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Golden Rules to Dating Kim Jonghyun por TabiiiTa

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Notas del fanfic:

Al parecer, los fanfics jongyu vuelven a estar escasos por aquí, así que para contribuir con mi pequeño granito de arena en esta sequia decidí traducir algo.

Este no es el típico fanfic jongyu, pero vale la pena leerlo.

La segunda y  (última) parte la estaré subiendo en los próximos días, no las haré esperar mucho.

Espero les guste y disfruten su lectura.

Hay pocas cosas en la vida de las que Jinki está seguro, ¿las relaciones amorosas? No es una de ellas. Saber que quiere tener una relación estable con alguien es muy diferente a en realidad tener una y, con toda honestidad, Jinki no siente ninguna necesidad de lanzarse por ahí solo para ser rechazado. Está perfectamente feliz siendo soltero, disfruta de noches tranquilas y del tiempo personal para deleitarse con la soledad que encuentra únicamente cuando está solo.

No está para el drama o el lío de atarse a alguien. Sería agradable, por su puesto, encontrar a alguien con quien fuera ‘compatible a un nivel emocional y físico estimulante’, como le gusta decir, pero no va a suicidarse en su cumpleaños porque ha pasado otro año y sigue soltero.

Así que no, las relaciones no son lo suyo y probablemente nunca lo serán. Y está perfectamente bien con eso.





Kibum es quien concierta la cita, por sorprendente que parezca. Jinki siempre se siente, y se ve, incómodo en público, no por un sentimiento de inseguridad real sino por el nerviosismo de que la gente no llegue a la altura de sus expectativas. Odia la idea de bondad no reciproca porque la vida, tan corta como una gota de lluvia en el estanque, deja poco espacio para la meticulosidad prolongada. Así que, ¿por qué, se pregunta Jinki, desperdiciarla siendo un imbécil?

Jinki no es infeliz estando solo, trata de decírselo a Kibum mientras el menor recita por teléfono el nombre del lugar y la hora del encuentro entre su ‘muy talentoso amigo íntimo,’ y Jinki. En realidad no lo consigue, ya que aparentemente la audición selectiva de Kibum está en acción otra vez.

“Y, por cierto, no pidas nada demasiado graso, siempre te enfermas después, y si Jjong me llama esta noche para decirme que pasaste la noche en el baño, voy a empalarte.” Kibum le aconseja y, por supuesto, su “consejo” será totalmente ignorado, porque Jinki ama demasiado sus fideos con curry como para importarle. Pero va a mantener la compostura; tiene fe en sí mismo.

“Así que, uhm, háblame de—‘Jjong’”. Rehace su corbata por enésima vez. Juega con los extremos sueltos antes de finalmente acabar y arrojarla al borde de la cama.

No lo llames así, primero, porque es mi nombre para él. Y segundo, vas a conocerlo en veinte minutos; suspende todo prejuicio; no hagas preguntas estúpidas ni intrusivas. Modales Jinki, recuerda. Ahora, ¿cuáles son las tres cosas que no debes hablar con él?”

Jinki se devana los sesos pensando. Sabe que le dijo esto cuando empezaron a hablar, pero ahora está completamente en blanco. “Uhm,” contesta evasivo, “¿religión, política y sexo?”

Casi puede oír a Kibum golpeando su frente. “Idiota, Jjong no es religioso; se preocupa tanto por la política como tú y yo. ¿Y sexo? En serio, Jinki, ¿ha pasado tanto tiempo?” Jinki con prudencia se abstiene de decir: ‘Sí, nunca es un tiempo bastante largo.’ De alguna manera, no cree que le gustará la reacción de Kibum ante esa confesión.

“No respondas eso. Sólo piensa, ¿qué dije que no mencionaras delante de él?”

“Su…eh…” Jinki juguetea inútilmente con los cordones de sus zapatos antes de preguntarse si sería mejor simplemente ir con sus mocasines. Son más cómodos después de todo…

Un suspiro de exasperación lo trae de vuelta a la conversación. “Altura—no digas nada al respecto, ¿de acuerdo? Su cabello, en serio, tú piensas que estoy mal, pero Jonghyun está loco. Y por último, cualquier indagación sobre su hermano resultará en un ojo morado y más heridas de las que necesitas Jinki, así que abstente de preguntar por él. De hecho, no menciones a la familia para nada. En general, ese es un tema delicado para él.

Jinki ya se está escribiendo una lista mental propia, pero considera escribir las cosas en su mano por si acaso. Lo último que necesita es cabrear a alguien, especialmente cuando ese alguien es amigo de Kibum.

Hace una última comprobación en el espejo. Se ve un poco estirado, pero no está mal en general. Trata de sonreír, mostrando los dientes, pero cierra rápidamente la boca. Bueno, es sólo una cosa más a recordar, cubrirse la boca mientras se ríe.

“—escuchando?”

“Sí, estoy escuchando.” Se aleja del espejo del pasillo y aliza su blazer una vez más antes de agarrar las llaves. “Está bien, estoy yendo. ¿Deséame suerte?”

“Siempre y cuando recuerdes todo lo que te dije, no la vas a necesitar. ¡Diviértete, hyung!” Kibum termina la llamada antes de que Jinki pueda agradecerle adecuadamente, pero en realidad no importa.

Pone el teléfono en vibrador antes de meterlo en el bolsillo del pantalón. Da una última mirada alrededor para asegurarse de que no ha olvidado nada y, finalmente, apaga las luces y sale de su departamento.





Lo primero que Jinki nota sobre Jonghyun es la primera cosa que Kibum le dijo no mencionara. 

“Wow, no eres uh… lo que esperaba,” se le escapa, con toda la habilidad de un galán experimentado.

