento que soplaba obligó a ambos a cubrirse aún más sus caras con las bufandas. Seokjin sentía que su nariz estaba totalmente congelada, y seguramente roja.

 

-¿Sabes, Yoongi?-Dijo Seokjin mientras volteaba su cabeza a la derecha para mirarlo-Aún sigo sin creerme que el padre de Jimin hiciera tal cosa.

 

-Yo tampoco.-Bufó.-Espero no volver a verlo, porque le daré una patada en el culo. Lo digo enserio.

 

Jin agachó su cabeza y comenzó a reír ante las palabras de Yoongi. Le parecía algo gracioso escuchar sus amenazas.

 

-Yo también lo habría hecho.-Volvió a reir.- Eso me recuerda al día que en me encontré con el padre de Jungkook y ambos íbamos caminando de paseo. Casi que me infarto, ese hombre se creyó el cuento de que yo era su profesor de literatura.

 

-Lo tuyo es ilegal.-Lo miró con algo de seriedad.

 

-¿Desde cuándo el amor es ilegal, Min Yoongi?-Se sintió ofendido porque sabía a qué se refería el más bajo.

 

-Sabes de qué te hablo.-Entrecerró sus ojos y alzó sus manos, levantando ocho dedos.

 

Seokjin contó la cifra que le señaló y lo ignoró por completo riendo. Le importaba poco la diferencia que él y Jungkook tuvieran, y también le importaba poco la pequeña acusación de Yoongi, porque sabía que en realidad no se lo decía seriamente.

 

-¿Asi que Jimin se quedará con nosotros?-Cambió de tema repentinamente.

 

-Por el momento, sí. No dejaré que se lo lleven.

 

-Oh…-Jin alzó sus cejas y se detuvo, haciendo que el otro también detuviera sus pasos.-Espera, huelo algo extraño.

 

-¿Eh?

 

Yoongi se acercó un poco hasta su compañero, esperando que le explicara de qué estaba hablando.

 

-Te gusta Jimin, ¿verdad?

 

-¿Qué?-Yoongi abrió un poco sus ojos, recordaba que en ningún momento le contó lo que había pasado entre ellos.

 

-Ah…lo siento, olvídalo.-Agitó su cabeza y volvió a comenzar a caminar.

 

Si bien Jin era algo chismoso y eso a Yoongi, no le gustaba, no había nada de malo en decírselo, ya que ahora tenían más confianza uno en el otro y el menor se iba a quedar con ellos.

Yoongi corrió un poco hasta llegar al lado de su compañero y volteó a mirarlo decidido de sus palabras.

 

-Sí, me gusta.-Le dijo seriamente.-Nosotr…

 

-¡Ya lo sabía!-Lo miró con una amplia sonrisa.-Esperaba que lo admitieras de una vez, agh… Hasta aposté con Kook.-Se quedó en silencio, apretando sus labios durante un segundo.- Eso se me escapó…

 

-Jin…

 

Los pasos del castaño se fueron haciendo cada vez más rápido porque sabía que debía empezar a correr en cualquier momento. Lo había molestado con eso de la apuesta, lo tenía claro. Asi que o se quedaba para morir o salía corriendo a casa a cubrirse tras su pequeño conejo.

 

-¡Lo siento, lo siento, no era nuestra intención!-Corrió divertido, casi tropezándose.

 

Se alejó mientras revoleaba las bolsas con la comida y Yoongi, quien apenas tenía ganas de correr o hacer algún esfuerzo físico, sólo lo observó marcharse mientras soltaba una pequeña risa por lo estúpido que se veía su compañero al correr.

 

-Idiota…

 

Después de unos minutos corriendo como un poseso pensando que Yoongi lo estaba persiguiendo, llegó al departamento, empujando la puerta con una pierna, después de abrirla con la llave claro.

Jimin y jungkook se giraron de sopetón hacia la puerta y vieron entrar al castaño con unas bolsas, sus cabellos despeinados y su nariz enrojecida del frío.

 

-¡Jin!-Jungkook salió corriendo hacia el mayor y lo abrazó con fuerza, mientras su rostro se iluminaba de felicidad.

 

-¿Qué pasó Kookie?-Le sonrió, aceptando su abrazo.

 

-Jimin también es de Busan.-Lo señaló al pelinegro.-Estuvimos hablando durante un rato…Te extrañé.-Se sonrojó un poco, sin dejar de abrazarlo.

 

-Hola Jimin.-Lo saludó inclinando un poco su cabeza, seguido depositó un pequeño beso sobre la cabeza del menor.-Yo también, pero sólo fue un ratito.

 

Jimin se sintió un poco avergonzado de presenciar aquella escena. Seokjin parecía un tipo perfecto, casi como un príncipe. Sólo le hizo un gesto con su mano, devolviéndole el saludo y guio su mirada hacia la puerta, esperando que Yoongi apareciera.

