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volverte a ver por ari chan

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Notas del capitulo:

No estaba muerto andaba de parranda ..., la verdad es que fui a acampar con mi esposo así que como no había red no pude actualizar hasta hoy .

Aquí el segundo capítulo , nada es mío , ni la historia ni los personajes .

A leer.

Hora y media después, Loki inspeccionaba el elegante vestíbulo de la casa georgiana por enésima vez preguntándose cuánto tiempo más tardarían los propietarios en enseñársela a Thor. Su presencia no había sido requerida para realizar el gran tour, no.
Los hermanos Maximoff los habían estado esperando al enterarse de que Thor Odinson iba a ver su hermoso hogar. El varon era un diplomático y había conocido a Thor en una cena en la embajada el año anterior. Los jóvenes estaban ansiosos por renovar su amistad con él, le dijeron a Loki , nada más llegar, que esperase en el vestíbulo, y le aseguraron a Thor que la visita a la casa sería más interesante si ellos se la enseñaban. Bueno, Loki podría haberse sentido perdido entre tres personas que dialogaban en otro idioma.

Thor no le había vuelto a mirar. Repentinamente había adquirido la invisibilidad de un humilde mayordomo . Y tal vez así era como tenía que ser. Como los Maximoff, Thor era un cliente, y los clientes, especialmente los ricos, a menudo daban a los empleados de la agencia un trato infrahumano.

Pensándolo bien, su aventura hacía trece años había roto con todas las reglas sociales: Thor, el adorado hijo mayor de la dinastía de banqueros propietarios del Asgard Merchant Bank y Loki, Loki, era un estudiante de intercambio que fue alojado en una casa en la misma carretera donde se alzaba su palaciega casa de verano.
No habían tenido nada en común. Thor se había criado como parte de una familia muy unida que lo apoyaba y Loki había perdido a sus padres antes de los seis años. Sus abuelos lo habían criado hasta que las enfermedades y la vejez finalmente se llevaron a todos sus seres queridos y una amiga de su madre se hizo cargo de el a los dieciséis años. Profesora titulada próxima a los cuarenta años de edad, María Hill había alentado a su sobrino a ser más independiente de lo que sus padres le habían permitido, pero se había mostrado dudosa cuando Loki sugirió pasar el verano de su último año de colegio en un proyecto de intercambio en otro país .

—Apuesto a que acabas en manos de una familia espantosa que te tratará como a una criada y querrá que trabajes día y noche —le había anticipado María con preocupación.

Pero de hecho, Loki había tenido mucha suerte. La escuela le había asignado una amable pareja que tenía una pequeña mansión en la Toscana e iba allí todos los veranos con sus hijos. Las Romanoff le habían dado muchos regalos , y Natasha y Pepper Romanoff había hecho lo imposible para que Loki conociera a otros jóvenes. La primera semana, Loki había sido invitado a la fiesta en la que había conocido a Thor.

Había aparecido haciendo ruido en una motocicleta gigantesca, enfundado en unos jeans negros que tenían un agujero en la rodilla y una camiseta blanca. El viento había echado atrás su pelo revuelto y de color rubio cobrizo y toda una habitación de jóvenes adolescentes se habían quedado sin aliento. Más aún, se habían apiñado alrededor de él con el mismo entusiasmo. Thor era enormemente popular.
Era joven, atractivo, brillante en los estudios y rico. Y el mayor atractivo de Loki sólo podía haber sido que era diferente de los demás . La cara nueva, el extranjero, de piel de porcelana, había sobresalido entre los rostros conocidos.

Pero Loki no había sabido entonces quién era él. Su nombre no significaba nada para el. E incluso después de haberlo golpeado, Thor lo había seguido en su moto hasta la casa de las Romanoff después de que Loki se marchara disgustado de la fiesta y emprendiera a pie el camino de vuelta. Cuanto más le había dicho que creciera y lo dejara en paz, más había reído Thor. Loki estaba convencido de que se había burlado de el por haber reaccionado exageradamente a su proposición deshonesta.

