Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

volverte a ver por ari chan

[Reviews - 81]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Ahora si se armo la gorda entre Loki y Thor  .

Nada es mio y esta es solo una adaptación 

Ahora si a leer

Loki volvió en sí muy lentamente. Las facciones bronceadas de Thor aparecieron poco a poco nítidamente ante sus ojos y sonrió vagamente. Le sostenía entre sus brazos, su cuerpo todavía débil, y tenía la cabeza apoyada sobre su hombro. Era maravilloso. Con soñolientos ojos verdes alzó la vista...


—Tienes unos ojos preciosos —susurro Thor acercándose cada vez más.

Se ahogaron en los suyos. Lagos de un azul apasionado bordeados de voluptuosas pestañas  más largas que las suyas. Loki suspiró levemente sintiendo el calor de su cuerpo  musculoso sobre sus miembros relajados. Instintivamente se ciñó más a él. Thor levantó una mano y sus dedos largos se deslizaron por su melena acariciándole la oreja. El corazón de Loki se desbocó en aquel silencio reverberante.
—Thor ... —musitó.

—Cielo ... —dijo Thor suspirando dolorosamente aquel nombre afectuoso.

Bajó la cabeza y atrapó sus labios húmedos en un beso apasionado que los entreabrió. Desde aquel primer momento de contacto, Loki quedó electrificado. La chispa erótica de su lengua al explorar el suave interior de su boca le hizo dar una sacudida y jadear. Levantó las manos y las hundió en su pelo grueso y se agarró a sus hombros anchos Y fuertes.

Thor lo apretó contra él y Loki se rindió con entusiasmo sintiendo la fiebre del deseo apoderarse de su cuerpo vibrante con un ímpetu voraz.

Thor gimió y separó sus labios de los suyos. Lo miró fijamente con intensidad y asombro. Bruscamente, se puso en pie y levantó su fornido cuerpo con él. Su rostro se endureció mientras observaba los ojos  de Loki, brillantes de pasión. Giró sobre sus talones y abrió los brazos para dejarlo caer sobre el sofá del que antes se había levantado.


Primero dame las malas noticias
—dijo abarcándolo con la mirada.


Loki había aterrizado confuso sobre el sofá. No sabía qué le había conmocionado y por un momento no supo dónde estaba, sólo que Thor se alzaba frente a el como un juez amenazador.

— ¿Las malas noticias...?

Por un momento no quiso pensar... ni en el tormento de placer de estar en los brazos de el rubio ni en lo horrible que era volver a estar a distancia de él.


—Sólo te desmayas cuando estás aterrorizado. ¿Crees que no me acuerdo? —le lanzó el mayor gravemente—. Te desmayas, abres esos enormes ojos tuyos y los fijas en mí, y yo siento un ímpetu incontrolable de ceder a mis instintos más básicos. Así es como anunciaste tu embarazo.

— ¿Mi embarazo? —inquirió Loki con desesperación—. No llegué a ese estado yo solo.


—No hubo nada accidental en ello — condenó Thor duramente.


Loki se quedó helado, destrozado por aquella acusación. Ni siquiera trece años antes se le había ocurrido pensar que Thor pudiera creer que su embarazo no hubiera sido accidental. Que su familia sospechara que había sido una manipulación no lo sorprendía, pero había dado por hecho inocentemente que al menos el rubio no compartía aquella sospecha.


— ¿En serio me acusas de haberme quedado embarazado delibera...?


—No vamos a hablar de esto —lo interrumpió el mayor poniéndose en pie bruscamente—. Deja las malas noticias del pasado donde están. No vamos a volver a las andadas y peleamos por viejas historias como un par de niños estúpidos.


Viejas historias... ¿Cómo reaccionaría este idiota ,pensó Loki, cuando le informara de que las malas noticias del pasado eran más actuales de lo que podía suponer? .


— ¿Quieres saber por qué le dije a tu secretaria que tenía que verte por un asunto urgente y confidencial...?


—Creo que ya me lo imagino... —le dijo Thor con innato cinismo haciendo una mueca—. Estás arruinado, ¿verdad? Tienes deudas.


