Después de una hora, lograron llegar a la nueva casa. Jimin no dejaba de sujetar su valija con fuerza, como aquella vez que apreció en casa de Yoongi pidiendo ayuda.
Su madre posó su mano sobre su espalda y le regaló una sonrisa tranquilizadora. Ahora podrían estar ambos juntos para reconstruir sus lazos madre-hijo. El padre de Jimin ya ni siquiera importaba, al menos para él. Prefería que se marchara, que nunca más se le acercara, ni siquiera si algún día se arrepentía de todo lo que había hecho y le pedía disculpas. No lo perdonaría.
Caminó por aquel hermoso salón iluminado por las grandes ventanas, todo inundado de blanco, muebles lujosos, plantas, cuadros, incluso una estantería llena de libros. Todo se veía muy elegante, era el estilo perfecto para su madre.
Siguió recorriendo la casa, hasta que encontró la que seguramente era su habitación. Era grande, no tanto como la de su anterior hogar, pero se veía confortable. Había una cama, un gran armario, un escritorio con una laptop y pocas cosas más.
Se sentó sobre la cama, dejando la valija a un lado y miró nuevamente dentro de aquellas cuatro paredes. Por fin podría estar tranquilo. Su madre se acercó hasta él y le volvió a sonreír.
-Es una habitación bonita, ¿verdad?
-Sí…-le devolvió una sonrisa, un poco melancólica.
La mujer se acercó y se sentó al lado del pelinegro. Observó la habitación junto a él y pudo sentir que le pasaba algo. Ella no sabía aun lo que su hijo había estado a punto de hacer y seguramente nunca se enteraría de eso. Pero ahora que podía estar cerca de nuevo, su instinto de madre empezaba a florecer.
-Espero que ahora todo esté mejor, cariño. Siento que hayas pasado por tantas cosas.
-Está bien, mamá. Yo también espero que todo se arregle.
-Oh, ven aquí.-Sus brazos rodearon al menor y lo encerró en un fuerte abrazo.-Me alegra saber que al menos estabas bien. Pero…-Se alejó, sin soltarlo- Pensaba que estabas con Taehyung. ¿Ese otro muchacho es un amigo tuyo?
Jimin sonrió un poco nervioso. Su madre ni siquiera sabía que había estado trabajando en una cafetería. Todo eso era entre él y su padre. Por lo que no podía explicarle de dónde había salido el mayor.
-Sí, es un buen amigo.
-Le estoy muy agradecida… Se ve que te ha cuidado bien. Me gustaría poder invitarlo a una cena para agradecerle. ¿Qué te parece?
-¿Eh?-Sus ojos se abrieron y enseguida negó con la cabeza-Oh, no. A él no le gustan esas cosas. Está bien así, no te preocupes.
-Oh… Es una lástima-Se levantó, algo decepcionada, y se fue alejando del cuarto.-Ya pensaré en otra cosa entonces. Iré a preparar algo, ¿está bien?
-Claro.
Cuando su madre se marchó del cuarto, se tiró sobre la cama de espaldas y miró hacia el techo. Había una hermosa lámpara antigua. La observó y sus ojos se quedaron clavados en ella. Su madre estaba precipitándose un poco queriendo agradecerle la ayuda que le había dado Yoongi. Seguramente nunca aceptaría nada tan lujoso como una de las cenas que su madre organizaba. Yoongi era un tipo sencillo, no le iban esas cosas.
Sólo quería poder estar tranquilo y sobretodo, poder ver a Yoongi. Ya lo estaba extrañando y apenas pasó una hora. También se quedó algo atontado con su confesión. Se puso a pensar si quizás había sido demasiado haberle dicho que lo amaba. Pero ya qué importaba, lo había dicho por impulso y porque realmente lo sentía así.
Ahora estaba empezando de nuevo. Debía buscar una nueva universidad porque no pensaba volver a la anterior. Encendió la laptop y empezó a informarse sobre algunas universidades cercanas.
Había algo que le llamaba la atención en particular. Encontró la universidad adecuada, la de artes. A Jimin siempre le había gustado el dibujo, la pintura, asique pensaba estudiar bellas artes para poder llegar a ser profesor. Esbozó una leve sonrisa al pensar que por fin podría hacer algo que realmente le gustaba. No estudiaría por obligación, no se vería forzado a aprender. Era genial.