Al segundo en que las palabras salen de sus labios, casi se da la vuelta ahí misma y sale corriendo, porque Jonghyun, puede ver, tiene músculos, grandes músculos, y no, me-ejercité-por-unos-meses músculos, sino ejercito-cada-mañana músculos y  sé-cómo-dejarte-hecho-mierda músculos. La vida de Jinki comenzó a pasar frente a sus ojos.

Como era de esperar, Jonghyun, lo mira boquiabierto por un momento antes de rodar los ojos y reírse de buena gana. “Eso es lo que la mayoría de la gente termina diciendo,” reflexiona. Jinki todavía piensa que hay una justa posibilidad de daño corporal por lo que le ofrece una sonrisa humilde a cambio y luego agacha la cabeza, avergonzado. “Bueno, soy Jonghyun, probablemente lo notaste. Y estoy asumiendo que eres el amigo de Key, ¿Jinki?”

Jinki asiente. “Sí, ese soy yo. Lo que sea qué Kibum dijera de mí, no es cierto.” Sacude la cabeza, sintiéndose realmente estúpido en ese momento. 

“Bueno, me gusta mantener la mente abierta.” Dice Jonghyun, antes de agarrar la mano de Jinki y arrastrarlo dentro del restaurante.





Mantener una mente abierta—esa es una buena idea. Jinki es gratamente sorprendido al enterarse de que Jonghyun y él tienen mucho en común. Una vez que se recuperan de su torpeza inicial, no es difícil mantener una conversación fluida. Jonghyun responde sus preguntas y le pregunta a Jinki unas propias cada cierto tiempo y mediante buena comida y bebidas dulces, poco a poco, comienzan a aprender más el uno del otro.

Jinki tiene que recordar agradecerle a Kibum por armarle una cita con alguien no tan loco. Después, cuando Jonghyun y él intercambian números al final de su cita, con la promesa de llamarse pronto, jura silenciosamente llevar a Kibum de compras un día—y sin quejarse ni una vez. 

Pronto, resulta ser cuando Jinki regresa a su departamento. El número ya está guardado en su teléfono, saca el dispositivo del bolsillo y busca entre sus contactos por unos segundos, ni siquiera piensa al apretar el botón de llamar.

“Sé que recién nos separamos,” se precipita a decir, sin darle a Jonghyun ningún momento para responder, “pero de verdad, de verdad, me gustaría que nos reunamos de nuevo. Uhm, pronto. ¿Si te parece bien?” Su voz se va apagando, se siente ridículo. ¿Realmente acaba de programar su segunda cita tan pronto acabaron la primera?

“¿Dónde y cuándo estabas pensando?” Pregunta Jonghyun. Jinki puede oír sonidos de la calle en el fondo y se da cuenta de que Jonghyun aún debe estar conduciendo.

“Tú escoge.”

“Bien, entonces la próxima semana.  Vamos a ver una película, ¿está bien?”

Hay una loca y amplia sonrisa extendiéndose en su cara mientras Jinki apresuradamente responde que sí. Sólo puede imaginar la sonrisa en el rostro de Jonghyun cuando se dicen adiós. 





La cita de la próxima semana resulta ser un éxito también, incluso si Jinki accidentalmente arruina el cabello de Jonghyun al pasar la mano por los mechones rubios. No puede evitarlo, Jonghyun tiene un cabello fascinante, todas las hebras suaves y de color extraño y en serio, ¿quién podría resistirse a pasar una mano?

“No—toques—el cabello.” Jinki retira su mano, luciendo apropiadamente arrepentido. Después de eso Jonghyun casi inmediatamente vuelve a su estado relajado, de actitud brillante y emocionada mientras esperan en la cola del mostrador para comprar su comida.

Terminan sentados en la parte de atrás del cine, la última fila se establece un poco más alta que las demás. Probablemente, es mejor de todos modos, puesto que Jinki encontraría realmente muy embarazoso si Jonghyun no podía ver la pantalla apropiadamente sobre las cabezas de la gente delante a ellos.

La película en sí es un poco aburrida. Siempre ha preferido las películas de acción, drama y horror, pero las favoritas de Jonghyun son de comedia. Jinki tiene la impresión de que a Jonghyun le gusta reír y tiene una actitud muy relajada, sobretodo porque siempre es quien se ríe más fuerte de los chistes. Jinki asume que su cita es muy desenfrenada, un poco-animalista, sus risotadas igualan su propia torpeza.




Para cuando llega septiembre, se han mantenido saliendo con frecuencia durante cuatro meses, o más bien, se han estado viendo el uno al otro sin etiquetas por todo ese tiempo.

Jinki, a sus 21 años, está trabajando en obtener su título de enseñanza. Lo cual es extraño considerando que los niños y él no congenian tan bien. Jonghyun es completamente lo opuesto. Es como el tío loco de la familia, siempre metiendo su nariz en los asuntos de los niños y en general haciendo el ridículo para mantenerlos de buen humor; mientras que Jinki es el torpe hermano mayor que todavía tiene miedo de cargar al bebé. Así que no es ninguna sorpresa que vaya a enseñar en una escuela secundaria.


La educación para Jonghyun es como la televisión—es bueno tenerla y verla, pero, finalmente, innecesaria. El considera que su talento lo llevara lo bastante lejos y de buena manera, Jinki está de acuerdo en que Jonghyun es muy talentoso. Su vida es un torbellino de música, baile, y entretenimiento, lo cual tiene sentido considerando sus estudios en las artes escénicas. Su último año de universidad comienza a finales de verano, en la época en que celebran cuatro meses juntos.

En realidad, nunca dicen que están saliendo, lo que para la mayoría de la gente suena extraño. A Jinki le gusta pensar que implica que sí; después de ver a la misma persona por cuatro meses seguidos y llevarla a salir los fines de semana e ir a almorzar juntos en medio de la semana y pasar el rato en lugares de algunos amigos, es bastante obvio que están saliendo. Están cómodos entre sí, han alcanzado un nivel de comodidad que no requiere atención verbal.

