Una semana entera en las que has ido a clases y has comido a penas, para luego encerrarte en tu habitación. Tienes una radio que te regalo Theo, con la que escuchas como hay dos hombres riendo, charlando y olvidándose de poner alguna canción.
-Cerrare los ojos y me dormiré. -Dices en medio de la solitaria habitación, recostado en el suelo.
Cierras los ojos, pero no puedes dormir, cambias de emisora y te detienes cuando escuchas aquella canción que hacía tiempo no la oías. La has escuchado en aquel tiempo en que la guerra se aproximaba, en tu habitación de la Mansión Malfoy, con tus dos padres abrazándote en la cama, los tres recostados en silencio.
Tus ojos se humedecen, pero te niegas a derramar lágrima alguna. Deseas que todo sea tan fácil como se muestran en los libros, deseas no sentir tantas emociones o no sentir nada. Deseas poder dormir y olvidarte de que existe un mundo fuera de esas paredes que crean tu habitación.
Potter al parecer se ha cansado de seguirte, porque ahora sigue a su nueva novia, con la que no te llevas muy bien, pero con la que Pansy sale a comprar a Hogsmeade y con la que Theo se la pasa hablando. Blase es el único que está allí, cuidándote como siempre y obligándote a seguir de pie.
Piensas en todo lo que te está lastimando, en porque Potter no puede dejar de doler y en porque nadie puede entenderte. No hay nadie que te ayude a superar lo que has visto en la guerra que se llevó a tus padres. Eras de los malos, pero incluso esto es demasiado.
Recuerdas la risa de tu madre y la sonrisa suave que siempre te dedicaba tu padre. Podían no expresar el amor frente a las personas, pero dentro de las paredes de la Mansión Malfoy eras el niño más feliz de todos.
Necesitas estar solo, y olvidarte un poco de todos. Solo necesitas eso y nada más. No necesitas que Potter te siga, aunque ya no lo haga, tampoco necesitas que Pansy pase tiempo contigo, aunque ya no lo haga, ni tampoco necesitas que Theo te lea historias interesantes, aunque ya no lo haga. No necesitas que Blase te cuide, aunque lo siga haciendo.
- ¿Qué tiene ella que no tenga yo? -Murmuraste y con rabia sentiste las ardientes lágrimas resbalar por tus mejillas.
Ahora estas completamente solo, como siempre quisiste.
Y, sin embargo, no te sientes muy bien estando solo.
///O///
-Iré a cagar. -Murmuras cuando estas en la entrada del Gran Comedor, con Blase a tu lado.
No quieres entrar porque sabes que veras a Pansy y Theo en la mesa de Gryffindor peleándose por la atención de la Weasley y a Potter sosteniendo su mano. Blase te entiende y por eso te sonríe para luego adentrarse él solo.
Te das media vuelta y tu rostro golpea contra el pecho de alguien.
-Lo siento. -Te disculpas sin ninguna emoción al ver que solo era Jeremy Smith, de la casa de Hufflepuff.
Es más alto que tu a pesar de ser menor por dos años, su cabello es castaño y desaliñado como el de Potter, además de tener ojos verdes, aunque los suyos no son tan claros como los de aquel estúpido Gryffindor.
-No te preocupes. -Te sonríe y tu bajas la vista al pasar por su lado - ¡Espera!
- ¿Qué? Tengo que cagar. -No te importa que te crea maleducado por tu forma de hablar o que le desagrades, solo necesitas escaparte para poder estar solo.
Pero Jeremy ríe y tu solo lo sigues mirando fijamente, como si fuera un loco. ¿Qué tiene de gracioso que quieras ir a cagar?
-Eres gracioso. -Dice él con una media sonrisa - ¿Estas ocupado el sábado?
-Sí, tengo que comer, cagar y luego ir a dormir. -Hablas con aburrimiento, arrastrando las palabras -Aunque el domingo tendré que sacar de mis planes el cenar conmigo mismo.
Jeremy vuelve a reír y tú lo miras fijamente. No es raro que te pase esto, a veces las personas te detienen y te escuchan hablar de esa manera, riéndose de ti.
-Vaya...-Murmura Jeremy y te mira con cariño.
¿Hace cuánto no has visto esa mirada dirigida hacia ti, que no sean las de tus amigos? Por lo general Pansy y Theo se han olvidado de dedicarte un poco de cariño, mientras que Blase sigue allí alimentándote y dedicándote miradas llenas de cariño, pero sientes tu rostro enrojecer al ver que esta persona a la que a penas comienzas a hablarle, te mire de esa manera.
