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You changed me (YoonMin) por MintYoongi

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Notas del capitulo:

Pequeño espacio para disculparme por la demora(?)


No, enserio... tengo un colapso mental con esta historia porque sinceramente nunca creí que fuera a salirme algo tan largo. 


Pero... No pienso abandonarla. La terminaré, pero les voy a pedir mucha paciencia ;___; </3


Sé que a nadie le importa mi vida, pero me faltan unos meses para terminar mi carrera y quiero centrarme en eso, entiéndanlo ;V


Ahora, como dije antes, no abandonaré la historia. Les doy las gracias por seguir leyendo y por sus tan hermosos y lindos reviews que me alegran la vida osifaiosfiosif *--* <3


PD:me encanta que los lectores fantasmitas se animen a comentar <3 jaja

A la siguiente noche, era el evento para celebrar la apertura del nuevo restaurante. La fiesta comenzaba después de las 22:00 horas asique Yoongi se pasó la tarde durmiendo para guardar sus energías. Jimin, en cambio, estuvo nervioso y ansioso por saber cómo sería todo aquel ambiente.

Era la primera vez que lo invitaban a algo de ese estilo, por lo tanto no sabía muy bien lo que se podría encontrar allí. De todos modos, a pesar de sus nervios lo bueno era que iría con Yoongi y no sería un extraño entre tanto desconocido.

Faltaba una hora aproximadamente, tenía el tiempo suficiente como para cambiarse y arreglarse. Se dio una ducha y después se vistió con aquel traje azul oscuro que tan bien le había quedado, su corbata y sus mocasines brillantes. Se perfumó también, con una colonia que tenía un olor bastante fuerte pero atrayente.

Había terminado antes de lo previsto  asique decidió hablar con su amigo Tae. Lo extrañaba, ya que ahora estaban en diferentes universidades, necesitaba tenerlo a su lado para bromear y charlar sobre cosas sin sentido.

Agarró el teléfono que Yoongi le había regalado y, gracias a que le tomó la costumbre de usarlo, pudo encontrar rápidamente la lista de contactos.

-¡Jimin, dichosos los aliens!-contestó el otro casi chillando de la emoción.

-¿Eh?¿estás ebrio?-preguntó Jimin riendo porque no entendía nada de lo que el pelinaraja le decía.

-Claro que no, bobo. ¿Cómo te ha ido en todo este tiempo?

-Genial, empecé con buen pie en la universidad y bueno… ahora estoy a punto de irme a una elegante  fiesta.

-¿Y por qué yo no estoy invitado a esa fiesta?-hizo un puchero al otro lado del teléfono mientras se tiraba de espaldas sobre su cama.

-Es sólo para gente importante-recalcó la palabra “importante” con su voz, haciendo burla a su amigo.

-Ah, entonces sólo me llamas para restregarme por la cara que tienes una fiesta muy importante y que yo no estoy invitado. Nunca preguntar cómo estoy, cómo me va con Hoseok, nada. Muy bien, veo que te importa mucho mi amistad.

Jimin se empezó a reír porque sabía que Tae estaba bromeando. Eso era bueno, ya sentía como sus nervios se alejaban de su cuerpo lentamente. Necesitab a alguien lo hiciera  reír un rato, relajarse y eso a Tae se le daba genial.

-¿Cómo te va todo?-le preguntó Jimin cuando recuperó un poco la compostura.

-¡Genial!-gritó Tae- Ayer aprobé mi examen de comercialización. Tanto tiempo estudiando valió la pena.

-¡Eso es genial, felicidades!

-Gracias, gracias.-dijo orgulloso-Por cierto, ¿cómo va todo con Yoongi?

Jimin sonrió cuando tan solo escuchó que pronunciaba aquel nombre. Estiró sus brazos y se volvió a acomodar en su cama para seguir charlando cómodamente.

-De maravilla. Iremos juntos a esa fiesta. Ahora trabajará como gerente en un nuevo restaurante y me invitaron para que asista. Pero estoy algo nervioso…

-¡Wow!-exclamó Tae exageradamente- No te preocupes, aquí está súper Tae para ayudarte a pasar los nervios. Te recomiendo que tomes un té de manzanilla, verás cómo te relajas.

-¿Pero eso no es para dormir?-enarcó una ceja pensativo.

-Ah…-Tae se quedó en silencio durante un segundo, estaba debatiendo consigo mismo si Jimin tenía razón o no- No lo sé, yo sólo lo escuché por ahí.

El pelinegro soltó una pequeña risa y al rato escuchó a su madre llamándolo para que bajara. Tuvo que despedirse de su amigo y acomodarse un poco su traje ya que se había acostado y por eso se le arrugó un poco.

Bajó sin prisa las escaleras para saber qué necesitaba su madre.