Sin embargo, a Jinki le gustaría una aclaración sobre lo que son exactamente.

Hacen todas las cosas que hacen las parejas, menos lo general, tomarse de las manos y corretear en la calle. No se besuquean en las esquinas desiertas del centro comercial, pero lo hacen en el auto de Jonghyun y en el departamento de Jinki, que es lo suficientemente bueno. Jonghyun da clases de canto en un estudio alquilado y a veces Jinki se encuentra con él y terminan besuqueándose ahí también. Así que en general, Jinki está consiguiendo un montón de besos de todo ello.

Por supuesto, hay más de un par de cosas que Jinki todavía no sabe sobre su ‘novio’ (y hasta que Jonghyun no lo regañe para llamarlo de otro modo, va a seguir llamándolo así). Cosas como donde se ve Jonghyun a sí mismo dentro de unos años, con quien más salió en el pasado, qué pasa con su hermano. Lo primero es algo que Jinki recordará preguntar en su próxima cita; lo segundo está bastante seguro de que no quiere saber de todos modos, y lo tercero, bueno, claramente es un tema muy delicado, tal como Kibum había mencionado todos esos meses atrás, porque cada vez que Jinki intenta bordear la pregunta, Jonghyun se encierra en sí mismo y cambia el tema.

Sin duda, Jonghyun es un enigma, de actitud tranquila y relajada, pero fácilmente excitable. Es apasionado, es preocupado, es considerado—Jinki se siente absolutamente insuficiente a su alrededor.

A mediados de octubre van a comer un día miércoles. Jinki sigue sin encontrar la cura para su torpeza social—aunque Kibum jura que está mejorando. Se ríen de un truco estúpido que Jinki intentó en medio de una clase esa mañana mientras beben té con miel acompañado de pasteles de arroz. Es ridículamente romántico (por lo menos, tan romántico como Jonghyun y él pueden parecer mientras se dan de comer mutuamente) pero a Jinki no le importa en absoluto.

A mitad de su segunda taza de té, Jinki, sin pensar, pregunta casualmente, “¿Y cómo está tu familia? No te he escuchado hablar de ellos desde—bueno, nunca en realidad.”

Jonghyun tiene esa mirada en su rostro, como si Jinki en realidad acabara  de preguntarle sobre sus ex novias—y pidiera los detalles explícitos de sus encuentros, también. Demasiado ocupado jugueteando con las bolas de arroz en el plato, Jinki no nota la repentina postura rígida de Jonghyun hasta que mira hacia arriba y lo encuentra con la vista fija en la mesa, evitando los ojos de Jinki. 

Es entonces cuando Jinki recuerda la regla de oro número tres: No preguntar sobre la familia.

“Mierda, quiero decir, no tiene importancia—no respondas si no…ya sabes… O yo solo, en verdad—Lo siento,” termina de hablar débilmente, escondiendo sus ojos bajo su flequillo. Cómo si no se sintiera lo suficientemente estúpido.

Jonghyun se lo toma con calma, con cuidado suelta sus palillos y se acomoda en el asiento. Sus ojos están sondeándolo cuando Jinki aprovecha de tomar un vistazo. Puede decir que el otro chico está contemplando que decir exactamente.

“Mira, no es que esté… incómodo hablando de mi familia,” dice finalmente.

Jinki asiente enérgicamente, tratando de mostrar completa comprensión. “Claro, entiendo. Kibum mencionó que tu familia es un tema delicado.”

Jonghyun aparta la mirada de nuevo, jugando con su pequeña taza de té. Suspira antes de hablar. “¿Mencionó algo sobre mi hermano?” Jinki niega con la cabeza. “Taemin—mi hermano—no es alguien de quien me guste contarle a la gente. No es de su incumbencia, ¿de acuerdo?”

“¡Bien, bien! No te sientas obligado a decirme, como dije, entiendo—”

“¿Quieres callarte, Jinki?” Jonghyun está sonriendo con ligera diversión mientras dice esto, quitando el ardor que podrían producir sus palabras. “No es que no quiera que lo sepas. Maldición, después de los últimos meses me sorprende que ninguno de los dos mencionara nada todavía. Es sólo que, no quiero que cambie nada entre nosotros. No quiero que sientas lastima por mí o por él sobre esto.” 

Jinki solamente se queda mirándolo por un momento, sin saber qué decir.

“¿Puedes sólo— darme un poco más de tiempo para ordenar mis pensamientos? Te prometo que voy contarte de Taemin pronto, solo… necesito algo de tiempo primero, ¿de acuerdo?”

“Sí, por supuesto,” Jinki está de acuerdo. No hay razón para apresurar las cosas con  Jonghyun y la verdad, Jinki se siente satisfecho sabiendo que el menor confía lo suficiente en él como para compartir un aspecto de su familia sobre el que, claramente está incomodo hablando. “Tómate todo el tiempo que necesites.”





Tiene que admitir que después de esa conversación, Jinki está más curioso que nunca por averiguar sobre el hermano de Jonghyun. Decide preguntarle a Kibum por cualquier pequeño detalle que pueda concederle, pero evidentemente Kibum elige ese momento de todos los tiempos para obtener una conciencia.

“No voy a divulgar los secretos de tu novio contigo.”

“Bueno, no es exactamente un secreto si sabes, ¿cierto?” Jinki intenta y fracasa miserablemente, dándole una mirada de súplica inocente. ¿Por qué creyó que ahora Kibum caería cuando nunca lo hizo en el pasado? Está más allá de su comprensión.

Están sentados en la biblioteca de la universidad, bajo el pretexto de estudiar. Bueno, Jinki estudiará, Kibum ocultará su último tomo de la revista GQ Korea detrás de su libro de literatura.