¿Acaso hay algo en ti, que Jeremy encuentra interesante? Tratas de alejar esos pensamientos de tu cabeza y te dedicas a escuchar lo que tiene Jeremy para decirte.
- ¿Entonces el domingo tienes tiempo? -Pregunta nuevamente y tú te lo piensas antes de asentir.
- ¿Por qué? -Preguntas interesado, pero aun sin mostrar alguna expresión que te delate.
- ¿Te gustaría acompañarme a Hogsmeade?
Aquello te deja sorprendido por unos segundos, pero al notar su sonrisa tan cálida y tan parecida a la de Potter, retrocedes levemente.
-No, me voy a cagar. -Dices saliendo rápidamente de ese montón de estudiantes que entran al Gran Comedor.
- ¡Draco! -Te llama Jeremy, pero no te importa.
Es parecido a Potter, pero no es él.
Los días siguientes son algo cansados para ti, porque Jeremy sigue insistiendo en que lo acompañes a Hogsmeade, mientras que tu intentas evitar encontrarte con Potter y con Ginevra Weasley.
A veces te quedas encerrado en tu habitación por mucho tiempo, mirando el techo detenidamente, recostado desde tu cama y escuchando la radio por lo bajo. Es algo raro, porque sientes que no perteneces más allí, que tu lugar está en otra parte, pero no sabes dónde. Sabes que existe, pero no sabes en donde esta ese lugar.
Hay veces en las que te imaginas a personas que nunca viste, esperándote en una pequeña casa con sonrisas en sus rostros. A veces adultos, otras veces niños.
- ¿Draco? -Llama la voz de Blase del otro lado de la puerta, pero tú te quedas recostado en el suelo mirando el techo detenidamente, pensado en momentos lejanos donde aún eras niño y disfrutabas de las pequeñas cosas -Draco, abre... ¡Hey, Draco!
Te pones en pie escuchando los golpes de Blase y su llamado, caminas hacia la puerta y apoyas la frente en esta por unos segundos.
- ¡¿Malfoy?! -Esa voz.
Te alejas de la puerta y la abres rápidamente, con el ceño fruncido.
- ¿Qué? -Preguntas con voz fría.
Al parecer Potter ha podido convencer a Blase de que le deje entrar a la Sala Común de Slytherin, sino ¿De qué otra manera pudo entrar?
- ¿Por qué no abrías? ¡Estábamos llamándote! -Te grita Harry sosteniéndote de los hombros y adentrándose a la habitación tuya, dejando a Blase solo fuera de esta.
Odias la mirada de Blase.
Llena de preocupación por ti.
Ya no eres un niño que necesita que le cuiden, pero al parecer Blase nunca cambia.
- ¡Contéstame! -Potter te zarandea con fuerza, tratando de que reacciones.
¿Qué es lo que le pasa a todo el mundo? Tú estabas tratando de estar solo, sin querer escuchar a nadie. Pero parece que te encierras en tu habitación 2 horas y todo el mundo se vuelve loco. Por lo menos, Potter y tus amigos se vuelven locos, porque a los demás sabes que no les importas.
- ¡Draco! -Te Llama una vez más Potter, mirándote con desesperación -Por favor...
Desconcertado, miras como Blase cierra la puerta dejandolos solos, mientras que Potter se deja caer al suelo de rodillas sollozando.
- ¿Por qué haces esto? ¿No vez que estamos intentando ayudarte? Solo queremos que...
- ¿Por qué haces esto? -Le interrumpiste haciendo que Potter te mirase con expresión confundida.
¿Por qué sigues fingiendo de esta manera? No lo dices en voz alta, pero Potter puede leerlo.
Él puede verlo en tus ojos, que se muestran
traicionados.
- ¿Draco...?
- ¡¿Por qué no pueden dejarme solo?! -Gritaste furioso - ¡Que hipócrita!
Potter se pone en pie y se acerca a ti cuando te alejas, intentado que no te toque.
-Draco, no...
- ¡No me toques! ¡Déjame en paz! -Empujas a Potter lejos de ti y te giras, mirando tu cama desordenada - ¿Por qué no dejas de mentir?... ¿Por qué todo el mundo tiene que mentirme?...
-Yo no...
