Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

You changed me (YoonMin) por MintYoongi

[Reviews - 148]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola, ¿cómo están? n_n

Les dejo el cap.31 y mis agradecimietos por tan lindos comentarios que hacen <3

Disfruten~

Un día más, la monotonía lo envolvía como un manto del que no podía deshacerse. La rutina lo llamaba para acompañarlo en su próxima semana. El domingo había pasado prácticamente volando y tampoco es que hubiese hecho algo interesante. No había hablado con Jimin, sólo le mandó un corto mensaje preguntándole cómo le iba con su madre en las pocas horas que pasaron.

La hora de entrar al trabajo se acercaba, por lo tanto Yoongi ya se había arreglado y puesto el uniforme.

Caminó por las calles sin prisa alguna, tratando de que sus pasos contrarrestaran la violencia con la cual el viento soplaba. Estaba algo nublado, pero el pronóstico no había anunciado lluvias.

Al llegar a Mouse Rabitt, sus compañeros de trabajo lo saludaron enérgicamente, parecía que estaban entusiasmados, todos tenían una sospecha sonrisa de felicidad en sus rostros.

Al pasar por la cocina, para poder llegar al vestidor y guardar su bolso, Yesung lo interceptó de inmediato, haciendo que se asustara por la extraña forma en la que llamó su atención.

 

-Hola, buenas tardes, Yoongi.

 

-H-hola.

 

-Lo siento, ¿te asusté? No era mi intención.

 

El rostro de su jefe también era sospechoso, alzó sus cejas y sonrió gatunamente. Empujó a Yoongi hasta su despacho sin decirle una palabra y el otro sólo pudo dejarse llevar hasta el interior del lugar. Observó al pelinegro sin entender qué estaba pasando.

 

-¿Pasa algo?-preguntó Yoongi curioso y ,quizás, un poco preocupado.

 

-Oh, sí que pasa. Te lo explicaré-Yesung se acercó hasta su asiento y se sentó-Por favor, siéntate.

 

-Está bien…

 

El pelimenta se sentó lentamente y observó detenidamente el rostro de su jefe, esperando que le contara lo que sea de lo que quería hablar.

 

-Escucha, Yoongi. Tengo muy buenas noticias.

 

-Okey, escucho.

 

Yesung sonrió con satisfacción por la atención que le prestaba su mejor empleado. Sacó algunos papeles y le enseñó unas fotos de lo que parecía ser un local bastante lujoso.

 

-El otro día, mi padre y yo tuvimos una reunión. Él decidió abrir un restaurante, mira…-le acercó las fotos y Yoongi las obsrevó-Este es el lugar. Ya lo estuvimos reformando muchísimo antes y ahora que está listo, quería contártelo.

 

-Vaya, eso es genial.-Yoongi sonrió levemente, le gustaba como se veía el lugar.

 

-Claro que lo es. ¿Sabes qué es lo mejor de todo?-Yoongi negó con la cabeza-Que ahora tú trabajarás allí.

 

-¿Eh?-el pelimenta abrió los ojos asombrado.

 

-Sí, como oíste. Pero será diferente…-Yesung se detuvo un segundo y cerró sus ojos para después volver a abrirlos lleno de emoción- ¡Serás gerente!

 

-¡¿Qué?!

 

-Lo que oíste, Yoongi.-se echó hacia atrás en el asiento sin dejar de sonreír-Has estado trabajando por mucho tiempo aquí y confío plenamente en lo que haces, eres bueno. Has hecho varias cosas aparte de atender a la gente. Olvídate de eso, ahora controlarás a los empleados, serás como el segundo jefe. ¿No suena genial?

 

Yoongi estaba muy agradecido por aquella oportunidad, un nuevo trabajo, nuevo puesto. Pasaría de mesero a gerente. Realmente, la confianza que Yesung depositaba en él era más que grande. Pero a pesar de que sentía una gran emoción por su nuevo puesto como jefe, había una parte de él que se decía a sí mismo que no lo merecía, quizás no subir hasta esa categoría.

