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You changed me (YoonMin) por MintYoongi

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Notas del capitulo:

Hola! FELIZ AÑO A TOD@S!

Gracias por los reviews del cap anterior n____n <3

Espero que les guste este cap. Acá aparece Tae (Su estilo es como en el MV Boy in Luv)

Disfruten!!

Cap 3

                La noche fue eterna, la más larga de su vida, nunca pensó que su cabeza le jugaría tan mala pasada de sólo pensar en aquel tipo. Ese tipo de ridículos cabellos color menta, con esa mirada de gato asesino, con esa piel tan blanca y esas facciones tan lindas… Ahí es cuando Jimin se detuvo de pensar. Era lindo, lo admitió pero ya estaba, sólo era un pensamiento pasajero. ¿Desde cuándo reconocía la belleza de un hombre…?

                No pegó ojo por el simple hecho de estar imaginándose un plan para molestarlo, no podía creer cómo un tipo como ese era el mejor empleado, Yesung le tomó el pelo, lo estaba jodiendo seguramente. Su idea era ir a trabajar pacíficamente en aquel lugar, así poder demostrarle a su padre que no era ningún inútil, o cómo él lo llamaba “un bueno para nada”. Hacía tiempo no se llevaba muy bien con su padre y lo único que quería era cerrarle la boca. Estudiaría y trabajaría al mismo tiempo, no era tan complicado.

                A pesar de tener dinero y todo a su disposición cuando lo necesitara, el estar trabajando también lo haría madurar, darse cuenta de que en algún momento de su vida no todo sería fácil y que debería conseguir las cosas con su propio esfuerzo. Sólo debía aguantar por un mes trabajar con Yoongi y quién sabe, si lograba molestarlo del todo seguramente se acabaría marchando de la cafetería y podría trabajar en paz.

                Hoy era martes por la mañana y Jimin estaba listo para irse a clases. Tomó su mochila y salió disparado al ver que llegaría diez minutos atrasado por ponerse a pensar en cómo podía molestar hoy a Yoongi. Se maldijo a sí mismo mientras corría bajando las escaleras y saludaba a su madre con la mano.

                Después de llegar corriendo, cosa que le tomó unos diez minutos más, llegó al aula, todo traspirado, hecho un asco y despeinado. Todos lo miraron sorprendido y después simplemente lo ignoraron. Para su suerte el profesor no había llegado.

                -¡Ey!- Gritó un joven de cabellos naranja.

                Jimin sonrió y se acercó a saludarlo con un apretón de manos. Su amigo Taehyung estaba tan radiante y alegre como siempre. Se sentó a su lado y tiró su mochila sobre el pupitre agotado.

                -¿Por qué te atrasaste tanto?- Preguntó el otro curioso, inclinando su silla de un lado a otro.

                -Me dormí.- Mintió.

                -Ah ya veo, ¿por el trabajo no?- Mostró sus pequeño dientes.- ¿Cómo te fue por cierto?

                Jimin se encogió de hombros, quería decirle a su amigo que todo había salido bien, que la tarde pasó relajada y tranquila, que un montón de chicas lindas habían ido al lugar, pero prefirió no decirle nada porque era mentira; Taehyung era demasiado preguntón y curioso para ciertas cosas.

                -Te fue para el culo, ¿verdad?- Soltó el otro riéndose.

                -Más  o menos.- Se rindió Jimin.- Después te contaré…

                La puerta del aula se abrió y el profesor entró con una tanda de libro en sus manos, parecía una torre, una torre de aburrimiento para la próxima hora y media. Jimin y Taehyung se miraron algo disgustados al ver tantos libros y soltaron un suspiro al unísono.

 

                Llegó la hora del almuerzo. Los dos jóvenes fueron hasta la cafetería de la universidad y tomaron asiento en el mismo lugar de siempre, alejados de todos, al lado de una ventana que daba al patio trasero. Taehyung removía su comida con los palillos como si estuviese jugando, parecía divertirse. Jimin lo miró sonriendo, su amigo era bien rarito.