—Cualquiera te hablará bien de mí. Soy una persona maravillosa cuando se me conoce —le dijo con una sonrisa burlona que hizo que su vulnerable corazón diera un vuelco—. Y me encanta saber que no eres el tipo de chico que se pone de cuatro en la primera cita. Tampoco es que hubiese dicho que no, me entiendes... Pero una respuesta negativa ocasional es probablemente mejor para mi carácter.
—Eres muy presuntuoso —le había lanzado Loki.
—Al menos no me escondo detrás de los sillones por miedo a hablar a la gente ni reacciono como un conejo asustado cuando me dicen algo —replicó, rápido como el rayo.
Y Loki entró corriendo a resguardarse en su habitación y lloró hasta quedarse dormido.

Pero Thor apareció a la mañana siguiente. Pepper lo llevó hasta la cocina, donde Loki estaba ayudando a recoger la mesa del desayuno. Durante el tiempo que estuvo allí, la mujer de cabellos naranjas clavaba sus ojos en Thor como si no pudiera creer que era real.
—Te recogeré a las siete... ¿de acuerdo? —le dijo con voz serena, sin preocuparse por la audiencia—. Iremos a cenar a alguna parte.
—De acuerdo.
—Sonríe —le dijo acariciando el cabello de una niña de dos años que se había agarrado a su pierna— Ella me sonríe, ¿por qué tú no?
—No te esperaba —confesó Loki en un impulso de franqueza.
—No debes decir eso.
Pepper le asedió en cuanto se fue.
—Loki , perdona que haya actuado de manera extraña, pero estaba atónita al ver a un Odinson en mi humilde morada.
— ¿Por qué?
—Llevamos diez años viniendo aquí y todavía no he conseguido más que una mirada en señal de saludo. Sus padres son multimillonarios y son muy selectos con sus amistades —le explicó—. Y Thor tiene una reputación que pondría los pelos de punta a cualquier madre. Pero normalmente se limita a salir con los de su clase. Loki, por favor, no lo tomes a mal, pero... ¿de verdad crees que podrás controlar a un joven como él? Ha vivido mucho más que tú.

Pero Loki no la escuchó. Thor no parecía ni remotamente un esnob. Y sus padres no le preocupaban lo más mínimo.
Apareció en un Ferrari de color escarlata para llevarlo a cenar aquella noche a un lujoso restaurante de Florencia. Loki estaba abrumado por el entorno hasta que Thor estiró la mano y entrecruzó sus dedos con los suyos sobre la mesa. Entonces pasó a sentirse felizmente abrumado por él.

En el trayecto de regreso detuvo el coche en un área de servicio de la carretera, lo rodeó con sus brazos y lo besó. Pasados diez segundos de aquella experiencia increíblemente excitante, empezó a enseñarle cómo besar, riéndose cuando el se avergonzaba y trataba de disculparse por su técnica inexperta alegando diferencias culturales. Pero, sorprendentemente, no trató de hacer otra cosa más que besarlo. Era tan diferente de sus amigos. Romántico, tierno, inesperadamente serio. Al término de aquella velada, se sentía profundamente enamorado...

Loki emergió de aquel perturbador recuerdo y se dio cuenta de que estaba todavía esperando en el vestíbulo de los Maximoff. El sonido de voces avisó de que estaba a punto de tener compañía otra vez. Se levantó justo cuando aparecieron en lo alto de la escalera y pudo percibir el ceño de sorpresa de Thor.
—Pensé que habrías regresado a la agencia —reconoció una vez en la calle.
—A mi jefe no le habría gustado. ¿Tienes alguna pregunta? —inquirió rígidamente sin prestar atención al chofer de la limusina, que había abierto la puerta a la espera de que entrase.
—Sí... ¿estuviste esperando en el vestíbulo durante todo el tiempo que duró la visita?
—No, estuve balanceándome de la lámpara de araña y cantando el gangnam style para divertirme un poco. ¿Qué crees que iba a estar haciendo?
—Si hubiera sabido que estabas esperando, no habría pasado tanto tiempo con los Maximoff. ¿Llegaste a tomar al menos un café?
— ¿Tratas de decirme que te preocupas por mí? —se mofó al borde de la desesperación—. Primero me dices que soy un... ¡Thor! —exclamó con incredulidad cuando lo agarró de la cintura y lo depositó apresuradamente en el interior de la limusina—. ¿Por qué diablos has hecho eso?
—Si estamos a punto de tener otra discusión, prefiero que sea en privado —le comunicó Thor irónicamente. Durante el tiempo que habían estado separados había recobrado aquel control de acero con el que se burlaba de su turbulenta confusión.
—Mira, yo no quiero discutir. Sólo quiero irme a casa.
—Te llevaré.
Loki se quedó helado.
—No, gracias.
—Entonces te llevaré hasta la agencia. Voy en esa dirección.
Hubo un silencio incómodo. Loki se sentó en el borde del asiento lo más lejos posible de Thor.
—No mentía cuando dije que todavía me parecías atractivo—susurró Thor con voz lastimera. Loki se puso tenso, con la cabeza alta—. Ni quise humillarte —prosiguió lentamente el rubio en un perceptible tono de desagrado—. Pero es mejor contener ciertos impulsos lujuriosos.