-Jimin, te llevaré-dijo sosteniendo las llaves de un auto en su mano.

-Mamá…¿ desde cuándo manejas?- preguntó el joven confundido ya que nunca la había visto a su madre manejando.

-Desde siempre-ella sólo le sonrió y se acercó para arreglarle un poco su pelo- Mírate, te ves tan lindo. Estás hecho todo un hombrecito.

-Ya, mamá…

El menor se avergonzó por las palabras de su madre. Era súper cariñosa con él, le gustaba mimarlo y decirle ese tipo de cosas sólo para que notara lo mucho que lo quería. Definitivamente era otra mujer.

Tras sus halagos de madre orgullosa, ambos bajaron hasta el estacionamiento y subieron al lujoso auto de color plateado. Jimin nunca antes lo había visto y se preguntaba cómo es que aquella vez que lo fue a buscar su madre no fue en auto, si no en taxi. Pero decidió no preguntarle y sólo disfrutar del paisaje nocturno que aquella ciudad le ofrecía.

Y mientras su madre manejaba y ponía la radio, empezó a sonar una canción bastante pegadiza. La mujer empezó a mover su cabeza lentamente y hacer playback. Jimin la miró y sonrió divertido porque nunca había visto esa faceta tan divertida de su madre. A pesar de que era una mujer que pasaba ya los cuarenta, no era tan seria como hacía unos años atrás. Y eso le encantaba a su hijo, verla feliz y sonriente era un deleite para sus ojos y su corazón.

Observó los edificios iluminados por todas aquellas llamativas luces, la gente paseando por la calle a pesar del frío, las cafeterías y restaurantes llenos… Le encantaba poder sentirse así. Estando junto a su madre con la cálida sensación de cariño y apoyo. Y pronto junto a Yoongi en un fiesta importante para el mayor.

Jimin se sentía feliz porque el pelimenta tuviera aquella oportunidad de un nuevo cargo, un empleo que parecía haberlo emocionado. Quería poder seguir viéndolo sonreír y también volver a tener otro momento como el del día anterior, ambos probándose trajes elegante y bromeando.

Era esa pura sensación de volver a vivir, sonreír y sentir que realmente le importaba a otras personas.

Para cuando llegaron, después de menos de una hora, el lugar estaba bastante lleno. Jimin podía ver a un montón de gente a través de los vidrios del local. Todo parecía extremadamente lujoso, lo cual lo puso mucho más nervioso aún. Su madre estacionó cerca de la entrada y le echó un rápido vistazo al exterior, sin impresionarse mucho por el lujo ya que estaba acostumbrada a ver cosas así.

-Se ve muy bonito-comentó la mujer mirando a su hijo- Cariño, no estés nervioso. Es sólo una fiesta.

-Pero es la primera vez que voy a un lugar así, hay mucha gente que no conozco ahí-se mordió el labio e intentó buscar a Yoongi con la mirada.

-En realidad no es la primera vez, hemos… has ido a muchos lugares así, quizás que no lo recuerdas- sonrió al pelinegro, algo triste por recordar aquello- Ve y diviértete y dale mi apoyo a Yoongi, ¿sí?

Jimin miró a su madre antes de bajarse del auto y le regaló una gran sonrisa. Adoraba esa faceta de aquella mujer, lo hacía sentir cómodo y confiado. Le dio un abrazo repentino y besó su mejilla. Ella se quedó un segundo estática porque su hijo nunca había hecho algo así, le dieron incluso ganas de llorar, pero no era un momento adecuado para hacerlo. Sólo se despidió y le dijo que la llamara si necesitaba que fuera recogerlo.

Y cuando el menor bajó y se acercó hasta la entrada, supo que era la hora de la verdad. Hizo una pequeña fila y saludó educadamente a toda la gente que se le acercaba. Un joven de cabello castaño y con un rostro algo afeminado lo miró de arriba abajo y le dio una simpática sonrisa.

-¿Nombre?-le preguntó el joven observando una lista que tenía en su mano.

-Jimin, Park-contestó un poco nervioso.

-¡Oh, Jimin!-lo miró de repente y enseguida lo hizo pasar- Adelante, adelante.

Jimin no acabó de comprender su reacción pero como lo dejó pasar sólo caminó hacia el interior. Todo estaba muy bien decorado y arreglado. Había un pequeño buffet y mesas preparadas. Le gustaba ver que el ambiente era relajado y descontracturado.

Pero lo que más le importaba ahora era encontrar a Yoongi. Dio unas vueltas por el lugar y al final logró divisarlo, hablando junto a Yesung animadamente. Se acercó con cautela para no interrumpir de sopetón su charla y el azabache lo miró, contento porque hubiera asistido a su evento.