“¿Y? Hay un montón de cosas que sé de ti y no le he dicho a Jjong, así que ¿por qué demonios esperaa que te diga algo sobre él? No sería justo, ¿verdad?”

“¡Oh vamos! ¡Soy un libro abierto! ¡Todo lo que quiere saber sobre mí, sólo tiene que preguntarlo!” Jinki refriega su dedo sobre la mesa, inquieto en su asiento. Kibum y él han estado sentados en la biblioteca por lo que parecen ser semanas, en realidad solo un par de horas, y en este punto está cansado y hambriento y de verdad, de verdad quiere irse a casa y pedirle a Jonghyun que vaya a visitarlo.

“Bien, entonces pregúntale a Jjong si estás tan curioso.” 

Su cabeza choca contra la mesa, exasperado. En ese momento, la bibliotecaria, que convenientemente camina cerca de ellos, los hace callar ferozmente y siente sus oídos volverse rojos de la vergüenza. Kibum, el imbécil, sólo se ríe con reserve detrás de su mano.

“Lo intenté,” habla después de comprobar que la bibliotecaria se hubiera ido. “Dijo que necesita tiempo antes de poder decirme.”

“Entonces ahí tienes, simplemente sé paciente y él te lo dirá cuando esté listo.”

“¿No puedes solo decirme?” Gimotea. “Quiero decir, ¿su hermano está enfermo? ¿Se distanció de la familia? ¿Es un cazador de demonios buscado por una ofensa capital?”

“¿Por qué soy tu amigo?” Pregunta Kibum, sonando ligeramente desconcertado.

Jinki sonríe, la sonrisa oculta tras su libro de física. “¿Por mi elegante buena apariencia y personalidad encantadora?”

“Tal vez por eso Jjong padece tu presencia. Yo, por otro lado, tengo estándares más altos.”

Jinki se queda en silencio por un segundo. “Creo que acabas de insultarnos a ambos,” dice finalmente, rascándose la cabeza y bostezando. Kibum rueda los ojos.

No pasan mucho tiempo entre páginas polvorientas, apenas abren las páginas de sus libros, ya que la biblioteca cierra en dos horas. Kibum recoge sus cosas primero, cuando finalmente ha terminado con su revista y se cansa de mirar a Jinki concentrado mirando su libro (“Míralas todo lo que quieras, hyung, esas cifras son solo un montón de ecuaciones inútiles de todos modos. ¿No es por eso que Dios creo las computadoras?”).

Jinki se va no mucho tiempo después. Cuando mira su reloj de pulsera, la hora y los minutos se burlan de él fijándose en las 9pm. Respira pesadamente mientras se mete las cosas bajo el brazo y se despide de varios de sus compañeros. La noche es tranquila y reconfortante, el silencio no es tan malo después de estar una biblioteca todo el día. 

Se siente un poco estúpido por ir caminando a la biblioteca en lugar de conducir su automóvil, porque ahora tendrá que derrochar lo último de sus pocos billetes en un boleto de autobús.

Sin embargo, es como si un ser superior hubiera oído sus clamores de aflicción, porque suena su teléfono celular y la pantalla se ilumina con el nombre de Jonghyun cuando lo saca de su bolso.

“¿Hola?”

“¿Hyung? ¿Dónde estás?”

Jinki se detiene y se apoya contra la valla metálica que rodea el edificio. “Acabo de salir de la biblioteca del campus, ¿por qué?”

“Bien, quédate allí, voy a recogerte.” El otro cuelga antes de que Jinki pueda decir algo. ¿La gente ya no se despide antes de colgar? Reflexiona para sí mismo, mirando fijamente la pantalla de su teléfono antes de guardarlo.

Jonghyun no debe haber estado muy lejos, porque no habían pasado ni 10 minutos antes de que estuviera estacionado al lado de Jinki. Jinki deja sus cosas descuidadamente en el asiento trasero y luego se instala en el de adelante.

“Entonces, ¿qué pasa?” pregunta, contento de ahorrarse la llamada telefónica para pedirle a su novio que lo visitara.

“Nada.” Puede ser sólo su imaginación, pero Jinki jura que las manos de Jonghyun se tensan en el volante mientras conduce de vuelta al tránsito.

“Bueno…” su voz se apaga, en busca de algo que decir. La actitud de Jonghyun lo descoloca, porque normalmente se habrían inclinado sobre el divisor del asiento para intercambiar besos intensos antes de siquiera pensar en ir a alguna parte, pero ahora Jonghyun no les dio tiempo ni para un beso pequeño mientras se ocupaba de mirar la carretera.

Jonghyun suspira de repente y finalmente se relaja en su asiento cuando llegan a un semáforo en rojo. “¿Estás ocupado está noche? ¿O mañana?”

“No tengo clases los viernes, ¿recuerdas? Así que estoy libre, ¿por qué?” Jonghyun no responde de inmediato. Conduce derecho por un rato y luego dobla repentinamente a la izquierda en una luz donde no debería haber girado. “¿A dónde vamos?”

Jonghyun permanece en silencio y para este punto Jinki está empezando a preocuparse un poco. No porque Jonghyun fuera a llevarlo a algún edificio abandonado y destriparlo o algo así, sino preocupado de que algo le pasa a su novio.

Eventualmente, llegan a una parada junto a un edificio, en una calle en la que Jinki nunca ha estado antes. De hecho no reconoce ninguno de los edificios, así que tiene que preguntar qué están haciendo allí.

“Escucha, sé que es un poco tarde. Si quieres irte a casa, sólo házmelo saber.”

“¿Dónde estamos?” Pregunta Jinki, sin dar ninguna indicación de si quiere quedarse.

“Pensé—bueno, preguntaste sobre mi familia, sobre mi hermano el otro día, ¿te acuerdas?” Jonghyun apaga el coche y enciende la luz antes de girar en su asiento para enfrentar a Jinki. Sus ojos son intensos, el humor habitual ha desaparecido completamente de su rostro. “Pensé que tal vez quieras conocer a mi hermano.”

