Había llegado el día en el que Jimin por fin ingresaría a sus nuevas clases, a su nueva carrera. Y esta vez estaría haciendo algo que realmente le apasionaba.
Estaba nervioso por tener que entablar nuevas amistades y todo ese tipo de cosas. Pero daría su mejor esfuerzo por hacer todo bien, por caerle bien a sus compañeros y trabajar duro.
Antes de que el día empezara, Yoongi le había deseado suerte en su primer día, cosa que lo puso contento y lo hizo saltar de emoción.
Su vida estaba cambiando y tenía el presentimiento de que todo iba a ir de maravilla. Tenía a Yoongi con él, aunque en realidad no era nada oficial, sólo estaban juntos. Su madre parecía otra persona. Era muy cálida con él, lo mimaba, le preguntaba si todo estaba bien, lo que necesitaba, si le dolía algo… después de tantos años sin prestarle atención parecía ser que ese instinto de madre le bajo de golpe.
Por otro lado, no sabía nada de su padre. El Sr.Park había desaparecido y eso era extraño, sospechoso, mejor dicho.
Jimin conocía perfectamente a su padre, sabía que no se rendía ante nada. Seguramente el saber que ahora vivía con su madre, en completa calma y prosperidad le había caído como un balde de agua fría. Sinceramente, eso no le importaba, pero por un lado tenía la certeza de que en algún momento saldría con algo.
Ingresó al lugar, un poco nervioso y a los pocos pasos se encontró con un joven que lo miraba. Era un chico de cabello castaño claro, tenía unas facciones muy lindas, de lejos juraría que parecía una mujer.
El joven se acercó casi corriendo hasta Jimin y se paró en frente de éste, con una sonrisa de lado. Repentinamente se inclinó y el pelinegro se echó un poco hacia atrás.
-Hola, bienvenido a la Universidad de Bellas Artes, Park Jimin.-Dijo el chico con todo el entusiasmo del mundo.
-H-hola…Gracias-Jimin le devolvió la sonrisa, un poco perturbado por la chillona voz.
-Soy Byun Baekhyun y estoy a cargo en el consejo de estudiantes. Seré tu guía durante el día de hoy.
-E-encantando.
Jimin se sorprendió gratamente del nivel de aquel lugar. Ese chico parecía ser buena persona, atento y responsable. Tenía una sonrisa bastante infantil que le recordaba un poco a su amigo Taehyung. Sí, eran bastante parecidos en realidad. Podría jurar que si ponía a ambos uno al lado del otro, parecerían gemelos.
-Bien, empezaremos por hacer un recorrido en este primer piso.
Jimin asintió y siguió al Baekhyun, quien caminaba con un estilo bastante peculiar, podría decirse que era algo coqueto.
-Baekhyun, ¿verdad?-Preguntó Jimin dudoso de su nombre. El chico asintió-¿Cómo sabías mi nombre…?
-Oh, tengo la lista de todos los alumnos de esta institución. Yo me encargo de varias cosas aquí adentro, es un poco agotador-suspiró-Pero me encanta.
Ambos caminaron por todo el edificio. Jimin pudo conocer todo el lugar, un montón de aulas, salas, el patio, la cafetería… Ahora no tenía que preocuparse de perderse porque había memorizado bastante bien todos los lugares por donde el castaño lo llevó.
-Bien, Jimin, si en algún momento necesitas ayuda o lo que sea, no dudes en hablar conmigo. Me encontrarás en cualquier lado.-dijo riendo.
-Sí, muchas gracias.
El chico se marchó, agitando su mano enérgicamente y dándole una sonrisa encantadora al pelinegro.
Había empezado de maravilla el día y esperaba que siguiera así
-¡Yoongi!-gritó Jungkook desde el sillón.
El pelimentra, que estaba en la cocina tomando un refresco, se giró de inmediato por el agudo grito del menor.
-¿Qué es lo que pasa?-dejó el refresco sobre la mesa y caminó hacia el salón.