-Jimin, me alegra que hayas venido-le dijo Yesung estrechando su mano- Yoongi me contó que lo ayudaste a elegir ese traje. La verdad es que me sorprendí tanto de verlo a sí vestido que cuando llegó… ¡Wow!-abrió sus ojos- No pude creer que fuera él.

-Oye, ¿qué intentas decir con eso?-le preguntó Yoongi entrecerrando sus ojos.

-Que te ves guapo-le hizo un gesto con su mano, levantado el pulgar hacia arriba- En fin, espero que disfruten mi pequeño evento, es algo muy importante para mí.

-Claro, gracias por la invitación-agradeció Jimin, inclinándose respetuosamente.

-No hay de qué.

-¡Yeye!-dijo una voz tras la espalda del nombrado.

Los tres miraron hacia aquella dirección, encontrándose con un joven castaño, el mismo que había recibido a Jimin en la entrada. Éste se acercó hasta Yesung y posó su mejilla sobre su hombro, suspirando como si estuviese cansado.

-¿Ya te cansaste?-le preguntó Yesung moviendo su cabeza para mirarlo a los ojos y finalmente sonreírle.

-Sí, esto de recibir invitados es agotador-le dijo haciendo un puchero.

-Tan quejoso…-rio el otro y luego miró a Yoongi y a Jimin-Oh, muchachos, les presento a mi esposo, Ryeowook.

Los dos lo miraron un tanto asombrados, Jimin más que Yoongi. Éste último porque lo había visto en alguna ocasión en Mouse Rabbit y sospechaba que era algo de Yesung, pero nunca se lo había presentado como tal.

-Encantado de conocerlos-se acercó a ambos y estrechó sus manos, sonriente. Luego los miró a ambos detenidamente- Bueno, aunque con todo lo que me habló Yeye de ustedes es como si ya los conociera.

-Ya, ya, no es necesario que les cuentes eso-dijo Yesung un tanto avergonzado.

-Pero si te las pasas hablando de Yoongi. Hasta me dan celos-hizo un leve puchero y luego les sonrió a los dos.

Jimin rio antes su comentario, le daba gracia la cara sonrojada de Yesung porque nunca lo había visto así. Y aquel chico le estaba cayendo bien. Era simpático, animado y el saber que estaba casado con su antiguo jefe por alguna razón le dio algo de ternura.

Ryeowook y Yesung estuvieron a punto marcharse para seguir hablando con sus invitados, pero el castaño recordó decirle algo a los otros dos y se giró rápidamente, junto al azabache, al cual tironeó del brazo.

-¿Le dijiste?-le preguntó a su esposo.

-¿El qué?

-Eso, del hospital.

-¡Oh!-Yesung alzó sus cejas, recordando inmediatamente aquello que quería contarle a ambos. Se acercó hacia los dos para hablarles y éstos se quedaron atentos para escucharlo- Lo olvidé por completo.  Verás, estamos recibiendo colaboración para cooperar con un hospital de niños que está a punto de cerrar porque no tienen el apoyo económico que necesitan. Pueden colaborar, si lo deseas con cualquier cantidad de dinero.

Yoongi ya sabía el asunto, incluso Yesung le confió las llaves a él de su cajita fuerte donde habían guardado todo el dinero.

-Yo estoy a cargo de recibir sus donaciones-dijo el castaño apresurado-Hemos recibido muchísimo dinero esta noche. Estoy realmente feliz de que la gente tenga tan buen corazón en colaborar.

-Cuenta conmigo-dijo Jimin sonriéndole a ambos.

-¡Genial!-dijo emocionado el otro-Ahora he guardado todo a salvo-le guiñó un ojo a Yoongi y le dio una palmada en su hombro- Nuestro guardián tiene la llave secreta. Cuando la fiesta termine recibiré tu colaboración.

-E-está bien.

-Bien, ahora, Yeye-agarró del brazo a su esposo- Vamos a charlar con los demás.

El matrimonio se despidió de ambos y los dejaron, alejándose animadamente para ir a hablar con sus otros invitados.

Jimin le sonrió a Yoongi y éste le devolvió el gesto, pasando una mano por la chaqueta de su saco.

-Te ves muy bien con eso-le dijo con una voz un tanto profunda.

-Tú también-mordió apenas su labio, queriendo comunicarle las ganas que tenía de poder besarlo ahí mismo.

-¿Quién te trajo hasta aquí?-le preguntó el mayor, ahora pasando su mano por su corbata y agarrándola.

Jimin se tensó un poco, aquel gesto le parecía muy seductor y no quería tener que estar controlando sus impulsos en una fiesta tan elegante, donde cualquiera podría notar su excitación.

-M-mi madre-dijo con un poco de dificultad- Ya, basta, deja de hacer eso, idiota-le susurró, un tanto avergonzado por su provocación.