Lo único que le podía llegar a preocupar era el ingreso, pero en la escuela había sido un muy buen alumno, así que al menos tenía ese punto a su favor. Además de eso, tenía a su madre, quien tenía amistad con algunas personas importantes dentro de la educación.
Después de terminar su búsqueda, le comentó a su madre sobre lo que tenía planeado hacer y ella le dio su incondicional apoyo. Mañana mismo su madre iría a hablar con el director de la universidad. Las clases no había llegado aún a mitad de año, pero aun así, Jimin había perdido la oportunidad de poder empezar desde cero, y claro, debería ingresar en primer año.
-De pequeño hacías muy lindos dibujo, hijo-.Dijo su madre sonriendo.
-Mamá, sólo eran garabatos mal pintados-.Hizo una mueca con su boca.
-A mí me gustaban. Tengo muchos de los que hiciste guardados en una carpeta.
Su madre parecía ser otra persona. Podía notar que su cara había cambiado, su forma de hablar. Ahora era más tranquila, más maternal incluso. Su sonrisa no era falsa, el brillo de sus ojos tampoco. Sentía que volvía a tener una madre de verdad nuevamente. Ya no se veía a esa mujer malhumorada, indiferente y manipulada.
Si bien para el menor no era fácil volver a confiar, sentía que su madre realmente estaba arrepentida de lo que había hecho. La quería y ahora que podía estar junto a ella, reconstruyendo su relación, no iba a desaprovecharlo.
Las horas corrían y Yoongi sólo podía estar tirado en el sillón del living sin hacer nada, mirando hacia el techo. Su mente estaba en blanco. No pensaba nada, ni siquiera en Jimin.
Un golpe en su cabeza lo distrajo. Jungkook abrió los ojos en el momento en que el libro que sostenía se le cayó de las manos y fue a parar a la cabeza del mayor. Lo recogió de inmediato y se disculpó varias veces para poder salvar su vida.
-Perdón, que torpe soy-.Dijo nervioso.
-Eso dolió….-Yoongi se sobó la cabeza, sintiendo aún el golpe.
-Perdón, perdón…-Se volvió a disculpar.-Se me resbaló de las manos.
Yoongi se acomodó en el sillón y se quedó sentado, mirando a Jungkook con el rostro serio. No estaba enojado, simplemente haber salido de su pequeño trance con un golpe lo había aturdido.
-Ya, no es nada. Por cierto…¿Qué haces aquí?
-Yo… Es que, Jin…
-¿Pasó algo?
El pelinegro negó con la cabeza y desvió su mirada. Yoongi detectaba perfectamente las mentiras de Jungkook, era un niño demasiado inocente y sensible. No comprendía bien qué le pasaba, pero si sabía que su negación no era cierta.
-Jungkook, dime…
Los ojos de Jungkook se cristalizaron y de inmediato se lanzó a llorar a los brazos de quien consideraba su hermano mayor. Yoongi en un principio se sobresaltó, el pelinegro nunca había hecho eso, lo había visto llorar alguna que otra vez, pero sus lágrimas eran demasiado exageradas.
-Jin…-balbuceó-Él…lo vi con…con otra persona.
-¿De qué hablas?-Yoongi lo apartó un poco de él y lo miró sorprendido.-¿Cuándo, dónde…?
-En la mañana…-sorbió su nariz y se sentó al lado del mayor.-Habíamos quedado en ir de paseo, pero me dijo que tenía otra cosa que hacer. Entonces yo… quise venir aquí para hablar un rato con Jimin y esperarlo, pero cuando iba caminando lo vi a los lejos, hablando con una chica…
-Kook… Sólo hablaban.
-No, Yoongi. Después la abrazó durante un buen rato y se fueron caminando juntos.
Yoongi frunció el ceño. No podía creer a Seokjin capaz de hacer algo así. Él no era de los que jugaban sucio y además, amaba a Jungkook, lo cuidaba y protegía. Se sintió un poco indignado y molesto con aquello. No podía dejar a Jungkook solo , le daba mucha lástima verlo llorar. Como cundo vio llorar a Jimin… Las lágrimas lo hacían vulnerable.
