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Room por LovingTales

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Notas del capitulo:

Capítulo 3 de Room, que sea de su agrado :)

Saludos a tod@s :*

 

Las cosas se vuelven cada vez más complicadas para Kid ¿Será capaz de soportar las adversidades?...

 

Los personajes pertenecen a Eiichiro Oda. 

 

-Quién lo diría pelirrojo… que me ayudarías algún día supongo que son las vueltas de la vida- exclamó el joven moreno- ten, te quitará la sed- sacó de entre su chaqueta una cantimplora con whiskey y la extendió a su compañero-


-Gracias- dio un sorbo largo-


- Los polis no tardarán en rodear el lugar, creo que es buena idea moverse ahora-


-Bien, ten tu cantimplora nos vemos- exclamó Kid caminando en dirección a un callejón-


-¡¿EH?! Te seguiría con gusto si sólo pudiera moverme-


 


El pelirrojo se volteó.


-Tienes razón, supongo que no me queda otra opción… te llevaré al hospital-


-olvídalo, estará colapsado. Vamos a mi departamento, ahí podré curarme ésta herida-


-Te llevaré en mi espalda… sube- señaló Kid al tiempo que se agachaba para que el moreno pudiera afirmarse de su espalda- Tú me guías-


-Bien-


Caminaron durante unos veinte minutos en dirección a la zona sur. Los edificios de aquel lugar estaban rodeados por hermosos jardines y flores, todo estaba limpio y lujosos autos se encontraban aparcados fuera de casonas inmensas. Continuaron un poco más hasta llegar a un edificio enorme. Al parecer aquel médico se había mudado pues Kid no recordaba haber estado por ahí la vez que él lo ayudó.


Utilizaron un ascensor con paredes de cristal y piso de mármol, a medida que subían se podía contemplar la urbe. Kid miraba con un leve brillo en sus ojos, nunca había tenido una vista tan bonita de aquella ciudad que tanto odiaba. Llegaron al piso 19 avanzando hasta la última puerta de un amplio pasillo. El joven sacó de su bolsillo una llave la cual cedió a Kid para que éste abriera la puerta.


-¡Que noche!- exclamó el joven moreno mientras se dejaba caer en un sofá negro- Gracias por cargarme hasta aquí… eh nunca me dijiste tu nombre-


-Kid… Mi nombre es Kid- contestó-


-recuerdo haberte dicho mi nombre… supongo que lo recuerdas-


-La verdad no- el pelirrojo prefirió mentir-


-Soy Law-


-Bien ya debo irme….- Kid caminó en dirección a la puerta, intentó abrirla pero estaba con llave. Se volteó y vio que aquel hombre le sonreía, tenía la llave en su mano- tsk!-


-Supuse que querrías largarte apenas llegáramos así que me tomé la libertad de encerrarte. Odio importunarte pero la verdad es que no soy capaz de moverme y no quisiera tener que arrastrarme para conseguir mi maletín, serás mi ayudante hasta que me haya desinfectado ésta herida-


Kid le dirigió una mirada severa.


-Está bien, te ayudaré sólo dime lo que tengo que hacer-


-perfecto, ve a la habitación que está al final del pasillo, dentro del closet hay un maletín de color azul oscuro tráelo porfavor- 


Kid siguió las instrucciones al pie de la letra. Al abrir la puerta de la habitación se percató de que ésta era enorme, al igual que el closet. Con un poco de temor corrió la puerta y se encontró con muchísima ropa, toda desparramada una encima de otra. Pudo identificar el maletín al final de un cajón así que estirando su mano logró sacarlo.


-¿Este es verdad?- preguntó al llegar al lado de Law-


-Sí, muchas gracias- el médico abrió su maletín y comenzó a sacar algunas vendas, alcohol y un equipo de sutura. Kid se sentó un tanto alejado de él. Observaba atentamente como Law desinfectaba su herida y comenzaba a coser los puntos en su propia piel-


Le tomó alrededor de veinte minutos, al haber finalizado puso un parche transparente sobre su herida.


-ya está- exclamó satisfecho- ¿tienes alguna herida?-


-no, estoy bien…. ¿necesitas algo más?- preguntó Kid de forma fría y directa-


-no- respondió Law-


-entonces me voy- Kid se levantó del sofá e hizo un gesto para que le pasara la llave-


-No es que me incumba pero afuera hay alrededor de ocho patrullas policiales estacionadas-


Kid se sorprendió. Enseguida su cuerpo se tensó. ¿Acaso era tan evidente que había ido a cometer un crimen al casino?