-Tengo la llave de mi futuro despacho-se le acercó al oído para susurrarle.

El menor se sonrojó y le dio un golpe en su hombro para que parara de seguir provocándolo así. No creía que fuera una persona tan morbosa, es más creía que si él le proponía algo así, lo acabaría rechazando o dando una patada en el culo.

-Eres un sucio, Yoongi-le dijo sonriendo como tonto y alejándose de él- Compórtate, es una fiesta elegante.

El mayor le sonrió de lado al ver lo avergonzado que estaba y fue a buscar unos tragos para ambos. Jimin mientras, se entretuvo hablando con una mujer que se le acercó para saber si acaso lo había visto en alguna ocasión. Y en realidad supo que era una amiga lejana de su madre. Le sorprendió muchísimo que se acordara de él porque ya habían pasado unos tres años desde la última vez que se vieron.

-¿Cómo está tu madre, querido?-le preguntó la mujer sosteniendo su copa de champagne con sutileza.

-Bien, hace poco nos mudamos a una nueva casa-dijo el menor nervioso sin saber bien qué decirle. No era lo suyo hablar con gente mayor.

-Oh, que bueno. ¿Y tu padre?

Con tan sólo recordarlo a Jimin se le hizo un revoltijo en el estómago. Le dolía tan sólo recordar que madre había tenido que divorciarse de él, aunque fuera lo mejor, sabía que no era algo fácil. Frunció sus labios y se quedó callado. La mujer lo miró apenada, pensando que había metido la pata.

-Lo siento, pequeño… Sólo quería saber cómo estaban. Hace mucho no los veo. Olvida lo que dije.

Y así aquella mujer se marchó, despidiéndose del menor con una sonrisa de disculpa, la cual Jimin aceptó ya que aquella señora no tenía la culpa de no saberlo.

Se sentó en una mesa que había cerca de una de las ventanas que daban a la calle, junto a un lindo adorno de lámpara antigua a su lado, con alguna que otras plantas cerca. Espero a que Yoongi fuera a su lado.

Miró hacia la calle, posando su mano sobre su mentón y dibujando en su rostro una mirada triste. Sin entender el motivo de por qué repentinamente se sentía así, soltó un suspiro. La noche era fría, pero todas esas estrellas que había allá afuera en el cielo lo hacían olvidarse un poco de todo lo malo que estaba recordando ahora.

-Ey…-lo llamó Yoongi, sentándose a su lado y acercándole una copa.

Jimin se giró a mirarlo y agarró el vaso. Observó aquel colorido líquido enarcando una ceja y después miró a Yoongi.

-¿Me trajiste jugo de naranja?-Jimin olió un poco para comprobarlo.

-Eres un peligro con el alcohol. ¿Recuerdas esa vez en el club?

-Agh, eso fue sólo… un mal momento-dijo no tan convencido.

-Y ahora pareces tener otro-lo miró seriamente-¿Qué te ocurre?

El pelinegro negó con su cabeza y después bebió un sorbo de jugo de naranja. Aunque no fuera alcohol, debía admitir que ese jugo era de muy buena calidad porque sabía exquisito.

-Nada, me encontré una conocida y me invadió la nostalgia.

-Que mentiroso eres- le murmuró y luego él bebió de su copa- Sea lo que sea, olvídalo. Disfrutemos la fiesta y estas cosas raras que acabo de agarrar de la mesa del buffet.

Yoongi dejó una bandeja en la mesa de lo que eran unos canapés con caviar. Obviamente en su vida había probado algo así, por lo que lo  miraba extraño. Mientras tanto, Jimin agarró uno y se lo comió de un bocado.

-¿Está rico?-preguntó Yoongi al ver la cara que ponía el pelinegro-¿Qué son esas cosas?

-Es huevo de pescado…-le dijo riendo y agarrando otro canapé, acercándoselo a la boca del mayor- Pruébalo, es delicioso.

Yoongi abrió su boca y probó aquella comida. Al principio hizo mala cara, pero según lo iba masticando y degustando, su rostro cambió.

-Joder, está rico.

-Comía mucho esto cuando era niño-comentó el menor mientras Yoongi se llevaba otro a la boca- Llegué hasta un punto que comencé a odiarlos y me asqueaban. Un tío me decía cosas como “te crecerán peces en el estómago, Jimin”-imitó una voz gruesa y ridícula que hizo reír a Yoongi.

-Ese tío tuyo era un estúpido.

Ambos se quedaron ahí, sentados y metidos en su propio mundo. Comiéndose media bandeja de canapés, riendo y bromeando.

Parecía ser que en la noche fluiría con calma. Al menos, Jimin creía que así sería…

 

Notas finales:

GRACIAS POR LEER!! <3


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