¿Impulsos lujuriosos? Tal y como lo veía Loki, se trataba de un lobo rondando a una oveja indefensa. Y, a pesar suyo, recordó su respuesta a la provocación sexual de Thor horas antes. Durante unos segundos Thor había conseguido que lo deseara otra vez. Y lo peor de todo era que él lo sabía. Pero sí, Thor tenía razón en una cosa: nunca se olvida el primer amor, especialmente cuando la relación había acabado en dolor y desilusión.

—Creo que es aconsejable que no nos volvamos a ver —le dijo Thor en voz baja—. Tengo que reconocer que tenía curiosidad pero ya la he satisfecho.

Una dolorosa oleada de calor subió por el esbelto cuerpo de Loki. Cielos, le estaba advirtiendo que se alejara de él. Preocupado de que su confesión de deseo animal hubiese despertado expectativas en su codicioso corazoncito, estaba tratando de eliminar cualquier idea ambiciosa que Loki pudiera haber alimentado. Tan fríamente, con tanta superioridad. Rechinó los dientes. ¿Cómo podía Thor hablarle así? ¿Se creía irresistible? ¿Se imaginaba alegremente que iba a acosarlo?
—Yo ni siquiera sentí curiosidad —mintió el ojiverde.
—Yo sí, naturalmente. La última vez que te vi estabas embarazado de cinco meses y seguías siendo mi esposo.
—Tú no querías un esposo—dijo el pelinegro tensando con fuerza los músculos de la cara.
—No, lo confieso. Y dudo que encuentres muchos adolescentes que quieran casarse —respondió Thor con gravedad—. Estaba igual de preparado que tú para afrontar la situación... pero al menos lo intenté...
—Sí, te comportaste como un héroe, ¿verdad? Hiciste algo honorable. ¡Te casaste conmigo! Tu mamá lloró y a tu papá le embargó la pena por ti. Por supuesto, ningun donsel decente se habría quedado embarazado.
—Me estás poniendo furioso —dijo Thor clavando unos ojos en llamas en el ojiverde, pero el se encogió de hombros.
—Así es como te recuerdo… furioso. No existe tal cosa como el perdón en tu familia.
—Dadas las circunstancias, creo que me comporté razonablemente bien.
— ¿Haciendo el increíble sacrificio de casarte conmigo? —replicó Loki mirándolo con claro desprecio—. No te engañes, Thor. Me habrías hecho un favor más grande deshaciéndote de mí y echándote a correr en el momento en que te dije que podía estar embarazado.
— ¿Por qué demonios guardas tanta amargura? —inquirió Thor desgranando las palabras y mirándolo con ojos fieros—. Fuiste tú quien que me dejó. Y cualquiera que te oyera pensaría que fue la semana pasada.
Loki intentó tragar saliva pero no pudo. Por un instante, su confusión y desmayo se reflejaron abiertamente en sus rasgos delicados. Volvió la cabeza y vio la familiar fachada de la agencia inmobiliaria con alivio.
—Comportarse civilizadamente no es fácil, ¿verdad? —admitió con voz tensa.
—Yo te amé —murmuró Thor con aspereza.
Cuando se abrió su puerta, Loki se volvió hacia él mirándolo con ojos verdes llenos de sarcasmo.
— ¿Crees que quiero o necesito tus mentiras ahora?
—No dejes que te entretenga —replicó el Odinson con profunda ironía lanzándole una mirada gélida de antipatía.


