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You changed me (YoonMin) por MintYoongi

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Notas del capitulo:

Hola lectoras! Acá el capítulo 8, espero que les guste...

PD: se viene el lemon. (7u7)9

 

Cap 8

 

-¿No lo recuerdas?

 

                La mirada del mayor era de lo más incómoda para Jimin; parecía muy enojado y eso lo preocupó. En un principio ya se imaginaba que no le respondería de inmediato, sería una tarea difícil tratar de que le explicara lo que se supone que debería saber, pero gracias a su estúpida borrachera no podía recordar.

                Jimin trató de hacerse el duro y sostenerle la mirada, pero no pudo por mucho tiempo y cerró sus ojos con fuerza.

 

-Si lo recordase no te lo estaría preguntando.

 

                La insolencia del menor sacaba de quicio a Yoongi. No podía creer cómo era tan pendejo, tan inmaduro, tenía tremendas ganas de golpearlo, tanto  así que sus puños se cerraron inconscientemente y Jimin dio un paso atrás.

 

-¿Ahora me vas a golpear?- Alzó la voz.- Pues vamos, adelante.

 

                Jimin se puso en una pose defensiva con sus puños en alto; estaba haciendo el ridículo, lo sabía pero no iba a permitir que el otro lo golpeara, ya tenía suficiente con haber despertado en su habitación y no saber por qué.

 

-Deja de comportarte como un niño.- Yoongi se giró sobre sí mismo para tomar su bolso y salir de allí, no soportaba más la actitud del pelinegro.

 

                A esto, la frase que Yoongi había dicho al menor le recordó mucho a su padre cuando lo regañaba, eso lo irritaba porque en cierto modo él mismo sabía que era bastante inmaduro y su comportamiento era de un niño malcriado y caprichoso.

                Yoongi se acomodó su bufanda y dio unos pasos para salir, pero Jimin reaccionó con rapidez y cerró la puerta del vestuario, quedando frente al mayor, con los brazos extendido como en una señal de “stop”.

 

-No te irás sin contestarme.- Dijo firme, casi amenazándolo.

 

                Pero a Yoongi poco le importaban las palabras de Jimin. Alzó su mano y la puso sobre el hombro del menor, lo apretó y trató de empujarlo, pero Jimin se quedó tenso haciendo fuerza para que no pudiera apartarlo.

 

-No tengo tiempo para jugar.- Volvió a tratar de empujarlo.- Así que sal de mi camino.

 

-No…

 

                Los dos forcejearon por un rato, parecían dos niños peleándose. Jimin en un momento de desesperación porque el mayor le contestara, vio que la llave del vestuario estaba puesta por dentro. Se maldijo a sí mismo por lo que iba a hacer, pero no tuvo otra idea mejor. Tomó la llave y cerró la puerta y las metió en el bolsillo delantero de su pantalón, seguramente Yoongi no se atrevería a sacarlas de allí.

 

-¿Qué pretendes con eso?- Le dijo el mayor seriamente.

 

-Contéstame y te las devolveré.

 

                Yoongi respiró profundo y contó hasta diez.  Si Jimin quería saber lo que pasó, lo sabría.

 

-¿Quieres saberlo no?- El menor asintió.- Bien, pues no te lo diré…

 

-Joder, ¿por qué….?

 

                El mayor dio unos pasos hacia el menor, acercándose demasiado incluso para su propia comodidad. Lo tomó con sus manos por las mejillas y se lo acercó al rostro. A Jimin se le cortó la respiración.

 

-Te lo mostraré.

 

                Y entonces, lo apretó con fuerza contra sus labios, como Jimin había hecho la noche anterior. A pesar de que su intención no era continuar el beso, sólo mostrárselo, no pudo parar y sin más su lengua se introdujo en la boca del menor, éste soltó un pequeño gemido. Su lengua también quiso salir y se encontró con la del mayor, las dos parecían jugar una con la otra y degustar las bocas ajenas. Los ojos de Jimin estaban cerrados, pero relajados, se sintió de lo más cómodo besando a Yoongi y eso le pareció asqueroso y excitante a la vez. ¿Qué estaba haciendo?

                Después de un rato, Yoongi empujó a Jimin hacia atrás y se despegó con violencia de sus labios. Jadeó por la falta de aire que él mismo había causado y se quedó mirando al menor, quien tenía los ojos perdidos tratando de volver a la Tierra.

 

-Ahora…dame la llave.- Ordenó extendiendo su mano.

 

-¿Qué….?- Jimin fijó sus ojos en los del mayor y se quedó anonadado.- ¿Por qué hiciste eso?

 

-¿Por qué lo hice?- Yoongi chasqueó su lengua.- Porque eso pasó anoche; tú.- lo señaló con el dedo en la frente.- Tú me besaste.