-No me interesa- respondió con tono nervioso-


-¿Estás seguro?... después de ese desastre del casino dudo mucho que te dejen en libertad-


-¿De qué demonios hablas?- respondió Kid sobresaltado, había comenzado a ser invadido por la ira-


-Sé quién eres y lo que estabas haciendo en el casino. Eustass Kid eres uno de los criminales más buscados en la ciudad y con este hecho puedes estar seguro que serás el más requerido-


-Cierra la boca imbécil- Kid se abalanzó sobre Law, olvidando que se encontraba herido lo tomó con fuerza del cuello, sin embargo él no pareció muy intimidado-


-Escucha…  no tengo intenciones de venderte, por mi hubieras matado a todos en ese lugar y no me importaría, sólo estoy tratando de devolverte el favor. Si no me crees asómate al balcón y compruébalo por ti mismo-


Soltó el cuello de su compañero y caminó hacia el balcón para comprobar que efectivamente tenía razón. Había alrededor de ocho patrullas policiales y otras cuantas dando vueltas unas calles más abajo. Suspiró cansado y se sentó en el sofá.


-¿Cómo es que me conoces y sabes de mis planes?- preguntó finalmente Kid cediendo a la curiosidad-


-Digamos que soy aficionado a las  noticias del bajo mundo,  de alguna u otra manera siempre termino enterándome de los planes que los peces gordos tienen. A veces trabajo con la policía, debo hacer el papel de forense las veces que ellos no cuentan con uno y aunque no me creas hay varios infiltrados en el bajo mundo. Créeme que si no han ido a por ti ahora lo harán pronto-


Kid estaba extrañado no entendía por qué aquel sujeto le daba toda esa información, así que sólo se limitaba a escucharlo.


-Bien… ahora es tu turno. ¿Por qué querías asesinar al vejete ese?-


Dudó si debía responder o no esa pregunta, pero algo de aquel sujeto le inspiró cierta confianza.


-Sólo hacía mi trabajo, me encargaron que debía hacerlo desaparecer-


-ya veo así que haces las veces de sicario-


-Podría decirse que sí- contestó Kid dirigiéndole una mirada calculadora-


-¿Por qué haces todo esto?, ¿no has pensado en alejarte del bajo mundo?-


-Tsk!... quizás ahora tenga la opción pero hace algunos años era la única forma para sobrevivir-


-¿a qué te refieres?- preguntó el médico intrigado-


Kid le contó todo acerca de su pasado, sus amigos y su vida en la alcantarilla. El joven moreno le escuchaba atentamente, sin interrumpir en ninguna parte de la historia.


-No sé por qué te cuento esto… supongo que es mi forma de agradecértelo, tómalo como quieras-


Hubo un largo rato de silencio, ninguno de los dos decía una palabra y la atmosfera se había vuelto más relajada. Law fue el primero en hablar.


-Comprendo tus motivos, no me arrepiento de haberte ayudado aquel día aunque ahora seas un criminal buscado- Law sonrió y Kid lo miró impresionado- ¡Ahhhhhh! Me ha bajado mucho sueño, puedes dormir en mi cama, yo me quedaré aquí en sofá-


-¿Por qué eres tan amable con un criminal como yo?, ¿no te da miedo que te apuñale en la noche?-


-Jajajaja ahora que lo mencionas no lo había pensado… ¿vas a matarme?-


-Eres un idiota- exclamó Kid al tiempo que se dirigía a la habitación del médico. Law sonrió-


Entró en el cuarto y se recostó sobre la cama que era bastante grande. A pesar de que apenas conocía a aquel tipo no se sentía incómodo en su compañía. Se giró hacia el lado de la ventana y sucumbió al sueño.


Dormía plácidamente hasta que el ruido de los autos lo despertó. Buscó su celular para ver la hora, eran las 10:54. Se quedó contemplando el techo de la habitación durante unos momentos hasta que decidió levantarse y ver si aquel tipo estaba despierto.


-oye… -Kid le habló despacio, sin embargo Law dormía profundamente- Tsk… me pregunto dónde tendrá la llave-


Comenzó a mirar alrededor, acercándose a él un poco más.


-Maldición no parece estar por aquí… seguro está en su bolsillo- Kid se agachó y, lentamente para no despertar al moreno, dirigió su mano al bolsillo percatándose en el acto que este estaba vacío-


Dudó si revisar el otro pero la verdad ya estaba un tanto aburrido y quería volver a su guarida. Nuevamente y con sumo cuidado pasó su brazo sobre el pecho de Law y revisó su bolsillo sin tener éxito. De pronto se sintió observado, se volteó y vio que aquel tipo le sonreía. Se alejó torpemente cayendo en la alfombra.