Jungkook se había parado sobre sillón mientras apuntaba al suelo. Yoongi no veía nada, por lo cual se encogió de hombros y luego miró al pelinegro que estaba asustado.
-No veo nada…
-¡Ahí, debajo de la mesita!
Yoongi se agachó levemente para mirar donde le estaba señalando y se encontró con una araña. Y no era una araña cualquiera, era bastante grande, peluda, y tenía las patas largas. Él no le tenía miedo a los bichos, pero esa cosa parecía estar amenazándolo de muerte. Estaba inmóvil a punto de querer saltar sobre él para morderlo.
-¡Mátala!-chilló Jungkook.
-¿De dónde salió?
-N-no lo sé… Estaba viendo la tele y de repente se posó sobre la pan…¡AHH!
-¡AHH!
Los dos gritaron al unísono al ver cómo la araña había pegado un gran salto hasta pegarse en el suéter del mayor. En ese momento Yoongi desesperó, la araña era jodidamente grande. Trató de sacudírsela con un periódico que había sobre la mesa, mientras tanto Jungkook seguía sobre el sillón gritándole a Yoongi que lo iba a matar si lo picaba.
-¡ALÉJATE DE MÍ DESGRACIADA!-amenazó Yoongi a la araña, como si pudiese entender lo que decía.
Le tiró el periódico a Jungkook para que le atinara un golpe y se la sacara de encima, ya que él mismo no podía hacerlo. El menor agarró el periódico y se quedó inmóvil, con miedo de intentar pegarle y que le saltara a él.
-¡JUNGKOOK PÉGALE DE UNA JODIDA VEZ!
-¡B-BUENO!
El menor cerró sus ojos y apretó el periódico entre sus dos manos. Golpeó sin mirar y acabó por pegarle en la cara a Yoongi. Éste se quejó tocándose la cara y cuando volvió a mirar sobre su suéter la araña se había ido. Fue extraño porque ni siquiera le había pegado al arácnido, si no a su redondo rostro. Quizás se había asustado de lo fuerte que resonó el papel de periódico contra su mejilla.
Cuando Jungkook abrió los ojos, supo que su golpe no había sido para nada certero. Notó que Yoongi estaba serio, tocándose la cara. Tenía la mejilla roja.
-L-lo siento, no fue mi intención golpearte.
Yoongi se sentó en el sillón, sin dejar de tocar su mejilla. Nunca pensó que un golpe así le dolería tanto. Ni cuando Jimin le dio un puñetazo aquella vez en la cafetería le dolió de ese modo. Pero a pesar de la torpeza del menor, no podía decirle nada, no iba a regañarlo. Jungkook era bastante sensible y no quería hacerlo llorar.
-No importa-dijo seco.
-No le digas a Jin que te golpeé…-rogó con una sonrisita nerviosa.
-No le diré, tampoco tengo intención.
El menor se sintió más tranquilo al saber eso. Le dio una sonrisa a modo de disculpa y se levantó inmediatamente a buscar un poco de hielo. Yoongi lo siguió con la mirada.
-¿Qué estás haciendo?
-Siempre que me golpeo o algo Jin me pone un poco de hielo.
-No seas exagerado… No es para tanto.
-Oh, está bien…
El menor guardó lo que había sacado y se quedó de pie en la cocina, sin dejar de mirar con culpa a Yoongi.
-Por cierto…¿Dónde está Jin?¿Por qué te deja aquí solo?-preguntó el pelimenta acomodándose en el sillón.
-Tenía un examen importante hoy-dijo con seriedad, acercándose para sentarse nuevamente frente al televisor-Pero yo quiero esperarlo para saber cómo le fue.
-¿Acaso no tienes cosas que hacer?¿Qué dicen tus padres?-lo bombardeó a preguntas.
-Ya las hice-frunció el ceño-Mis padres piensan que estoy con mis amigos.
-Eres un niño mentiroso-le dijo Yoongi como si lo regañase.
Jungkook se encogió de hombros. Poco le importaba mentirles a sus padres para poder estar con Jin. Lo había hecho antes y ya era experto mintiéndoles a sus progenitores, claro que cuando trataba de mentirle a Jin le salía el tiro por la culata.