La agencia estaba cerrada. Por supuesto. Eran más de la una. Loki siguió caminando, tenso y sintiéndose fatal por dentro. Aquél era el peor día de su vida. Volver a ver a Thor y rememorar todos aquellos recuerdos dolorosos era más de lo que podía soportar. Pasados unos minutos, no podía creer algunas de las cosas que le había dicho a Thor. No era de extrañar que le hubiera preguntado por qué mostraba tanta hostilidad. Habían pasado trece años y seguía vociferando como si el divorcio se hubiera consumado el día anterior.

Pero durante los tres meses y medio que duró su matrimonio ,Thor lo había convertido en una patética y llorosa alma en pena, y destruido todo su orgullo y autoestima. Nunca había tenido gran seguridad en sí mismo, pero cuando Thor terminó con el no le quedó nada. Sin embargo, antes de casarse, antes de que las cosas se torcieran, Thor había hecho maravillas con su confianza. Le había fortalecido, regañándolo por infravalorarse y frunciendo el ceño cada vez que bromeaba sobre sí mismo. Thor le había dicho lo hermoso y especial que era y lo feliz que lo hacía. ¿Era de extrañar que se hubiese enamorado profundamente de él? ¿O que cuando la cruel realidad había llamado a la puerta para condenarlos a un matrimonio forzoso, su relación se hubiese venido abajo?
Un novio fantástico, un marido terrible.

Se había casado con el solamente por el bien del hijo que llevaba. Pero en cuanto la boda hubo terminado, hablar del bebé se convirtió en un tema tabú. Y una noche, cuando la curva de su estómago era demasiado pronunciada como para pasarla por alto, se había alejado de el y durante las últimas y espantosas semanas, se había mudado a otra habitación. El rechazo definitivo… había roto incluso el débil lazo del sexo.

Pocos días después, su hermano menor Balder se había burlado de el.
—A Thor la gordura le quita las ganas. Sólo han pasado cuatro meses y ya pareces un pequeño barril con patas. Ni siquiera muerto aparecería contigo en público. Ahora tampoco quiere dormir contigo. ¿Puedes culparlo por eso?
Ningún golpe era demasiado bajo para el menor de los Odinson. Aquella lengua viperina no perdía ninguna oportunidad de humillarlo.
Eran hermanos que estaban muy unidos y se había imaginado a Thor describiéndolo como un pequeño barril con patas. Loki había llorado angustiadamente en la soledad de su cuarto.

Qué raro que a ninguno de los dos se les hubiese ocurrido que aquel repentino aumento de su vientre se debía, no solamente a una alimentación abundante, sino a que llevaba dos bebés en vez de uno...


La casa de María estaba a la vuelta de la esquina de su apartamento. Loki se dirigió a ver a su tía rezando para que Tony estuviera todavía en casa de su amigo y preguntándose si un sexto sentido lo había impulsado aquella mañana a ceder a los ruegos de su hijo de tener un poco más de libertad.
María estaba al teléfono cuando entró por la puerta de atrás.
—Pon el agua a calentar —le dijo haciendo un inciso en su conversación.
Loki se quitó la chaqueta del traje, se miró en el pequeño espejo de la pared de la cocina y se quedó horrorizado. Se frotó las mejillas, se mordió los labios para recuperar el color, pero sólo puedo ver su mirada de aflicción. Esperaba que Thor no lo hubiese notado, pero luego se preguntó por qué debía importarle. Era de suponer que por orgullo.

—Estás callado. ¿Has tenido una mañana dura? —le preguntó María mientras sacaba un par de tazas de un armario.
—Me encontré con Thor...

Una taza cayó al suelo y se rompió en mil pedazos.

—A mí me afectó de la misma manera —confesó Loki con voz nerviosa.
—Vamos al salón —le sugirió su tía—. Estaremos más cómodos allí.
Loki no podía estarse quieto. Cruzó los brazos y paseó arriba y abajo de la pequeña estancia mientras resumía lo ocurrido.

—Y espera a oír esto... ¡Su horrible padre le dijo que yo acepté el dinero que me ofreció!