Jinki no puede evitar que sus ojos se abran enormes, no esperaba eso. Da una ojeada hacia fuera de la ventana antes de mirar a Jonghyun, la comprensión es clara en sus rasgos. “¿Vive con tus padres?”

Jonghyun asiente con la cabeza. “Sólo tiene 15, está viviendo con mamá y papá. Ese es el departamento.”

“¿Estás— ¿Está seguro de esto?”

Jonghyun baja la mirada hacia la palanca de cambios, tirando de los hilos sueltos en el borde de su camiseta. “…No, no realmente. Key ni siquiera ha conocido a Taemin aún, sólo sabe de él.”

“Si no—”

“Mira,” Jonghyun lo interrumpe, con voz firme. “Quiero que lo conozcas, ¿bien? Así que no creas que me hiciste sentir culpable hasta el punto de hacer esto. Estoy eligiendo dejar que lo conozcas con la impresión de que no va a cambiar nada entre nosotros. Pero, Jinki… Me tienes que prometer algo.”

“Lo que quieras,” no duda en afirmar.

“No importa lo que pase dentro, tienes que jurar que no vas a sentir lástima por Taemin, por mis padres ni por , ¿entiendes? No estoy dejando que lo conozcas porque quiera tu compasión.”

“Jonghyun-ah.” Jinki toma las manos temblorosas de Jonghyun entre las suyas, levantándolas hasta sus labios para depositar un beso reconfortante en sus nudillos. “No te preocupes, ¿de acuerdo? Lo juro por mi vida, puedes confiar en mí. No voy a pensar menos de ti o lo que sea que te preocupa. Sabes que yo—” Se detiene, sintiéndose dudar. “Sabes que me importas. Mucho,” finalmente se decide a decir.

Jonghyun se ve aliviado al escuchar sus palabras y asiente con la cabeza. Ambos se inclinan sobre el divisor y juntan sus labios para un casto beso antes de alejarse.

“Bien, vamos, hyung. Terminemos con esto de una vez.”

Jinki se ríe con el mientras desbloquean las puertas y salen. “¡No suenes tan emocionado!”

Cruza por delante del auto, dudando de nuevo antes de agarrar la mano de Jonghyun. El joven músico no dice nada, pero Jinki lo siente apretar sus dedos con fuerza antes de aflojar su agarre otra vez, y entiende lo que está tratando de decir. 

Están subiendo las escaleras tranquilamente, el ascensor está fuera de servicio. Los peldaños son estrechos y algo pequeños, por lo que no es una sorpresa cuando Jinki se tropieza en el último. Sólo los rápidos reflejos de Jonghyun le impiden besar la alfombra sucia. Le envía una mirada de agradecimiento al más bajo antes de enderezarse y seguirlo a medida que lo lleva por el pasillo.

Se detienen frente al lugar 312, hay una linda imagen envuelta en un corazón pegada bajo la mirilla. Parece como algo que un niño pequeño dibujaría, por todas las líneas desordenadas y el color de los crayones fuera de ellas. Jinki no sabe exactamente a quienes representa, pero tiene la fuerte sospecha de que se supone que es la familia de Jonghyun.

“¿Estás listo?” Pregunta Jonghyun, interrumpiendo sus pensamientos.

“Suenas como si me estuvieras preparando para la muerte inminente.” Jinki trata de aligerar el ambiente. Jonghyun le da una sonrisa vacilante, apreciando el intento. Suelta la mano de Jinki para encontrar la llave correcta en su llavero y golpea una vez la puerta antes de girar la llave para permitirles entrar.

“¿Mamá? ¿Papá?” Llama en voz alta. 

Jinki camina detrás de él, el pasillo sigue siendo angosto. Las paredes están adornadas con fotos alegres de un sonriente Jonghyun y, quien Jinki asume, son sus padres, pero aún más que fotos familiares hay de un chico en particular; sentado en una bicicleta, jugando futbol con Jonghyun, desenvolviendo regalos de cumpleaños y de navidad. Todas las imágenes incluyen a un joven muchacho, de aspecto inocente y Jinki asume que él es Taemin, el hermano pequeño de Jonghyun.

“¿Jonghyun? ¿Qué haces aquí tan tarde?” Una mujer baja de pelo recogido en una trenza apretada sale de la cocina, secando un plato húmedo un sus manos. “¿Y quién es él?” pregunta, mirando a Jinki como si fuera una especial de experimento de laboratorio.

Jonghyun agarra el antebrazo de Jinki y tira de él hacia adelante. “Este es Jinki, de quien te he estado hablando. ¿Dónde están papá y Taeminnie?” 

“En la habitación de tu hermano, estaba a punto de ir a la cama. ¿Qué está pasando? ¿Algo anda mal?”

“No, nada, todo está bien. Sólo quería que ustedes conocieran a mi—amigo,” su voz tartamudea sobre la palabra. Jinki estaría mintiendo si dijera que no le duele escuchar la palabra ‘amigo’ saliendo de Jonghyun, pero mantiene la boca cerrada, sabe que no es el momento para traer esa conversación en particular.

“Bien, ve a darle las buenas noches a tu hermano y luego regresa, pueden tener algo de las sobras si tienen hambre.”

“Gracias,” le dice a ella, arrastrando a Jinki junto a él una vez más.

La puerta de Taemin tiene más pinturas pegadas en ella, corazones y estrellas de colores e imágenes de personajes de dibujos animados. Parecen, una vez más,  ilustraciones de un niño. ¿No dijo Jonghyun que Taemin tiene 15? Se pregunta Jinki en silencio.