-Lo hago para estar con él.-dijo cabizbajo- Si mis padres se enteran que salgo con Jin…me separarán para siempre de él y yo no quiero eso.
La voz de Jungkook sonaba bastante apagada y a Yoongi eso lo hacía sentir congoja. Era un niño tan tierno e inocente que parecía ser la cosa más frágil que nunca vio, pero en realidad era un chico fuerte y luchaba por poder estar junto a Jin. Por un lado, admiraba eso en él.
-Entiendo. Eres menor de edad, es lo lógico que tus padres se enojen contigo por andar con un tipo ocho años más grande que tú.
-Ya, Yoongi. Deja de decir eso-lo miró molesto.
-No te pongas así, pequeño-Le revolvió los cabellos como si fuera un niño chiquito.
Cuando se enojaba, Jungkook se veía más adorable de lo normal. A Yoongi le daba la sensación de que estaba tratando con un hermano pequeño, le parecía gracioso y enternecedor a la vez.
-Tú también eres más grande que Jimin.
-Sí…bueno, pero nos llevamos sólo cuatro años-respondió Yoongi algo burlón-Es algo diferente, tú eres muy chico, Seokjin ya es un viejo.
-Será viejo pero sigue siendo hermoso-lo contraatacó defendiendo a su amado. Yoongi soltó una risa divertida y después el menor se contagió.
Ambos rieron durante un momento. A Yoongi le gustaba estar con Jungkook, era un niño bastante divertido, a pesar de que la primera vez que lo conoció no pronunciaba palabra porque se sentía intimidado por todo lo que lo rodeaba. Y Jungkook pensaba que Yoongi era un tipo muy serio al que no le gustaba bromear, pero en realidad lo vivía haciendo. Siempre reía ante todas las bromas que se hacía con Jin.
Yoongi paró de reír y observó la tele en silencio, mientras tanto, Jungkook se sentía más cómodo con la presencia del pelimenta a su lado. Podía confiarle cualquier cosa, incluso ahora que eran un poco más unidos quería preguntarle a Yoongi algo que lo inquietaba.
Al pensarlo, sus mejillas se tiñeron de rojo instantáneamente, mirando al mayor de reojo. Trató de llamarlo y abrir su boca, pero no pudo.
-Y-Yoon…-Murmuró por lo bajo.
El pelimenta lo había oído y desvió su mirada hacia el pelinegro. Éste supo que estaba viendo pero prefirió agachar su cabeza.
-¿Qué pasa?-Jungkook se quedó en silencio-¿Jungkook?
-N-nada, olvídalo.
Yoongi chasqueó su lengua. Como odiaba cuando alguien le hacía eso.
-Agh… vamos, habla.
Jungkook frunció sus labios y siguió sin mirar a Yoongi. Empezó a juguetear nervioso con sus dedos, enredándolos entre sí.
-Bueno…yo…me preguntaba-se quedó en silencio, dudando si seguir su frase.
-¿Te preguntabas…?
-Me preguntaba si…-fue bajando su tono de voz-si duele mucho…
Yoongi no alcanzó a escuchar lo que dijo, asique se acercó al menor.
-¿Qué?
-Que si duele…-dijo en voz baja, nuevamente.
-¿Qué si duele qué?-enarcó una ceja.
-¡Si duele mucho cuando te penetran!-gritó finalmente con la cara totalmente roja de la vergüenza.
Yoongi abrió los ojos y sus mejillas se pintaron apenas de rosado. No podía creer que Jungkook, el inocente niño le estuviese preguntando sobre esas cosas. Al parecer le tenía la confianza lo suficientemente grande como para hacerlo.
-N-no lo sé-respondió Yoongi tratando de sonar serio.
-¿No lo sabes?-Lo miró rápidamente, aun sonrojado-Pero…¿Jimin y tú…?
-¿Qué? Espera…¿Crees que Jimin… a mí?-frunció el ceño y Jungkook asintió-¡No!