Había defraudado en alguna ocasión, por simples pequeñeces, a Yesung. Como cuando perdieron varios clientes, por culpa de Jimin. Eso lo hizo pensar que no podría volver a manejar un tipo de situación similar a la que vivió. Ser gerente era algo serio.

 

-Yesung, agradezco tu confianza, pero… No lo sé, creo que es demasiado para mí.

 

-¿Bromeas, Yoongi?-se paró del asiento y fue hasta su lado, posando sus dos manos sobre los hombros del pelimenta-Desde que entraste a este lugar todo mejoró, notablemente. La primera vez que llegaste atrajiste un montón de clientes y esos clientes hasta el día de hoy siguen viniendo, por ti. No estoy diciendo que el servicio en general sea malo-resopló-Pero tú eres mi mejor empleado.

 

-Bueno…

 

-Te ayudaré en lo que sea, sólo quiero que todo el esfuerzo que pusiste en estos años valga la pena, porque te lo mereces.

 

Ante los halagos de su jefe no pudo evitar sonreír y, también, avergonzarse. Era el momento en el que no debía echarse atrás. Si Yesung confiaba de ese modo en él, lo haría. Ganaría muchísimo más dinero, podría irse a otro lugar y dejar de compartir piso con Seokjin, aunque el mayor y él se llevaba muy bien últimamente.

 

-Está bien-dijo con seriedad- No te defraudaré.

 

-Sé que no lo harás.

 

Después de su pequeña reunión, Yoongi salió del despacho. Yesung le dio el día libre y le dijo que no se preocupara por el dinero que perdería de ese día. Ya, definitivamente, no era más Min Yoongi el mesero de Mouse Rabitt, ahora era Min Yoongi el gerente. Sonaba tan bien para sus oídos, para su alma…

Al salir, un joven mucho más alto que él lo detuvo. Le mostró una simpática sonrisa y Yoongi se la devolvió.

 

-¿Te lo dijo?-preguntó acelerado.

 

-¿Eh?

 

-Si Yesungo te contó.

 

-¿Lo del restaurante?

 

-¡Sí!-gritó de emoción y golpeó a Yoongi en su hombro.

 

-Chanyeol, carajo, eso dolió.-Se quejó Yoongi.

 

-Oh, lo siento. Es que estoy emocionado, yo también iré a trabajar allí. ¿No es genial? Trabajaremos juntos, Yoongi.

 

La sonrisa de alegría que Chanyeol tenía lo hacía ver como un niño pequeño. Él y Yoongi eran bastante cercanos como compañeros de trabajo. Al alto y orejón le resultaba agradable hablar y bromear con el pelimenta, aunque en ocasiones éste ignoraba sus chistes malos.

 

-Asi que tengo que aguantarte allí también-suspiró, a modo de broma.

 

-Oye, no seas tan amargado-se cruzó de brazos-Si vas así con esa actitud hacia el nuevo jefe, no te irá nada bien-frunció el ceño y después se acercó al oído de su compañero-Escuché que Yesung puso a alguien a cargo…

 

Yoongi soltó una risa al escuchar eso. Le parecía gracioso ya que el jefe era él mismo. Dio unos pasos para marcharse, dejando atrás al más alto y antes de seguir caminando giró su rostro para encontrarse con la mirada del otro.

 

-Yo soy tu nuevo jefe, Chanyeol-sonrió de lado y volvió a retomar su camino.

 

-¡¿Qué?!

 

Salió del local con una sonrisa en sus labios. La cara que se le había quedado a Chanyeol era digna de inmortalizar en una foto.

Volvió a tener que enfrentarse al fuerte ventarrón que había fuera. Sacó su celular y pensó en contarle a Jimin inmediatamente sobre su nuevo empleo y puesto como jefe. Le era un poco difícil sacar su celular del bolsillo ya que sus manos estaban congeladas.