-¿Estás seguro de que era él?
-Sí, era él.
-Está bien, cálmate.
El pelinegro volvió a llorar nuevamente y se aferró al mayor como su único consuelo. Yoongi lo abrazó, no podía dejarlo llorar en soledad. Si era cierto que Jin lo había engañado, a pesar de que no tenía por qué meterse en la relación de ambos, haría algo al respecto. ¿Y si Jungkook hacía alguna estupidez como la que había hecho Jimin? Ese niño era muy sentimental…
-¿Y… Jimin?-preguntó entre sollozos.
-Él se fue, con su madre.
-Oh…-Se limpió las lágrimas con ambas manos y miró al mayor con tristeza.-¿No lo extrañas?
-¿Extrañarlo? Se fue sólo hace unas horas.
-¿No lo quieres?
-Jungkook, ¿por qué haces esas preguntas?
Ambos se miraron. Yoongi frunció el ceño, otra vez y Jungkook se alejó un poco, le asustaba cuando la cara de Yoongi se ponía así. Estaba haciendo demasiadas preguntas quizás, pero quería olvidarse un poco de lo que había visto en la mañana.
-Es que… Jimin me dijo cosas de ti y yo… perdón estoy siendo muy metido.
-¿Qué te dijo?-Se apresuró a preguntarle.
-Bueno… Me dijo que estaba muy enamorado de ti, que nunca había estado con otro hombre…-Se empezó a sonrojar de repente y se quedó en silencio.
-¿Y qué más te dijo?
Yoongi vio los cachetes de Jungkook rosados por la vergüenza y maldijo a Jimin si es que acaso le había contado alguna intimidad al menor.
-Que te amaba…-Dijo en voz baja.
En ese instante el corazón de Yoongi se aceleró repentinamente, nuevamente volvía escucharlo, pero ahora saliendo de la boca de Jungkook. Ahora entendía por qué parecía darle tanta vergüenza al menor hablar.
-Qué envidia, ojalá Jin me hubiese dicho eso alguna vez…-volvió a hablar en voz en baja.
-Te dijo a ti… que me amaba.
Jungkook asintió con la cabeza y miró al mayor sin entender por qué estaba tan distraído. Terminó por limpiarse todas lágrimas que habían mojado su cara y agachó su cabeza.
-No quiero ver a Jin., nunca más…-Susurró.
-Lo golpearemos.
El mayor rodeó a Jungkook con un brazo, tratando de consolarlo lo poco que podía y éste se acabó por echar sobre su hombro, conteniendo de nuevo sus ganas de llorar. Por suerte sabía que podía contar con Yoongi, era el hermano mayor que nunca había tenido, por eso confiaba en él.
-Oye…¿qué hacías con los libros de Jin?-preguntó Yoongi curioso.
-Nada…
-¿De verdad…?-Yoongi trató de mirarlo a la cara, pero el menor ocultaba su rostro.
-No tiene importancia.
Yoongi se encogió de hombros, pero no iba a dejar de sospechar que seguramente se los quería tirar o algo por el estilo. Jungkook en realidad era muy vengativo a pesar de lo tranquilo y callado que se veía.
Pocos segundos después, Seokjin entró al departamento, caminó hasta el living y se quedó de pie con los ojos entrecerrados observando a su pequeño pelinegro con la cabeza apoyada sobre el hombro de Yoongi. Éste lo miró sin expresión alguna y Jungkook lo miró de reojo, mordiendo su labio.
-¿Me perdí algo importante…?-Preguntó el castaño mirando al menor.
-¡Te odio!-gritó Jungkook de repente, aferrándose aún más a Yoongi.
-Oye, Jungkook…
Yoongi trató de apartarlo de él, pero el menor estaba más pegado que una garrapata. No pudo hacer nada, pero la mirada de Seokjin sobre él lo estaba haciendo sentir extraño.
-¿Por qué me odias?-El castaño se acercó hasta los dos.
Jungkook enseguida se puso de pie sobre el sillón y fue a esconderse a las espaldas de Yoongi para finalmente señalarlo, con sus ojos nuevamente envueltos en lágrimas.