La cara angulosa de su tía se puso extrañamente tensa.
— ¿Mencionó el dinero?
—No me creía cuando le dije que lo había rechazado.
—Porque yo lo acepté en tu nombre —comentó con turbados ojos . Sus mejillas de color cetrino se ruborizaron. Loki se paró en seco.
— ¿Que hiciste qué?

María se acercó a su mesa de trabajo y extrajo una delgada carpeta de un cajón. Se la tendió a Loki.
—Intenta comprenderlo. No estabas pensando en el futuro. Estaba terriblemente preocupada por cómo ibas a poder salir adelante con un bebé si a mí me ocurría algo.

Loki contempló a su tía completamente aturdido.
—Está todo en la carpeta. Un consultor financiero me ayudó a organizarlo. Ni siquiera un penique de ese dinero ha entrado nunca en este país. Está en una cuenta corriente en Suiza —explicó María — Pero está allí para Tony y para ti si alguna vez lo necesitáis.
— ¿Thor decía la verdad? —balbuceó Loki. Su tía suspiró.
—Su padre vino a verme mientras estabas en el hospital. Prácticamente me suplicó que aceptara el dinero. Se sentía fatal por el giro que habían tomado las cosas...

— ¡No lo creo! ¡Estaba deseando interferir desde siempre!
—Me resultó muy difícil no decirle que todavía tenía otro nieto de camino —confesó María forzadamente—. Pero, al igual que él debía lealtad a su hijo, yo te la debía a ti. Respeté tus deseos.
—Pero aceptar el dinero... —dijo el menor, completamente destrozado por la revelación.

—Creo que tomé la decisión más sensata. Eras muy joven y muchas cosas podían haberte ido mal. ¿Y qué me dices de Tony? ¿No crees que tiene derecho a tener algo de la familia de su padre?
— ¡Devolveré el dinero! —juró Loki, demasiado irritado para escuchar nada.

—Espera a preguntarle a tu hijo qué piensa de eso cuando tenga dieciocho años. Dudo mucho que Anthony piense lo mismo que tú. Después de todo, la sangre de los Odinson corre por sus venas...
— ¿Crees que no lo sé? —preguntó Loki poniéndose a la defensiva—. Tony sabe exactamente quién es...

—No, sabe quién quieres tú que sea. Tiene una curiosidad insaciable por su otro padre.
Loki estaba recibiendo un ataque sorpresa de una mujer que respetaba y amaba, y le estaba resultando una experiencia muy perturbadora.
— ¿Desde cuándo?
—Cada vez más a menudo. Me habla de él. A ti no te pregunta nada porque no quiere disgustarte.
—Nunca me he escabullido de ninguna de sus preguntas. He sido totalmente sincero con el.
María hizo una mueca.
—Va a resultarte muy difícil, pero creo que es hora de que le digas a Thor que tiene una hijo...
— ¿Te has vuelto loca? —jadeó el ojiverde conmocionado.
—Un día Tony va a entrar en su despacho en el centro de Londres y va a presentarse... y por su bien Thor debe estar prevenido.
—No puedo creer lo que me estás diciendo.
— ¿Tienes intención de decirle a Tony que has visto a su otro padre hoy?.

Se oyó un pequeño ruido seco por detrás. Los dos mayores se volvieron. Tony estaba de pie en el vestíbulo, con los ojos abiertos y paralizado por lo que acababa de oír. Luego se lanzó hacia ellos con su bonito rostro lleno de alegría.

—Viste a mi padre... Papá, ¿hablaste con él? ¿De verdad hablaste con él? ¿Le hablaste de mí?

Loki estaba perplejo al ver la alegría de Tony y la mortificante mirada de esperanza e ilusión en sus ojos. Estaba enfrentándose a un hijo distinto del que creía conocer en profundidad. Unos dedos gélidos se clavaron en el corazón de Loki. María tenía razón. Tony estaba desesperado por conocer a Thor, pero había tenido el cuidado de ocultárselo a Loki. Incluso aquella mañana había llamado «desgraciado» a Thor.
—No... me temo que no —dijo Loki con voz inexpresiva, traumatizado por lo que había visto reflejado en el rostro de su hijo.
—Tu padre no tuvo ocasión de hacerlo —intervino María.
La cara de Tony se contrajo como si comprendiera lo mucho que su padre le había traicionado y, luego, un crudo resentimiento afloró en sus ojos llenos de dolor.