Escribió un mensaje corto y lo envió. Mientras esperaba que le respondiera, decidió dar una pequeña vuelta por la ciudad. Siempre estaba metido en su casa y necesitaba solo un poco de aire, a pesar del frío que hacía.

Caminó durante media hora, menos quizás y su mensaje aún no había sido respondido. Empezó a pensar que quizás Jimin estaba ocupado, pero cuando ya pasó una hora su preocupación apareció.

 

Era un nuevo comienzo para Jimin. Su madre lo había ayudado a ingresar en una universidad. Habló con el director y le explicó la situación por la que pasó. Tuvo mucha suerte de que aquel hombre fuera amigo de su madre, si no habría sido muy difícil encontrar un lugar donde lo aceptaran.

Empezaría las clases al día siguiente, asique ya estaba preparándose comprando materiales. Había salido de su casa hacía una hora y cuando iba caminando, buscando un local donde vendieran artículos de papelería y arte, se dio cuenta que olvidó el teléfono que Yoongi le regaló sobre su cama. Estaba tan entusiasmado…

Caminó hasta que encontró un lugar perfecto. Ingresó y empezó a buscar todo lo que había anotado en su pequeña listita de materiales.

La mayoría de las cosas que necesitaba eran bastante caras, pero su madre le había dado el suficiente dinero como incluso para comprarse lo mismo dos veces. Jimin no quería gastar el dinero que Yoongi le había regalado en cosas materiales, prefería guardarlo para otra ocasión más importante.

Terminó su compra y salió con una gran bolsa llena de papeles, acrílicos, pinceles, lápices, etc… Hacía mucho frío y dinero le sobraba, asique decidió ir a tomar una taza de café, obviamente no se le pasaba por la cabeza ir a Mouse Rabitt.

Se pasó a la acera en la que apenas daban los rayos del sol, estaba muriendo de frío. Al mirar hacia lo lejos, sus ojos se chocaron con otros que conocía a la perfección. Mirada gatuna, ojos castaños y adormecidos.

 

-¡Yoongi!-lo nombró con una gran sonrisa, corriendo hacia él.

 

-¿Y tú qué andas haciendo en la calle?-miró la bolsa que llevaba en su mano.

 

-Estaba comprando materiales, encontré una nueva universidad. Mañana empezaré las clases.

 

-¿De verdad?-Yoongi sonrió, satisfecho por aquella noticia-Me alegro por eso.

 

-Sí, yo también. Por cierto…¿no trabajas hoy?

 

-Ya no trabajaré en Mouse Rabitt.-Dijo con seriedad.

 

-¿De qué hablas?-Jimin se alarmó y lo miró preocupado-¡¿Te despidieron?!

 

Yoongi se quedó en silencio, esperando para darle la noticia sobre su nuevo trabajo. Jimin se veía muy preocupado, podría decirse incluso que pensó nuevamente que su padre había cumplido su objetivo. Pero nada tenía que ver con eso.

 

-¡Yoongi, habla!-se quejó, golpeándolo levemente con la bolsa.

 

-Ya…En realidad, ahora trabajaré en un restaurante que Yesung abrirá.

 

-¿Enserio?

 

-Sí, y seré el gerente-dijo en un tono de orgullo.

 

-Yoongi eso…¡Es genial!

 

Jimin se tiró hacia Yoongi para abrazarlo y finalmente no soltarlo. El mayor lo rodeó también con sus brazos y luego lo apartó.

 

-Lo sé, Yesung confía plenamente en mí, no lo decepcionaré.

 

-Esto merece una celebración-sonrió ampliamente-Tú con nuevo trabajo y yo con nueva universidad.

 

El pelinegro agarró inmediatamente al pelimenta de la mano y lo arrastró con él. Yoongi se dejó llevar.