—No sé de dónde te sacas eso —dijo Loki, pero se ruborizó con culpabilidad al recordar la cuenta corriente de Suiza rebosante del dinero de los Odinson después de todos aquellos años de intereses.


Thor se acomodó en el sofá de cuero que estaba frente al suyo. Tenía un aspecto formidable ante sus ojos . Llevaba un traje de sastre de color azul marino a rayas y una corbata de seda. Enseguida apartó sus ojos de él, pero su imagen persistió en su mente. Tan dolorosamente atractivo que su garganta se cerró y se quedó en blanco. ¿Por qué no podía haber empezado a perder algo de pelo o a tener algo de barriga? así sería mas fácil para Loki.


—Loki , mi tiempo es oro y he tenido que suspender una cita importante para hacer hueco para ti...


— ¿Para hacer un hueco en el sofá?
—dijo rechinando los dientes.


—En este momento creo que cuanto menos hablemos de lo ocurrido, mejor.


Un amargo resentimiento hizo que el ojiverde se pusiera tenso.
Thor... todo pasión en un momento y hielo polar un momento después.


Loki nunca había entendido cómo podía hacerle el amor loca y apasionadamente por la noche y luego alejarse de el cuando trataba de hablarle. El pelinegro siempre reflejaba sus emociones, pero Thor las guardaba bajo llave.


—Para ser sincero, no me sorprende que tengas problemas económicos —declaró el rubiales fríamente—. Imagino que el dinero del divorcio se terminó hace tiempo...


— ¿Y por qué lo imaginas?


—A tu edad, no creo que tuvieras ni idea de cómo administrar aquella suma. Pero me alegro de que por fin reconozcas que recibiste aquel pago. Era muy ingenuo por tu parte pensar que no iba a saberlo y que podías permitirte el lujo de mentir.


—No estaba mintiendo. Y no estoy aquí para pedirte un préstamo. Moriría de inanición antes que pedirte ayuda.


—Entonces, ¿qué haces aquí exactamente? —inquirió el mayor.


Loki inspiró profundamente y hundió la mano en su bolso para extraer una copia del certificado de nacimiento de Tony y una fotografía de carné. Sus delgadas manos temblaban y tenía el estómago hecho un nudo.


—Esto va a ser una gran conmoción para ti... pero me temo que no hay una manera más fácil de hacer esto...


— ¿De hacer qué? —lo interrumpió con impaciencia.


El menor se puso en pie con el corazón desbocado y las piernas temblando como si la hubieran amarrado a unos raíles y el tren estuviera a punto de arrollarlo.


—Creo que me limitaré a dejarte esto aquí y luego tal vez pueda llamarte mañana y ver qué te parece.


Pero antes de que pudiera hacer nada, Thor ya había saltado hacia adelante con las facciones contraídas.


— ¿De qué demonios estás hablando?


—Después de separarnos, descubrí que esperaba mellizos… y a pesar de que había perdido uno —balbuceó Loki sintiendo un hilo de sudor nervioso deslizarse en su espalda—, no perdí el otro. Tengo un hijo de trece años... tu hijo —concluyó dando un paso hacia atrás.


Thor se quedó mirándolo fijamente con fieros ojos entornados y un ceño de perplejidad.


—Eso es imposible —dijo con voz levemente trémula—. Tuviste un aborto involuntario.


—Nació tres meses después de que yo abandonara Italia, dos semanas antes de la fecha prevista —murmuró Loki torpemente—. El doctor de Roma se equivocó en la fecha porque yo estaba más gordo de lo esperado, debido a que llevaba gemelos.


—Tuviste un aborto involuntario —repitió Thor con obstinación—. Y si más tarde diste a luz a un  hijo prematuro es imposible que sea mío...


—Tony nació en abril —dijo Loki apretando los labios trémulamente—. Perdí a su mellizo, pero no a el —susurró con mirada agonizante. Si Thor hubiera sido capaz de razonar habría deducido que en el intervalo de tiempo transcurrido era imposible que el niño no fuese suyo—. Pero cuando me fui de Roma no lo sabía. Lo que sabía era que no me querías ni a mí ni al bebé y que, cuando aborté, no había razón para seguir casados. No podías esperar a librarte de mí. Ni siquiera pudiste venir a compadecerte de mí en el hospital porque no podías evitar sentirte aliviado de que todo hubiera terminado...