 

                A Jimin se le pusieron los pelos de punta. Estaba sorprendido por escuchar aquello. Entonces supuso que sí que había estado muy borracho, como Taehyung le dijo, pero nunca pensó que llegaría a hacer tal cosa. Comprendió el enojo de Yoongi, pero  lo que no comprendía aún era por qué despertó en su cuarto.

 

-Pero…¿Por qué estaba en tu cuarto?- se acercó al mayor alzando la voz.- ¡¿Acaso nosotros nos acostamos?!

 

                A esto último lo dijo casi gritando, tan alterado como si hubiesen asesinado a alguien. Lo del beso lo había dejado sin palabras, pero lo que más le importaba era eso, saber si su trasero había dejado de ser virgen.

 

-No digas estupideces. ¿Por qué iba hacerlo con un pendejo como tú?

 

                Las palabras de Yoongi parecieron chocar contra una pared; no era su plan decir eso, pero la tensión del momento lo traicionó. De todos modos tampoco sabía por qué se preocupaba por decirle eso a Jimin, como si a él fuera a importarle.

 

-¿Qué dijiste?- Se molestó y su cara se enrojeció más de lo que estaba.- ¿Qué tengo de malo, eh?

 

                El conflicto parecía que no cesaría. Jimin se sintió ofendido antes esas palabras de: <<¿por qué iba a hacerlo con un pendejo como tú?>>

 

-Eres un niño mimado.- Dijo Yoongi vocalizando lentamente cada palabra.- Deja de joder y dame las putas llaves de una vez…

 

                Yoongi ya cansado de todo eso, decidió que no le importaba una mierda nada y metió la mano en el bolsillo delantero del jean de Jimin. Éste se echó para atrás y no lo dejó completar su objetivo, al sacar Yoongi su mano sin éxito, Jimin se acercó y lo mordió.

 

-¡Ah, puta madre!- se quejó el mayor sobándose la mano.

 

-No me toques, idiota.

 

-Ya me cansaste…

                El mayor volvió a acercarse a Jimin y lo tomó por la cintura levantándolo y cargándolo en su hombro con mucho esfuerzo. Lo apartó de la puerta y lo llevó hasta el fondo, mientras el pelinegro pataleaba y golpeaba su espalda con las palmas de sus manos abiertas.

 

-¡Bájame idiota!

 

                Yoongi lo bajó con brusquedad y Jimin cayó de nalgas contra el suelo, pero como tenía agarrado al otro de su abrigo lo arrastró con él y éste cayó encima. Jimin se quedó mirándolo con el ceño fruncido.

 

-Me estás causando muchos problemas, mocoso.- Gruñó el mayor mientras se incorporaba.

 

                Jimin estaba en llamas, en llamas de la ira que tenía encima. De algún modo se estaba sintiendo humillado por la todas las palabras que el mayor soltaba de su boca, no tenía ningún derecho a llamarlo mocoso, pendejo, niño… Todos esos adjetivos  hacían hervirle la sangre.

                Era el momento adecuado para levantarse de golpe y encajarle un puñetazo en todo su pálido y blanquecino rostro angelical. Tenía muchas ganas de hacerlo, y seguramente si seguía hablándole de aquella manera lo haría y esta vez no le importaba si lo echaban del trabajo. Pero antes de sucumbir en la violencia decidió darle un giro a la situación. Porque él era Park Jimin, nadie excepto él ganaba las peleas, o al menos eso en la facultad, todos se rendían ante él, ante sus encantos. Y pensó, que con aquel beso y todo lo que habría pasado el día anterior podía sacar un buen provecho.

                Su idea era provocar a Yoongi, engatusarlo para ver si era tan valiente cómo parecía, tan malo. Era una idea bastante estúpida porque Yoongi no era ningún idiota.

                Antes de que el mayor se marchara le pegó un  grito, si eso podía llamarse.

 

-¿Por qué eres tan pesado?- Dijo cansado, sin ganas de hablar.

 

-Es que…- pensó un momento lo que diría.- Te ves lindo cuando estás enojado.

 

                Yoongi hizo un gesto desagradable con su rostro; se giró y lo ignoró mientras decía cosas que Jimin no llegaba a entender.

 

-¡Espera!-corrió a detenerlo y lo tomó por la manga del abrigo.- ¿No me vas a decir que no te gustó?

 

                Aquí empezaban los jueguitos de Jimin. Le regaló una sonrisa por más provocadora que causó un escalofrío en el otro. Seguramente haciendo esas cosas Yoongi saldría corriendo asustado, ya que se imaginó que el beso lo habría desagradado y asqueado. Pero lo que no sabía Jimin es que a Yoongi en realidad le había gustado. Y que cuando él se le tiró encima en los baños del club, Yoongi le correspondió.

 

-¿De qué hablas…?