                -¿Y me vas a contar qué pasó?- Dijo pinchando un pedazo de tortilla y llevándoselo a la boca.

                Jimin asintió, antes de hablar tomó un sorbo de su refresco.

                -Todo iba bien, hasta que “ese” abrió su bocaza…

                Taehyung enarcó una ceja, la historia que esperaba escuchar había sido empezada de una forma extraña, inentendible, aquella frase no tenía sentido para él. ¿Quién era “ese?¿Por qué abrió la bocaza…?

                -¿Podrías empezar por el principio? No entiendo nada.

                Jimin suspiró, no quería contarle todo porque siempre lo interrumpía con preguntas estúpidas y no entendía la mitad de lo que le decía.

                -Llegué a la cafetería.- comenzó.- Hablé con Yesung y me dijo que me pondría con uno de sus mejores empleados para ayudarme; la cosa es que me dijo que era un “amor” de persona, simpático y agradable, que no me preocupara..Já.- Soltó molesto.- Ese tipo es un idiota Tae.

                -Ah… espera.- Dijo con la boca llena.- ¿Quién es el idiota? ¿Yesung o el otro?

                Jimin se llevó la palma de su mano a la cara, cubriéndose. Sabía que Taehyung no le estaba prestando atención o sólo pensaba en su comida porque no paraba de moverla de un lado a otro como si intentase que la tortilla cobrase vida.

                -El otro, Tae…- Suspiró y se dejó resbalar por el asiento.

                Su amigo lo veía curioso, nunca lo vio tan molesto. Aquel tipo debería haberle dicho algo importante como para estar de aquel humor.

                -¿Y qué vas a hacer?- Lo señaló con los palillos.

                -Tengo algo en mente.- Sonrió con malicia.- ¿Me quieres ayudar?

                Taehyung lo miró por unos segundos mientras masticaba y negó rotundamente con la cabeza, se negaba. Siempre que a Jimin se le ocurría uno de sus “planes” todo acababa en desastre y no quería formar parte de eso. Recordó que hacía unos años, cuando se habían ido de vacaciones a un camping, Jimin se molestó con uno de los instructores porque se la pasaba regañándolo (y con razón lo hacía porque Jimin se la pasaba haciendo desastres por el lugar). Ideó un plan incluyendo a Taehyung quien no se veía muy convencido de participar. La idea era hacerse pasar por víctima, diciéndole al encargado del lugar que aquel instructor había intentado tocarlo y que era un pedófilo; Taehyung tuvo que convencer a otro grupo más de compañeros para que apoyaran a la “víctima” de su amigo Jimin. La idea había ido demasiado lejos para el gusto del pelinaranja y temió porque Jimin acabara en la cárcel por mentiroso (algo totalmente absurdo). La cosa es que Jimin acabó a punto de ser mandado a un colegio de internos por parte de su padre, algo muy exagerado; Taehyung fue castigado durante cinco meses sin salir de su casa y otros chicos se vieron afectados; en realidad casi los expulsaban a todos del colegio por semejante barbarie. A partir de ese día Taehyung decidió no darle pie a las ideas y planes de su amigo, menos participar.

                -¿Por qué?- Jimin hizo un puchero enojado.

                -Ya te lo dije hace varios años.- Cerró los ojos y siguió comiendo.

                -Chs…está bien, no necesito tu ayuda.- Concluyó sacándole la lengua, sintiéndose traicionado.

 

                á------------------------------------------------------------------------------------------------------------------á

                Yoongi se acercó hasta la sala donde Yesung se encontraba, tocó la puerta con cuidado y desde dentro una voz le dijo que pasara.

                -Ah, Yoongi, hola.- Dijo sonriendo, como siempre.

                El de cabello menta se acercó y se quedó de pie frente al escritorio, el cual observó lleno de papeles. Yesung le hizo una seña con su mano para que se sentara y éste así lo hizo, medio cabizbajo y nervioso por lo que le iba a decir. La verdad es que tenía miedo de cómo fuera a reaccionar, pero no quería hacerse cargo de ese mocoso, no quería dolores de cabeza.