Jonghyun sólo golpea una vez la puerta antes de abrirla. En el interior, Jinki se encuentra con la visión de una habitación pintada de celeste pastel, hay aún más dibujos y carteles pegados a la pared. Animales de peluches alineados en los estantes, algunos libros infantiles también. Un escritorio en la esquina tiene crayones y marcadores repartidos encima, pequeños juguetes cubren diversos espacios del piso. Jonghyun y él encuentran un camino hacia la cama, donde el padre de Jonghyun está estirando una manta sobre el chico acostado.

“¿Jonghyun?”

“Hola, papá, este es Jinki,” Jonghyun lo presenta de nuevo. El papá de Jonghyun le da la misma mirada curiosa que recibió de la madre de Jonghyun, pero no pregunta nada. Se vuelve de nuevo hacia el muchacho a su lado.

“Taeminnie, mira quien está aquí.” El muchacho se sienta, casi golpeando a su padre en la cara mientras estira los brazos y emite un chillido emocionado.

“¡Jonghyunnie! ¡Jonghyunnie está aquí!” 

A Jinki lo toma por sorpresa la euforia pura que irradia de Taemin. Un sonrisa se estampa en su rostro, más que un poco divertido cuando Jonghyun se encoge de vergüenza por el sobrenombre cariñoso y se acerca rápidamente a su hermano menor y lo envuelve en un abrazo. 

Taemin se sienta más derecho y sostiene a Jonghyun con fuerza, sin dejarlo ir. Jinki puede ver su figura empequeñecida en una camiseta de gran tamaño y sus huesudos y delgados brazos saliendo de las mangas. Cuando Jonghyun finalmente se aleja le hace señas a Jinki para que se acerque.

“Minnie, mira, hyung trajo a un amigo,” dice Jonghyun, haciendo un gesto para que Jinki se mueva más cerca. El papá de Jonghyun se quita de en medio, dejando que Jinki se incline cerca de sus dos hijos. 

“Amigo de hyung,” dice Taemin, sus ojos miran algo por encima del hombro de Jinki.

La sonrisa de Jinki se ensancha para el niño. Su cabello, de color negro natural a diferencia de Jonghyun, está cortado en forma de hongo, sus hebras lucen sedosas. Sus ojos están iluminados de alegría al encontrarse con los de Jinki y por razones que Jinki no puede explicar, siente el pecho apretujado ante la vista. Sin pensarlo, extiende la mano y envuelve su brazo sobre el hombre de Taemin, acercándolo.

“Hola, Taemin-ah. Mi nombre es Jinki.”

Taemin no está mirándolo a él, su cara todavía tiene esa gran sonrisa y sus ojos vagan sin ver alrededor de la habitación. “Jinki hyung, Jinki hyung,” repite. “Jonghyunnie hyung y Jinki hyung. Soy Taemin, Taeminnie, Minnie, dime Minnie.”

Jinki se ríe sinceramente. Por un segundo, no puede evitar preguntarse porque Jonghyun había estado tan preocupado porque conociera a su hermano menor. Mirándolo, Jinki puede ver la diferencia entre ellos, puede ver que claramente que Taemin tiene alguna condición. Pero lo que no ve es por qué se supone que debe sentir compasión por su familia al respecto.

“¿Quieres que te diga Minnie?”

“Dime Minnie,” repite Taemin, provocando que Jinki suelte una risita de nuevo. Se mueve más cerca de la cama antes de decidirse a lanzar la precaución al viento y termina sentado delante de Jonghyun, lo más cerca que puede de Taemin. Detrás de él, Jonghyun envuelve un brazo alrededor de su cintura y deja caer la barbilla sobre su hombro.

“Está bien, Minnie. Entonces, ¿cómo vas a decirme?”

“¡Jinki hyung, dime Minnie!” 

Jonghyun se ríe, su respiración caliente roza la mejilla de Jinki mientras extiende el brazo para entrelazar los dedos de su mano libre con los de Taemin. “¿Cómo vas a decirle a Jinki, Minnie?”

“¡Jinki hyung!” 

Taemin termina con una risita antes de recostarse por completo, apartándose de ellos, pero sin dejar de reír. Acomoda la cabeza en la almohada, de espaldas a ellos y Jinki se da cuenta de que, efectivamente, han sido despedidos. De algún modo, en realidad no le importa tanto, no cuando ve que Taemin es demasiado dulce para ser grosero con él.

“Buenas noches, Minnie,” le dice y una vez más siguiendo su instinto, se inclina y besa la parte posterior el hombro de Taemin. Siente el agarre de Jonghyun en su cadera apretar justo antes de que Jonghyun presione su propio beso en la mejilla Taemin.

Se ponen de pie juntos y dan unos pasos atrás, dejando que el papá de Jonghyun termine de darle las buenas noches a su hijo. Jonghyun apaga la luz de la habitación y los tres dejan dormir a Taemin antes de caminar de vuelta hacia el pasillo.

El papá de Jonghyun los rodea para ir a la concina, donde está su esposa, pero Jonghyun detiene a Jinki de seguirlo con un firme agarre sobre su hombro para tirar de él hacia atrás.

Están de pie en silencio por un momento hasta que Jonghyun incapaz de permanecer más tiempo en silencio, habla. “¿Y…?”

“¿Y?”

“¿Algo que quieras decir?”

Jinki rueda los ojos. Una vez más, tiene que preguntarse qué reacción estaba esperando Jonghyun de él para tenerlo tan preocupado, porque, francamente, no ve nada malo en Taemin y se lo dice a su novio. Jonghyun lo mira sorprendido por uno segundo, antes de que sus labios repentinamente tiemblen y Jinki recuerda que, así como a Jonghyun le gusta hacerse el fuerte, tiene uno de los corazones más blandos que Jinki alguna vez haya visto en alguien.

“Oye, no llores.”

“No estoy llorando.” Jonghyun se sorbe la nariz.