 

-Vamos.- Se le acercó con descaro mientras movía su cabeza de un lado a otro sin dejar de mirarlo.- A mí me gustó.

 

                Yoongi lo miró a los ojos con detenimiento; parecía presentir lo que Jimin estaba tratando de hacer. Estaba cansado y harto pero por algún motivo decidió seguirle el juego.

 

-¿Entonces quieres más?- Le susurró con aquella voz ronca.

 

                Jimin no había previsto que el mayor dijera eso; todo lo contrario, pensaba que después de su confesión le daría una patada y saldría corriendo lejos de él. Aquella voz ronca y profunda inundó sus oídos de una forma tan excitante que su corazón comenzó a palpitar.

 

-Quizás…- Le respondió el pelinegro con un vocecita insinuante.

 

-Bien.

                Yoongi agarró al menor de la mano, y con la otra sacó las llaves de su bolsillo. Aquel roce casi con su entrepierna hizo que una corriente de electricidad pasara por la espalda de Jimin poniéndolo rojo. El mayor abrió la puerta y la cerró de golpe; se llevó con él a Jimin hasta salir afuera y cerrar la parte trasera del local.

 

-¿A dónde me llevas?-Preguntó confundido el menor.

 

-A mi casa.

 

                Al escuchar eso el pelinegro se mordió el labio con fuerza, se estaba metiendo en terreno peligroso. Pero no se echaría atrás, no al menos si las cosas se pasaban de la raya.

                Afuera ya estaba oscuro y hacía mucho más frío que días anteriores. Taehyung decidió, raramente, ir a buscar a Jimin al trabajo. Tenía ganas de que cenaran juntos comida chatarra. Mientras esperaba en su moto, cerca de la puerta trasera vio una cabellera  conocida pasar junto a otra cabellera totalmente desconocida para él. Miró  con el ceño fruncido tratando de comprobar que ese que iba de la mano con otro era Jimin.

                Su boca se quedó semi abierta, y sus ojos parecían los de un búho. No podía creer lo que estaba viendo, su mejor amigo estaba tomado de la mano con otro tipo. Esto era la cosa más extraña para el pelinaranja porque nunca antes Jimin le había contado algo relacionado a que le gustara salir con hombres. Se quedó sentado sobre su vehículo mientras los seguía con la mirada sospechosa.

                El que iba al frente parecía estar enojado, su rostro estaba serio y lo encaminaba a Jimin agarrándolo con fuerza de la mano, mientras que el menor sólo lo seguí con la cabeza gacha y sus mejillas teñidas de colorado.

                Taehyung se puso su casco y los siguió disimuladamente, algo que le resultó muy complicado. Los vio llegar hasta unos apartamentos y detenerse. Notó que Yoongi se había dado cuenta de que los seguía y en seguida marchó para otro lado.

 

-Mierda… -susurró mientras miraba por el espejo retrovisor.- Jimin me debes una explicación.

 

                Jimin se quedó parado afuera al lado de la puerta. Yoongi le dijo que esperara, comprobaría si su compañero no estaba en el apartamento.

                Dejó sus zapatos y caminó por el pasillo. Llegó hasta el living, pero no había nadie, la mesa estaba llena de papeles y libros; la cocina vacía, el balcón también. Todo parecía en calma y no había rastro de Seokjin. Se acercó hasta la habitación pero estaba cerrada y prefería no adentrarse allí. Era mejor si estaba durmiendo.

 

-Joder…¿y si me voy ahora?-Se decía el pelinegro a sí mismo moviendo su pierna nervioso.-¿Estará haciéndome una broma o es que va en serio?

 

                Los pensamientos de Jimin inundaban su cabeza. No tenía idea de lo que Yoongi le haría, no creía que fuera de ese tipo. Su jueguito seguramente le iba a salir mal; estaba tan convencido de que lo golpearía y le diría algo así como: “maldito marica aléjate de mí” y finalmente para no volver a verlo más renunciaría al trabajo. Se preguntaba por qué fantaseaba tantas cosas tan estúpidas. Ahora no podía echarse atrás por que quedaría como un completo cobarde, un llorón.

                El tirón de brazo que le dio el mayor lo sacó por completo de sus pensamientos. Entró al apartamento y en seguida recordó cómo había salido corriendo anteriormente de allí, cómo el compañero de Yoongi se había quedado mirándolo confundido y cómo ese niño de cara inocente se preguntaba si era algo del mayor.

                Jimin fue arrastrado hasta el cuarto de Yoongi donde enseguida éste cerró la puerta tras de sí y sin especulación alguna empujó de inmediato al pelinegro sobre su cama. Jimin cayó de espaldas y se apoyó sobre sus codos observando detenidamente los movimientos que haría el mayor. Su corazón estaba nervioso y no podía dejar de latir con rapidez; eso lo molestaba porque no quería verse nervioso, pero era inevitable.