                -¿Qué ocurre?- Alzó la mirada y Yoongi sonrió forzado.

                -Quería hablarte de algo.- Carraspeó.- En realidad, sobre ese chico, Jimin.

                -Ah…Jimin, sí.- Hizo un gesto pensativo.- ¿Qué pasó?

                Yoongi movía su pierna nervioso, quería decirle que estaba a punto de abofetear a ese mocoso, que le iba a dar una patada en el culo si no se comportaba educadamente con él, que le encantaría que lo echara y muchas cosas más.

                -Me preguntaba, ¿por qué yo?

                El otro ladeó su cabeza y lo miró fijamente, dejó de escribir en los papeles que tenía sobre la mesa y rascó su cabeza.

                -¿Te molesta?

                Yoongi abrió los ojos, estaba impresionado de que se hubiera dado cuenta.

                -No es eso.- Mintió.- Maldita sea Yoongi, qué estás haciendo.-Pensó esto último para sí mismo.

                -¿Entonces cuál es el problema?

                En su interior bufó, como era tan idiota de decirle que “no es eso” “en realidad no me molesta” Su cerebro lo traicionó. Había sido la oportunidad perfecta; su jefe dándose cuenta de que Jimin lo molestaba, de que no le agradaba y él se dedicó a negárselo.

                -Sólo quería saber por qué yo debo enseñarle.- Dijo desganado.

                -Mmm ahora que lo pienso nunca te dije por qué.- Rio divertido, algo que a Yoongi no le hizo gracia alguna.- Verás, el padre de Jimin es muy amigo del mío, por eso él vino a trabajar aquí; en realidad no se quedará mucho tiempo, al menos eso me dijo mi padre. No sé  muy bien del asunto, pero el tema es que Jimin estará como mucho un mes aquí. No te preocupes.

                Yoongi no entendía por qué razón Yesung le estaba contando la vida del jovencito, eso no respondía a su pregunta sobre él, no le interesaba Jimin. Empezaba a pensar seriamente o que Yesung se divertía tomándole el pelo o que era un completo idiota.

                -Pero ¿por qué yo?- Preguntó de nuevo.

                -Bueno Yoongi tú eres mi mejor empleado, nadie sabe más que tú, además de que eres una persona muy cálida, pensé que te gustaría ayudarlo. Ese chico es algo torpe.- A esto último rio apenado.

                Su jefe claramente no lo conocía bien, quizá en su currículo debería haber escrito que odiaba a los mocosos, odiaba ayudar a los demás y de cálido no tenía nada. Pero claro, todas esa faceta tiernas y amables las mostraba en la cafetería, era obvio que Yesung no sabía cómo era cuando salía de aquel lugar. Por lo tanto no podía culparlo.

                El celular de Yesung sonó, éste lo sacó de su bolsillo y miró en la pantalla.

                -Discúlpame Yoongi.- y atendió.

                Yoongi salió de la sala y se dirigió al mostrador, aún no había ningún cliente, cosa que agradeció bastante porque necesitaba pensar durante un momento. Se quedó con la frase de “se quedará como mucho un mes” Eso lo alivió, no soportaría aguantarlo durante todo un año, eso sí que sería una pesadilla para él. Hoy por la tarde el joven iría a la cafetería, esperaba que no hiciera ningún desastre porque la verdad no le había enseñado nada de nada; se sintió algo culpable por eso, pero después pensó que se lo merecía por grosero.

                Apoyó los codos sobre el mostrador y observó cómo un primer cliente se acercaba, al ver esos cabellos y esas ojeras supo quién era, a pesar de que llevaba una capucha puesta.

                Seokjin parecía exhausto, caminaba arrastrando los pies, con un libro bajo el brazo, se acercó al mostrador y miró el listado de bebidas. Yoongi lo observó; no sabía si lo estaba ignorado o es que no se había dado cuenta de que estaba enfrente de él.