 

-¿A dónde me llevas?

 

-Te invito a un café.

 

Ambos caminaron de la mano, sin importarle las miradas que se posaban sobre ellos. Jimin apretaba con fuerza la mano del mayor, estaba feliz por él y por poder verlo nuevamente. El habérselo encontrado en la calle fue una casualidad muy grande, Yoongi no solía caminar, ni pasear.

 

-Espero que no me vayas a llevar a Mouse Rabitt-dijo Yoongi enarcando una ceja.

 

-Claro que no, no quiero volver ahí nunca más.

 

-Está bien, es comprensible.

 

Después de un rato caminando ambos entraron a una cafetería pequeña, pero muy bien decorada. Tomaron asiento en el fondo del lugar porque estaba más calentito debido a la calefacción. Jimin había dejado su bolsa sobre una silla.

 

-Yo pediré un capuchino-dijo Jimin a la mesera que los había ido a atender-Ah, y una porción de pastel de chocolate. ¿ Y tú yoongi?

 

-Un café sólo está bien.

 

La muchacha anotó sus pedidos y se marchó de inmediato. Yoongi no dejaba de mirar a Jimin, posaba sobre él una mirada penetrante, lo estaba haciendo sentir incómodo.

 

-¿Por qué me miras de ese modo?-preguntó Jimin.

 

-Te escribí un mensaje, ¿olvidaste tu teléfono?

 

-Oh… Sí, lo olvidé sobre mi cama. Lo siento-rio nervioso-estaba tan emocionado por mi ingreso a la universidad…

 

-Comprendo-Yoongi se quedó durante un momento en silencio-Entonces…¿hablaste con tu madre?

 

-Después de que nos marchamos de tu casa no tocamos más el tema. Pero por otro lado gracias a ella pude ingresar a esa universidad, tuve mucha suerte.

 

-¿Y qué estudiarás?

 

-Bellas artes.-contentó con una gran sonrisa.

 

El mayor se alegraba de ver a Jimin tan feliz, pero se sintió extraño de ni siquiera haber sabido que le gustaba eso. En realidad no sabían mucho de los gustos del otro. Y no era un mal momento para poder hablar y conocer más.

 

-Nunca me habría imaginado que te gustara eso.

 

La mesera llegó con sus pedidos y los dejó sobre la mesa. Yoongi tomó su taza de café y después de soplar bebió un poco, Jimin en cambio, había empezado por darle un bueno bocado a su pastel.

 

-Sí, algún día te enseñaré todos los dibujos que tengo guardados.

 

Los recuerdos que tenía Jimin de aquellos momentos en los que dibujaba  a escondidas de su padre lo volvían a hacer sentir miserable. Odiaba cuando su padre encontraba lo que hacía y simplemente se los arrugaba y tiraba a la basura, como si fuera la porquería más grande que hubiese visto en su vida.

 

-¿Estás bien?-preguntó Yoongi al notar que Jimin miraba fijamente su pastel sin hacer ningún movimiento-Jimin…

 

-¿Eh?-rápidamente agitó su cabeza y le sonrió-Sí, perdón, estaba recordando cosas…

 

-Esas cosas no parecen buenos recuerdos…¿qué recordaste?

 

Jimin suspiró.

 

-Cuando era más pequeño dibujaba a escondidas de mi padre y cuando los encontraba sólo los tiraba a la basura. Eran dibujos muy trabajados, no eran simples garabatos… Dejé de dibujar por un tiempo por miedo a que descubriera todo y perdí mucho la práctica, cuando quise tomar de nuevo un lápiz los dibujos me salían del asco…

 

-Sabes, cada vez odio más a tu padre-dijo molesto, terminando su café-Aparte de eso, espero poder verlos, seguramente son muy buenos.

 

-Lo son-dijo orgulloso-Y a ti, Yoongi ¿qué es lo que te gustaba hacer?