— ¡El que a ti no te quisiera no significa que no quiera conocerme a mí! —la condenó con un ahogado gemido.

Loki se quedó blanco. Su hijo se quedó mirándolo horrorizado y se marchó por la puerta de la cocina cerrándola de golpe.
—Señor, todo lo que he hecho ha sido tratar de protegerlo y de que no lo hirieran —susurró Loki desdichadamente.

— ¿Como te hirieron a ti? —inquirió María estrujándole el hombro para reconfortarlo—. ¿Nunca se te ha ocurrido pensar que Thor puede haber cambiado tanto como tú? ¿Que el adolescente que no podía afrontar la paternidad es ahora un hombre adulto de treinta y dos años? ¿Crees que Thor no podría soportar ver a Tony una sola vez? Eso puede bastar para satisfacerle y, si su padre ni siquiera accede a ello... bueno, el niño tendrá que aceptarlo. No puedes protegerlo eludiendo la cuestión.
—Supongo que no...
Y la voz trémula de Loki se apagó por completo.


Dos noches sin dormir no habían mejorado nada el ánimo de el de cabellos negros . Todo lo que pudo pensar cuando entró en el Asgard Merchant Bank fue que en solo una mañana, Thor había hecho trizas su mundo. Y seguían cayendo pedazos. Tony seguía disgustado por la crítica que le había hecho a su padre llevado por la angustia. De genio vivo y pasional, Tony también era fiel y protector . Nada de lo que Loki le había dicho hasta entonces había suavizado su congoja por haberlo herido.

¿Existiría la remota posibilidad de que un hombre tan egoísta como Thor Odinson pudiera responder de manera apropiada a un hijo adolescente y vulnerable que no había deseado tener en su momento? Loki reconoció que supo lo que hacía al no revelarle la existencia de Tony. El riesgo de exponer a su hijo al mismo rechazo que había experimentado el mismo había sido demasiado grande.
Loki salió del ascensor en el último piso. Si había pensado que el despacho de Thor era el último grito en lujo, empezaba a darse cuenta que si lo era . El lustroso edificio de cristales ahumados del Asgard Merchant Bank era asombrosamente elegante con su decoración contemporánea. Había dos mujeres en recepción. La mayor se acercó hasta ella.

— ¿ señor laufeyson ? Soy la secretaria del señor Odinson. Si es tan amable de seguirme...

Loki enrojeció. La secretaria de Thor parecía un poco tensa, seguramente como resultado de la férrea determinación de Loki de que no le negasen una cita. Thor estaría indudablemente furioso. Después de todo, le había dicho muy claramente que no deseaba volver a verlo. Sin embargo, Loki no sabía dónde vivía, de modo que no había tenido más alternativa que dirigirse al banco.

Con el corazón latiéndole con fuerza en la garganta, el ojiverde entró vacilante en el despacho de Thor, una estancia enorme con una gran mesa de cristal y... Thor allí de pie, emanando furia contenida y rigidez por cada línea de su cuerpo alto y musculoso.

— ¿Qué demonios haces aquí? —preguntó con gélida precisión.
La cabeza le dio vueltas y sus piernas tambalearon. Abrió la boca y la volvió a cerrar. Le sobrevino el mareo, sintió que se hacía la oscuridad y sus piernas cedieron bajo el peso de su cuerpo.

Notas finales:

Si Loki le toca bailar con la mas fea , o en este caso el mas guapo .

Nos vemos mañana y thorki forever .

Por cierto a mi querida girlutena , no pude contestar tu review mi ordenador se volvió loco o algo así , por eso te respondo por aquí 

 

hola querida girlutena por alguna razón conteste el review de arriba y no se que paso pero se envió sin nada . la cosa es , la novela es reencuentro de lynne graham . encontré un link que te puede servir thejavajones.blogspot.com/2014/03/el-reencuentro-lynne-graham.html creo que ese ojala te ayude . con respecto al consejo , muchas gracias cielo , tanto tu como tod@s me pueden dar consejos acerca de lo que piensan con tranquilidad , yo lo aceptare feliz y las amare mucho mas por ese apoyo extra . gracias por comentar y besosss.


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