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Fracasos en el Desierto por Polaris

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Notas del capitulo:

Y aqui tenemos el tercer capitulo!!!

Espero que les guste

Para curarse la cruda nada mejor que un suero y una lectura!!! n_n

Pero  simplemente, tras  que  Seth  era  conciente  de  lo  que  era  y  de que  representaba: gritó, una  vez más... Seth gritó  bajo  la mano  bruta  de Atemu.

            Ya no era un niño y pese a eso le costaba entender, la razón de que Atemu le exigiera tanto a tan poco de parir a su primer hijo... No había tenido descanso desde que el Faraón le viniera a pedir revisar unos trabajos con el arquitecto real.

            Le estaba volviendo loco las patadas de su hijo y la voz de Atemu, y las manos de Atemu sobre sus hombros... La presión que ejercían en realidad.

 

-Lo vi - Le dijo Atemu con gravedad y ternura, resoplándole sobre el cuello.

 

            Seth miro con miedo a su esposo... Preguntándose qué fue lo que en esta ocasión su primo creyera ver.... Los celos de Faraón le eran dolorosamente conocidos, siquiera por el hijo que esperaban disminuían ni un poco.

 

-Estabas siendo en suma amable con el arquitecto.

 

-Mi Faraón, Marduk es un viejo honorable que ha servido a la casta de los Faraones desde la época de su abuelo... Aun me sorprende que pueda hacer los cálculos tan bien.

 

-Estas tanteando mucho a tu suerte, Seth. Recuerda que eres mío... Nadie debe de verte las sonrisas.

 

            Seth parpadeo un poco.

            Con que de eso se trataba.

            Cierto era que no sonreía para nada, que cuando hacia su trabajo y se ponía la toga y andaba por los pasillos... La mueca amarga y seria le acompañaba a cada segundo.

            Nunca disimulaba disfrutar de un chiste o sentir algo que no fuera concentración y asco, dependiendo de la circunstancia. Ah excepción de este histórico día en que, su cuerpo envuelto y arremolinado por las hormonas, más las gracias que Marduk le hacía... Mas bien, le hacía a su hijo no nato, le sacaron un jalón de labios.

            Nunca había sonreído o distendido su rostro frente a alguien que no fuera Atemu o su madre, ya fallecida en medio de un complot contra su esposo que ya había sido coronado.

           

-Atemu... Nadie ha visto y verá jamás, mis verdaderos sentimientos. Esos son tuyos, mi amado Faraón.

 

            Atemu asintió, aun no convencido del todo.

            Le faltaba algo... Besar a Seth no le era suficiente, pero tampoco podía tener a su esposo con esa prominente barriga que ya apenas y Seth podía cargar.

            ¿Qué podía funcionar para que Seth entendiera que era suyo?

            Atemu giro lentamente la vista en sus aposentos... Filo, fuego... Roca, nada parecía convencerle para marcar a Seth.

            Atemu entonces lo vio, dentro del cuerpo de su esposo estaba la mejor lección que podría darle.

 

-Seth - El sacerdote alzo la vista, concentrado en lo que su Faraón le diría.- Quiero que nazca ya.

 

            Seth le miró sin entender.

 

-Has que nazca.- Ordenó. Atemu acaricio a su hijo sobre la piel estirada y que se partía en algunas zonas, en líneas rojas.- Una vez que lo haga, tu y yo, estaremos juntos. Como antes. Podré amarte como se debe. Como nos gusta.

 

-Eso estaría bien mi Faraón, pero, Jouno no nacerá hasta que los nueve meses se cumplan. Falta una semana antes de que éste principito quiera conocer el mundo.

 

-No estás entendiéndome, Seth - Atemu jaló a Seth por el cabello detrás de su nuca. Asiéndolo con violencia hasta dejas sus caras demasiado juntas, para que Seth le viera a los iris. Seth sintió terror de lo que Atemu estaba exigiéndole.- Quiero que Jouno nazca...¿No se supone que mi voluntad se hace? Creí que habías dicho que siempre te encargarías de complacerme, de hacerme feliz, Seth. ¿Estabas mintiéndome?.

 

-Sabes que no, mi Faraón.

 

-Bien - Dijo y lo arrojó al suelo.

 

            Seth se obligó a detenerse con las manos... A hacer de todo por no caer de bruces sobre su estómago.

 

-Comienza, Seth.

 

            ¿Comenzar?

            ¿Y cómo se suponía que se hacía lo que Atemu estaba pidiéndole?