-¿Se te ha perdido algo en mi bolsillo?- preguntó Law-


-No… yo sólo buscaba la llave- respondió Kid con un leve rubor en sus mejillas-


- ¿la llave?... cierto yo la tenía en este bolsillo- Law metió su mano en el bolsillo sin embargo no encontró nada dentro- que extraño, recuerdo haberla dejado aquí –


-No me jodas… búscala-


-Cálmate, no debe estar muy lejos-


Law se levantó con la ayuda de un bastón y comenzó a revisar su chaqueta, debajo de los cojines mientras Kid veía bajo los sillones e incluso en la mesa.


-Rayos… dónde diablos quedó esa llave- Law parecía confundido-


-Vamos vamos idiota… encuéntrala-


-eso trato de hacer… uhmmm creo que tengo una copia en una chaqueta-


Caminó con dificultad hacia su habitación para buscar en el closet al tiempo que Kid revisaba con euforia los sillones. Al cabo de unos minutos el pelirrojo se dirigió a la habitación para ver porque razón demoraba tanto aquel tipo en volver.


-¿Encontraste algo?- preguntó con impaciencia-


-Nada…-


-Maldición- Kid se apresuró a desarmar con fuerza la cama, levantó el colchón si obtener resultado-


-¡ehh venga! Cuidado con mi cama- replicó Law-


-Me importa una mierda tu cama, sólo dame las llaves sé que las estás escondiendo- respondió Kid irritado-


-¿Esconder las llaves? ¿De qué diablos hablas?, ¿acaso crees que quiero retenerte aquí conmigo?-


Kid retrocedió y volvió a la sala seguido por Law. Sacó de su bolsillo aquella herramienta que nunca fallaba al momento de forzar una puerta o lo que fuera. Se disponía a utilizarla cuando el moreno le dijo:


-¿Ehhh? ¿Qué diablos haces en mi puerta? ¡Es de caoba!-


-Ya te dije que me importa una mierda- respondió Kid enfadado al tiempo que trataba de abrirla, sin embargo el moreno le tomaba con fuerza del brazo-


-Detente idiota-


-Está bien, no me quedaré aquí encerrado por culpa de unas llaves. Además debo recuperar mi moto…-


-¿Tienes una moto? ¡Genial!... espera ¿qué rayos haces?- exclamó sorprendido Law al ver como Kid se disponía a descender por el balcón- Estamos en un piso 19 si te lo recuerdo-


-No es tu problema…  ya he perdido mucho tiempo aquí, debo volver… Gracias por el whiskey- dijo mientras se dejaba caer del balcón-


Law se apresuró a la terraza para observar como caía el pelirrojo y para su sorpresa ya se encontraba abajo caminando normalmente.


-Quién demonios es este tipo- pensó.


Kid mientras tanto se dirigió a toda prisa a la fábrica donde había dejado su moto la noche anterior. Afortunadamente seguía ahí sin rasguño alguno. Se subió y aceleró con destino a la alcantarilla. Al llegar entró como hacía de costumbre y al empujar la puerta de madera se llevó una gran sorpresa. Todas sus cosas habían desaparecido.


-¿Qué demonios?- se dijo a sí mismo al tiempo que entraba y veía a unos desconocidos bebiendo en lo que era su antiguo taller de máquinas-


-¿Quién eres tú?- exclamaron al verlo entrar, sacando de sus bolsillos cuchillos y sables-


-Lo mismo pregunto… ¿Qué mierda hacen en mi guarida?- Kid se apresuró a sacar un cuchillo y se dirigió hacia ellos. De camino pateó las botellas que habían por ahí esparramadas-


Los hombres se abalanzaron sobre Kid quien rápidamente esquivó todos los ataques y de paso derribó a tres de ellos. Se acercó a uno de ellos y amenazándolo con el arma en su cuello preguntó:


-¿Dónde están mis cosas?-


-Ehhh… no lo sé, nosotros llegamos aquí y ya no había nada… nos dijeron que el sujeto que vivía antes aquí murió anoche en la explosión del casino- respondió nervioso el hombre-


-¿Quién les dijo eso?-


-Los hombres del Rey… ellos nos cobraron, apenas llegamos esta mañana…-


Justo en ese instante alrededor de cinco tipos armados irrumpieron en la habitación. Kid sacó su revólver y sin pensarlo dos veces disparó, desplomándose los cuerpos en el acto. Salió rumbo a la puerta de madera cuando vio venir otro grupo de hombres armados, seguramente subordinados del Rey quienes al verlo salir arremetieron fuego. Corrió lo más rápido que pudo y al salir del alcantarillado se subió a su moto y aceleró en cualquier dirección. Eran muchos, hubiera muerto de haberse quedado a pelear.