-¡Me engañaste! ¡te odio!
-¡¿Qué?!-Las cejas del castaño se alzaron exageradamente, sin comprender por qué el menor le gritaba de esa manera.
-Yoongi, golpéalo.-Le exigió al pelimenta.
-¿Golpearme? ¿por qué?
Los dos mayores intercambiaron miradas. Seokjin estaba totalmente confundido, en cambio Yoongi trataba de comunicarle con los ojos que le sacara al pelinegro de su espalda. No quería verse envuelto en ese problema.
El castaño se acercó hasta el pelinegro y lo agarró como pudo, pero éste había empezado a patalear. Yoongi sólo observaba la escena, en realidad no podía hacer nada. Era algo entre ellos dos, a pesar de que anteriormente había pensado en meterse y defender al menor.
-Ey, ey, cálmate.-Seokjin puso a Jungkook a su altura y lo zarandeó para que se quedara quieto.
-No… suéltame.-Lo golpeó en su pecho con el puño, sin ser brusco.
-¿Se puede saber qué le pasa?-Miró a Yoongi, buscando respuesta.
-Será mejor que te lo diga él.
Jungkook tapó su cara con su brazo, había empezado a llorar nuevamente. Le costaba hablar y decirle que lo había visto con otra persona, le dolía mucho. Tanto era así que su garganta había empezado a arderle y le era casi imposible hablar claramente.
-Te ví…-trató de hablar-con una mujer….m-me estás engañando…
-¿Qué…?¿De qué hablas Kookie?
-No me digas Kookie…
Seokjin trató de recordar en qué momento estuvo con alguna mujer y acabó pensando en lo de la mañana. Miró al menor y empezó a reírse levemente. Jungkook y Yoongi lo miraron sin entender de qué se estaba riendo el castaño. No era nada divertido reírse en una situación así.
-Eres un bobo.-Le dijo al menor riendo.-Era una profesora de mi universidad.
-¿Eh..?
Seokjin tomó de los hombros al pelinegro y lo miró fijamente.
-Me felicitó porque gané una beca por un proyecto que realicé y me invitó a tomar un café para hablar sobre el tema. Jungkook eres un bobo…
-¿Q-qué?
Los ojos del pelinegro se abrieron por completo y su vergüenza lo volvió a envolver. Miró a Yoongi rápidamente y después a su querido castaño. Se limpió rápidamente las lágrimas con las mangas de su abrigo y se quedó en silencio. Se sentía terriblemente estúpido.
-¿De verdad crees que engañaría a la cosa más hermosa que tuve nunca?-Le acarició la mejilla y lo miró de lado sonriendo.- Nunca haría eso.
Los dos acabaron por besarse en medio del living, ante la incomodidad de Yoongi. Obviamente estaba sobrando ahí.
-Está bien…me iré-Se levantó del sillón y dio unos pasos en dirección a su cuarto.
-Oye, Yoongi…-El castaño lo detuvo.-¿Dónde está Jimin?
-Se fue. Su madre vino a buscarlo… Por cierto, te mandó saludos.
-Oh, eso es bueno.
-Supongo…
Los tres se quedaron en silencio. Yoongi dio media vuelta y fue hacia su cuarto, dejando a aquellos dos solos.
Al llegar se tiró sobre su cama y empezó a reírse por la absurda escena de celos de Jungkook. Su cara se veía muy avergonzada y eso le parecía gracioso. Más allá de esa confusión, le vino Jimin a la mente. ¿Estaba bien que lo hubiera dejado marcharse con su madre? Ni siquiera la conocía, pero se la vio tan arrepentida en ese momento que lo dejó pasar. Y aquella confesión también volvió a su cabeza. Jimin a lo mejor se había precipitado en decirle que lo amaba, él no sabía si también lo hacía. Era demasiado pronto para algo así…
Ahora que estarían más distanciados su situación podría cambiar. Yoongi esperaba que eso no llegara a cansarlo, aún no estaba muy seguro de esa relación, pero a pesar de sus dudas sentía que había un cambio de actitud en él. Lo que no sabía era si eso sería bueno o malo.