 

Yoongi se quedó pensativo, mientras tanto Jimin terminaba de comer su pastel, ofreciéndole el último pedazo al pelimenta.

 

-No es algo que hiciera, pero siempre quise poder tocar el piano…

 

-¿El piano? Eso es muy lindo.

 

-Sí, nunca tuve la oportunidad de tomar clases, eran muy caras. Mi madre no podía pagarlas, pero a ella siempre le gustó esa idea.

 

Al recordar a su madre, Yoongi sonrió inconscientemente. Su rostro desprendió una melancolía tal que contagió a Jimin de un sentimiento de pena. El menor posó una mano sobre la del mayor, mirándolo a los ojos.

 

-¿Te gustaría aprender ahora?

 

-¿Por qué lo preguntas?

 

-Mi madre tiene un amigo que es pianista, podría darte clases.

 

-No, jimin…

 

-¿Por qué? Yo las pagaré.

 

-¿Con el dinero de tu madre? Deja de decir tonterías, niño.

 

-No me llames niño.

 

Jimin apartó la mano inmediatamente e infló sus cachetes mirando hacia otro lado. No entendía por qué Yoongi no quería que lo ayudara a poder hacer eso realidad. Estaba dispuesto incluso a buscar trabajo nuevamente, sin importarle que Yoongi ahora fuera a ser gerente de un restaurante.

 

-No me gusta que hagan cosas por mí por lástima.-Dijo Yoongi haciendo que Jimin lo mirase.

 

-No lo hago por lástima, Yoongi. Lo hago porque…porque te amo y quiero que seas feliz y puedas hacer lo que te gusta.

 

Otra vez, Jimin volvía a decirle lo mismo por segunda vez. Que lo amaba.

¿No eran muy precipitadas esas palabras? Para Yoongi lo eran.

 

-Está bien, te agradezco la intención, pero yo puedo por mí mismo.

 

-Yoongi…

 

La mala actitud del mayor volvía a hacer presencia. Yoongi odiaba ese sentimiento de compasión que uno tenía hacia él por todo lo que había pasado. No le gustaba que lo ayudaran porque creía que podía arreglar sus cosas por sí mismo. No quería que Jimin le pagara nada, como si fuera un pobretón que no tenía ni para él mismo.

Dejó dinero para pagar su parte sobre la mesa y se colocó la chaqueta para marcharse. Jimin hizo lo mismo y se paró para seguirlo.

 

-Espera, Yoongi.-Dijo corriendo tras él hasta detenerlo tomándolo del brazo-¿Estás enojado?

 

-No, no lo estoy.

 

-No seas mentiroso, ya detecto tu mal humor.

 

-Oh, ¿de verdad?

 

Jimin lo agarró con fuerza de la manga de su chaqueta y se acercó hasta su rostro.

 

-Sólo quiero ayudarte, como tú me ayudaste a mí…

 

Yoongi se quedó en silencio a punto de decir algo, pero los labios de Jimin taparon sus palabras. Cerró sus ojos y dejó que el beso siguiera, en medio de un fuerte viento que alborotó ambos cabellos, dejándolos totalmente despeinados.

Jimin se separó del mayor y lo miró regalándole una leve sonrisa.

 

-Lo siento-dijo el pelimenta en voz baja- No quiero ser así contigo…

 

-Está bien, olvidemos eso-volvió a tomar su mano-Vamos.

 

-¿A dónde?

 

-No lo sé, sólo quiero estar un rato más contigo.

 

Jimin y Yoongi caminaron apretando sus manos, sin rumbo, tratando de contrarrestar el violento viento. Ambos se miraron y rieron al ver sus cabellos tan desastrosos. El corazón de Yoongi no dejaba de latir, estaba seguro que de que esas sensaciones no lo has había tenido nunca en su vida. Se sentía realmente bien.

 

 

 

 

 

Notas finales:

GRACIAS POR LEER!! <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).