Alrededor de veinte minutos después se detuvo en un callejón, bajándose de la moto para descansar en el pavimento, rodeado de periódicos y latas de cerveza. Aquel lugar apestaba a rayos pero se sentía seguro. Había perdido todas sus máquinas y el dinero que tenía bajo el colchón, pero lo que más le dolía era haber perdido aquel espacio que tantos recuerdes alegres le traía.


-Maldición- pensó al tiempo que golpeaba el concreto-


Había algo que no lograba entender y esto era cómo diablos lo habían dado por muerto si apenas habían pasado unas horas de aquel incidente en el casino, y lo peor era que su guarida ya estaba siendo usada por otros sujetos, eso no le cuadraba para nada y lo más probable es que se tratará de algo con un trasfondo mayor a lo que pensaba.


Se quedó ahí, pensativo, durante unas horas hasta que comenzó a sentir hambre. Buscó en su chaqueta y encontró unos cuantos berries, lo suficiente para comprar cervezas y una hamburguesa. Con eso se las arreglaría por esa noche, después podía robar un poco más. Cruzó a un restaurante de comida rápida  y compró una hamburguesa con doble queso, luego se dirigió a un mini market por las cervezas. Volvió a su refugio improvisado y comió lentamente para luego beber como un condenado. Unas horas más tarde se había quedado completamente dormido.


La madrugada transcurría agitada como siempre. Coches policiales persiguiendo a delincuentes, el carro de bomberos con su característica sirena sonaba a lo lejos, y las ratas caminando entremedio de la basura en busca de comida. El frío comenzaba a hacerse presente y Kid lo sintió. Su cuerpo comenzó a temblar y terminó por despertarse al sentir sus miembros congelados. Hacía tiempo que no dormía a la intemperie, pero ya se terminaría por acostumbrar. Al pasar un rato volvió a dormirse para no despertar hasta bien entrada la mañana.


Miró a su alrededor y sintió su cabeza pesada.


-Mataría por una botella de agua- se dijo a sí mismo mientras contaba los pocos berries que le quedaban-


Cruzó a por una botella, la cual bebió prácticamente de un sorbo y recogiendo un periódico que parecía ser del día se dispuso a leer, siendo esta su entretención durante la tarde.


Al caer la noche se dispuso a salir por algo de dinero. Su estómago nuevamente le pedía comida y ya sin dinero no le quedaba otra opción. Pensó en ir a asaltar el mini market, pero le parecía una pésima idea pues se había percatado que todo el día estaba lleno de gente, así que era un riesgo innecesario. Esperaría a que pasara algún transeúnte despistado para sacarle la billetera, pero lo mejor era moverse unas cuantas cuadras por si lo perseguían.


Caminó hasta llegar a una calle bastante concurrida. La mayor parte de las tiendas que ahí había se dedicaban a vender repuestos de autos entre otros accesorios, por lo cual sería más fácil encontrar a alguien desprevenido. Esperó que oscureciera aún más hasta que los negocios comenzaron a cerrar, no obstante su experiencia le indicaba que nunca faltaba el idiota que llegaba a último momento para encontrar un repuesto, y ahí es cuando entraba él  a quitarle su billetera.


Cuando hubo transcurrido un rato vio llegar un auto negro, bastante lujoso. Esperó que se estacionara y bajara el dueño. Para su suerte el  tipo sacó el celular y se puso a hablar tranquilamente, en ese momento con rapidez se abalanzó sobre el bolsillo trasero del pantalón del sujeto sacándole la billetera en menos de 1 segundo, sin embargo aquel individuo giró hacia atrás al sentir el tirón pudiendo identificar el rostro de su asaltante y Kid de su víctima.


-¡¿Qué rayos?!- se dijo a sí mismo al tiempo que echaba a correr a toda velocidad-


El sujeto le había quedado mirando sorprendido aunque sin reaccionar, dándole tiempo a Kid para que escapara.