El pelimenta se sintió indignado al saber que Jungkook creía que él era el sumiso en la intimidad. Sinceramente no entendía por qué. De todos modos, aunque quisiera contestarle algo no sabría qué decirle, a él nunca lo habían penetrado, al contrario siempre era él quien lo había hecho.
La cabeza del menor volvió quedar gacha, algo decepcionado por no poder obtener una respuesta a su gran duda.
-Jungkook…¿Acaso Jin nunca…lo hizo?-preguntó curioso.
-N-no…-negó con su cabeza a la vez que lo decía-Él dice que no quiere hacerme daño y que esperará hasta que me sienta preparado.
-Oh… él de verdad que se preocupa por ti.
-Sí…yo por eso quería preguntarte a ti, Yoongi. Pensé que me ayudaría a sacarme esa duda.
-Bueno…
Yoongi carraspeó. No era nada típico de él andar contando cosas sobre su vida sexual, a nadie. Pero tampoco quería asustar o que el menor se sintiera decepcionado sin poder saber nada previo a lo que algún día tendría que aguantar.
-Si te sirve de ayuda, sólo puedo decirte que la cara que hizo Jimin al principio no fue tan grave.
-¿Ah no?-los ojo se le abrieron y se emocionó un poco al saber que quizás no iba a ser la peor cosa del mundo.
-Es algo a lo que te acostumbrarás, supongo.-esto último lo murmuró
Jungkook sonrió un poco más aliviado, pensaba que tenía mucha suerte de poder tener a alguien como Yoongi para contarle sus preocupaciones. Lo quería tanto como a un hermano mayor.
-G-gracias, Yoongi.
-No hay de qué.
El menor levantó las piernas para sentarse finalmente en posición de indio y entretenerse con la tele. Se había visto como tres veces aquella película de superhéroes. A Yoongi no le llamaba la atención, para nada, pero sólo dejaba el canal porque el menor parecía entretenerse.
Después de unos segundos había recibido un mensaje. Sacó su teléfono del bolsillo del pantalón y chequeó a ver quién le había escrito, aunque seguro era quién pensaba.
<<Yoongi, este lugar es genial. Hay muchísimas salas, todos son muy amables. Estoy tan emocionado y nervioso… Quisiera enseñártelo. Te extraño>>
Cuando vio el mensaje se dibujó una sonrisa en sus labios. Se quedó durante un rato mirando la pantalla cuan tonto distraído. Jungkook lo miró curioso, sonriendo.
-¿Cómo está Jimin?-preguntó el menor sonriendo.
-¿Cómo sabes que era él?
-Ah… tu sonrisa lo dice todo, hermano.
-¿Hermano?-Yoongi rio y guardó su teléfono-Miras muchas películas…
-Sí, a veces se me pegan las frases-dijo volviendo a mirar el televisor.
Yoongi después de guardar su teléfono volvió a recibir otro mensaje.
<<Oye, contéstame, no seas malo>>
<<Lo siento, estaba viendo una película con Jungkook>>
<<¿Qué haces con ese niño? ¿No está en el colegio?>>
<<¿Qué fue eso, Park Jimin?¿Celos?>>
Después de ese último mensaje no recibió respuesta. Se quedó esperando con el teléfono en su mano. Quizás el pelinegro se había sentido molesto de verdad, pero eso era un poco absurdo.
<<Te odio>>
<<Yo también>>
Así acabaron ambos por mandarse varios mensajes diciéndose tonterías. Yoongi no podía creer que estuviese escribiendo tantas estupideces, era como si volviera a ser un niño. Se estaban dando cuenta de que le gustaba el Jimin celoso.
<<¿Enserio me odias?>>
<<Estoy bromeando, Jimin, no seas tonto>>
<<Te amo>>
Ese fue el último mensaje que recibió y por supuesto, no contestó. Sentía pánico de devolverle esas palabras. Era como si aquello lo persiguiera, como si la vida lo torturase para que dijera lo mismo al menor, pero aún no era ese momento.
Al menos, él lo veía así.