Te giraste mirando su rostro, con sus mejillas húmedas por las lágrimas y los anteojos chuecos.
-Mírame a los ojos y dime que no estás haciendo esto porque McGonagall lo quiso. -Murmuraste escondiendo la mitad de tu rostro con una de tus manos, mientras que con la otra desordenabas tu cabello.
Potter te mira con sorpresa y parece ahogarse en su propio sufrimiento por un momento.
-Nunca lo hice por McGonagall.
Si no lo hubieras seguido aquella noche, le hubieras creído.
-Que buen mentiroso eres...-Susurras - ¿Sabes que odio a los mentirosos como tú? Los encuentro asquerosos.
Los ojos de Harry se agrandan y da unos pasos hacia ti, pero tu retrocedes y ries con amargura.
-Te seguí aquella noche... los escuché a McGonagall y a ti...-Le cuentas y ves como Potter se deja caer al suelo una vez más, mirándote con sus ojos verdes empañados en lágrimas de sufrimiento.
Es tan buen actor, que por un momento le crees inocente.
-Draco, te juro que yo...-Un sollozo corta la voz de Potter, antes de dejarle continuar nuevamente -Esta bien... en un principio yo lo hice porque McGonagall me lo pidió.
- ¡Maldición! -Le miras con ira contenida y él agita la cabeza de un lado a otro, mientras se pone en pie una vez más y se acerca rápidamente a ti, sosteniéndote de los brazos - ¡Eres un maldito!
-No, escúchame...-Pide escondiendo su rostro en tu cuello, haciendo que te retorcieras entre sus brazos cuando te rodeo la cintura -Luego quise hacerlo por mí mismo, porque comenzaste a agradarme...
- ¡Suéltame, bastardo!
-Cada vez que lograba sacarte una pequeña sonrisa a escondidas, me sentía la persona más afortunada, porque sonreías por mí y porque sabía que nunca...
-Potter...-Sollozaste sin poder evitarlo, mientras ambos iban cayendo lentamente al suelo.
-Porque sabía que nunca nadie había visto tu sonrisa más que yo... me alegre tanto que cuando McGonagall dijo que tu serías expulsado, yo... yo no pude hacer nada más que alejarme, porque te había fallado... me había fallado a mí mismo al prometerme que te haría la persona más feliz... y entonces Ginny comenzó a acercarse a mi e intente olvidarte con ella... porque dolías tanto.
-Cierra la boca. -Suplicaste.
No querías escuchar esto. No querías escuchar cómo era que Potter y Ginevra Weasley se habían enamorado o como era que se habían vuelto pareja.
-Pero no funciono. -Potter levanto la vista, mirándote a los ojos -Nunca pude sacarte de mi cabeza...yo...
Sus frentes se tocaron y una de las manos de Potter fue a descansar sobre tu mejilla izquierda, acariciándola suavemente y haciendo que cerraras los ojos.
-A pesar de cuanto dolías... no pude sacarte de mi cabeza... y queda tan poco para que seas expulsado y sé que cuando eso suceda desaparecerás... te iras a algún lugar donde nadie te conozca y donde nadie te pueda encontrar y te olvidaras de mi... y no quiero eso...
Los labios de ambos se tocaron. Los labios de Harry tan cálidos a comparación de los tuyos, que no pudiste evitar las lágrimas que se deslizaron por tus mejillas.
Solo a una semana de ser expulsado... tan poco tiempo para separarte de él.
Porque te irias lejos, esa era tu idea. Irte lejos y comenzar de nuevo en algún lugar desconocido.
-Sería todo tan fácil. -Susurraste cuando el beso termino -Escaparme de todo esto... de todos estos recuerdos que me atormentan...
-No me dejes...-Suplico Potter -Si tu no me dejas, prometo hacerte la persona más feliz del mundo.
-Escaparme de todos... donde nadie me haga daño, donde todo este lugar quede en el pasado...
- ¿Puedes amarme como yo te amo, Draco? -Pregunto Potter desesperado, haciendo que lo mires - ¿Puedes amarme solo por esta semana? Si me dejas solo, entonces ámame solo por esta semana. Finge... finge que soy lo que más amas solo por esta semana...
¿Por qué tendrías que fingir cuando lo amas de verdad?
-Te amare... pero cuando llegue el momento, me dejaras ir... solo... para olvidarme de todos.
Podría ser tan fácil, Harry... escaparnos de todos y olvidarnos del mundo.