—Madre di Dio... —susurró Thor con voz temblorosa y sus manos  se cerraron en dos fuertes puños.


—Y no te culpo por ello, de verdad —reconoció el menor con sinceridad—. Pero había tenido bastante y lo último que hubiera podido afrontar era irrumpir de nuevo en sus vidas y decirles « ¿A que no lo adivinan ? Todavía estoy embarazado».
Era más fácil hacerte pensar que todo había terminado, como todos querían. Así que no habría venido aquí esta mañana a aguarte la fiesta...


— ¿A aguarme la fiesta? —repitió Thor con visible dificultad.


Loki se inclinó torpemente y dejó el certificado y la foto de carné en la mesita de cristal que los separaba.


—Nunca te lo habría dicho si dependiera sólo de mí —reveló mientras empezaba a retroceder hacia la puerta—. Sé que estás perplejo y enfadado y sin duda maldecirás el día en que me conociste, pero, por favor, piensa en todo esto desde el punto de vista de tu hijo, le gustaría conocerte. No quiere ser un estorbo ni nada parecido, pero tiene curiosidad...


— ¿Dónde demonios crees que vas? —inquirió Thor haciendo un súbito movimiento hacia adelante que le arrancó de su inmovilidad.


—He dicho todo lo que tengo que decir por el momento —confesó Loki, y aceleró el paso en dirección a la puerta abriéndola de golpe sin molestarse en mirar atrás y echando a andar a toda prisa por el pasillo. Apretó el botón del ascensor y se volvió.
—Dios, vuelve aquí ahora mismo —le lanzó Thor con rabia desde una distancia de seis metros.
El corazón se le subió a la garganta. Tuvo una borrosa imagen de la incredulidad de la recepcionista y luego se volvió y corrió hacia las escaleras. No tenía sentido ayudar a ese imbécil a hacer una vergonzosa escena en público. Era evidente que estaba en estado de shock o no le hubiera gritado de aquella forma.


Bajó ruidosamente el último tramo de las escaleras de incendio y siguió a toda velocidad por otras escaleras más anchas.


—Te subiré a rastras si no vuelves ahora mismo —rugió Thor desde un tramo superior—. ¡puto!


— ¡No te atrevas a llamarme así ! —gritó Loki haciendo una pausa—. Y por cierto, fue tu método anticonceptivo el que falló, no el que yo no tuviese ninguno. Las fechas lo demuestran sin lugar a dudas.


Thor espetó algo en italiano que sonaba bastante agresivo. Loki pestañeó. No lo había conocido con aquella furia incontrolada. Nunca se le habría ocurrido pensar que un hombre que a los diecinueve años se enorgullecía de su autocontrol le estuviera persiguiendo por el Asgard Merchant Bank , como juego de niños.


Pero Tony había sido concebido en agosto, no en julio, lo que significaba que Thor era el único responsable. Por supuesto, había tratado de hacerle a Loki responsable mencionando la primera vez que habían hecho el amor. En aquella ocasión, tuvieron un pequeño malentendido y Thor había supuesto erróneamente que Loki tenía protección. Incluso con Thor en los talones, Loki sintió la infantil alegría de haber sido capaz de decírselo.


— Vas a romperte el cuello —gritó el rubio a corta distancia.


En sus intentos por correr más deprisa, Loki perdió el equilibrio y cayó hacia delante. Jadeó cuando una férrea mano lo sujetó por el cuello de la chaqueta impidiendo la caída. Luego lo sacudió haciéndole girar y lo aprisionó entre su fornido cuerpo y la pared del rellano sin percatarse de que sus pies no tocaban el suelo.


—¿Cómo te atreves a acusarme de sentirme aliviado cuando perdiste a nuestro hijo? —rugió el mayor con brillantes ojos azules chispeantes de furia—. Agarré tal borrachera que casi me mato. No tuve valor para ir a verte al hospital, estaba demasiado avergonzado como para mirarte a la cara. No supe qué decir cuando ya era demasiado tarde para decir que lo sentía. ¡Nuestro hijo ya estaba muerto!