                -¿Y tus exámenes?- Dijo Yoongi con una mirada adormecida.

                El otro se sobresaltó y miró a su compañero como si fuera alguien extraño. Estaba tan cansado y dormido que ni siquiera recordaba que Yoongi trabajaba ahí.

                -Me asustaste Yoongi.- Se refregó los ojos confundido.- Dame un café, con mucha azúcar.

                -Deberías dormir más y salir menos.- Le advirtió.

                -Suenas como mi madre.- Rio con cansancio.

                Yoongi se puso a preparar el café para su compañero. Se estaba dando cuenta de que ahora hablaban más, incluso bromeaban. Estos últimos meses se sentían bastante a gusto. Para Seokjin, Yoongi era como ese hermano que nunca tuvo; tenía ganas de decírselo porque en realidad lo apreciaba. Sabía que sólo reía con él y eso lo ponía feliz. Pero temía que el otro se molestara, no le iba mucho eso del sentimentalismo por eso prefería dejarlo y no decirle nada.

                El castaño se sentó en una de las mesas y observó lo vacío que estaba el lugar. Yoongi se acercó y le dejó el café a su lado; se sentó junto a él, estaba aburrido.

                -Me sorprende que quieras hablar.- Rio Seokjin sorbiendo su café.

                -¿Quién dijo que quiero hablar?- apoyó su mentón sobre sus manos y miró hacia afuera.- Estoy aburrido.

                Seokjin lo miró de reojo, por momentos sentía pena por su compañero de piso. Siempre en su rostro había un aura de melancolía que lo hacía sentir culpable sin motivo alguno. Quería tratar de animarlo, incluso preguntarle qué le pasaba, pero nunca lo hacía porque sabía que lo ignoraría. Se sentía un mal compañero.

                -¿Cómo te fue con tus exámenes?- Preguntó sin despegar la vista de la calle.

                -Sólo hice uno, los otros los tengo más tarde.- Dijo aliviado.- Pero no me siento muy confiado de aprobar.

                Yoongi volvió la vista a su compañero.

                -Te dije que menos fiesta, te estás arruinando.

                El tono de voz se sintió tan protector para Seokjin que su corazón le dio un vuelco de ternura. No podía creer que Yoongi, su compañero amargado que todo le importaba nada lo estuviese regañando y de algún modo, animándolo a que estudiara más y que no se distrajera tanto. Tenía ganas de abrazarlo, pero si lo hacía se llevaría un golpe. Así que le dedicó una sonrisa enternecedora que puso los pelos de punta a Yoongi.

                -Ugh, no hagas eso.- Dijo haciendo una mueca.

                -Perdón, pero no te reconozco, Min Yoongi, ¿eres tú?- Bromeó dando un último sorbo a su café.

                El chico volteó su cabeza y sin querer una sonrisita se escapó de sus labios. Él tampoco podía creer que estuviese hablando de esa forma. Se sentía protector con Seokjin de algún modo, en el fondo lo quería, aunque odiase admitir ese tipo de cosas. Habían sido compañeros por un año y recién ahora parecían volverse más cercanos. Eso lo asustaba y alegraba a la vez.

                -Bueno…- dio un largo suspiro y se levantó.- Gracias por el café.

                -Oye, oye…- lo detuvo cuando lo vio dando unos pasos hacia la puerta.- No es gratis.- Extendió su mano con los ojos entrecerrados.

                -Ah...¿no?- El intento de aegyo de Seokjin le salió por la culata, sacó su billetera y unos billetes.- Agh… algún día podría ser gratis.

                El castaño sonrió y se marchó. Yoongi lo miró por última vez y movió su cabeza negando. Por primera vez se había sentido cómodo y tranquilo con alguien. Lo malo es que a partir de las tres de la tarde su alegría desaparecería porque el pequeño mocoso de Jimin entraba a trabajar.

 

Notas finales:

GRACIAS POR LEER! <3


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