Cuando Kid hubo llegado a su nuevo refugio se desplomó en el suelo para tomar un respiro. Había corrido tan rápido que en unos segundos ya estaba de vuelta. Tomó la billetera, era de terciopelo azul oscuro, al abrirla pudo contar alrededor de cien mil berries, tarjetas de crédito, una credencial del hospital y su identificación en la cual se leía Trafalgar D. Water Law.


-Debe ser una broma- se dijo a sí mismo cabreado. De todos los habitantes de esa asquerosa ciudad tenía que robarle justo a él, estaba irritado. Tomó los berries y examinó las tarjetas de crédito y la de identificación. Ésta última señalaba que aquel sujeto tenía 23 años. Se quedó contemplando su fotografía un rato hasta que cerró la billetera y la hizo a un lado. Cruzó a comprar una hamburguesa y esta vez un café para entrar en calor.


Permaneció sumergido en sus pensamientos hasta que el frío nuevamente comenzó a invadir su musculoso cuerpo. Después de todo no había podido recuperar nada de su ropa, aún permanecía con aquel smoking que robó en el casino, y eso ya lo estaba cabreando. Estaba por dormirse cuando sintió que alguien entraba al callejón, silenciosamente sacó su revólver preparándose para disparar cuando una voz conocida lo distrajo.


-¿Qué haces escondido aquí?-


Se trataba de Law, quien había tomado su celular para alumbrar el rostro de Kid.


-Baja esa mierda… vivo aquí-


-¿En este callejón?-


-Así es y si tienes algún problema más te vale largarte de aquí o te disparo-


-La verdad es que sí tengo un problema y es que robaste mi billetera- exclamó Law señalándola-


Kid la recogió y se la entregó.


-Siento haberte robado… no pensé que un idiota como tú se arriesgaría a ir a esa hora a la calle de los repuestos-


-Sí digamos que soy un idiota… veo que sacaste el dinero-


-Por supuesto, no iba a comer tus tarjetas de crédito- dijo Kid al tiempo que abría una cerveza y ofrecía otra al moreno-


-jajaja está bien Kid, sólo necesitaba la credencial del hospital para ir a trabajar-


-Veo que tu pierna sanó rápido-


-Así es, quien diría que apenas me tomó un día- Law sonrió- Sólo tenía un esguince, lo cual me extraño después de haber tenido ese bloque de concreto en mi pierna, supongo que soy un hueso duro de roer-


-Me alegro por ti- señaló el pelirrojo mientras bebía-


-Hablando enserio… ¿Por qué estas acá? Pensé que vivías en las alcantarillas-


-Unos bastardos se apoderaron de mi guarida, al parecer pensaron que estaba muerto. Mis cosas desaparecieron y quedé sin nada más que mi moto-


-Ya veo… curiosa situación que te hayan dado por muerto apenas unas horas después del incidente-


-Supongo que algún cabrón quería deshacerse de mí-


-Es probable… comienza a hacer frío-


Kid lo miró con desinterés, continuaba bebiendo.


-Vamos, ven conmigo-


-No me jodas, lárgate- replicó Kid irritado-


-No seas obstinado ¡joder!... acaso quieres morir de hipotermia-


-Eso no es asunto tuyo…- Kid le lanzó una lata vacía de cerveza- lárgate-


-Ni te creas, no dejaré a un amigo en la calle, vamos-


Kid lo miró sorprendido, su corazón había comenzado a latir más rápido, sin embargo para no parecer un idiota rio.


-jajaja eres un idiota Law-


-Es la primera vez que me llamas por mi nombre-


-Que te jodan- la voz de Kid sonaba un tanto más suave-


-Bien… vamos- Law comenzó a caminar hasta la salida del callejón, al ver que Kid no lo seguía se devolvió- Si no quieres venir por tu voluntad entiendo, pero entonces tendría que llamar a la policía… después de todo me robaste la billetera-


-¿Me estás amenazando?-


-Sí, si lo estoy…-


-¡Está bien!, tú ganas por esta vez, pero te seguiré en mi moto, después de todo no puedo dejarla aquí-


-No confío en que me sigas-


-¡Bien Law! Entonces guardemos mi moto en tu coche…-


-Estás bromean…- Law no terminó de hablar al ver como Kid comenzaba a desmontar la moto en partes totalmente armables- ¡Eso es genial!-


-Lo que digas, no estoy de ánimo para tus halagos, larguémonos de una vez- Exclamó Kid al tiempo que cargaba unas piezas en sus hombros y las otras en sus manos-


Salieron del callejón y una vez cargaron el maletero con aquella extraña moto armable se dirigieron con destino a la zona sur. 


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