Lo liberó lentamente , Loki se deslizó hacia abajo por la pared perdiendo uno de sus zapatos. Lo miró con sus enormes ojos  que dejaban ver su incredulidad ante lo que le decía.


—Fui a verte tres días después y ya te habías ido —añadió Thor con voz vacilante, Loki pudo ver el dolor y la culpa en lo profundo de sus ojos sombríos—. Mi padre me dijo que si ponía un pie en un avión a Londres me mataría. Dijo que ya había hecho bastante daño. Pero no lo escuché hasta que Balder me dijo lo del dinero y me convenció de que eso era todo lo que habías querido desde el principio...


—Dudo que necesitaras mucha persuasión.


—Te habías ido —repitió Thor—. Aceptaste el divorcio sin ni siquiera hablarlo conmigo.


—Pero eso era lo que tú querías —apuntó el ojiverde temblando de arriba abajo. Pero aunque su boca hablaba, sólo podía pensar en el intenso dolor y remordimiento que el rubiales le había confesado. Nunca había imaginado que podría haberse sentido así después de su separación.


Tenso y agresivo,Thor  dio un paso hacia atrás. Desde arriba llegó a sus oídos el ruido de una puerta girando sobre sus goznes, seguido por el eco de voces femeninas que parloteaban.


—Vuelve conmigo a mi despacho —le pidió a Loki con aspereza.


Loki hundió el pie en el zapato que había perdido y se apartó de él, horrorizado porque iba a echarse a llorar delante de él. En aquel momento, no podía más. Le había dicho lo de Tony y Thor necesitaba tiempo para reflexionar sobre ello.



—Te llamaré por teléfono... mañana —balbuceó , sujetándose a la barandilla con una mano sudorosa mientras empezaba a bajar de nuevo por las escaleras.


Thor masculló algo con frustración en su idioma al tiempo que se oían unos pasos cada vez más cerca. Loki aprovechó la compañía que se aproximaba para salir corriendo y no volvió la cabeza aquella vez.
Las lágrimas la cegaban cuando alcanzó el último tramo de las escaleras y atravesó el vestíbulo. Tomó un taxi para regresar a la agencia. Cruzó el aparcamiento y entró por la puerta de atrás hasta la pequeña habitación que el equipo de ventas utilizaba para tomar café. Una vez allí, se derrumbó en un sillón.


Loki se preguntó por qué se había sentido tan destrozado al oír que Thor reconocía haberse sentido avergonzado y hundido por un sentimiento de culpabilidad que le había llevado a emborracharse y que reflejaba su incapacidad para sobrellevar  sus propias emociones ni las de Loki.
Darse cuenta de que la imagen que tenía del mayor se había desvirtuado con el tiempo lo había desgarrado.
A los diecisiete años había dependido de Thor y lo había visto como un adulto experto y fuerte en comparación con el. No se le había ocurrido pensar entonces que también podía tener sus puntos flacos. Sólo trece años más tarde comprendía que, debajo de su aspecto frío y viril, no había sido nada más que un niño. Pero Loki lo había convertido en un héroe porque sólo un héroe lo habría hecho sentirse seguro en el mundo amenazador en el que su familia y él vivían.



Pero todo aquello pertenecía al pasado, así que inspiró hondo y se dispuso a borrar las huellas de que había estado llorando.



El teléfono estaba sonando cuando se acercó a su mesa. Asió el auricular una fracción de segundo antes de que Frandal  lo hiciera. El hombre retrocedió hasta su mesa con sus curiosos ojos azules fijos en Loki y una leve mueca en sus atractivos labios.



—Pareces un poco alterado... ¿algo va mal?


El ojiverde lo negó con la cabeza ignorando su calurosa mirada de apreciación. Pese a que se comportaba como una estatua de hielo con él, Frandal era perseverante. Una leve broma y volvería a avergonzarlo diciéndole lo bien que se lo pasaría Loki  con un tipo como el
Se acercó el auricular a la oreja.
El corazón de Loki golpeó contra sus costillas. Era Thor.