Jinki sonríe complacientemente, envuelve sus brazos alrededor de los hombros de Jonghyun y lo tira para acercarlo. “Bien, lo que digas. Aunque está bien si quieres llorar.”

“No voy a—” 

Bueno, Jonghyun llora un poco, pero Jinki promete no decirle a nadie.





Jinki se acerca más y más a Taemin en los siguientes meses. Llega noviembre y Jonghyun y él todavía siguen adelante como siempre, su sexto mes lo pasan de compras con una ráfaga de sonrisas y pastel de chocolate.

Ahora que Jinki sabe dónde viven los padres de Jonghyun y su hermano, así que se encarga de hacer visitas, a veces con Jonghyun, pero a menudo sin él. La madre de Jonghyun tiene un aprecio particular por él, especialmente desde que rebeló su afición por el pollo y las bolas de masa hervida, dos de sus especialidades. Su papá, un ingeniero, se abre con Jinki tras saber que está estudiando para ser maestro y todavía está tomando las clases académicas habituales, a diferencia de Jonghyun  quien abandonó todo lo que no era relevante para su especialidad.

Sin embargo es con Taemin con quien forja el vínculo más cercano, además de Jonghyun, por supuesto.

Le gusta ir al departamento de Taemin y sentarse con él en su habitación, terminando sus deberes mientras el menor se sienta a su lado a dibujar y colorear sus pinturas. A veces Jinki le lee cuentos a Taemin y a veces Taemin le lee cuentos a Jinki, su pausa para la lectura es otra razón más para adorarlo. Taemin, como todos los chicos como él, tiene su propia lista de problemas—siendo los cambios de humor el más grande—pero Jinki toma todo con calma. Taemin es como un pequeño resplandor de luz—uno que sólo se vuelve más grande o más pequeño, pero que nunca se apaga.

No pasa mucho tiempo antes de que se gane la confianza suficiente de los padres de Jonghyun para que lo dejen cuidar de Taemin. Esto aligera las cosas para todo el mundo; para Jonghyun, ya que puede ofrecer más clases de canto en el estudio y para sus padres, que no tienen que pagarle a una niñera por las tardes (Jinki se pone firme y se niega a tomar su dinero). A través de sus visitas nocturnas, Taemin y él continúan volviéndose más cercanos, hasta que Jinki no puede evitar verlo como su propio hermano.

Una tarde, a finales de noviembre, están sentados en la sala de estar con envases de comida para llevar esparcidos por la mesa de café y una película de Disney reproduciéndose en la televisión (doblada, por supuesto, Jinki no está seguro de si Taemin puede leerlos subtítulos lo suficientemente rápido). Taemin tiene su cabeza en el regazo de Jinki y bosteza de vez en cuando mientras avanza la película.

Finalmente, la película termina y Jinki piensa que Taemin está dormido, pero él no está muy cansado ya que es bastante temprano para sus estándares así que cambia los canales. Se detiene en alguna repetición de un drama, curioso de ver lo que está pasando. La escena en reproducción, evidentemente, es una de gran tensión a juzgar por las cuerdas orquestales que suenan en el fondo.

En realidad no presta atención a lo que los personajes están diciendo, sus ojos se nublan mientras su mente se distrae con otras cosas, como la escuela y las próximas vacaciones. Cuando Taemin habla de forma inesperada, deja escapar un chillido vergonzoso que negará hasta el final de los tiempos.

“Jinki hyung y Jonghyunnie hyung son así,” dice el pequeño. Jinki no tiene idea de lo que está hablando, pero cuando se enfoca en la televisión de nuevo, su cara se ruboriza repentinamente por la vergüenza.

Las dos estrellas se están besando, no muy apasionadamente, de hecho, pero se da cuenta de las implicaciones de la observación de Taemin y siente sus mejillas rojas arder.

“Eh, ¿qué quieres decir, Minnie?” Cambia el canal rápidamente y trata de actuar casual al respecto.

“Jonghyunnie hyung besa a Jinki hyung. Llama a Jonghyunnie hyung, ¿si, Jinki hyung?”

“¿Y cómo sabes que beso a hyung? ¿hm, Minnie?”

Jonghyunnie besa a Jinki hyung.” Bueno, eso sí es vergonzoso de escuchar.

Yo beso a tu hyung también, Minnie,” insiste, sintiéndose más allá de inmaduro al discutir con Taemin por algo tan trivial.

Sin embargo, Taemin se ríe haciendo caso omiso de la declaración de Jinki. Jinki no sabe lo que está pensando, pero se abstiene de incitar más declaraciones por parte de él. Ha llegado a darse cuenta, de que Taemin es increíblemente observador cuando quiere serlo y no se puede saber lo que está pensando en todo momento. Esto le hace preguntarse cuándo Taemin los atrapó a Jonghyun y a él besándose en el departamento. Debe haber sido hace un tiempo atrás, piensa, considerando que no ha ido de visita con Jonghyun desde hace tiempo. 

Son solo las 8 cuando Jinki arropa a Taemin en su cama, dejando un suave beso en su mejilla antes de salir. Al salir de la habitación, la madre de Taemin justamente está entrando por la puerta delantera, con los brazos cargados de víveres que Jinki toma rápidamente por ella para llevarlos a la cocina.

“Gracias, Jinki,” La mujer se quita los guantes, agradecida, antes de desabrocharse el abrigo. “¿Cómo estuvo?”

“Perfecto, como siempre. Acabo de ponerlo en la cama,” Jinki empieza a guardar los alimentos congelados, sus manos persisten con anhelo sobre el pollo antes de guardarlo también.

“¿Te vas a casa pronto? ¿Cómo está Jonghyun? No he sabido nada de él desde hace un tiempo.” Jinki toma una manzana de la mesa de centro y se sienta en una silla, la observa moverse alrededor de la cocina, sacando varios sartenes para cocinar una cena ligera para ella y su marido.