 

-¿Y dónde está Yoongi?-Preguntó Kook haciendo que Jimin posara su mirada en él.

 

-Enseguida vendrá.

 

El castaño empezó a sacar todo lo que habían comprado y a ordenarlo sobre la encimera de la cocina. Estaba dispuesto a hacer una de sus mejores comidas, ya que su velada con el más chico había sido estropeada, debía recompensárselo de algún modo.

Al poco rato, Yoongi había llegado. Caminó con tranquilidad hacia la cocina, donde dejó las bolsas con los demás ingrediente a la disposición del castaño.

El ambiente se sintió un poco extraño entre todos, más que nada por Jimin. Pasaron un buen rato charlando de cosas cotidianas, bromeando y escucharon las anécdotas de Jin en su universidad. Jimin estaba empezando a sentirse mucho mejor, acompañado de todos, riendo y charlando como cuando solía hacerlo con Taehyung. En definitiva, estaba más que contento.

Y Yoongi solía mirarlo de reojo, regalándole una leve sonrisa de lado que lo hacía sonrojarse, por supuesto. Intentaba ocultar su emoción al sentir esos ojos sobre los suyos.

 

-Asi que…-Habló el castaño antes de llevarse a la boca los tallarines.-¿vivirás un par de días con nosotros, Jimin?

 

-Sí, supongo.-Sonrió nervioso.

 

Jungkook miró a ambos con sus grandes ojos abiertos. Había oído algo que le llamó la atención.

 

-¿De verdad vivirás aquí?

 

-Sólo unos días, sí.

 

El más pequeño no acaba de creerse aquello. Él desearía tanto estar en el lugar de Jimin y poder vivir junto a su querido príncipe todos los días de su vida. Sentía algo de envidia, porque sabía que para que pudiera estar junto a Seokjin aún debían pasar unos cuantos años…

 

-Jin, esta vez te luciste con la comida.-Comentó Yoongi dejando a un lado su plato.

 

-Lo sé.-Le sonrió al peli menta con orgullo.-

 

Volvieron a charlar un rato después de la comida y juntar todo los platos. Ya era un poco tarde para Jungkook asique el menor se despidió de Jimin y Yoongi para volver a casa. Su excusa fue que se quedaría a estudiar con Seokjin, su supuesto profesor de literatura. Obviamente, el castaño lo acercaba hasta su casa, incluso saludaba a sus padres descaradamente sin que estos supieran nada. Pero se había hecho costumbre, para ambos.

Yoongi y Jimin quedaron nuevamente solos. Ordenaron un poco las cosas en la cocina, Yoongi pasó el trapo por la encimera mientras tanto Jimin guardaba los platos. Todo en silencio, hasta una risita salió de la boca del pelinegro.

 

-¿De qué te ríes?-Preguntó el peli menta curvando sus labios hacia arriba.

 

-Recordé cuando te golpeaste la cabeza con la máquina de café.-Volvió a reírse, un poco más fuerte.-Fue muy divertido…

 

-Lo recuerdo, pero no fue gracioso.-Frunció el ceño y se tocó la cabeza.-Me golpeé bastante fuerte, por tu culpa.

 

Jimin cerró la puerta del mueble y se giró, apoyándose con sus brazos hacia atrás sobre la encimera, mirando a Yoongi sin dejar de reír.

 

-Está bien, fue mi culpa.-Jimin se acercó hasta el peli menta, posando una mano sobre la cabeza de este y acariciándola.-Lo siento.

 

La caricia sobre sus cabellos fue tan suave que incluso cerró sus ojos. Le resultaba agradable que aquellas manos lo tocaran. Lo miró a los ojos, con su rostro serio y bajó la mirada hasta la mejilla del pelinegro, aún seguía un poco rojiza.

 

-¿Te sigue doliendo?-Pasó su mano sobre la mejilla de Jimin, acariciándola con su pulgar.

 

-E-estoy bien…ya se me pasará.

Jimin se sintió un poco avergonzado al recordar aquella cachetada que su padre le había dado hacía unas horas atrás. Pero con Yoongi a su lado, cuidándolo de ese modo ya no podía sentirse mal. Ahora lo único que le importaba era poder estar junto a él, aunque fueran unos días más, unas horas…

 

-Jimin, todo se arreglará.

 

El mayor le brindó unas palabras de confianza y a los pocos segundos se adelantó en un paso hacia adelante, inclinando su rostro y besando los labios de Jimin. Éste pasó a abrazarlo, juntando más sus cuerpos y siguiendo aquel dulce beso que lo hacía sentir vivo de nuevo.

Podría ser que todo se arreglara, como también podría ser que no. Eso no lo sabían, pero al menos estarían juntos hasta que otra cosa sucediera.

 

Notas finales:

GRACIAS POR LEER!! <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).