— ¿Qué quieres? —susurró.


—A ti... ahora —barbotó  de manera sucinta—. Estoy en el bar de la esquina. Te doy cinco minutos para que vengas.


La línea se cortó. Loki se irguió, increíblemente pálido, y luego volvió a asir su billetera.



Thor estaba en la esquina más oscura del bar. Mientras caminaba hacia él,  observó a Loki con brillantes ojos azules, duros ,  su cuerpo fornido rígido por la tensión.


—Te prometí que te llamaría mañana —le recordó Loki poniéndose a la defensiva.



—Quiero conocer a mi hijo y no estoy dispuesto a esperar a que a ti te convenga —masculló el rubiales con fiereza.


—Está en el colegio.

— ¿Dónde?


—No puedes ir allí... —empezó a decir el pelinegro mientras se sentaba horrorizado al ver lo que pretendía hacer.


— ¿A qué hora sale?


—No estás pensando con claridad —protestó Loki, alterado por la inmediatez de su pregunta—. Tony ni siquiera sabía que había ido a verte hoy.


—¡Deberías estar encerrado! Entras en el banco después de trece años de silencio y me dices que tengo una hijo. Luego te vas otra vez y me dices que no estoy pensando con claridad. ¿Qué clase de ser eres? ¿Cómo has podido estar tan resentido como para ocultarme el nacimiento de mi hijo...?



—Por aquel entonces no estaba resentido. Pensé que te estaba haciendo un favor.


— ¿Un favor? —inquirió Thor con galopante incredulidad


—Creí que serías más feliz si no lo sabías —reconoció Loki finalmente.



— ¿Más feliz...?


—Evidentemente estaba equivocado —otra vez reconoció el menor —. Me gustaría que dejases de mirarme como sí fuera un lunático o algo así...
Nunca tuve la menor idea de lo que sentías al respecto.



Thor controló su furia y clavó sus gélidos ojos  en Loki.
—Fue una acción despreciable. Aun habiendo cometido errores, no merecía que me ocultaras la existencia de mi hijo. Todavía estábamos casados cuando nació. No intentes excusar tu silencio...



—Tal vez aceptaría mejor lo que me dices si alguna vez hubieras demostrado el menor interés o preocupación por tu hijo antes de que naciera —lo retó el ojiverde con voz vacilante.



—Demostré mi preocupación casándome contigo. Ni una sola vez sugerí otra manera de salir del apuro. Ni tampoco mi familia —le recordó el fornido fríamente.



—Pero seguías sin querer el bebé —discutió Loki, desesperadamente por oírle reconocer aquel hecho. Pero Thor lo miró con ojos burlones.


— ¿Por qué si no iba a casarme contigo sino por el bien de nuestro hijo?


Loki jadeó, conmocionado por el golpe de efecto de aquella pregunta tan simple.


—Creo que necesito un poco de tiempo para asimilar esto antes de ver a mi hijo —masculló el mayor, y apartó la copa con un brusco ademán—. Que el niño esté en casa el miércoles. Me presentaré a eso de las diez y lo llevaré por ahí. Por el momento —aseguró con convicción gélida—, no tengo nada más que decirte.



—Necesitarás las señas.
Durante el palpitante silencio que siguió, Loki, utilizando la pluma de oro de su ex esposo, escribió su dirección en la parte posterior de la tarjeta que él le tendió. El alto se puso en pie.


—Aunque sea lo último que haga en la vida, te castigaré por lo que has hecho —juró a media voz.



El menor se quedó a solas con una botella de vino sin descorchar y dos vasos intactos. Le temblaban las rodillas y durante un momento de debilidad, estuvo seriamente tentado a ahogar sus penas en el alcohol. La culpa y la perplejidad , desgarraban.



Thor  estaba indignado y horrorizado por lo que  había hecho e iba a tomarse dos días de tiempo para hacerse cargo de la situación.



Pero ,¿Por qué lo asustaba eso todavía más?.
Notas finales:

Mañana encuentro padre/hijo no se lo pierdan.

Besosssssssssss.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).