            Por largos momentos se quedó de piedra, pensando... Sintiendo la rubí mirada de su esposo escudriñándole y pidiéndole que se diera prisa.

            Comenzó a pujar... Sin saber si eso ayudaría.

            Lo hizo hasta que sintió el sudor en su rostro, perlándole la frente y la nariz, bajando por su espalda y metiéndose entre los dedos de los pies. Se mareaba y veía doble, pero, continuo pujando... Obedeciendo a su Faraón, yendo contra todo lo que conocía sobre partos y anatomía por la voluntad de su esposo, de su Faraón... Nunca le desobedecería.

            No lo hizo cuando inicio a sangrar, no paró cuando un dolor le partió la columna vertebral...o los calambres acudieron a su vientre.

            Atemu se acercó, despacio, midiendo el tiempo y los metros que le separaban de su esposo. Le tomo de la barbilla, viendo lo blanco que estaba.

            A Seth siempre le sentaba el blanco... Cómo justo ahora estaban sus labios.

 

-Mío... Eso eres, Seth.- Le dijo - Tienes que verlo. Todo tú, es mío. Vas a tener a nuestro hijo ahora que lo quiero, vas a quedarte callado cuando te lo ordene. Me serás obediente. ¿Lo entiendes, Seth? Me juraste que harías todo lo que quisiera, que siempre permanecerías  a mi lado. -Seth no pudo contestarle, un dolor especialmente fuerte le dejo tumbado en el suelo.... Retorciéndose literalmente.- Hermoso... Cuanto te amo, Seth. Ahora, haz mi voluntad: ten a nuestro hijo. Puja hasta que te desmayes... Y despierta cuando el medico venga.

 

            Seth no pudo entender nada de lo que Atemu le decía... Sólo sabía que el dolor era por haber echo enojar a Faraón.... Que su Atemu estaba enojado y que lo único que le contentaría sería tener a su hijo en brazos y que por eso le pedía dárselo.

            Era mejor no hacer enojar a su esposo.

           

            La ciudad estaba regocijándose en vino, granos y gritos; la algarabía por el nacimiento del primer hijo de Faraón era noticia.

            Los dioses les bendecían.

            Ra mismo les ofrecía un clima espectacular para la cosecha y la ganadería, como agradecimiento a los reyes.

            Una semana de fiesta y Seth aún no podía levantarse.

            Los médicos se enfurecieron con él.

            Una vieja matrona en especial.

 

-¿Qué intentabas? ¿Morir? ¿Abortar?... Andabas muy lejos de fechas adecuadas.

 

            Eso hasta que Atemu la mando a azotar y vender como esclava por levantarle la voz a su esposo... Nadie le gritaba o regañaba a Seth, nadie.

 

-Cuando puedas levantarte... Estaremos juntos. Como debe de ser.- Le dijo Atemu con un suave beso en los labios - Jouno te extraña mucho. Es un bebé muy vivaracho. Casi no duerme y se la pasa viendo a todo cuanto se le acerca.

 

-La curiosidad es buena.

 

-Sacó los mechones rubios de mi cabello... Es completamente blondo - Seth no supo si Atemu estaba feliz con ello o no.- Mejórate, Seth.

 

-Faraón...gracias por dejarme quedar a su lado, aun cuando cometo demasiados errores.- Atemu sonrió largamente en está ocasión.- Prometí estar siempre a su lado aún cuando otros le abandonen.

 

-Siempre puedo recordártelo cuando lo merezcas, Seth.

 

            Seth ignoro el escalofrió que le rodeo.

            Al poco rato, la nodriza de Jouno le trajo a su pequeño, que inmediatamente te le aferro a la piel, recostando su cabecita cerca del corazón y quedándose dormido de inmediato.

            Seth lloró por ser la primera vez que le veía... Que le sentía.

            Los médicos y sacerdotes, no le habían permitido conocerlo hasta terminar los ritos necesarios y que los sanadores considerarán adecuado que pudiera exaltarse.

            Jouno era la cosita más linda y tierna que había visto.

            Toda su cabecita estaba cubierta por pelusita rubia... Y la piel era muy blanca, de seguro en cuanto se expusiera al sol, tomaría el acanelado color de todos.

            Seth se enterneció aún más cuando vio que su hijo tenía sus mismos labios... Que su hijo se le parecía un poco en los finos trazos de las mejillas.

 

-Valió la pena obedecer a Faraón.

 

Notas finales:

Felices fiestas!!!!

 

Dejenme saber sus opiniones sobre este fic.. besos.

 

Los invito a pasar a leer mis otras historias.


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