“Jonghyun-ah está bien,” responde. “Ocupado con las clases y estudiar y componer, por supuesto. Va a venir pronto, voy a asegurarme de ello.”

“Oh Jinki, eres tan bueno con nosotros.”

Jinki se sonroja y oculta su rostro. Parece que toda la familia ha hecho su misión personal en la vida hacer que él se ponga rojo. “No es nada,  de verdad. Me encanta venir y ayudar—” También me encanta su hijo, piensa, pero no lo dice. “Sí. Me encanta venir, así que no tiene que agradecerme ni nada.”

“Hm. Entonces, ¿cómo lo están haciendo tú y Jonghyun?”

Jinki no está seguro de cómo responder hasta que recuerda que la madre de Jonghyun ya sabe sobre ellos. Sacude la cabeza, sonriendo a pesar de que ella no lo ve al estar de espaldas a él. “Estamos bien.”

“¿Va en serio?”

“Uhm…claro.” ¿Serio? ¿Serio en qué sentido?

“¿Siguen viviendo en departamentos separados?” 

Oh. Ese tipo de serio. “Sí—todavía estamos en nuestros propios lugares.”

“Han sido ¿cuánto?…¿seis meses?” Jinki masculla en afirmación. “¿Y acaso han pensado en irse a vivir juntos?”

Jinki resiste el impuso de gemir. Por supuesto que él ha pensado en ello. De todos modos, Jonghyun pasa casi todo su tiempo libre en el departamento de Jinki, hasta tiene algo de ropa y otras cosas allí. Pero el hecho de que él esté listo para ‘el siguiente paso’, como ha decidido llamarlo, no significa que Jonghyun lo esté. 

“Estoy a favor de la idea, pero…” su voz se desvanece.

“…¿Pero Jonghyun no?” Ella adivina correctamente. “¿Has hablado de esto con él?”

“No exactamente. Pensé que estábamos bien como estamos ahora. Para qué complicar las cosas, ¿no?”

“Así que en realidad, sólo estás asustado de que decline la idea.” ¿Desde cuando la madre de Jonghyun y Kibum estaban relacionados? “Habla con él, Jinki. De todos modos, por lo que me dice ustedes dos están prácticamente viviendo juntos. Y tengo la sensación de que no estaría tan en contra de irse a vivir contigo.”

Piensa en sus palabras mientras se termina lo último de su manzana, mastica despacio y saborea el dulce jugo, agudo y penetrante en su lengua.

“¿Te quedas a cenar?” 

Jinki mira su reloj. Sólo son un cuarto para las 9. “Por mucho que me encantaría, creo que debo volver a casa. Aunque vendré a la misma hora mañana por la noche.”

Intercambian adioses antes de que Jinki agarre sus cosas que están en la sala de estar y se coloque sus zapatos. Conduce a casa y todavía no puede dejar de pensar en lo que le dijo la mamá de Jonghyun. ¿Debería preguntarle? ¿Y si no quiere? ¿O que si quiere y termina siendo un desastre?

Los ‘que tal si’ y ‘tal vez’ siguen dando vueltas en su mente mientras aparca su coche en la calle y se dirige a su departamento. Cuando entra, Jonghyun acaba de salir del baño, secándose el cabello con una toalla. Está usando sus pantalones de chándal, pero una camiseta de Jinki y la vista hace que algo arda en las entrañas de Jinki.

No puede resistirse a empujar a Jonghyun en un beso profundo, presiona su espalda contra la puerta del baño antes de que pueda protestar. No es frecuente que Jinki inicie el contacto físico (bueno, Taemin tenía razón sobre lo de Jonghyun besándolo a él), pero cuando lo hace, es extraño como siempre parece mucho más desesperado a medida que el contacto continúa.

La piel de Jonghyun es suave y huele gratamente dulce por la ducha. Después de un tiempo Jinki se aleja y entierra su rostro en el cuello de Jonghyun, sin hacer nada más que tomar respiraciones profundas. Jonghyun no lo cuestiona, apenas deja caer la toalla y desliza sus brazos alrededor de los hombros de Jinki, sosteniéndolo cerca.

Los minutos pasan y Jinki simplemente se queda ahí, pensando. Si Jonghyun se mudara con él, podría tener algo de esto cada día. Podría llegar a casa todos los días y encontrar a Jonghyun sentado en el sofá o en su dormitorio o duchándose en el baño. Habiéndole dado a Jonghyun una llave de repuesto de su departamento hace semanas, no es raro ver todo eso. Pero Jinki se lo imagina sucediendo siempre, sin tener que preocuparse de llamar a Jonghyun para que venga y sin preocuparse por despertarlo después de que se quede dormido en el sofá para que pueda irse a casa antes de que se haga más tarde.

Imágenes de Jonghyun y él en la cocina tratando de cocinar la cena o quedándose despiertos toda la noche viendo películas y despertando horas más tarde todavía en el sofá, sin tener que preocuparse por que el menor se tenga que ir, da vueltas por su mente como un rollo de película. Cuanto más tiempo lo piensa, más le gusta la idea.

“He estado pensando,” comienza, finalmente apartándose para mirar a Jonghyun, quien lo mira con curiosidad instándolo tácitamente para continuar. “Siempre estás aquí ¿sabes?”

“Cierto…”

“Y bueno, un montón de tus cosas ya están aquí…”

“Ci-ierto…”

“Así que tal vez, no sé.” Jinki toma un profundo suspiro y decide simplemente improvisar. “¿Por qué no vivimos juntos?” Jonghyun se queda en silencio y bien, ahora Jinki entra en pánico. Mierda. Mierdamierdamierda. “Sólo era una idea, una ida muy, muy estúpida que—olvida lo que dije—”

“¿Jinki?”

Jinki se congela. “¿Si?”

“Vas a tener que ayudarme a traer mis cosas."

Notas finales:

¡Nos leemos pronto!


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