 

-¿Qué…qué vas a hacer?-Tartamudeó sin querer.

 

                El mayor no contestó y comenzó a desprenderse de su abrigo, su bufanda y su pullover; quedó únicamente con una remera blanca de mangas cortas que le iba algo ajustada al cuerpo. Se acercó inclinándose sobre el pelinegro y éste se echó hacia atrás un poco asustado.

               

-¿No dijiste que querías más?-Le susurró cerca del oído.- Pues te daré más.

                Las manos de Yoongi comenzaron un viaje por el rostro del pelinegro, bajando por su cuello hasta su abdomen. Aquellos dedos tan finos y delicados lo estaban estremeciendo de tal modo que no quería que dejara de tocarlo. Metió su mano por debajo de la camisa del pelinegro y lo acarició de arriba abajo, mientras sus bocas se acercaban peligrosamente.

                La mirada de Yoongi desprendía una morbosidad que hacía que Jimin no pudiera dejar de sentir como su cuerpo se calentaba. Abrió su boca y dejó que el otro apenas se acercara haciendo que los labios de ambos rozaran pidiendo a gritos fundirse uno con el otro. Jimin no podía resistirse a aquellos finos y rosados labios, quería morderlos, quería que fueran sólo suyos; todo lo que estaba pensando en el momento hizo que en su cabeza algo se encendiera, algo lo estaba haciendo darse cuenta de que Yoongi quizás le gustaba. Nunca había estado con un hombre de ese modo, ni siquiera jugando en algún tipo de apuesta; esto era extraño para él y si bien estaba asustado no podía dejar de mirar ese rostro angelical y pálido que estaba frente a sus ojos, hipnotizándolo.

                Los codos de Jimin se sintieron débiles y se dejó caer hacia atrás, mientras sentía como el mayor caía sobre él, con sus labios pegados a los suyos. Se preguntaba por qué esos labios eran tan suaves y sabían tan bien. A lo mejor este juego le estaba empezando a gustar. Se dejó llevar y besó con desesperación al mayor, éste enseguida abrió sus ojos sorprendido, sintiendo como si aquello fuera un flashback de lo que había vivido en el club. Y si bien con esto pretendía darle una lección al menor por andar besándolo estando borracho, no se había esperado aquello. De algún modo intuyó que estaba tratando de jugar con él, en un principio, pero esto parecía estar yéndose por otro lado.

                El menor se separó para buscar aire, sus ojos estaban cerrados con fuerza y su cara roja. Yoongi lo miró fijamente, aquellos cachetes, su respiración jadeante; no lo quería admitir pero ese chico se veía apetecible. Se incorporó, dejando sus rodillas a cada lado de las piernas de Jimin. Sin apartar la vista del menor, sus manos se movieron hasta el cinto del otro y lo comenzó a desabrochar con lentitud, mirando como sus dedos maniobraban la acción.

                El sonido característico de la hebilla alertó al pelinegro que enseguida abrió sus ojos medio espantado.            

 

-Espera…-dijo medio jadeante. Yoongi no lo miró y siguió desabrochándole su jean.-¿No-no vas muy rápido?

 

                Se detuvo, antes de bajar su cremallera, y sus ojos de gato lo miraron algo amenazantes. Apenas había un poco luz dentro del cuarto, pero Jimin podía distinguir aquellos ojos. Quedaron en silencio durante unos seis segundos y lo único que se logró escuchar fue como el menor tragaba saliva con dificultad. Podía sentir los latidos hasta en sus oídos y eso lo ponía aún más nervioso.

 

-¿Eres virgen?

 

                El color rojizo que Jimin tenía en sus cachetes pasó a ocupar todo su rostro por completo. Aquel tipo parecía no tener reparo en hacer preguntas tan directas. Se sintió fastidiado porque pensara eso, él no era virgen, claro que no, pero seguramente tenía esa imagen de niño que no sabía nada acerca de tener relaciones, y eso era totalmente erróneo. Había estado con algunas chicas antes, pero ahora que estaba con un hombre se sentía débil, indefenso; era algo totalmente distinto y no sabía cómo debía actuar. Más allá de ese pensamiento, Jimin parecía haberse olvidado de que estaba tratando de jugar con Yoongi y que si las cosas se pasaban de la raya, según él, no le importaba salir corriendo nuevamente de aquella habitación, pero por el momento estaba dejando que sucediera.

 

-No, no lo soy.- Dijo con convicción, inflando sus cachetes.

 

                Yoongi soltó una risa en medio de la oscuridad del ambiente. Aquella reacción le pareció tierna y al darse cuenta de lo que sintió se dio un golpe mental y decidió seguir con el asunto.

               

 

 

 

 

Notas finales:

GRACIAS POR LEER!<3

Espero sus reviews *w*


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